La cueva sepulcral del Roque de Tierra: Roques de Anaga (Tenerife)
La cueva es abierta hacia
el sur y se asoma a un precipicio de 170 metros de altura, aproximadamente. La
Única vía de entrada es por su parte izquierda. Tiene seis metros de largo por
tres metros de ancho y
dos metros de alto. El suelo estaba cubierto por una capa de guijarros y
piedras procedentes de derrumbes del techo.
En la
zona de yacimiento se veían algunos indicios de que ya había sido
removida, pues sobresalían de su superficie algunos
huesos. Más tarde se informó de que las primeras personas que se introdujeron
en la cueva, habitantes del caserío vecino, sacaron todos los cráneos, así como
algunos huesos de las extremidades inferiores de los cinco esqueletos allí
existentes. A continuación los arrojaron al precipicio contiguo, sin forma de
recuperarlos.
La zona
arqueológica comprendía la mitad de la cueva. Consistía en una capa de 20
centímetros de espesor, conteniendo cinco cadáveres, cuatro colocados
juntamente, con la cabeza orientada hacia el Este, y el quinto situado a la
cabecera de las cuatro anteriores, orientada la cabeza al Sur.
Se
hallaron unas pieles de cabra totalmente descompuestas. Debajo de ellas, en la
subcapa, estaban los cadáveres de los cuales sólo se conservaban los huesos. La
posición que tenían era clara: de- cúbito supino. Las pieles de cabra no
envolvían a los muertos, sino que estaban colocadas encima de ellos, a manera
de manta.
Cantidades de ramas y tablas de sabina totalmente
deshechas y podridas.
Debajo de
la capa de sabinas se encontraba una superficie de piedras de unos 20 centímetros
de largo, 15 de ancho y cinco de alto aproximadanete, que estaban encajadas
unas con otras.
Guijarros
y piedras procedentes del techo de la cueva, huesos de animales (unos de una
ave marina que vive en los Roques de Anaga actualmente, la pardela; otros de un
animal no identificado).
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