UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL,
DÉCADA 1800-1900
CAPÍTULO XLI-XVI
Eduardo
Pedro García Rodríguez
1813 Enero 5.
El apasionado y oportuno discurso
del criollo y clérigo de la secta católica don Antonio Ruiz Padrón, acabó de
derribar el carcomido edificio de la Inquisición. Se abrió en las Cortes españolas
solemne debate sobre la incompatibilidad de aquella institución con los
principios proclamados de la constitución del Estado. Brilló entre todos, por
la solidez de su argumentación, el discurso del diputado canario que, en uno de
sus párrafos, decía: "El daño que ha hecho la Inquisición a la Iglesia y al Estado es
incalculable. Ella no ha corregido las costumbres, no ha procurado la
instrucción de los pueblos en la sólida y verdadera religión; se ha opuesto, ya
por conveniencia ya por política, a la instrucción de un pueblo digno de mejor
suerte. Ha derramado las ti- nieblas, ha patrocinado la superstición, mira con
odio la libertad de imprenta y, aunque acosada y moribunda, quiere como la
hidra levantar sus siete cabezas para destruir después sordamente cuanto V .M.
ha establecido en beneficio de la nación. La posteridad, juez seguro e
imparcial, es la que más aplaudirá la abolición del Santo Oficio como el rasgo
más digno de transmitir se a las generaciones futuras". A consecuencia de
este debate, en el que tomaron parte todos los oradores más notables
del congreso, fue votada la
abolición del Santo Oficio (22 de febrero de 1813) con gran regocijo del
partido liberal y reformador.
La noticia llegó a Las Palmas el
31 de marzo, designando la regencia al obispo Verdugo para su cumplimiento, con
encargo especial de recoger el archivo y guardar las llaves del edifico,
poniendo en libertad a los presos. El cabildo, compuesto entonces en su mayoría
de personas ilustradas, acogió con aplauso esta nueva y, en sesión
extraordinaria que celebró el sábado 3 de abril, acordó "que, aprovechando
el barco que va a salir de este puerto para España, se escriba por el cabildo a
las Cortes, manifestándoles la prontitud con que se han ejecutado sus decretos
sobre Inquisición y felicitándolas por su celo religioso en haber quitado este
borrón de la iglesia de Jesucristo, que hace odiosa su amable y santísima
religión". Al margen de este acuerdo se puso la siguiente nota:
"Certifico que en la tarde de este día hice quemar en el patio de esta
santa iglesia los sambenitos que había en ella, guardados en sus sótanos. sin
dejar el más mínimo vestigio. Doctor Ramírez, secretario".
El obispo procuró también cumplir
por su parte las órdenes del congreso, tomando, como se le ordenaba, posesión
del archivo y haciéndole trasladar a su palacio, y solicitando las casas que el
tribunal había ocupado para instalar en ellas una cárcel eclesiástica y
ensanchar las salas del seminario. Antes de entregar el archivo, los
inquisidores sustrajeron dos hojas de su libro de correspondencia con la Suprema. poniendo al
margen esta nota, redactada evidentemente en 1814: "Las que faltan se
quitaron porque había que entregar a 8.1. este libro después de la extinción
del tribunal, y se decía en ellas, informando a 8.A., cosas contra 8.1... El
jefe económico de la provincia se incautó de los muebles y enseres de la casa y
puso en administración las fincas y censos hasta la resolución de las Cortes.
Eran entonces inquisidores los doctores don José Francisco Borbujo y don
Antonio de Echanove, de los cuales el primero permaneció en Las Palmas
esperando el regreso del rey Fernando, de cuyas intenciones absolutistas había
recibido secretos informes.
El triunfo de los liberales fue,
como se esperaba, breve y transitorio. El famoso decreto de 21 de julio de
1814, recibido en Las Palmas el17 de agosto, restableció el suprimido tribunal,
reintegrándole en todos sus privilegios y reconstituyéndole bajo las mismas
bases de su antigua organización. El señor Borbujo, escudado con la
comunicación reci-
bida, se presentó inmediatamente
al obispo intimándole la devolución de la casa y entrega del archivo, a lo que
contestó el prelado que no le era posible acceder a su petición porque aún no
se le había comunicado la oportuna orden. "A la verdad -decía Borbujo al
dar cuenta a sus superiores de esta visita -, que no debíamos esperar ni pro-
meternos otros resultados, aunque
aparenta eficaces deseos de servirnos, teniendo a la vista, como tenemos, la
carta gratulatoria que dirigió este señor a las Cortes tumultuarias... de
eterno oprobio para su autor" .
Hasta el 29 de septiembre no
llegó la orden de entrega, pero como había que evacuar diferentes diligencias
de carácter económico y gubernativo, no pudo Borbujo abrir las puertas del
tribunal tan pronto como deseaba y se vio obligado a esperar algunos días. A
pesar del temor que debía inspirar una reacción que había de suponerse violenta
y rencorosa, se vio que los edictos del inquisidor aparecían rotos, su
jurisdicción contradicha y los cargos de alguacil y familiar, antes tan
solicitados, sin personas que quisieran desempeñarlos.
Con la llegada del fiscal don
Ramón Gregorio Gómez, se principió a perseguir los libros prohibidos y a
recoger toda publicación sospechosa de herejía o de liberalismo. Se procesó al
doctoral don Graciliano Afonso, a los presbísteros don José de la Rocha y don Mariano Romero,
a los poetas don
Rafael Bento y don Francisco
Guerra y Béthencourt, a don José Valdés, alumno del seminario, al comisario de La Gomera don José Ruiz Armas
y a otros calificados de desafectos al tribunal. Las brujas y hechiceras
volvieron a ser perseguidas y, entre ellas, una vecina de Agüimes llamada Juana
Catalina de Quintana por embustera, supersticiosa y curandera de maleficios,
como expresaba su sentencia.
En estos inocentes desahogos les
sorprendió el nuevo decreto de disolución expedido en 9 de marzo de 1820, que
concluyó definitivamente con tan odiosa institución. El día en que el decreto
fue conocido en Las Palmas, los seminaristas principiaron a tocar a muerto y,
cuando se les interrogaba, respondían: "Doblamos por la vecina" .Así
terminó, en medio del desprecio universal, un organismo que fue la causa del
atraso moral e intelectual de España durante los tres siglos anteriores.
Las ciencias enmudecieron, los
sabios más eminentes de la nación se vieron perseguidos, el libre examen fue
una horrible blasfemia y de las prensas sólo brotaban novenas y libros de santos,
indigestos comentarios o libros como el Ente dilucidado. Es
verdad que poseemos el Quijote y
un teatro nacional, reflejo de aquellas costumbres, cuya circulación se
permitía por no contener frase alguna que fuese censurable para el Santo
Oficio, pero, jcuánto hubiera podido esperarse del genio español sin la presión
de estúpidos gobernantes y del veto inquisitorial !
En Canarias no fue preponderante
la influencia de los autos de fe. Algunos hubo, como hemos visto en el curso de
esta historia, pero aquellos que venían acompañados del siniestro resplandor de
las hogueras terminaron al principio del siglo XVII.
Cuéntanse, sin embargo, II
procesados quemados en persona, 107 en estatua, 498 reconciliados con penas más
o menos aflictivas y 1.647 absueltos de la instancia, después de horribles
tribulaciones para ellos y para sus desgraciadas familias, contin- gente no
despreciable en una provincia tan pequeña y de tan morigeradas costumbres.
Afortunadamente, el registro de apellidos notados, donde se dejaban consignados
los fallos que a su juicio infamaban a algunas familias, es hoy una curiosidad
histórica que, en vez de denigrar, honra a las personas que en su lista se
encuentran. (A.Millares T. 1977)
1813 Mayo 30. El político criollo añazero (tinerfeño) José Murphy
comunica la constitución de la
Diputación “Provincial” en esta parte de la colonia con sede en Añazu n Chinet (Santa Cruz de
Tenerife). El Ayuntamiento de Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran
Canaria), por su parte, decidió no reconocerla hasta que las Cortes de la
metrópoli resolvieran los recursos presentados por el diputado Pedro Gordillo
Ramos.
1813 Octubre.
Llegó a la colonia la noticia de
la apertura de las Cortes en la metrópoli, celebrándolo los criollos con
festejos públicos y funciones religiosas, pero sin que Soverón consiguiera que
Tamaránt (Gran Canaria) reconociese a la diputación “provincial” como autoridad
legalmente constituida. Desahogos eran éstos que en nada cambiaban la situación
de las cosas. Añazu (Santa Cruz,) centro ya del gobierno político,
administrativo y militar de la colonia, favorecida por todas las
autoridades coloniales que en ella
habían fijado su residencia, dotada del mejor puerto que entonces existía en
el. Archipiélago, con una numerosa colonia de empleados españoles que daban
vida y animación al pueblo, tenía ya asegurada su supremacía aunque le faltasen
los antiguos títulos de sus rivales Eguerew (La Laguna) y Winiwuada (Las
Palmas.) Sin embargo, la causa principal de su progreso la hemos de encontrar
en la atención con que allí se miraban todos los asuntos comerciales y
marítimos, y los recursos que se facilitaban a los buques para practicar sus
operaciones de carga y descarga y abastecimiento de agua y víveres y, en fin,
en los obstáculos y restricciones impuestos a los demás puertos de las islas, y
especialmente al de Winiwuada (Las Palmas,) con objeto de alejar de sus
respectivas poblaciones toda transacción de importancia.
1814.
Como de una en
otra materia hemos venido a nombrar los militares
de Lanzarote, resumiré lo que acerca de su estado el año de 1806, habla la Memoria que interrumpimos
para dar lugar al precedente.
«No he visto formado el Regimiento de Milicias de esta isla, pero por Mr. Masciot, francés recién
avecindado aquí, con el cual he trabado amistad, quien ha
presenciado la asamblea anual que celebra dicha
tropa por tres días en la villa de Teguise principiando el de Naval, he sabido, consta de 8000 plazas, y no
tiene mal aspecto por guardar cierta uniformidad provenida de vestir
estos naturales con calzón corto y chaqueta
de paño azul, las caperuzas ya descritas; (cap. 6.1) pero puestos a su
estilo militar, que es carrujándolas y lijándolas
un lazo o cucarda encarnada en el pico, y una especie do botines o polainas de
punto de malla de lana negra manufacturadas por ellos. Mas no es así los tres oficiales, porque como es de la ordenanza española, que deben estar siempre de
uniforme, creen estos que consiste
solamente en la casaca, galones y charreteras. Así es, que he visto algunos vestidos de negro desde la
corbata a la media, que parecen curas
o beneficiados, pero con sus doradas dragonas. Otros con chalecos y calzones de nanquín amarilloso de carranclán dorado.
La instrucción militar corresponde a su vestuario; aunque no faltan algunos algún tanto petimetres y entendidos
de la táctica, aprendida en Sta.
Cruz. Sin embargo, el año 1806, todavía los soldados calaban la
bayoneta al uso antiguo, es decir, asegurando la garganta del fusil sobre la cadera derecha, y el cañón de dicha arma fijo sobre el brazo izquierdo. Pero un curro
advenedizo, o quizá un desertor de
Cádiz, se ofreció a enseñarles la nueva táctica, y en efecto la guarnición
del puerto la aprendió. La tropa se compone de gente ágil y de buen ánimo».
La descripción antecedente es cierta: añadiremos, que el de 1814, por la casualidad de ser gobernador interino
de la Isla el
Cap". Dn. Ginés de Castro Estévez o «el viejo», fue la asamblea
en el puerto, su señoría no mandó
evoluciones porque no sabía, hízolo su hijo de su mismo nombre y graduación
mostrando a sus subordinados mucho atraso en el
oficio, cuando en lugar de haber mejorado la uniformidad del vestuario de
aquella oficialidad tal vez era más extravagante, porque
alguna ya usaba morrión, y otros sombreros de pico, redondos, calzones cortos o largos.
La previsión del
autor (Cap. X, 4.)
se verificó. A los dos años después que se hizo la paz con Inglaterra empezaron
a salir de Lanzarote algunos jóvenes a
educarse en el extranjero, de manera, que en 1814, ya algunos habían vuelto, había un vicecónsul inglés, con dos
o tres de estos nacionales, tres o cuatro genoveses domiciliados, una tolerable escuela de primeras letras, quién
dibujase, quién tañese algunos
instrumentos, diez Forte pianos, un maestro de música, presbítero Dn.
Tomás Pestaña, portugués, que asimismo era organista de la iglesia, y cuyo número de pianos ha continuado aumentándose,
un tolerable billar. (J. Álvarez Rixo, 1982:118)
1814. Tras la crisis del viñedo en la colonia de Canarias la
migración se centró únicamente en Cuba y Puerto Rico, dado el conflicto bélico
reinante en Venezuela. Son años de intensa migración en la que los canarios se
dedican en la provincia de La
Habana al abastecimiento interno o como mayorales de las
plantaciones azucareras. Se extienden por el occidente y el centro de la isla y
en menor medida por el oriente, dedicado esencialmente al cultivo del tabaco.
Desde los cuarenta del XIX se asiste a un proceso de paulatina sustitución de
la mano de obra esclava negra por asalariados agrícolas La política
gubernamental rechazaba la colonización blanca. Veía en el predominio numérico
de la esclavitud un freno a las tendencias independentistas. En el marco de la Guerra de los Diez Años
(1868-1878), la emigración canaria era considerada por los autonomistas y
separatistas cubanos como diferenciada de la española, lo que llevó a
contraponerla y potenciarla La fórmula habitual de la emigración era la
contrata. La complicidad y el fraude presiden la actuación de las clases
criollas y coloniales dominantes en Canarias. La extinción definitiva de la
esclavitud fue en 1886. Se calcula entre 50 y 60.000 el total de los emigrantes
canarios en la segunda mitad del XIX. La zafra de 1887 fue la primera que se
hizo totalmente con asalariados semi-esclavos. Los conflictos bélicos hicieron
que no fluyera el número de canarios deseados a pesar del crac de la cochinilla
desde 1875.
1814. Arucas, Tamarant (G. Canaria) Los vecinos se oponen a los mandatos judiciales del alcalde.
1814. Teror, Tamaránt (G. Canaria). Se crean conflictos por los repartimientos de tierras en la Montaña de Doramas, llevados a cabo por los Ayuntamientos de Guía y Moya.
1814. Guía-Moya, Tamaránt (G. Canaria). Protestas contra la data de don Cristóbal V. Mújica.
1814.
En los pueblos
de la isla de Lanzarote lo mismo que en todos los demás de las
Canarias, era uso inmemorial los ranchos de gente común que por
Pascuas y año nuevo, iban de casa en casa tañendo panderos y
asadores, cantando coplas en elogio de cuantos les parecía. Estos mismos u
otros quienes se titulaban por el momento Pastores,
podrán entrarse de rondón en la iglesia con sus
sombreros y monteras caladas, y danzaban delante de la procesión
del Niño Dios, la noche buena, con lo cual y los pitos que
los niños tañían, no era mala la zambra y desorden que se armaban. A
proporción que la gente se fue civilizando
iban estos desapareciendo y el año 1814 que fue el último espectáculo de esta
clase visto en el Puerto del Arrecife, un
sólo aldeano conservó bastante entusiasmo para efectuarlo en la iglesia, brincando al son de sus castañuelas
delante de la procesión. Acertó a concurrir aquella noche la mujer del nuevo
vice-cónsul inglés Mr. King, y otra
señora de la propia nación M. James, quienes se vistieron unas mantillas a la isleña, para entrar no fuese que las despidieran si iban con sus gorras al estilo de su
país y preguntadas a la salida que le había parecido las ceremonias del culto
católico dijeron que muy bien, pero se habían asustado al ver a un loco que
dejaron ir saltando enmedio de la
procesión sin que nadie lo estorbase. Explicáronlas
el enigma y no se si quedarían pensando que acaso no serían menos fatuos los
que tales sandeces en un acto tan serio toleraban. (José A. Álvarez Rixo, 1982:210
1814.
En plena guerra
que tenía la Gran Bretaña con la República
Anglo Americana, cierta tarde a fines del mes de agosto, llegó la
corbeta de la última nación Peacock (el Pavoreal) que fue azote de la
marina mercante inglesa. Halló fuera de barras fondeados y a la
carga una fragata y un bergantín de ésta, a cuyos capitanes dijo el oficial que
bajó a tierra y conversó largo con ellos, que podían tranquilizarse y no les
ofendería; respetó al Puerto y lo cumplió. Pero a los pocos
días que salieron dichas naves, toparon con dos goletas corsarios de la
propia nación enemiga que las apresó y recondujo los ingleses al Arrecife. Dichas presas valieron a los corsarios más de 56.000 pesos, pues además de 6 a 7.000 qq. de barrilla que
conducían, llevaba el bergantín
noventa pipas de vino viejo de Tenerife
que estaba allí depositado de otra nave de la misma nación desgraciada en el mes de mayo precedente, y valía
entonces a más de 120 ps.
crr". por pipa.
Valor de la fragata inglesa N. poniéndola muy baja.............. 15.000
Dta.
de los 5.000 qq. de barrillas al mismo costo de 20 rvs.
que conducía .................................................................... 12.500
Dta. del
Bergantín «Elisa» Cap. Roberto Young por lo más
bajo .............................................................
bajo .............................................................
10.000
Dta. de 1.000 y pico de qqs. de
barrilla al precio de 20 rvn.
que conducía
.................................................................... 2.500
Dta. de 90
pp. de vino viejo de Tenerife a 120 ps. corrt8. pipa
Ídem (1).............................................................................. 10.800
Ídem (1).............................................................................. 10.800
50.800
|
(1)
Factura original del vino.
(José A.
Álvarez Rixo, 1982:204-206)
1814. Tamaránt (Gran Canaria)
[…] En este camino no es de
extrañar que el cabildo de Gran Canaria, apelando al patriotismo, vendiera sus
bienes de propio y justo en el periodo que duró la Guerra, de 1808 a 1814, se produjo la
apropiación del Lentiscal.
Merece detenernos un momento en
precisar las características de la venta y roturación, así como la personalidad
de los beneficiarios. La
Naturaleza volcánica del terreno no era apta para el cultivo
de cereales, millo o papas, lo que explica que a pesar de su proximidad a la
ciudad no hubiera sido puesto en cultivo anteriormente. Pero ahora, cuando la
experiencia en Lanzarote había demostrado su bondad para la vid, después de que
las erupciones volcánicas de 1737-1740 cubrieran de lava enormes espacios antes
productivos, los resultados favorables que se obtuvieron llegaron a transformar
también las posibilidades agrícolas del Lentiscal, en donde la experiencia
habla sido aplicada por aquellos propietarios que hablan conseguido datas antes
de 1808.
El valor medio de cada fanegada
subastada por el concejo fue el de 944,2 rs de vellón, muy similar al de otros
terrenos no volcánicos y puestos en cultivo o repartidos en Doramas, donde
resultó su valor medio a 957 rs la fanegada. Pero hay más. La R.O. de 1787 indica
claramente que El Lentiscal era apto para el viñedo y que con este fin solicitó
y obtuvo el marqués de Acialcázar una data de 300 fanegadas en la Hoya de las Arenillas.
Los terrenos rematados en El
Lentiscal, al menos hasta el momento los localizados en
protocolos notariales. O sea, que
el cuadro no incluye la totalidad de la superficie vendida, cuestión que luego
veremos, sino el valor alcanzado en las subastas por zonas rematadas y
características de los remates, que es lo que ahora interesa. El valor de la
fanegada osciló entre 211 y 1733 reales de vellón, en función evidente de la
calidad de la tierra, siendo la mejor la zona denominada Hoya Parrado. También
conviene destacar la escasa diferencia entre el valor asignado a los lotes por
los peritos y el precio alcanzado en los remates: una plusvalía del 18,5% en la Hoya de la Capa; 0,5% en la Hoya del Parrado; el 15,6% en
la Solana; el
15,2% en Mondalón y el 77 ,4% en Quemado. Ello pone de manifiesto la escasa
concurrencia en las pujas, pues sólo se sale de ojo la diferencia del 77 ,4% en Quemado, que responde al bajo
precio que le asignaron los peritos. Dicho fenómeno adquiere mayor relevancia
si observamos que sólo 20 personas acudieron en total al conjunto del remate, o
que las mejores tierras, las de la
Hoya de Parrado, apreciada por los peritos su fanegada en
1733 reales, sólo se remataran con un 0,5º% de plusvalía. En otras palabras,
prácticamente las tierras estuvieron casi asignadas de antemano.
Esta cuestión nos lleva a
considerar quiénes fueron los que compraban tierras de propios entre 1808 y
1814. La conclusión es evidente: los beneficiarios pertenecen casi todos al
grupo de grandes propietarios y, además, casi la totalidad desempeñaban cargos
vinculados a los órganos de poder; que en este momento es casi absoluto porque,
con las abdicaciones de los soberanos en Bayona, existia prácticamente un vacío
del mismo a nivel de la administración central.
Ahora bien, si la crisis de la
hacienda, el vacio de poder , etc., fue aprovechada en beneficio propio por los
encargados de la administración y control de las tierras municipales, el
campesinado no dejó de manifestar en forma violenta su escasa participación en
dicho proceso. En efecto, frente a las 334 fanegadas y II celemines, repartidas
entre 149 individuos sin fortuna en Doramas, 554 fanegadas fueron vendidas a
sólo 19 individuos en el Lentiscal.
En 1809, como indica Millares Torres,
comienzan los ataques a la propiedad. Los vecinos de Gula, Moya, Teror y
Firgas, se adentran en la
Montaña y se reparten lotes de tierras.
En Gula despojan a Cristóbal
Mujica de su data y se la reparten. En La Aldea de San Nicolás el despojado fue el marqués
de Villanueva del Prado. Aunque la represión desencadenada con la vuelta de
Fernando VII volvería las aguas a su cauce, estas explosiones evidencian el
malestar campesino en torno al tema de la propiedad de la tierra.
El último repartimiento tuvo
lugar en 1819 en el Monte Lentiscal. Se trataba de las tierras de peor calidad.
Teórícamente fue ordenado realizarse entre labradores desposeídos, pero una
observación del cuadro nos demuestra que tampoco se excluyó a medianos y
grandes propietarios. (Antonio Bethencourt Massiu et al, en: Millares Torres.
1977)
1814. Una fragata española propiedad de don José
Cullen, denominada Constitución, la cual estaba cargada de sal, se
hundió en el fondeadero del Limpio Grande, en el Puerto Mequínez (Puerto de la Cruz) Chinech (Tenerife)
salvándose su tripulación.
1814.
Ya había en el Puerto de Arrecife (Lanzarote) diez naves, tres de las
cuales hacían viajes a la península e
Inglaterra. Y el cap", general duque del Parque había elegido una propia
de Juan Manuel Brito el año 1811, para Correo
entre estas islas y Cádiz, en lo que se ejercitó oportunamente.
Toda clase de barcos fue aumentándose en número y tamaño, no obstante que en la guerra última con los ingleses
estos apresaron cinco, saquearon otros que soltaban
tal vez para volver a pillarlos; y tres a cuatro apresaron los disidentes de
nuestras colonias de América, quienes también
sólo robaron y saqueaban otras. Sin embargo, hoy cuenta el Arrecife con 12 a 13, naves de cubierta de varios tamaños y aparejos, los más goletitas o balandras, que
se ejercitan en la pesca de la vecina costa, y en el cabotaje, pero tres o
cuatro que son buques mayores navegan a Europa y, América. Además de eso cosa
de 42, entre barquillos y lanchas de pesca o recreo. (J. Álvarez Rixo, 1982:53)
1814.
No es referente a determinada expedición salida para Montevideo lo que voy a decir, pero para que el lector
conozca la mala fe y detestable manejo practicado por los funcionarios
públicos, y no es declamación impertinente de quien dice son merecedores de
ejemplares castigos por exponer a la muerte a tantos inocentes, quiero regalarle con el suceso siguiente.
El año 1814, salía de Sta. Cruz para la costa de África al
negocio de negros el bergantín «Sn. Cristoval», ya muy viejo. Un ciudadano
tuvo escrúpulo al conocer que probablemente iban a ahogarse los que tuviesen la imprudencia de embarcarse en él,
víctimas de la codicia de sus dueños
quienes tenían asegurado el buque. Delatólo, y los jueces de Marina fingiéndose justos y humanos declararon un registro riguroso, verificado por un carpintero de
fuera del pueblo para que no
hubiese cohecho ni parcialidad. Casualmente
se hallaba allí Manuel Real del
Puerto de la Orotava,
le llamó el maestro de Marina de la
plaza, y dijo, Te nombrarían para eso, que se le diría en el acto, registrase a su arbitrio; pero que le
prevenía en sigilo, diese los hachazos en tales y cuales tablas y rumbos que le
señaló, por lo que sería
gratificado. Hizose el registro, y como dichas tablas eran precisamente los remiendos nuevos puestos al barco en
la última carena, este apareció
nuevecito, y abochornado el buen hombre acusador del fraude. Pero al joven carpintero así que entró en
reflexiones le punzó la culpada
conciencia sin poder comer ni dormir a gusto, y rogaba a Dios continuamente
llegase a salvo el fraudulento barco. Dios oyó su arrepentimiento y llegó en bien a aquella colonia
donde fue condenado, por jueces que
aunque, herejes tienen mejor conciencia que los titulados de católicos; con lo
cual quedó libre de zozobras el arrepentido carpintero. Todavía vive, y reniega de la condescendencia que tuvo con los pérfidos empleados que a practicar tal
engaño le indujeron. (J.A. Álvarez Rixo, 1982:170)
1814 Abril 11. El Consejo abierto, de moda ahora, después de la
promulgación del Estatuto Municipal, tiene en Icod honrosa historia, por
haberse celebrado algunos en el Ayuntamiento de esta Ciudad, en tiempos ya
lejanos, y cuando la importancia del asunto a resolver requería la mayor suma
de opiniones competentes y autorizadas.
Entre otros, merece reseñarse el
celebrado el día once de Abril del año mil ochocientos catorce; Andaban
entonces nuestros abuelos empeñadisimos en conseguir radicara en Icod la
capitalidad del Partido de Daute, que otras poblaciones de esta Comarca le
disputaban, retrasando con estas rivalidades la implantación de un organismo
tan útil para la buena administración de justicia de estos pueblos de la parte
occidental de Chinet (Tenerife.)
Obtenida la autorización del Sr.
Jefe político de esta colonia para la celebración de la Junta popular, y previamente
convocada ésta, celebróse en la Sala Capitular del Ayuntamiento el expresado día,
once del mes de Abril de aquel año 1814, y presidida por el Alcalde de primera
elección don Domingo Rey y Muñoz, con la asistencia de los concejales de que
entonces se componía la
Corporación municipal y el Secretario don Joseph Gutiérrez de
Lugo, asistiendo también muchos vecinos notables, entre 1os que se encontraban,
convocados expresamente como consultivos y para el sólo efecto de ilutrar sobre
el asunto que se iba a determinar, el Sr. D. Nicolás Delgado Cáceres, Vble.
Vicario de este Partido; los Vbles. Beneficiados de la Parroquia de San Marcos
don Juan Hernández Cordura y don Francisco Pantaleón y Acosta, Juez de Cruzada
de todo el Partido de Daute, por Real Despacho; los Presbiteros don Matias Luís
de Soto, Vicario de Ausencias, don José Ramos Sopranis de Montesdeoca; el M.
Rdo, Maestro ex-Provincial de la
Orden de Predicadores Fray Andrés Delgado Cáceres; los M. R.
P. Presentados Fray Antonio Verde Bethencourt y Fray José González de Soto, de la Orden de San Agustín; don
José Marín Bethencourt, Gobernador Militar de este Pueblo; don Francisco de
León Huerta, Teniente Coronel del Regimiento de la Orotava, Caballero profeso
del Orden de Alcántara y Alguacil mayor del Tribunal de Cruzada de este
Partido; los Capitanes don Marcos Soler de Torres y don Fernando Huerta y
Domínguez; los Tenientes don Norberto de Torres y don José Pérez Cáceres; don
Alonso Méndez y Fernández de Lugo, don Nicolás González Domínguez, don Nicolás
Padilla y Brito, don Ramón Álvarez Verde, y don Antonio García de León, Notario
del exprsado Tribunal de Cruzada, todo vecinos y naturales de este dicho Lugar.
Discutiéronse todos 1os extremos
que constituían la convocatoria y examináronse todos los antecedentes y Reales
Cédulas, Provisiones de la Audiencia y Capitanes Generales
de estas Islas, que acreditaban les privilegios concedidos a lcod en los
aficios 1601, 1603, 1612, 1613, 1618, 1637, y 1685, acordando en su vista las
razones que debían invocarse para justificar el derecho de este Pueblo y las
instatacias que habían de elevarse para la consecución de residencia de la Alcaldía Mayor,
designando uná- nimemente y casi por aclamación para apoderado en la Corte, al ilustre hijo de
Icod Doctor don Santiago Rey y Múñoz, a quien se confirió poder bastante y
amplio como
la índole del asunto requería.
También, por unanimidad, se
designó á Fray Andrés Delgado Cáceres para redactar la Relación histórica de
este Pueblo, que había de acompañar a
los memoriales instancias a los Poderes de la metrópoli en solicitud de las
pretensiones de Villazgo y Alcaldía Mayor.
Don Santiago Rey Muñoz, colono
descendiente de linajuda familia irlandesa que viniera a Canarias, como otras
muchas, huyendo de la persecuciones políticas y religiosas que sufriera aquella
católica isla británica, residía a la sazón en Sevilla, desempeñando la
dignidad de Canónigo Doctoral de la Colegiata de San Salvador y el honroso y disputado
cargo de Rector d. la
Universidad hispalense, y ya su nombre era conocido en toda
la metrópoli, como varón insigne y elocuente, que brilló en las célebres Cortes
Constituyentes de Cádiz, donde representó a esta Isla de Tenerife y dirigió la
célebre minoría absolutista.
Fray Andrés Delgado Cáceres
gozaba fama de docto teólogo y de conocimientos vastisimos en Letras y Artes,
sobre todo en la historia de estas Islas, de modo que las dos designaciones que
en aquel día hiciera la asamblea popular, no pudieron ser más acertadas y
justas.
A estos esclarecidos varones
debió Icod el titulo de Villa exenta y Capital del antiguo Partido de Daute,
por lo que se hicieron acreedores a la. eterna gratitud de 1os buenos hijos de
esta tierra.,que debe recordar y enaltecer sus nombres gloriosos, para
enseñanza de las actuales generaciones y estimulo de la juventud que ahora
empieza. a. actuar en la vida pública. (E. Gutiérrez López)
1814.
Después del volcán
que duró desde el año 1730 al de 1735, sus muchas lavas que en diversas
direcciones se dilataron por las hondonadas y llanos más inferiores de esta
isla, han proporcionado que sus habitantes
prevaliéndose de esta que parecía la mayor calamidad, hayan
sacado las mayores ventajas. La lava y la arena volcánica tienen la propiedad
de conservar la humedad en la tierra que cubren, , porque la resguardan del
ardor del sol. Rompiendo la primera plantaron toda clase de árboles que dan
frutos los más exquisitos: singularmente una
clase de peras, notable por tan grandes y de buen sabor. Y ahoyando la
segunda muchas vides de listan, cuyas uvas no obstante tener buen tamaño y
agradable gusto, sacan mal vino, porque se
agria muy pronto siendo la causa de esto, el que sin estar bien maduras
las vendimian para que no se acabe de sollamar por los terribles vientos levantes que aquí suelen recalar
en agosto y soplan desde dos a
cuatro días.
La feracidad de las viñas plantadas en estos grandes hoyos de arena negra fue tanta que se construyeron lagares, y
los caldos se destilaban en aguardientes que se
conducían a Tenerife, y de allí para las Américas. Yo ignoro la cantidad de
pipas de este licor que se hacían, pero por una
minuta del diezmo del mosto se pudiera saber aproximadamente. Lo que si sabemos es, que no pocas pipas de dicho aguardiente se consumían en Lanzarote mismo, al
cual eran muy aficionados toda clase de
personas; mas ya este indecente y pernicioso uso ha ido desapareciendo entre la gente bien criada. Ahora se hacen algunos vinos con algún cuidado; pero todo el
que puede lo bebe de Tenerife; y por esta
razón apenas tienen trabajo las 5
a 6 destilas construidas en el Arrecife, ni otras que
había en las mismas haciendas. También se hacían y exportaban algunas ricas
para moscatel.
A los naturales de esta isla les nombran en las demás conejeros y
todavía por los años de 1787, hasta 91, había
alguna razón para esto, pues se exportaban de ella partidas de tres a
cuatrocientas docenas de pieles de conejo. Remitíanse al Puerto de la Orotava (Tenerife), y
desde aquí a Londres, en cuya ciudad se
vendían de 12 a 18 chelines cada docena; que rebajados costos y derechos siempre dejaba utilidad. Pero en tal coyuntura se presentó el Dr. Pedro Recio,
digo nuestro gobierno, prohibiendo su
extracción a fin de que como primera materia sirviese para las fábricas de sombreros de la nación; y como ésta no los
compra ni necesita, ni se acuerda de la isla de Lanzarote sino para circularla Reales Ordenes que la son tan
convenientes como los cerros de Ubeda, se
pierde este ramo de comercio que se arroja a los muladares.
No se ve en esta isla fábrica de ninguna clase, que merezca el nombre de tal. Los pocos artesanos que se encuentran
son casi lodos de las islas de Canaria,
Tenerife y Palma, que vienen por temporadas a Lanzarote a buscar trabajo. Parece que estos habitantes
aunque tienen excelente comprensión, se habían figurado que ellos nacieron sólo para sembrar, pescar y jugar a la
pelota; y que las demás ocupaciones las destinó Dios para otros hombres.
Algunas mujeres de campo tejen algunas
colchas, ceñidores, toallas de rico algodón que se cosechan aunque poco, y alforjas de lana; todo en tan corta cantidad que es preciso mucha paciencia para
esperar por cualesquiera de estas obras,
que la misma forma tienen hoy que cuando se introdujeron al tiempo de la
conquista. Y en el lugarcito denominado el Mojón
hacen alguna loza gruesa de barro blanco compacto y
fuerte muy capaz de admitir perfección. Es decir, que de aquella época a la presente la industria lanzaroteña muy poco o nada fabril adelanta.
Otro ramo que de justicia se debiera promover es la fábrica del jabón.
La barrilla uno de sus ingredientes abunda, sebo hay alguno,
y grande cantidad pudiera traerse de América o de la vecina África por medio de los barcos costeros, cuyo artículo también debiera emplearse en hacer velas y ensebar
los fondos de las naves que se carenan;
cosas ambas de mucho consumo en la provincia.
Tal
vez que en Lanzarote haya canteras de mármol puesto que
en sus playas se suelen ver algunos pequeños pedazos, y que en la vecina isla de Fuerteventura se hallan de
buena calidad según lo examinó Dn.
Manuel de la Cruz,
pintor del Puerto de la
Orotava, en la noticia de cuya vida se halla la que da al Cabildo eclesiástico de Canaria a fin que las
trabajase en preferencia a traerlos de
Genova. Pero dicha corporación aunque tan
riquísima ni por este patriótico aviso se estimuló a beneficiar al país.
En lo llamado Charco de Sn. Ginés pudiera haber un dique casi sin costo, y un mediano arsenal; que a
pesar que la isla no tiene montes, tampoco
Holanda los tiene, y trae los materiales de fuera; cuanto más que los bajeles que van a Indias de donde no siempre vuelven cargados, pudieran ser obligados
a traer cierto número de toneladas de madera
de construcción en recompensa de las licencias que se les concede por los
pasajeros y ellos gratifican de otra manera a los empleados, con poco decoro de
los unos y de los otros.
Asimismo,
en dicho Charco, o en algún otro punto, se pudiera hacer una presa de las aguas en términos que éstas sirviesen para mover máquinas alternativamente al tiempo
del flujo y del reflujo para serrar las maderas.
Por último, están otros locales donde se podrían formar salinas, puesto que en
varios charquitos o pocetas naturales de aquellas riberas se suele formar
alguna sal muy blanca y buena.
También
hay productos que se pierden por falta de conocimientos
y de industria. Entre los lickens, además de la orchilla, hay otro más vasto denominado por los lanzaroteños Escán
y por los majoreros Agicán, con
el cual tiñen sus burdos tejidos en el lugar
de Haría, y cuyo musgo merecía analizarse para ver el provecho que en las
fábricas pudiera sacarse de ella. Lo mismo digo de la diversidad de arenas que se hallan en esta isla, alguna de las cuales podrá ser muy eficaz para fábricas de
vidrios, y aunque no hay leña para
caldear los hornos, pudiera introducirse el carbón de piedra.
Entre
la extraordinaria abundancia de pescados que ofrecen estas aguas sosegadas, se cogen grandes atunes o albacoras, que si se supiesen preparar, daría mucho lucro su venta en
los puertos del Mediterráneo. Otro tanto
sucede con otros peces; pues lo más que se
sabe hacer en el país es, salpicarlo con sal y secarlo al sol. (J.A. Álvarez Rixo, 1982:141-143)
1814 Abril 12. Adquieren el carácter de conflicto de tipo
horizontal los que en 1814, 1822 y 1823 protagonizan los pueblos de Teror,
Arucas y Firgas contra los de Guía y Moya, Tamaránt (Gran Canaria) por los
repartos y roturaciones que se estaban realizando en la Montaña de Doramas por
parte de la oligarquía colonial. La oposición contra el reparto efectuado en
dicha Montaña en 1812-13 por los ayuntamientos de Guía y Moya cristaliza en
asonada o sublevación los días 12 y 13 de abril de 1814 en que se subleva el
pueblo de Teror, con participación de vecinos de Firgas y Arucas, y se dirige a
la jurisdicción de Moya para destrozar las sementeras y «hacer otros estragos
muy propios de tales acontecimientos, y si bien se retiraron sin otra contienda
personal » .En respuesta a la asonada de Teror, los vecinos de Guía unidos a
los de Moya se sublevan días más tarde introduciéndose y causando daños en las
tierras concedidas en la
Montaña a Cristóbal V. Mújica, a quien se consideró como
representante de Teror, Arucas y Firgas en el expediente tramitado sobre la
conservación de Doramas. El acoso a la Montaña por parte de los vecinos de Guía y Moya
no cesa.
1814 Mayo 6. La isla de Chinech (Tenerife) ha sufrido importantes aluviones catátrosficos durante
el transcurso de su historia reciente, recordemos algunos de ellos: El de 1814; el 6 de mayo de 1821, el temporal destrozó el “martillo”(la
punta) del muelle; el 8 de marzo de1837
las aguas del barranco de Santos inundaron la iglesia de la Concepción
de la secta católica y, arrastraron dos casas y parte de la huerta del
hospital; En al calle del Pilar quedaron destrozadas varias casas y huertas,
teniendo que ser evacuada la cárcel, el
6 de diciembre de 1853, la aluvión inutilizó el camino a San Andrés, así como
el que comunicaba con Los Campos; las casas del Modista fueron inundadas y el
agua se estancó en la muralla de la Marina, que se tuvo que desbaratar
parcialmente para permitir el desagüe; el 11 de diciembre de 1859 hubo una
terrible aluvión causó grandes destrozos en la plaza del Hospital Militar,
perdiendo la vida varias personas en la casa del Modista.
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