UN MEDICO OROTAVENSE, EL PRIMER CANARIO EN LOGRAR EL
TITULO DE DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUJIA, EN LA FALCUTAD DE MEDICINA
DE LA UNIVERSIDAD DE
SALAMANCA.
Nació
en La Villa de La Orotava el 7 de noviembre
de 1929, en la Villa
Arriba , es el segundo hijo de Lorenzo Pérez Díaz (1899- 1983) Coronel Honorífico de Infantería,
Gran Cruz y Placa de la Orden
de San Hermenegildo, oriundo de La
Palma , y de Isabel Bautista Hernández (1904-1986) ama de
casa, natural de la Villa
de La Orotava. Fruto
del matrimonio nacieron: María Rosa, la mayor, fallecida
(29-11-1927/22-11-2009), esposa de Néstor Rocío Ramos, fallecido en Septiembre
de 2011; Florencio (07-11-1929); Mª Isabel
(16-08-1931), y Francisco Javier (10-07-1946). Sus dos hermanos menores residen
actualmente en La Orotava.
Florencio Lorenzo
Pérez Bautista en su infancia y juventud vivió entre La Orotava – Las Palmas de
Gran Canaria y entre Sidi Ifni y
La Orotava. Estudió de joven el bachillerato del
inolvidable colegio de segunda enseñanza “Farraís”, ubicado en La Casa de Los Balcones en la Calle de San Francisco.
Amante de la lectura, afición que cultivaba con verdadera pasión.
De hecho, reconoce que, a los diecisiete años, y antes de marcharse a la
península a estudiar, se había leído ya las obras completas de Salgari, Dumas,
Sabatini, Víctor Hugo, Stevenson y otros muchos autores. En fin se
consideró un amante de la
Medicina y la
Literatura.
Con solo 17 años, superado el examen de grado para entrar a la
universidad, decidió estudiar medicina en Santiago de Compostela, no regresando
más al domicilio de mis padres después de unos largos diez años en tierra
peninsular, debido a la travesía hasta Cádiz, en su viaje con destino a
Santiago.
El pequeño barco de movía mucho en todas las direcciones, era como una
cáscara de nuez tirada al mar, de tal manera que el mareo y los vómitos eran
constantes .La travesía de Canarias a Cádiz eran de varios días y noches. Se
movía sin parar de un lado a otro, en los cuatro días de navegación. Un
verdadero calvario, encerrado en el camarote, echado en la litera y tratando de
no moverse.
Una de su frecuente visita al La
Villa de La
Orotava , fue precisamente a la boda de mi hermana Isabel
celebrada en el desaparecido Colegio Salesiano de Santa Cruz de Tenerife,
cuando mis padres residían en la capital.
Por motivo de los permanentes cambios de destino de mi padre, militar
profesional, desde muy pequeño hubo de acostumbrarse a los sucesivos traslados
de centros de estudios, así como a relacionarse en cada nueva ocasión con
distintos compañeros. Era algo estresante el cambio continuo de colegio. En Las
Palmas, estuvo en el Colegio Viera y Clavijo y, también, en un centro próximo a
la iglesia de San José, dirigido por el Sr. Ramos, un maestro que aplicaba como
nadie la máxima de «La letra con sangre entra»”.
Mi familia se instaló en la
Villa de La
Orotava de manera estable durante varios años. Aquí, inició
sus estudios de bachillerato en el recordado centro de segunda enseñanza
colegio Farrais, donde cursó hasta el sexto año de bachillerato
ininterrumpidamente.
Pero mi familia se vio obligada a realizar un nuevo traslado, en esta
ocasión a Sidi Ifni, y por un periodo de un año. Le pidió a mi padre quedarse
en La Orotava
para concluir sus estudios de bachillerato en Farraís, pero mi padre le
contestó que se estaban realizando las gestiones pertinentes para que los
catedráticos de la
Universidad de La
Laguna se desplazaran a Sidi Ifni en un avión militar para
examinar a los cinco hijos de militares. Tras superar el séptimo año de
bachillerato, los cinco estudiantes pudieron realizar el Examen de Estado.
De vuelta a la Villa
de La Orotava
donde pasó unos días antes de partir rumbo a Santiago de Compostela, ciudad
donde inició los estudios de Medicina en el año 1948.
Decidió estudiar medicina con la oposición de mi padre que quería que
fuese militar. En Sidi Ifni, había dos alféreces de milicias que eran médicos
en el batallón de Infantería.
La influencia recibida del recordado médico de La Orotava don Domingo
González, un gran médico de familia, sobre todo de la menesterosa, que vivía en
la esquina de la calle Castaño (actualmente lleva su nombre) y la calle
Salazar, donde también tenía su consulta, se inclinó totalmente por la
medicina.
Pero sobre todo lo que decidió que mi hermano estudiara medicina y no la
carrera de militar, era por la vida que nuestro padre había llevado, cambios de
domicilios, ausencias, y a nuestra madre le había costado estos cambios y
ausencias, muchas lágrimas.
Iniciando los estudios en el curso 1948-1949 en la Facultad de Medicina de
Santiago de Compostela, escogiendo esta histórica universidad por su prestigio,
porque allí estudiaban varios jóvenes de La Orotava entre ellos Modesto Torrents y Saturio
Fuentes Guerra ambos en la facultad de Farmacia, así como los hermanos Sosa
Tolosa en Medicina y en general, porque en ella se concentraban numerosos
canarios.
En Santiago aprobó todas las asignaturas de su primer curso de Medicina,
conoció a Jesús, un hermano de Manuel Fraga Iribarne, que estudió la
especialidad de Urología en Estados Unidos y a quien le unió una gran amistad.
Sin embargo, “harto de tanta lluvia ”, al siguiente año decidió marcharse a la
universidad más antigua de España de la ciudad de Salamanca, ciudad
universitaria más arcaica de España, fundada en el año 1254 por el rey Alfonso
X “El Sabio”. “Ésta tenía tanta fama o más que la de Santiago”.
Debido a su negativa de regresar a Canarias para no tener que padecer la
dura travesía en barco, y dado su afán por aprender y formarse, durante el
verano, en Salamanca, cursaba por libre algunas asignaturas del siguiente
curso, así lo hizo cada año y fue aprobando, de tal modo que finalizó la
carrera un año antes de lo previsto.
Recuerda que en aquellos años las asignaturas de Toco-Ginecología y
Ginecología se estudiaban una por año, pues bien en un año, en Junio aprobó
Toco-Ginecología y en septiembre aprobó, con notable Ginecología, siendo una
sorpresa muy grande para el resto de sus compañeros.
Siendo aún estudiante de Medicina, realizaba prácticas en los hospitales
para completar su formación. Además de colaborar en Toco- Ginecología, hacía de
ayudante de campo y de instrumentista de Cirugía General. Lo apuntaba todo,
paso por paso, en su libreta, inclusive hasta la descripción de las suturas.
Antes de acabar la carrera, ya operaba de apendicitis y practicaba cesáreas”.
Acabó su carrera de medicina en la Universidad de Salamanca en 1954, el mismo año en
que se conmemoraba el VII Centenario de su fundación. En su orla figura la
mención expresa del VII, acontecimiento espectacular donde estuvieron presentes
todos los rectores de las universidades del mundo.
Finalizada su carrera trabajo como médico residente en dos clínicas
concertadas de Salamanca: en la Obra Sindical Dieciocho de Julio y en el
Sanatorio Población.
Pasó temporadas en Madrid alternándola con su ejercicio en Salamanca,
para perfeccionarse en la clínica de La Maternidad , de la calle O´Donnell, colaborando
con el profesor don José Botella y Llusiá. Conoció y enlazó amistad con el
doctor Caballero Gordo, ginecólogo, especializándose en Esterilidad
matrimonial.
Realiza un curso monográfico de Doctorado, “que obligaba a la selección
de un número determinado de asignaturas y a la realización de un examen oral”.
Esta nueva andadura acabaría por convertirlo en Doctor en Medicina y Cirugía en
1968, a la vez que abriría una novedosa senda profesional en su trayectoria de
profundo compromiso médico con el valor testimonial de la literatura.
A esta trascendental actividad académica, las asignaturas que le
sorprendieron fue la de Historia de la Medicina.
Impartida por el doctor don Luis Sánchez Granjel, miembro de número de la Real Academia
Nacional de Medicina, personaje más importante de la Historia de la Medicina en España,
discípulo predilecto del doctor don Pedro Laín Entralgo, actualmente
ex-catedrático de Historia de la
Medicina y Catedrático Emérito. Ha dirigido cientos de
tesinas y de tesis, y publicado innumerables libros. Él confiaba muchísimo,
como fuente del saber, en la
Literatura.
El Doctor Sánchez Granjel ha acaparado todos los premios civiles y
académicos posibles: Hombre de Castilla y León, Medalla de Oro de la Ciudad de Salamanca, Hijo
Adoptivo de la Ciudad
de Salamanca, entre otros.
En Marzo de 2003, mi hermano asistió a en Madrid a la toma de
posesión del Doctor Sánchez Granjel como miembro de la Real Academia
Nacional de Medicina y para ocupar la vacante del Doctor Don Pedro Laín
Entralgo.
El doctor Sánchez Granjel comenta de mi hermano Lorenzo Pérez Bautista,
que en sus años en Salamanca, fue unos de los mejores colaboradores del
Departamento de Historia de la
Medicina que fundé y dirigí hasta mi jubilación como
catedrático de Historia de la
Medicina. Hoy me es muy grato recordarlo al escribir esta
reseña para su publicación de su biografía que se proyecta realizar por el
Colegio de Médicos de Las Palmas, y de nuevo le agradezco lo que supuso su
colaboración de años para la cátedra salmantina.
Mi hermano, trabajó como profesor adjunto de la cátedra de Historia de la Medicina durante
dieciséis años en la
Universidad de Salamanca.
La realización del doctorado le introduce definitivamente en la faceta
literaria, la Historia
de la Medicina
le entusiasmó. Lo que aparentemente parecía una “maría”, es decir, una
asignatura sin mayor trascendencia, se convirtió en una disciplina fundamental
en su vida.
En la conmemoración de su VII Centenario, se concedió autorización
a la Universidad
de Salamanca para que se pudieran desarrollar y leer allí tesis doctorales.
Hasta entonces sólo se leían en Madrid.
En el año 1963, ingresó como profesor auxiliar de
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