martes, 10 de septiembre de 2013

LA MONTAÑA Y LA MUERTE





De entre los aspectos más novedosos puede destacarse la estrecha vinculación entre la Montaña de Tejina y los depósitos funerarios. El trabajo de campo ha puesto de manifiesto una relación visual directa entre la ubicación y orientación de las cuevas funerarias de la Comarca Isorana y la Montaña de Tejina, ya que el acceso de gran parte de las oquedades funerarias identificadas en Guía de Isora se orienta, total o parcialmente, hacia la montaña.

Aunque la configuración geomorfológica de la mitad sur del municipio favorece la presencia de cuevas naturales, lo cierto es que, de ellas, sólo algunas fueron utilizadas como depósitos funerarios, lo que indica que la selección de estas cuevas como sepulcros no respondió a criterios ecológicos, sino a referentes simbólicos (la montaña es un referente social y ritual para los grupos locales asentados en la comarca) y socioeconómicos (cercanía a las unidades domésticas en casi todos los casos). Así, y pese a que a lo largo de todo el perímetro de los grandes barrancos que rodean la montaña (Erques, El Pozo, Tejina, Cuéscara), es posible localizar, a diferente altitud y nivel, gran cantidad de cavidades que reproducen las características físicas requeridas por los guanches para su uso como cuevas sepulcrales, lo cierto es que muchas de ellas no fueron utilizadas para tal fin. Sólo lo fueron aquéllas que mantenían una relación visual con la montaña.

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