viernes, 27 de abril de 2012

La Confederación Atlántica


La Confederación Atlántica
Aníbal Raude, julio 20 de 2010.
Ultraperiferia, españolismo, europeísmo, mestizaje, mediterraneidad, macaronesia... ¿atlanticidad?
Existen toda una serie de conceptos manejados y tergiversados cuyo resultado es la fragmentación de la identidad canaria y su subducción, sumisión y subyugación al españolismo. Éste ha conseguido incluso hacer jugar a su favor ciertas posturas presentes en el independentismo, que llevadas hasta lo extravagante terminan por hacerle perder contacto con el sentir general del canario.
Canarias está situada geográficamente en el continente africano, y siendo una nación conquistada (más aún desde principios del siglo XIX), debe pasar por un proceso de descolonización. Históricamente, y en contra de lo que se suele considerar, peor o mejor ha mantenido relaciones con el continente africano a lo largo de toda su historia, tanto al norte como al sur del río Senegal.
Pero también está en el Atlántico, y al fin y al cabo la relación con África se ha llevado a cabo en él, aunque podríamos hablar de un Mar Canario, extendido al norte hasta Madeira y Azores, y al sur hasta Cabo Verde y Guinea-Bissau. Lo que se suele llamar la Macaronesia.
Decir que Canarias está en el Atlántico no entra en contradicción con decir que está en África, y sin embargo, son visiones que a veces son confrontadas artificialmente. Las relaciones con Europa y América, a nadie se le escapa que han sido bastante mayores que con el continente vecino, que solía estar vedado por la presencia islámica, la falta de incentivos, o la competencia colonial, como la de Portugal y, actualmente, Marruecos.
Una de las falacias fragmentadoras usadas por el españolismo, es la del mestizaje. Paradójicamente, al mismo tiempo que se habla del exterminio de la población indígena guanche. Todo un ejercicio de esquizofrenia que viene acompañado por algunos complejos que consideran un hándicap el que los canarios seamos de la misma "raza" que los españoles, es decir, blancos, cosa que fue usada en su día para deslegitimar las ansias de descolonización de nuestro pueblo. Habría que añadir, irónicamente, que el problema no lo tenemos nosotros, sino en todo caso los españoles. En cualquier caso, no somos mestizos dado que los guanches, como el resto de imazighen, no eran de una raza diferente a la europea, como sí ocurría con los indígenas de América. El origen de esa asimilación del guanche con el indio americano, parece que se la debemos a Bartolomé de Las Casas.
Que Canarias es una nación occidental, está fuera de toda duda salvo que se quiera negar la realidad, otra cosa es que haya naciones occidentales fuera de Europa, que las hay, tanto en África, como América u Oceanía. Lo que no se puede permitir es que esa occidentalidad se ponga en entredicho por un europeísmo mediado por el españolismo, que se presenta estúpidamente como garante de dicha occidentalidad cuando a la misma España se le pone en duda su propia europeidad.

Otra cuestión, algo más marginal, es la de presentar a Canarias como parte de la cultura mediterránea, entendida ésta como sud-europea. En este caso se olvidan que Europa, Africa del Norte (que es lo que en realidad se conocía como Africa en la antigüedad), y el Oriente Próximo asiático formaban parte de un mismo bloque cultural. La propia cruz cristiana es de origen africano, amazigh. A la llegada del Islam -que asiatizará la mayor parte de África del Norte-, y la conversión al cristianismo de Europa, se produce la separación entre Europa y Africa del Norte, quedando Canarias como una reducto aislado del Mundo Antiguo. Sucesos coetáneos a la conquista de Canarias serán las luchas entre beduinos árabes e imazighen islamizados en los actuales Sahara Occidental y Mauritania, la Cruzada Teutónica contra los pueblos paganos del Báltico, o la invasión inglesa contra los celtas cristianizados de Irlanda.
En este sentido, la relación histórica de Canarias ha sido con la fachada atlántica y norteuropea, no con la mediterránea y sudeuropea. Los propios colonos de procedencia ibérica eran de origen gallego-portugués o astur-leonés, a lo que habría que añadir normandos, irlandeses, ingleses, holandeses, o alemanes, por no hablar del poblamiento berberisco. A esto habría que añadir la contínua relación, no sólo económica, con el Norte de Europa.
La relación con América, que es la que junto a las anteriores da origen al concepto de tricontinentalidad, no suele ser fuente de polémica, aun cuando no se termina de asumir el que los canarios estén asentados ya en ambos lados del Atlántico. La amenaza de asimilación la sufrimos en nuestro propio archipiélago de origen.
En cuanto al concepto de ultraperiferia, no es mas que una fracasada reproducción del Pacto Colonial extendido a la Unión Europea.
Así pues, tenemos que Canarias está, aunque más cerca de África, relativamente cerca de Europa, y entre ésta y América. Existen otros archipiélagos en una situación similar, situados entre ambos continentes (generalmente de forma un tanto excéntrica), y con poca población con respecto a los países continentales europeos, y que además no son independientes. Con respecto a la Macaronesia, se suele incluir Cabo Verde, pero todo indica que Portugal trata de volver a afianzar su dominio sobre el archipiélago, abortando los intentos de unión con Guinea-Bissau, su vecino continental. También hay que recordar que Azores, Madeira y Canarias están agrupados en la misma latitud que Estados Unidos.
Junto a Canarias, tenemos otros archipiélagos en una situación similar: cultura occidental, situación geopolítica entre Europa y América, y dependientes de estados europeos. A su vez se pueden situar en dos bloques. El primero ya lo conocemos, estaría en el Atlántico Norte en torno a los paralelos 30 y 40, y estaría formado por Canarias (dependiente de España), y Azores y Madeira (dependientes de Portugal). El segundo se sitúa en el Atlántico Boreal por encima del paralelo 60, limítrofe con el Ártico: Islandia (que aunque independiente está sufriendo los efectos de cierto neocolonialismo europeo), y Groenlandia e Islas Feroe (dependientes de Dinamarca).
Debido a las proyecciones usadas en los mapas, donde las distancias cuanto más alejadas del ecuador parecen mayores, hacen que ambos grupos parezcan más alejados de lo que realmente están. Por ejemplo, Cabo Verde está en torno al paralelo 15, siendo la distancia con Azores similar a la de ésta con Islandia.

A continuación algunos datos aproximados:
Groenlandia
2.166.086 km²
80.970 habitantes
0,026 hab/km²
Situación: continente americano, entre Islandia y Canadá
Islas Feroe
1.399 km²
50.000 habitantes
35 hab/km²
Situación: continente europeo, entre Islandia, Noruega y Escocia
Islandia
103.125 km²
317.593 habitantes (2009)
2,9 hab/km²
Situación: continente europeo, a 1000 km de Europa, y 287 km de Groenlandia
Azores
2,333 km²
241,350 habitantes (2.007)
104 hab/km²
Situación: a 1500 km de Europa
Madeira
828 km²
260,000 habitantes
295 hab/km²
Situación: continente africano, a 800 km de Europa
Canarias (que incluye los islotes Salvajes)
7,447 km²
2,103,992 habitantes
282,5 hab/km²
Situación: continente africano, a 1400 km de Europa
En este momento, Groenlandia (que se considera parte de Norteamérica) y las Islas Feroe están en proceso de independizarse de Dinamarca, teniendo amplias reservas de petróleo, y estando en las rutas del Paso del Noroeste y el Paso del Nordeste. Islandia, independizada de Dinamarca en 1944, está siendo forzada a integrarse en la Unión Europea, tras la crisis en la que ingleses y holandeses están arruinando al país, y en la que la UE ambiciona el acceso al Ártico que ésta le daría y que actualmente no tiene al no ser Groenlandia y las Islas Feroe parte de la UE aunque pertenezcan a Dinamarca.
Azores y Madeira (que está en África al igual que Canarias) ya son bastante conocidas, habiendo tenido Canarias estrechas relaciones históricas con Madeira. Tuvieron movimientos independentistas hace algunas décadas, y actualmente constituyen regiones autónomas de Portugal.
Canarias tiene el doble de población que todos los demás archipiélagos juntos, aunque deberíamos descontar el exceso de población foránea. También tiene reservas de petróleo y representa el acceso al Atlántico Sur.
¿Qué sentido tiene formar parte de las llamadas "regiones ultraperiféricas", situadas a lo largo y ancho de todo el mundo, y que no es mas que una prórroga indefinida de su condición colonial? Probablemente sería más productivo asociarse a otros archipiélagos con los que tenemos más cosas en común, y en las que la colaboración parece más plausible y beneficiosa siendo independientes, sobretodo a la hora de tratar con la Unión Europea y las antiguas metrópolis respectivas, así como sus contrapartes al otro lado del Atlántico: Estados Unidos y Canadá.
Un intento similar fue el de la abortada Confederación Antillana entre Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo. Existen otras dependencias de Holanda o Francia, pero situadas ya al otro lado del Atlántico.
Ésta, es una posible forma de usar la atlanticidad y el atlantismo al servicio de Canarias y su independencia, complementando al africanismo en lugar de oponerlo.

CLORURO DE MAGNESIO


CLORURO DE MAGNESIO


NO DEJEN DE LEERLO, PUEDE SER UTIL Y LA VERDAD EL TRATAMIENTO PREVENTIVO NO CUESTA DEMASIADO.

 El presente artículo fue redactado por el sacerdote católico José Chorr, del Colegio Chafarrínense, es además profesor de física y de biología y expresa conceptos sobre el Cloruro de Magnesio.

 El Reverendo Chorr comenta lo que sucedió en su propio cuerpo físico:

Cuando tenia 61 años de edad estaba casi paralítico, esto fue doce años antes de comenzar el tratamiento con el Cloruro de Magnesio,sentía puntadas agudas en la región lumbar (columna vertebral),incurable según la ciencia medica ortodoxa (es decir, los médicos).

 Al levantarme de la cama por las mañanas, sentía un fuerte dolor en la columna que perturbaba todo el día...

 Era causado por el nervio ciático, que apretaba la tercera vértebra, me lo hacia sentir sobre todo cuando estaba parado, lo que me forzó a trabajar la mayor parte del día sentado. Hubo un año, en que todo lo hacía sentado, menos la misa.

 Era un tormento y tenia que suspender mis viajes a causa del dolor.

 Durante un verano muy seco sentí mejoría, pero luego empeore más.
Comencé entonces a rezar la misa sentado.

Volví a la ciudad de Floreanàpolis (Brasil) buscando un especialista que me sanara. Me tomaron nuevas radiografías, están duras y en avanzado de descalcificación.

Nada era posible hacer. Las diez aplicaciones de onda corta que recibía en la columna no detenían el dolor.

 Al colmo de no poder dormir ni siquiera acostado, a veces quedaba sentado en la cama. Hasta que descubrí que podía dormir en la posición fetal, así como duermen los gatos. Esto dio cierto resultado y solo despertaba al estirarme enderezarme.

Ya faltaba poco para no poder dormir ni siquiera en posición fetal.

 Me preguntaba: --- Y ahora ¿qué puedo hacer?


Estaba engañado por la medicina tradicional y así entonces apelé a Dios. Y le dije:

--- Amado Dios, estás viendo en este estado a esta criatura... te pido Dios mío que me des una solución para todos mis males.

 Ocurrió entonces que pocos días más tarde me llevaron a Porto Alegre a un encuentro jesuítico. Allí conocí al Padre Suárez, un sacerdote jesuita quien me contó que la cura de mis problemas de salud era algo muy fácil. Me dijo que para ello debía tomar el Cloruro de magnesio, mostrándome escrito en un libro de medicina del Padre Poig, un jesuita español, conocido y prestigioso biólogo, que había descubierto las propiedades curativas del Cloruro de Magnesio, a partir de una experiencia   familiar, curando a su madre quien por esa época se encontraba con artrosis en avanzado estado de descalcificación.

Los sacerdotes jesuitas siempre se destacaron por sus grandes conocimientos para curar las enfermedades utilizando medicina natural como las hierbas medicinales y los minerales puros.

 En tono de broma, el Padre Suárez me dijo:

--- Mientras tomes esta sal, sólo te vas a morir si te das un tiro en la cabeza o si tienes un accidente.

 Comencé a tomar una dosis diaria todas las mañanas. Tres días después, comencé a tomar una dosis a la mañana y otra a la noche. Asimismo continué durmiendo todo arrollado. Pero el vigésimo día, cuando me levanté estaba todo extraño y me dije:

--- ¿Será que estoy soñando?, dado que ya no sentía dolores y hasta pude dar un paseo por la ciudad, sintiendo todavía en mi memoria el peso de diez años de sufrimiento con esta incomodidad y limitación.

 A los cuarenta días pude caminar el día entero, sintiendo un pequeño peso y dolor en la pierna derecha. A los sesenta días, esta pierna dolorida estaba igual o mejor que la otra... Luego de tres meses sentía crecer la flexibilidad en los huesos y un inesperado alivio en todo mi cuerpo.. Pasaron diez meses y puedo doblarme como si fuera una serpiente, sintiéndome otra persona.

El Cloruro de Magnesio, arranca el calcio depositado en los lugares indebidos y los coloca solamente en los huesos y más aún, consigue normalizar el torrente sanguíneo, estabilizando la presión sanguínea..

 El sistema nervioso queda totalmente calmo, sintiendo mayor lucidez mental, mejorando notoriamente la memoria, la atención y la concentración, la sangre se torna más fluida y más limpia.

 Las frecuentes puntadas en el hígado desaparecieron y la próstata que debía ser operada hace años, ahora ya casi no me incomoda.

 Pero el efecto más importante de todos, fue el de haber sido preguntado por otras personas:

--- ¿Qué está pasando contigo que estás mucho más joven?

 Yo les contestaba:

 --- Sí, la verdad me siento más joven y me retornó la alegría de vivir.

Es por esto que me veo obligado a difundir este remedio natural, como un agradecimiento a Dios por haber escuchado mis ruegos. Así es que envío copias de este articulo para toda persona que esté sufriendo, padeciendo dolores y malestares.

 MODO DE PREPARACIÓN

 Hervir 1 litro de agua. Luego introducir el contenido de un sobrecito de 33 gramos de Cloruro de Magnesio (se consigue en farmacias), en una botella o recipiente de vidrio (no en plástico).

 Agregarle el agua hervida fría para disolverlo, luego mezclar y tapar.
De esta manera se obtiene una preparación pura que se mantiene inalterable. No es necesario guardarlo en la heladera.

 Dosis recomendada: el equivalente a un pocillo de café, de acuerdo a la edad y la necesidad.

1. El Cloruro de Magnesio produce equilibrio mineral, como en la artrosis por descalcificación, reanima los órganos en sus funciones, como a los riñones para que eliminen el ácido úrico.

 2. Regula la actividad neuromuscular y participa en la transmisión de los impulsos nerviosos.

3. Es un gran energizante psicofísico y equilibra el mecanismo de contracción y relajación muscular, previniendo la fatiga o cansancio muscular, evitando calambres y fortaleciendo los músculos, lo que es imprescindible en cualquier deportista.

 4. Es necesario para el correcto funcionamiento del corazón pues desempeña un importante papel en el proceso de múltiples procesos biológicos.

 5. Mejorando la nutrición y la obtención de energía, combate la depresión, los mareos y es un poderoso agente antiestrés 

6. Cumple una función primordial en la regulación de la temperatura del cuerpo.

7. Benéfico para evitar niveles altos de colesterol.
8. Regulador intestinal.
9. Juega un rol importante en la formación de los huesos.
10. También en la metabolización de carbohidratos y proteínas.
11. Es útil en problemas de irritabilidad neuromuscular como tétanos, epilepsia, etc.

12. Ayuda a disminuir lípidos (grasas) en la sangre y la arteriosclerosis purificando la sangre y vitalizando el cerebro, devuelve y conserva la juventud hasta avanzada edad.
13. Después de los 40 años, el organismo humano comienza a absorber cada vez menos magnesio en su alimentación, provocando vejez y enfermedades. Por eso, el Cloruro de Magnesio debe ser tomado de acuerdo a la edad.
14. Previene y cura la próstata y hemorroides.
15. Previene la gripe
16. Alarga la juventud.
17. Evita la obesidad.
18. Es preventivo del cáncer.
19. Evita la arteriosclerosis.
20. Es un excelente laxante.

21. Modera los trastornos digestivos

22. Reduce la bronquitis.

23. Evita los sabañones.

24. Actúa como desodorante.

EDAD

De 10 a 50 años: 1/2 dosis

De 51 a 70 años: 1 dosis a la mañana.

De 71 en adelante: Una dosis a la mañana y otra a la noche..

Para las personas de la ciudad, con alimentación de bajas calidades como refinadas y comidas enlatadas, deben consumir un poco más de Magnesio.

Para las personas de campo, la dosis puede ser un poco menos.

Ciertamente se conseguirá una persona escapar de todos los males simplemente por tomar Cloruro de Magnesio, pero el consumirlo hará que todo sea más gratificante y llevadero.

El Cloruro de Magnesio no crea hábito, no es un elemento químico, es un elemento natural, sin ninguna contraindicación y es compatible con cualquier otro medicamento simultáneo.


INDICACIONES

 En la columna: Nervio ciática o lumbar, sordera por descalcificación.

Tomar una dosis por la mañana, otra por la tarde y otra por la noche.
Una vez obtenida la curación, se continúa tomando para evitar el regreso de la enfermedad, pero disminuyendo una o dos dosis por día según la edad.
En artrosis: El ácido úrico se deposita en las articulaciones del cuerpo, especialmente en los dedos que se hinchan. Esto sucede porque los riñones están fallando por falta de magnesio: hay que tener cuidado, los riñones pueden estar deteriorándose.

 Tomar una dosis por la mañana, si en 20 días no siente mejoría, continuar con una dosis a la mañana y otra por la noche. Después de la curación, continuar con la dosis preventiva mínima según la edad.

 En próstata: Según cuentan, un anciano no conseguía orinar, y en la víspera de la operación le dieron a tomar 3 dosis y comenzó a mejorar;después de una semana estaba curado, sin necesidad de cirugía. Hay casos en que la próstata vuelve a la normalidad.

Tomar una dosis por la mañana, 2 dosis por la tarde y 2 dosis por la noche. Al conseguir la mejoría, continuar con la dosis mínima según la edad.
En ataques de vejez: Rigidez ósea, calambres, temblores, arterias duras con colesterol en sus paredes internas, falta de actividad cerebral.
Tomar una dosis por la mañana, otra por la tarde y otra por la noche, al obtener mejoría, continuar con la dosis mínima preventiva.
En cáncer: todos tenemos predisposición a padecerlo. Consiste en células malformadas por causa de algunas sustancias o de presencia de partículas tóxicas. Estas células no se armonizan con las sanas, mas no son inofensivas, solo hasta cierta cantidad que el Cloruro de Magnesio consigue combatir utilizando células sanas. Felizmente el proceso canceroso lento, no causa dolores hasta aparecer el tumor, hay virus muy variados que invaden las células sanas produciendo ramificaciones El Cloruro de Magnesio, cuando la enfermedad está avanzada puede apenas frenar un poco la acción cancerosa, pero ya no cura totalmente, aunque hubo casos en que fue curado.
Existen indicios de que el cáncer es hereditario. El Cloruro de Magnesio es el mejor preventivo para el cáncer de mamas y para que el mismo no se degenere y forme tumores malignos.
Hay que evitar los alimentos cancerigenos.Cloruro de Magnesio como remedio. Es suficiente que el cuerpo esté normalmente mineralizado para que esté libre de casi todas las enfermedades.
Es aconsejable para todos los casos en que se haya logrado la curación esperada, disminuir las tomas del Cloruro del Magnesio a las dosis mínimas preventivas según la edad, para evitar que regrese la enfermedad y luego, también es recomendado descartar las tomas durante 2 a 4 meses para después continuar con períodos de 4 a 6 meses de dosis mínimas preventivas con el descanso intermedio mencionado.
La falta de magnesio en el ser humano puede provocar entre otras cosas: debilidad general, enfermedades degenerativas como el cáncer, tuberculosis, diabetes, también neuritis, trastornos nerviosos, debilidad en los huesos y anemia.
Me parece de interés el último párrafo de la nota que me enviaron y dice:
COLABORE CON LAS PERSONAS QUE NECESITAN AYUDA: SAQUE FOTOCOPIAS DE ESTE ARTICULO Y DISTRIBÚYALO ENTRE SUS PARIENTES, AMIGOS Y VECINOS, ASÍ PODRÁ AYUDAR A DISMINUIR EL SUFRIMIENTO QUE HAY EN EL MUNDO.

CUIDADO CON EL PANGA



 CUIDADO CON EL PANGA
Los residuos tóxicos del Delta del Mekong vienen desde la época de la guerra de los americanos estadounidenses contra Vietnan, el  agente naranja y pesticidas exfoliantes para expulsar de la selva a los vietnamitas. Aún nacen niños deformes. Los pangas están criados por empresas francesas dueñas del Mercadona Carrefour y Alcampo, entre otros gigantes mundiales de la "alimentación" y no sólo en Vietnan, también en el Lago Victoria, fuente del Nilo. Allí se ha denunciado la mayor catástrofe ecológica del mundo y los medios de "comunicación", en manos de estas trasnacionales, lo silencian.
Me imagino que lo próximo es la vacuna con activos supresores de la voluntad. ¿Nos explicamos ahora por qué estamos enfermos?.  Nos matarán haciéndose ricos.
EL PANGA
Por si es de interés.
El panga es un nuevo pescado que encontramos sobre todo en forma de filetes, a precio muy barato(?), el panga es un pescado de cultura intensiva/industrial en Vietnam, más exactamente en el delta del rio Mekong y está invadiendo el mercado debido a su precio.
Esto es lo que hay que saber sobre el panga: Los pangas están infectados con elevados niveles de venenos y bacterias (arsénico de los residuos industriales, tóxicos y peligrosos subproductos del creciente sector industrial, metales contaminantes, fenoles policlorados (PCB) o DDT y sus (DDTs), clorato, compuestos relacionados (CHLs), hexaclorociloxano, isomeros (HCHs) y hexaclorobenceno (HCB) el río Mekong es uno de los ríos con mayor contaminación del planeta.
No hay nada natural en los pangas. Son alimentados con peces muertos, restos y huesos y con una harina de América del sur, la mandioca y residuos de soja y grano. Obviamente, este tipo de alimentación no saludable, no tiene nada que ver con la alimentación en un ambiente natural. Es lo más parecido a la alimentación de las vacas locas (vacas que fueron alimentadas con vacas, se acuerdan?) la alimentación de los pangas está completamente fuera de toda reglamentación, el panga crece 4 veces más rápido que la naturaleza. Además los pangas son inyectados con PEE. Algunos científicos descubrieron que si se inyectase a las hembras panga con las hormonas femeninas derivados del deshidratado de orina de mujeres embarazadas, la hembra panga produciría sus huevas muy rápidamente y en gran cantidad, lo que no ocurriría en ambiente natural (una panga pasa así a producir 500.000 huevas de una vez).
 Básicamente son peces con hormonas inyectables (producidas por una empresa farmacéutica china) para acelerar el proceso de crecimiento y reproducción. Eso no puede ser bueno.
Al comprar pangas estamos colaborando con empresas gigantes sin escrúpulos y especuladoras que no se preocupan de la salud y el bien estar de los seres humanos.

Este comercio está siendo aceptado por grandes superficies que venden al público en general, sabiendo que están vendiendo productos contaminados.

Nota: Debido a la prodigiosa cantidad de pangas disponibles, estos acabaran en otros alimentos: surimi (aquellas barritas con pasta de pescado), pescado en lata y probablemente en algunos alimentos para animales (perros y gatos).

Texto traducido

Se dice que comer pescado es bueno para la salud, pero ¡¡¡¡yo empiezo a dudar de todo!!!!

LIMPIE SUS RIÑONES


LIMPIE SUS RIÑONES MUY BUENO

LIMPIA TUS RIÑONES

 LEAN QUE ES MUY IMPORTANTE, NATURAL  Y MUY FÁCIL DE HACER!!!!!

LIMPIA TUS RIÑONES 

Pasan los años y nuestros riñones siempre están filtrando la sangre quitando la sal, el veneno y cualquier cosa dañina que entre en nuestro sistema.  Con el tiempo la sal se acumula y esto necesita un tratamiento de limpieza, y ¿cómo vamos a deshacernos de esto?

Es muy sencillo, primero tome un puñado de perejil y lávelo muy bien, después córtelo en pequeños pedazos y póngalo en una olla y agregue agua limpia (1 lto) y hiérvalo por diez minutos, déjelo enfriar, cuélelo en una botella limpia y póngalo en el refrigerador.

Tome un vaso diariamente y verá que toda la sal y el veneno acumulado empieza a salir de su riñón al orinar.

El Perejil es conocido como el mejor tratamiento para limpiar los riñones y es natural!



martes, 24 de abril de 2012

Retazos de cultura canaria según el explorador inglés Richar Francis Burton en 1865,


Retazos de cultura canaria según el explorador inglés Richar Francis Burton en 1865,


[…] (La Laguna) Hay una Corriera [six] o Corso (calle principal) ge­neralmente vacía, y también la gran y desierta Plaza del Adelantado, del conquistador Lugo. Las armas de este último, con su lanza y su bandera, están expuestas en el Ayuntamiento; no admiro lo comercial de su lema:
Quien lanza sabe tener, Ella le da de comer.
Conquistar no puede nombrarse con el mismo aliento que «ga­narse el pan». Ahí también está el escudo de armas de Teneri­fe, dado en 1510; Miguel Arcángel, el predilecto del invasor, se erige incombustible sobre los vómitos ardientes del pico de Nivaria, y esta grandiosa visión del monte custodiado dio pie a unos versos satíricos de Viera:
Miguel, Ángel Miguel, sobre esta altura Te puso el Rey Fernando y Tenerife; Para ser del asufrej nieve fría Guardia, administrador y almoxarife.
Las calles desiertas eran largas hileras con un sucio canal en el medio. Algunas casas de piedra eran altas, admirables, sólidas e imponentes; entre ellas el pabellón de los Condes de Salazar, la enorme y sólida morada de los marqueses de Nava, y las mansio­nes de los Villanuevas del Prado. Pero la fiebre amarilla había ahuyentado a la mitad de la población —10.000 almas, que fácilmen­te podrían llegar a 20.000—, y habían atrincherado las casas frente al extranjero curioso. La mayoría revestidas y porticadas con pilares floridos, eran meras pecheras que a nada daban entrada, y sólo los enormes blasones indicaban que en algún momento habían tenido dueño. Mezcladas entre los «palacios» había algunas casuchas rústi­cas de madera con dos ventanas y una puerta, y viviendas paupé­rrimas y enmohecidas, cuyos hierros oxidados, tablones astillados y ventanas rotas les daban un aspecto verdaderamente sombrío y deprimente. El único movimiento observable tendía a gravitar hacia los tejados. Favorecido por el aire cargado de humedad el principal desarrollo era el de la hierba en las calles, el musgo en las paredes, y la «mata gorda» sobre las tejas. El verode (Sempenii-vum urbium), traído de Madeira, fue descrito por primera vez por aquel sueco genial que murió en el Río Congo, el profesor Smith. Finalmente, aunque las calles sean amplias y uniformes, y el pueblo grande esté bien aireado por sus cuatro lados, el aspecto general evocaba bastante a los cocineros, que es como los hijos del puerto capitalino llaman a los ciudadanos de la capital. Éstos res­ponden llamando a sus hermanos rivales chicharreros, o pescadores de chicharro (jurel, Caranx cuvierí).

De La Laguna seguimos hacia Tacoronte, el «Jardín de los guanches», y allí inspeccionamos el pequeño museo del difunto D. Sebastián Casilda, reunido por su padre, un capitán mercante de altura. Era un caos de curiosidades que iban de la China al Perú. No obstante, entre ellas había cuatro momias completas, incluyen­do una de Gran Canaria. Por ende, podemos corregir a monsieur Berthelot, que sigue a los que afirman que sólo los guanches de Tenerife momificaban a sus muertos. La descripción más antigua de estos embalsamamientos es de un «hombre juicioso e ingenioso que vivió veinte años en la isla como médico y comerciante». Fue incluida por el Dr. Thomas Sprat en las Transactions ofthe Roya/ Socie/y, de Londres, y vuelta a publicar en la voluminosa obra, A-frica, de John Ogilby. Según el comerciante: «Salí de Güímar, un pueblo en su mayor parte habitado por quienes descienden de los Antiguos Guanchios, en compañía de algunos de ellos, para ver las cuevas y los cuerpos enterrados en ellas (un favor que rara vez o nunca permiten a alguien, ya que tienen gran veneración por los restos de sus ancestros, y eran, igualmente, muy contrarios a mo­lestar a sus muertos); pero como había hecho entre ellos muchas curaciones por caridad, pues son muy pobres (aún así, hasta el más pobre se considera demasiado bueno para casarse con el mejor de los españoles), se ganó sobradamente sus simpatías.

De no ser así, visitar estas cuevas y restos significa la muerte para cualquier ex­traño. Los restos están aderezados en pieles de cabra con correas del mismo material de manera muy curiosa, particularmente por la incomparable precisión y uniformidad de las costuras; y las pie­les se ajustan encerrando los restos, que en su mayoría están ente­ros: los ojos cerrados, cabellos en las cabezas, orejas, nariz, dien­tes, labios y barbas, todo perfecto, únicamente algo descoloridos y un poco encogidos. Vio unos trescientos o cuatrocientos en va­rias cuevas, algunos de ellos de pie, otros acostados sobre lechos de madera, tan endurecida con una técnica que tenían (los espa­ñoles la llaman caray, curar una pieza de madera) que ni el hierro puede perforarla o dañarla. Estos restos son muy ligeros, como si estuvieran hechos de paja; y en los restos que estaban rotos dis­tinguió claramente los nervios y los tendones y también los con­ductos de las venas y las arterias. Según el relato de uno de los más ancianos de la isla, había una tribu en particular que era la única en dominar esta técnica, y la conservaba como algo sagrado y no la comunicaba al vulgo. No se mezclaban con el resto de la población, ni se casaban fuera de su propia tribu, y eran también sacerdotes y ministros de su religión.

Pero cuando los españoles conquistaron el lugar, la mayoría fueron destruidos y su arte pere­ció con ellos, únicamente se mantuvo cierta tradición sobre algu­nos de los ingredientes que eran utilizados en estos menesteres; cogían manteca (algunos dicen que la mezclaban con grasa de oso) que guardaban para tal propósito en las pieles; hervían cier­tas hierbas, primero una especie de lavanda silvestre, que crece en grandes cantidades sobre las rocas; en segundo lugar una hierba llamada Lara, con una consistencia muy gomosa y viscosa, que ahora crece bajo las cimas de las montañas; en tercer lugar una especie de ciclamen, o cerraja; en cuarto lugar salvia silvestre, que ce en abundancia en esta isla. Todas estas cosas, y otras más, machacaban y hervían hasta hacerse una manteca, proporcionando un bálsamo perfecto. Una vez preparado, sacaban primero entrañas del cuerpo (y entre las clases más pobres, para ahorrarse gastos, sacaban el cerebro por detrás): después que los restos estuvieran así dispuestos tenían preparada una lejía hecha con cortezas de pino con la que lavaban el cuerpo, secándolo al sol en verano, y con una estufa en invierno, repitiendo esto con mucha frecuencia: Después empezaba la unción, tanto por fuera como por dentro, secándolos como antes; y así continuaban hasta que el bálsamo hubiese penetrado toda la mortaja, se notasen todos los músculos bajo la piel contraída y los restos resultasen extremada­mente ligeros: luego los envolvían con pieles de cabras cosidas. Los antiguos dicen que tienen más de veinte cuevas con sus reyes y grandes personajes con todos sus familiares, aún desconocidas para todos excepto para ellos mismos, y que nunca las descubrirán».

Por último, el «físico» declara que «los restos en, Las cuevas de Gran Canaria se encuentran en sacos, bastante consumidos, y no como éstos de Tenerife». Esta afirmación resulta dudosa; aparen­temente la práctica era la misma en todo el Archipiélago. Evoca de inmediato a Egipto y, posiblemente, alguna vez estuvo neta ­mente extendida por todo el Continente Negro. Así, el Dr. Uarth nos cuenta que cuando el jefe Sonni Ali murió en Grurna «sus hijos, que lo acompañaban en la expedición, le sacaron las vísceras y lo rellenaron con miel para poder preservarlo de la putre­facción». Muchas tribus en Suramérica y Nueva Zelanda, así como en África, preservaban el cadáver, o algunas de sus partes, mediante la cocción y otras burdas prácticas similares. Según algunos autores, a los menceyes guanches (reyezuelos o jefes) se les encerraba en ataúdes, al estilo egipcio; pero se han encontrado muy pocos por­que los isleños, cristianos supersticiosos, destruyen el contenido de todas las catacumbas. En la colección de Casilda pude obser­var los rasgos duros, las frentes anchas, las caras cuadradas, y los cabellos rubios, descritos por los autores antiguos. Dos de ellos tenían restos de la lengua y los ojos (que con frecuencia eran azu­les), lo que prueba que no quitaban las partes más blandas y pere­cederas. Había muestras del bálsamo seco y líquido. De los veinti­séis cráneos, seis eran de Gran Canaria. Todos eran claramente del tipo llamado caucásico, y algunos pertenecían a hombres excepcionalmente altos. Su forma era dolicocéfala, con los laterales más planos que redondeados; la región perceptiva estaba bien desarrollada, y, en comparación, la reflexiva era más pobre, como es habitual entre salvajes y bárbaros. La región facial parecía anormalmente grande. Las herramientas industriales eran toscas agujas y anzuelos de pesca hechos con hueso de oveja. Los uten­silios31 domésticos consistían en cucharones de madera rudamen­te tallados, y en toscas vasijas rojas y amarillas, sin asas por lo ge­neral, redondas y adornadas con rayas. Ninguno de estos ganigos [sic\, o vasijas, estaba pintado como lo están los de Gran Canaria. También usaban pequeños molinos de mano de dos piezas hechos de basalto para moler el gofio, o grano tostado. Los artí­culos de vestir eran de tejido vegetal, grueso como esteras, y ta­maños, o guardapolvos, de pieles de cabra mal curtidas. También tenían cuerdas toscas de fibra de palma, y parece que les gustaba más trenzar que tejer; aunque el lino de Nueva Zelanda y los aloes crecen en abundancia. Sus mohanes corresponden a los mo­casines indios y hacían monteras de piel. La base de las conchas que se limaba hasta obtener el grosor de una moneda de una co­rona, mostrando una depresión en espiral, probablemente sean los viongwa, collares que todavía se usan en la Región de los Lagos del África Central. Tenían abalorios de muchos tipos; unos eran cilindros de cuerno con protuberancias en el centro y con una longitud de 1,25 pulgadas; otros de arcilla aplanada como los aiampum americanos o los ornamentos de las tribus de Fernando Poo; y otros discos planos, también cocidos, casi idénticos a los encontrados en momias africanas -en el Perú se usaba para regis­trar las fechas y los eventos—.
Algunos eran de ágata rojiza, un material que no se encuentra en la isla; y parecían trozos de la bo­quilla de una pipa gruesas, con una longitud de media a una pul­gada.
Quizá fueran copia de las misteriosas cuentas de Popo halladas en la Costa de los Esclavos y en el interior de África. Los guanches estaban condenados a no alcanzar jamás la edad de los metales. Su civilización se corresponde con la de China en los tiempos de Fohi. Las armas principales eran triángulos peque­ños de basalto compacto e i^tli (esquirlas de obsidiana) para las tahonas, o cuchillos, ambos sin mango. Portaban garrotes toscos y hanot [su], o lanzas afiladas de madera de pino con puntas endure­cidas al fuego. Los gamites [sic\ (picas) tenían una especie de cabe­za con dos semicírculos aplanados, una forma que en la actuali­dad se conserva entre los negros. Nuestro antiguo autor nos cuenta que esta gente «saltaba de roca en roca, algunas veces bajando así hasta diez brazas de un solo salto: primero terciaban la 'una, que alcanza el tamaño de la mitad de una pica, y dirigían la punta hacia una minúscula superficie de la roca sobre la que in­tentaban caer, a veces de poco más de un pie de ancho, al saltar pegaban mucho los pies a la lanza, y así trasladaban sus cuerpos por los aires: la punta de la lanza es la que llega primero, y amor­tigua la fuerza de la caída; luego se deslizan suavemente por el bastón y lanzan sus pies hacia el lugar que habían decidido de an­temano; y así de roca en roca hasta llegar abajo; aunque los nova­tos a veces se rompen el cuello durante el aprendizaje».

Advertí ser más civilizados los productos de las otras islas, es­pecialmente de las orientales, más cercanas al continente africano.

En 1834 las entrañas de Fuerteventura prodigaron, a una profun­didad de seis pies, la figura diminuta de una mujer de pecho pro­minente y vestida a la manera nativa: casi parecía china. Una vasi­ja de arcilla negra de Las Palmas mostraba una fábrica sobresa­liente. También aquí, en 1762, una caverna aportó una plancha de basalto donde hay garabatos circulares que confirman las afirma­ciones de antiguos autores de que los isleños no eran del todo ajenos a la escritura. Pude rastrear que no había similitud alguna con los caracteres peculiares del beréber, y los consideré meros adornos. Los así llamado «Sellos de los Reyes» eran piedras oscu­ras, que probablemente se usaban para pintar la piel; tenían paralelogramos insertos unos en otros, trazos infantiles y redes de lí­neas a mano alzada. De hecho, los guanches de Tenerife no tenían alfabeto. El Hierro (Ferro), el Barranco de los Balos (Gran Cana­ria), Fuerteventura, y otros ítem de las Afortunadas han propor­cionado inscripciones incuestionables. El Sr. Berthelot las compa­ra con los signos grabados en la boca de la cueva La Piedra Escri­ta en Sierra Morena de Andalucía; con las impresas por el Gene­ral Faidherbe en su trabajo sobre los epígrafes numídicos o li­bios; con la «inscripción de Thugga», en Túnez; y con los grabados en las rocas del Sahara, atribuidos a los antiguos Tcnvárikor Tifinegs.

El Dr. Grau-Bassas (de El Museo Canario) encuentra un notable parecido entre éstos y los «caracteres egipcios (cursivos o demóticos), fenicios y judíos», haciendo notar que están grabados en series verticales. El Dr. Verneau, de la Academia de París, sugiere que al­gunos de estos epígrafes son alfabéticos, mientras que otros son je­roglíficos. El coronel H. W. Keays-Young amablemente me copió, con gran esmero, un cuadro del museo de Tacoronte. En él están representadas unas inscripciones, aparentemente jeroglíficas, encon­tradas (en 1762) en la cueva de Belmaco, en la isla de La Palma, de­nominada por los antiguos Benahoave. Están grabadas sobre dos pie­dras basálticas.

También inspeccioné la colección de un conocido abogado, el Dr. Francisco María de León. De los tres cráneos guanches, uno era de solidez africana, con las suturas casi borradas: tenía el pa­trón grueso y pesado de la cabeza de un soldado. La pasta del bál­samo de la momia se había sometido a examen, sin más resultado que el haber encontrado una gran cantidad de sangre de drago. En el siglo XIV Gran Canaria envió a Europa, en una sok empresa co­mercial, el valor de doscientos doblones españoles de esta sustancia.

Gracias a la amabilidad del gobernador se me permitió exa­minar cuatro momias guanches descubiertas (en junio de 1862) en el término jurisdiccional de Candelaria. Mientras esperaban su exportación a España habían sido temporalmente guardadas en ataúdes en una planta baja húmeda, donde las cucarachas no respetaban nada, ni siquiera a un guanche. Estuve acompañado por el Dr. Ángel M. Yzquierdo [s¿(¡, de Cádiz, médico del hospital, y anotamos lo siguiente:

La número uno, varón de tamaño medio, le falta la cabeza y los miembros superiores, mientras que el tronco se había reduci­do a un esqueleto. Los signos característicos eran caucásicos y no negroides; tampoco había evidencias del rito judío. La parte de abajo de la pierna derecha, el pie y las uñas del mismo estaban bien conservadas; la izquierda era un sólo un hueso, al que le fal­taba el tarso y el metatarso. El estómago estaba lleno de fragmen­tos de hierbas (Qhencpodittm, etc.), y la epidermis se pulverizaba con facilidad. En este caso, como en los otros tres, las pieles mor­tuorias estaban toscamente cosidas con el pelaje hacia dentro: se­ría un error decir que el trabajo «le quedara como un guante».

La número dos era de gran estatura y estaba completa, la estruc­tura y la forma de la pelvis eran masculinas. La piel estaba adherida ni cráneo salvo por detrás, por donde sobresalía el hueso, posi­blemente un efecto del largo reposo sobre el suelo. Cerca del hueso temporal derecho había otra rotura de la piel, que aquí pa­recía mucho más deteriorada. Tenía todos los dientes, pero no rran especialmente blancos ni buenos. Faltaba el antebrazo iz­quierdo y la mano, y la derecha estaba defectuosa; los miembros inferiores estaban conservados hasta las uñas.

La número tres, también de gran tamaño, era parecida a la número dos; los miembros superiores estaban enteros, y a los in­teriores les faltaban solamente los dedos del pie izquierdo. La mandíbula inferior no estaba, y la superior no tenía dientes. Por encima de la órbita derecha había un hueco ovalado, de aproxi­madamente una pulgada de diámetro en su parte más ancha. Si esto fuese una marca de bala, la momia podría datarse entre la ultima conquista y la rendición de 1496 d. C. Pero también puede ser el resultado de un accidente, como una caída, o del golpe de una piedra, un una piedra, un arma que los guanches usaban con mucha destre­za. El Sr. Sprat afirma que «tiraban piedras con una fuerza casi tan grande como la de una bala, y ahora usan piedras en sus lu­chas como lo hacían antiguamente», y lo confirma Glas.

La número cuatro era mucho menor que las dos anteriores y la mejor conservada. La forma del cráneo y la pelvis sugerían que se trataba de una mujer; además, los brazos estaban cruza­dos sobre el cuerpo, mientras que en los varones momificados estaban estirados. Las piernas estaban cubiertas de piel; las ma­nos estaban muy bien conservadas, y las uñas más oscuras que las otras partes. Ninguna de las cuatro momias tenía lengua, probablemente se había descompuesto.

Los cráneos eran definitivamente ovalados. El ángulo facial, muy abierto, entre 80 y 85, contrarrestaba el enorme desarrollo de la cara, que mostraba cierta animalidad. Quedaba algo de pelo, de color castaño-rojizo y lacio, no rizado. Las entrañas habían desapa­recido y, al no haber paredes abdominales, era imposible detectar las incisiones por donde fueron introducidas las sustancias tanato-balsámicas, señaladas por Bory de Saint-Vincent, entre otros muchos. El método resulta confuso. Se cree en general que tras retirar las entrañas por el corte irregular hecho con la tahona, u obsidiana (cuchillo), los practicantes, que al igual que en Egipto eran de la casta más baja, inyectaban un líquido corrosivo. Des­pués rellenaban las cavidades con el bálsamo descrito anterior­mente; secaban el cadáver; y tras quince o veinte días, lo envolvían en pieles de cabra curtidas y cosidas. Éste parecía ser el caso de las momias en cuestión.

Había numerosas catacumbas, inviolables excepto para los sacrílegos, en las partes más rocosas e inaccesibles de la isla. El Sr. Adisson encontró algunas en Las Cañadas del Pico, a 7.700 pies sobre el nivel del mar. Por esto se ha dicho de los guanches que, tras un siglo de lucha, no queda de ellos más que sus momias. Es­te dicho mordaz tiene más de lacónico que de verdad.

Los guanches eran bárbaros, no salvajes. Los dos capellanes de De Béthencourt, en sus crónicas de Lanzarote y Fuerteventura, nos cuentan que «hay muchos pueblos y casas, con numerosos habitan­tes». A las ruinas que aún hoy se pueden encontrar en estas islas se les llama «casas hondas», porque un hoyo central estaba rodeado por una pared baja. El castillo de Zonzainas estaba construido con grandes piedras y sin cal. En el Puerto de Arguineguín (Gran Ca­naria) los exploradores enviados por Alfonso IV (1341) encontra­ron de 300 a 400 viviendas con techos de excelente madera y tan limpias por dentro que parecían haber sido encaladas. Éstas ro­deaban una construcción mayor que probablemente era la resi­dencia de su jefe. Sin embargo, los tinerfeños sólo usaban cuevas.

La ausencia de canoas y otros artilugios de navegación en las tierras guanches no es, de ninguna manera, prueba de que la emi­gración ocurriera cuando las Canarias formaban parte del conti­nente. Es el mismo caso que el de los australianos, los tasmanios y los neozelandeses. Los guanches, además, eran nadadores admi­rables, capaces de cruzar con facilidad el estrecho de nueve millas que separa Lanzarote de La Graciosa. Incluso podían matar los peces con varas estando dentro del agua. El engorde de las mu­chachas antes del casamiento era, y aún es, una tradición marro­quí, que no árabe. Su tosco feudalismo se parece en mucho al de los jefes beduinos. George Glas, o más bien Abreu Galindo -el autor al que cita— dice de sus casamientos: «Ninguno de los ca­narios tenía más de una mujer, ni la mujer más de un hombre, contrario a lo que afirman los autores mal informados». La creencia generalizada es que en los tiempos de la Conquista la poliandria predominaba entre las tribus. Ésta puede haber sur­gido de su primitiva comunidad de bienes, y seguramente se convirtió en una costumbre local para controlar el crecimiento de la población. Posiblemente, además, estuviese circunscrito a la clase noble y a los sacerdotes.

Humboldt señala que: «No encontramos ejemplos de esta poliandria más que entre las gentes de Tíbet».

Aunque tuvo que haber oído hablar de los Nayr de Malabar, si no es que de los To­das de las Colinas Nilagiri. La explicación de esta costumbre por parte de D. Agustín Millares es que «los hombres y las mujeres nacen en proporciones casi iguales», siendo de hecho lo contrario. Las proporciones igualadas inducen a la relación monogámica.

Según el erudito Sr. d'Avezac «guanche» es una derivación de Guansheri o Guanseri, una tribu beréber descrita por El-Idrisi y León el Africano. Esta explicación es mejor que derivar el térmi­no guanche de las palabras celtas gwuivrn, gwen, blanco. Los autores más antiguos sostienen que es una adulteración del vocablo Vin-cbune, el nombre indígena de la raza nivaria. Añaden, «los habitan­tes de Tenerife se llamaban a sí mismos guan (del beréber watt), una persona, Chinet o Chinerf, Tenerife; así que guancbinet significa una persona de Tenerife, y se corrompió fácilmente convirtiéndo­se en guanche. Por lo tanto, también el «capitán Artemis» de Glas era Guan-arteme, el jefe único o el dirigente. Viera deriva «Tenerfo o «Chenerf» del último rey; y en los viejos manuscritos se habla de «.Chenerife». La tradición popular dice que se compone de «Teñen, montaña o nieve, y de «yfe», nieve o montaña. Pritchard aplicó el término guanche a todas las razas canarias y el Sr. de Macedo, quien lo limita a los tinerfeños, le reprocha el error. Lo mismo ocurre con el Reverendo Sr. Debary y con el Profesor Piazzi Smyth, que habla de los «guanches de Gran Canaria y Tenerife». De acuerdo con el uso popular todos tendrían razón, pues «guan­che» es el término local y general para los aborígenes de todo el Archipiélago. Pero los científicos objetan que se incluyen diferen­tes razas bajo un mismo nombre.
El lenguaje es también un tema en disputa: algunos opinan que todos los isleños tenían una lengua común; otros, que no se enten­dían entre sí; muchos dicen que la lengua era beréber (numídica, getuliana, y garamantana), y algunos argumentan que no era tan cla­ramente semítica. Los dos capellanes de D Béthencourt cons­tataron su similitud con la de los «moros» de Berbería. Glas, que conocía algo el Shilha, o el beréber occidental, hizo la misma observación. Pero el piloto genovés Niccoloso da Recco, en una expedición de 1344 d. C, recogió los numerales, y dos de ellos, satti (7) y tamatti (8), son menos cercanos al original que los bere­beres set y tem. La recopilación de Abreu Galindo, quien vivió aquí en 15 publicó su historia en 1632, recoge 122 palabras; Viera sólo 1C Bory de Saint-Vincent47, 148. Webb y Berthelot ofrecen 909. éstas 200 son sustantivos, incluyendo 22 nombres de plantas; son topónimos, y 242 son nombres propios. Muchas son dude por ejemplo, sabor (lugar del consejo) viene de cabocer, «.expre. par la quelk les negres de la Sénégambie dénotent la reunión de leurs che) como todos saben, viene del portugués caboceiro, un cabecilla.

Siguiendo el camino de Tacoronte llegamos a El Sauzal aquel entonces el coche no pasaba más allá, la carretera vieja estaba en condiciones, y la nueva aún no estaba en funcionamiento. Ofrecimos un dólar a cada uno de los hombres robustos ociosos que estaban tumbados en el lugar por cargar nuestro equipaje ligero. Negaron con la cabeza, se envolvieron con capas-mantas, y se estiraron al sol como perros tras una fría caminata. No podía evitar preguntarme ¿qué deseos tendrán? cobijo que les resguarde del frío, gachas para comer, y, sobre do, el sol brillante y el aire puro, que son lujos mejores y más] cerneros que la púrpura o el lino fino. Finalmente unos muleros que pasaban por allí nos sacaron del apuro.

El camino estaba abarrotado de laguneros, que llamaban la atención con sus sombreros de paja, camisas de tela, chalecos rojos con bordados en la espalda, fajas de vivo carmesí, calzoncillos blancos con calzón de pana negra, que parecían tener un «a apuntado» delante y detrás, calcetas marrones o largas polainas de cuero adornadas con colores, y zapatos sin curtir. A pesar del calor muchos llevaban puesto la capa guanche, una manta inglesa con un cordoncillo corredizo alrededor del cuello. Las mujeres cubrían sus gráciles cabezas con medio cuadrado de paño y de­formaban el tocado con un espantoso sombrero redondo de fiel­tro negro y copa baja, un desagradable recuerdo de Gales. Cien­tos de hombres, mujeres, y niños estaban trabajando en la carre­tera, y nos sorprendió la belleza de la raza, sus líneas clásicas, el contorno del óvalo, los perfiles rectos, cabellos magníficos, y ojos azul-grisáceos con pestañas negras. Éste no es el resultado de la sangre guanche, como descubrí al poco en un pueblo del suroeste de la isla. También me señalaron como arquetipo de la raza guan­che a un ordenanza de las cercanías de Arico que había servido durante años en un palacio. Medía seis pies y cuatro pulgadas [1,93 m.], y de un ancho proporcional; su cara era algo romboide, su pelo lacio, negro como el de un hindú, y su piel tostada sólo era un poco más oscura que la de las gentes del Algarve portugués. La belleza de los isleños es el resultado de una mezcla con sangre ir­landesa. Durante la persecución católica, antes de 1823, muchos huyeron de la Isla Esmeralda hacia Tenerife, y especialmente a La Orotava. La figura de la mujer joven es encantadora, alta, esbelta y dócil como los pinos del lugar. Todos admiran sus gráciles andares. Pasamos por lugares famosos en tiempos de la Conquista -La Matanza, la nativa Orantapata, donde las fuerzas de De Lugo fue­ron casi aniquiladas-. Ahora es una estación a medio camino de La Orotava; y aquí para el coche para comer, los precios los regula el gobierno.

Desde la aislada hostería se distingue el Pico pero no el valle subyacente. Después Acentejo, la Roncesvalles local, don­de los invasores sólo se salvaron gracias a San Miguel; y luego, La Victoria, donde éstos se vengaron. En Santa Úrsula vimos por pri­mera vez las laderas de La Orotava, la Tavro [síc] guanche o Atanpa-lata [iic\; y en la Cuesta de la Villa nos mostraron cerca de su seña, una palmera, la cueva que cobijó al jefe patriota, el desafortunado Bencomo. Mientras la gente elegante salía a pasear, pasamos el talvario y el lugar que conduce a la Villa de La Orotava, y encon­tramos habitación en
La fonda de D. José Gobea. A la sala, o salón principal, de unos 30 pies de largo, sólo le faltaba un diván orien­tal arrimado a las paredes; ésta era fácilmente convertible en un lugar aceptable para el vivaque, y fue aquí donde decidimos expe­rimentar la vida campestre durante un tiempo.[…] Tomado del libro: El Volcán, El Almirante y los Gallos, de Richar Francis Burton. Ediciones Idea, 2005.
Abril de 2012.