domingo, 28 de diciembre de 2014

"Los Ranchos de Navidad, entre el pasado y el presente"




Los canarios tenemos una Navidad donde los ecos y las luces del pasado se mezclan con el presente Las manifestaciones más características de los Ranchos de Navidad nos las encontramos, especialmente en Lanzarote, y Fuerteventura. En un principio los Ranchos de Ánimas, cuyo propósito no era otro que recaudar donativos para poder celebrar misas en honor a los fallecidos previo pago a las iglesias. Con el tiempo, estos cantos se usaron para glorificar el nacimiento de Jesús, aunque sin perder el ritmo lastimero.

El historiador Maximiano Trapero cree haber visto un nexo de unión entre estos ranchos de navidad con los cánticos de nuestros antiguos pobladores de estas islas. El historiador cita un crónica de la conquista que hace alusión a que los canarios eran gente afable, y sus cantares, muy lastimeros, cortos y a modo de endechas, y muy sentidos, que mueven a la compasión de los oyentes.

los impulsos del pueblo y el orden que imponía la iglesia a la hora de abordar las celebraciones propias de la Navidad dieron lugar a algunas anécdotas de toda índole . Siendo una de las más conocidas en el pueblo de Femés (Yaiza, Lanzarote). Los feligreses, parece ser , tenían la costumbre de saludar con grandes silbidos el momento en el que se festejaba el Nacimiento del Niño Jesús. pero a principios del siglo XX arribó al pueblo un sacerdote que quiso cortar de manera fulminante con esta costumbre tan ancestral por considerarla inapropiada. Pero no contaba con la resistencia de muchos vecinos. Uno de ellos entonó un silbido durante el besapiés y el cura, ni corto ni perezoso, la golpeó en la cabeza con la imagen del Niño Jesús. Esta anécdota fue recogida por el escritor e historiador Isaac Viera y pervive en la memoria insular en la forma de unos versos anónimos: "Al niño recién nacío le dio muerte el señor cura por mor de la calentura que cogió con el silbío"..

Los Ranchos de Pascua también están unidos a las llamadas, misas de luz, las nueve noches entre los días 16 y el 24 de diciembre, hasta la llegada de la Natividad. Algunos historiadores pretenden señalar que los conquistadores utilizaron estas misas para establecer un paralelismo con determinados rituales de los antiguos pobladores de estas islas y así facilitar la cristianización. Una vez más se cruzan los caminos del pasado y el presente.


María Gómez Díaz. Diciembre de 2014.

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