sábado, 7 de septiembre de 2013

La demagogia petrolera de ‘Colisión’ Canaria





El Ministerio de Industria y Turismo, contradicciones aparte, del Estado colonialista español, representado por el canario de servicio José Manuel Soria (qué cruel puede ser la historia) ha dado un plazo de cuarenta y cinco días, en plena época veraniega, como no, para realizar alegaciones a la valoración de impacto ambiental con el objetivo de realizar prospecciones petrolíferas, autorizadas a la empresa REPSOL, entre las islas Canarias de Lanzarote y Fuerteventura, y la costa continental africana, alegaciones que caerán en saco roto, por lo que la mejor alegación es salir a la calle en el próximo mes de septiembre, debidamente organizados en tiempo y forma, exigiendo respeto a los recursos que sólo al pueblo canario corresponden, oponiéndonos al planificado y peligroso latrocinio.

Las citadas autorizaciones infringen la jurisdicción internacional, suscrita por España, obligada por lo tanto a respetarla y la conculcan porque España sólo tiene competencias dentro de las doce millas (aproximadamente 21 kilómetros) alrededor de cada isla, al ser Canarias un archipiélago administrado por el Estado español y todavía no un Estado archipelágico, lo que sin embargo puede ser inminente. Las prospecciones están autorizadas a más de cincuenta kilómetro de nuestras costas. Esa infracción de la normativa internacional convierte a España en un Estado forajido, curiosamente gobernado por el Partido Popular (PP) que sistemátia y demagógicamente reitera la consigna, sobre todo si los intereses no le son propicios, de que “la ley es la ley y hay que respetarla”.

Las citadas prospecciones han sorprendido especialmente al pueblo canario y a la Comunidad Científica Internacional. Al primero por la posibilidad de ver como, de la noche a la mañana (más apropiadamente en este caso de la mañana a la cruda noche) puede desaparecer su principal industria, el turismo, del que también es ministro el denominado Soria y que por lo tanto tiene la obligación de proteger, sorprendiendo también a la Comunidad Científica Internacional pues Canarias es, probablemente, la zona de este planeta de mayor biodiversidad, pudiendo ser irreparables los daños ocasionados por cualquier vertido de petróleo, que afectaría igualmente al banco pesquero canario-sahariano, uno de los cinco afloramientos de nutrientes submarinos a nivel mundial, introduciéndose en la corriente fría de Canarias, que a través del Océano Atlántico baña las costas africanas y americanas, hasta el Golfo de México. El ejemplo más reciente lo tenemos en el vertido producido por la rotura y posterior hundimiento del “Prestige” que afectó a más de mil kilómetros de costa, desde Galicia hasta Francia.

‘Colisión’ Canaria, que junto con el Partido Socialista Obrero Español (y nada de Canarias), administra el gobierno títere de esta colonia, se ha opuesto tímidamente a las sorianas prospecciones, junto con los Presidentes de los Cabildos Insulares de Lanzarote y Fuerteventura, pero mediante recursos ante los tribunales españoles y que por lo tanto forman parte del entramado colonial, rechazando uno tras otro dichos recursos.

Las controversias sobre el derecho marítimo internacional se resuelven ante el Tribunal Internacional del Mar de las Naciones Unidas y, hasta donde llegan nuestros conocimientos, ni el gobierno de Canarias ni los Cabildos Insulares citados han recurrido ante el mismo, lo que cuestiona tanto la seriedad como la sinceridad de su oposición a las petrolíferas prospecciones.

El que tampoco ha recurrido es el gobierno marroquí, aunque las autorizaciones se hayan realizado en las aguas que, hasta que Canarias no sea un Estado archipelágico, pertenecen a su zona económica exclusiva, lo que cada vez deja más a las claras el pacto marroquí con la empresa privada REPSOL, que en cualquier otro supuesto no arriesgaría ni un centavo (y ya van algunos millones de euros) en las prospecciones, pacto extensivo a las monarquías alahuita y borbónica, sellado recientemente, besos y abrazos incluidos, por los reyes del petróleo, pactos que consideramos hostiles a los intereses del pueblo canario y vienen a demostrar la necesidad de insistir en el hecho de considerarnos pro-canarios, no transigiendo con ninguna consigna partidaria o ideológica que demore nuestra senda libertaria, lo que también forma parte del amueblado de nuestra futura casa común.

El Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario (Movimiento UPC) exigirá los correspondientes daños y perjuicios derivados de las ilegales prospecciones y/o extracciones, considerando las mismas como un descarado saqueo de los recursos que sólo al pueblo canario corresponden, haciéndolo también extensivo a los daños causados sobre la Naturaleza y los sectores económicos perjudicados por las mismas. 


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