miércoles, 25 de marzo de 2015

Tamazight I Nociones de tamazight insular (guanche )

 


 

 

 

 

 

 

Introduccion

Saludos

Burlas

El cuerpo

Interjecciones

Consignas

Alfabeto tifinagh

 

Fuente:

www.Mundoguanche.com

:::I. La lengua:::


Las antiguas fuentes escritas que recogieron los contactos entre europeos e isleños, sin información ni medios suficientes para hacer una descripción precisa, dibujaron un panorama idiomático de apariencia contradictoria. Por una parte, dieron cuenta de las dificultades que obstaculizaban el entendimiento entre las diferentes hablas isleñas, insistiendo en que se trataba de lenguas que no poseían nada en común. Sin embargo, también advirtieron la repetición de muchos nombres de lugar (topónimos) y mencionaron varios casos en que algún nativo de una isla era utilizado como intérprete en otra distinta. Pero ambas circunstancias reflejaban una parte de la realidad.
Los primeros habitantes del archipiélago canario hablaron el mismo idioma que, desde hace más de tres mil años, sirve como vehículo de comunicación en gran parte de la mitad septentrional del continente africano. Desde el mar Mediterráneo hasta la línea sur del Sahara y desde Egipto hasta la cordillera del Atlas (o, en su día, hasta las Islas Canarias), la comunidad étnica más antigua de las que pueblan el norte de África se expresa en una lengua común que recibe el nombre de tamazight o, en español, amazighe (aunque todavía es frecuente el uso de otra denominación, bereber, de origen peyorativo).
Sin duda, un territorio tan enorme y diverso ha condicionado la proliferación de estrategias de adaptación y modos de vida particulares entre los distintos grupos que componen el amplio mosaico amazighe, lo que ha generado también abundantes diferencias dialectales. Sin embargo, no se trata de un fenómeno ligado sólo a la influencia de las condiciones naturales. A este proceso han contribuido otros factores sociales y culturales, el más importante de los cuales quizá sea que estos pueblos han cultivado una tradición más oral que escrita. Pese a conocer la escritura y emplearla en ámbitos lúdicos y ceremoniales, la oralidad ha ocupado siempre un plano mucho más activo en todas las instancias y manifestaciones de esta cultura norteafricana. Así, junto a una estructura lingüística relativamente uniforme, la lengua amazighe ha desarrollado numerosos dialectos y hablas a lo largo de la historia, hasta el punto de hacer muy difícil en ocasiones la comprensión mutua entre algunas de sus variedades.
En una escala por supuesto menor, esta situación que podríamos calificar como de unidad plural se trasladó también al Archipiélago. A cada una de las islas llegaron, por lo menos, dos de los muchos dialectos continentales. Ahora bien, las últimas investigaciones apuntan a que uno de estos dos flujos fue siempre el mismo, el conjunto de hablas que hoy conocemos como dialecto tuareg o meridional, pero cuyo origen se sitúa en la región libio-tunecina. El otro flujo presenta más variaciones según las islas, pero destaca el aporte de las hablas localizadas en la actualidad en el centro y sureste de Marruecos.
Y aquí convivieron ambas influencias durante cientos de años, sin una comunicación interinsular estrecha y sin contacto con sus respectivas comarcas continentales. Una doble dialectización (continental e insular) que marcó la personalidad de la lengua amazighe en Canarias.

:::Así se saludaban:::

En la historia del África amazighe, pocas influencias han causado un impacto tan amplio y profundo como la arabización iniciada en el siglo VII. Con anterioridad, fenicios, griegos o romanos ya habían cruzado improntas con aquellas poblaciones. Incluso, sus antepasados libios o mashwash también se relacionaron con pueblos del Oriente Próximo. Pero la colonización islámica introduciría cambios determinantes en la composición de su tejido cultural. La lengua árabe fue impuesta como instrumento de cohesión ideológica y política en las sociedades conquistadas, por lo que el idioma original, la tamazight, ha quedado progresivamente relegado a una vida más doméstica. Muchas costumbres y tradiciones ancestrales también se han visto alteradas o han desaparecido bajo el peso de esta nueva realidad.
En las últimas décadas, un creciente proceso de afirmación cultural intenta desarrollar y, en su caso, restablecer la identidad amazighe de esas poblaciones. Para ello, se practican algunos esfuerzos en el sentido de avanzar hacia la creación de formas idiomáticas comunes (coiné), pero su extraordinaria riqueza dialectal no siempre facilita una intercomprensión plena. Además, la política de arabización lingüística de la mayoría de los gobiernos del área, y en ocasiones incluso la abierta represión social, dificultan aún más esa estrategia reivindicativa.
Aunque apenas proporciona un reflejo anecdótico, un ejemplo de este empeño se observa en la rápida difusión de la voz meridional ahul, pronunciada azul en otros dialectos, como expresión de ‘saludo’. Inclusive en Canarias, donde no se ha documentado en las fuentes antiguas, también ha adquirido cierto arraigo. Con todo, un historiador a menudo muy bien informado, el médico teldense Tomás Marín de Cubas (1643-1704), recogió en el siglo XVII unos enunciados propios de la isla de Gran Canaria. El fragmento en cuestión se puede encontrar en su Historia de las Siete Yslas de Canaria (1694), más concretamente en el capítulo XVIII del libro II, dedicado a la «Naturaleza, costumbres y exercicios de los canarios»: «[...] entrando en las Casas ô Cuebas saludan diciendo Tamaragua, y respondia Sansofi, que significa aqui biene el huesped, pues sea bien venido» [fol. 78r].
El testimonio no puede ser más preciso, tanto en su forma como en su significado. Hoy, la restitución científica puntualizaría las fórmulas del siguiente modo:
(a) tamaragua = da_marag, ‘aquí (está) el huésped (o vecino)’;
(b) sansofi = ssan_sufi, ‘para el que sea lo mejor’.
Respalda esta información de Marín, por lo menos en parte, un documento de gran valor redactado en la centuria anterior. En el capítulo LIX de su Descrittione et historia del regno de l’sole Canarie (1590), el ingeniero italiano Leonardo Torriani (ca. 1560-1628) copió un par de endechas compuestas en aquel amazighe insular del siglo XVI. En una de ellas, precisamente en la que atribuye a la isla de Gran Canaria, registra el concepto maragà [fol. 82r]. Su traducción, que recoge no tanto la literalidad como el sentido general de esos cantos, aporta una aproximación muy razonable: ‘bien venido’. Ya sabemos, por Marín y por el análisis interdialectal, que su campo semántico real se relaciona con la ‘vecindad’, pero de nuevo aquí aparece en un contexto de salutación: «Aicà maragà», es decir, ‘¡Oh! A ti, el huésped’.
Así, pues, como impone este tema, parece oportuno despedirse en esta ocasión con tihulawen aggôtnen, es decir, ‘muchos saludos’.

:::Burlas y algo más:::

Hay quien dice que uno no llega a dominar por completo una lengua hasta que es capaz de producir juegos de palabras e insultos creativos. Moverse en el doble sentido y serpentear por las sinuosidades conceptuales y sociales del lenguaje requiere imaginación y, por supuesto, cierta inclinación humorística. De los antiguos isleños, sabemos que, cuando menos, practicaban la sinonimia, ya que «para / una cosa usaban de mas de dos, y tres bocablos diferentes» [Marín 1694: 81v-82r], donde a menudo borbotean las asociaciones de ideas que acabarán en muchos casos por añadir acepciones a los términos.
De la ironía al sarcasmo, de la burla ingeniosa a la mofa insultante, hay una frontera muy tenue que sólo transita indemne quien conjuga el tacto y el talento. Por desgracia, nuestro conocimiento de las antiguas hablas isleñas no permite aquilatar como es debido todos los requiebros sociolingüísticos empleados entonces, aunque esta rara habilidad poética sigue resonando en las Islas.
A continuación, veremos algunas voces antiguas y otras vivas en la tradición oral, entre las que hay nombres de personas y adjetivos no siempre compasivos, que proporcionan una muestra interesante de este epígrafe tan curioso de nuestra cultura ancestral.

Y, como parece lógico, no podemos por menos que empezar precisamente con la noción principal que ocupa estas líneas: ‘broma burlesca, tomadura de pelo’, que la sociedad herreña ha conservado a través de la voz choca (chok, ‘menosprecio’), todavía vigente en el agonizante dialecto zenaga del sur mauritano.
Por lo general, estas expansiones adquieren un desarrollo más o menos subido de tono y se deslizan hacia comportamientos poco decorosos en una ‘juerga’ o ‘borrachera’, es decir, lo que aún en La Palma se conoce como fuleque (fulleq, ‘indecencia’). El enunciado, habitual en cabilio y en el ámbito tuareg, alude tanto a inconveniencias verbales (‘hablar sin discernimiento’) como de conducta (‘descortesía’).
Pero sólo algunas personas se manejan de forma tan inapropiada, ‘personas de mal comportamiento’, que tampoco rumian muchos escrúpulos a la hora de inmiscuirse en los asuntos ajenos. A este personaje ‘entrometido’, hombre o mujer, se le endosa aún el calificativo sarpeta, construido sobre el verbo serreb (‘deslizarse, colarse’) y el sufijo despectivo hispánico –eta.

Pero es preciso tener ‘poca seriedad y calidad humana’ para actuar así, es decir, ser un chifichafe (šifšaf) o ‘idiota’. Aunque, puestos a elegir sinónimos, disponemos de otras expresiones. Por ejemplo, el nombre de un guerrero de Benytomo que, según el poeta Antonio de Viana [1604, VIII: 153v], atendía por Badel, pese a que no sabemos si esto fue porque era ‘débil de espíritu’, ‘bueno para nada’, ‘idiota’ o ‘enfermo mental’. Apelativo sin duda nada benigno, igual que el adjetivo guarnaco, también a veces substantivado, que se aplica al ‘tonto, bobo’ o, en su literalidad (war_naq), al sujeto ‘falto de dicción, torpe al hablar’.
Ahora bien, si se trata de insultar sin ambages, resulta obligado acudir a la documentación normanda que, en la conjura protagonizada por Afche (Afššeš, ‘caprichoso’) contra Guadarfia (Wadarfi, ‘liberado’), nos desvela un improperio muy contundente:
Pasados algunos días, llegó Afche al castillo de Rubicón y acordaron que sería rey a condición de que recibiera el bautismo junto con todos sus partidarios. Cuando el Rey [Guadarfia] lo vio llegar, lo miró muy despectivamente diciéndole: “Fore troncquenay”, esto es “Malvado traidor” [LC (d. 1494: 23r) 2003: 236].
Sólo que el desprecio toma un tinte aún más notorio en su forma original, ya que no se dirige directamente al noble sedicioso ni adopta un tono tan literario como sugiere la traducción francesa: fore [furay] torom kennay deja claro a los europeos que ‘la sarna han traído [con] ustedes’.
Así, en esta misma línea desprovista de sentimentalismos, nada como usar un vocablo femenino para ridiculizar a un varón. Un efecto que, salvo contadas excepciones, se consigue mediante el valor diminutivo conferido a este género. Quizá el caso más representativo sea el de Temiaba, «hombre de poco anímo», según dijo de él Abreu [ca. 1590, III, 3]. Este jefe cantonal de Tagaragre (hoy Barlovento, en La Palma) recibió un adjetivo verbal (tem-awwad-t) que, con mucha piedad, cabría traducir por ‘pusilánime’, pero que en realidad se conformó sobre la misma base que maguada, esto es, ‘mujer temerosa’ (literalmente).
Con algo menos de crueldad, aunque no sin retintín, el ‘hombre cobarde, poco decidido y miedoso’ es motejado todavía en Gran Canaria de mané, más propio del ‘animal dócil o amaestrado’. Una fórmula algo más decorosa, en cualquier caso, que el chirgo o chirguete (chizzget) que se le atribuye al pobre timorato que ha relajado el control de su esfínter y un escatológico reguero delata su mortal humanidad.
Para terminar, repararemos en dos figuras universales, presentes en todas las sociedades de cualquier época. De una parte, tenemos al raquero o ‘tacaño, avaro’, que se inscribe, paradojas del lenguaje, en uno de los campos semánticos más fértiles de la lengua amazighe, el del ‘calor’, la ‘sequedad’, la ‘dureza’ y, cómo no, la ‘severidad’ (qqar, regh). Y, además, no hemos de olvidar al ‘glotón’ o taburnaque (taburnaqqey), que describe más exactamente a la ‘persona gruesa y de ojos hinchados’.

:::Las voces del cuerpo:::

El estado de los conocimientos lingüísticos acerca de las hablas ínsuloamazighes aún no permite dar cuenta de toda su nomenclatura anatómica. Disponemos de un caudal de voces más o menos numeroso para lo que cabría esperar, aunque entre el material que todavía queda por investigar aguardan sin duda muchos otros vocablos que han de completar esas denominaciones corporales. Este artículo, por tanto, seguirá abierto por mucho tiempo y esperamos que poco a poco nuestros pacientes modelos, Guetón y Texenery, recuperen la memoria y nos enseñen algo más sobre las piezas que integran nuestro organismo.
Los cronistas antiguos no dejaron un catálogo específico sobre esta materia. La mayoría de las palabras aparecen en compuestos o fueron aplicadas a situaciones y objetos con los que guardaban alguna correspondencia, como se verá en la explicación que vamos a mostrar en la veintena de asientos que hemos podido reunir.
OSAMENTA
taghissa. s. f. sing. Esqueleto. || Pese a que el análisis no termina de ser concluyente, pues la vocal inicial del registro documental induce a la duda, la mejor referencia para el ‘conjunto óseo del cuerpo humano’ ha llegado hasta nosotros con la memoria de una guanchita de 6 años, Itahisa, vendida como esclava en Valencia.
CABEZA
axfe. s. m. sing. Cabeza. || En muchos dialectos, y también en Canarias, la pronunciación corriente del fonema posterior, tanto en su versión sorda (x) como sonora (gh), se relaja hasta casi desaparecer, por lo que la dicción más frecuente se convierte en afe. Así ocurría, por ejemplo, con el nombre del famoso jefe canario Gumidafe (gummad´_axfe, ‘jorobado’), que remite a una ‘cabeza desviada, torcida o fuera de su posición natural’.
keyye. s. m. sing. Cráneo. || Los paralelos continentales todavía vigentes muestran este concepto en femenino (takeyya), aplicado también al ‘vértice o parte más elevada de la cabeza’. Nuestro insulismo figura en el nombre de un jefe gomero, Aberbequeye (aberwwi_keyye, ‘cráneo hundido’), por lo que el uso del masculino, si atendemos a la relación que la lengua amazighe establece entre el género y el tamaño, lleva a pensar que este buen hombre no debía tener una cabeza precisamente pequeña.
kanar. s. m. sing. Frente. || Aunque haya llegado a nosotros con el uso figurado de ‘vanguardia’ o ‘valientes’, que tal parece ser el sentido del etnónimo canario (kanar-at), su significado primario alude a la ‘frente grande’ (como corresponde al valor aumentativo del masculino). Pero si esta hipótesis fuera incorrecta, disponemos también del nesónimo Tenerife (tener_efey), donde contamos con una variante abreviada [N•R], ahora en femenino, que además se repite en el antropónimo de un afamado guerrero teldense, Nayra (nara), armado sobre otra variante que se vuelve a inclinar por la acción de ‘guiar’ o ‘estar al frente’.
timmi. s. f. sing. Ceja, ceño. || El topónimo herreño Timijiraque nos proporciona una de las acepciones de este lexema [M•(Y)], quizá la que presenta una aplicación más humana. Porque el Time (timmäy) o ‘eminencia orográfica’, que podemos encontrar aún en la geografía de La Palma y Gran Canaria, se acomoda mejor a la ‘frente o frontal de una montaña’.
urgan. s. m. pl. Bordes de los párpados. || La toponimia gomera ha conservado este elemento del rostro como denominación de una degollada, Hurgan, algo que también sucede con algún valle continental (Ûrgan, en el Adrar).
ted´t (f.), pl. allen (m.). s. Ojo(s). || Gracias a que este órgano de la visión se asemeja también a una ‘fuente’, es decir, en ambos casos se trata de un ‘agujero por el que mana un líquido’, la toponimia ha preservado los dos números de esta designación. Tedeta, un manantial ubicado en Vallehermoso (La Gomera), Olen, otro venero más en Mirca (La Palma) y algunos barrancos llamados Alen en Tenerife y La Palma, confirman incluso la conexión semántica entre el ‘ojo’ y la ‘fuente’ (común también en otras lenguas, como el árabe).
gurmad´. adj. m. col. Orejas (pequeñas). || De momento, no es posible presentar una denominación concreta. Sólo hemos localizado este adjetivo, que distingue unas ‘orejas cortas (en animales) o pequeñas (en personas)’.
tinzer, pl. tinzar. s. f. Nariz. || Una vez más, la toponimia, muy tributaria en todo el mundo amazighe de las figuras anatómicas, nos brinda nuevos ingredientes corporales. Tíncer, en Tenerife, y el valle de Tiniçara, en La Palma, añaden a nuestra lista el singular y plural de este apéndice cartilaginoso.
timit. s. f. dim. Boca pequeña. || El pueblo sureño de Chimiche (Timitt), en Tenerife, nos permite restituir la forma amazighe más común para esta cavidad, imi, pl. imawen.
tazirga. s. f. Muela(s). || El nombre de la intérprete palmera María Tazirga proporciona el nombre de esta pieza dental, aunque no hallamos todavía suficientes elementos de juicio para concretar su número.
geya. s. m. sing. Mandíbula, pómulo, mejilla, moflete. || Un popular héroe gomero Gralhegueya (gdal_x_geyya, ‘protege la mandíbula’), nos traslada un espacio lateral de la cara que no alcanzamos a definir con exactitud.
amar, f. tamart. s. Mentón, barba. || La montaña palmera de Tamarajoya (tamart_taghya, ‘barba espesa’), las tierras gomeras de Tamargada (tamart_gadaw, ‘barbilla bermeja’) o el macizo mahorero de Famara (f-amar-a, ‘gran mentón’) recogen ambos géneros de la prominencia inferior del cráneo.
Para rematar la descripción, tal vez resulte oportuno agregar las ‘cabelleras’, que no sólo eran signo de ‘nobleza’:
tizikkizt. s. f. col. Cabellera. || Con la típica palatalización tinerfeña de la dental inicial, chizikkizt, y la marca estatutaria (a)ši prefijada, es fácil reconocer aquí la ‘calidad opulenta’ que caracterizaba al estamento dominante en la sociedad isleña.
kebegh. s. m. sing. Título de dignidad reservado al jefe principal. || Símbolo de ‘fertilidad’ y ‘nobleza’, esta ‘cabellera abundante’ constituía el tratamiento más distinguido para el mencey.
nazd´. s. m. sing. Pelo, cabello. || El nombre de un muchacho, Nast, vendido en Valencia nos ofrece una versión más de los filamentos pilosos que crecen entre los poros de la piel.
TRONCO
iguma. s. m. pl. Fig. Espaldas, torso. || La poderosa envergadura del valiente canario Adargoma (addar_guma, ‘espaldas de risco’) quedó perfectamente reflejada en un compuesto que retuvo, junto a la versión más frecuente de ‘montaña’ o ‘risco’ (addar), el ‘pivote’ o ‘tronco (de árbol)’ que algunos dialectos continentales señalan con la voz agum, pl. iguma o igumen.
aruré, arerú. s. m. sing. Espalda. (2) Región lumbar. || Como sucede en Marruecos, Níger o Malí, estas dos variantes gomeras del aruru ‘dorsal’ también tomaron asiento en la toponimia para significar una ‘colina o loma fuertes’, ‘montaña’, etc.
tuffut, tfufayt. s. f. dim. sing. Seno pequeño. (2) Pezón. || Expresiones para denotar ‘hinchazones o bultos’ que semejan un seno de tamaño reducido menudean todavía en el habla isleña. Voces como chipote, chufo, tufo o totufo nos regalan la posibilidad de restituir un primario ufuf, pl. uffwan, ya en masculino, para indicar un ‘pecho, teta o mama’ de mayor dimensión. Porque la cotufa (o ‘palomita de maíz’) y el chichofe, una ‘marca en forma de verruga que se le hace a las cabras’, retuvieron mejor la imagen del extremo que sobresale en los pechos.
tasa. s. f. sing. Hígado. (2) Boca del estómago, plexo solar. (3) Fig. Corazón. || El noble guerrero canario Atazaicate (a-tasa_ikahat, ‘gran corazón’) nos confirma una información sociolingüística muy interesante. En la cultura amazighe, tanto continental como insular, el ‘hígado’ o las ‘vísceras’ sirven para hacer referencia al ‘centro de los sentimientos más fuertes’, como el ‘coraje’ o el ‘amor materno’.
tabûtat. s. f. sing. Ombligo. || Otra niña guanche vendida en Valencia como esclava, Chabuta, nos brinda la versión más segura para esta cicatriz del vientre.
sonfa. s. m. sing. Fig. Ombligo. || Sólo documentada en un registro (zonfa) muy tardío, a comienzos del siglo XIX, tenemos también esta otra representación del ‘agujero’ que deja en nuestro cuerpo el corte del cordón umbilical.
tafurast. n. vb. f. sing. Vulva, vagina. || La ‘abertura o grieta’ externa del aparato genital femenino fue designada en Tenerife con el mismo vocablo (tafuriaste) que el ‘tambor’, al fin y al cabo un ‘cilindro hueco cubierto con una piel estirada por una o las dos bases’.
firgan. p. p. m. sing. Pene. || El ‘tallo o nervio central de la chumbera’, ‘cualquier palo largo’ y una ‘persona alta y flaca’, que todas estas referencias toma el participio pirgan, pírgano, pirgua, pirguan o pírguano, también derivan del verbo ‘levantar’, base de esta denominación mahorera del miembro viril.
EXTREMIDADES bizza. s. m. sing. Pene. || Aun deformada en la voz pisallo, el habla de Tenerife mantuvo esta designación genital, aunque con aplicación no tanto para los hombres como para los animales.
zirik. s. m. sing. Fig. Pene de los niños. || Una ‘cuerda fina o cuerdecilla’ aporta aquí la imagen infantil del órgano genital masculino, vertida en Tenerife como sirica.
ey. s. m. sing. Brazo. || Una vez que hubo quedado manco, Mayantigo, jefe de la comarca palmera de Adirane, recibió el nombre que reflejaba su nueva situación física: su ‘medio brazo’ le confirió el apodo Aganeye (azgan_ey).
fus. s. m. sing. Mano. || El ‘mayorazgo’ o ‘primer heredero’ que recoge la fórmula canaria punapal (fus_nafal, ‘llevado de la mano’) nos revela la típica expresión panamazighe para esta extremidad.
ñoño. s. m. sing. Dedo del pie. Ú. m. en pl. || ¿A quién no le han pisado alguna vez los 'dátiles'? Pues, en Gran Canaria, La Palma y Tenerife, se conservó este 'hueso de dátil' o innew, bien conocido en el habla de los ayt Ayyache, en la zona septentrional del Marruecos central. Por extensión, en Gran Canaria se adjudicó también al 'pie grande' y en La Palma, a la 'persona con una mandíbula inferior más saliente que la superior'. La variante tinerfeña ñáñigo, hoy ya con poco uso, insiste en esa reduplicación del tema, nnew-nnew, acaso como expresión de un sentido colectivo.
chícano. s. m. sing. Músculo desarrollado. (2) Hueso largo. || También pronunciado chíscane, chíscano o chízcano, este šikan alude en realidad a la ‘pierna’.
Pero, como es natural, parece obligado completar esta descripción de la maquinaria humana con la pertinente alusión al principal combustible vital:
ddem, pl. idamman. s. m. Sangre. || Por dos vías tenemos bien acreditado este concepto, casi siempre usado a través del valor genérico de su plural y como representación del ‘parentesco’: Attidamana (atti_idamman, ‘transmite la herencia’), el nombre de la isleña que unificó la jefatura canaria, y en el segundo verso de la célebre endecha cantada también en aquella isla (May-ik gwere, dem-a 'ši h´anyi, lit. ‘tu madre está muerta; la sangre ha dado el cuello’).

 :::Interjecciones tenaces:::


Salvo alguna expresión muy bien documentada en las fuentes escritas pero ya desusada, queda un curioso surtido de interjecciones que, unas más que otras, todavía se reconocen en el habla corriente. Habría que realizar encuestas sociolingüísticas exhaustivas para determinar su vigencia actual, aunque es seguro que cierto menosprecio esnobista, muy extendido en las últimas décadas, ha restringido la circulación popular de estas manifestaciones tan coloquiales. Claro que, en honor a la verdad, los cambios profundos experimentados en los modos de vida también han contribuido a ese decaimiento. Un fenómeno, sin embargo, alimentado con denuedo por una ideología dominante que potencia la extraversión y recluye la canariedad en el tipismo folclórico macerado por la dictadura franquista. Porque, muy permeable a la presión del poder y las influencias externas, lejos de cultivar una consciencia plena de la formidable riqueza y diversidad de su identidad cultural, la población isleña parece afrontar el futuro inmediato con la misma escasa autoestima social y política que ha signado su historia.

Con todo, diversos colectivos se muestran dispuestos a imprimir cierto aliento revitalizador a algunas de las fórmulas más antiguas. Equipos de luchas y juegos autóctonos, por ejemplo, se manejan ya en ese horizonte.
hai tu catanaja. interj. GC. ant. Var. ay tu catana, haita haita datana. Expresión de ánimo en el combate, que se dirigían los guerreros entre sí para estimular su arrojo. Una oración exclamativa en su conjunto (xay tu katanah), cuyo primer ingrediente (xay) aporta además una interjección expresiva: ‘¡ea, hombre, aumenta los honores!’.
Ahora bien, más difícil resulta aceptar que la forma datana sea otra cosa que una simple corrupción gráfica de catana-ja. No obstante, es cierto que podría tener un sentido propio, bien como locución adverbial o bien como nombre verbal, pero la información que aducen las fuentes no apoya esta opción.
achi. exclam. Tf. ant. desus. Expresión de elogio y alegría. Documentada en una frase de alabanza que rindieron los guerreros de Taoro a Benytomo, este ašik o ‘¡viva!’ subsiste en cabilio para indicar: ‘¡qué bonito, afortunado, favorable, feliz, dichoso!’.
gama. interj. GC. ant. desus. Basta. Expresión que, repetida, daba por finalizado un combate (ritual, lúdico, etc.). Forma imperativa todavía presente en hablas marroquíes y cabilias, donde extiende su campo semántico hacia el hecho de ‘esforzarse en vano’, ‘rehusar’ o ‘estar colmado’.
Muy cerca de esta significación, se ha querido situar alguna vez el enunciado «y jode (el mago)». Por descontado, evoca de inmediato una fórmula de súplica cordial, ihôd (‘se lo ruego’), bien atestiguada en la tãhãggart. Pero la ascendencia indoeuropea del verbo joder, en cualquiera de sus dos acepciones habituales en español, encaja perfectamente con el contexto sociolingüístico del uso isleño de esta manifestación de fastidio.
Otras interjecciones también se oyen en el español ibérico o americano, aunque no siempre cae dentro de lo posible concretar el sentido de las eventuales influencias.
¡ajó! interj. Voz que se usa para hacer reír a los niños de pocos meses, al mismo tiempo que se les acaricia en la barbilla. Empleada también en España, pensamos que deriva del substantivo (axo) ‘leche’, perfectamente acreditado en el amazighe insular y continental.
¡ey! interj. Se emplea para llamar la atención a alguien. Conocida en Cuba, acepta una explicación solvente a través de las interjecciones continentales he (‘¡toma, mira!’) y hêy (‘¡eh!’, con el sentido de llamada).
¡fo! interj. expr. Var. ¡fos! Indica asco o desagrado cuando se percibe mal olor. Difundida por Portugal, Galicia, España y América, se suele remontar su etimología a las interjecciones grecolatinas fey, fufae y fu. Sin embargo, los antecedentes amazighes no son menos notorios: effô, effu. Un ámbito de coincidencias que quizá se deba al contacto desarrollado antiguamente por estas tres culturas en el norte de África.
¡gua! interj. Go, LP y Tf. Se emplea para expresar temor, admiración, sorpresa o desdén. Suponemos que su empleo en América se debe a la emigración canaria, pues la exclamación (wah !, awwah !) cuenta con una sólida representación en las hablas del Marruecos central y de Argelia.
¡hao! interj. desus. Var. ¡jao! Voz empleada para llamar a alguien. También fuera de uso en España, es poco probable que tenga un origen distinto del nombre verbal ghaw, que en la lengua amazighe expresa un ‘grito’.
Pero todavía disponemos de una media docena de vocablos genuinamente ínsuloamazighes, algunos de los cuales disfrutan de un vigor admirable.
chije. m. LP. Var. chis. Golpe de un boliche disparado contra otro. Acreditada en cabilio, se trata de una interjección (šših !) que se grita cuando se obtiene un resultado satisfactorio: ‘¡bien hecho!’.
¡güi! interj. LP. Se emplea para expresar admiración. Otra exclamación (ewîn !) presente con igual sentido en la tãhãggart, que puede traducirse por ‘¡perfecto!’.
¡hati (ahi)! interj. GC. Var. jati (ahi). Voz utilizada para llamar a alguien. ¡Alto ahí! ¡Espere! Como es natural, sólo el primer elemento de esta locución se relaciona con la exclamación hit´, que ya mencionamos para explicar la variante herreña chita.
¡jachi! interj. LP. Voz para animar a los animales de labranza a que aceleren la marcha, que se corresponde con el verbo èhèz (‘darse prisa, apresurarse’).
¡jeles! interj. Go (desus.) y Lz. ant. ¡Corre! ¡Huye! ¡Salta! Voz que usan los pastores para dirigir el ganado. Compuesta del imperativo hel (‘corre, dirígete hacia’) y el adverbio de lugar es, el verbo de esta proposición interjectiva queda perfectamente atestiguado a partir del célebre apóstrofe dirigido por Ibaya a Hernán Peraza cuando éste iba a ser prendido por los alzados gomeros.
¡jucia! interj. GC, LP y Tf. Var. ¡joce!, ¡jocio!, ¡juicia!, ¡jusia!, ¡ucia! Voz empleada para ahuyentar a los animales. Casi siempre invocada para eludir el acoso de las moscas, es la forma imperativa del verbo ‘espantar, alejar, ahuyentar’.
tuei. interj. GC. Voz que se usa para llamar al perro. Una expresión muy oportuna, por cuanto este nombre verbal ordena al animal que dé la ‘vuelta’.
Ya amasado y horneado este artículo, recibimos de Artenteyfak, un colaborador habitual de nuestro foro, otros dos verbos en situación interjectiva y todavía vigentes en el habla de Gran Canaria. Ambos le fueron facilitados en conversaciones muy recientes con informantes que atestiguan su uso en el cuadrante noroccidental de la Isla; para mayor concreción, las zonas de Juncalillo (Gáldar) y Artenara, en el primer caso, y de Valleseco, en el segundo.
¡güí, jaira! interj. GC. Locución para ordenar a la cabra que se mueva, aunque este imperativo (gguggi), aún presente en la Cabilia argelina, exige del animal un propósito más preciso: ‘agruparse’.
pasta. interj. GC. Voz dirigida a la vaca para que el animal permita a su dueño echarle de comer. En realidad, se trata de una expresión tranquilizadora (fast), que le reclama ‘silencio' o 'calma’.


::: Consignas :::

-Canario defiende tu Tierra, Canario Lucha por tu Tierra = Kannari, areg tmurt-nnek 
-Canario defiende tu cultura = Kannari, areg idels-nnek
-Gofio, trabajo, cultura y libertad = gofio [gufuw], wel, idels t-tilelli
-Contra el fascismo [siempre] = mgal tifaz’ist [akk-ass]
-Contra la dictadura [siempre] = mgal tasnareft [akk-ass]
-Contra el imperialismo [siempre] = mgal tamnukda [akk-ass]
-Contra la reacción [siempre] = mgal tasedmirt [akk-ass]
-Jovenes antifascistas = ikšišen mgal tifaz’ist
-independentista/independentistas = Amezzarug, pl. imezzurag / tamezzarugt, pl. timezzuragt
-Ser canario un orgullo = Taggayt n kanarat d asemmâd´
-Conoce la lengua de tus antepasados = Ssen awal n imzwar-nnek
-No al pendón de la conquista = Uhu ejwel n ebbaz´
-Alternativa Popular Canaria = Amlellay Agherfan n Isekenen n Tkanaren
-Sindicato de Estudiantes Canario: Anmalu Inalmaden Ikanaren
-¡Viva Canarias! = ¡Ašik Isekenen n Tkanaren!
-alzados = inekaren
-Ningún pueblo celebra su derrota = usar aγrèf yurar d idla-nnes
-22 de octubre, día de la bandera nacional canaria = (snat tèmerwîn d sîn) aldamarâw n wanbêr, ass n ttsanjaq n tènwat tekanart
-Bandera tricolor = ttsanjaq d-amêdet n tifatin
-La tierra de mis antepasados no se vende = Tamurt n imzwar-inu ut tènuzzu
-Local sociocultural = axxam n taššurt d yidles


::: Alfabeto Líbico y Guanche :::




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