El café en Canarias
Según un estudio efectuado por José Antonio García Alamo, el café
pudo introducirse en las Islas Canarias a través de Tenerife, cuando el rey
Carlos III dictó, el 17 de agosto de 1788, una Real Orden, por la que se encargaba
a D. Alonso Nava Gritón, marqués de Villanueva del Prado, que estableciera en
los terrenos que juzgara más adecuados, "uno o varios plantíos para
sembrar y plantar semillas y plantas procedentes de América y Asia". Con
esta finalidad se creó el Jardín de Aclimatación de la Orotava y aquel mismo año
de 1788, llegó a Tenerife la primera remesa de semillas y plantas exóticas en
el navío correo "San Bernardo".
Actualmente, el cultivo de café
no se realiza de forma intensiva en fincas dedicadas ex profeso a este
producto, sino que forma parte de una costumbre que insta a los agricultores a
plantar una cantidad más o menos significativa de cafetos, alrededor de las
fincas plataneras, naranjales u otros cultivos. Aproximadamente las dos
terceras partes de la escasa producción de café se localizan en Las Palmas y el
tercio restante en Sta. Cruz de Tenerife. El café obtenido se dedica
normalmente al consumo del propio agricultor que, en algún caso surte a algún
establecimiento hostelero vecino, que tiene a gala ofrecer un café de la propia
tierra.
Agaete, a 40 Km de Las Palmas, es
quizás el único lugar donde el cultivo de café tiene cierta entidad, junto a
naranjos, papayeros, mangos y guayabas. Según el estudio de José Antonio
García, se supone que las primeras plantas de café que se introdujeron en
Agaete procedían de Tenerife, isla con la que siempre ha tenido intensos
contactos a través de sus puertos.
Aunque el cafeto empezó
cultivándose en las fincas próximas a la costa, la mejor calidad y la mayor
producción se obtiene en las zonas altas del valle, aprovechando la sombra de
los árboles frutales.
Aunque se cultivó en la mayor
parte de la isla de Gran Canaria, el café de Agaete fue considerado como el
mejor debido a las condiciones climáticas. Hasta mediados del siglo XX se
mantuvo su producción, posteriormente la caída de los precios favoreció la
producción de otros cultivos, pero se continuó cultivando por tradición en
pequeñas cantidades para el consumo familiar.
El café del Valle es arábica de
la variedad typica, una variedad que se dejó de cultivar en muchas zonas por su
baja productividad pero que ultimamente se vuelve a apreciar por sus virtudes.
Dulce y afrutado, muchos expertos han valorado notablemente el café de esta
zona.
Con el propósito de conservar la
productividad del único café canario se creó en el año 2002 la
asociaciónAgroagaete. Estos productores locales no vivían del café, pero
dedicban buena parte de su tiempo libre a producirlo, considerándolo un tesoro
cultural.
En el año 2006 se crea la marca “Café
de Agaete” y comienza la comercialización del producto. El proyecto impulsado
por la asociación de agricultores de Agaete, tiene el apoyo del Cabildo
(gobierno insular) de Gran Canaria y del Ayuntamiento de Agaete.
Se trata de mantener altos
estándares de calidad para promocionar este café y permitirle competir con
otros cafés especiales. Generalmente el café se cultiva bajo la sombra, entre
mangos, papayas, guayabas y demás árboles frutales.
La producción cafetera se estima
en torno a los 1500 kilogramos, aunque se espera llegar a los 6000. El interés
por este café ha llevado el kilo café en torno a los 50 euros y no se prevé que
baje de precio con el aumento de su producción.
En la actualidad, se vende al
público en la tienda de Agroagaete situada en la plaza de la villa. Este
producto único se conoce en todas las islas, aunque su demanda se localiza en
Gran Canaria. Recientemente sin embargo han recibido peticiones del continente,
especialmente de Catalunya. (José Antonio García Alamo)
De un convento etíope a un valle de Gran Canaria
Autor: Yuri Millares
Todas las referencias al origen del café citan la historia de un pastor
de Etiopía que, viendo a sus cabras extrañamente alteradas por la noche,
saltando inquietas en vez de dormir, lo cuenta a los monjes de un convento
cercano. Éstos pensaron inmediatamente que debía tratarse de algo que comían
los animales y en el lugar donde estaban siendo pastoreadas recogieron unos
frutos de arbustos que habían sido ramoneados. Así fue como los monjes
comprobaron, probando ellos mismos los efectos del fruto en infusión, que su
ingestión les quitaba el sueño y adoptaron la costumbre de tomarlo para sus
noches de vigilia y oración.
Ese arbusto era el cafeto y esto ocurría en torno al año 1140. Serían
los árabes quienes después distribuyeron la planta por medio mundo desde sus
primeras plantaciones en Yemen. Los holandeses iniciaron su cultivo en Java a
finales del siglo XV, los franceses en Martinica a principios del XVI
extendiéndolo después por sus otras colonias en Santo Domingo, Cayena y
Guadalupe. En la segunda mitad de ese mismo siglo ya había llegado a Cuba y
Brasil y en el XIX ya es un cultivo a gran escala, apreciado, exportado,
adquirido y consumido.
Llega a las islas Canarias
Para conocer cuándo llega el cafeto a Canarias hay que indagar en los
relatos de aquellos viajeros que llegaron al archipiélago y escribieron cuanto
vieron y observaron. Todavía en 1764 no hay constancia de que la planta se
cultive, ya que no es citada por el comerciante y marino escocés George Glas en
su exhaustiva Descripción de las Islas Canarias. Los franceses,
que ya lo habían extendido por el continente americano, lo citan en Tenerife en
1803 (Louis Gordier, ingeniero de Minas: “Con gran placer volvía a ver la
palmera, el algodonero, el cactus, el cafeto y la platanera en medio de una
vegetación frondosa y tupida que me resultaba prácticamente desconocida”) y en
Gran Canaria en 1851 (Philippe de Kerhallet, hidrógrafo y marino: “han hecho
algunas tentativas de cultivo de caña de azúcar y cafetos”).
Según José Antonio García Álamo, ex alcalde de Agaete e investigador
sobre el cultivo del café en el valle que recibe el mismo nombre que el
municipio, las primeras plantas que llegaron aquí debían proceder del Jardín
Botánico de La Orotava
(Tenerife). “El 17 de agosto de 1788 –escribe–, el rey Carlos III dictó una
Real Orden por la que se encargaba a Don Alonso Nava Grimón, Marqués de
Villanueva del Prado, que estableciera en Tenerife, en los terrenos que juzgara
más adecuados, ‘uno o varios plantíos para sembrar y plantar semillas y plantas
procedentes de América y Asia, ya que los ensayos hechos en los Reales Jardines
de Aranjuez y Madrid no habían tenido el éxito deseado, debido a los rigores
del invierno’. Con esta finalidad se creó el Jardín de Aclimatación de La Orotava y aquel mismo año
de 1788 llegó a Tenerife la primera remesa de semillas y plantas exóticas en el
navío correo San Bernardo. Es muy probable que entre esas plantas y semillas
llegadas en el San Bernardo, se encontrasen las primeras plantas de café que
llegaron a las islas”.
Jardín Botánico de La Orotava
Basándose en ello, García Álamo sostiene que “las primeras plantas de
café que se introdujeron en Agaete, durante el siglo XIX”, procedían de Tenerife,
isla con la que Agaete sostenía una intensa comunicación comercial por mar
hasta que se construyó la carretera desde Las Palmas. “El Jardín Botánico de La Orotava debió representar
un papel fundamental en la difusión de nuevas plantas exóticas por las islas
–añade–. Así se desprende por lo expresado por Millares Torres” en suHistoria
general de las Islas Canarias y cita: “La existencia, pues, del
jardín botánico es hoy una necesidad que se deja sentir en el archipiélago, no
tanto como centro de una agrupación de vegetales, aclimatados en la provincia,
sino como medio de adquirir a módico precio y sin ninguna dificultad los
árboles, plantas y arbustos que para su distracción particular necesitan los
isleños.”
Otros viajeros han hecho referencia a él en ese siglo XIX en que se
implantó en el valle de Agaete (“El café y el tabaco de Agaete pasan por ser
los mejores de la isla”, escribió el antropólogo francés René Verneau) y hasta
se asombraron de lo extendida que estaba entre la población isleña la bebida de
su infusión (Olivia Stone, después de visitar los cafetales de Agaete se
dirigió a La Aldea,
donde visitó una finca en la que “aunque hay siete cabras y una vaca, no hay ni
una gota de leche para beber y los dos niños, de tres y cinco años, beben vino
y café como si fueran adultos”). El británico Charles F. Baker, vendedor
ambulante de biblias, no dejó de beber café a todas horas en su viaje por las
islas. En Gran Canaria, se lo ponían desde el desayuno (“café, pan y leche”) a
la cena (fuera modesta, “gofio, papas y café”, o generosa, “huevos, bizcocho,
café y arroz con leche”).
IDENTIFICACIÓN
Autores: Raquel Arencibia Martín y José
Manuel Sosa Medina
(Ingenieros técnicos agrícolas de la Agencia Comarcal de Extensión Agraria de Gáldar - Gran Canaria)
(Ingenieros técnicos agrícolas de la Agencia Comarcal de Extensión Agraria de Gáldar - Gran Canaria)
Entre las variedades más antiguas y mejores de arábico
La mayor parte de las plantas de café cultivadas con fines comerciales
pertenecen a las especiesCoffea arabica L. (café arábico) y Coffea
canephora Pierre ex Fehner (café robusta), abarcando la primera de
ellas más del 75% de la producción mundial. Entre las variedades de café
(arábico y robusta), más ampliamente cultivadas en todo el mundo destacan:
typica, bourbon, mundo novo, caturra, catuai, kouillou, conillon…
En Agaete no se ha realizado ningún estudio sobre la variedad cultivada,
aunque recientemente, durante la celebración de las primeras Jornadas de
Valorización del Café de Agaete (en octubre de 2004), el profesor D. Odilo
Duarte (jefe de la Sección
de Fruticultura de la
Escuela Agraria Panamericana de Tegucigalpa, Honduras),
basándose en la coloración rojiza que presentan las hojas apicales nuevas y la
forma ondulada en los bordes de las hojas, estableció que podría tratarse de la
variedad typica. Esta es una de las variedades más antiguas de la especie Coffea
arabica y aunque hoy está en desuso en la mayoría de los países
productores, la excelente calidad de sus frutos ha hecho que se tienda a su
recuperación.
En cuanto a las características organolépticas, hay que añadir las
conclusiones emitidas por D. Albert Solá i Trill (director del Forum Cultural
del Café) quien, tras organizar una degustación en Barcelona del café de
Agaete, lo define así: “De gran calidad. Tiene un buen color amarillo verdoso.
Huele a fruta verde. Tostado, se desarrolla e hincha bien.
La bebida resultante tiene un gusto afrutado y dulce recordando el
chocolate o el regaliz. Es poco ácido. Tiene un cuerpo aceptable”.
Condiciones de cultivo
La planta requiere suelos con buena estructura física, profundos (más de 50 cms), ricos en materia orgánica y con Ph ácido o ligeramente ácido (entre 5,5 y 6). Los suelos de origen volcánico son ideales para el desarrollo del café. Las temperaturas medias idóneas son de 23ºC durante el día y 17ºC durante la noche. El exceso de calor perjudica las floraciones, reduciendo la productividad; temperaturas inferiores a 0ºC producen la desfoliación y muerte de las extremidades de las ramas. El óptimo de precipitaciones se sitúa entre los 1.200 y 1.800 mm anuales, aunque en los países productores varía entre 750 y 3.000 mm anuales.
En los países productores, las áreas de cultivo se sitúan entre los
600-1.200 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). En Canarias, Víctor Galán
Sauco recomienda altitudes de 0 a 400 m.s.n.m. para la vertiente norte y de 150
a 500 m.s.n.m. para otras vertientes [Ver información a continuación: Descripción
botánica].
Foto: Y. M. / Café tendido en la azotea de una
casa (zona alta Valle de Agaete).
DESCRIPCIÓN
BOTÁNICA
Ocho meses entre la floración
y el fruto maduro
Autores: R. Arencibia y J. M. Sosa
La planta se clasifica dentro de la familia de las Rubiáceas, en el
género Coffea, del que existen más de 60 especies de origen
tropical. Se trata de un arbusto o árbol pequeño formado por uno o varios
tallos de crecimiento vertical (ortotrópicos), que emiten ramas opuestas
(bándolas) de crecimiento horizontal (plagiotrópicas).
HOJAS: Parecidas a las del laurel o limonero, son
perennes, de color verde, más oscuras en la cara superior y situadas de forma
opuesta a lo largo de las ramas.
RAÍCES: El sistema radicular está compuesto por un
eje principal, robusto y en general corto (30-50 cm) y raíces axilares o
secundarias que nacen sobre el eje principal elemento de fijación de la planta.
Tiene ramificaciones laterales o raíces terciarias encargadas de la nutrición
mineral.
FLORES: La inflorescencia está formada por grupos
de pequeñas flores de color blanco o cremoso que nacen en las axilas de las
hojas. La primera floración se produce hacia el tercer año de vida de la planta,
alcanzando su plenitud el cuarto o quinto año.
FRUTO: Es una baya oblonga o elíptica, de color
rojo en la madurez, que contiene en su interior dos semillas o granos de café
propiamente dichos. Cubriendo a las semillas de fuera a dentro existe tres
cubiertas la piel, la pulpa, el pergamino y una película fina y plateada.
Aunque el tiempo que transcurre entre la floración y la maduración de los
frutos varía con las especies, variedades, condiciones climáticas y métodos de
cultivo, por término medio se calcula de 8 a 10 meses en laC. arabica.
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