UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
ÉPOCA COLONIAL: SIGLO XVII
DECADA 1601-1700
CAPITULO XV-XXI
Guayre
Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
1608. Se atribuyó proyecto de saqueo al turco, que indica el
orden de las islas. Empezarían por Titoreygatra (Lanzarote) y Erbania
(Fuerteventura), siguiendo a Chinech (Tenerife) "que es la más rica",
para rematar en las Terceras. Alejados los puertos canarios entre sí, salieron
de Sanlúcar cinco pataches simultáneamente, con avisos para Tamarán (Gran
Canaria), chinech (Tenerife) y Benahuare (La Palma).
(L.Al. Toledo)
1608. Juan de Cervantes, médico, colono, Licenciado, vecino de Garachico,
fue denunciado al “Santo Oficio” por dos mujeres que le denunciaron por ser
moro y relajado. No consta que se le haya formado causa.
1608.
Cristóbal de Cibieza, capitán de una nao, vecino de
Lisboa, recibe de José de Llarena Cabrera
mil reales para mercar, con interés de 80%; llevará mercancías a Loanda, donde comprará esclavos que venderá en Indias
como cosa propia, (AHP:
260/150).
1608.
Gestiones diplomáticas sobre queja de mercaderes ingleses, que las autoridades coloniales de
Canarias exigen diez ducados de cada navio inglés que entra (AEA, I [1955], p. 566 - 7).
1608 marzo 24.
Expediente 8.371. Sección Audiencia. A.H.P.L.P.: Mateo
González, vecino de Vilaflor por instrumento dado ante el Escribano Fernando de Ascanio, el 24 de marzo de
1608 vendió al vecino Martín de Linares, las medias perpetuas con sus dulas de
agua que le había otorgado el capitán y regidor Pedro Soler, con licencia del
capitán Juan Soler de Padilla, su hijo, también regidor de la Isla, a quien se pagó la
décima. El precio señalado fue de 2.000 reales de plata, obligándose Martín de
Linares a dar cada año perpetuamente a los herederos de los bienes de los Soler
la mitad de todo lo que cogiere, como había hecho Mateo González; los límites
varían según los momentos en que se señalen, como por ejemplo: por una parte
con el barranco de Coto por arriba con el camino de Arona, por abajo con la Cueva de Coto lindando con la huerta que tenía de
almendros los herederos de Hernando Alonso a dar a un majano y una
hoyita, y de la otra parte hacia el Pueblo, una viña de Gaspar Soler de
Arguijo.
1608 septiembre 23.
Entre los años 1599 y 1608
se construyo en el Puerto de la
Orotava una ermita dedicada a la advocación de San Juan Bautista, cuyos gastos
fueron sufragados por el Almojarife de la Real Aduana D. Juan
Texeira que por entonces era propietario del mencionado recinto religioso, el
23 de septiembre de 1608 D. Juan Texeira que habia edificado la ermita con el
fin de que se estableciese en ella una vicaria de dos o tres sacerdotes,
sugetos al guardián de La
Orotava para que dijesen misa, confesasen y ayudasen en lo espiritual a los vecinos, que siendo en
numero de cuarenta y cinco, no habia clérigo que quisiese bajar a este puerto a
darles misa por la distancia.
El Doctor D. Gaspar Rodríguez del Castillo previsor
y vicario general por el Obispo Fray Francisco Sosa, concedió la licencia a los
Franciscanos del convento de San Lorenzo de La Orotava el día 23 de
Septiembre de 1608 y aunque algunos de los mismos vecinos la contradijeron
fuertemente, se sentencio el proceso el 6 de Abril de 1609 mandándose a debido
efecto la fundación, en cuya consecuencia D. Francisco de Molina, sindico del
convento de La Orotava,
tomo el 11 de Mayo del mismo año posesión de la ermita que fue visitada
inmediatamente por el provincial Fray Luis de Quirós, con comisión del vicario
general del Obispado, en este convento conviven unos veinte religiosos.
La Iglesia presenta una planta bastante original ya que
contiene nave y media, correspondiendo la media a la antigua ermita, por lo que
es la parte más antigua del convento. Se divide interiormente en varias
capillas con sus respectivos retablos y con una cubierta a base de artesonados
de madera de par y nudillo para la nave principal, mientras que el resto de las
capillas, al ser independientes, tiene cada una su correspondiente retablo y
artesonado. La separación de las naves es a base de arquería de medio punto,
salvo en la parte más antigua donde los arcos de medio punto están
rebajados.
Su fachada presenta dos portadas de medio punto con
marcos de cantería y un pequeño campanario en cantería con arcos de medio punto
para campanas. Se accede a él por una escalinata desde el coro alto, al pie de
la nave principal. La portada más antigua es muy sencilla, de medio punto,
mientras que la de la nave principal está rematada por frontón triangular
partido, en cuyo vértice aparece una cruz. Sobre ambas portadas se abren un
óculo y una ventana, respectivamente. En la fachada lateral se abren ventanas
ojivales.
Juan Francisco de Franchi Alfaro y Lugo, fue primer
patrono del Convento católico de San Francisco del Puerto de la Orotava en 1644, hijo de
Antonio Franchi y Fonte del Castillo y de Beatriz Alfaro Marmolejo y
Lugo, casó con Agustina Interian de Ayala y Zuñiga, su padre Luis Interian
Zurita del Castillo, desendiente de Agostino Interiano, banquero genoves
afincado en Garachico despues de la conquista de la isla, su madre Mariana de
Ayala Zuñiga y Guzmán, el fue Maestre de campo que junto con su esposa eran
señores de la casa Interian y patronos del convento de San Diego del Monte en
la ciudad de La Laguna.
Juan Francisco es el quinto de nombre y cuarto poseedor de la
casa Franchi, con sus mayorazgos y antiguos patronatos, regidor perpetuo de
Tenerife en 1637 y alguacil mayor del Santo Oficio de la inquisición, consagró
toda su vida al servicio de rey y de su patria, en cuya historia le ganaron sus
hechos un honroso lugar. A imitación de su padre, hizo construir en el Puerto
de la Orotava
un reducto capaz para seis piezas de cañon, sirvio en la defensa de la isla
contra los ingleses, contribuyó con 22.400 reales de plata, cantidad importante
en aquella época, a la formación del tercio de Canarias que pasó a hacer la
guerra en extremadura contra Portugal y colaboro con su peculio a la
fabricación del castillo de San Felipe del Puerto de la Orotava, costeo de su
propio caudal el diputado que envió Tenerife a la corte del rey, puso a su
costa gran numero de familias canarias en la isla de La española, despachó
aviso a la Habana
de los propósitos de la armada holandesa en 1624, que pasando por Canarias se
dirigia a la Gran Antilla
y tomó a su cargo la dificil misión, que realizo cumplidamente de solicitar de
la provincia el donativo que exigía las necesidades de la corona en 1635, sin
que jamas obtuviese sueldo alguno, antes al contrario con no pequeños
sacrificios. La Orotava
le nombró su diputado en Madrid en 1647, ganando entonces para su pueblo el
privilegio de Villa el 28 de noviembre de 1648, confirmando en cedula de 4 de
diciembre de 1650. Testó en La
Orotava el 27 de septiembre de 1647 e hizo agregación de sus
bienes libres al mayorazgo antiguo de su familia.
En el siglo XVIII la fundación por parte de la
familia Nieves-Ravelo, de la
Capilla de Las Ánimas, que se encuentra en la nave más
pequeña adosada al muro que da hacia la calle de Quintana. Al pie de este
retablo se encuentra el sepulcro de dicha familia (1709)
En 1732 D. Juan de Montemayor Almojarife de la Real Aduana del Puerto
de la Orotava,
les entrega a los franciscanos un cuadro místico, el cual pusieron adornando la
baranda de su coro. Juan de Montemayor, hijo de Francisco Montemayor natural de Sevilla y de Teresa Gamero Castro,
natural de la villa de Mansalvas Toledo. Casó en el Puerto de la Orotava el 30 de junio de
1725 con Mariana de Vera Cisneros, hija del capitán Lorenzo de Vera y de
Mariana Antonia Cisneros, residía en la Calle Santo Domingo junto al Convento dominico de
San Telmo, falleció en 1743.
D. Tomas Linch se estableció en el Puerto de la Orotava a principios del
siglo XVIII, estaba emparentado con los Cologan y los Blanco, logro amasar una
inmensa fortuna en el comercio al por mayor, se inserto plenamente en la
sociedad Portuense y ofreció un legado
importante al convento de San Francisco, fue enterrado en la capilla de los
Irlandeses en la Iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia en 1.777.
El 1 de
Abril de 1808 no habiendo local para los soldados de guarnición, fueron
alojados en el convento de San Francisco.
En Noviembre
de 1.818 se rompió una de las campanas del convento de San Francisco.
Con fecha 28 de Abril de 1.827 y por Real Orden en
el Boletín Oficial nº 148 de 31 de Octubre de 1.835, en atención a la solicitud
hecha por este Ayuntamiento, le concedió el uso del convento de San Francisco,
para Hospital de Caridad, si los frailes no lo necesitasen y estos reservaron
para si el claustro ultimo del lado de abajo al naciente, para guardar algunos
enseres o tener alojamiento cuando
decidiesen quedarse en el pueblo.
Para fondos de este convento los monjes
recibieron la cantidad de 24.000.- pesos
que ofreció al legar el Doctor en Medicina D. Juan García, portugués natural de
la isla de la Medeira,
muy anciano y sin herederos.
El 28 de Enero de 1.830 el Alcalde Real D. Bernardo
Benítez y Alzola, como autoridad prohibió
decir misa en la iglesia conventual de San Francisco, por haber caído
algunas piedras de la capilla de ánimas, la cual amenaza ruina.
Su iglesia es de dos naves, y la menor de ellas
amenazaba ruina, pero en 1831
a 1832 se edificó parte de la pared quitándole una gran
vidriera de arco que daba a la calle de Quintana, y sustituyéndola por un marco
de luz pequeño. Sus cortisímas rentas apenas llegaban a 1666 reales antiguos.
Este convento quedó sin frailes cuando regio la Constitución de 1820 a 1823, y pasó a servir
de hospital de pobres con permiso del Rey, por Real Orden de 1827, en 1828 pasó
como sala constitucional por disposición del Ayuntamiento, para cuyo último
objeto se abrió puerta por la calle de la Oposición (hoy Agustín de Betancourt). También
sirvió de cuartel desde noviembre de 1826 a 1828.
Los decretos Ley de 19 de febrero y 8 de marzo de
1836 la llamada Desamortización de Mendizábal, de Juan Álvarez de Mendizábal
ministro de Hacienda, que pasó al Estado las propiedades improductivas y en
poder de la iglesia y las órdenes religiosas y esto obliga al cierre del
convento, permaneciendo al culto solamente la iglesia, que ya en 1830 y 1832
había sido objeto de alguna restauración
El Ayuntamiento del Puerto de la Orotava había solicitado
desde principios de siglo el uso de los conventos para distintas funciones,
como Hospital, escuelas, cuna de expósitos, cárcel, o salas consistoriales,
durante las etapas liberales se dispuso de parte de las edificaciones
conventuales, pero la propiedad definitiva para el Municipio no llego
hasta el año 1.866.
Este
convento de San Francisco desapareció pasto de las llamas en el año 1967 estaba
como ciudadela desde hacia bastantes años, donde vivian innumerables familias.
La iglesia de San Francisco y ermita de
San Juan permaneció cerrado al culto después del incendio hasta principios de
los años ochenta. A raíz del expediente
de conservación iniciado por el Excmo. Ayuntamiento del Puerto de la Cruz en 1981, la actual
iglesia de San Francisco es declarada monumento histórico artístico cinco años
más tarde, siendo objeto de restauración por parte de la Consejería de Cultura
del Gobierno de Canarias. (Bernardo Cabo Ramón. Miembro de la Agrupación Ranillera).
1608 octubre 23.
Templos y prelados católicos
en la colonia de Canarias según el criollo
clérigo e historiador José de Viera y Clavijo.
Fundación del convento del Puerto
de La Orotava “Juan Tejera,
almojarife del puerto de La Orotava, donó a los mismos frailes una ermita de San Juan Bautista, que había edificado en aquel
lugar, con el fin de que estableciesen en ella una vicaría de dos o tres sacerdotes, sujetos al guardián de La Orotava, para que dijesen misa, confesasen y ayudasen en lo espiritual a los vecinos que,
siendo en número de cuarenta a cincuenta, no
había clérigo que quisiese bajar a decirles misa, por la distancia.
El doctor Gaspar Rodríguez del Castillo, provisor y vicario general
por el obispo don fray Francisco Sosa,
concedió la licencia a los franciscanos en 23 de septiembre de 1608; y aunque algunos de los mismos vecinos la contradijeron fuertemente, se sentenció el proceso en 6 de abril de 1609, mandándose llevar a debido efecto la fundación;
en cuya consecuencia Francisco de Molina, síndico del convento de La Orotava, tomó en 1 de mayo del mismo año posesión
de la ermita, que fue visitada inmediatamente
por el provincial fray Luís Quirós, con comisión del vicario general del obispado. Este convento es como de 20 religiosos.” (José
de Viera y Clavijo, 1982, T. 2: 343 y ss.)
1608 octubre 16.
Notas en torno al
asentamiento europeo en el Valle Sagrado de Aguere, hoy ciudad de La Laguna en la isla Chinech
(Tenerife).
La sustitución de los gobernadores coloniales.
“Parte de los gobernadores/corregidores nombrados no llegó a finalizar
su mandato. Un fallecimiento prematuro, las más de las veces. un
nombramiento que fuerza la ausencia de la isla o algún conflicto que degenera en suspensión del cargo en otras
ocasiones, ocasionan situaciones de
vacío e interinidad.
La siguiente
relación de este tipo de coyunturas proporcionará una idea más ajustada de la realidad: Hernando de Cañizares muere en 1559, al año siguiente de su posesión. Su sucesor,
el licdo. Pedro de Plaza, murió en
octubre de 1562, a
los casi 3 años de su gobierno. D.
Francisco de Benavides fallece el 5-X-1608, cuando le faltaba poco para que
expirase su segundo mandato. D. Jerónimo Boquín murió en 1632 a los 7 meses de gobierno. D. Jerónimo de Roxas
Sandoval, que había tomado posesión el
18-V-1633, murió el 22-V-1634. D. Antonio Girón fallece durante su segundo trienio, en 1653. D. Alonso Moscoso tuvo un efímero mando, pues apenas superó el mes en
su cargo (1660). D. Pedro de Aguilar también
encuentra la muerte en su segundo período de gobierno (1689). Óbitos aparte, hay varias separaciones del cargo: las de Diego de Figueroa (1548), d. Juan de la Hoya (1635), d. Gabriel de la Puebla (1638), d. Juan López de Utrera (1697).
Hasta se dio el curioso caso del gobernador d.
Melchor Ruiz de Pereda, que casi a mediados de su ejercicio se fue a Toledo
para contraer matrimonio y no regresó
más80. Aunque se trate de un caso diferente, mencionemos aquí la situación que plantea el corregidor d.
Juan de Laredo y Pereda, que tenía tantos deseos de retornar a la Península al estar a punto de finalizar su trienio de mando, en 1678,
que no aguarda a la llegada de su
sucesor.
Las interinidades causadas por fallecimiento o ausencia del gobernador
las solucionaba el Ayuntamiento mediante el nombramiento, por lo general, del propio lugarteniente de aquél,
designación que la Corte
siempre revalidaba al conocer la noticia, aunque en las primeras décadas del s. xvi se suplicó otro procedimiento. Se ha
exaltado esta intervención capitular, que es una merced real, como devolución o
reintegro del poder al Concejo, que goza
interinamente, en el vacío de poder, de plena soberanía municipal. Quienes no
tomamos los documentos tan al pie de la letra más bien pensamos que se trata de
un pacto implícito monarquía-municipio,
en el que la primera se beneficiaba de la inmediata reacción de los regidores,
a fin de cuentas oficiales de nombramiento real —no conviene olvidarlo—, para solventar una coyuntura imprevista mientras se procedía a la búsqueda de la
persona idónea, como así solía ocurrir, pues
el teniente apenas duraba un año en el desempeño de una gobernación que no le correspondía. Sencillamente, era
un servicio más que se prestaba a la
Corona por unos y por otro. Tal
es así que el Ayuntamiento actuará con una cautela —más bien parece temor— inexplicable en esas situaciones, de
suerte que si se halla por azar en
la isla un representante de la
R. Audiencia, consulta con éste lo que debe hacer o incluso le ofrece el mando. Así, en 1562 se ofrece la interinidad al visitador de la Audiencia, dr. Hernán
Pérez de Grado, que diplomáticamente
la rechaza, y en 1608 las autoridades corren a rogar al Regente de la Audiencia —a la sazón en
Tenerife— que se dignase participar
en la elección de gobernador interino junto con una comisión de cinco regidores diputados.
Estas vacantes eran aprovechadas por los tenientes para asumir plenamentes las facultades de gobierno, y hubo
alguno que en más de una oportunidad fue
corregidor interino, como el licdo. Juan Cornejo, el regidor Alonso de Llarena
y el licdo. Tabares de Cala.
La «facultad» para nombrar gobernador interino no siempre fue tolerada de buen grado por otras instancias, como la R. Audiencia, lo que
explica el extraordinario tacto de los regidores cuando se encuentra en la isla el Regente o un oidor. De hecho, en
1608 se produce un enfrentamiento de la corporación con el Regente porque éste
no acepta que el Cabildo, conforme era costumbre, proceda al nombramiento interino84. Podía ocurrir también que el
Ayuntamiento, amilanado por la autoridad (a veces
brutalidad) del capitán general, designase como interino a una persona de su agrado, como durante el vacío dejado por la
rápida salida del corregidor d. Juan de
Laredo —que no esperó la llegada de su
relevo—, en que nombra a d. Martín de Balboa, amigo del general Velasco.
En caso de faltar el
teniente, es el regidor decano el que asume la gobernación, pero en el caso que conocemos no es el Ayuntamiento, sino otra instancia, la que utiliza este
mecanismo. Nos referimos a la interinidad
originada por la prisión de d. Juan de la Hoya —corregidor
interino por fallecimiento de Roxas y Sandoval— en 1635, con motivo de la cual pasó a la isla el teniente
de Gran Canaria con comisión de la R. Audiencia para tal efecto. Como el apresado
era precisamente el teniente que
ejercía provisionalmente la gobernación,
el comisionado nombra al regidor decano, Llarena, como corregidor de ausencias. No obstante, la costumbre
no siempre se siguió: en 1671
protesta el regidor más antiguo, d. Bernardino del Hoyo, porque se había
nombrado como teniente de ausencias a otro compañero con menos antigüedad, d.
Alvaro de Mesa, quien argumenta que en otras ocasiones los corregidores habían
designado libremente a esos tenientes sin
tener en cuenta su antigüedad y sin que se impugnase dicho nombramiento.
Pero la costumbre retorna al año siguiente,
con ocasión de los achaques que afectaban con frecuencia al corregidor Pérez Valcárcel, que por lo
demás a veces se ausentaba de la capital, en la que seguía faltando un teniente
de ausencias. De ahí la solicitud que se le formula, atendida por esa autoridad,
de comisionar al regidor decano para presidir las sesiones y ejercer el oficio de justicia.
No se aviene con lo expuesto la ordenanza que figura en la recopilación de 1670, según la cual serían los diputados
de meses los alcaldes ordinarios,
asesorados en orden a la administración de justicia por un
letrado. Sólo se explica tal disposición si se entiende el escaso tiempo, que quizá no llegaba a dos o tres días, en
que el Regimiento se reunía para
nombrar corregidor provisional, en cuanto no era automática la sustitución por el teniente.” (Miguel Rodríguez Yánez. La Laguna 500 años de historia
Tomo I. Volumen I.:160 y ss.).
1608 octubre 16.
El Cabildo colonial de Tenerife, inicia una campaña de
control en el pequeño comercio de la ciudad de La Laguna.
En el mesón de Pedro Díaz se encontraron
gallinas y pollos sueltos, y además tenía ya
caducada la cédula de la postura de la cebada y le faltaba la cédula de la postura de la paja.
Se le mandó que no criase
las aves sueltas y que tuviese las posturas al día. La tienda de María Martín carecía de licencia
para vender sal y la estaba vendiendo sin postura. La venta de Jacomina García expendía ajos, sal y
vinagre sin postura. La
tienda de Francisco Delgado no tenía cédula de aferimiento, y la de Catalina de
Andrada no exhibía postura de ningún producto.
Imagen tomada de: http://lgmarquitectura.blogspot.com.es/2013/06/convento-san-jose-la-orotava-tenerife.html
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