CULTIVO EXPERIMENTAL DEL CAMARÓN Y OTROS CRUSTACEOS
Como ya mencionamos en el artículo
sobre cultivos marinos publicado en esta revista en el número de enero del
presente año, actualmente la acuicultura ha adquirido una gran importancia en
la economía de muchos países. En dicho artículo nos referíamos principalmente
al sistema de las distintas fases a realizar en el cultivo masivo de peces,
pero dentro de la acuicultura existe un apartado muy importante, el cultivo de
crustáceos, especies con un gran valor nutritivo y alta cotización en el
mercado.
Cultivo experimental del camarón
y otros crustáceos
En un principio el acuicultor se
limitaba solamente al mantenimiento en vivo de ejemplares adultos previamente
capturados en el mar de aquellas especies más comerciales, tales como
langostas, bogavantes, centollos, etc., empleando tanques, cetáreas, etc., pero
a partir de unos años a esta parte se pensó que algunas de estas especies
podrían ser cultivadas, ya que partiendo de unos pocos reproductores es posible
conseguir grandes cantidades de individuos. Por ejemplo, una hembra grande de
camarón puede poner entre tres y cinco mil huevos, una de centollo veinte mil o
bien una de langosta adulta cerca de los cien mil, solucionando de esta forma
el problema de la captura en el medio natural que en muchas especies de interés
comercial suele ser dificultosa y a veces con pocas garantías de éxito.
Pero el problema no es tan sencillo como aparentemente
parece, ya que los crustáceos son unos animales con una biología bastante
característica, sujetos a una serie de comportamientos que dificultan mucho su
cultivo; así, en muchas especies los jóvenes son caníbales, produciéndose en los
cultivos masivos grandes mortalidades con el consiguiente desastre para el
acuicultor.
Algunos datos sobre la biología de estos animales nos
ayudarán a comprender un poco la problemática de dichos cultivos.
En principio podemos diferenciar
dos grandes grupos dentro de los crustáceos, el grupo Natantia o nadadores como
el camarón, gamba, langostino, etc. y el grupo Reptantia o andadores,
incluyéndose en este la langosta, el bogavante, el centollo y todos los
cangrejos en general. Ambos grupos cuando nacen están sometidos a unas complejas
fases larvarias cambiando de forma hasta más de diez veces en algunas especies,
aunque los cambios morfológicos realmente diferentes pueden simplificarse en
tres o cuatro estadios, dependiendo del grado evolutivo de cada grupo.
En cada fase requieren un
alimento determinado, desde fitoplancton (algas microscópicas) en los primeros
días de vida, pasando por diferentes tipos de zooplancton (pequeños animales),
para terminar con alimento inerte (harinas de pescado, mejillón molido, etc.)
en los juveniles, ya que la mayoría de estos animales en estado adulto son los
carroñeros del mar, alimentándose de presas muertas o aquellas poco ágiles que
no pueden escapar a sus ataques. De esta forma vemos que cada fase necesita un
alimento específico, pero que puede variar según la especie que tratemos.
El crecimiento en este grupo
zoológico es bastante singular no haciéndolo de manera continua como Huevos con
los embriones prácticamente formados en otros, sino que se produce a saltos o
intervalos. El cuerpo de estos animales como bien es sabido está recubierto de
un exoesqueleto o caparazón externo de quitina que impide el crecimiento en
volumen y longitud de los diferentes órganos, por lo que en determinadas épocas
de su vida sufren las llamadas mudas, estas consisten en un desprendimiento de
este duro caparazón, quedando el individuo con una cubierta flexible y muy
blanda, momento que aprovecha para absorber gran cantidad de agua, aumentando
de tamaño en breves momentos. Al cabo de algunas horas esta cubierta externa ya
se ha endurecido totalmente; a partir de este momento poco a poco irá
sustituyendo el agua absorbida por tejido orgánico hasta que esté reemplazada
completamente, produciéndose entonces una nueva muda. Por esta causa muchas
veces que nos comemos un cangrejo y aparece "vacío" es debido a que
ha mudado recientemente no pudiendo haber sustituido todavía el agua
reabsorbida por tejido orgánico. Así, en la voz popular cuando se dice que un
centollo está "lleno" en los meses que tienen R, probablemente es que
sean las épocas que no coincidan con las mudas.
La reproducción va condicionada a
la temperatura y al foto-periodo variando según las especies a lo largo de todo
el año. En Canarias debido a las condiciones ambientales las épocas de puesta
se dilatan mucho; así los camarones y muchas especies de cangrejos pueden estar
poniendo durante largos períodos de tiempo. La fecundación se produce
generalmente en la época de muda, momento que aprovecha el macho para aparearse
con la hembra. La hembra una vez fecundada portará la masa de huevos en el
abdomen hasta el momento de la eclosión, entre 20 y 30 días. Si esto ocurre en
recintos cerrados habrá que separar a la madre pues ésta devoraría a las larvas
recién nacidas.
Conociendo estos detalles y otros
que no mencionamos para que este artículo no resulte excesivamente científico
podremos comprender las dificultades que presenta el cultivo de crustáceos.
Pero actualmente en muchos centros de investigación se han solucionado gran
parte de estos problemas. Así, actualmente en Japón se cultiva fácilmente el
langostino (Penaeus japónicas), en EE.UU.
el cangrejo azul (Callinectes sapidus) y el bogavante (Homarus americanus), por
otra parte en nuestro país se han conseguido bastantes avances en el langostino
(Penaeus keraturus), el camarón (Palaemon serratus) y el cangrejo de río
(Astacus ssp.),
En los laboratorios del Centro de Tecnología Pesquera de Gran Canaria
se han realizado experiencias con diversos crustáceos, teniendo unos resultados
bastante satisfactorios con el camarón de nuestras costas Palaemon elegans.
A partir de diez hembras ovígenas
capturadas a principios dé, marzo se obtuvo una puesta de unas diez mil larvas.
Las hembras fueron dispuestas en una jaula especial dentro de un tanque de cría
provisto de circuito continuo de agua. Esta jaula impedía que las madres
pudieran devorar a las larvas recién nacidas.
Es conveniente desde el primer
día en que nacen las larvas fertilizar el tanque de cultivo con fitoplancton
(normalmente se utiliza una diatomea para este fin), ambiente que favorecerá a
los jóvenes camarones. Estos nacen en una fase bastante avanzada, conocida como
Zoea, que se caracteriza por poseer unos grandes ojos y nadar en posición
invertida; ya desde este momento son carnívoros por lo que se les debe
suministrar alimento vivo con un tamaño y movilidad adecuada para que puedan
ser capturados fácilmente por las larvas, ya que éstas no aceptarán otro tipo
de alimento. Es recomendable utilizar rotíferos, especie que reúne las
condiciones citadas anteriormente. Esta primera fase durará entre 10 y 12 días
durante los cuales las larvas sufrirán una serie de mudas, aumentando de tamaño
y completando su morfología poco a poco.
La siguiente fase es la de Misis,
más avanzada que la anterior; el animal se parecerá más a un camarón adulto,
aunque todavía mantienen sus hábitos planctónicos y nadan en posición
invertida. En esta fase es conveniente sustituir los rotíferos por otro
alimento de mayor tamaño usándose generalmente en este caso
"nauplius" de Anemia salina, (primeras fases de un pequeño crustáceo
que vive en las salinas). Este período larvario durará alrededor de otros diez
días procurando al final del mismo ir mezclando alimento inerte (mejillón
molido, pescado troceado, etc.) con el alimento vivo, así los jóvenes camarones
estarán perfectamente adaptados a la comida inerte, abaratando notablemente el
mantenimiento de estos en los recintos de cultivos, ya que de otra forma sena
excesivamente cara la alimentación en los períodos de engorde para que alcanzasen
una talla comercial.
Resumiendo podemos decir que el
desarrollo larvario de los camaro nes durará alrededor de unos veinte o
veintidós días al término de los cuales ya tendrán la forma de un adulto
pasando a realizar una vida bentónica, distribuyéndose por el fondo y paredes
del acuario.
La experiencia tuvo unos
resultados bastante exitosos, ya que se consiguió una supervivencia de más del
65%, cifra que se consiguió muy satisfactoria en estos casos. Actualmente los
jóvenes camarones están sometidos a diferentes pruebas de engorde con el fin de
averiguar el alimento más idóneo y barato para su cultivo.
También se realizaron otras
experiencias con dos especies de cangrejos, el centollo, la Maya esquinada y la Dromia personata, cangrejo
de gran tamaño común en nuestras costas, empleando procedimientos análogos a
los del cultivo del camarón. Los resultados en estos casos no fueron tan
satisfactorios como en el anterior, ya que con el centollo llegaron muy pocos
ejemplares a la fase juvenil (ya con la forma del adulto) muriendo- más tarde
todos, mientras que con la dromia sólo se consiguió llegar a la fase de
Megalopa (fase de preadulto). Suponemos que la mortalidad en ambos casos fue
debida a deficiencias alimenticias, problema que esperamos solucionar con el
tiempo.
Esto nos hace pensar que con un
estudio concienzudo de la biología de estas especies y de otras de importancia
en el mercado se podrían producir mediante cultivos gran cantidad de
individuos, que bien podrían servir para repoblar nuestras costas, bastante
castigadas por excesos cometidos o bien para un consumo en el mercado,
resultando de una gran ayuda para la resolución de la problemática pesquera
actual.
Dpto. Cultivos del Centro de
Tecnología Pesquera.
E. Moreno.H. Fernández Palacios.
C. M. Hernández Cruz, en: Revista
Aguayro
Año XI nº 123, mayo de 1980.
(Archivo Personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)
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