UNA HISTORIA
RESUMIDA DE CANARIAS
ÉPOCA COLONIAL: DECADA 1921-1930
CAPITULO-VIII
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1923 septiembre 19.
Casimiro Díaz Hernández, entre la agricultura y la cabrería.
Nace en Trevejos, Vilaflor,
el 19 de septiembre de 1923, donde sus padres María Hernández Tacoronte y
Martín Díaz Tavío trabajaban de medianeros y cuidando un ranchito cabras.
Su infancia transcurrió en la
Mesa de Túnez, Arona, y como casi todos los niños de la
época, y de la zona donde les tocó vivir, la escuela fue su gran desconocida,
apenas asistió a la
Escuela Pública de Arona. Su pizarra fue, en muchas
ocasiones, una penca, le quitaba los picos, no la podía raspar nada, porque
si no la borraba, no escribía después; le quitaba los piquitos con la mano y la
iba aquellando y después con el pincho rayaba y que da la letra, ahora si la
barre no porque la rayo toda y ya se jodió.
En la Mesa de Túnez pasó su
adolescencia y le llegó su madurez trabajando de todo lo que surgiera:
carretera general del Sur, la
C-822, entre Granadilla y La Centinela. Carretera
de Vilaflor a Las Cañadas. Plantación de parras. Construcción de paredes o de
una era; y un largo elenco de tareas relacionadas con la agricultura de secano
o el transporte de pinillo y retama desde la cumbre a las medianías y a la
costa, ganaba cinco duros por cada viaje que daba. Uno diario, a través
del camino que partiendo de La
Escalona pasaba por Los Quemados, La Cabezada, la Hoyita Abreu, Llanos
de Trevejos, Boca del Cascajo, la
Montaña la Vica o por la Majaita, por el Atajo, la Cruz de la Niña, la Montaña de las Lajas,
hasta entrar a las Cañadas por Boca Tauce.
En 1943 se casó con María
Pérez Toledo, en la
Parroquia de San Pedro en Vilaflor. Los hijos fueron
llegando, al año siguiente de la boda, María; Virgilio, en 1948; Francisco, en
1950; Pedro, en 1952; Andrés, en 1954; y Lucía, en 1956. Vivió en La Escalona hasta que en
1950 se traslada a Aponte, Adeje, como medianero y a cuidar una manada de
cabras, su primera cabrería. Aquí llegó, como nos relata, en septiembre, en
plenas fiestas de La
Quinta. En esta zona fija su residencia definitiva, son años
de dedicación a la agricultura y al cuidado de las cabras. Pasó por Los Llanos,
por La Quinta,
hasta que se construyó su casa en La Asomadita, en Taucho.
Su amor por estos animales
lo muestra en algunos comentarios: hoy no hay cabreros, hoy no porque eso no
son cabreros, no saben ordeñar, si las sueltan no saben cuidarlas. También
cuando cuenta sus preferencias por cómo le gusta que sea el ganado: `porque
lo bonito es bonito en todos lados. Que sean bonitas de cuerpo, de tipo, si son
buenas de leche también, por qué no, porque den una cuarta menos de leche no
tiene que ver. Si usted quiere tener un ganado bonito, cabras bonitas que sean
bonitas de tipo, de cuerno, levantaditos, bien hechitas de ubre y recogiditas
parriba las tetas. O en el momento que narra las motivaciones de cada
cabrero para denominar a cada uno de los animales que componen la manada. Cómo
no y entonces cómo cree usted, tiene un pueblo sin nombre. Todas las
cabras tenían nombres, ¿hay persona que no tengan nombre?. No había una cabra
que no tuviera nombre, llegaba al corral y miraba y fulana, ¿dónde está?.
Estos nombres se ponen por
una larga lista de motivaciones, eso depende, el color de la cabra, otras
veces se lo ponía uno por la mala idea de la cabra, o por la cosa de la cabra
le ponía el nombre y los colores. Ejemplos numerosísimos que Casimiro
enumera con pasión, con amor, y que sobre todo se ponían por la disposición de
sus colores, como `La Fore,
le decíamos nosotros, con el fondo canelo y lunares blancas. La del fondo negro
y lunares blancos, berrenda´. Por su procedencia, Regalaá: porque
me la regalaron. Tuve tres cabras Regalaás. Una me la regaló el del correo,
otra me la regaló un gomero que está allí abajo por los Menores, chiquita. Y
otra, esa si la crié yo, la madre era aquella que yo le digo La Mosquita, le llamaba yo
también La Regalaá´.
O por el tipo de sus cuernos, por sólo aportar unas ligeras pinceladas, La Cierva, si tiene
los cuernos más empinaditos.
Casimiro ha
sido un gran observador, un extraordinario escuchante, que ha tenido que buscar
remedios para los males de su ganado. Unas veces poniendo en práctica consejos
dados y otras muchas de las veces por pura intuición, pero siempre buscando
soluciones. Y qué es lo que pasa, se muere, sea una persona, sea un animal,
se muere ¿no?, pues que se muera de una vez, vamos a hacerle esto, si escapa,
escapa, y si no …
Por sus manos han pasado
cabras a las que ha habido que tratarlas con los remedios que tenía a mano,
como la tetera o manquera, una inflamación de las ubres, y que en muchas de sus
maneras de mostrarse es mortal. Y para la que solía utilizar, aplicándole a la
ubre, el zumo pitera, la leche tabaiba o el aceite caliente.
Cada enfermedad tenía su
remedio, como la bojera, en los besos se le ponían que daban miedo, la
matábamos con sal y vinagre. El garrotejo es como decir en nosotros el
tétano, se quedaban engarrotadas, se quedaba yerta y no se echaba y se quedaba
yerta, hasta que el animal se caía al suelo con las patas tiesas así y velando.
La tontina, con la cual el animal `se ponía borracho, metía la cabeza
en un bujero y así lo llevaba velando y velando, tampoco le conseguí remedio,
se morían.
Para las cagaleras
algunas veces no había remedio, había alguna que se moría. Por qué era eso.
Empezaba una canalera negra, yo llegué a escapar algunas pero otras se me
morían, caminando se iba yendo. Si a los tres días no se le quitaba era mala
quitar. Yo llegué a usar café. Y otras veces le amarraba el rabo con una tira
fuerte y también se les paraba.
A ayudar a las cabras a
parir cuando surgía algún contratiempo lo aprendió con la experiencia que
aporta la necesidad, o como él dice: `por las buenas´. Y en algunos
momentos se interviene para salvar a la cabra, porque ya no hay remedio para la
cría. Incluso intervino en dos ocasiones en partos de mujeres, porque no había
otro remedio, aislados en algunos momentos y sin comadronas ni médicos había
que intentarlo, `que la gente era tímida, veía una cosa así y parece que
sentía tocarlas con las manos´.
Para el mal de ojo nunca
utilizó el recurso de colocarles un trapo rojo. Yo oía también decir que
cuando salían los animales de la casa, o antes de salir, decían tres veces:
Mira pa la cumbre/Mira pa la mar/ Soplale pol culo/Y dejalas estar.
No se ha
caracterizado por tener manadas con muchos animales, al realizar el recuento se
hace contando las cabras que dan leche, se cuentan las cabras grandes, de un
año pa bajo no se cuentan, solo las cabras grandes, cuando tiene el año sí.
En Aponte llegué a tener veinticinco, tenía poquitas. En La Quinta unas sesenta,
setenta y en Los Llanos llegué a tener cuarenta. Para cubrir este número de
animales con un macho bastaba, macho que sirva, salvo cuando las tenía
en La Quinta
para las que necesitaba dos machos. Cuando ya tenían cinco, seis, siete años
cambiaba el macho, si me daba buenas cabras si no pues lo cambiaba ahí mismo,
fuera.
Con este hombre de campo, de
tierra adentro, conocedor de todas las vicisitudes necesarias para la
supervivencia en años difíciles, se ha aprendido cada uno de los pasos
necesarios en cada una de las esas múltiples labores. Como cuando relató las
tareas necesarias para llevar el cereal desde la tierra hasta la mesa; o los
recursos y aprovechamiento de las cabras; sobre todo la elaboración del queso,
práctica que realizaba su mujer, María Pérez Toledo, con esa sabiduría que dan
los años.
Y aquí nos queda, por más
que nos dejara en julio de 2013. Quedan sus recuerdos, su vitalidad, su
sabiduría aprendida con los años, los que le aportaron la erudición, con la que
fue llenando el zurrón de su vida: Después de viejo si ha aprendido mucho.
(Marcos Brito, 2013)
1923 Septiembre 21.
El
Ministerio de Fomento español, pidió la entrega del Castillo de La Luz en Las Palmas de Gran
Canaria a la Junta
de Obras de los Puertos de la Luz
y de Las Palmas y por R.O. del Ministerio de la Guerra de 31 de Julio de
1924 se accede en principio a dicha petición, pero disponiéndose no se efectúe
la entrega del inmueble y terrenos anexos de 12.800 metros cuadrados
hasta tanto que la mencionada Junta tenga proyectos aprobados y en vías de
ejecución en su emplazamiento, debiendo llevarse a cabo en su día la referida
entrega con las formalidades reglamentarias.
1923 noviembre 17.
El periódico La Información
órgano de la burguesía reaccionaria y españolista en La Laguna-Tenerife
recoge: “Esta actitud se acompaña de un creciente protagonismo del modelo
instaurado por Mussolini, conocido directamente por el rey Alfonso xiii y Primo de Rivera en su visita a
Italia en el mes de noviembre.
1924. José Guerra Zerpa y José Cabrera Díaz, funda en La Habana (Cuba) el Partido
Nacionalista Canario ( PNC ).
1924. Francisco Tarajano Pérez nace en Ingenio, Tamaránt (Gran Canaria) un
15 de mayo. Desde los veinte años de edad se dedica a la enseñanza en diversos
colegios de su isla natal y en Chinet (Tenerife). En 1955, figura como profesor
de Lengua y Literatura en la
Universidad de La
Laguna.
Un
año después emigra a Venezuela, país en el que continúa su labor docente
durante dieciséis años, además de publicar siete libros didácticos. En 1972
regresa a Canarias, donde sigue impartiendo clases, hasta su jubilación, en
distintos centros educativos.
Ha dedicado toda su vida a recoger la sabiduría del pueblo canario (coplas, adivinas, décimas, romances, refranes...). Fruto de esta ardua tarea son los libros: Adivinas populares canarias (1984), Antología de adivinas canarias (1986), Más de 2.000 adivinas (1989), Adivinas canarias para niños (1990), Canarias Canta I (1992),. Canarias Canta II (1994), Agüimes en Cuba (1997) y la colaboración en el romancero La flor de la Marañuela (1954), Adivina adivinanza (1996), Gran antología de adivinas canarias (2001) y Antología de adivinas picantes (2004).
Ha dedicado toda su vida a recoger la sabiduría del pueblo canario (coplas, adivinas, décimas, romances, refranes...). Fruto de esta ardua tarea son los libros: Adivinas populares canarias (1984), Antología de adivinas canarias (1986), Más de 2.000 adivinas (1989), Adivinas canarias para niños (1990), Canarias Canta I (1992),. Canarias Canta II (1994), Agüimes en Cuba (1997) y la colaboración en el romancero La flor de la Marañuela (1954), Adivina adivinanza (1996), Gran antología de adivinas canarias (2001) y Antología de adivinas picantes (2004).
Su obra poética, iniciada en 1979, muestra una fecundidad sorprendente. Escribe como si tuviera obsesión por coger sus ayeres y su hoy o como si sintiera miedo de que se le escapara su tiempo. Sus creaciones poéticas son: Ajijidos y aguijadas en Canarias (1979), Con un abrazo de hermano (1980), Años malditos (1981), Ocho islas y... (1982), Orillas de Guayadeque (1983), Silbos cíe mi tierra (1983), Repasando caminos (1985), Caminos vulnerados (1985), Tarha (1987), Barranco arriba (1989), Barranco abajo (1989), Prosigo (1992) y Ahora y Cuando (1997).
Otras obras publicadas que merecen mención especial son: Memorias de Agüimes (seis tomos), Desde el Aguayro (2004), y Desde el Guayadeque (2004).
Se han publicado antologías de su obra: Poemas (1989), Antología de Francisco Tarajano en su propia voz (1991), Antología de Francisco Tarajano (1994) y Agüimes canta (2004).
Por su labor incansable y su genio creativo ha sido merecedor de innumerables premios y reconocimientos por parte de diversas instituciones públicas y asociaciones culturales y vecinales, como: "Añepa" en reconocimiento a los luchadores de la cultura canaria, otorgado en 1984 por Solidaridad Canaria; la Villa de Agüimes le nombró Cronista Oficial en 1983, y en 1986 le concedió el título de "Hijo Predilecto"; en 1991 el Centro de la Cultura Popular Canaria le concede la "Espiral" por su defensa de la identidad canaria; "Socio de Honor" de la Orden del Cachorro Canario en 1997; "Primer Galardón" por su gran labor en pro de la cultura canaria concedido en 2003 por la Federación vecinal MOVECAN, "Presidente Honorario" de Solidaridad Canaria desde 1990. En 2005 fue propuesto para el Premio Canarias de Literatura.
En 1985 el Ayuntamiento de Telde le pone su nombre a un colegio; en 2000, Ingenio le dedica un huerto de lectura; en 2005 la XXXV Ruta de Bentejui fue dedicada a su obra y se inaugura en la asociación cultural que lleva su nombre en Agüimes un monumento artístico.
Francisco Tarajano nos dice en el epílogo de uno de sus libros: He pretendido escribir poemas de frangollo, poemas sustanciosos, poemas rebosantes de pura y sencilla y noble y elocuente canariedad.
Algunos profesores, eruditos y especialistas en Lengua y Literatura han analizado parcial o globalmente la obra de nuestro poeta en distintos momentos de su vital trayectoria creativa. Mostramos a continuación algunas de sus opiniones.
Para Pedro Lezcano: Desde el año 79, casi a libro por año, la poesía de Paco Tarajano ha tomado partido por su pueblo, y el poeta se ha alzado, como él mismo dice, en "altavoz y transmisor de sentires canarios".
(...) Pocos cantores conocen tan hondamente las faenas y los ocios de su pueblo, sus agonías y esperanzas. Acaso ningún otro cantor canario ha penetrado, hasta mancharse, el entorno insular, y no a través del pulcro dintel de las referencias, sino por la angosta y sufrida puerta de servicio.
Para el profesor Oswaldo Rodríguez: en la poesía de Tarajano se conjugan temas trascendentes (el amor, la muerte, el dolor humano) con temas cotidianos, en apariencias intrascendentes, y manifiesta una doble tendencia: lírica y épica.
Para Sebastián Sosa Barroso: Tarajano es un nostálgico de dos tierras: la canaria y la venezolana; ahí están los polos de su extramundo y en tomo a ellos la flora, la fauna, el hombre y los nombres de las cosas autóctonas.
Para el catedrático Jesús Pérez Martín: La poesía de Francisco Tarajano procede de una inspiración y sentimiento personal, de una preocupación y un deseo de exaltar amorosamente su tierra. Es una poesía centrada fundamentalmente en su sentir, su deseo de comunicarse y se alimenta de lo inmediato; la nacionalidad, las tierras que lo vieron nacer y las tierras que le oyeron, las gentes de su tierra a las que exalta...
Para la filóloga Clara Eugenia Hernández: Francisco Tarajano presenta siempre unos temas recurrentes: su familia (reforzada desde hace unos años por su querida nieta), su tierra Canarias, ejemplificada sobre todo por Agüimes) y Venezuela (esa octava isla de la que nunca se olvida).
1924.
La Fonda de José Galán Sánchez en Puerto de Cabras, 1884
Casado
con doña Benigna Pérez Alonso, José Galán Sánchez es uno de los
"residentes" del antiguo cementerio de Puerto de Cabras donde, por
morirse, le enterraron a la edad de 48 años. En vida ejerció diferentes
ocupaciones, desde vendedor de aguardientes al por menor hasta concejal,
secretario y recaudador, además de su ocupación hostelera, que ejercía junto a
su mujer en la calle del Puente, esquina al barranco del Pilón.
Situémenos.
Al año siguiente de registrarse en Puerto de Cabras la caída demográfica de
1883, consecuencia de la crisis de la cochinilla, llegaban a la localidad dos
ilustres viajeros: Mr. Harris Stone y su esposa Olivia M. Stone; ésta última
con inquietudes literarias. De la situación que vió y de la que le contaron
dejó constancia en su obra "Teneriffe and its six satellites or The Canary
Islands Past and Present". Usaremos la traducción de lo tocante a nuestra
isla, realizada por Marcos Hormiga Santana: "Fuerteventura: 1884 por
Olivia M. Stone" y publicada por el Cabildo Insular en 1995..
Aunque
aquellos turistas ingleses del siglo XIX desembarcaron en Corralejo para
emprender su periplo a joroba de camello, nos interesa su estancia en Puerto de
Cabras, al que describe como "pueblito construido en la parte más empinada
de la orilla, y tan inclinadas son sus calles, que apenas hay una casa que no
tenga vista al mar..."
Cuando
esto anotó doña Olivia, aún no tenía Puerto de Cabras su muelle, que
construirían los propios vecinos diez años después de aquella visita. Por eso
nos habla la inglesa de almacenes y casas en torno a la playa del embarcadero,
donde gustaba escorarse en los barquillos para ver la llegada del correo; casas
que se alineaban a los tres caminos que sirvieron de ejes embrionarios de la
futura ciudad.
En
este entorno estaba el inmueble que compró José Galán Sánchez en 1881 para
convertirlo en fonda y despacho cuando, además, ejercía de recaudador
municipal. Allí, en aquel edificio de la calle del Puente, junto a su esposa,
ejerció también de hostelero, donde años después veríamos "La
tinerfeña", otra casa de huéspedes que reabrió Francisco de Vera Manrique
y donde, por ejemplo, se agasajó al primer gobernador civil de la provincia de
Las Palmas, en 1928.
Pero
volvamos al inmueble que nos ocupa para describirlo en palabras de Olivia M.Stone,
según la traducción citada:
"Nuestra fonda es una casa pequeña y curiosa, con
una forma rara. La puerta de la calle da directamente a un patio pequeño. A la
izquieda, donde comemos, hay una habitación sin ventana. Parte de ella es una
tienda y está separada por un tabique. A la derecha una pared alta separa el
patio y la calle, pues la casa hace esquina. Fuera del patio se alza una
escalera que termina en un pequeño balcón de madera al que dan dos
habitaciones. Una es la sala o salón, la otra, que contiene dos camas, es una
habitación de forma irregular, pues las paredes no corres paralelamente. desde
cada una de estas habitaciones se llega a otras dos; una es un dormitorio y la
otra un despacho, donde el buen señor de la casa, un recaudador de impuestos,
realiza su trabajo. No obstante, nos lo cedió, y puso a mi disposición, mesa,
papel y tinta".
Y
concluimos: Aquel inmueble que sirviera de "hotel" y de mesón,
aquella fonda donde escribiera sus notas la viajera inglesa, aún se mantiene en
pié, aunque en muy mal estado en la calle Ruiz de Alda de Puerto del Rosario.
(Francisco Javier Cerdeña Armas)
1924.
Uno de sus rasgos característicos
fue el asociacionismo canario creando delegaciones de la Asociación Canaria
por toda la Isla,
que dieron pie a centros sanitarios y a un importante movimiento periodístico.
Una parte minoritaria de éstos dio lugar en los años 20 a la creación del
Partido Nacionalista Canario y su órgano de expresión, El Guanche.
La emigración canaria se extiende desde el último tercio del siglo XVII en la provincia de La Habana, y en menor medida por la región central de la isla. Gracias al tabaco, esos nuevos pobladores transforman la economía insular y marcan el comienzo de una etapa de crecimiento económico marcada por las exportaciones. En 1693 con familias canarias nació Matanzas. Los canarios no se dedicaron exclusivamente al cultivo del tabaco, explotaron pequeños huertos para abastecer de maloja (alimento para el ganado) o de vegetales a los centros urbanos. Un volumen significativo del pequeño comercio estaba en sus manos. El tráfico con Canarias fue el punto de partida para la formación de elites mercantiles isleñas que se integraron dentro de los estratos altos de la sociedad cubana. Sin embargo la mayoría lucha por acceder a la tierra y por obstaculizar el desarrollo de los privilegios señoriales de los terratenientes cubanos, como los de Bejucal y Nuestra Señora del Rosario en 1713 y 1731 respectivamente. Jalón esencial en esa lucha sería Santiago de las Vegas, constituida en villa en 1775, tras un dilatado pleito. La Corona quiso monopolizar el tabaco a través del monopolio estatal. En 1717 se estableció el Estanco, frente al que se opusieron los vegueros con motines. La represión alcanzó su punto culminante en 1723. Once serían los fusilados y más de 50 los muertos.
La emigración de varones será la predominante en la
segunda mitad del XVIII a causa de las mayores dificultades de acceso a la
tierra y la menor rentabilidad del cultivo del tabaco. La liberalización de la
trata de esclavos en 1789 ocasiona su introducción masiva, favorecida por la
rebelión de los esclavos en Haití. Este cambio cualitativo coincide con una
grave crisis económica en Canarias. Aunque entre 1783 y 1791 creció sin cesar
el número de vegueros, la situación cambió radicalmente. Los que cultivaban las
tierras a censo y por arrendamiento se vieron obligados a dejarlas y a
dirigirse hacia zonas más alejadas como Pinar del Río, que se convertirá en la
célebre Vuelta Abajo, el centro tabaquero por excelencia. Los hatos se
transformaron en plantaciones. El choque entre hacendados y cultivadores se
hizo evidente en Güines y San Antonio de los Baños. Una parte considerable de
los cultivadores serían expulsados de sus tierras, para ser sustituidos por
mano de obra esclava en las nuevas plantaciones azucareras.
La emigración a Cuba en el siglo XIX.
La emigración a Cuba en el siglo XIX.
Tras la crisis del viñedo en 1814, la migración se
centró únicamente en Cuba y Puerto Rico, dado el conflicto bélico reinante en
Venezuela. Son años de intensa migración en la que los canarios se dedican en
la provincia de La Habana
al abastecimiento interno o trabajan como mayorales de las plantaciones
azucareras. Se extienden por el occidente y el centro de la isla y en menor
medida por el oriente, dedicado esencialmente al cultivo del tabaco. Desde los
años cuarenta del XIX se asiste a un proceso de paulatina sustitución de la
mano de obra esclava por asalariados agrícolas La política gubernamental
rechazaba la colonización blanca. Veía en el predominio de la esclavitud un
freno a las tendencias independentistas. En el marco de la Guerra de los Diez Años
(1868-1878), la emigración canaria era considerada por los autonomistas y
separatistas cubanos como diferenciada de la peninsular, lo que llevó a
contraponerla y potenciarla. La fórmula habitual de la emigración era la
contrata. La complicidad y el fraude presiden la actuación de las clases
dominantes canarias. La extinción definitiva de la esclavitud tuvo lugar en
1886. Se calcula entre 50.000 y 60.000 el total de los emigrantes isleños en la
segunda mitad del XIX. La zafra de 1887 fue la primera que se hizo
completamente con asalariados. Los conflictos bélicos hicieron que no fluyera
el número de canarios deseados a pesar del crac de la cochinilla desde 1875.
La emigración a Cuba en las tres primeras décadas del XX.
La emigración a Cuba en las tres primeras décadas del XX.
La emigración canaria a Cuba tras la independencia y
la reactivación económica que le siguió con la inversión de capitales
norteamericanos, proporcionaba a la
Isla campesinos experimentados en compaginar todo tipo de
labores agrícolas. Será una migración con un alto porcentaje de varones y de
retornados, que invertían sus ahorros en Canarias, favoreciendo la división de
la gran propiedad especialmente en los altos de los pueblos. Las diferencias
salariales entre un lado y otro y la elevada cotización del peso cubano
estimularon ese retorno en una época de bonanza en las islas con la
reactivación económica gracias a los nuevos cultivos de exportación (plátanos,
tomates y papas). Se intensificó a partir de 1910, y especialmente entre
1915-20 por las graves consecuencias de la Primera Guerra
Mundial. El bienestar económico cubano llega a su cenit por esos años. Pero en
1921 se originó un impresionante derrumbe. Hubo una cierta recuperación
económica entre 1923-24, mas el crac del 29 trajo consigo el hundimiento
definitivo de la migración.
Una parte de la emigración se canalizó hacia el tabaco
en Pinar del Río y la región central de la isla, y otra hacia la caña de azúcar
en Oriente. Un 30% se quedó definitivamente en la isla, mientras que el resto
retornó. Eran éstos últimos fundamentalmente varones jóvenes empleados en las
labores de las zafras tabaqueras o cañeras, en el cultivo de frutales o en la
venta ambulante. Los que se quedaban en su mayoría eran cultivadores de tabaco
o colonos cañeros que traían a sus familias o se casaban con hijas de canarios.
En las vegas se iniciaban como trabajadores a la parte de los beneficios. Con
sus ahorros en épocas de bonanza compraban luego propiedades, asentándose definitivamente
en ellas, como era característico de la zona de Sancti Spiritus donde los bajos
precios de los terrenos hasta entonces montuosos favorecieron el asentamiento
de la población en esa región, con una presencia canaria que era muy numerosa.
La deserción del servicio militar, sobre todo en los momentos álgidos de la Guerra de Marruecos, fue
también otro de sus alicientes. Uno de sus rasgos característicos fue el
asociacionismo canario creando delegaciones de la Asociación Canaria
por toda la Isla,
que dieron pie a centros sanitarios y a un importante movimiento periodístico.
Una parte minoritaria de éstos dio lugar en los años 20 a la creación del
Partido Nacionalista Canario y su órgano de expresión, El Guanche.
(Manuel Hernández González, 2007)
1924 Enero 2.
Fue
declarada inútil para el servicio al Batería de San Antonio que formaba parte
de las defensas de la ciudad de Santa Cruz de La Palma.
Con
una superficie de 150,00
m2, situada en la Calle de la Marina, inmediata al antiguo Astillero, lindando
por el N.S. y E. con la playa y por el o. con la referida calle, no quedando en
la actualidad vestigio alguno de ella, que al igual de las de San Felipe, San
Pedro y Santa María de Saboya, fueron construidas en el siglo XVIII costeadas
por el antiguo Cabildo, ayudado por el patriotismo y munificencia del pueblo,
siendo artilladas y municionadas por la referida Corporación. Tenía la forma de
un semicírculo, cuya gola estaba abierta a la calle de La Marina, la construcción fue
de mampostería corriente con algún sillar y cantos rodados, y tenía una
explanada con tres troneras; estaba inscrita en el Registro de la ciudad el l0
de Octubre de 1900, al folio 27 del tomo 404, libro 45 de dicho Ayuntamiento,
finca número 1426, incripción la. Por R.O.C. de 2 de Enero de 1924 (D.O. n. 3)
fue declarada inadecuada para los servicios del Ejército disponiéndose su
venta. Esta Batería, cuyo emplazamiento exacto se desconoce, parece estuvo
donde hoy se hallan las oficinas de las Obras del Puerto. (En: José María Pinto
y de la Rosa.
1996)
1924 Enero 2.
Por
Real Orden de la metrópoli se dispone la venta de la batería Nº 2, anexa al
Castillo de San Joaquín, en la
Cuesta de Arguijón, La Laguna.
Inscrito
en el Registro de la
Propiedad al folio 97 del tomo 308, libro 90 del Ayuntamiento, finca n° 5965,
inscripción la, con una superficie de 55,00 m2 y linda al Norte con tierras de los
herede ros de D. Bernardo Espinosa, al Sur con la serventía del
Cuartelillo y terrenos de D. Francisco
Hernández, al Oeste con los mismos y al
Este con otros de D. José Rodríguez Rodríguez.
Se
halla situado al lado opuesto de la anterior del camino de Santa Cruz a La Laguna, con cota de 300 metros distando unos
5 kms del mar; esta batería no sólo flanqueaba al Castillo de San Joaquín sino
que ayudaba a la número 1 a
impedir el paso de fuerza enemiga que quisiese internarse en la isla una vez
tomado Santa Cruz. Tenía un alojamiento de 22,11 m2 capaz para unos 8 hombres y su armamento consistía
en dos piezas de hierro sobre polines, sin más señal de batería que una pared
de piedra en seco.
En
diversas ocasiones se dispuso su venta y últimamente por R.O. de 2 de Enero de
1924 (D.O. n° 3). En un informe de la Comandancia de Ingenieros de 10 de Octubre de
1843 se dice en relación con éstas: «Baterias
numero 1º y 2°,- La del n° 1 que consiste en un pequeño emplazamiento terrizo
cubierto por una pared de piedra en seco en forma de barbeta, para poder servir
en su espacio dos piezas de artilleria, está situada a unas 50 varas del Camino
de esta Plaza a La Laguna,
en donde se divide el camino para el pueblo de Candelaria, teniendo a su
espalda un Cuerpo de Guardia cubierto de tejado a un agua, con puerta y dos
ventanas (10 ocupa un dependiente del portazgo alli establecido).- El objeto de
esta Bateria como la del nº 2 que es de la misma naturaleza y disposición y que
está a unas (en blanco} varas de la del n° 1º,
situada al otro lado del camino a La Laguna y frente al puente de Zurita sobre el
barranco de Santos (i} es el de proteger la retirada por el camino a La Laguna en caso de tener que
abandonar la plaza». (José María Pinto de la Rosa, 1996).
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