lunes, 8 de diciembre de 2014

EFEMERIDES DE LA NACION CANARIA


EFEMERIDES DE LA NACION CANARIA

UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

PERIODO COLONIAL 1481-1490


CAPITULO-XV



Eduardo Pedro García Rodríguez

1488. Fernán Peraza, hijo de Inés Peraza (viuda de Diego García de Herrera) y autodenominado señor de La Gomera y Ecero (Hierro), es muerto en Gomera por los guanches rebelados contra sus violencias y esclavizaciones, ajusticiado a manos de Hautacuperche. Comienza la llamada "Rebelión de los Gomeros". Vuelve a cebarse la la desmedida y criminal represión de los españoles sobre los oriundos, siendo de nuevo el masacrador Pedro de Vera al mando de 400 soldados el que lleva a cabo estas acciones.

 Beatriz de Bobadilla, viuda de Fernán Peraza, junto con Pedro de Vera, genocida y gobernador de Tamarán (Gran Canaria), quien fue a la Gomera en su ayuda, dominan el alzamiento y, en venganza, matan a muchos guanche especialmente mujeres y niños y esclavizan a otros muchos guanches cristianos de la isla, mujeres, mozos y niños, que venden en Andalucía e Ibiza.
 1488. Estando el ballenel Santa María de Gracia, fletado por vecinos de Lepe, en el puerto de Tamaránt Gran Canaria, a punto de zarpar, se presentó Antonio Ollero, "maestro de hacer azúcar", con un criado. Pagados los pasajes, el maestre vizcaíno Martín de Arístidi, los recibió a bordo. Hombre útil Ollero, maltratado sin duda, pues de lo contrario no hubiese desertado, al saber Vera que se escurría, montó en cólera, culpando al maestre por admitir pasajero, sin exigir salvoconducto, "por simpleza o por codicia", mandando barco de armada, tras el ballenell. Habiendo entrado en Erbania (Fuerteventura), para hacer aguaje y completar la carga, lo capturó Rodrigo de Vera (hijo de Pedro). Decomisada miel, cera y azúcar, al declarar Arístidi no saber que Ollero, viajaba contra la voluntad del gobernador, quedaron libres barco y tripulantes.
 De regreso en Lepe, el armador, Francisco Pinzón presentó denuncia, rechazándola los justicias, porque al estar los testigos "muy lejos", no se podrían hacer las probanzas. (L. Al. Toledo)
1488. Gobernador de las tres islas mayores, Pedro de Vera prolongó la conquista de Chinech (Tenerife) y Benahuare (La Palma), para prolongar la comercialización de esclavos, ganados en "buena guerra". Pasaron los católicos por alto la irregularidad, pero la intuyeron las víctimas. Habiendo descubierto que los castellanos les provocaban, para justificar la represión, acordaron tomarles la delantera. Cierto día, "los vecinos e avitantes en las islas de Tenerife e la Palma", pidieron conversión a "nuestra santa fe católica e estar a mi obediencia, como súbditos e naturales.., conosciendo el yerro grande en que estaban".

Imposible desoír tan sentida y pública petición, formulada por "islas de nuestra conquista", el 27 de julio de 1488, Fray Antón Cruzado, maestro de teología de la orden de San Francisco, fue nombrado cura de sus almas, presentándose con cortejo de clérigos. Que tanto Pedro de Vera como los Peraza, madre e hijo, recibiesen orden de respetar a los religiosos, permitiéndoles bautizar cuanto les viniese en gana, indica unidad del territorio.
Pedro de Vera se inmiscuyó en las islas de señorío, decretando levas en Titoreygatra (Lanzarote, Fuerteventura), Gomera y ecero (Hierro). Protestó Inés, en nombre propio y de su marido, siendo "amonestado" el gobernador, pero la cuestión no pasó a mayores, preocupando a los reyes la tendencia de los vasallos de la Peraza, manifestada a principios de 1484, de mudarse a "la Ysla de la Gran Canaria". Libres los castellanos de trasladar su domicilio, dónde y cuándo les viniese en gana, los reyes aplicaron el "imperio absoluto", nueva modalidad del "propio motu", para prohibir a los vecinos de las islas menores, que "vos vades a vivir e morar... a la dicha Ysla de Grand Canaria", bajo amenaza de secuestro de bienes, quedando prohibido a Pedro de Vera recibirlos, porque estando las islas "cercanas a los moros, enemigos de la nuestra santa fe católica", de faltar la población cristiana, serían conquistadas. Es probable que los desertores acudiesen al realengo, al olor de las gangas, que siguieron a la conquista. No queriendo los soldados cobrar en esclavos, temiendo que se los secuestrase el obispo, Vera les pagó en propiedad inmobiliaria

Deseando regresar a la patria, vendieron por lo que les daban. Al quedar recluidos en sus islas los vasallos de la Peraza, desaparecieron los compradores, dirigiéndose los milites a la corona, en busca de solución. La respuesta, fechada en 1485, es modelo de desfachatez: si "non fallays quien las compre", se partirían casas y tierras, para que cada cual pudiese disfrutar de lo suyo. Así nos enteramos de que los canarios tuvieron casas de material. Y de que fueron expropiados.  (L. Al. Toledo)

1488 Enero 10. Zaragoza (f.182). Orden a una persona, cuyo nombre aparece en blanco, para que guarde y haga guardar las cartas ejecutorias dadas en el pleito seguido por doña Inés Peraza y su hijo Fernando Peraza contra el difunto Gonzalo de Zúñiga, por robo de una carabela, en el que éste fue condenado por el Ido. De Treviño, teniente de asistente a la sazón, apagar 250.000 maravedís, sentencia que confirmó en apelación al Consejo Real. Dicha ejecución fue concedida a Horencio Hernández, teniente de asistente de Sevilla por el alcalde Lobón, quien la llevó a cabo, en confirmación del alcalde mayor de las alzadas de dicha ciudad, por apelación de doña Maria de la Cerda, viuda de Gonzalo de Zúñiga, pero no dió posesión de los bienes rematados al adjudicatario Luís de Betancor  por oposición del Conde de Cifuentes don Juan de Silva, del Consejo y asistente de Sevilla, de lo que se quejaron doña Inés Peraza y Fernando Peraza, consiguiendo que se encargase a Pedro de Vergara, vecino de Sevilla, de la dicha ejecución, quien tampoco pudo cumplirla por negarse Andrés Gutiérrez de Murcia, secretario de Conde de Cifuentes, que actuó como escribano del proceso, a entregarle los autos del mismo, y contra quien se negó a proceder Juan Valde..., teniente de asistente de dicho Conde. El Rey y la Reina. Santander. Vascus couriensis. Alonso. Antonius. (E.Aznar; 1981)

1488 Julio 20. Murcia (f.312). Carta a Diego de Medina, receptor de los bienes confiscados por delito de herética pravedad en Córdoba y su obispado, para que prosiga el pleito de Fernando Peraza, vecino de Sevilla, contra Luis de Mesa, por razón de una heredad que le dió, por el tesorero Ruy López, cobrándole más aranzadas de olivos de las que eran. Dicho pleito quedó inconcluso porque el dr. de León, que aceptó la carta de comisión dada para él y para el bachiller de Herrera, fue hecho prisionero por Luis de Mesa. Didacus. Antonius. Andrés. Vitoria. (E.Aznar; 1981)

1488 Julio 23.

Murcia.

Carta de comisión a fray Antón Cruzado, custadio de Sevilla, de la orden de frailes menores observantes, para que pudiese firmar “paces” con los indígenas de Tenerife y La Palma.

Poder al custodia de Sevilla o a su comisario para entender en la conversión de la Grand Canaria.

Don Fernando e doña Ysabel etc. Por quanto a nos es fecha relaçón que los vecinos e avitantes en las yslas de Tenerife e La Palma, conosiendo el yerro, gentelidad e ynfidelidad en que están, se quieren convertir a nuestra santa fe católica e estar a nuestra obediençia, como súditos e naturales, pues que las dichas yslas son de nuestra conquista; e anos pertenesçe proveer de personas que les maestren e enseñen e endereçen las cosas de nuestra santa fe católica; e confiando de la vida e conçiençia de vos el devoto religioso frey Antón cruzado, maestro en santa teología, de la horden de san Françisco de oservançia, custodio de la custodia de Sevilla, y de qualquier otro custodio de la dicha custodia, y del comisario e que vos el dicho custodio para el dicho cargo fuere nombrado, que soys tal que guardaréys el serviçio de Dios y nuestro e con toda deligençia entenderéys en la dicha conversión de los vecinos de las dichas yslas: mandamos dar esta nuestra carta para vos. Por la qual vos damos poder cumplido para que vos, o el comisario que por vos fuere nombrado, vades a las dichas yslas de Tenerife y La Palma e a qualquier dellas, libre e seguramente, e a entender en la dicha conversión de los vecinos de las dichas yslas, y los convertir a nuestra santa fe católica; e trabajéys con ellos de los traer a nuestra obediençia, como lo deven estar nuestros súditos e naturales; e para que podáys con ellos capitular e concertar e asentar las cosas que a vos e a vuestro comisario paresciere que más cumple a servicio de Dios e nuestro, e lo más prestamente que pudierdes los traer e convertir a nuestra santa fe católica; e porque asy, ellos convertydos e tomados a nuestra santa fe católica, los podáys asegu- rar e aseguréys: que por nuestros capitanes ni gentes de armas ni por nuestro  capitán ni capitanes de la Grand Canaria ni por Femand Peraça ni por doña Ynés, su madre, ni por sus gentes ni por otros ningunos ni algunos de nuestros súditos y naturales no les serán fechos mal ni daño alguno. E para que cerca de lo susodicho podades asentar e asentades todo lo que çerca de ello pareciere a vos e a vuestro comisario, lo qual vala e sea firme, como si por nos fuese asentado y mandado. Y mandamos a los nuestros capitanes e gentes darmas, e a Pedro de Vera, nuestro capitán de la Grand Canaria, e al dicho Femando Peraça e a doña Ynés, su madre, e a sus gentes e a nuestros capitanes de nuestra armada que guarden los seguros que vos el dicho comisario dierdes por el  tiempo e con las condiçiones que les otorgades, tomándose como dicho es los vecinos de las dichas yslas de La Palma e Tenerife christianos, so aquellas penas en que caen los que quebrantan seguro puesto e dado por su rey e reyna e señores naturales. Para lo qual todo que dicho es, con sus ynçidençias e dependençias, mergençias, anexidades e conexidades vos damos poder cumplido por  esta nuestra carta. E los unos ni los otros etc. Dada en la çibdad de Murcia, a XXIII días de jullio, año mill e quatroçientos e ochenta e ocho años. = Yo el Rey e Yo la Reyna.=Yo Alonso de Avila, secretario etc.=En forma acordada, Rodericus, doctor. (A. S.: Registro del Sello. Fol. 220.) (En: Antonio Rumeu de Armas, 1975).
1488 Julio 23. Recluta en Galicia de algunos “Ilustres” soldados para la conquista y  “civilización” de las islas de  Benahuare (La Palma) y Chinech (Tenerife):
<<Doña Ysabel, Por La Graçia De Dios Reyna De Castilla E De Leon, De Aragon...,Sepades Que Después Que Yo Mandé Conquistar La Isla De La Gran Canaria, E Por La Graçia De Señor Se Ganó E Los Infieles Dellas Se Convirtieron A Nuestra Santa Fee Catolica, Yo, Entendiendo Ser Cumplidero E Serviçio De Dios E Mio E En Acreçentamiento De Nuestra Santa Fee Católica, He Mandado Conquistar Las Islas De Tenerife E La Palma, Que Están En Poder De Los Infieles, E Para Ello E Enviado Mis Gentes E Capitanes Que Están En La Dicha Conquista; E Porque Las Dichas Yslas Non Se Pueden Ansy Enteramente Acabar De Ganar E Reducir Los Infieles Dellas A Nuestra Santa Fee Sin Que Pueda Ir E Vaya Más Gente Para La Dicha Conquista; E Acatando Cuanto Nuestro Señor Diós Sería Servido Que Los Dichos Infieles Sean Convertidos A La Dicha Nuestra Santa Fee O Sean Lançados De Las Dichas Islas;....E Por Cuanto Yo Soy Informada Que En El Eryno De Galicia Ay Alguna Personas Que Han Fecho E Cometido Algunos Delictos De Diversas Calidades E Salteamiento De Iglesias E Monasterios E Otros Excesos Que Se Ha Fecho, Por Lo Cual Han Caydo E Incurrido En Diveras Penas Çeviles E Creminales...Por La Presente De Mi Propio Mutuo E Çierta Ciencia E Poderío Real Absoluto,...Podades Acordar E Acordades Co Ellos, E Cada Uno De Ellos, Que Vayan A Servir Por Sus Personas A Las Dichas Yslas, E Con Cuanta Hayan De Yr, E A Su Costa, Al Dicho Serviçio A La Dicha Conquista De Las Dichas Islas, Por El Tiempo E Tiempos Que A Vos Bien Visto Fuere, Con Tanto Que Non Puedan Ser Menos De Seys Meses, Contados Desde El Dia Que Se Presentaren Ante Pedro De Vera, Mi Gobernador E Capitán De Las Dichas Yslas, E Ante Michel De Moxica, Mi Receptor En Ellas, Fasta Ser Conplido Dicho Tiempo; E Prometer E Segurar En Mi Nonbre Que Las Tales Personas Que Asy Sirvieren En Las Dichas Islas(Borrón) Staren El Dicho Tiempo, A Su Costa Como Dicho Es, ...Sean E Serán Por Mi Perdonados De Todos E Cualesquier Crímenes E Excesos E Delictos E Robos E Fuerças E Muertes De Ome E Salteamientos De Caminos E Quebrantamientos De Iglesias E Monasterios E Otros Cualesquier Delictos,... Dada En La Çibdad De Murcia, A XXIII Dias De Jullio, Año Mill E Quatroçientos E Ochenta E Ocho Años.- Yo El Rey E Yo La Reyna.=>>
1488 Noviembre 25. Dentro de la organización social de los aborígenes gomeros, existía una institución que guarda total paralelismo con otra existente en el mundo berber continental (Marruecos), relativa a los llamados "pactos o alianzas por colactación". De esta forma, Hernán Peraza estaba unido a través de un pacto con los bandos de Amulagua e Hipalán, y precisamente a este último pertenecía la joven Ibaila. Dicho pacto o alianza se realizaba mediante un ritual consistente en beber leche en un gánigo. Al mantener relaciones Hernán Peraza con una mujer de su propio bando, considerada según dicha alianza como su hermana, faltó no sólo al compromiso consuetudinario de la exogamia deshonrando a los bandos que lo habían acogido como hermano de sangre sino que además rompió el pacto establecido. Este hecho, además del despótico gobierno que realizaba el señor sobre la isla, determinaría la conjura, en la que participó Hupalupa, anciano encargado de vigilar el cumplimiento del pacto. Se decidió que Hautacuperche matara al traidor Hernán Peraza, aprovechando su visita a la cueva donde se encontraba Iballa, en Guahedum. Con su muerte, los gomeros alzados decían en su lengua "ya el gánigo de Guahedum se quebró", en señal de que el pacto se había roto. Sublevada la isla, con los gomeros sitiando a la señora Beatriz de Bobadilla en la Torre de los Peraza o del Conde, fue llamado a la isla Pedro de Vera, cruel y nefasto personaje que daría lugar a sangrientos episodios de la Historia de la colonia de Canarias. 
1488 Julio 23. Murcia (f.220). Poder a fray Antón Cruzado, de la Orden de San Francisco, maestro en Teología y custodio de la custodia de Sevilla, y a su comisario, para que entiendan en la conversión de los habitantes de Tenerife y La Palma, cuya conquista pertenece al rey. Ordenándose a Pedro de Vera, capitán de la Gran Canaria, y a Fernando Peraza y su madre doña Inés que guarden los seguros que el dicho comisario otorgase. El Rey y la Reina. A vila. Acordada: Rodericus. (E.Aznar; 1981)

1488 Septiembre 22. Valladolid (f. 135). Incitativa al asistente de Sevilla, a petición de Gonzalo Yáñez Mealla, Juan de Valladolid, Alonso Fernández y Diego Rarnírez, vecinos de Lepe, para que deternline acerca de un valliner, llamado Santa María de Gracia, que les embargó Pedro de Vera, gobernador de las islas de Canaria, bajo la acusación de que el patrón Martín de Ariste, vizcaino, había sacado de las islas al maestro Antón Ollero y su criado. Don Alvaro. Andreas. Antonius. Sancius. Franciscus. Sánchez de Cehinos. (E.Aznar; 1981)

 1488 Noviembre 20. Valladolid (f. 8). Confirmación a Bautista de Riberol, a pesar de su condición de genovés, de la venta de unas casas y heredades que para hacer un ingenio de azúcar le hicieron, ante Hernando de Ecija, escribano público de Gáldar, y Diego de San Clemente, escribano público de Gran Canaria, Juan Sánchez de Roldán y Francisco de Adeje, vecinos de Gáldar, que las recibieron de Pedro de Vera, gobernador de dicha isla, por su participación en la conquista, y merced para que pueda ser vecino de dicha isla. El Rey y la Reina. Santander. Don Alvaro. Antonius. Andrés. Franciscus. (E.Aznar; 1981)

1489. Fray Miguel López de la Serna, de la secta católica de franciscanos (O.F.M)., obispo de Canarias-Rubicón, va a la corte de Castilla a denunciar los crímenes y esclavizaciones efectuadas por Isabel de Bobadilla y Pedro de Vera.

1489. Aunque fue el tratado de Medina del Campo, firmado por los Reyes Católicos en esta fecha, el que abrió a los ingleses el tráfico con las Canarias -al concederles la Corona libertad completa de comercio con todos sus dominios-, las relaciones no se desarrol1aron activamente hasta 1519, cuando los comerciantes de Bristol organizaron expediciones comerciales a las islas Azores, Canarias y costas de Marruecos y Berbería.

En dichas relaciones mercantiles destacará la figura de William Hawkins, famoso mercader de Plymouth, quien, con sus hijos William y John, estableció un servicio regular marítimo con nuestro Archipiélago para la compra de azúcares y vino. Abierto el mercado inglés a los vinos canarios, en 1533 Anthony Hickman y Edward Castlyn deciden establecer factores fijos en las islas, siendo designados para representarles Edward Kingsmill en Gran Canaria y William Edge (sic) y Thomas Nícholas en Tenerife. Otra figura destacada de este comercio fue la de Andrew Barker, mercader de Bristol, que tuvo a John Druc como factor en Tenerife para la venta de telas y otras mercaderias. Con carácter más o menos independiente, actuaban otros tres comerciantes: Richard Grafton, Charles Chester y Jofre López (sic), todos
ellos residentes en Tenerife.

No cabe duda de que uno de los capítulos más relevantes de la presencia inglesa en Canarias durante el siglo XVI, lo configura la vinculación de John Hawkins y los Ponte, de la que apenas se podia encontrar una vaga alusión en la Descrípttíone... de Leonardo Torriani hasta que, el profesor Rumeu de Armas, desveló con todo lujo de detalles las expediciones del inglés a las islas, tan frecuentes y de tanta trascendencia que produce asombro considerar cómo pasaron hasta entonces desapercibidas. Veamos seguidamente algunos detalles biográficos de los principales personajes de este episodio.

Nacido en 1532, John Hawkins había adquirido extraordinaria pericia en las cosas de mar a la sombra de su padre, Hawkins «el Viejo». A la muerte de éste, en 1554, tomó, en unión de su hermano William y cuando sólo tenía 22 años, la dirección de la flota familiar, centrando particularmente su atención en el comercio con el Archipiélago. En Plymouth llega a ocupar un importante cargo en la organización municipal –Common Counci-, orientando de paso sus actividades hacia Londres, a donde se traslada en 1560.

Al poblarse de corsarios el Canal de la Mancha. Con motivo de la guerra con Francia en 1557. 10s hermanos Hawkins rivalizaron en robos y depredaciones contra los navíos galos, según su tónica de alternar las actividades comerciales con las de corsario, campo de experiencias para sus futuras actividades de pirata, Así. por ejemplo hacia finales de 1558, un corsario a sueldo de John había capturado allí un navío propiedad de la Hansa, el Peter, que navegaba por cuenta de un italiano naturalizado francés y apellidado Negrollo; circunstancia que aprovecha para incorporar la embarcación a su flota de Plymouth utilizándola luego en sus relaciones con Canarias.

Precísamente a bordo del Peter realiza, en 1560 su primer viaje documentado al Archipiélago, comerciando en Tenerife -trayendo paños y embarcando azúcares- y recorriendo probablemente con el mismo fin Gran Canaria y tal vez otras islas; pudo visitar de esta forma, Santa Cruz de Tenerife, Abona, Adeje, el Puerto de La Luz y San
Sebastián de La Gomera. Entre sus factores y amigos en Canarias, destaquemos a Enrique Núñez -acaso judio portugués-, representante suyo en Berberia y particular- mente en el puerto de Angla de Santa Ana, quien solía frecuentar las islas para  los negocios de su patrón o los suyos propios; John Lovell más tarde afamado pirata, cautivo en las cárceles de la Inqui$ición de Las Palmas, que figura entre uno de sus representantes temporales en Tenerife; el conde de La Gomera, con quien tuvo frecuentes tratos, hasta el punto de despertar los recelos del Santo Oficio, y, sobre todo sus  fraternas relaciones con dos familias importantes de Tenerife los Soler y los Ponte,
propietarias ambas de importantes ingenios en el sur de la isla.

La familia Soler, con magnífícos ingenios en Abona oriunda de Cataluña, tuvo que mantener tratos con Hawkins con anterioridad al viaje de 1560. Sólo estos vínculos previos explicarían el auxilio del clérigo Pedro Soler a los piratas ingleses en el turbio asunto de la conspiración de los beneficiados, que luego veremos, suponiendo Rumeu a tales piratas socios o subordinados del propio Hawkins. Pedro Soler, beneficíado de la iglesia parroquial de Los Remedios de La Laguna. y vicario eclesiástico en Tenerife, era el mayor de cuatro hermanos varones. Su padre, del mismo nombre y apellido, llegó a Tenerife con la conquista, casando con Juana de Padilla y Linares dueña de grandes heredamientos en el término de Vilaflor.

En cuanto a Pedro de Ponte y Vergara, digamos que era hijo segundo del célebre negociante genovés Cristóbal de Ponte, financiador de la conquista de Tenerife, por cuyo motivo recibió de Alonso Fernández de Lugo extensos repartimientos de tierras y aguas, avecindándose en el partido de Daute. Los genealogistas Antonio Ramos y Fernández Béthencourt, que le sigue, afirman que había sido su bisabuelo Mateo de Ponte, noble patricio de Génova, y su abuelo Juan Esteban de Ponte, inscrito como tal en el Libro de Oro de la dicha República mediterránea.

Rumeu, por su parte, habla de su parentesco con otro Ponte, Giacomo, también natural de Génova pero establecido en Inglaterra a principios del siglo XVI, e importante por haber sido el padre de Elizabeth de Ponte, segunda esposa de sir Walter Raleigh progenitor del aventurero y pirata del mismo nombre; señalando que esta posible relación de parentesco entre ambos mercaderes -Cristóbal, naturalizado español, y Giacomo, naturalizado inglés-, pudiera explicar las relaciones de los Ponte canarios con Inglaterra.

A la muerte de su padre, en 1552, le correspondieron, por testamento los ingenios de Adeje, mientras su hermano Bartolomé, el primogénito, se quedaba con los hereda- mientos de Garachico. Ambos habían contraído matrimonio, respectivamente, con doña María y doña Catalina de las Cuevas, hijas del bachiller Alonso de Belmonte, judiocon-
verso natural de la villa de Moguer, teniente general del Adelantado y regídor de Tenerife, y de su mujer Inés Benítez de las Cuevas, emparentada con el primer Ade-
lantado de Canarias.

Aunque ya desde su juventud colaboró con su padre en el cultivo de las tierras de Daute y Garachico, así como en la explotación de los ingenios de Adeje, Pedro de Ponte alternó muy pronto sus tareas de labrador con el ejercicio del comercio. Sabemos, en esta línea, que era el encargado de abastecer de carnes a Tenerife en momentos de escasez, habiendo arrendado previamente el tráfico de la Isla del Hierro, rica en carneros, al conde de La Gomera, Guíllén Peraza de Ayala, desde donde llegó a importar en determinadas ocasiones más de quinientas cabezas de ganado. Además, navíos suyos o por él fletados conducían a América los productos agrícolas canarios -frutos, vino y trigo-, que eran distribuidos por sus corresponsales en las Antillas, mientras mantenía un activísimo comercio de azúcares y vino con Inglaterra.

Su constante relación con los comerciantes y factores ingleses avecindados en Canarias, le hizo salir como fiador de los mismos en sus pleitos y contiendas judiciales

En cuanto al comercio clandestino, se valió de los navíos de permiso de las islas para introducir en el mercado indiano productos manufacturados ingleses, de altísima cotización.

Regidor perpetuo del Cabildo de Tenerífe -uno de los primeros en ostentar en la isla semejante dignidad-, consiguió que la Corona aprobase su proyecto de erigir en Adeje una poderosa casa-fuerte para la protección de sus ingenios, síendo desde entonces alcaide perpetuo de la misma. Aunque intentó romper la unidad realenga de la isla, para establecer un verdadero señorío jurisdiccional en Adeje, en donde se había establecido a la muerte de su padre, no consiguió su propósíto por la oposición que le hizo la Justicia y Regimiento de la Isla y, en particular, Pedro Soler, vecino de Ponte y, como vimos, rival suyo en el comercio con Inglaterra, que veía directamente amenazados sus dominios. Habrá que esperar a 1655 para que, dada la política de Felipe IV al respecto, alcanzaran sus sucesores este objetivo.

Semejantes datos bastan para dar una idea del ascendiente político y social de Pedro de Ponte, de su destacado papel entre los prepotentes isleños de la época, situación que de algún modo contribuyó a darle una relativa impunidad en sus ilegales negocios.

¿Cuándo decidió en secreto fusionar sus empresas con Hawkins y, más concretamente, cuándo resolvieron ambos de común acuerdo la expedición a las Indias Occidentales de 1562?  Rumeu indica que, independientemente de su posible traslado a Adeje, desde la mansión de los Soler en Abona, durante su estancia en 1560, debió ser a raíz de otro viaje entre ambas fechas cuando se planeó la primera incursión
americana.

Las continuas violaciones del monopolio metropolitano habían dado lugar a las reales cédulas de 18 de junio de 1540 y 17 de marzo de 1559, que ponían limitaciones al comercio extranjero con Canarias. La colaboración de Ponte y Hawkins sirvió, en este caso, no sólo para romper las trabas legales al arribo de mercaderías y productos manufacturados ingleses en América, sino que permitió un negocio de más alto valor: el tráfico de esclavos, mano de obra demandada por mineros y colonos para la explo-tación de las riquezas del Nuevo Mundo.

En 1561, ya establecido en Londres, Hawkins casó con una hija de Benjamín Gonson, tesorero de la Marina, y con su apoyo entra en relación con un grupo de negociantes ingleses interesados en el tráfico comercial con las Canarias y Guinea. A continuación, y tras un esbozo de las primeras piraterías inglesas en las islas, relacionamos las tres expediciones que llevaría acabo entre 1562 y 1569. Sus lazos con Canarias proseguirían, ligados entonces a la figura más trascendente de la piratería inglesa de todos los tiempos, Francis Drake, formado precisamente a sus órdenes. (En: Millares Torres; 1977, t. III:106-9)


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