miércoles, 24 de diciembre de 2014

EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA



UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

PERIODO COLONIAL 1491-1500

CAPITULO I-VII

 

Eduardo Pedro García Rodríguez


1492 Julio 13. Valladolid (f.13). Albalá con la declaración que hacen los reyes a favor de Alonso Femández de Lugo, vecino de Sevilla, asegurándole que si en el término de un año, a contar desde primero de Octubre de 1492, da por terminada la conquista de La Palma, le libraran, de las rentas de 1494 y en el lugar que él determine, los 700.000 maravedís que con él asentaron. El Rey y la Reina. Alvarez de Toledo. (E.Aznar; 1981)

1492 Julio 13.Valladolid. Don Fernando y doña Ysabel etc. Por quanto vos Alonso de Lugo llevay cargo por nuestro mandado de conquistar la ysla de La Palma, que está poder de canarios ynfieles, e fue asentado con vos, por nuestro mandado avque para las costas y gastos que fiziéredes en la dicha conquista os avíamos faser merced de la mitad de los quintos a nos pertenescientes de las cosas que fueren tomadas por vos o  por otras gentes que lleváredes para la dicha conquista o por las fustas e navíos que para ello lleváredes de qualesquier vecino de la ysla de Tenerife e de qualesquier lugares de la Bervería. Por ende, por haser bien e merced a vos Alonso de Lugo, en alguna enmienda de las costas e gastos que en la ysla de La Palma, que vos lleváys a cargo por nuestro mandado, avéys de faser, por la presente vos fazemos merced de la mitad de los quintos que a nos pertenescente nos avemos de aver de qualesquier tomas e cavalgadas que vos e las gentes que lleváredes o vuestros navíos e fustas para la dicha conquista tomaren de qualesquier vecinos de la ysla de Tenerife e de qualesquier lugares de Berbería; e la otra mitad, de los otros quintos, es nuestra merced e voluntad que vos el dicho Alonso de Lugo la recibáys e cobréys para en quenta e parte de pago de las setecientás mill que nos vos avemos a dar para la dicha conquista de La Palma; e sy caso fuere que la mitad de los dichos quintos montare e valieren más de las dichas setecientas mill maravedís, que vos avemos a dar por la dicha conquista, que seyendo pagado de la mitad de los quintos, a la persona o personas a quien nos mandaremos. E por que se sepa lo que ansí recebís e cobráys, mandamos que lo que ansí recibiéredes e cobráredes e anos pertenecieren de la mitad de los dichos quintos lo recibais por ante escrivano público, e dello tengáys cuenta e rasón, por que por virtud della se pueda saber e averiguar lo que por vos ansí fuere recebido; e si viéremos que cunple a nuestro servicio embiar persona que esté presente al recebire cobrar de los dichos quintos, que lo podades fazer.

E por esta nuestra carta mandamos a qualesquier capitanes e maestres e contramaestres e otras qualesquier personas, que vos fueren a la dicha conquista, que vos acudan e faganacudir con los dichos quintos, que ansí a nos pertenecieren de las cabalgadas que ansí fisieren en la dicha ysla de Tenerife e de qualesquier lugares de la Berbería, e que tomen vuestra carta de pago, con las quales, e con el traslado de esta. nuestra carta, mandamos que les sean rec;ebidos e pagados en cuenta, e ques non sean pedidos nin demandados otra vez. E mandamos a los nuestros contadores maiores e a sus oficiales que ansy entren el traslado desta nuestra carta en los nuestros libros, e vos sobrescriban e den e tomen el oreginal, por que por virtud della vos sea acudido con los dichos quintos. E los unos ni los otros etc. (con enplazamiento etc.). Dada en Valladolid, a XIII de jullio de XCII años.= Yo el Rey.=Yo la Reyna.=Yo Ferrand Alvares.=Registrada, Rodericus, doctor. (A. Rumeu 1975:420)

1492 Julio 13. Valladolid (f. 13). Albalá con la declaración que hacen los reyes a favor de Alonso Femández de Lugo, vecino de Sevilla, asegurándole que si en el término de un año, a contar desde primero de Octubre de 1492, da por terminada la conquista de La Palma, le libraran, de las rentas de 1494 y en el lugar que él determine, los 700.000 maravedís que con él asentaron. El Rey y la Reina. Alvarez de Toledo. (E.Aznar; 1981)

1492 Julio 13. Valladolid (f. 18). Merced a Alonso Femández de Lugo, vecino de Sevilla, en concepto de ayuda para la conquista de la isla de La Palma, de los quintos que a la Corona pertenecen de cautivos, ganados y bienes de los canarios. El Rey y la Reina. Alvarez de Toledo. Acordada. Don Alvaro. Johannes. Antón. Franciscus licenciatus. Castillo. (E.Aznar; 1981)

1492 Julio 13.
Colón preparaba en Palos su viaje. Y Fernández de Lugo era contratado. Absteniéndose de aludir a la campaña de Pedro de Vera, la soberana ordenó: "avéis de conquistar la Ysla de la Palma", que está en "poder de ynfieles canarios". Presupuestada la operación en 700.000 maravedís, buscaría los dineros, recuperando la inversión y obteniendo beneficios, a cuenta de los "quintos... de cautivos e ganados e bienes"[6], "de qualquier tomas e cavalgadas, que vos e las gentes que llevades.., tomasen de qualesquier vecino de la Isla de Tenerife e de qualesquier logares de Berbería"[7]. Caso de no amortizar la inversión, en el curso de la campaña, Lugo se reservaría las rentas de Palma y Tenerife, hasta finales de 1494[8]. Recuperado el capital, reales oficiales sacarían la cuenta, quedando al mílite, de por vida, el medio quinto de las islas y los gajes, que le correspondiesen como gobernador, cargo concedido con carácter hereditario, transmisible por vía de primogenitura[9]. Conveniente que Palma fuese "prestamente poblada", los castellanos que se estableciesen "de asiento", con mujeres e hijos, serían francos de pechos y derechos, "según e como lo son los vecinos de la Gran Canaria"[10].

Presupuestada la operación en 700.000 maravedís, buscaría los dineros, recuperando la inversión y obteniendo beneficios, a cuenta de los "quintos... de cautivos e ganados e bienes", "de qualquier tomas e cavalgadas, que vos e las gentes que llevades.., tomasen de qualesquier vecino de la Isla de Tenerife e de qualesquier logares de Berbería". Caso de no amortizar la inversión, en el curso de la campaña, Lugo se reservaría las rentas de Palma y Tenerife, hasta finales de 1494.

Recuperado el capital, reales oficiales sacarían la cuenta, quedando al mílite, de por vida, el medio quinto de las islas y los gajes, que le correspondiesen como gobernador, cargo concedido con carácter hereditario, transmisible por vía de primogenitura. Conveniente que Palma fuese "prestamente poblada", los castellanos que se estableciesen "de asiento", con mujeres e hijos, serían francos de pechos y derechos, "según e como lo son los vecinos de la Gran Canaria".

Buscó Lugo por socios capitalistas a Juanoto Berardi, florentino, representante en Sevilla de Bartolomé Machino, que tenía arrendada la Guinea al rey de Portugal y al mercader genovés, residente en Sevilla, Francisco Riberol. A repartir costos y beneficios por terceras partes, de haber "demasía" en el gasto, "se partiese de sueldo por libra.., según se suele y acostumbra hacer, entre mercadores". La armada salió del puerto de Alventos, en día indeterminado de finales de julio o agosto. Preceptivo que la campaña de Pedro Vera, quedase circunscrita a Tamaránt (Gran Canaria), Bernáldez cumple su deber, al decir que la isla de Benahurae (La Palma), habitada por gente "bestial", no fue "señoreada" ni pacificada, "de otra nación" ni persona, hasta que la conquistó Alonso de Lugo, consiguiendo "despojo" de 1.200 " ánimas de varones e mujeres, chicos e grandes" y 20.000 cabezas de ganado, ovejuno y cabruno, cifra exigua, si tenemos en cuenta las 40.000 cabeza, que el obispo de Rubicoó, tenía en Erbania (Fuerteventura.) ".

Francisca de Palma, (Gazmira) residente en Tamaránt (Gran Canaria), natural de Benahuare (La Palma) "e mucho emparentada en ella", explica muy diferente conquista. Convencida por Francisco Maldonado, "nuestro pesquisidor en la dicha Ysla" y sus regidores, pasó a la patria de origen, para convencer a sus paisanos. Consiguió que diesen vasallaje, "fuesen de paces e estoviesen a nuestro servicio et mandado", los  bandos, que gobernaban  la isla. Los miembros de unos se dejaron bautizar en bloque, casando "los onbres con sus mujeres", según el rito católico. Recibido Alonso de Lugo por el cabildo de "San Miguel de la Palma", formado a imagen y semejanza de los castellanos, "con la solemnidad acostumbrada", los varones ofrecieron combatir en su compañía, "fasta tanto que la isla fue allanada y acabada de conquistar".

Imposible hacerse con cautivos, ganados en "buena guerra", por no haberla, Lugo buscó desesperadamente el medio de procurárselos. Esgrimiendo "poderes que dijo que... tenía", para asegurar el respeto a personas y bienes, pidió a Francisca que a imitación de incas, aztecas y vasallos de Portugal, los notables diesen a la reina algunos de sus hijos, a título de rehenes, "para que nos viésemos más su firmeza y lealtad". Suponiendo que serían educados en la corte, para ser exportadores de la lengua y hábitos de la metrópoli, a la colonia, buscó "22 mochachos e mochachas", hijos de nobles locales. Embarcados en compañía del conquistador, arribaron a Puerto de Santa María en febrero de 1493, siendo vendidos de inmediato, mientras los padres hacían la guerra, al servicio de Castilla. Insuficiente el lote para cubrir gastos, Lugo urdió patraña, que le permitió comercializar masivamente a los isleños. Imposible negar que dieron vasallaje, les acusó de traición abortada. Tras prometer convertirse a la "santa fe católica", se confabularon a sus espaldas, para "dar en el... real" de los castellanos, "e lo desbaratar". Enterado Lugo por sus espías, lo impidió, absteniéndose de castigarlos, a la espera de reales instrucciones. Interesada la reina en el negocio, dio crédito al infundio, haciendo regalo sustancioso a su capitán, para abrir la veda de "palmeses": "nos le hezimos merced de ciento cincuenta cautivos, de los que fueron en la dicha traición.

Sin intención de moverse de la corte, Lugo delegó la captura en los escuderos Espinosa y Benavides. Cayendo sobre Benahuare, rompieron la "pacífica paz", incautando bienes y cuerpos de hawaritas, que fueron embarcados para "estos nuestros reinos", sin atender a las protestas de Francisca. Sintiéndose culpable, "por haber sido ella intérprete e cabsa de que ellos se confiasen", quiso pasar a Castilla, para querellarse ante los reyes, "por sy e por los dichos sus parientes y naturales", pero esgrimiendo la prohibición de 1491, le impidieron embarcar. Poco después, la muerte de cuatro esclavos de Alonso de Lugo, quizá propiciada o provocada por su propietario, sirvió de excusa, para arrestar a los familiares de Francisca.

Secuestradas sus pertenencias, el "conquistador" probó la gravedad del delito, por la dureza del castigo: "aforcó injustamente" a dos palmeños, "cabeçeras de vando", que combatieron a sus órdenes, so "color" o apariencias de haber inspirado revuelta inexistente, salvando Francisca la cabeza, por evitar escándalo sonado. Estaba Colón en Indias y Lugo en Andalucía, cuando "ciertos vecinos" de Santa María del Puerto, saltaron en Chinet (Tenerife), capturando canarios "que se disen de las pazes", vasallos de los reyes de Castilla.
Embarcados con la orchilla que tenían, los llevaron a vender a su pueblo, "e a otras partes de Andalucía". No deseando disturbios prematuros, los católicos ordenaron recuperarlos, para devolverlos a su isla.
Improcedente que el conquistador vegetase, por espacio de un año, Bernáldez lo lleva a Sevilla, apenas terminada la conquista de Palma, para preparar la de Chinet (Tenerife). En verdad, Lugo no supo que habría de emprenderla, antes del 28 de diciembre de 1493, en que los católicos le ordenaron conquistar la "última y setena de las Canarias y una de las mejores. Para evitar que se eternizase, en la preparación de la armada, la licencia de sacar de Andalucía 2.000 quintales de bizcocho, 1.000 cahíces de trigo y 300 de cebada, tuvo fecha de caducidad: finales de marzo de 149[1]. De embargar los barcos para la "nuestra armada", que habría de pasar "destos nuestros reynos a dicha Ysla de Tenerife", se encargó el Capitán General de la Armada, proveedor de la artillería, armas, herramientas, pertrechos y "bestias", para tropa de 1.500 peones y 100 caballo, engrosados con 500 peones y 60 caballos, al pasar por Tamarán (Gran Canaria).

Lugo buscaba 300 pobladores asalariados, para Tenerife. "Reducida" la isla "a nuestro servicio", tras señalar asiento para la iglesia o iglesias a construir, repartiría solares y haciendas. Cumplida "vecindad" de cinco años, en casa poblada con mujer e hijos, los residentes podrían inscribir la propiedad, en el "libro de todos los heredamientos", adquiriendo el derecho a venderla. Capitán de Tenerife, en el curso de la conquista, una vez terminada, Lugo ascendería a gobernador, en las mismas condiciones que en Benahuare (La Palma). (L. Al.Toledo)

1492 agosto.
Leonor  Suárez [Gallinato]  (muger de Pedro  del Algaba, Governador que fue de las Islas de Canaria, difunto que Dios  aya, vezina de Sevilla en la collación de Santa María) otorga que da  todo  su  libre e llenero e conplido poder, según 'que  lo ella ha de derecho e más  deve valer, al Jurado Martín Fernández,  camarero que fue del   . señor  Adelantado Don Pedro Enríquez  especialmente para que por ella e en  su nombre pueda pedir e  sacar  libramiento  del Rey e  de la Reina  o de los sus Contadores mayores,  de los 20.000 maravedis  que ella  tiene  de Sus Altezas de juro en cada un año,  situados señaladamente en  las  rentas del almojarifazgo desta cibdad de Sevilla.  .. (J. G.,  fol. 456 v.).
(Francisco Morales Padrón. Canarias en el Archivo de protocolos de Sevilla, en: mdc)

1492 Agosto 11.
Arriba al puerto de Tamarán (Gran Canaria) según algunos historiadores la escuadrilla comandada por el aventurero Cristóbal Colón en su viaje de saqueo, depredación  y conquista de Las Indias, tierras que pasando el tiempo serían conocidas como América.

Ésta era la famosa escuadra que el general Alonso Fernández de Lugo vio arribar a la Gran Canaria el día 11 del referido mes. Aquí puso Colón a "La Pinta", una de sus tres naves, el timón que se le había rendido en el golfo, y mudó la vela latina de "La Niña" en otra redonda. Y, habiendo permanecido en Canaria veinte días enteros, salió a primero de septiembre, y el día 4 entró en la bahía de La Gomera, su antiguo domicilio, donde visitó a su adorada Beatriz de Bobadilla, refrescó su aguada, reemplazó los víveres, entró leña y, reforzando el equipaje con algunas gentes del país, siguió su navegación el 7. He aquí el  meridiano de donde partió aquel aventurero para arribar el 11 de octubre a la primera tierra del nuevo mundo, teatro preparado para las  hazañas de los colonos y criollos isleños de Canarias, a quienes está la América en la mayor obligación.

No dejaba Colón de tener bastantes presentimientos de esto y, por tanto, jamás hizo viaje a aquella vasta parte del globo, sin que tomase puerto en nuestras islas. En su segunda expedición, que ejecutó con diecisiete embarcaciones en 1493, avistó el 2 de octubre la isla de Canaria, y el 5 entró en la de La Gomera, donde no sólo tomó gente, aguada y las provisiones de boca necesarias para continuar su destino, sino también simientes, plantas, vacas, cabras, ovejas, puercos, gallinas, etc. De forma que, como notó Antonio de Herrera, de las Canarias salió la primera raza de estos vivientes de que está la América tan cubierta en el día. Colón salió de La Gomera el 7 de octubre del mismo año.

En 1499, día 10 de mayo, volvió a visitar esta isla por la tercera vez y, como aquí supo que cierto corsario francés acababa de apresar dos carabelas españolas sobre sus costas, salió a darle caza y las recuperó felizmente.

De la isla de La Gomera pasó el almirante Colón a la del Hierro. Entonces fue cuando, deseoso de emprender nuevos descubrimientos, destacó tres de sus navíos a la isla Española y con los restantes tomó desde El Hierro el rumbo hacia el Oeste. Finalmente, Cristóbal Colón volvió cuarta vez a Canaria, en cuyo puerto surgió el 19 de mayo de 1502. (Viera y Clavijo, 1991)

1492. agosto 20.
Pedro  de Cales e Johan de Medina e Andrés  Sánchez e  Pedro de la Gomera e Juan de Sevilla e Marcos  e Pedro de Moguer e Diego López e Rodrigo Alvarez e Juan Garrido e Diego Cherino  e Juan de Jerez e Pedro de Frías e Martín de Rota e Diego Navarrete  e
Pedro de Baeca e Fernando de Córdova e Miguel de Córdova e Francisco  de Sevilla e Francisco de Flandes e Pedro de Gibraltar e Pedro de Narchena  e  Pedro  del Alhóndiga  e Pedro Fernández  e  Juan de Castilla  e  Pedro Escudero  e Bartolomé de Triana  e Francisco  de Palos,  canarios  de la Gomera; e Cristóval Delgado e Pedro García, canarios de la Grand  Canaria:  otorgan que fasen  pleito  e postura  con  el Capitán Alonso  de Lugo  que está presente,  en tal manera qu'ellos  sean obligado de yr a servir por peones lanceros,  con sus dardos c  espadas, en la conquista que el Rey e  la Reyna   han mandado faser a los canarios de las  yslas de La Palma e Tenerife; e que están prestos a faser el dicho semicio quando  por el dicho Capitán fueren llamados, e  estén  en el  dicho servicio  un año; e se á obligado el dicho Capitán a  les dar mantenimiento  desde  el  día que partyeren  al  dicho  servicio del Puerto  de  Sauta María   e  que no  se puedan partir del servicio fasta que sea el  dicho  tiempo  conplido,  salvo  si  la dicha  conquista  se acabare  antes ..

E por razón del dicho servicio cada uno d'ellos tendrá una parte según  se  diere a los otros peones lanceros castellanos e canarios que estovieren  fasyendo el dicho servicio; e que el dicho Capitán se á  obligado a poner los  dicha canarios, n,inndn  se uvieren  pedir  de1  dicho servicio,  comnplido  el dicho  tiempo o syendo acabada  la dicha conquista,  en  tierra del Rey  Nuestro Señor; e otorgan e prometen de se no partir . E el dicho Capitán,  seyendo  presente,  otorgó  e  rescibió  en  sí  la  estipulación  deste  contrabto. Otro tal pleito e postura otorgó por .ballestero Pedro de Toledo, criado de Pedro Coronado, estante en Sevilla, con el dicho Capitán  Alonso de Lugo, por  el dicho tiempo  e prescio  e  condiciones e penas  e  posturas...  (J. C.,  Sol. 454). 
(Francisco  Morales Padrón, 1961)  





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