viernes, 19 de diciembre de 2014

MUJERES AFRICANAS SINGULARES-LXXV



Mercedes Pinto de Armas y Clos. La poetisa canaria

Intelectual, exiliada, canaria y republicana. Tuvo la osadía de pensar diferente, y el valor de actuar en consecuencia. Prefería a José Martí antes que a las colonias españolas, a Mateo Morrals antes que a los reyes contra los que atentó en 1906. No son precedentes que faciliten entrar en el círculo de los privilegiados. Pero ése es el exacto lugar que le corresponde. Desconocida casi absolutamente en Canarias es, sin embargo, enormemente valorada en los países americanos en los que desarrolló su labor de conferenciante, poetisa y novelista. 

Nace el 12 de octubre de 1883 en Santa Cruz de Tenerife. Era la primogénita del matrimonio formado por Francisco Pinto de la Rosa y Ana María de Armas y Clos. Su madre, pianista y mujer de desarrollada formación cultural, era la imprescindible animadora de las tertulias familiares. Por su parte, su padre, cuya figura se incluye dentro de la obra Tinerfeños ilustres del siglo XIX, fue profesor del Instituto de Canarias y escritor cuyas obras completas fueron prologadas por Benito Pérez Galdós.

En el seno de una familia acomodada, la infancia de Mercedes Pinto transcurre de forma placentera pero, al mismo tiempo, es educada para reproducir el papel que le corresponde a una mujer de su clase en la sociedad de la época: “conceder, acceder, sonreír, querer, agradecer, escuchar, compadecer”.

“Todas las tardes mi madre cerraba concienzudamente las ventanas. Bajo los cristales, cerradas las persianas, sujetas las puertas de madera con fuerte tranca de hierro.”

Mercedes cursó el bachillerato, algo excepcional para las mujeres de su tiempo. Ya en la adolescencia se despierta su vocación literaria, influida por la personalidad de su padre que hacía críticas literarias en la Revista de Canarias, fundada por él mismo y por el republicano federal Elias Zerolo. Los primeros poemas y cuentos de Mercedes se publicaron en la prensa local. A la edad de 14 años es conocida como la “Poetisa Canaria”. Ya en esta época obtuvo galardones en diferentes concursos de ámbito regional.

En 1909 se casa con el catedrático de la Escuela Náutica de Las Palmas y capitán de la marina mercante Juan Foronda y Cubilla, con el que tuvo tres hijos. El matrimonio resultó muy desafortunado y las vejaciones que soporta de su marido, diagnosticado de paranoia celotípica, impregnarán su actitud ante la vida y los temas dominantes de su obra. Diez años dura esta atormentada convivencia hasta que en 1919, por recomendación médica Juan de Foronda es internado en un sanatorio de Madrid. Esta visita a la capital del país será decisiva para Mercedes Pinto que, gracias al asesoramiento del abogado Rubén Rojo (su segundo marido), conseguirá refugiarse en Madrid con sus tres hijos y entrar en contacto con el mundo intelectual madrileño.

Explica A. Llarena que “La convivencia amarga de Mercedes con su esposo, el miedo a morir en sus manos o el temor a que sus tres hijos sufrieran los irreversibles embates de un hombre atormentado y celoso, la obligaron a abandonar Tenerife y poner rumbo a Madrid”. Su intención era clara: ingresar a su marido en un manicomio. Esa era la única manera en la que una mujer podía librarse de su maltratador en un país que no estaba preparado para asumir alteraciones en su modelo social, basado en un androcentrismo que otorgaba a la mujer un papel meramente reproductivo.

Empieza a escribir en la prensa y establece amistad, entre otros, con Ortega y Gasset y Unamuno. En ese entonces comenzó su colaboración con reputados diarios y revistas españoles como Prensa Gráfica, La Acción, o Lecturas, siendo igualmente secretaria de la revista Los Ciegos. Pero lo que marcará ese momento es su contacto con los círculos feministas y su amistad con la escritora Carmen de Burgos, que se había separado de su marido y era una ardiente defensora del divorcio y de los derechos de las mujeres; por ello debió constituir un modelo de comportamiento para Mercedes e influir en sus planteamientos feministas y republicanos posteriores. 
En México, años más tarde ella relataba así su experiencia: Llegando a Madrid me acogieron un grupo de escritores de aquella época: Unamuno, Carmen de Burgos ( Colombine ) ... Supieron mi historia y me alentaron a que diese conferencias sobre el divorcio. Di una que hizo gran ruido, titulándola “El Divorcio como medida higiénica”.
El médico Navarro Fernández había organizado una serie de conferencias sobre salud e higiene en la Universidad Central de Madrid a finales de 1923, que se iba a cerrar con una ponencia de Colombine. Pero una enfermedad la obligó a guardar reposo, así que propuso que fuera su amiga Mercedes Pinto quien la sustituyera. “Yo dije que el tema sería el divorcio”. ‘Recuerde usted que el ciclo lleva por título Conferencias Higiénicas’, interrumpió el doctor Navarro. Y yo aduje que las enfermedades contagiosas y hereditarias eran motivo lógico de divorcio”, escribió Mercedes para contar cómo coló en aquel discurso su defensa del divorcio. 

  […] Yo sé, señores, que esta enfermedad pueden llevarla en sí lo mismo los hombres que las mujeres, pero yo soy mujer y vengo a hablar por ellas. Los hombres casados con una enferma de este género lo tienen todo a su favor: «Pobre hombre —dicen— la mujer es insoportable, es celosísima, es rabiosa, es una fiera; debe estar chiflada, porque hace cosas muy extrañas»....Por fin el marido, acompañado del asentimiento y la conmiseración de los amigos, de sus criados y del mundo, toma a la esposa y la lleva a una casa de salud, o la entrega a sus padres, quedándose él con los hijos, porque la mujer «no anda bien de la cabeza». 

Así dicen; y no andar bien de la cabeza es tener celos infundados de un marido intachable, es el enfadarse sin causa, es hacer del hogar una molestia continuada, etc., etc. El hombre pues, está ya liberado…….

¿Cómo va un médico que examina la sangre y el pulmón de un hombre a saber que en no lejano día el negro sadismo se levantará cruel y silencioso entre las sombras de la alcoba nupcial? ¿Cómo puede el médico adivinar las torturas a que la infeliz esposa va a verse sujeta? ¿Cómo la verán sus ojos de doctor y humanista con los dedos retorcidos y la garganta doblada bajo las presiones y las mordidas que han de dar al sádico el esperado goce? .... Las infinitas crueldades que un enfermo del cerebro puede desarrollar en el matrimonio sólo puede concebirlas la mente más exaltada, los celos más insospechados, las manías más torturantes, los insomnios más tétricos, las bajezas más bochornosas… 

Y eso, todo eso que parece ha de ser causa de divorcio, no lo es ni puede serlo, puesto que el Código aprecia como motivo de divorcio aquellos golpes de naturaleza tal que pudieran haber causado la muerte, y una cantidad de testigos que no sean de la familia, ni sirvientes, sino personas de fuera de la casa que hayan presenciado los hechos. De manera que todas las violencias, las torturas y los horrores incontables por asquerosos o brutales que contra su esposa pueden ocurrírsele a un paranoico, no son nada ante las leyes; tiene que esperar que le peguen un tiro… (y no la acierten) para que los jueces piensen que si le acierta… ¡se hubiese quedado en el sitio! Y por lo que se refiere a los testigos, desde luego comprenderéis lo imposible de que ciertos martirios, generalmente de alcoba y nocturnos, tengan testigos, por que no es costumbre que los amigos estén en la habitación a esas horas, y si la esposa grita, ya tendrá cuidado de no volver a hacerlo porque el marido lo impedirá, del modo que pueda, pero lo impedirá. 

Además, todo el ambiente que ayudó al esposo de la enferma, al recluirla en un manicomio, o enviarla con su familia, quedándose él con sus hijos, ambiente que le harán también las mujeres que se pondrán de parte del marido, le faltará seguramente a la esposa al tratar de hacer lo mismo. Por regla general, pocas veces llega al público el verdadero aspecto de la horrible verdad.... Un señor discutidor, suspicaz, dispuesto a agriar las conversaciones con frases molestas y hasta llegando alguna vez a una agresión, no es para los ojos de los extraños más que un hombre de mal carácter, o tal vez cuando más «un señor raro»; pero esas gentes ven las cosas de lejos, no saben los disimulos, las suspicacias y los engaños con que esos hombres que no son raros, sino sencillamente enfermos, llegan a ocultar al público completamente las espantosas negruras de su hogar. 

Esa locura engañadora, que lleva generalmente al que la padece a ver en los demás maldad y refinada malicia, desprestigia a la esposa del loco, por regla general, y a las iras de éste se les llamará «mal carácter», y a su sadismo exageraciones de la esposa que comprende mal las expansiones de un apasionado, y a sus celos les llamarán «exceso de amor», si es que no —¡lo que desgraciadamente ocurre!—, se vuelve la opinión en contra de la esposa, y dicen que algo habrá en ella cuando él la cela. ¿Qué ayuda puede darnos la justicia? Ninguna; porque la locura por sí no es causa de divorcio. […] 

La conclusión de su discurso era que, en el caso de que la legislación no concediera el divorcio (a la mujer casada con un “loco” ) ella "debe seguir el camino marcado por la naturaleza, esto es, buscar el amor y el hogar al que tiene derecho".

Como miembro de la Liga Internacional de Mujeres, una asociación feminista presidida por Carmen de Burgos que reivindicaba sus derechos políticos y civiles, en 1924 Mercedes pidió a Primo de Rivera la reforma de una medida gubernamental que marginaba a las madres solteras, lo que le valió la enemistad del dictador y, según decía ella, su destierro, que pudo evitar gracias a la ayuda de la masonería: La masonería a la que pertenecía el grupo de escritores de oposición, supo bajo cuerda que se me iba desterrar a Fernando Poo y entonces, con pasaportes falsos logré salir de España y dirigirme a Uruguay. Esa es la historia de mi destierro.
Logró escapar a Uruguay junto con su abogado y segundo marido Rubén Rojo. Ya en Lisboa, ciudad desde la que partirían hacia Montevideo, murió su hijo primogénito, Juan Francisco, de tan sólo 15 años, a consecuencia de una grave enfermedad. A partir de ese momento desplegará una intensísima labor cultural que la llevará a dar conferencias en muchos lugares del continente americano. En Uruguay, donde pudo casarse legalmente, dispuso de cargos especiales en el Gobierno, siendo la primera mujer oradora del gabinete. Fundó en su propia casa la Casa del Estudiante para la promoción cultural de las clases populares, donde contó con invitados de la talla de Rabindranath Tagore, Luigi Pirandello o Alfonsina Storni. Además inició la revista Vida Canaria. 

Una vez en Uruguay, Mercedes no se desvinculó de la lucha feminista y pro-republicana, mientras se dedicaba profesionalmente al periodismo y la radio. Colaboró con las revistas Mundo Uruguayo y Vida femenina y escribió en el diario El Día, hasta que salió hacia otros países de Sudamérica, en 1932.

Los temas principales de sus artículos, acompañados a menudo de conferencias dirigidas especialmente a las mujeres, expresan un gran interés por la educación femenina y los derechos cívicos de mujeres y hombres. Habla sobre la mujer ideal, el divorcio, el voto femenino, la educación sexual y el matrimonio, etc. Sus ideas feministas aparecen desarrolladas en el artículo sobre "Los derechos de la mujer", publicado en la prensa canaria en 1930, donde asume con claridad las posiciones sufragistas en el debate sobre el voto femenino que se estaba desarrollando entonces en España.

En ese tiempo (1926) escribió su novela más conocida, Él, que fue adaptada por Luis Buñuel al cine el año 1952, y otras obras como Cantos de muchos puertos o Un señor cualquiera, estrenada esta última en el Teatro Solís de Montevideo en 1930. También en la capital uruguaya creó su propia compañía de teatro, la Compañía Teatral de Arte Moderno, en la que figura como asesora literaria y directora artística y en la que debutan en el mundo de la interpretación todos sus hijos: Ana María y Pituka de Foronda, y Rubén y Gustavo Rojo. Fue ayudada por Jaime Torrubiano Ripoll que sería prologuista de su novela Él. 

Este sería el punto de partida de una larga gira que la lleva a recorrer diferentes naciones de sudamérica. Desplazamientos profesionales que compagina con su actividad como pedagoga: invitada por el Gobierno paraguayo para la celebración de las fiestas de la Independencia participa como conferenciante en un evento que tiene lugar en la Universidad de Asunción; en Argentina imparte unas jornadas sobre el tema de la mujer en la Universidad Nacional de Tucumán; en Bolivia sigue llevando a cabo distintas campañas de educación popular paralelas a las representaciones de su compañía teatral.

En 1933 se trasladó con su familia a Chile, donde conoció a Pablo Neruda quien impresionado por la personalidad de la canaria le dedicaría unos versos. Fue en este país donde publicó también su segunda novela, Ella, en 1934. Desde 1935 hasta 1943 residió en Cuba, donde efectuó una ingente tarea en defensa de la República Española y ocupó el puesto de Educadora de Conferencistas. También en la isla caribeña alzó la voz en favor del pueblo judío intentando solidarizar a la población cubana con los refugiados que llegaban huyendo de la barbarie nazi.

Después de una estancia en Cuba se trasladó, tras la muerte de su marido, a México. Allí desarrolló una ingente tarea cultural en la línea que había mantenido toda su vida: la defensa de los derechos de las mujeres, de la clase trabajadora y la modernización de la educación. Es allí donde sus hijos (Pituka de Foronda y Rubén y Gustavo Rojo) comenzaron su carrera en el cine mexicano. 

En todos estos lugares (Chile, Cuba y México) Mercedes desarrolló una intensa actividad como oradora y dramaturga, declarándose como una gran defensora de los derechos de las mujeres, la clase obrera, y la modernización de la educación. En 1953 participó en un ciclo sobre Arte Contemporáneo que se desarrolló en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. También residió algunas temporadas en Madrid, pues sus hijos varones empezaban a intervenir en el cine español, incluso ella apareció, como artista invitada en dos producciones cinematográficas: El coleccionista de cadáveres (Santos Alcocer, 1966) y Días de viejo color (Pedro Olea, 1967). A pesar de estas visitas esporádicas nunca permaneció mucho tiempo en la España franquista. Hasta el momento de su muerte mantuvo una intensa actividad periodística, publicando sus últimas colaboraciones en el suplemento Los Jueves de Excelsior.

Mercedes Pinto siguió colaborando con los círculos republicanos del exilio español, primero en Cuba y desde 1943 en México, país donde se instaló y vivió como exiliada hasta su muerte, el dia 21 de octubre de 1976, a la edad de 93 años, en México D.F. Los versos que en su día le dedicara Pablo Neruda son hoy el epitafio de su tumba en el Panteón Jardín de México.

 “Mercedes Pinto vive en el viento de la tempestad/ con el corazón frente al aire,/ con la frente y las manos al aire/ Enérgicamente sola/ urgentemente viva/ Segura de aciertos e innovaciones, / terrible y amable en su trágica/ vestidura de luz y llamas”.

Mercedes es un claro ejemplo del olvido y el abandono al que hemos sometido a personalidades relevantes del mundo de la cultura y las artes. En el año 2009, el Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General del Libro, decide dedicar el "Día de las Letras Canarias" a la figura de Mercedes Pinto.

¿El genio nace o se hace? Ella abarca los primeros veintitantos años de la vida de Mercedes Pinto. Su infancia feliz en Tenerife, arropada por una familia pudiente, respetada y amante, sus incursiones en la religión, en la poesía; las primeras dudas que se despiertan en su inteligencia de niña precoz y vital; los tanteos amorosos; las injusticias; las bajezas humanas. Su matrimonio con Juan de Foronda, al que dedicó el libro Él, que inspiró la película homónima de Luis Buñuel. Pinto nació con genio, y dedicó la vida a fomentar el suyo, y a sembrar en los demás la inquietud para hallarlo en ellos mismos. Ella narra la situación previa a la catarsis que convirtió a Mercedes Pinto en un personaje a la altura de Gertrude Stein o Pablo Neruda.

Principales obras

    Obras teatrales: “Un señor cualquiera” (1930), “Silencio” (1929), “Una mujer, Ana Rosa” (1932).
    Poemarios: “Brisas del Teide” (1921), “Cantos de muchos puertos” (1940), “Más alto que el águila” (1968).
    Ensayo: “La emoción de Montevideo” (1949).
    Novelas: “Él” (1926), “Ella” (1934), “El alma grande del pequeño Juan” (1950).
    Cine: "El coleccionista de cadáveres" (1966), "Días de viejo color" (1967).
  
Conferencias

FEMINISMO
• A las Madres Obreras.
• Amor y Feminismo.
• Amor, Matrimonio, Divorcio y Maternidad.
• Derechos Civiles y Políticos de la Mujer.
• Divorcio (arma de dos filos), Conciencia y Felicidad.
• El Deber en la Hora Actual
• El Divorcio desde el Punto de Vista Social.
• El Ideal Moderno de la Mujer.
• El Movimiento Emancipador de la Mujer de América.
• El Rol de la Mujer en la Hora Presente. El Niño y la
• El Trabajo Femenino y la Madre Obrera
• El Voto de la Mujer
La Madre Soltera
La Mujer Española, Antes y Ahora
La Mujer Hispanoamericana
La Mujer Ideal: Soltera, Novia, Casada, Viuda.
La Mujer Moderna y su Influencia en el Destino del Mundo
La Mujer y El Hogar
La Mujer y la Legislación Obrera
La Mujer y La Política
La Mujer y a Sociedad
EDUCACIÓN
• Educación de la Mujer
• Educación Moral y Física de la Mujer
• Educación Sexual y Matrimonio
• El Libro, Factor Principal de la Cultura
La Educación Política de la Juventud
La Generación Presente y Su Educación
La Madre y la Maestra ante sus Respectivas Responsabilidades
La Maestra Antigua y la Maestra de Hoy
La Maestra de Hoy y la Escuela Activa
• Mi Mensaje a la Juventud
• Proyecciones Sociales de la Educación del Niño
SOCIOLOGÍA / FILOSOFÍA
• ¡Optimismo!... ¡Felicidad!
• Conflicto Moral Contemporáneo. Piedad. Energía.
• Don Juan Tenorio
• El Alma de Nuestro Siglo
• El Amor Libre
• El Amor, el Matrimonio y la Política
• El Nuevo Concepto del Amor en la
• El Pensamiento Contemporáneo
• Extensión del concepto de patria
La Libertad Como Base de la Armonía Social
La Moral Moderna
• Sonata de amor
• Una Lección de Vida
LITERATURA
• Conversación Literaria
La Poesía Uruguaya
• Poetisas uruguayas: semblanzas
• Poetisas sudamericanas
POLÍTICA
• Bolivia y el Problema del Chaco
• El Concepto de la Ciudadanía
• El Problema del Pueblo Ruso
La Monarquía y la República
• Mensaje a los Asalariados
• Patriotismo y Ciudadanía
• Solidaridad y Servicio
ESPAÑA
• España y Galicia
• España y Sus Tradiciones
• Galicia ¡La de las Tardes Plácidas!
La España Antigua y la España de Hoy
La España de Hoy
• Las Bellezas de España
• Las Islas Canarias
Septiembre de 2008


Fuente bibliográfica:
Llarena, Alicia. Yo soy la novela. Vida y obra de Mercedes Pinto. 2003
Algunos textos sobre MP:

  • El divorcio como medida higiénica, de Mercedes Pinto (Edición e introducción de Alicia Llarena) Cabildo de Gran Canaria-Instituto Canario de la Mujer, 2001.
  • Ventanas de colores, de Mercedes Pinto. Cabildo de Gran Canaria-Instituto Canario de la Mujer, 2001.
  • Un señor... cualquiera, de Mercedes Pinto . Cabildo de Gran Canaria-Instituto Canario de la Mujer, 2001.
  • Yo soy la novela. Vida y obra de Mercedes Pinto. Cabildo Insular de Gran Canaria-Instituto Canario de la Mujer, 2003 [Premio de Investigación Canarias-América].
  • Geografía sentimental, de Mercedes Pinto. Islas Canarias, Gobierno de Canarias, 2009.
  • Mercedes Pinto: paisaje interior [1.945 KB] (Alicia Llarena y Antonio Becerra Bolaños, coords.), Tenerife, Gobierno de Canarias, 2009.
  • Las consecuencias de una verdad: Mercedes Pinto. Casa del Tiempo (Universidad Autónoma Metropolitana, México DF) 2 (1999) pp. 30-35.
  • Noticias sobre ella y sobre Él: Mercedes Pinto, Espejo de paciencia, 2 (1996) pp. 101-105.

Marivi gonzalez diez  


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