1997 junio 20.
Falleció el viernes, a los 81
años de edad, Veremundo Martin Garcia (1916.1997) Bachillwer, cabo de oficinas
militares, maestro nacinal, deirector del colegio “Guajara”, profesor de
bachillerato. Entrenado del club de futbol “Marino” de Los Cristianos.
secretario fundador del casino, alcalde de Fasnia y secretario de la junta
parroquial de San Joaquín1
En la primera mitad del siglo XX
Fasnia destacó por ser uno de los pueblos de Tenerife con mayor número de hijos
dedicados al Magisterio, lo que resulta más llamativo si tenemos en cuenta su
baja demografía. En este trabajo vamos a recordar a uno de estos hombres
entrañables que eligió la difícil pero ilusionante carrera docente, don
Veremundo Martín García. Tras obtener los títulos de Bachiller y Maestro de
Primera Enseñanza, durante más de cuatro décadas desarrolló una destacada labor en La Victoria
de Acentejo, Los Cristianos, San Sebastián de La Gomera, Sabina Alta y
Fasnia; en esta última localidad ejerció como director del colegio durante 19
años, hasta su jubilación, y en todos sus destinos recibió numerosos votos de
gracia. Además, fue combatiente en la Guerra Civil, cabo de oficinas militares y
subayudante de su Batallón, entrenador del “C.F. Marino” de Los Cristianos,
delegado del Frente de Juventudes en La Gomera, profesor particular de Bachillerato en
casi todas las
localidades mencionadas, secretario
fundador del Casino, teniente de alcalde y alcalde de
Fasnia, secretario de la Junta
parroquial de San Joaquín, etc.
Nuestro biografiado nació en
Fasnia el 10 de marzo de 1916, a las siete de la mañana, siendo hijo de don
Domingo Martín Díaz y doña Evarista García Delgado. El 28 de ese mismo mes fue
bautizado en la iglesia de San Joaquín por el cura párroco don Luis Navarro
Nóbrega; se le puso por nombre “Veremundo Alejandro” y actuaron como padrinos
don Manuel Santana y su esposa doña María Díaz.
Don Veremundo cursó los estudios
primarios en la escuela pública de Fasnia, en la que se sucedieron por entonces
varios maestros: don Ricardo Navarro Palmer, don José Schwartz Hernández, don
Antonio Santana Díaz, don Emiliano Díaz Castro y don Agustín Gómez Verdier.
También estudió algún tiempo con don José Rodríguez Campanario y en la academia
particular que regentaba el cura fasniero don Celso González Tejera en la casa
parroquial, a la que asistían una docena de niños, de los que varios siguieron
la carrera del Magisterio (don Francisco González López, don Domingo Chico
González y el propio don Veremundo).
Preparó el Ingreso con la ayuda
del citado maestro Gómez Verdier y lo superó en el Instituto de La Laguna. Luego cursó
el Bachillerato en el Establecimiento de Segunda Enseñanza de Santa Cruz de
Tenerife, donde tras seis años de intenso estudio concluyó las dos especialidades,
Ciencias y Letras. A continuación hizo el preparatorio para la Licenciatura de
Pedagogía, pero a pesar de haber estudiado con intensidad a lo largo de un año
no llegó a examinarse, con motivo del inicio de la Guerra Civil.
A principios de 1937 se incorporó
al servicio militar en el arma de Infantería y fue destinado a las oficinas
militares, quedando a cargo del suministro de la cocina. Al poco tiempo
ascendió a cabo, graduación con la que embarcó para el frente, en el que
permaneció durante 20 meses y 19 días en primera línea de fuego. Sin embargo, a
pesar de que se lo sugirieron, no quiso hacer los cursos para alférez
provisional.
Durante la Guerra estuvo destinado en
Aranda del Duero, Frente de Zaragoza (Suera del Gállego y Peñaflor del
Gállego), Guadalajara y Frente de Madrid. En 1938 se incorporó a los Flechas
Verdes, divisiones mixtas
con italianos, con
los que pasó
por Calatayud (Zaragoza) e
intervino en la ofensiva sobre Cataluña, donde rompieron el frente por Fraga
(Lérida) y entraron en Barcelona. Pasó a Arenys de Mar, donde permaneció unos
tres meses; de allí se dirigió a Gerona por la costa, pasando por Llagartera y
Labisbel, para regresar de nuevo a Arenys de Mar; continuó en esta localidad
hasta la ofensiva del Centro. Con motivo de ésta partió con los Flechas Verdes
y atravesó el Puente de Toledo, Ciruelos, Chinchón y Cuenca, hasta llegar a
Albacete. De allí pasaron a Almanza y Yecla (Murcia), para regresar a Almanza y
dirigirse posteriormente a Alpesa (Albacete).
Desde esa última localidad fue
destinado a Tenerife, permaneciendo en La Orotava hasta octubre de 1939, en que lo
desmovilizaron. Mientras sirvió en la
Villa le negaron el ascenso, a causa de los antecedentes
políticos familiares, pues su padre había sido primer teniente de alcalde
socialista del Ayuntamiento de Fasnia durante el Frente Popular; no obstante, actuó como si
fuese sargento efectivo. Por los méritos contraídos durante su participación en
la contienda bélica le fueron concedidas varias condecoraciones: la Medalla de Campaña, una
Cruz Roja y una Cruz de Guerra pensionada; también se le expidió el carnet de
ex-combatiente.
Tras la desmovilización hizo el
curso de Bachiller-Maestro en la Escuela Normal de La Laguna, para lo que tuvo
que estudiar libremente 17 asignaturas, entre ellas: Religión, Caligrafía, Dibujo,
Trabajos Manuales, Pedagogía
y Música; sólo
le quedaron tres asignaturas: Historia de la Pedagogía, 1º y 2º de
Música, de las que aprobó las dos primeras en enero de 1941, mientras que la Música de 2º fue superada
gracias a la comprensión de doña Mercedes Machado. El título profesional de
Maestro de Primera Enseñanza le fue expedido en Madrid el 27 de marzo de 1941,
pero en ese año no pudo hacer oposiciones por no pertenecer a la Falange.
Por entonces, en 1940 don
Veremundo había sido movilizado de nuevo como cabo de oficinas militares, con
motivo de la II Guerra Mundial,
desempeñando las funciones de subayudante del Batallón de Infantería destinado
en Los Cristianos y Adeje. Permaneció en esta situación durante unos tres años.
Durante esta segunda movilización
obtuvo su primer destino como “maestro interino militarizado”, que fue la
escuela de niños de La
Victoria de Acentejo, a cuyo frente permaneció del 12 de
noviembre de 1941 al 9 de febrero de 1942, con un sueldo de 4.000 pesetas
anuales; en ese tiempo tuvo que compatibilizar su actividad docente con la
asistencia a las oficinas militares. Como premio a su brillante “labor Escolar
y Religiosa”, recibió una felicitación y un voto de gracia por parte de la Junta local de Primera
Enseñanza de dicha villa, de la que era secretario el cura párroco don Valentín
Marrero Reyes.
Del norte pasó al sur de la isla,
al ser nombrado maestro interino de Los Cristianos (Arona) en febrero de 1942,
con el mismo sueldo. En esta localidad continuaría cumpliendo su servicio
militar, al que dedicaba todos los días libres y períodos vacacionales,
incluyendo dos veranos, hasta que fue definitivamente desmovilizado. Por
entonces, el 16 de febrero de 1943 se le vino a expedir en La Laguna el título de
Bachiller.
Permaneció en esta segunda
escuela durante siete años y medio, en el transcurso de los cuales se preparó
las oposiciones, a las que se presentó en 1944; se celebraron en el
Establecimiento de 2ª Enseñanza de Santa Cruz de Tenerife y las superó con
éxito, previa la obligatoria “depuración” política. Gracias a su nueva
capacitación, el 1 de febrero de 1945 su sueldo ascendió a 6.000 pesetas
anuales y el 26 de septiembre de ese mismo año recibió el nombramiento de
propietario provisional.
Como reconocimiento a su “labor
docente y religiosa” recibió una “amplia felicitación” y un voto de gracia de la Junta local de Primera
Enseñanza de Arona, de la que era secretario el párroco don Ricardo Díaz
Delgado. Asimismo, se le concedió otra “amplia felicitación” por el
alcalde-presidente del Ayuntamiento de dicha localidad, por su “labor docente
en la Escuela
de Los Cristianos”. Pero don Veremundo hubo de dejar esta escuela el 31 de
agosto de 1949, al ser ocupada su plaza por un propietario definitivo, don
Mario Monteverde.
Mientras estaba avecindado en Los
Cristianos, el 8 de abril de 1944, a los 28 años de edad, contrajo
matrimonio en la
parroquia de San
Joaquín de Fasnia
con doña Úrsula González y González, hija de don Luis
González González y doña María González Delgado, naturales y vecinos de dicho
pueblo; celebró la ceremonia fray Manuel García Fernández, de la Orden de Predicadores, y
actuaron como padrinos don Justino Hernández Monroy y doña María Doris
González, siendo testigos don Celedonio González y don Manuel P. Parodi.
Durante su estancia en Los
Cristianos, don Veremundo tuvo también una destacada actividad social y
deportiva. Dio clases particulares de cultura general y de preparación para el Bachillerato
y la carrera
de Comercio, que
interrumpió en 1944,
al ser designado entrenador del “Club de Fútbol
Marino”, que por entonces se estaba formando; además, colaboró en la dirección
del equipo, gestionó las fichas y buscó un local social, con lo que toda la
juventud de Los Cristianos pasó a pertenecer a la incipiente sociedad. Esta
extraordinaria labor deportiva y social
le fue comunicada por el
alcalde a la Dirección
provincial de Falange, gracias a lo cual le concedieron dos puntos extras con
efectos en concursos de traslado.
Asimismo, fue secretario de la Junta Local de Primera Enseñanza de Arona. En febrero de 1946 se le concedió un
Diploma del Frente de Juventudes “por su extraordinaria
labor docente y ciudadana en Los
Cristianos”. Pocos meses después, en julio de ese mismo año, se le concedió el
premio “Luis María Sobrado” del Frente de Juventudes, por unos murales
confeccionados en el colegio.
Sin embargo, en 1947, a causa de
una caída, don Veremundo se partió un brazo y recibió un
fuerte golpe tanto
en la cadera
como en la
cabeza, lo que
le provocó una hemorragia de oído. Se recuperó en la
clínica de don Pedro de las Casas, en Adeje, donde estuvo ingresado durante 15
días, dos de ellos sin conocimiento. Por este motivo, tuvo que dejar los
entrenamientos y el fútbol.
Don Veremundo, en una rogativa
con la Virgen
del Carmen de Los Cristianos por la sequía de 1948. Es el que está más cerca de
los cargadores, a la izquierda de la imagen.
[Foto reproducida por Marcos
Brito].
De Los Cristianos nuestro
biografiado pasó a San Sebastián de La Gomera, donde el 1 de septiembre de 1949 tomó
posesión como propietario definitivo de la escuela de niños de Chejelipe de
Arriba, con un sueldo de 8.400 pesetas. Permaneció en este destino durante dos
años, en el transcurso de los cuales también dio clases particulares de Primera
Enseñanza a unos 22 alumnos, mientras que su esposa impartía Corte y Confección
a unas 19 alumnas; gracias en parte a este sobresueldo pudieron construir su
casa de Fasnia. En esta etapa, el Sr. Martín García ocupó el cargo de delegado
del Frente de Juventudes en la capital gomera.
El 1 de septiembre de 1951, el
Sr. Martín tomó posesión, en virtud de concurso de traslado, de la escuela de
niños de Sabina Alta, en su municipio natal, en el que ya fijó definitivamente
su domicilio. Ejerció en este barrio de los altos de Fasnia durante diez años,
en los que además dio clases particulares de cultura general y Bachillerato en
la propia escuela, fuera del horario escolar. Su labor docente en este barrio
fue recompensada por la
Junta Local de Primera Enseñanza con un voto de gracia,
concedido el 22 de julio de 1955.
En esa época comenzó también su
actividad política y social, pues en 1960 resultó elegido concejal y 2º
teniente de alcalde del Ayuntamiento de Fasnia. Durante cinco años asumió
grandes responsabilidades, que le fueron delegadas por el alcalde-presidente
don Miguel Suárez González. En ese período se instaló la corriente eléctrica en
Fasnia y La Zarza,
y se construyeron dos escuelas en este último barrio, así como viviendas para
los maestros.
El 1 de septiembre de 1961 tomó
posesión, por un último concurso de traslado, de la escuela de niños nº 3 de
Fasnia. En 1964 fue elegido director del colegio, cargo en el que permaneció
durante 19 años, hasta su jubilación. En esta etapa se construyó el actual
colegio “Guajara” y se sucedieron los reconocimientos a su labor docente: un
voto de gracia por la Junta
local, el 16 de julio de 1965; dos votos de gracia por la Inspección de Enseñanza
Primaria, el 20 de diciembre de 1965 y el 19 de diciembre de 1966; una
felicitación por dicha Inspección, en marzo de 1969; y otro voto de gracia,
también por la Inspección,
el 7 de octubre de 1973.
Una vez establecido en Fasnia
comenzó a dar clases particulares de Bachillerato en la propia escuela y luego
en un local de la carretera. Posteriormente, la Delegación provincial
de Cultura le concedió un aula de Bachillerato Radiofónico, que llegó a contar
con más de 40 alumnos; el Estado le pagaba una parte del sueldo y el resto lo
cubrían los propios alumnos; las clases eran nocturnas y le ayudaban otros dos
maestros, su propia hija y don Arístides Romero Reyes, que impartía Matemáticas
y Naturales.
Por esa época, en 1962 el Sr.
Martín García participó en la creación del Casino de Fasnia, formando parte de
su primera junta
directiva como secretario
fundador, bajo la presidencia de
don Jorge Rodríguez; permaneció en el cargo durante varios años, hasta que se
liberó la hipoteca que se había impuesto sobre los propios bienes de los
directivos.
El 27 de enero de 1972 fue
nombrado alcalde de Fasnia por el gobernador civil de la provincia, previa
la conformidad de la
Dirección General de
Administración Local, por
renuncia de su antecesor don Francisco González. El 3 de febrero inmediato tomó
posesión de la Alcaldía,
aceptando el cargo por consejo de los jefes provinciales y con la condición de
que fuese apoyado. El día 5 de este mismo mes, el periódico La Provincia de Las Palmas
de Gran Canaria se hizo eco de su nombramiento, bajo el titular “Nuevo alcalde
de Fasnia”: “Ha tomado posesión de sus cargos el nuevo alcalde y jefe local de
la localidad de Fasnia, en el sur de Tenerife, acto que estuvo presidido en
nombre del gobernador civil y jefe provincial, por el subjefe del Movimiento,
don José Estévez Méndez, en unión del inspector provincial, señor Acha Meneses.
Tras la toma de posesión del nuevo alcalde de Fasnia, don Veremundo Martín
García, hizo asimismo uso de la palabra el alcalde saliente, cerrando el acto
el subjefe provincial”.
De su brillante gestión municipal
merecen destacarse varias obras: la construcción y dotación del nuevo colegio
de la localidad, por unos 25 millones de pesetas; la construcción del
polideportivo y dos aulas anejas a dicho colegio; la apertura de la calle que
comunica la Avenida
Pérez Cáceres con la carretera; la repavimentación y ensanche
de la carretera de Los Roques a La
Zarza, por un presupuesto que superó los 30 millones; la construcción
de la carretera entre La Zarza
y la Cruz del
Roque, por cerca de 40 millones; la instalación de luz eléctrica en Sabina
Alta, La Sombrera,
Cruz del Roque y Apartadero; etc.
Desempeñó la máxima
responsabilidad local durante cinco años, hasta el 1 de junio de
1977, en que decidió libremente
dejar la Alcaldía,
siendo sustituido interinamente por don Manuel Oliva Pérez. Como curiosidad,
don Veremundo había solicitado la excedencia del Magisterio para dedicarse por
entero a la Alcaldía,
pero el Gobierno Civil no se la concedió, por lo que tuvo que compatibilizar su
cargo político con la dirección del colegio.
Casi al final de su actividad
profesional, el 23 de abril de 1982 el Sr. Martín asistió a una comida íntima
organizada por sus compañeros del colegio, quienes le entregaron una placa
conmemorativa: “En reconocimiento a su labor como Director del C.N. Guajara de
Fasnia, de sus compañeros”.
Don Veremundo, que como hemos
visto recibió a lo largo de su dilatada carrera numerosos votos
de gracia de
ayuntamientos e inspectores,
alcanzó la jubilación
del Magisterio el 10 de marzo de 1983, a los 67 años de edad, 42 de
ellos dedicados a la docencia. Ese mismo día se le tributó un homenaje en el
patio de su colegio de Fasnia, en el transcurso del cual se representaron obras
de teatro, se recitaron poesías, etc.; asimismo, se le entregaron diversas
placas: “Los alumnos del C.P. Guajara de Fasnia, en agradecimiento a su labor
como Maestro y Director, en el día de su Jubilación”; “Sus compañeros, en
reconocimiento a su labor docente, como Maestro y Director, en el día de su
Jubilación”; “A Veremundo Martín García, sus ex-alumnos y amigos en su
jubilación”.
Finalmente, se le tributó un
nuevo homenaje popular en el Club Náutico de Güímar, al que asistieron los
ex-alumnos de Fasnia, compañeros, amigos, diversas autoridades, el
inspector jefe y
otros dos inspectores
de E.G.B.; en el transcurso
de dicho acto
se le entregaron diversos
regalos, entre ellos uno concedido por CajaCanarias y otro por el Ayuntamiento
de Fasnia. Fue un acto muy emotivo, que don Veremundo agradeció con voz
entrecortada.
Sus mayores
aficiones fueron el
fútbol y la
gimnasia. También trabajó
en la Agricultura y, tras su
jubilación, se volcó en el cuidado de un par de fincas que poseía en la “Suerte
Atravesada”, dotadas de casa, charca, cobertizo y unos 40 árboles, entre los
que se encontraban naranjeros, limoneros, ciruelos y bicacos, que atendía con
cariño.
El último cargo que ocupó,
durante algunos años, fue el de secretario de la Junta Parroquial
de San Joaquín de Fasnia, pues dado su entusiasmo y vitalidad aún le quedaba
mucho que aportar a los demás.
Fallecimiento y descendencia
El maestro nacional don Veremundo
Martín García falleció el viernes 20 de junio de 1997, a los 81 años de edad,
después de recibir los Auxilios Espirituales. A las tres y media de la tarde
del día siguiente se efectuó el sepelio, desde la cripta de San Joaquín de
Fasnia a dicha parroquia, en la que se oficiaron las honras fúnebres y a
continuación recibió sepultura en el cementerio de San Isabelino de dicha
localidad.
El jueves 26 de ese mismo mes, a
las siete de la tarde, se ofició una misa por su alma en la misma iglesia de
San Joaquín, a la que invitaban, en sendas esquelas publicadas en El Día, tanto
sus familiares como el párroco y la Junta Parroquial de Fasnia. Y el domingo 20 del
mes de julio inmediato se ofició otra misa en la misma parroquia, a la que
invitaba en una esquela publicada en El Día el alcalde y la Corporación municipal,
como reconocimiento al “Ex Alcalde del Iltmo. Ayuntamiento de Fasnia”.
Le sobrevivió su esposa, doña
Úrsula González González, quien murió el sábado 8 de septiembre de 2007, a los
88 años de edad, después de recibir los Santos Sacramentos. A las tres y media
de la tarde del día siguiente se efectuó el sepelio, desde la sala nº 5 del
Tanatorio Tenerife a la iglesia parroquial de San Joaquín de Fasnia, en la que
una hora después se oficiaron las honras fúnebres, y a continuación recibió
sepultura en el cementerio de San Isabelino de dicha localidad.
En el momento de su muerte
continuaba viuda de don Veremundo Martín García, con quien había procreado una
única hija: doña Irene Inés Martín González (1945), también maestra, que
contrajo matrimonio con don Antonio Tejera Gaspar, natural del Río de Arico,
catedrático de Etnología y Prehistoria de la Universidad de La Laguna, concejal de Fasnia,
delegado territorial de Cultura de la provincia, asesor del Gobierno de
Canarias y Premio Canarias de Patrimonio Histórico, con sucesión2. (Octavio
Rodríguez Delgado)
[blog.octaviordelgado.es]
Notas:
1 Sobre este personaje puede verse también el
artículo de este mismo autor: “Personajes del Sur (Fasnia): Don Veremundo
Martín García (1916), maestro, entrenador de fútbol y alcalde de Fasnia” (I y
II), El Día (La Prensa
del domingo), 13 y 20 de marzo de 1994. Con posterioridad, la reseña biográfica
se ha visto enriquecida con nuevos datos.
2 Doña Irene y don Antonio han
tenido dos hijos: don Jorge Luis y don Lorenzo Tejera Martín.
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