LAS DATAS DE ACENTEJO
Y
BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LOS DATADOS
CAPITULO IV
Eduardo Pedro García Rodríguez
1.356-26.—Juan Benítez. Como a v° e conquistador
q. fuistes destas islas y por los muchos trabajos q. en estas conquistas hovistes os
do... un pedazo de tas. de s. q. son en Asentejo para sembrar pan, las
cuales dhas. tas. habéis de echar la linde desde un pino q. está “en hante
de la ranbla honda estuvimos el día del desbarato de Asentejo”[1] y ha de
venir la linde dende aquel pino atravesando fasta un barranco primero como
vamos a La Laguna y dende este linde hasta la montaña, os do las dhas.
tas. q. han por linderos la rambla honda hasta la montaña y de la otra parte de abajo
está dha. linde y del otro lado el barranquillo suso dende están unos buréeos
como vamos a La Laguna y de la otra parte de arriba la montaña. Digo q. vos do 250 f . 10-11-1502.
Este invasor y colono al igual
que el resto de los parientes de Alonso de Lugo que le acompañaron en la
invasión, conquista y depredación de la isla, recibió importantes datas.
Además de las tierras de Acentejo
obtuvo los repartimientos siguientes:
“Juan Benitez [sic]. 2 suertes de tas. de r. q. son en Taoro, q. fueron
dadas a Narváez e a Varera [sic], se vos dan a vos como conquistador. Vos las do
por cuanto no vinieron a residir. 7-VII-1503. [Reverso: Como a conquistador las
tas. q. di antes a N. e Varea encima del acequia y para en q. ficiesen viñas.
Q. se vos asienten con tal q. no sean de r. 6-VII-1503.” . Esta data le fue
confirmada doce días después: “Unas Tas. de r. q. yo di a Varea y Narváez en el
agua del Araotava, 9 f .
las cuales teneis asentadas en el Registro del Repartimiento de las tas., yo
vos mando q. las rapeis del Registro y las asenteis a J.B. como a vesino
conquistador [testado] las cuales tas. quito a los sobredichos. Porq. no
vinieron a conplir la venzindat como yo les mandé. 19-VII-1503.” ; Juan Benitez, vº y
conquistador. Un agua con toda la ta, q. la dcha. agua pudiere aprovechar en el
reino de Adexe q. ha por nombre Bynça para q. en ella podais facer un engenio
de bestias y mas vos do en dcho. Reino 100 f . de tas. de s. para sembrar pan, las
cuales son cabe el auchon de Tegerefete de aquella parte de las tas. de Fernán
García el abad, facia Tejyne. Q. digo q. abrá una azada y vos do 60 f . 8-11-1504.” . También recibió un
solar en La Laguna
que traspasó a María de Liria: “María de Liria. Digo q. por cuanto yo hove dado
a Juan Benitez, alguacil mayor, un solar en La Laguna , a las espaldas de
Juan Bordón, segund se contiene en el albalá de la dcha. Data, e agora el dcho.
J. Benitez hizo donación a vos M. de L., q. yo e por bien e de nuevo vos lo do
a vos la dcha. M. de L. Digo q. he por bien el traspaso q. hizo el dcho. Alg.
Mayor. 16-VIII-1509. Digo yo Juan Benítez, alg. Mayor, q. que por cuanto el Sr.
Adelantado… me hizo merced de un solar para una casa en La Laguna , q. vos lo doy a vos
la M. de L. Fecha
ut supra. Ts. El Bachiller Riquel, Pedro Negrin, Francisco Guillén, Alº.
López.”; “Juan Benitez, alguacil mayor desta isla de Tenerife. Un ferido en q.
podeis facer e fagais un molino de moler pan… abajo del molino de Bartolomé
Benítez y encima de las canales del ingenio del señor [interlineado] duque,[2] el
cual dcho. Molino ha de moler con el agua con q. muelen los cingenios y molinos
del Haravtava, el cual dcho. ferido e sitio para él os doy en nombre de Su
Alteza ansi como vº e conquistador q. fuites desta isla y para q. podades facer
dél y del molino en él edeficardes todo lo q. quisierdes. Digo vos do el dcho.
Herido. Fecho en el Realejo, a 26-I-1514. Posesion, 31-I-1514.” .
Unos años antes había vendido
unas casas que tenía él o su mujer en Cádiz (España) según constas en los
protocolos del escribano Hernán Guerra: “1510, diciembre 31. Carta de
ratificación de Juan Benítez, alguacil mayor de Tenerife, a Fernán Sánchez de
Alcaraz, esc. Púb. de la ciudad de Cádiz, ausente, de la venta verificada por
María de las Cuevas, su esposa, de unas casas, en Cádiz, que lindan con casas
de Lucía Nisado, Diego Sánchez de Argumedo y Francisco Catalán, situadas en el
arrabal de Santiago de la ciudad de Cádiz, según pasó ante Juan de la Mar , esc. púb. de Cádiz. Ts.:
Alonso Núñez y Cristóbal de Baena, vs.- Juan Benítez. (Pro. H. Guerra,
1510-1511. Fol. 562 r.). Posteriormente compra una casas colindantes a las suya
en la Orotava :1511
marzo 11. Diego de San Martín, vº., vende a Juan Benítez, alguacil mayor y vº.,
unas casas, en La Orotava ,
cerca de la iglesia de San Lorenzo, con un pedacillo de tierra calma que junto
a ella tiene. Las casas lindan con casas de Juan Benítez, que fueron de Antonio
Cañamero, y con tierras del vendedor. Se las vende por precio de de 8,000 mrs.
De la moneda de Tenerife. Ts. Pedro Gallegom Tomás Justiniano.-Diego de San
Martín.”. (Pro. H. Guerra, 1510-1511. Fol. 269 r.).
Era tío de Bartolomé Benítez de
Lugo, el sobrino del adelantado Alonso Fernández de Lugo, a cuyas órdenes luchó
mereciendo extenso repartimiento de tierras y aguas en el Valle de La Orotava , del que fue uno
de los primeros pobladores.
Juan Benítez había casado en
Cádiz con la judía conversa María de las Cuevas, viuda del capitán Luís de
Vibaldo Spínola, de cuyo matrimonio tuvo tres hijos; la tercera, doña Inés
Benítez de las Cuevas, sucesora en la casa y heredamientos del colono invasor.
Vida política
En Tenerife-y en La Palma-, el gobernador
realizaba funciones administrativas, legislativas y judiciales, ayudado por un
teniente de gobernador y por un asesor letrado si no sabía de leyes. Ambos
cargos solían ser nombrados por el propio gobernador.
La gobernación fue sobre todo un
instrumento de control de la
Corona castellana. El primer gobernador de un territorio era
el conquistador que lo había sometido, el cargo de gobernador se incluía en las capitulaciones, en el caso de Alonso de Lugo la gobernación de esta
parte de la colonia y la isla Benahuare le fue concedida por tres vidas.
El gobernador era la máxima
autoridad administrativa y judicial de la colonia, su cargo incluía también el
control militar de las islas de su gobernación.
La élite del poder político
constituida por el Cabildo colonial la formaban los familiares y personas de
confianza del gobernador, y comienza así a constituirse una sociedad estamental
al estilo castellano, que serviría de base a una jerarquización social, apoyada
en los siguientes factores; la condición de hidalgo, a falta de nobles, era la
más apreciada por los gobernadores; los lazos de amistad y paisanaje con los
que ejercían el poder; estos individuos que a pesar de sus pretensiones de
hidalguía actuaban de verdaderos sicarios
los que no necesariamente eran remunerados en metálico y mataban y /o
torturaban por orden de otros por motivos religiosos, políticos, familiares o
en la mayoría de los casos para obtener prebendas.
Después estaban los funcionarios
reales, escribanos y los clérigos, les seguían en influencia los
terratenientes, misioneros, luego los empresarios, mercaderes, esclavistas,
prestamistas, dueños de medios de explotación o de transporte; a continuación
estaban los propietarios de plantaciones o de ganado. En los niveles más
inferiores estaban los artesanos, técnicos azucareros, los empleados y criados,
los guanches libres, aventureros y vagabundos.
Estando en la península
ibérica Juan Benítez es designado por el Cabildo colonial como representante
del mismo ante la corona castellana el 26 de marzo de 1505: “E luego se puso en platyca que se devia de
enbiar un personero a la corte de sus Altezas, con poder bastante
desta ysla, para dar la obidiencia y omenaje que se deve
prestar a la Reyna
doña Juana, nuestra Señora, y para que se preste juramento e
omenaje aquel que en tal caso se requiere e para que jure todas las
cosas e cláusulas que los otros procuradores de los reynos de Castilla
prometen e juran en nonbre de sus Concejos; y asy en efeto lo acordaron. E otorgaron que darían e dieron
todo su poder conplido a Juan Benítez, absenté,
bien asy como sy fuese presente, para todo lo que dicho es con todas sus yncediencias, etc. Otrosy le dieron poder
para que presente, ante su Alteza o
ante los señores de su muy alto consejo, una petición firmada de la Justicia e Regimiento para que asy presentada suplique se
faga e cunpla lo en ella contenido;
para lo asy faser e negociar, le dan poder bastante para sacar provisiones e
fazer todas las otras cosas.”.
La gobernación de
Alonso Fernández de Lugo estaba amparada por el contrato draconiano que había
obtenido de la corona castellana y cimentado su absolutismo en la panda de
aventureros sin escrúpulos que componía su Staff. Este Sanedrín gobernaba esta
parte de la colonia bajo su mando con un
régimen de terror absoluto donde la vida de un hombre valía menos que la de una
cabra, son múltiples los documentos archivados en el Registro General de Sello
que registran la peticiones tanto por parte de guanches de los bandos de paces
como de colonos europeos solicitando a la corona castellana cartas de amparo y
licencias para portar armas ante el temor continuo de ser asesinados por los
sicarios del Adelantado.[3]
El estudio de esta lacerante
realidad de la invasión y conquista de esta nación africana no ha merecido un
estudio en profundidad de los historiadores oficiales y oficialista, e incluso
de los intelectuales canarios de servicio, quienes soslayan el hechos de que el
principal objetivo de los conquistadores en estas tierras, era el saqueo la
esclavitud y venta de sus primigenios habitantes, mostrándonos estos aberrantes
hechos vandálicos como una empresa altruista llevada a cabo por unos caballeros
de rutilantes armaduras que reflejaban la luz divina de su dios, cuya figura
les sirvió para establecer su imperio
despiadado, ocultándonos la realidad histórica de que aquella horda de
aventureros eran unos asesinos sin escrúpulos maestros del latrocinio, desechos
humanos de la sociedad europea de su tiempo.
Retomando
algunos de los aspectos de la vida publica del colono Juan Benítez, vemos como
en la sesión del Cabildo colonial de fecha 18 de mayo de 1507, Juan Benítez
es designado por su tío alguacil mayor de Tenerife: “…E luego el dicho señor
Adelantado tomó la vara de, alguazil mayor al dicho Pedro de Vergara e
la dio al dicho Juan Benytes e dio al dicho Pedro de Vergara la vara de
alcalde mayor, segund e como de antes la tenía, e les dio e otorgó todo
poder conplido para usar de los dichos oficios segund e como de antes lo tenían, e fueron
recibidos por el dicho Cabildo a los dichos oficios.”. (fol. 114 r.)
En sesión
del incipiente Cabildo colonial celebrada el 8 de octubre de 1507 Alonso de
Lugo impone como regidor a su sobrino Juan Benítez[4] y otros
parientes suyos; Andrés Suárez Gallinato y Francisco
Gorvalán: “E luego el dicho señor
Adelantado Governador, en nombre de su Alteza, crió por regidor desta
ysla a Juan Benítez, vezino desta ysla, que hera presente, perpetuamente para
todos los días de su vida para que use del dicho oficio de regidor e goze
de las libertades franquezas que los otros regidores desta ysla lo usan e
gozan e recibió del juramento sobre la señal de la cruz, segund
forma de derecho, so cargo del qual le mandó que use bien e fielmente deste
oficio de regidor de ques encargado, mirando el servicio de Dios nuestro
señor e de su Alteza la Reyna
nuestra señora, e el bien pro común de la dicha ysla, el qual dicho Bartolomé
Benytes fizo el dicho juramento e otorgó en sí la jura so cargo del qual prometió
de faser e conplir lo que le es encargado e luego el dicho señor Adelantado en
nonbre de su Alteza le dio e otorgó todo poder conplido para usar del
oficio de regidor en esta ysla, por todos los días de su vida”.(fol.117 r.)
Que sepamos Juan Benítez actuó en
dos ocasiones como personero del Cabildo ante la corona de la metrópoli, el 26 de marzo de 1505 y en marzo de 1518. En
esta última representación obtuvo una serie de Órdenes, Comisiones y
Receptorias expedidas el día 10 del mes
julio, entre ellas las siguientes: “Segovia. Comisión a para el gobernador o
juez de residencia de Tenerife informe de los bienes de propios, de las fuentes
y ríos, de los repartimientos y sisas hechos hasta la fecha, así como de los
gastos que ocasionaría a los vecinos la infraestructura necesaria para la
conducción del agua hasta la villa de San Cristóbal. Se da a petición de Juan
Benítez, vecino y regidor de dicha isla, quien informó de la falta de agua que
padece la villa, sobre todo en los meses de verano. Esta carencia impide su
regular doblamiento ya que los nacientes se encuentran a una legua de
distancia, siendo necesarios 4.000 ducados para su traslado a San Cristóbal.
Medina del Campo. Receptoría al
gobernador o juez de residencia de Tenerife para que informe de los pastores
guanches y gomeros que andan por las montañas de la isla, y de los daños que
causan. Se da a petición de Juan Benítez, vecino, regidor y representante del
consejo.
Medina del Campo. Receptoría al
gobernador o juez de residencia de Tenerife para que informe de los pastores
guanches y gomeros que andan por las montañas de la isla, así como de los
continuos daños que causan a los vecinos por el continuo robo de ganado. Se da
a petición del representante del consejo de Tenerife, Juan Benítez, vecino y
regidor, quien advierte que los naturales de la isla desconocen el castellano y
no son cristianos. Solicita que ellos y sus descendientes, tanto si son libres
como esclavos, residan obligatoriamente en la villa de San Cristóbal y no se
les permita tener ganado, salvo vacas y bueyes.
Medina del Campo. Orden a don
Fernando de Arce, obispo de Canarias, y a sus provisores y oficiales para que
no procedan a excomulgar a las justicias de Tenerife, alegando que juzgan a
delincuentes de “corona”. Juan Benítez, vecino y regidor, afirma, en nombre del
consejo, que tales delincuentes no han llevado nunca hábito ni tonsura
clerical, conforme a la bula papal y a la declaración de los prelados del
reino, y que sólo se puede apelar en
Sevilla, con el consiguiente perjuicio. El consejo insular solicita que
los jueces eclesiásticos se inhiban de juzgar a los citados delincuentes y que
sólo lo hagan con los clérigos que cometan delitos.
Medina del Campo. Incitativa a
don Fernando de Arce, obispo de de Canarias, y al deán del cabildo de Gran
Canaria, sobre la petición hecha en nombre del consejo de Tenerife, por Juan
Benítez, vecino, regidor y alguacil mayor de dicha isla. Este informó que el
Obispo solicitaba, en contra de una costumbre de hace más de treinta años, el diezmo
de todo el azúcar. Sin embargo, desde la conquista, los vecinos diezmaban los
azucares “en cierta manera” a causa de los gastos que suponía su elaboración.
Esta consistía en pagar la mitad del diezmo era en azúcar blanco, quedando la
otra mitad para los gastos del “molido y purgado”, además de las “rescumas” y
escumas” no pagaban diezmo. Para evitar que se abandone la labranza del azúcar,
Juan Benítez, pide que lleven el diezmo
como hasta ahora o que lo reciban en cañas cortadas y limpias en el cañaveral,
de diez fejos una.
Medina del Campo- Orden a los
receptores de de las penas y quintos pertenecientes a la cámara real, en
Tenerife y Gran Canaria, para que libren el dinero que, procedentes de las
citadas rentas, se necesite para terminar la construcción de una torre
defensiva en el puerto de Santa Cruz, Juan Benítez, vecino regidor y alguacil
mayor de Tenerife, informó que el rey don Fernando había mandado hacer dos
torres una en esta isla y otra en San Miguel de La Palma , para lo que mandó
librar 150,000 maravedis de la moneda corriente en Castilla. De esta cantidad
se gastaron en la torre de San Miguel 250 ducados, sin embargo, los
recaudadores no quieren dar el resto para la construcción de loa de Tenerife, a
pesar de ser muy necesaria por la amenaza de los corsarios franceses y
extranjeros.
Medina del Campo. Orden al
licenciado Bricianos, juez de residencia de Tenerife, para que reciba
residencia de Juan Benítez por procurador, ya que se encuentra en la Corte resolviendo asuntos
relacionados con la isla.
Medina del Campo. Orden al
gobernador o juez de residencia de Tenerife, para que remita al Consejo
información sobre la petición de Juan Benítez, regidor y alguacil mayor de
Tenerife, en nombre del consejo de dicha isla, para que no se guarden en ella
(salvo en lo tocante a la cargazón del pan para Portugal), las pragmáticas
sobre que el navío mayor tome la carga del menor y sobre que los navíos
extranjeros no puedan tomar cargas. Se alega para ello que la isla está muy
apartada de Castilla y cercana a la isla de Madera y otras partes de Portugal,
por lo que todo su trato es con los portugueses, quienes envían proveimientos
necesarios a la isla en sus propios navíos. Y que a la isla van pocos navíos
castellanos, generalmente grandes, que
sufren inconvenientes para cargar en las abras y caletas, por lo que esperan
que los pequeños tengan tomadas las cargas y se las toman por ser mayores o por
ser nacionales, lo que ha hecho cesar buena parte de los frutos de la isla.
El día 18 del mismo mes y año:
“Medina del Campo. Orden a don Fernando de Arce, obispo de Canarias, y a sus
provisores y oficiales para que designen
jueces eclesiásticos que residan en la isla de Tenerife, la mayor y mas
y más poblada. Se da a instancias del consejo insular y de su procurador Juan
Benítez, regidor y alguacil mayor ya que sus vecinos tienen que comparecer ante
la cabecera del obispado de Gran Canaria cada vez que hay un pleito.”. (E.
Aznar Vallejo, 1981)
Durante esta estancia en la
península ibérica Juan Benítez debió experimentar los sentimientos que sienten
las presas humanas cuando son acosadas por cazadores también humanos. El verse
fuera del controlable perímetro de una isla y sin la protección de su grupo de facinerosos y por supuesto con la
conciencia (en caso de tenerla) nada tranquila, despertaron en él los fantasmas
de su inmediato pasado, atenazándoles con el temor y la incertidumbre, por ello
solicita y obtiene el 19 de septiembre de 1518 en Segovia: “Orden a las
justicias del reino para que informen y puedan conceder licencia de armas,
previa fianza, a Juan Benítez, alguacil mayor de Tenerife. Se dirige a
Andalucía para tratar diversos asuntos de la Isla y teme le hieran o maten las personas que
juzgó durante el ejercicio de su oficio. Solicita la licencia de armas, para él
y dos hombres, por espacio de un año.”.
El colono Juan Benítez debió
fallecer antes del 30 de diciembre de 1521 fecha en que fue sustituido en la
regiduría del Cabildo colonial de Tenerife por Hernando de Villafranca.
605-6.—Bartolomé de Porcuna. 3 f . de r. en el Aravtava, más 10 c. de
tas. de s. en Acentejo de la
Rambla Grande hacia la banda de Taoro abajo del
camino y arriba. Q. las tas. de r. sean las de Diego Sardina porque
se fue de la tierra. S. f. Acaso de 1503.
Este
Bartolomé de Porcuna no figura como conquistador en la lista de Viana ni en la
de Rumeu de Armas, posiblemente fue uno de los 300 colonizadores exigidos por
la corona castellana en las capitulaciones con el invasor Alonso de Lugo,
además de esta data en Acentejo recibió tierras en el Menceyato de Anaga tal
como está recogido en una data concedida a Fernando Tavares[5]: “Fernand
Tavares, v°. 20 f .
en Benico, encima de las tas. de Porcuna entre dos cerros con una fuente, de la otra banda está por
linderos las tas. de Carrasco por el valle arriba, no están desmontadas
salvo salvajes, más vos do otra ta. q. está aliende de la fuente en q. puede
haber otras 20 o 30 f .
Digo q. vos las do y en lo del agua q. dexeis abrevadero y habéis de
hacer un dornajo. 13-V-1507. 544-12.—Fernand Tavares, v°. 30 f . q. son del cabo de Avexero [Benijo,
testado] linderos de un cabo el barranco de Tahodio, el cual
barranco va a dar a la mar e a somar sobre el Bufadero y desotro
cabo el barranco de Taceycey, las cuales vos do del cabo facia Taoro
donde vos las quisierdes tomar so los dhos. linderos; así mismo
lindar con las tas. de Rodrigo Yanes, zapatero q. van a dar a
somonte a la mar o Araguigo.[6] Vos la
do. ll-V-1507” .
Este colono
pasó varios contratos ante el escribano Hernán Guerra: “12 de julio de 1510.
Bartolomé de Porcuna, v°., otorga poder general a Alonso Manuel, pr.
de c. Ts.: Lope de Carvallar y Esteban Fernández, pr.— Sin
firma.(fol. 97 r.). Y el 26 de octubre de 1510. Bartolomé de Porcuna, v°., reconoce deber a Juan
Zapata, v°., 3.450 mrs. (tachado) o 75
reales por 20 puercas que le compró. Los pagará a fin de mayo de 1511, en dineros de contado y no en otra cosa. Ts.: Rodrigo Escudero y Simón
Montañés.—Bartolomé de Porcuna. (fol.
491 r.)”.
En la
documentación de la época aparece un Bartolomé Gutiérrez de Porcuna, creemos
que se trata del mismo personaje quien recibió data conjunta en Aguahuco (Punta del
Hidalgo): “Savastián Norman y Bartolomé Rodrigue de Porquna. 200 f . en la Punta del Fidalgo q. se
entiende a cada uno 100. Digo q. do a vos S. N., 120 f . de sembradura y a B.
de P. 80 f .
por q. no tenéis tantos hijos. 25-VIII-1506.” .
También
formalizó varios contratos ante Hernán
Guerra:
9 de septiembre de 1510. Bartolomé
Gutiérrez de Porcuna, v°., arrienda a Gonzalo Báez, v°., un pedazo de tierra
de unas 15 fs., en el valle de Araguijo, que linda con tierras de
Bastían Morín, un barranquito chiquito y el barranco grande, por
precio de 19 fs. de trigo, bueno y limpio, junto con los rastrojos,
puestos en las eras en el mes de agosto de 1511. Ts.: El
bachiller Núñez y Lorenzo Domínguez, vs. y ests.— Por no saber, el
bachiller Núñez. (fol. 318 r.);
25 de noviembre de 1510. Alonso de Aroche y su mujer
Leonor Márquez de Ribera adoptan a Ana Gutiérrez, hija de Bartolomé
Gutiérrez de Porcuna y de María Rodríguez, su mujer, difunta. Si Alonso de
Aroche o su mujer se muriere, Ana Gutiérrez heredará la parte del fallecido; pero, si el
que sobreviva se casare, le ha de dar todos los meses a Ana
Gutiérrez 2.500 mrs. desde esa fecha; y, si no tuviera el matrimonio hijos,
heredará Ana Gutierrez todos los bienes como hija legitima. Ts. Sebatian Ormán,
Fernand García de las Olazuelas y Fernán Esteban Cárdeno. Sin firma. (fol. 591
r.)
10 de febrero de 1511. Bartolomé Gutiérrez de
Porcuna, v°., reconoce deber a Gonzalo de Córdoba, mercader, 1.000 mrs. por paño
que le compró, a pagar en dineros de contado por San Juan de junio. La paga ha de ser
en trigo, a como valiere de contado, en esta villa de San
Cristóbal. Ts.: Fernán Esteban Cárdeno, Juan Galán.—Bartolomé
Gutiérrez. (fol. 98 r.)
4 de agosto de 1511. Ante Gonzalo
Muñoz, teniente de gobernador, y en presencia de Hernán
Guerra, esc. púb. y ts., Alonso Manuel, pr. de c. y padre de los huérfanos,
dice que unos cuatro o cinco años atrás María Rodríguez, mujer
que fue de Bartolomé Gutiérrez de Porcuna, presente, tuvo a
Bartolomé y a Ana, hijos legítimos de María Rodríguez y
Bartolomé Gutiérrez de Porcuna, que son menores de 25 años y
mayores de 12 años; como Bartolomé y Ana están en poder de su
padre después del fallecimiento de su madre, les conviene que
se les nombre un tutor para administrar sus personas y bienes;
por tanto, pide que sea nombrado tutor Bartolomé, su padre, y
le sea concedida la tutela y administración de sus bienes. Se
acepta tal petición a favor de Bartolomé Gutiérrez, marido de
María Rodríguez, y padre de los herederos de ésta, y nombra como
fiador a Diego Fernández Amarillo quien aceptó. (450 r.)
11 de septiembre de 1511. Ruy García, zapatero,
reconoce deber a los menores de Bartolomé Gutiérrez de Porcuna 17 fs. de trigo
por la renta de unas tierras de los dichos menores, que están en esta
isla y por esta sementera. Les pagará las fs. de trigo, puestas en
las eras, a final del mes de julio de 1512. Ts.: Alonso López y Fernán
Esteban.— Sin firma.(fol. 483 r.)
24 de septiembre de 1511. Juan de Espino y Bartolomé Gutiérrez de
Porcuna, vs., reconocen deber a Juan Perdomo, v0., 280
castrados: 250 de un año y los 30 restantes de un año y 8 meses, por todo el
ganado de puerco que tienen él, su yerno y Guillen Betancor. Se obligan a pagar 72 por
año nuevo de 1512 en un año, y en adelante 42 cada año, hasta un plazo de 6
años. Ts.: Lope de Buisán y Fernán Esteban.—Bartolomé Gutiérrez. (fol. 517 r.)
No
sabemos más de este colono.
[1] El Pino Santo, en el
actual municipio de La
Victoria de Acentejo.
[2] El Duque recibió a cuenta de los beneficios de su
inversión por parte del esclavista y
futuro adelantado, más 300 esclavos guanches
que este tenía escondidos y trabajando en sus tierras de Andalucía., una
nave sobre valorada, un ingenio azucarero con sus tierras correspondientes en
Taoro, y un “heredamiento”
inscrito en el “Libro del Repartimiento” de la isla., de tal importancia, que
Juan de Guzmán encabezó la lista de seglares propietarios. Confirmada la
posesión por los Reyes Católicos, estando en Burgos, a 5 de noviembre de 1496,
el duque mando apoderado, con encargo de hacer rentable la propiedad,
poniéndola en explotación.
Dicho heredamiento estaba en
el Reino de Abona, comprendiendo los ríos Abona y Abades, desde el
"nacimiento" hasta el mar, con la tierra del entorno, siendo las
poblaciones más próximas Granadilla. Villaflor y Adexe. El medidor del
Cabildo colonial, de la isla, buen conocedor de Tenerife, describe la propiedad,
en 1577 como una de las mejores haciendas de la isla. De la cabida o
extensión de la heredad, tenemos información parcial y contradictoria. El
medidor profesional, midió 1.500 fanegas, a la parte de Montaña Gorda, 600
hacía la mar y 300 en las Vegas de Juan Alonso, que traída el agua se
podrían poner de caña de azúcar o viña, a más de 300 “a la parte de
arriba" del sitio, señalado para el ingenio, de secano y para pan, por
estar demasiado altas para que llegase el riego. Con orden de medir el
monte, “que no da fruto”, pero abundante en madera y pastos.
A pesar de
estas grandes propiedades adjudicadas al Duque por Alonso de Lugo, aún le quedo
debiendo más de cuatro cuentos (cuatro millones) de maravedis que la Duquesa viuda reclamaría
años mas tarde al Adelantado.
[3] Un ejemplo: “Marzo 28 de 1518. Valladolid.-Orden a las
justicias del reino, especialmente a las de Tenerife, La Palma , y Gran Canaria, para
que concedan carta de seguro a Juan Ruiz de Berlanga, vecino de dichas islas,
que recela de don Alonso Fernández de Lugo, don Pedro de Lugo, su hijo, el
licenciado Cristóbal de Valcarcel, Andrés Suárez Gallinato, Juan Benitez y
Pedro de Lugo, sus hermanos e hijos.” (E. Aznar Vallejo, 1981)
[4] La regiduría le sería confirmada por la metrópoli el
29 de septiembre de 1519 septiembre: “Barcelona. Confirmación de una regiduría
en la Isla de
Tenerife a Juan Benítez”. En esa misma fecha se confirman las regidurías a los
colonos Pedro de Vergara; Jerónimo de Valdés; Andrés Suárez Gallinato y Bartolomé Benítez, todos de la camarilla del
Adelantado.
[5] Actual Valle de Tabares en
La Laguna.
[6] Es el actual Valle Colinos
en las laderas norte de Sejeita (San Roque) La Laguna.
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