Eduardo Pedro García
Rodríguez
1595 Octubre 6.
Los ingleses con la armada de
John Hawkins compuesta por 27 navíos en la que iba asimismo el
célebre pirata Drake que decidieron atacar la isla de Gran Canaria y más
concretamente su capital Las Palmas, un historiador asegura que uno de los
capitanes propuso a Drake que se echasen en la noche quinientos o seiscientos
mosqueteros por una caleta poco distante del puerto y emboscados esperasen la
salida de los isleños a defender la desembarcacion y los acometiesen de
improviso con que turbados huirian, pero el pirata rechazó esa sugerencia por
dificultades materiales de la empresa, pues para llegar a la caleta había que
pasar por unos baxios y barras, y añade el mismo cronista que Drake dixo para
animar a sus capitanes que no había de entrar en aquella isla como ladrón de
noche, sino de día, con desembarcacion pomposa y los canarios se le habían de
ofrecer rendidos reconociendole por señor y pidiendo merced de las vidas -que
tal decoro y reverencia se debia guardar a la armada de su Reina y Señora- y en
las Casas de la Audiencia
había de levantar su trono y hacer actos de soberanía, poner sus armas y su
efigie, por eterno blason y padron de los venideros.
En la mañana del 6 de Octubre de
1595 pudieron apreciar los vecinos de la ciudad que en el monte de La Atalaya -hoy Vigía- en la
más alta cima de la Isleta
ardía una hoguera coronada por largo penacho de humo, como era costumbre
siempre que se viese acercarse a tierra más de cinco velas, y poco después el
Castillo de las Isletas, disparó un cañonazo que conmovió y despertó la ciudad.
Alonso Alvarado atravesó ésta
dirigiéndose a La Isleta,
y en el lugar llamado El Golfete comenzaron a aparecer las naves enemigas, por
lo que dispuso se avisase a Pamochamoso tocase la campana y que reunida la
tropa con las seis piezas de artillería existentes, se dirigiesen todos fuera
de la muralla a los arenales de Santa Catalina en espera de órdenes; se
enviaron dos hombres a La
Atalaya, quienes contaron 28 navíos y galeones gruesos, y
otras tantas lanchas. Se dispuso cerrar la puerta de la fortaleza, y entre 7 y
8 de la mañana, la escuadra inglesa había fondeado en El Golfete a cubierto de
los fuegos del Castillo de las Isletas y de la Torre de Santa Ana. Alvarado dispuso combatir
fuera de la ciudad impidiendo el arribo a la marina del enemigo; entre lo y 11
de la mañana se adelantó de la armada una carabela pequeña y junto a ella una
lancha en la que iba Drake; la carabela reconoció el puerto y caleta de Santa
Catalina, y desde la lancha fueron sondando y dejando boyas por señales para
facilitar el ataque y desembarco, regresando después a unirse a la armada
anclada en El Golfete, continuando la carabela reconociendo la costa hasta la
caleta de San Pedro. Reforzadas las guarniciones de los Castillos y dispuesta
la ciudad a resistir el ataque, rompió el fuego el enemigo a las 12 del día
acercándose con sus lanchas, y el cronista Cabrera de Córdoba asegura que
pelearon los isleños con tal coraje, que muchos entraron en el mar hasta
llegarles el agua a los pechos para herir a sus enemigos. Sir Thomas
Baskerville cubierto de todas armas, con
morrión y coselete, exhortaba a los marineros a bogar para alcanzar la playa
próxima y sus subordinados Arnold y Nicholas Baskerville así como Nicholas
Clifford daban muestras de extraordinario valor queriendo ganar a nado la
caleta, pero el fuego de la artillería y arcabucería estableció una
infranqueable cortina, contra la que se estrellaron todas las heroicidades del
enemigo, dejando el mar regado de sangre y las lanchas cubiertas de muertos y
heridos. Ayudaba la armada con sus fuegos al desembarco pretendiendo
neutralizar la acción del Castillo de las Isletas, pero fracasó el empeño por
lo que las lanchas comenzaron a retirarse para refugiarse en la armada; hora y
media duró el ataque y la escuadra alzó velas para ir a hacer aguada a algún
paraje desértico del Sur de la isla. El sábado 7 de Octubre al ver que el
enemigo había desaparecido, el Gobernador Alonso Alvarado al frente de sus
tropas realizó su entrada triunfal en la ciudad.
El domingo 8 de Octubre dio Drake
fondo con sus naves en Arguineguín, y desembarcó con 500 hombres de la
tripulación, hizo levantar una espaciosa tienda y pasó aquel día en tierra
entregado al descanso y disfrutando de las delicias del otoño, y atacado allí
por los canarios que le hicieron nueve muertos y algunos prisioneros, la
escuadra partió aquella misma noche se alejó de Canarias para internarse en el
Océano. (En: José María Pinto y de la
Rosa. 1996)
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