EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
ÉPOCA COLONIAL: SIGLO XVI
DECADA 1571-1580
CAPITULO XII-IX
Guayre
Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
1573. La metrópoli les permitía a los colonos y criollos estantes
en canarias comerciar con todos los puertos de las otras colonias en América,
sin tener que utilizar el sistema de flotas. Asimismo podían transportar toda
clase de productos con la excepción de
los esclavos y de aquellos que fuesen registrados. Sin embargo, ambas medidas quedaban
constreñidas cuando se les impedía navegar con embarcaciones de más de 120 Tm.
Esta etapa contrasta con los inicios de la centuria posterior en que llegó a
suspenderse temporalmente la posibilidad de comerciar con aquellas colonias,
como también llegó a restringirse el envío de productos a 1.000 Tm., que tenían
que repartirse entre las tres islas de las llamadas de realengo: Tamaránt (Gran
Canaria), Chinet (Tenerife) y Benahuare (La Palma), teniendo que renovar la concesión cada
cuatro años.
También por esas mismas fechas se
les restringe a los colonos y criollos canarios la posibilidad de comerciar con
la totalidad de los puertos de las colonias amricanas, circunscribiéndolos a
dos: Costa de Tierra Firme y Barlovento; disposición esta última que pronto
quedó derogada en la práctica ya que los colonos isleños continuaron enviando sus productos a
la casi totalidad de los puertos indianos.
Una vez más las disposiciones
legales iban por un lado y la realidad y la práctica cotidianas por otro.
Dentro de los logros obtenidos por esas mismas fechas, a mitad del siglo XVII,
estaba la concesión que obtuvieron los colonos y criollos canarios para poder
regresar directamente a las islas, sin necesidad de pasar por Sevilla (España),
permitiendo de esta manera a los navíos canarios escapar del control de la Casa de Contratación.
1573. Mientras
navegaba por aguas de las islas Canarias, se perdió el navío Nuestra Señora La Consolación.
1573. El colono esclavista
Agustín de Herrera, Marques de Lanzarote, obtiene licencia por parte de
la corona de las españas, para legitimar a sus hijos bastardos. Al no obtener
sucesión por parte de la
Marquesa doña Inés Benítez, seduce o fuerza a doña Bernardina
de Cabrera y León, mujer de Teodoro Espelta, Genovés.
El adultero Marques solía frecuentar la casa de doña Bernardina, la cual, un día estando de antojo por su embarazo de 5 meses, mando a su marido a buscar fruta. A la mañana siguiente Teodoro amaneció muerto detrás de una pared de su propia casa sin signos de violencia. Todo el mundo achacaba esta muerte al Marques. A los tres meses dio a luz Doña Bernardina a Doña Juana, que se llamo de Herrera y al cabo de dos años a doña Constanza, a quienes el Marques mantenía doña Bernardina movida por el remordimiento cristiano decidió retirarse a un monasterio en la isla de Madera donde tomo el habito de Religiosa de Santa Clara. Dado que el matrimonio de los Marqueses era estéril, decidieron acoger a las hijas de doña Bernardina como suyas y haciéndolo ver así ante los ojos del pueblo. Tanto es así que en 1573 habiendo obtenido Real facultad para legitimarla doña Juana de Herrera, el Marques prefirió a doña Constanza, ya que según el esa era su hija segura ya que había sido concebida después de la muerte de Teodoro mientras que de Juana siempre después pensado que era del difunto.
Al ser doña Constanza la nueva
Marquesa de la isla se convirtió en un buen partido para futuros maridos. Y
este no fue otro que Gonzalo Argote de Molina, Veinticuatro de Sevilla,
Provincial de la Santa
Hermandad de Andalucía, asociación de asesinos profesionales
al servicio de los reyes católicos. Señor de la Torre de Gil de Olid, Criado
del Rey y Caballero ilustre por su nacimiento y escritos. La boda se celebro en
la isla con regocijos y fiestas publicas. Años más tarde doña Juana de Herrera
era desposada en la isla de Madera con don Francisco Achioli de Vasconcelos.
1573 Marzo 9.
El colono natural de Guispúzcoa
Sancho de Urtarte inicia sus actividades cono escribano en el Valle de Güímar.
En la colonia de Canarias después de la trata de esclavos, el clero católico y
de la explotación intensiva de la tierra, las escribanías era la actividad más
lucrativa, hasta el punto de que para hacerse con una de ellas se recurría a
intrincadas intrigas palaciegas y cuando se podía se traspasaban o vendían por
cifras astronómicas.
El primer documento realizado por
el colono Sancho de Urtarte en el Menceyato de Güímar fue el siguiente:
1573 Marzo 9., lunes. San Juan de Güímar: Fol. 15 ro
Diego Núñez, clérigo presbítero,
vecino de Tenerife, morador en Arafo, por la presente otorga poder cumplido,
libre, llenero y bastante a Esteban Ruiz, procurador dé causas, ausente, para
todos los pleitos y causas civiles y criminales ante regentes y oidores de la
isla de Gran Canaria ante todos y cualesquiér jueces y justicias eclesiásticas
y seglares de esta isla como en otras partés. Para presentar pleitos y
apelacionés y cobrar todos y cualésquier mrs., bienes raíces y muebles, así
como pan, trigo, cebada, centeno, azúcar y cañas, así sea por contratos
albalaes, cuentas corrientes o cédulas de cambio. Testigos. Pedro de las
Nieves, Juan Martín y Pedro Hernández, vecs., y estantes.- Firma: Diego Núñez.
Derechos, gratis
La labor del escribano en la
sociedad colonial en las Canarias del siglo XVI era la de dar fe en los hechos
jurídicos públicos y privados. Además también intervienen de forma activa en la
vida municipal y en pleitos criminales o civiles, hasta una cierta cuantía. No
se realizaba ningún acto importante sin que estuviera presente para dar
constancia de ello. Hay que diferenciar los escribanos oficiales que actuaban
en las instituciones, como los Escribanos «Mayores» y del «Concejo», de los
«Escribanos Reales» y los «Escribanos públicos del número».
Los escribanos por designación
real obtenían la licencia para el desempeño de su oficio, previo examen ante el
Escribano Mayor del Concejo. que versaba sobre cartas de poder, contratos y
testamentos cerrados y abiertos, etc. Si el aspirante superaba las pruebas,
se informaba favorablemente al
Consejo Real y su nombramiento lo concedía la Corona. El ámbito de
sus actuaciones era todo el territorio real con la salvedad de no poder ejercer
donde estuviera limitado el número de escribanos. Los que ejercían en 1as
ciudades donde el Concejo limitaba el número de los oficios, se les denominaba
«Escribanos del Número», a cada uno se le .asignaba y registraba un signo que
debía usar en el ejercicio de su profesión y que validaba los documentos.
Sancho de Urtarte.
Sancho de Urtarte era natural de
Fuenterrabía (Guipúzcoa), debió nacer en fechas cercanas a 1513, porque cuando
llegó a Canarias era mayor de 25 años. Desempeñó varios cargos en la
administración de la isla para terminar como escribano real en la Palma y Tenerife.
Las primeras referencias suyas
las tenemos en 1539, actuando como testigo en la carta de dote entre Jorge
Grimón y Juan Vizcaíno, cuando éste casó con Margarita Grimón y en 1540,
recibiendo poder ante Juan López de Azoca, esc. Mayor del Concejo, donde el
Ldo. San Juan Verdugo, a la sazón
gobernador de Tenerife y La
Palma, dice que: «en nombre propio y de Antón Joven, el
regidor Pedro Hernández, Alonso de Llerena y orros, dan poder especial a su
ayudante Sancho de Urtarte, para que acuda a la Corte a presentar una recopilación
de Ordenanzas de la isla y pedir su confirmación», encargo que cumple con
éxito.
En los años siguientes de 1541 y
1542 vuelve a ser el mensajero a la
Corte para solicitar la ratificación de algunas Ordenanzas y
también desempeña diversos cargos en la administración, como el de teniente del
gobernador del licenciado San Juan Verdugo y el de alguacil mayor.
También ya en 1541 había
intervenido en defensa de los moriscos afectados por la orden de expulsión de la Corona. Por ello, ante
López de Azoca, en 21 de julio, Sancho de Urtarte recibe poder de los moriscos
horros, Andrés Xuáres, «el viejo», Pedro de Llerena, Hernando Nuñez, Juan de
Aguirre y Francisco Henrriquez, para que vaya a la Corte con el testimonio de
la información y haga los recursos procedentes, con el fin que los moriscos
puedan quedarse en la isla. En mayo de 1543 el licenciado San Juan Verdugo le
nombró alcalde las Bandas de Daute con poder para intervenir en causas civiles
y criminales.
Desde 1554 hasta 1567 ejerce de
escribano público en La Palma
en el Oficio. Los documentos generados en esta escribanía no se han conservado
en su totalidad y hasta ahora solamente conocemos un reducido número de
documentos bastante fragmentados
en el archivo histórico de La Palma.
Podemos suponer que es durante
esta época cuando Sancho establece relaciones con la familia Alarcón. En esos
momentos Pedro de Alarcón era regidor en La Palma y desde 1548, en compañía del Ldo. Juan de
Sta. Cruz y Marcos Roberto de Alamo habían arrendado los ingenios de Los
Realejos en Tenerife y Los Sauces en La Palma. Todas estas alianzas familiares se
trasladarán a Güímar a partir de la compra del ingenio por Pedro de Alarcón,
afianzándose con el matrimonio en 1572 de Luís Horosco con Leonor de la Peña, hija de Pedro y
Arguenta de Franquis.
Durante su estancia en La Palma, Sancho de Urtarte se
desplazó a la isla de El Hierro para hacer una residencia a Alonso de Espinosa,
alcalde mayor de esa isla, por comisión del señor de las islas de La Gomera y El Hierro, don
Diego de Ayala. En 1574, como todavía no le había pagado, Sancho de Urtarte
hizo un poder a procuradores para reclamarle.
El 12 junio de 1572 otorga
testamento en los Realejos ante Juan Vizcaíno, donde dice que estaba enfermo,
hace ofrendas y encarga las misas acostumbradas. Luego hace repaso de todas las
cuentas que tenía pendientes, declara deber dinero a varias personas
por fianzas y por adelanto de
dinero para escrituras que luego no se realizaron, a los hermanos Baltasar y
Gaspar Marrero, mercaderes, vecinos en los Llanos en La Palma, 4 reales de un asno
que les compró, una espada que tomó no se acuerda a quien, siendo alcalde en
Garafía, pide que se pague al Mayordomo de las Penas de Cámara o a quien
viniera diciendo que le pertenece. También dice que tiene dos libros de cuentas
donde está anotado todo y que se pague. Pide ser enterrado en el monasterio de
Candelaria y deja como heredera a María de Urtarte, su hija natural. La
relación que mantiene con su paisano se refleja porque doña a Catalina la hija
de Juan Vizcaíno, seis doblas.
También ese día otorga poder ante
el mismo escribano a Juan López, vecino de La Palma, seguramente para liquidar algunos negocios
pendientes en la Palma.
Entre esa fecha y principios de
1573 se instala en el valle de Güímar, en una casa junto a la ermita de San
Juan, le acompaña su hija María y su yerno Alonso Rodríguez, quien le ayuda en
la escribanía, además de otros escribanos que actúan de comisión como el guanche Hernán Pérez que reside en
Candelaria del matrimonio de su hija María de Urtarte nacieron ocho hijos,
algunos de ellos fallecen siendo niños y otros darán continuidad al apellido de
Urtarte en Güímar.
A partir de 1580 la actividad de
la escribanía va decayendo, las epidemias de peste de esos años estaban diezmando
la población de las islas y también el valle de Güímar, además el hundimiento
del negocio del azúcar había ocasionado la emigración de muchas familias, sin
embargo, se mantiene en activo hasta finales de 1583, falleciendo entonces. No
tenemos más datos de este hecho que la referencia en 1584 procedente de un
documento otorgado ante Lucas Rguez. Sarmiento, donde se dice que por muerte de
Sancho de Urtarte los protocolos de su escribanía habían sido recogidos por el
escribano del Concejo, Simón de Azoca. Este hecho explica: el porqué la
documentación de Urtarte se encuentre junto a los legajos del antiguo Cabildo y
no con el resto de las escribanías de la Isla.
Los documentos:
Los originales de esta colección
documental se conservan en el Archivo Municipal de La Laguna y comprenden tres
carpetas con un total de 1.173 folios y algunas hojas sueltas. Son los únicos
que se conservan en Tenerife de este escribano y forman un conjunto de
cuadernillos que carecen de índice, lomos y guardas, comenzando el primero en
el folio 15.
El estado de conservación es
bueno, con la excepción de algunas hojas muy deterioradas, unos por ataques de
insectos bibliófagos, y otros traspasados por la acción de las tintas
metaloácidas usadas, detalles que se hacen constar en la transcripción.
Encontramos diversas variedades
de papel, pero en general de buena calidad. Por el tipo de textura y grosor se
reconoce que son papeles de tina. Los más gruesos han soportado mejor el paso
del tiempo y los delgados son los que presentan un mayor deterioro al ataque de
las tintas. Las dimensiones son de 32. cm. x 44 cm. el pliego y 32 cm. x 22 cm. la hoja, medidas
frecuentes en los pliegos italianos, franceses y alemanes del siglo XVI.
Un examen a trasluz nos muestra
las huellas de los puntizones, corondeles y filigranas del molde. Estos
detalles identifican el fabricante y origen del papel. Los dibujos de Jas
filigranas (el peregrino, mano abierta, etc.) confirman que la mayor parte de
los papeles empleados en la escribanía de Sancho de Urtarte proceden de
fábricas francesas o italianas.” (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
1573 Marzo 17, martes. San Juan de Güímar: Fol. 17 ro
Luis Horosco de Santa Cruz y doña
Leonor de la Peña
y Alarcón, su legítima mujer, vecinos de Tenerife en el valle y heredamiento de
Güímar, ella con licencia de su marido. Dicen que tienen un siervo llamado
Juan, berberisco, de veinte y ocho años y Rodrigo Hernández, canario, morador
en Chicayca en el término de Güímar, le da por la libertad y ahorría del dicho
Juan 100 doblas que son 50.000 mrs. de moneda de Canaria, que las recibieron en
dineros de contado. Por tanto dan por libre y quito al dicho Rodrigo Hernández
de las dichas 100 doblas. Por la presente dan libertad de todo cautiverio,
servidumbre y sujeción al dicho Juan. Hecha en las casas de la morada de los
otorgantes.- Tgos. Hernando de Alarcón, Magros Martín, Sebastián González,
purgador, Pero González, herrero y Alonso Pérez, vecs. y estantes.- Firman:
Luís Horosco de Santa Cruz -Leonor de la Peña. Derechos, un
cuarto de carnero que le dio Juan de Avila.
(Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
1573 Marzo, 17, Marte. San Juan de Güímaf: Fol. 19 rº
Rodrigo Hernández, canario,
morador en Chicayca, que es en el término de Güímar, dice que por hacerle
merced, Luís Horosco de Santa Cruz y su mujer doña Leonor de Alarcón, hoy
áhorraron y dieron carta de libertad a Juan, morisco, siervo de los dichos Luís
y Leonor, por precio de cien doblas.. Aunque en la dicha carta de ahorría se
dieron por contentos y pagados y a él dieron por libre y quito, y también al
dicho Juan, morisco, en realidad les quedó debiendo cincuenta y tres doblas de
esta moneda de Canaria, las cuales dará y pagará al plazo de yuso en esta isla.
Para ello hace debida deuda ajena por propias de él, y las cuarenta y siete que
restan, les dará diez en dineros de contado y las treinta y siete de resto a
cumplimiento de las dichas cuarenta y siete, Luís Horosco de Santa Cruz está
contento de recibirlas de la señora Arguenta de Franquis, las cuales ella debe
a Juan Gómez, mallorquín, de desburgas que ha hecho. Las dichas doblas las dará
y pagará en dineros de contado, cuando se las pida y demande.- Tgos. Magros
Martín, Hernando de Alarcón y Diego Pérez Betancor, vecs. Firma: Rodrigo
Hernández. Derechos, un real y medio. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
1573 Marzo23. martes. San Juan de Güímar: Fol. 21 ro
Luís Horosco de Santa Cruz,
morador en el heredamiento e ingenio de Güímar, dice que Marcos de Almao y
Jerónimo de Vandeval, vecinos de la
Palma, le deben doscientas doblas de resto de mayor cuantía,
según consta por la escritura pública que otorgaron en favor de Luis Horosco
ante Bartolomé Morel, esc. de S.M, y público de la dicha isla.
Por la presente otorga todo su
poder a Rodrigo Gervellón de Santa Cruz, su hermano, vecino de la Palma, ausente, para que en
su nombre pueda cobrar de los dichos Marcos Roberto y Jerónimo de Vandevallas
doscientas doblas, y de lo que cobrare, dar carta de pago y finiquito. Se da
por contento de las doscientas doblas por cuanto ya las recibió de su hermano.-
Tgos. Diego Hernández, natural de Ponte de Lima, Mateos López y Diego Pérez
Betancor, vecs. y estantes. Firma: Luís Horosco de Santa Cruz.
Derechos y saca, real y medio. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
1573 Abril 7., martes. San Juan de Güímar: Fol. 22
ro
Pero Báez, morador en Arafo, por
esta carta da poder general a Alonso Martín, zapatero, morador en la ciudad de
San Cristóbal de La Laguna,
que está ausente, para que lo represente en todos los pleitos y causas civiles
y criminales que él tiene y espera tener.
También le da poder para parecer
ante S.M. y ante los señores de su muy alto Concejo, presidentes, oidores de la
audiencia y ante los señores regentes y oidores que residen en la isla de Gran
Canaria. Hecha en las casas de la morada de Alonso Rodríguez.- Tgos. Sebastián
González, Juan Martín y Andrés de Valladolid, vecs. y estantes. Firma: por no
saber escribir el otorgante, Juan Martín. Registro y saca, real y medio.
(Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
1573 Abril 11., sábado. San Juan de Güímar: Fol. 24 rº
Arguenta de Franquis Luzardo,
viuda de Pedro de Alarcón, moradora en el valle y heredamiento de San Juan de
Güímar, término y jurisdicción de San Cristóbal de La Laguna, en esta isla de
Tenerife. Dice que ella y sus hijos, Hernando de Alarcón y Leonor de la Peña y los hijos de Pedro de
su anterior matrimonio, Martín de Alarcón y Francisco de Alarcón214, tienen en
Agacbe un hato de ovejas, en que habrán 146 de más de dos años, parideras, con
más seis carneros para padres. Por la presente lo arriendan a Francisco
Hernández de Sepúlveda, morador en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, por
el tiempo de seis años desde hoy día de esta carta. La renta del arrendamiento
es de 28 carneros, un quintal y medio de lana y seis quesos buenos, siendo la
primera paga el día de Pascua Florida de 1574, en el beneficio de San
Cristóbal. Las pérdidas de ganado por causa natural serán por cuenta de Argenta
y los suyos, con la condición que Francisco Hernández tiene que presentar de la
res muerta el cuero y la marca. Francisco Hernández hipoteca sus bienes en
cumplimiento del arrendamiento.- Tgos. Alonso Pérez, Francisco Martín y Diego
Pérez Betancor, vecs. y
estantes. Firman: por no saber,
Francisco Martín -Arguenta de Franquis. Registro, dos reales. (Miguel A. Gómez
Gómez, 2000)
1573 Mayo 7., miércoles. San Juan de Güímar: Fol26 ro
Polonia Pérez Texera, moradora en
el valle de Güímar, en Tenerife, dice que es hija de Juan Pérez y de Violante
Texera, vecinos.
Declara que ella hace unos ocho
años que se casó de forma clandestina con Juan González, labrador, hijo de
Sebastián González, portugués, vecino de la feligresía de la Punta de Doni en el
arzobispado de Braga, en el reino de Portugal. Asimismo declara que cuando se
casó con él lo hizo clandestinamente y creyendo que era soltero. Después
pareció que antes que se casara con ella ya era casado con Cecilia González,
vecina de la feligresía de Loredo, en el mismo arzobispado y era viva, por lo
tanto el matrimonio de Polonia es nulo. Por esta carta da poder especial a su
hermano Luís Pérez, que está presente y a Juan de Barbosa, ausente, para que en
su nombre puedan parecer ante la justicia del señorío y reino de Portugal y
solicitar que se declare por un juez competente que cuando ella se casó su
marido ya estaba casado con Cecilia González y no hubo efecto el dicho
matrimonio. También que pidan y se declare que ella se puede casar como persona
que no está sujeta a matrimonio. Polonia Pérez tiene 25 años. Hecha estando en
las casas de la morada de Alonso Rodríguez, labrador.- Tgos. Juan Martín,
Alonso Pérez y Alonso Rodríguez, vecs. y estantes. Firma: Juan Martín, porque
la otorgante no sabía escribir. Derechos, un real. (Miguel A. Gómez Gómez,
2000)
1573 Mayo 25., domingo -San Juan de Güímar: Fol. 28 ro
Domingos Afonso, dice que debe a
Diego Hernández, natural de la villa de Ponte de Lima, en Portugal, que al
presente mora en el valle y heredamiento de Güímar, dos fanegas y media de
trigo candeal o arisnegro de la cosecha de este año, que ha de ser entregado de
hoy en veinte días, puesto en la casa de Gabriel Cataño, en Chímazo, que es en
Candelaria, por razón de una espada con su vaina y talabarte de lo cual Sancho
de Urtarte es testigo y da fe que se lo entregó.- Tgos. Alonso Rodríguez, Pero
González y Baltasar Díaz, vecs., y estantes. Derechos, un real.
[Al margen ]
En el valle y heredamiento de
Güímar, en 5 de julio de 1573, ante Sancho de Urtarte, pareció presente Diego
Hernández, y declara le da por libre por haber recibido de Domingos Afonso las
dos fanegas y media de trigo candeal. Tgos. Alonso Rodríguez de
Güímar, Marcos González y
Francisco Martín, vecs., y estantes. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
1573 Mayo 26.
Al tomar posesión el primer
Gobernador-Capitán que tuvo la isla de Tenerife D. Juan Álvarez de Fonseca,
comenzó a estudiar las defensas de las dos islas de Tenerife y La Palma, y avisado del peligro
de ataques de piratas, reclamó los servicios del Ingeniero Juan Alonso Rubián,
quien compareció por segunda vez en La Laguna el 7 de Junio de 1573 y estimó debería
repararse el terraplén de la fortaleza de Santa Cruz, y hacer una nueva
fortificación que podía ser un pequeño fuerte alrededor de la Ermita para defensa de la
misma, resguardo de la fortaleza y apoyo de las operaciones que pudieran realizarse
en torno a la caleta de Blas Díaz, para lo cual se hacía preciso derribar unas
pequeñas casas próximas a la ermita: llevado a cabo la medición, diseño y
proyecto del Fuerte de Nuestra Señora de la Consolación el 9 de
Julio de 1573, se despidió Rubián del Cabildo tras de recibir 40 doblas de oro
como estipendio por su trabajo. Adquiridas las casas, se acordó recabar de
nuevo los auxilios de este Ingeniero, que llegó por tercera vez a La Laguna el 12 de Febrero de
1574, y «...en 8 de Marzo de I574, entró
en el Cabildo Juan Alonso Rubián, Ingeniero de S.M. y mostró los modelos de la
fuerza que está fecha en el Puerto de Santa Cruz, uno de madera é otro en
papel, e dice que así le parece es la fuerza que S.M. le manda hacer en dicho
puerto: mostró otro modelo de la
Fuerza de Garachico y visto todo por la Justicia e Regimiento, se
mandó que los dichos modelos se pongan en pintura é se envien á S.M. para que
provea lo que mas convenga, e se le suplique sea servido de hacer á esta Isla,
merced, como lo ha hecho á la de Canaria, en fortificar los Puertos e se manden
á hacer Arcabuces e Picas para la custodia de la Isla, e se haga merced de dos
culebrinas...» (Libro lo, Ofo 2°, folio 370, vuelto). (José María Pinto de la Rosa, 1996).
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