José Manuel Rodríguez Acevedo
Doctor en Historia
Grupo de Investigación El Capitalismo
Burocrático en la
Explicación del Subdesarrollo y el Atraso Social, Universidad
de La Laguna
jomaroac@hotmail.com
4. LA RELACIÓN ENTRE LA APARCERÍA Y EL TRABAJO
A JORNAL
Hemos
defendido, en la primera parte de este artículo, que la medianería era la forma
más generalizada mediante la cual los grandes y medianos propietarios de
Tenerife extraían la renta de sus tierras, una renta de naturaleza
inequívocamente precapitalista. ¿Significa esto que el trabajo a jornal no
existía en la isla o era del todo punto insignificante? En absoluto. El trabajo
a jornal existía y estaba relativamente extendido, del mismo modo que lo había
estado también, por otra parte, en el Antiguo Régimen. No pretendemos, por lo
tanto, minusvalorar en modo alguno la importancia económica del trabajo a
jornal que se realizaba en el agro insular.
Lo que
pretendemos en este apartado es, por el contrario, comprender la naturaleza
histórica de tal actividad. Para ello es necesario estudiar la estrecha
vinculación existente entre el trabajo a jornal y la aparcería. Ambos iban de
la mano, coexistían, muchas veces, en las mismas fincas y era realizado, en
gran medida, por las mismas familias de campesinos pobres. Veremos a
continuación que no se trataba de una relación laboral en torno a lan cual se generara
un auténtico y amplio proletariado agrario de signo capitalista. Las dimensiones
del mercado “libre” de trabajo, en el que se comprara y vendiera “libremente”
la fuerza de trabajo agraria, eran muy reducidas, a diferencia de lo que
sucedía en los espacios urbanos, especialmente en la capital provincial. El
obrero asalariado, en el sistema capitalista, es un trabajador que “ha roto
por completo con la tierra y vive exclusivamente de la venta de la fuerza
de trabajo”64.
Y aunque
conserve aún –o se le entregue– una pequeña parcela de tierra, el obrero asalariado
rural es básicamente un proletario, no es un semisiervo ni vive sujeto a múltiples
formas de coacción extraeconómica. Es “libre”, por tanto, de vender su fuerza
de trabajo, al mejor postor, en el mercado capitalista de trabajo. “En
comparación con el trabajo del campesino dependiente o sometido a
explotación usuraria, el trabajo del obrero asalariado es un fenómeno
progresivo en todos los terrenos de la economía nacional”65. Pero no era, mayoritariamente,
ese tipo de obrero asalariado el que efectuaba el trabajo a jornal que demandaban
los grandes y medianos propietarios de Tenerife en los años de
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