EFEMÉRIDES
DE LA NACIÓN CANARIA UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
CAPITULO
III: DE LA ANTIGÜEDAD AL SIGLO XV. 1471-1480
Eduardo Pedro García Rodríguez
1484 Agosto 31. Córdoba (f.13). Requerimiento a los
vecinos y moradores de la isla de la
Gomera , para que obedezcan y acudan a Fernando Peraza con los
pechos y derechos que le pertenecen como señor de la isla, por renuncia de
Diego de Herrera y doña Inés de Peraza, sus padres. Episcopus palentinus. Rodericus.
Andreas. Antonius. (E.Aznar; 1981)
1484. Agosto 31. Córdoba. AS, RS, ACW, pc. V-1484/9-11.
Al consejo de la Gomera que
obedescan por señor a Fernando Peraça.
Don Fernando e Doña y sabel etc. A vos los vezinos e
moradores de la ysla de la Gomera, salud e gracia. Bien sabedes cómo por otra
nuestra carta firmada de nuestros nombres e librada de ciertos de nuestro
consejo vos enbiamos mandar que obedesiésedes a Fernand Peraza, fijo de Diego
de Herrera e de Doña ynés Peraza, su muger, cúyo es el señorío e gouernación e
posesyón de la dicha ysla por traspasamiento que della le fizyeron los dichos
Diego de Herrera y Doña ynés Peraza, su padre e madre, e que le rrecudiésedes
enteramente todos con los pechos e derechos a él pertenescientes, segund que
esto e otras cosas más largamente en la dicha nuestra carta se contenya con la
qual dicha carta avedes seydo rrequeridos e que la cunplades en todo e por
todo, segund que en ella se contiene, e contra el thenor e forma della no
fuésedes nin pasásedes, so ciertas protestaciones e penas en la dicha carta
contenidas..Lo qual diz que fasta agora non avedes querido nin queredes fazer
poniendo vos contra él e non faziendo lo que por la dicha nuestra carta vos
enbianmos mandar, en lo qual el dicho Fernand Peraza ha rrecebido agrauio, e
daño e nos suplicó e pidió por merced que cerca dello le proueyésemos como la
nuestra merced fuese. E nos touímoslo por bien e mandamos dar la dicha nuestra
carta para vos en la dicha rrazón, por la qual vos mandamos que veades la dicha
nuestra carta e la cunplades en todo e por todo, segund e por la forma e manera
que en ella se contiene. E contra el thenor nin forma della non vayades nin
pasedes en ningund tienpo nin por alguna manera, so las {penas) en que cahen
aquéllos que van contra mandamiento de sus Reyes e señores naturales. E s y contra
la dicha carta fuéredes e pasáredes, mandamos a los capitanes e gentes e otras
personas en la dicha nuestra primera carta contenidas, que esecuten en vosotros
o en cada v no de vos todas las penas e premias en la dicha primera carta
contenidas. E non hagades ende al. En la cibdad de Córdoua, treynta e vn días
de agosto año etc. de mill e quatrozientos é ochenta e quatro años. Episquipus
(sic) Palentinus, Rodericus dotor, Andrés dotor, Antonius dotor. Yo Alonso del
Mármol, escribano de cámara del Rey e dela Reyna etc. la fiz escreuir por su
mandado con acuerdo de los del su consejo.(D.J.Wölfel)
1484 Septiembre 7. Córdoba (f. 110). Mandamiento, con emplazamiento
contra don Juan de Frías, obispo de Canaria, para que respete a Diego de
Herrera, señor de las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Hierro y Gomera, el
derecho a la percepción de los diezmos de dichas islas, que tiene concedido por
bula apostólica, así como los derechos sobre el pastoreo en los herbajes de las
islas. Episcopus palentinus.
Rodericus. Andreas. Antonius. Marmol. (E.Aznar; 1981)
1485. El
obispado de Rubicón en Titoreygatra (Lanzarote) recibe el título de obispado de
Canarias-Rubicón; y se traslada la sede al lugar de Guiniwada (Las Palmas) en
Tamaránt (Gran Canaria), lugar del primer asentamiento de los europeos en
1.478.
1485. Cuando
Pedro de Vera inició su conquista, los castellanos no tenían más población que
el campamento denominado Villa Real de las Palmas, fundada por Rejón. Francisco
Fernández de Arévalo, nombrado escribano con carácter vitalicio, el 15 de julio
de 1485, ejerció "donde vos en persona estovieres e presente
fuerdes", teniendo escribanía "do quier que vos vivierdes e
morades". Cuando "nos mandamos partyr la dicha tierra de la dicha
ysla", le sería adjudicada la provincia, "donde asentaredes a vivir y
avesindáredes". En 1490, el notario mayor Luis Sepúlveda, traspasó
jurisdicción, que comprendía Villa Real de las Palmas, la de Galdar y la ciudad
de Telder, poblada de antiguo por cristianos, el vecino Benito de Arévalo,
muerto en 1491, "en una armada que fiso para la Isla de Tenerife, puede
aver tres años, pocos más o menos", era propietario en Telder de fortuna,
hecha en la "isla de Gran Canaria". (L. Al. Toledo)
1485. Se
trasladó de Rubicón Titoreygatra y se instaló en Guinwda (Las Palmas) el
obispado de Canarias, se fundó en la
isla el Tribunal de la Santa Inquisición una de sus primeras actuaciones fue
terrorífica: 6 personas fueron quemadas vivas por el simple hecho de comer carne
un viernes, precepto católico que le era totalmente ajeno a los guanches ya que
la Iglesia del Pueblo Guanche no contemplaba estas medidas que incluso dentro
del catolicismo, en un principio eran simplemente preventivas.
1485. La Iglesia
católica ejerció en la colonia y como prolongación de sus actividades en la
metrópoli actividades que hoy descansan más en manos del Estado administrador:
enseñanza, beneficencia, sanidad, e Incluso administrativas. El papel educativo
del clero regular y secular es primordial, pues abarcará desde la enseñanza
primaria hasta la universitaria.
Su papel político no es tampoco
de despreciar pues los obispos, nombrados por la Corona de la metrópoli
cumplían a menudo tareas no religiosas encomendadas por ésta. Así, algún
prelado tuvo nombramiento y ejerció de virrey y capitán general, como fray Juan
de Toledo. Otros acaudillaron aguerridas huestes clericales con sus armas y
estandartes en momentos de peligro.
La ideología y los hábitos
colectivos de nuestra sociedad colonial han estado y en gran medida siguen estando
impregnados de influencia religiosa. Estas tareas no se realizaron, desde
luego, sólo con el mero adoctrinamiento, sino que fueron acompañadas con
coacciones morales y físicas. Las prácticas y obligaciones religiosas, desde la
asistencia a misa hasta el pago de diezmos, eran obligatorias; las opiniones
religiosas debían ajustarse a la ortodoxia y, en caso contrario, se castigaba a
los infractores, incluso con la pena de muerte.
Sin embargo, mientras la
institución católica defendía el sistema de rapiña de los invasores, hubo
miembros de la misma que se enfrentaron a los poderes dominantes. Es, por
ejemplo, el caso de la defensa que hacen el obispo Frías y otros eclesiásticos
de los aborígenes canarios al objeto de que no fuesen mermados el número de siervos
controlados por la secta católica y por consiguiente los diezmos que producían.
La Iglesia
católica que en ocasiones jugó un papel pacificador en distintos conflictos,
propició en otros pleitos y querellas. Esto no es de extrañar, pues en la
historia del Antiguo Régimen abundan extraordinariamente los problemas entre
las instituciones. El motivo fundamental de los mismos era el carácter
estamental de su sociedad que provocaba que los distintos privilegios
económicos,
En la época que nos ocupa la Diócesis de Canarias
tenía desde 1485 su sede en Winiwuada (Las Palmas). El clero secular estaba
compuesto a fines del XVI por los 44 prebendados de la catedral y por una
sesentena de beneficiados que estaban a cargo de las 45 pilas o parroquias en
la colonia y que atendían junto al clero regular a los 35.000 habitantes de la
diócesis.
Esta ocupaba por sus rentas el
puesto 23 de las 35 castellanas, calculándose en unos 15.000 ducados anuales
los ingresos de la mesa episcopal provenientes de la parte de los diezmos que
le correspondían. Habría que añadir a esta suma otros conceptos especialmente
los del señorío de Agüimes, y restarle entre otros gastos las pensiones que
sobre esta renta otorgaba la
Corona a determinados personajes.
(Luís Alberto Anaya Hernádez y
Francisco Fajardo Spinola; 1991)
1485. Desde que las islas se conquistaron, la esclavitud fue una de
las instituciones que más se arraigaron en las costumbres, adquiriendo esclavos
ya por medio de presas en el vecino Continente, ya por compras a los buques
negreros que iban con ese objeto a Guinea, o por repartos al rendirse cada una
de las islas. Estas adquisiciones se trasmitían luego por los medios que
reconoce el derecho y se enumeraban en los testamentos, en- tre el ganado que
formaba parte de la herencia.
Ya hemos visto cómo el obispo don
Juan de Frías legaba en 1485
a la fábrica de su Catedral tres esclavos que tenía,
cuyos nombres consigna en su donación, “E así mesmo el dicho Sr. Obispo dijo,
que por cuanto tenía siervos e esclavos e esclavas entre los cuales tenía tres…
e otro que compró al provisor Diego Sánchez, que los daba… a la fabrica de la
dicha Iglesia Catedral de Canaria”.
1485. Como botín
de guerra comenzaron los repartimientos de las tierras de Agaldar en Tamaránt
(Gran Canaria) por parte de los invasores europeos, y en los mismos
corresponden al conquistador castellano Sancho de Vargas y Machuca las tierras
de la Dehesa
de Tamaragaldar. En estas tierras donde Sancho de Vargas manda a construir una
ermita en honor a Santa María de Guía, en torno a 1505 y que concluye en 1509.
Alrededor de esta ermita va naciendo un núcleo poblacional que, poco a poco, va
adquiriendo mayor protagonismo, pues en las tierras adyacentes desde años
antes, se van levantando ingenios azucareros, por parte de destacados
esclavistas y comerciantes propietarios
de origen genovés como las familias Riverol, Cibo de Sapronis o Cairasco,
familias con un destacado papel en el descubrimiento de América, ya que fueron
banqueros que financiaron algunos de los viajes de Colón a cambio de
importantes participaciones en las depredaciones. Junto a ellos se instalaron
colonos de origen ibérico (especialmente castellanos y portugueses), estos
últimos muy relacionados con la explotación de la caña de azúcar debido a la
experiencia adquirida en la isla de Madeira.
1485. Se ordena el traslado del templo Catedral de la secta
católica de San Marcial de Rubicón (donde había subsistido durante 69 años) al
nuevo templo de la secta denominado Santa Ana en la isla Tamaránt (Gran Canaria),
en Winiwuada lo que se llamaría por parte de los invasores y colonos europeos
la Villa del Real de Las Palmas.
1485. Nace Guillén Peraza, que será con posterioridad el I Conde de
La Gomera.
1485.
Los repartimientos de las tierras de Agaldar,
comenzaron en 1485, y en los mismos corresponde al conquistador Sancho de
Vargas y Machuca, las tierras de la
Dehesa de Tamaragaldar.Es en estas tierras donde Sancho de
Vargas manda a construir una ermita en honor a Santa María de Guía en torno a
1505, y que concluye en 1509.Alrededor de esta ermita va naciendo un núcleo
poblacional que, poco a poco, va adquiriendo mayor protagonismo, pues en las
tierras adyacentes desde años antes, se van levantando ingenios azucareros, por
parte de destacados comerciantes y propietarios de origen genovés, como las
familias Riverol, Cibo de Sopranis o Cairasco, y junto a ellos se instalaron
colonos de origen español y portugués, estos últimos muy relacionados con la
explotación de la caña de azúcar.
Ante la destacada importancia que va adquiriendo el
núcleo urbano creado en torno a la ermita de Santa María de Guía, el Gobernador
y Justicia Mayor de la isla de Gran Canaria, Martín Fernández Cerón en
1526 concede a este núcleo poblacional, “alcalde e vara de justicia”, nombrando
a Fernando Alonso de la Guardia primer alcalde Real de Guía de Gran Canaria.
Nace de esta forma la Villa de Guía (Gran Canaria),
no sin la oposición de los vecinos de la Villa de Agaldar, de la que dependían
hasta entonces las tierras de la nueva Villa, que protestaron ante el Emperador
de la metrópoli Carlos I.
Siete años después del nacimiento de la Villa de Guía, el
mismo monarca de la metrópoli Carlos I, en 1533, crea el Beneficio o Parroquia
de Santa María de Guía.
Veíamos como en 1509, Sancho de Vargas mandaba a construir
la ermita de Santa María de Guía, pero paralelamente a la construcción de esta,
se van creando posteriormente otras ermitas. En 1525 es fundada por Juan Díaz
el “Viejo” la ermita de San Roque, y en 1528 ya se tienen noticias sobre la
ermita de San Sebastián, construida junto al Barranco de las Garzas.
A lo largo del siglo XVII y primeros años del XVIII,
se fundan en la Villa de Guía otras ermitas y capillas, y se crean los altares
de la Parroquia, con la ampliación de la misma en varias ocasiones, pues se
hace necesario al aumentar considerablemente la población de la entonces Villa.
La proliferación de estas construcciones es
explicable no sólo por motivos estrictamente espirituales, sino también por
causas socioeconómicas y de prestigio, destacando en muchas de las personas que
las crean su condición de militares. No en vano, desde mediados del siglo XVI,
Gran Canaria se hallaba dividida en tres Coronelías, una de ellas era la de
Guía, con cuatro compañías, que en 1567 se transformó en el Tercio de Guía, que
persiste hasta principios del siglo XVIII, pasando a convertirse en el
Regimiento de Guía, que permaneció hasta el siglo XX.
La cuestión de los límites entre Gáldar y Guía, al
separarse esta de la primera, constituyó todo un problema, problema que no fue
resuelto hasta el siglo XX, pues en sesión plenaria del 5 de diciembre de
1956, el Ayuntamiento de Guía, después de 430 años de su creación, trata en
sesión plenaria, el deslinde definitivo con Moya, municipio con el que se llega
a un acuerdo, pero no con Gáldar.
No obstante hay que tener en cuenta que durante
siglos las estructuras municipales se confundían con las divisiones
parroquiales, lo que producía en muchas ocasiones más de un litigio. Sobre este
aspecto señala el historiador Santiago Cazorla León: “La tesis de un señorío
(episcopal) sin linderos no triunfó, y Agüimes se vio libre para siempre de
todos esos problemas, que aparecen en las parroquias de Gáldar y Guía,
incluyendo Acusa y Artenara, hasta la segunda mitad del siglo XIX. En ellas no
existían linderos territoriales. (Sergio Aguiar Castellano).
1485 Febrero 25. Sevilla (f. 14). Licencia a los escuderos que
sirvieron en la conquista de Gran Canaria, para que puedan repartir entre ellos
las casas que en concepto de sueldo les fueron dadas por don Luis de Mesa.
Didacus. Don Alvaro. Decanus Ispalensis. Andreas. Antonius. Castillo. (E.Aznar;
1981)
1485 Abril (s.d.) Córdoba (f.7).
Receptoria a petición de Gonzalo de Zúñiga, vecino de Sevilla, para que las
justicias de Sevilla y Cádiz y las de los lugares y villas de sus respectivos
arzobispado y obispado interroguen a los testigos que éste ha de presentar ante
el Consejo Real en el pleito que sigue con Fernando Peraza y su madre doña Inés
Peraza sobre una carabela que les tomó, cuando la enviaban a las islas de
Canaria.
Dicho pleito
pasó en primera instancia ante el Ido. Juan Pérez de Treviño que condenó a
Gonzalo de Zúñiga apagar 250.000 maravedís más las costas, habiendo recurrido
ante el Consejo Real que le concedió un plazo de veinte días para presentar sus
pruebas, con pena de 2.000 maravedís de no hacerlo así ya condición de
presentar antes de diez días fiadores llanos y abonados, que han de ser vecinos
de lugares de realengo. Johannes. Andreas. Decanuslspalensis. Sancius doctor.
Mármol.
(E.Aznar; 1981)
1485 Abril 17 .Córdoba (f.299).
Comisión del dr. Pedro de León, canónigo de Sevilla, a petición de Fernando
Peraza, en nombre de sus padres Diego de Herrera e Inés Peraza, y de don Juan
de Frías, obispo de Canaria, para que arbitre entre ambas partes, sin
dilaciones judiciales ni altas costas. Didacus. Rodericus. Andreas. Antonius. Mármol. (E.Aznar; 1981)
1485 Junio 22. Muere Diego de Herrera con casi 60 años en la isla
de Erbania (Fuerteventura) a causa de una enfermedad grave. La colonia se vio
así libre de uno de los colonos europeos más tiránicos, cazador y tratante de
esclavos. Dejo 3 hijos Pedro García de Herrera, Fernan Peraza, Sancho de
Herrera y dos hijas Dña. María de Ayala, mujer de Diego de Silva, Conde de
Portalegre y Dña. Constanza Sarmiento, mujer de Pedro Fernández de Saavedra,
hijo del Mariscal de Zahara. Pedro García de Herrera, aunque era el primogénito
fue desheredado. Entre ellos se repartieron los despojos de las islas
colonizadas. A Sancho de Herrera se adjudicaron cinco partes de doce sobre la
renta y jurisdicción sobre las dos Islas Grandes de Titoreygatra (Lanzarote) y
Erbania (Fuerteventura) con las cuatro pequeñas del Archipiélago Chinijos,
Alegranza, Graciosa, Lobos y Santa Clara. A Dña. María de Ayala otras cuatro
partes. A Dña. Constanza Sarmiento las otras tres restantes. Y a Fernan Peraza,
que era el predilecto de su madre la señora de horca y cuchillo doña Inés, se
le asigno las islas de Gomera e Esero (Hierro). Este último murió de manos de
los isleños de la Gomera por haber quebrado el pacto de colatación. Tras la
muerte de Sancho de Herrera pasa el Gobierno de Lanzarote a manos de su hija
Doña Constanza Sarmiento y Pedro Fernández de Saavedra el Mozo su yerno.
1485 Julio 13. Los invasores europeos repartieron las
tierras usurpadas en el Valle de Tenoya desde la acequia vieja a la parte de la
Villa del Real, y se hizo un camino de cuatro estadales de ancho, por el que se
iba desde la Villa del Real de Las Palmas al lugar de Arucas, para cuyas
tierras se dio toda el agua del Barranco de Tenoya. El primer beneficiado fue
Juan de Civerio, al que se dio una suerte de tierra para un peón, en que ovo
cinco aranzadas, en el cual entró el vallecico de Las Palmas e otros pedazos
que están vera del barranco seco, con un pedazo de tierra que está vera de la
Vega, como va consignado por los mojones, en veinte de Diciembre de mil e
quinientos años. López Sánchez de Valenzuela, Gobernador de esta isla y
Repartydor y Reformador, dio a Juan de Civerio esta peonía de tierra. Unido a
ésta se otorgó data de una peonía de tierra de diez aranzadas a Antonio de
Arévalo, y otra, unida a la anterior y en el propio día a Juan de Civerio, y
encima de ello el Gobernador Pedro de Vera mandó darle más tierras hasta dar a
“una albarrada de canarios”, un pedazo de cañaveral, encima de dos pedazos de
tierra que se habían dado a Hernando de Miranda y a García de Asiego.”
1485 Julio 15. Córdoba. Merced de la
escribanía de Cámara y notaría pública a Gonzalo Fernández de Arevalo, en
remuneración de los servicios prestados durante la conquista de Gran Canaria,
nombrándosele además escribano público y notario de dicha isla hasta que el rey
provea nuevos escribanos, momento en que continuará siendo escribano público
del número de la ciudad o villa de la isla donde asentare su morada. El Rey y
la Reina. Alvarez de Toledo. Andreas. (E.Aznar; 1981)
1485 Julio 15. Córdoba (f. 37). Carta
de ahorramiento a favor de Inés, canaria, por su condición de cristiana. Se
declaran nulos los derechos que pudiese tener Fernando Manuel de Alcalá, su
antiguo dueño, por su incomparescencia ante el Consejo Real para defenderlos.
Johannes. Decanus Yspalensis. Antonius. Mármol. (E.Aznar; 1981)
1485 Agosto 30. Los Reyes Católicos, por Real Cédula, petición del
ex guanarteme de Galdar el traidor y converso Thenesor Semidán quien adoptó el
nombre cristiano de Fernando Guanarteme,
intentan poner remedio a las vejaciones que recibían sus pariente y amigo de
Gran Canaria desterrados en Sevilla; y mandan al alcalde mayor Juan Guillén que
se cuide de ellos, <des defienda de todo daño, obligue a buscar señores a
quien servir, cada uno con su amo, e juntos marido e mujer. ..» y «cuide se les
dé doctrina e costumbres cristianas...».
1485 Septiembre 2. Córdoba (f. 243).
Orden a Pedro de Vera, gobernador de
Gran Canaria, para que restituya a Lope de Zorita, vecino de dicha isla, su
casa y hacienda, un asno y un pedazo de tierra, más un majuelo y otro pedazo de
tierra, donde sembraba una fanega de trigo, que dió al obispo, y para que pague
el caballo que le mató; por lo que fue condenado en dos mil quinientos
maravedís por los drs. De Alcocer y de Villalón. Didacus. Johannes. Andreas.
Decanus Hispalensis. Antonius. Mármol. (E.Aznar; 1981)
1485 Octubre 20. Testa en Sevilla el soldado mercenario y
obispo de la secta católica Juan de
Frías porque una grave enfermedad le detenía postrado en aquella ciudad, a cuya
población se había trasladado para tratar asuntos relacionados con la diócesis.
Se dice que este obispo católico cortó más cabezas de canarios que las tropas
de Pedro de Vera.
Consta por documento público que
otorgó en aquella ciudad el 20 de octubre del mismo año, la valiosa donación
que hizo a favor de su deán y Cabildo respecto a todas las casas, huertas,
muebles, alhajas y esclavos que
poseía en Winiwuada (Las Palmas) y en las islas de Fuerteventura y Lanzarote.
En el expresado documento decía: “Que por
cuanto él tenía grandes cargos del deán e Cabildo de su Iglesia e en
remuneración e satisfacción de aquellos e por descargo de su conciencia e
porque toviesen cargo de ro- gar a Dios por su ánima e fazer memorias por él en
cada un año, que les daba e dio en donación fecha entre vivos e non revocable,
agora e para siempre jamás, unas casas que dijo que tenía en la isla de
Lanzarote e otras casas que dijo que tenía en la isla de Fuerteventura en el
Antigua e donó las casas de su morada que él tenía en la isla de Gran Canaria,
todas juntas, como estaban e la huerta que él tiene e mandó comprar e por cuanto tenía siervos esclavos que
él los daba e dio a la fábrica de la dicha iglesia Catedral de Canaria...”.
A los pocos días de otorgado este
documento falleció en Sevilla, sucediéndole don fr. Miguel de la Serna, a quien
el papa Inocencio VIII expidió las bulas el 29 de marzo de 1486.
1485 Octubre 29.-Miércoles. En el Libro de Datas que se custodiaba
en el Ayuntamiento de Las Palmas, se leía la siguiente nota: Don Fernando de
Agaidad, rey que fue de Agáldad, canario conquistador. Dióse más al dicho don
Fernando por el dicho Pedro de Vera el valle de Guayedra con su término
redondo, que fue pedido por el dicho don Fernando de Agáldad".
1485
noviembre 20.
Traslación de Rubicón a Canaria y
estatuto de esta santa iglesia
“Exonerado de este modo el clero
de nuestra diócesis de la exacción de quintos
y reintegrada la catedral en la
posesión de sus diezmos, presentó a las Canarias, en su célebre deán don
Juan Bermúdez, un émulo del conquistador Rejón en el mando y su enemigo personal en todo lo demás, en cuyas tramas fue víctima el gobernador Pedro del Algaba. Finalmente sabemos que, al tiempo que se arreglaron los estatutos para la
traslación, concurrieron en la casa
de cuentas de la santa iglesia de
Sevilla, con el apoderado del obispo de Rubicón, el tesorero y tres canónigos de su cabildo, cuyos estatutos, por haber yo creído que no se debieron hacer hasta después de la conquista de Canaria, me indujeron a error en el tomo I de esta obra, página 543. Pero no hay
duda, que se arreglaron en 1483, en virtud de la antigua bula de Eugenio IV,
solicitada
en 1435 por don fray Fernando Cálvelos, y que el obispo don Juan de Frías, desde que fue
aprisionado el guanarteme de Gáldar, aun sin estar enteramente rendida aquella
isla a las armas del general Pedro de Vera,
remitió sus poderes a España, para que se
tratase con la metropolitana de Sevilla de la traslación de la catedral de
Rubicón y se arreglasen sus rentas y
prebendas de nuevo, mediante otra bula
de Sixto IV, que no he
visto.
Los venerables y
circunspectos señores deán y cabildo de Sevilla diputaron para ello dos
sujetos condecorados de su cuerpo, que fueron el reverendo señor don Juan de Ilion,
doctor en decretos, abad de Valladolid y
deán, y el reverendo don Iñigo
Manrique, protonotario de la santa sede apostólica, tesorero, provisor y vicario general por el muy
reverendo don Iñigo Manrique, arzobispo de aquella
metropolitana, su tío, quienes habiéndose juntado en cabildo el día viernes 22 de mayo de 1483, a la hora de tercia, acordaron para la
nueva catedral sufragánea los
siguientes estatutos:
I.
El número de las prebendas será de treinta y dos, a saber, seis dignidades,
esto es, deán, arce diano, chantre,
tesorero, maestrescuela y prior, y luego
se añadieron otras dos, que fueron arce diano de Fuerteventura y arcediano de Tenerife, «por que plegué a
Dios de la dar a los cristianos».
Diez y ocho canonicatos y las
seis prebendas res tantes divididas en doce
racioneros, a media canongía cada
uno.
II. Las
vacantes en los meses ordinarios se han de proveer simultáneamente
entre el prelado con su cabildo, salvo en las dignidades, que pertene cerán a
solo el prelado, si no es el deanazgo, que ha de ser acción del
cabildo, con provisión del papa, y en todo a ambos juntamente.
III.
El cabildo será administrador de la fábrica.
IV.
Tendrá su facedor de las rentas de diez mos,
pertiguero y repartidor.
V.
Previénese el
modo con que se han de componer
amigablemente en cabildo los denues tos de los beneficiados,
«quod Deus avertat».
VI. Que el
prelado no los castigará sin noticia del cabildo, y que la pesquisa se ha de
hacer con los diputados de éste, según el estatuto de Sevilla.
VIl. El valor de los diezmos se habrá de dividir en tres partes, una para el
prelado, otra para el cabildo y la otra
subdividida en tres partes, para la fábrica de la catedral, las fábricas
de las parroquiales y sus curas, con las
primicias y emolumentos.
VII.
El cabildo pondrá los curas en su parro quia, los
cuales percibirán las dichas primicias y emolumentos.
IX. Trátase del juramento de servandis
statutis, que el prelado y prebendados deben hacer en tomando posesión de su
iglesia; como asimismo de las distribuciones de la mesa capitular, arre gladas por
canongía, según las horas, de manera que el canónigo, de una
masa como de 11 000
maravedís, tuviese cada día 6 570, no contando
maitines.
maravedís, tuviese cada día 6 570, no contando
maitines.
X.
Arréglanse los tiempos en que se han de ganar las
horas.
XI. Cuando el
prelado asista, ha de ganar por dos prebendas.
XII.
Concédense cuatro días de recles en cada mes, con
facultad de poderlos juntar todos.
XIII. Ganarán los comensales del obispo, cuando le acompañaren en
la visita.
Tales fueron los capítulos y
primordiales estatutos que los diputados de la metropolitana de Sevilla dieron a la nueva catedral de Canaria y que el obispo don Juan de Frías y los venerables y circunspectos
varones don Pedro de la Fuente, arcediano,
don Fernando Rodríguez de Medina, tesorero,
Pedro Valdés, bachiller en decretos, Juan de Millares y Fernando Alvarez, canónigos, por sí y en nombre de todos los demás canónigos beneficiados que eran y serían, juraron guardar perpetuamente, estando en la casa de cuentas de aquella ciudad y siendo testigos los honrados y discretos
varones Antón Lobato, sochantre de la iglesia de Sevilla, Fernando Rodríguez de
Frías, sobrino del mismo obispo de Rubicón, Juan de Logroño y Diego de Tarifa,
por ante Alonso González de Tarifa,
clérigo de Sevilla y notario público por autoridad apostólica y arzobispal.
La traslación solemne de la catedral de Rubicón, donde
dice el señor Murga que «estaba como retraída», no se ejecutó a la villa del
Real de Las Palmas
de la Gran Canaria hasta 20 de noviembre de
1485, en cuyo día se celebró la dedicación
en la nueva iglesia de Santa Ana, habiendo
antes servido de parroquia, bajo del mismo
título, la que es hoy ermita de San Antonio Abad. Pero volvamos a los estatutos del cabildo.” (José de Viera y
Clavijo, 1982. T. 2:283 y ss.)
1486. Ocho
delincuentes gallegos de alcurnia, fletaron carabela, con intención de ganar el
omecillo. Yendo "por la mar adelante", a vista de Titoreygatra
(Lanzarote), primera isla en la ruta de Tamaránt (Gran Canaria), les sorprendió
la tormenta. Obligados a desembarazarse de armas y despensa, regresaron para
reponer existencias. Otra vez a punto de tocar en destino, el tiempo les
devolvió a Sanlúcar del "Marisco". Inútil la tercera intentona, por
haber terminado la contienda, consiguieron el perdón el 30 de mayo de 1486, en
atención a su buena voluntad. Falto de influencias el omiciano Gonzalo
Carrillo, vecino de Pontevedra, fue llamado a pelear contra los "enemigos
de nuestra santa fe", en el sitio de Málaga. Manifestando la falta de
entusiasmo habitual, aportó certificado de Monxica y Vera, que le declaraba
cumplido, habiendo dejado atrás una Tamarant (Gran Canaria) conquistada. Ferrand
Coyceyro, vecino de Santiago de Castello, se libró de ir a la guerra de
Granada, porque sirvió 8 meses con Pedro de Vera, hacía 11 años,
"principalmente en las Islas de Tenerife y la Palma", dejando la Gran
Canaria sojuzgada. (L. Al. Toledo) 1488 Aprovechando estancia en Sevilla, a 15
de febrero de 1488, Inés formalizó el mayorazgo, instituido en vida del marido.
Enumeradas las islas mayores y menores, con "todas las otras islas de
Canaria", a las que tuviese "derecho e abçion", ratificó las acusaciones
contra su primogénito: "como diablo propio" cayó "en mal caso..,
deseando de nos matar e buscando fuerças para ello", hasta que "le
fisimos prender". "Ombre fuera de toda verdad e merescimiento",
el matrimonio concluyó, a su tiempo, "que nos sería gran cargo de conciencia",
poner en su mano bienes temporales, pues los emplearía "para mal".
1486. Fray Miguel López de la Serna , de la secta católica de los franciscanos
(O.F.M)., por muerte del obispo Juan de Frías, es nombrado obispo de
Canarias-Rubicón por el
Papa Inocencio VIII.
1486.
Es
conocido el hecho de que la fabricación y comercialización del azúcar fue el
principal motor económico de la colonización europea de las Islas Canarias tras
la invasión y conquista. Gran Canaria se caracterizó desde los años finales del
siglo XV por ser la isla donde más se intensificó el cultivo de la caña y la
producción del azúcar blanco y sus derivados. En 1514 había más de veinte
ingenios funcionando con plena rentabilidad. De todos ellos, al menos entre
1490 y 1510, el de Agaete fue el más grande y próspero.
Los
últimos años del siglo XV vieron levantarse varios ingenios en la comarca de
Gáldar, desde Lairaga hasta Agaete. El clima benigno de la zona, la facilidad
de acceso a agua de riego, la proximidad de buenos puertos y de bosques
madereros, fueron factores esenciales para que en pocos años se transformara el
paisaje del noroeste de Gran Canaria, donde surgieron explotaciones de cultivo
de la caña de azúcar de dimensiones más que respetables. Los beneficios del
azúcar dieron de comer a toda la población de la zona durante décadas y
trajeron riqueza a sus pobladores, que, gracias a sus ingresos, pudieron
prosperar e importar todos aquellos productos europeos que no se fabricaban
locamente, tanto los necesarios como los que les proporcionaban prestigio y les
permitían ostentar, cuando podían, un cierto lujo.
La
hacienda de Agaete tuvo su origen en un cercado que el por entonces alcaide de
la torre de Agaete, Alonso Fernández de Lugo, esclavista y futuro invasor conquistador de La Palma y Tenerife, plantó de
cañas en tierras donadas por la Corona. Según testigos de la época, el ingenio de
Agaete fue el segundo que se levantó en Gran Canaria, posiblemente poco después
del que construyó en Las Palmas el gobernador Pedro de Vera. En este artículo
adelantamos noticias desconocidas de aquella fábrica de azúcar, que durante
unos años fue la más importante de Canarias.
En
torno a 1486, y con la ayuda económica de sus familiares, sobre todo de su
hermano Pedro Fernández de Lugo Señorino, Alonso de Lugo despedregó y plantó de
cañas un extenso terreno que iba desde lo que hoy es la población de Agaete
hasta el actual Puerto de las Nieves. Del contenido de un proceso judicial
desconocido que hemos encontrado en el Archivo de la Cancillería de Granada
nos llegan datos inéditos sobre la ubicación y desarrollo de la hacienda de
Agaete.
El
ingenio se construyó al lado del mar, debajo de las tierras cultivadas y cerca
de la antigua torre, en lo que pudo ser el germen del caserío adyacente al
muelle actual. Las cañas estaban plantadas a ambos lados del barranco y eran
regadas por dos acequias cuyas fuentes se encontraban al lado del caserío de
“El Agaete”, como se llamaba entonces. La extensión de la hacienda en aquel
tiempo era de noventa fanegadas, es decir, unos 495.000 metros cuadrados ,
lo que la hacía la mayor de la
Isla.
El
ingenio antes de su venta se componía de varias edificaciones. Además del
molino en sí mismo, que recibía la denominación de “casas de prensas de madera”
o “casas del ingenio”, estaba el horno o “casas de calderas”, que era donde se
cocía el melado o líquido resultante de la molienda y se colocaba en las
formas. A continuación otra estancia recibía el nombre de “casas de purgar”,
que es donde se colocaban las formas hasta que cristalizaba el azúcar contenido
en su interior.
El
núcleo central del asentamiento fue la primitiva torre defensiva levantada
durante la conquista en 1481. Según se desprende de las respuestas de los
testigos de la época a los interrogatorios del mencionado proceso de Granada,
la torre se encontraba al lado del mar, a la derecha del arroyo que venía del
barranco de Agaete, mirando desde el mar. Al lado de la torre comenzó Lugo a
plantar las primeras cañas en un terreno acotado que se denominó “cercado viejo”.
El testimonio de Fernando de Guzmán es el siguiente: “Dixo que sabe que al
tiempo que fue fecha la dicha merçed al dicho Adelantado, poseya e tenya un
çercado de tierra que está junto a la torre, dende el açequya de las fuentes
fasta la dicha torre, en que puede aver veynte fanegadas de senbradura poco mas
o menos. E que lo sabe porque lo vyó”. Otro testigo es Pedro Maninidra: “A la
segunda pregunta dixo que lo que sabe de esta pregunta es que este testigo vio
que el dicho don Alonso Fernandes de Lugo tenia e poseya, al tiempo contenido
en la dicha pregunta, çiertas tierras en el dicho valle del Agaete, e
señaladamente el çercado que estava junto con la torre, e que no sabe sy tenia
titulo a ello o non, ni este testigo oyó dezir que lo toviese. E el dicho çercado
podia aver veynte fanegas de senbradura e dende arryba porque la ha visto
muchas vezes senbrada”.
Al
otro lado del arroyo plantó el “cercado nuevo”. Entre estos cercados y el mar
levantó el hacendado el primer ingenio, muy posiblemente en lo que hoy es el
Puerto de las Nieves. Estos dos cercados estaban plantados de cañas y regados
por dos acequias, las “acequias viejas”, que nacían cerca del lugarejo de
Agaete y bajaban por ambos lados del barranco y, además de regar y mover la
rueda del molino, servían de linderos para cada cercado. Encima del cercado
nuevo, al otro lado de la acequia de la banda izquierda del barranco, la más
próxima a Gáldar, se encontraba otro cercado de secano, al que se llamó “de Las
Palmas”, por el palmeral existente en aquel lugar. Este cercado no se utilizó
al comienzo de la explotación de la hacienda. Al otro lado del barranco, encima
del “cercado viejo”, y al otro lado de la acequia, existía otro cercado también
de secano donde se sembraron cereales, principalmente cebada.
Así
lo describe el escribano Bartolomé Sánchez, actuando como testigo en el Proceso
de Granada: ".. e porque sabe las dichas tierras e le vio tener al dicho
Alonso de Lugo puesto de cañas un çercado grande que dizen el Çercado Viejo, e
otro que dizen el Çercado Nuevo, que está de la vanda del arroyo hazia la parte
de Galdar, e otros dos por poner, uno que dizen el de Las Palmas e otro que
está ençima del dicho Çercado Viejo, donde está al presente el yngenio que hizo
el dicho Françisco Palomar. E que en los dichos çercados ay higueras, e que le
paresçe a este testigo que en los dichos quatro çercados avria las dichas çient
hanegas de tierra, poco mas o menos…".
En
este cercado superior, que llegaba barranco arriba más alto que el poblado de
Agaete, que quedaba enfrente, al otro lado del arroyo, fue donde se levantó el
segundo ingenio por Francisco Palomar años después y cuyos restos han sido
descubiertos recientemente.
La
primera descripción general de la hacienda e ingenio de Agaete, en Tanarant
(Gran Canaria) es de 1492, fecha en que
se produjo la confirmación real de la data inicial. A través de dicho documento
conocemos la extensión de la hacienda:
"Por
quanto por parte de vos, Alfonso de Lugo, alcayde de Gaete, nos fue fecha
relaçion que vos teneys e poseeys en la ysla de la Gran Canaria , en
termino del lugar de Gaete, desde el dicho lugar fasta la mar noventa fanegadas
de tierras se senbradura, donde dis que aveys plantado e puesto cañaverales e
otros arboles".
En el
contrato de la venta del heredamiento a Francisco Palomar de 1494 se contiene
la primera descripción del estado de la hacienda e ingenio:
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