Homenaje a la mujer guanche
personificado en nuestra compañera Fina organizado por la Asociación
Sociocultural Kebehi Benchomo en la Cueva Santa de Chacorche en
Igueste de Candelaria en el año 2009. Durante el acto el conmatriota Gerardo
Concepción leyó el siguiente texto:
…Aún así, se me ocurre que en
este día y dada nuestra vocación universalista en lo cultural, podemos y
debemos celebrar el día de la
Mujer Canaria, de cuyas cualidades humanas y espirituales así
como de su total entrega en la lucha por las causas de la libertad y la
justicia social en nuestra Nación Canaria llevada a cabo durante toda nuestra
historia colonial podríamos escribir varios tratados, ya que la mujer canaria
por su propia naturaleza ha sido y es mujer luchadora, no en vano el trasfondo
de nuestra sociedad es matrilineal.
También fue la sangre de la mujer
canaria la que dio vida a grandes luchadores por la libertad e independencia de
los pueblos hermanos de América, entre ellos: Juan Francisco de León, José
Gervasio Artigas, Francisco de Miranda, José Martí, Secundino Delgado
Rodríguez y, toda una pléyade de canarios luchadores.
También la mujer canaria vio
partir a su compañero en busca de la libertad el pan y la sal que en su Matria
(patria) le era negado por un sistema colonial y opresor, ella se quedó aquí al
frente del fisco de tierra o labrando
las del criollo cacique de turno y, luchando en un mar de adversidades con
penurias sin cuento para sacar adelante a unos hijos y en ocasiones también a
unos padres ya ancianos, y con las esperanzas puestas en el retorno de un
marido portador de un deseado bienestar económico que en muchos casos, jamás se
produjo.
Por ello, en este día y en todos
los días, debemos rendir homenaje a la mujer canaria, heredera y fiel garante
de las virtudes de sus antecesoras, las cuales podrimos personificar en algunas
de las múltiples heroínas, entre ellas las siguientes:
Tibiabin y Tamonante
Madre e hija sacerdotisas.
Según recoge el ingeniero
cremonés al servicio de Castilla, Leonardo Torriani, quien aporta detalles sobre la función de estas
mujeres en la antigua sociedad amazighe de Fuerteventura. Tibiabin era
considerada una «mujer fatídica y de mucho
saber, quien, por revelación de los “demonios” o por juicio natural,
profetizaba varias cosas que después resultaban verdaderas, por lo cual era
considerada por todos como una diosa y venerada; y [...] gobernaba las cosas de
las ceremonias y los ritos, como sacerdotisa», Tamonante «regía las cosas de la justicia y decidía las
controversias y las disensiones que ocurrían entre los duques y los principales de la isla, y en todas las cosas era
superior en su gobierno» [Torriani (1590) 1978:
75].
“Estas funciones sociales parecen
reflejarse en la propia etimología de los nombres de ambas mujeres. Podemos
traducir el de Tamonante (Tamonnant) como ‘mujer que tiene
la experiencia de la lectura’ o, literalmente, ‘la que deletrea’ (Reyes 2006:
60). Esto no deja de ser significativo, pues la complejidad de la escritura líbico-amazighe convierte su lectura en un ejercicio
que requiere cierto adiestramiento, ya que un mismo texto puede contener
varios mensajes diferentes. Es por eso que «elaborar y
descifrar los mensajes escritos requería una experiencia no exenta de
consideraciones socioculturales de carácter esotérico» (Reyes
2005a: 63).
Guayarmina Semidán
Fue una noble
princesa guanche canari y miembro de la familia
del converso y pusilánime guanarteme de Tenesor Semidan, líder
del Guanartemato de Gáldar y aceptado por los nefastos Reyes Católicos como
representante de los Reinos de Canarias en la firma de
la controvertida Carta de Calatayud, por el que las Islas Canarias se
incorporaban a la Corona
de Castilla.
En 1482, Guayarmina Semidán,
que seguía considerándose Reina de Gran Canaria, descontenta con el pacto y con
el comportamiento de los invasores conquistadores españoles, se une al líder
canari Bentejui y se refugian en las cumbres de Tamarant (Gran
Canaria), desde donde mantienen viva la resistencia militar frente a los mercenarios
invasores liderados por el masacrador de pueblos Pedro de Vera.
Guacimara
Princesa guanche de Anaga. Según la tradición se casó con
Ruymán, hijo de Bentor (y
nieto por tanto de Benchomo),
destacando por su lucha contra los conquistadores españoles.
Ella era la hija de Beneharo II y tenía dos hermanos:
Enrique de Anaga (se desconoce su nombre anterior al bautizo) y Guajara.
Según la tradición, ella debía
casarse con Chimencia-Tinguaro, quien la pidió por esposa. Sin embargo, ella lo
rechazó. Poco tiempo después, Guacimara conoce a Ruimán y ambos abandonan sus
menceyatos (Anaga y Taoro respectivamente)
para establecerse en Aguere (La
Laguna); debido a su ausencia, la gente de esos pueblos
comienza a creer que ambos jóvenes murieron y acusaron a los guanches Guetón y
a Rosalba de la muerte de Ruymán, por los que Benchomo los prendió, aunque
ellos no los habían asesinado en realidad. Se
sabe que en algún momento debió de casarse con Ruymán.
Esta princesa también se dio a
conocer por ser una de las personas que lucharon contra los invasores conquistadores españoles
que trataban de desembarcar en las playas de Añazuu,
hoy Santa Cruz de Tenerife. Según esta historia, cuando los españoles
intentaron hacerla prisionera ella prefirió suicidarse, arrojándose desde los
acantilados. Este suicidio-ritual, representó claramente su amor por la
libertad.
Dácil
La princesa Dácil era hija de
Benchomo, mencey de Taoro el gran caudillo del pueblo guanche. Pero la princesa
se enamoró de uno de los invasores, el capitán Fernán García del Castillo, con
quien contrajo matrimonio. Esta novelesca historia de amor supuso la condena de
la princesa, por parte de su propio padre, a ser emparedada debido a la
denuncia del guanche Durimán El Montañéz, quien, despechado en su amor, la acusó
de verse a solas con el castellano.
Sin embargo, el propio Bencomo
ordenó liberar a su hija cuando supo que la entrevista tuvo lugar delante de
testigos. Con su matrimonio, Dácil la cristianizaron y pasó a llamarse Mencías
del Castillo.
Guayafanta
“Y fue así
que descubrieron a Guayafanta, palmesa de hermosa tez y cuerpo
gigantesco, de gallardo talle y traza majestuosa. Al verla corrieron con gran
ímpetu en su alcance.
Guayafanta, acosada, hizo frente a sus enemigos. A
uno de ellos, el más ardiente en perseguirla, lo derribó y, ante el asombro de
los otros, lo cargó bajo del brazo marchando con él aprisa hasta el borde de
una peña escarpada.
Mostró intenciones Guayafanta de arrojarse con su
enemigo peña abajo. Y a la verdad que lo hubiese cometido si sus ocho
perseguidores, arrojándole sus lanzas sin aviso, no le hubiesen roto con mucha
crueldad ambas piernas. Sólo de aquella forma lograron reducirla y hacerla
esclava.”.
Iballa
Joven sacerdotisa gomera que
vivía en una cueva de las cercanías de Guahedum y que al parecer mantenía
relaciones forzadas con Hernán Peraza, lo cual estaba prohibido en virtud del
"pacto de colactación o de Guahedum".
Esta relaciones ilícitas y la despótica actitud del
libertino colono Hernán Peraza, dio lugar al alzamiento del pueblo gomero
contra el tirano, siendo ejecutado en la Cueva de Guahedum en una de sus vistas a la
sacerdotisa Iballa, el 21 de
noviembre de 1488.
Este ajusticiamiento dio pié a la ninfónoma Beatriz
de Bobadilla, esposa de Hernán Peraza, para llevar a cabo la mayor masacre
cometida contra un pueblo desarmado de que se tiene noticias en la historia
colonial de Canarias.
Francisca de Gazmira o
Francisa Palmense
Noble awuara (palmera)
perteneciente al cantón de Aridane, posiblemente raptada en una de las
incursiones a la captura de esclavos organizadas por el judío converso y
masacrador de pueblos Pedro de Vera.
Estando esclavizada en winiwuada
n Tamarant (Las Palmas de Gran Canaria), fue bautizada por el rito católico
como Francisca, por lo cual era nombrada indistintamente como Francisca de
Gazmira o Francisca Palmense y también Francisca de La Palma, adoctrinada en los
principios católicos y convencida por los colonos para que actuara como
mediadora entre sus múltiples parientes en la isla Benahuare (La Palma) ante las pretensiones
castellanas de ocupar la isla.
Gazmira no tardó en darse cuenta
de la doble moral que practicaban los cristianos y el poco honor
que hacían de los Tratados, horrorizada de las masacres cometidas
contra su pueblo por los impíos castellanos y sintiéndose culpable, ya que fue
gracias a su intermediación que los awuaras se dejaron sorprender, estando
impuesta de las costumbres castellanas inició una campaña en defensa de los
suyos, no sin antes tener que vencer multitud de obstáculos impuestos por el
esclavista Alonso de Lugo y sus correligionarios en Winiwuada (Las Palmas),
hasta el extremo de que estuvo a punto de ser ahorcada por este, al no aceptar
Gazmira el soborno ofrecido por Lugo de 70.000 mrs., para
que dejase el pleito.
Juana Canaria
Fueron muchas las mujeres
guanches que intervinieron activamente en las luchas por la defensa
de la tierra y en defensa de su etnia, y posteriormente defendiendo
su libertad y la de los suyos. Veamos algunos ejemplos: Eduardo Aznar Vallejo
en sus extractos documentales recoge: “21 de febrero de 1491 Sevilla (f. 96).
Ejecutoria declarando libre, por su condición de cristiana a Juana Canaria, que
fue vendida en Jerez de la
Frontera a Nicolás Muñoz, vecino de dicha ciudad, por Pedro
de Vera, por haberse negado su marido, junto con otros canarios, a participar
en la armada organizada por éste contra Tenerife, recelando ser llevados a
Castilla y vendidos como esclavos.
Ante la petición de libertad
hecha al Consejo por Juan de Guzmán, sobrino de Juana Canaria, y la réplica de
Pedro de Vera, defendiendo que dicha canaria había sido tomada durante la
conquista y que su condición de cautiva fue confirmada por la Corte en Córdoba, el pleito
fue confiado al bachiller Gonzalo Sánchez de Castro, del Consejo y alcalde de
Casa y Corte, quien condenó de rebeldía a Pedro de Vera, por no haber
presentado probanza alguna en el plazo a que se obligó su hijo Fernando de
Vera, de quien era fiador Gonzalo de Burgos, vecino de Gran Canaria, incluyendo
dicha condena los 444 maravedís de costas.”
Beatriz
En 16 de noviembre de 1500. Granada.
Incitativa al conde de Cifuentes, asistente de Sevilla, alférez mayor y del
Consejo, para que provea en la demanda de Beatriz, (en otro pasaje, María) canaria,
del bando de Gazmira, que fue vendida, a pesar de ser cristiana y libre, al
bachiller de Herrera, vecino de dicha ciudad, contra el que promovió un pleito
en el que demostró su condición de libre, no obstante lo cual fue entregada de
nuevo a dicho bachiller, que la azotó, por lo que pide ser puesta en poder de
una tercera persona, hasta que se determine en su demanda, y que sea castigado
el bachiller Herrera, por incumplir la carta de seguro otorgada a los canarios
de dicha isla.
Leonor
1511 Agosto 16.
Valladolid. Incitativa al gobernador o juez de residencia de Gran Canaria, para que
entienda en la petición presentada por Leonor, canaria, que se queja, en nombre propio y en el de los canarios libres
de Gran Canaria, Tenerife y La
Palma, de don Alonso Hernández de Lugo, adelantado de las islas de Canaria, que lleva por fuerza a
dichos canarios a las armadas que hace
en provecho propio y los echa de la tierra porque ayudan a sus parientes cautivos. Para la realización de esta misión se le
concede poder cumplido y un salario
de 150 maravedís, durante 40 días, y se le ordena llevar consigo un escribano público, que recibirá 40 maravedís al día,
aparte de sus derechos ordinarios. Archiepiscopus.
Carvajal. Palanca. Aguirre. Cabrero. Salmerón. (E. Aznar Vallejo, 1980:213).
Como queda dicho más arriba,
podrimos escribir varios libros sobre la bondad, espiritualidad, capacidad de
entrega y amor a lo suyo y a los suyos
de la mujer canaria y que, como madre, esposa, novia o hermana siempre ha
mostrado una gran capacidad de sacrificio, de entregarlo todo sin pedir nada a
cambio.
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