1471-1480
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1471 Octubre 29.
José Bernardo Romero nos dejó un
breve relato de la incursión de unos piratas argelinos en las costas de Arico
en la isla Chinech (Tenerife), en la que destruyeron una imagen de la Diosa de la Luz , imagen origen guanche y
sencretizada por la secta católica después de la invasión europea como virgen
de la Luz ,
“…Se mantuvieron en la Playa todo el día, que a la noche quisieron
saltar en Güimar, y al día siguiente se desapareció.
Hallose la puerta que mira a la cumbre con
una gran rotura por donde entraba bien un hombre, que con los alfanges, piedras
y palos, hasta romper las tablas de la puerta.
Entraron al robo y otros afuera de espías
(como advirtió un pastorcillo); se fueron al altar y la Sta. Imagen la llevaron
más abajo del horno y allí la despojaron y la destroza ron, de suerte que,
según el estrago, parece que hubo allí una gran batalla. Vióse en el terreno
sólo el nicho vacío y todos lloraban la pérdida de la Virgen y trataban de
encontrarla, y comenzaron a aparecer menudas reliquias de la que era objeto de
tantas atenciones: aquí una perla, allá un coral, más allá una cinta, un pedazo
de dedo, una flor. Por fin, entre unas tabaibas se encontró la cabecita de la
Sta. Imagen, y el cuerpo sin brazos, sin manos. Uniéndola del mejor modo, se
colocó en el altar y le dieron adoración. No se pudo hallar el Niño. Ya en otro
tiempo, habiéndolo hurtado de los brazos de su Madre un individuo devoto,
estuvo nueve años en .tierras de infieles, hasta que, por modo extraordinario y
milagroso, se restituyó a la Virgen, como lo acredita una relación verídica que
se halla entre los papeles de D. Diego
Martínez, vecino de La Orotava, y el Venerable Vicario la mandó en estos días,
para que la viésemos, y queda notificada en este libro, y del mismo modo
esperamos se vuelva a restituir. Daba horror entrar en la ermita. Robaron el
frontal, manteles y candeleros, la lámpara y una lámina retrato de Ntra. Sra.
en el lado del altar, la campana, unas corti- nas de la sacristía, pero no
hicieron daño al cajón donde estaba el cáliz, flores y otras alhajas del culto;
tal vez por no tener tiempo no lo rompieron, al ver bajar a la gente.
Trájose la imagen a la Parroquia, donde se
vistió y compuso con la decencia posible y al otro día se puso en el trono,
donde estuvo hasta el domingo siguiente, y se hizo función en desagravio, a la
que concurrió mucha gente. Desde entonces se despojó de todo la ermita, sin
dejar en ella cosa alguna, y lo mismo la de Ntra. Sra. de la Luz, y recogido
todo se conservan las imágenes en la Parroquia y sólo bajan a su hermita el día
de su fiesta.
Se supo que la embarcación era de Argel,
donde se halla D. Francisco
Saviñón, cautivo, que vio llegar la goleta y vender las ropas y el Niño de la
Virgen, ya que se han hecho todas las diligencias para redimir el Santo Niño
cautivo.” (18 APSJA, Libro de Fábrica de la ermita de las Mercedes,
Relación sobre el ataque argelino)
1472. De cabalgada Alonso Luís de Lugo,
como de costumbre, se enteró de la veda al regreso. En el banquillo los autores
del rapto, el lengua "morisco" Diego Marcial, fue convocado como
testigo, por haber dicho que parientes de los cautivos, que formaban parte de
la presa, le informaron de un hecho, que no pudieron presenciar. Analfabeto y
primitivo, inició el relato en sus preliminares: el primer salto lo dieron en
el puerto de Suarçan, "ques abaxo de Sant Bartolomé". Entrando 15
leguas en el interior, hasta Telmaçar, llegaron de noche a la "cabeza del
río Çeguia", capturando una muchacha en La Palmita. "Más acá de
Çirgao", en la rada de Jarra, se hicieron con 36 "ánimas". Las
llevaron a embarcar en Cabo de Bojador, donde esperaban las carabelas.
Amparados por los barcos, siguieron la costa por tierra, hasta dar en Los
Percheles, donde terminó la cacería, por haber entrado en la conquista de
Portugal. Estando en terreno seguro, "Enhala, hijo de Bamba" abordó a
Marcial, dando su versión de lo ocurrido. Habiendo pagado los pescadores
alformaje, según costumbre, su alformar les acompañó al caladero, en compañía
de dos parientes, con el fin de protegerles. Pasado un tiempo prudencial,
fueron a buscarles "costa abaxo", en dirección a Cabo Blanco.
Encontraron al alformar muerto, "que le havían echado a la mar con unas
pezgas", sin encontrar rastro de sus compañeros. Siguiendo "más
abajo", descubrieron a unos castellanos pescando. Los capturaron con
intención de trocarlos por los ausentes, sin atender a las protestas del
"alformar del rey", que les acompañaba. Llevados ante el alcaide de
Tagaoz, "que juzga los moros de aquella tierra", ordenó entregarlos a
su protector, "para que los bolviesen a Cabo Blanco, donde los habían
tomado".
A la salida
del juicio, los parientes de los desaparecidos abordaron al alformar, pidiendo
que les diese los pescadores, pues no tenían otro medio de recuperar a los
suyos. Los entregó con promesa de que serían bien tratados, llegando a oídos de
los portugueses, que había rehenes cristianos en Tagaoz. Delegado oficial para
recuperarlos, prometió en nombre del rey devolver a los raptados en un plazo de
tres meses, denunciando civilizadamente a "los que havían traído los
moros, para que se los diesen". Pero los alárabes conocían por experiencia
la justicia del europeo. Desconfiados, respondieron que deseando tratar el rescate
sin intermediarios, le daban seis meses para regresar, con información sobre
los cautivos, prometiendo que a cambio le darían cinco pescadores, reservándose
los otros dos, para cambiarlos "moro por cristiano y cristiano por
moro". Imposible convencerles, el oficial "vino por los moros a
Canarias". No habiendo tenido noticias, Enhala preguntó a Marcial por el
paradero de sus parientes. El lengua le respondió llanamente: estaban en la
Canaria y tenían rescate, porque los compró un "padre de ánimas", que
era "su merced el señor Inquisidor"].
Habiendo declarado los pescadores que el alfomar y sus compañeros intentaron
capturarles, Marcial ratificó la versión, sin más prueba que su palabra.
Aferrándose al testimonio, falso de toda evidencia, los jueces declararon a los
raptados ganados en buena guerra. Y absolvieron a los raptores. (L. Alv.
Toledo)
1474. El Papa de la secta
católica Sixto IV creó la Nunciatura de Guinea y la encomendó a Fr. Alfonso de
Bolaños, ampliando el marco canario pues su acción se extendería al continente
y a todas las islas del Océano descubiertas o por descubrir. La Nunciatura se
extinguió en 1480, al reintegrarse a la Vicaría de la secta franciscana de
Canarias, pero por unos años vino a simbolizar plenamente la precedencia de la
misión sobre la conquista, y la importancia de la indispensable legitimación
religiosa de ésta, lo que no dejaba de producir contradicciones en la práctica.
Este fue uno de los tantos papas antitesis de los
que los fieles de la secta católica creen que representa un sumo
pontífice. Sixto IV, (1471-1484) de
nombre de pila Francisco de la Rovere, italiano por supuesto, romano imperator
de la cuna hasta la tumba, pasó por la orden de los franciscanos antes de
alcanzar la gloria del que es como los dioses, conocedor del bien y del mal. A
los 50 años de edad fue elegido General de los Franciscanos. Tres años más
tarde Pablo II lo hizo cardenal. Y sucedió a su padrino en el 71.
El Papa Sixto IV no tenía
precisamente fama de santo. Todo el
mundo sospechaba que había alcanzado la dignidad papal recurriendo al soborno y
que nunca mostró el menor reparo en llevarse por delante a cuantos cristianos
hiciera falta para lograr sus ambiciones.
Al papa Sixto IV sus sobrinos cardenales le
salieron todos ranas. No les bastaba a semejantes sapos vestir la púrpura y
haber sido creados a la imagen y semejanza de su Dios por un dios humano,
además tenían que demostrar que eran como dios, para lo cual debían escupirle
sus actitudes fornicarias, adúlteras, sodomitas y hechiceras en la cara a su
Dios.
Como todo el mundo sabe la causa tras la
bendición de la iglesia romana al asesinato de los Médicis se descubre en la
negación de Lorenzo el Magnífico a concederle otro crédito al Papa. Negarle
algo al todopoderoso pontífice romano, sin el cual no había salvación, era una
ofensa a la Santísima Trinidad, y en consecuencia el papa y sus sobrinos se
plantearon la caída de Lorenzo y su familia empleando como brazo armado la
familia Pazzi. La idea del papa era aprovechar la coyuntura para dar un golpe
de estado contra la república de Florencia y ponerla bajo el control del
cardenal Rafael Riario, su sobrino del alma. El complot falló. De los dos
hermanos sólo cayó uno y el que quedó se llamaba Lorenzo el Magnífico.
Desgraciadamente los príncipes italianos acabaron
por abrir los ojos, le vieron los cuernos al demonio que se sentaba en la Silla de San Pedro y
firmaron las paces. Sixto IV estuvo a punto de excomulgarlos a todos por
herejes y no creer que la
Voluntad del papa es el Verbo de Dios. A su tiempo sin
embargo, cuando los tiempos estuviesen maduros, la doctrina de la igualdad
entre el Verbo de Dios y la Palabra Infalible de los papas, se haría. Y así,
por igualdad matemática, el papa sería Dios entre nosotros.
No todo iba a ser negativo en aquel demonio de
papa. El hombre contrató a Miguel Ángel para que le decorara la Choza Sixtina y
embelleció la Ciudad
Eterna donde mora Dios Infalible en la Tierra con otros monumentos
épicos por los que pedimos la absolución para sus crímenes.
1474. Muerto
Enrique IV de Castilla en diciembre de 1474, Isabel declaró tierra de su
conquista las islas de África y Guinea, en agosto de 1475. Al esgrimir la
debilidad de Enrique IV, como causa de que el rey de Portugal, se hubiese
apoderado del predio, hizo confeccionar albalá, que lo probase. Se conserva
entre los papeles de Esteban Pérez Cabitos, en forma de copia autorizada de
carta original, "escripta en pergamino de cuero", supuestamente
sacada por Herrera, a 6 de marzo de 1470, en oficio de notario jerezano,
eclesiástico por más señas. Olvidando pasado inmediato, el falsario la fechó en
Plasencia, a 6 de abril de 1468, cuando el rey estaba privado de autoridad,
como prisionero su hermano, Alfonso XII. Declara que sometido a la
"subjestión e gran ynortunidad", de los condes portugueses de Tuguia
y Villarreal, cometió la injusticia de darles las islas de Tamarán (Gran
Canaria), Chinet (Tenerife) y Benahuare
(La Palma), "en las mis mares de España", despojando a Diego
de Herrera, al que trata de "noble caballero", sin haber merecido
siquiera el "don". Las devolvió con todas las Canarias e islas
adyacentes, como a "verdadero señor" de la "Mar Menor, en las
partes de Bebería". Complicando la cuestión, el rey metió en danza al Papa,
pidiendo el rey que "revoque e anule qualesquier letras e bullas, que en
contrario de esta revocación sean", sin caer en que no tocaba pito en el
entierro. (L. Al. Toledo)
1474.
Los esclavos constituían, en la
Castilla de fines del Medievo, un grupo ciertamente escaso, de caracteres residuales.
Procedían básicamente de prisioneros de guerra capturados a los musulmanes.
Muchas familias poderosas tenían a su servicio esclavos moros, como lo pone de
manifiesto la documentación bajomedieval, y en primer lugar, los testamentos. Pero desde finales del siglo XIV se
añadieron nuevas fuentes de captación de esclavos: las islas Canarias y el
mundo negro africano (Guinea y Senegambia). La región de la Corona de
Castilla en donde la esclavitud alcanzó mayor desarrollo fue Andalucía.
Ello se explica por diversas
razones, desde su posición geográfica, de cara tanto al reino nazarí de Granada
como al continente africano, hasta la actividad desarrollada por las colonias
de mercaderes extranjeros allí establecidos, y en primer lugar los genoveses.
La situación de los esclavos era degradante desde el punto de vista jurídico,
aunque era posible que obtuvieran la liberación. Pero sus condiciones reales de
vida variaban mucho de unos casos a otros, lo que dependía fundamentalmente de
la actitud adoptada por sus dueños. Su principal ocupación era, sin duda, la
dedicación a las tareas domésticas.
El mundo de los pobres era de una
notable heterogeneidad. El término pobreza podía tener también connotaciones de
carácter espiritual, pero desde el punto de vista social sólo se tienen en
cuenta para delimitar al sector de los pobres los elementos materiales. En el
mundo de la pobreza se incluye a todos aquellos que, independientemente de las
causas que lo habían provocado, carecían de lo indispensable para subsistir. A
los abismos de la pobreza se podía caer debido a la vejez, la viudedad o la
enfermedad. Pero la pobreza lindaba, asimismo, con el mundo, sin duda
variopinto, de los vagabundos, truhanes, rufianes, etcétera. Al fin y al cabo,
como señaló en su día J. le Goff, "pobre, enfermo y vagabundo son casi
sinónimos en la Edad Media".
Cuantificar la pobreza en la Castilla bajomedieval es de todo punto imposible, no sólo por el laconismo de las fuentes, sino también porque el umbral de la misma sufría frecuentes oscilaciones. Por lo demás la crisis bajomedieval facilitó la caída de muchos ciudadanos modestos al pozo de la pobreza. No obstante los datos que conocemos, procedentes de Sevilla y otras localidades andaluzas, apuntan a unos porcentajes de pobres situados entre el 15 y el 20 por ciento del total de la población de sus respectivos núcleos. Es de advertir que en esas fuentes aparecen mencionados exclusivamente los pobres fiscales, es decir gentes avencidadas en el lugar pero que, debido a su precaria situación económica, quedaban exentas de pechar. En cambio, no se consignaba en esos padrones a los vagabundos que merodeaban por las localidades censadas.
En los últimos siglos de la Edad Media se observa un cambio en lo que se refiere a la actitud hacia los pobres. De día en día ganaba terreno la idea de que los pobres eran individuos peligrosos, a los que había que vigilar. En las Cortes de Madrid del año 1435 se dijo, muy expresivamente, que había muchos "omes e mugeres valdíos e vagamundos... (que se dedicaban) ...a pedir por Dios e a otros ofiçios miserables, con entençion de non trabajar nin afanar sus cuerpos a ningund ofiçio". En las Cortes de Valladolid de 1351 se insistió en la misma idea, al establecer Pedro I que "ningunos omes nin mugeres, que sean et pertenescan para labrar, non anden baldíos por el mío sennorio, nin pediendo nin mendigando". Ciertamente, esas medidas iban dirigidas contra los que no querían trabajar pero no contra quienes "fueren tan viejos e de tal dispusiçion o tocados de algunas dolençias o enfermedades" que no pudieran hacerlo.
Mas de hecho resultaba difícil
distinguir, entre los que practicaban la mendicidad, a unos de otros.
Paralelamente en la literatura castellana de los siglos XIV y XV la pobreza
aparece como sinónimo de desgracia. El pobre, se lee en el Cancionero de Baena:
"...vive de Dios muy mucho apartado...
Así que su vida es siempre en dolor;
Encima, la muerte le toma en pecado ...
...Siempre su vida fue en tribulación
E hubo cumplida de Dios maldición".
(Julio Valdeón Baruque) Así que su vida es siempre en dolor;
Encima, la muerte le toma en pecado ...
...Siempre su vida fue en tribulación
E hubo cumplida de Dios maldición".
1474. Castillo de La
Luz en Winiwuada n Tamaránt (Las Palnmas de Gran Canaria) fue
edificado con muros de sillería. Actualmente se utiliza como sala de
exposiciones, gestionado por el Ayuntamiento capitalino. Debemos señalar que su
entorno ha mejorado considerablemente en los últimos años, debido a la
preocupación por conservar el Patrimonio Histórico Cultural Colonial.
1475. Después de dos días de movimiento popular contra la tiranía de los colonos asesinos Diego García de Herrera e Inés Peraza, liderado por el joven Juan Mayor, el lunes 20 de agosto, se reúnen gran número de vecinos ante escribano, y dan extenso poderes a Juan Mayor y Juan de Armas (canarios) para que, pasando a la Corte, expusieran las quejas de los vecinos contra el señorío de Diego de Herrera, un tirano sin fe ni ley, despótico, vengativo, concusionario y, expoliador ávido de rapiña y posible hijo putativo. Con el poder redactaron un amplio dossier en el que exponían los agravios y ofensas sin cuento que los vecinos de Titoreygatra (Lanzarote) venían recibiendo por parte del despótico Diego de Herrera, al tiempo que por conveniencia se declaraban fieles y respetuosos súbditos de la monarquía. Los mensajeros, fueron despachados, y con facultad para negociar hasta la suma de 15.000 maravedises, para los gastos de litigio garantizados por los principales sublevados.
Los emisarios llegaron a Castilla, pero enterado previamente de su llegada, Pedro García de Herrera, primogénito de Diego de Herrera, los izo seguir por cuatro forajidos de su confianza los cuales una jornada antes de llegar a Córdoba, los asaltaron, robándoles los documentos y secuestrándolos los mantuvieron encerrados hasta que la reina enterada del asunto ordenó ponerles en libertad. Mientras tanto, en Titoreygatra (Lanzarote) Diego de Herrera y su mujer continuaban atrincherados en su casa fuerte auxiliados por unos cuantos vasallos que les permanecían fieles. Casualmente en diciembre de 1476, aportó una carabela portuguesa y los vecinos que continuaban formados en consejo, decidieron embargarla fundándose en la guerra que mantenía la corona de Portugal con la de Castilla. Herrera creyó oportuno aprovechar la ocasión para vengarse de sus enemigos y tratar de recuperar parte de su poder y envió secretamente a su hijo Fernán Peraza a negociar con el capitán de carabela la ayuda de éste y la de los marineros, a cambio de una buena recompensa si conseguían con la tripulación y los pocos soldados que le habían permanecido fieles, detener a los principales vecinos sublevados.
Después de conseguir liberar a la tripulación portuguesa, estas en unión de las tropas de Herrera consiguen tomar por asalto La Villa de Teguise, eligiendo a doce vecinos de los más significados, y sin ningún tipo de juicio inmediatamente hace ahorcar a seis de ellos, confiscando los bienes de todos los detenidos con los cuales pagó a los lusitanos.
Los restantes seis vecinos que
esperaban su turno en los calabozos para correr la misma suerte, pudieron
escapar de la prisión embarcándose en una nao castellana que afortunadamente se
encontraba en la rada, éstos vecino eran Pedro y Juan de Aday, Juan Ramos,
Francisco García y Bartolomé Heneto. La reina enterada de los excesos del
sanguinario Herrera, expidió una carta de seguro a favor de los perseguidos
isleños.
Herrera y su mujer fueron
llamados a la Corte, y mientras se dilucidaba el derecho de Inés Peraza al
señorío de las islas ya conquistadas, le concedió Real facultad para crear
mayorazgo en las personas de sus hijos sobre los bienes y vasallos que poseía
en las islas Canarias. Pero como entre truhanes anda el juego, la reina
aprovecha la ocasión para hacerse con los supuestos derechos de conquista sobre
las islas de Chinech (Tenerife,) Benahuare (La Palma) y Tamaránt (Gran
Canaria), a cambio de pasar por alto los desmanes de Herrera y su mujer, cinco
cuentos de maravedises y el título de Conde de La Gomera, capitulaciones que
fueron firmadas en Sevilla, ante el escribano Bartolomé Sánchez de Porras, el
15 de octubre de 1477 Una ves más, los intereses de los poderosos predominan
sobre la justicia y libertad de los pueblos.
En cuanto a los sobrevivientes a
las iras de Herrera, debieron tener algún tipo de protección por parte de la
Corona Castellana, pues posteriormente vemos a algunos de ellos tomando parte
activa en la conquista de las islas de Tamaránt (Gran Canaria), Benahuare (La
Palma) y Chinet (Tenerife), e incluso los Aday recibieron datas en El Valle de
Güímar, y en Heneto en la isla de Chinech.
1476. En verdad, nada parece haber
alterado el señorío de la
Peraza , antes de mayo de 1476. Cerradas las islas a los
portugueses y a cuantos se encaminasen a la Guinea , sin licencia de los católicos, Diego de
Herrera habría de levantar hueste, para conquistar las islas inmediatas, en poder
de Alfonso V. El requerido se limitó a desembarcar en Bohío, rada de Marruecos,
alargándose a Galdar donde levantó torre, que llamó de Santa Cruz, dejando por
alcaide a un Alonso de Cabrera. Pasivo y enriqueño en otro tiempo, el señor de
las Canarias debió hacerse sospechoso de simpatizar con Juana, pues a 27 de
mayo, la reina concedió a Enrique de Guzmán, las Islas de Antonio o Cabo Verde.
En "poder de nuestro adversario de Portugal", tras conquistarlas,
podría conservarlas en señorío, con carácter de estado semi soberano. (L. Al.
Toledo)
1476. Prohibido
a los colonos de canarias asomar por Guinea y privados de visitantes, que daban
oro a cambio de matalotaje, el descontento cristalizó en desobediencia civil.
Llegada la hora de pagar las rentas, se negaron a soltar un chavo, alegando que
el matrimonio Herrera Peraza, usurpó la
isla a la corona. Por no desaprovechar la oportunidad de debilitar a las
partes, los Católicos nombraron juez pesquisidor a Esteban Pérez Cabitos, en
noviembre de 1476. Haría "pesquisa e inquisición" en Titoreygatra
(Lanzarote), averiguando si "Ferrera" ocupó la isla, "que es de
nuestra corona real y pertenece a nos". Repartido el salario del juez por
mitad, entre demandantes y demandado, se permitió a Herrera meter en cintura a
sus vasallos, a la espera de sentencia El matrimonio respondió probando su
derecho, con demanda de amparo adjunta: "se temen e recelan que algunas
personas", queriendo hacerles "daño", incitasen al pueblo a
desobediencia. Al no estar la situación para alegrías, los Católicos
reconocieron que habiendo tenido los Herrera - Peraza las Canarias, "de
veinte años a esta parte y más tiempo", por "justos y derechos
títulos de dominio y señorío", al no ser Lanzarote excepción, los vecinos
estaban obligados a pagar y obedecer, "fasta que primeramente sean sobre
ello llamados a juicio, oídos y vencidos por derecho". (L. Al.
Toledo)
1476. Habitantes de la isla Titoreygatra, (Lanzarote) tanto los
colonos como naturales se revela contra los tiránicos esclavistas Diego de
Herrera y Doña Inés por sus continuos reclutamientos de isleños para hacer las
razias en el continente a la captura de esclavos y rapiñas, amparados bajo el
silogismo de guerra a infieles y su
gestión abusiva. Tal fue la rebelión, que corrían todos los vecinos por las
calles de la Villa gritando que eran vasallos de los Reyes Católicos y que solo
por ellos querían ser mandados y juzgados.
La tristemente célebre en la
colonia doña Inés Peraza en venganza llenó toda la isla de tributación y de
sangre. Mandó prender a 12 vecinos de los más significados en el alzamiento y
les embargó los bienes, papeles, títulos y escrituras. No paró aquí el castigo,
la mitad de los 12 vecinos fueron arrestados y ahorcados, y la otra mitad
hubiera corrido la misma suerte si no llegar a huir a Sevilla (Pedro y Juan de
Aday, Juan Ramón, Francisco García, Bartholome
Heneto y Juan Bernal) los cuales fueron atacados por los Portugueses y
desposeídos de escrituras y cartas de derechos, que posteriormente pasaron a
manos de Vizcaínos que acabaron con los Portugueses.
1476.
Los invasores europeos constituyen
jurídicamente según las leyes castellanas el Señorío Territorial de Erbania
(Fuerteventura), por el cual, los nefastos Reyes Católicos reconocen al colono
su dominio sobre la Isla. La
Villa de Betancuria, donde se asientan los conquistadores, se convierte en el
eje que ostenta el poder administrativo por medio de un Cabildo (a modo de
Ayuntamiento único), sometido a los Señores como propietarios de la Isla.
1476 Enero 11. Halló Hernán Peraza en Canaria una barca grande que
había venido de Lanzarote á traerle bastimentos, enviada de su padre y orden de
rescatar algunos cautivos cristianos, portugueses y algunos castellanos que
desde la pérdida de la Torre, como dijimos, asistían cautivos. Acordaron los
canarios hacer un Cabildo ó Concejo de todos los capitanes qaires, Faisajes de
la Isla, en las cuevas de Gáldar, con acuerdo de Pedro Chamaida, portugués, que
fue alcaide cuando hubo Torre en Gando, y asistió siempre en Canaria. Salió de
acuerdo acordar intratado con Diego de Herrera que los librase de enemigos sus
playas y: costas, dándole la
orchilla y fuesen libre los cautivos de ambas partes viniendo á Canaria los que
se hallasen en Lanzarote y demás Islas, y ellos dando á los cristianos todo
conforme habían pedido á los canarios Diego Herrera cuando pactó la fábrica de
la Torre, devolviéndoles los rehenes, y para ello envió Guadartheme de Gáldar y
el Reyezuelo de Telde diez capitanes canarios con Pedro Chamaida, que los
nombres y lugares de ellos y sus partidos son los siguientes: llegaron á Lanzarote á once de enero,
saliendo de Canaria Domingo á nueve; que todo pasó ante el escribano de
Lanzarote Juan Ruiz de Crimeta, que trae el Instrumento el P. Fray Juan Galindo
en su Manuscrito de Conquista.
Los gaires más principales que
vinieron á nombre de los dos reyes y demás son: Acoraida, de Telde; Egenenacar,
de Agüímes; Vildacane, de Tejeda; Aridani, de Aguerota; Izaco, del qaete;
Achudinda, de Gáldar; Adeun, de Tamaraceite; Artenteifac, de Artevirgo;
Ajuteicar, de Atiacar ó Autiaca que es hoy el lugar de La Vega; y qurirujon, de
Arucas.* Fueron muy bien recibidos de Diego de Herrera y demás vecinos, mas
nunca quiso admitir ni perdonar á los vasallos que depusieron de él en España,
que estaban ausentes de sus familias; ésto hicieron los canarios viéndose en el
último remedio, procurando Chamaida mudar de intento con el de su Señor, de que
tenían esperanza. (Marín d Cubas) * Para Abreu Galindo, Acosayda por Acoraida,
Aridañy por Aridani, Saco por Izaco, Achutindac por Achudinda, Ahuteyga por
Ajuteicar, y Guriruquian por Gurirujon.
1476. Mayo 28. Burgos (f. 363). Carta al Almirante mayor, a los
concejos y vecinos del arzobispado de Sevilla y obispado de Cádiz, ya los
capitanes de cualquier tipo de embarcación, a petición de Diego de Berrera,
señor de las islas Canarias, para que consientan que éste saque pan y otros
mantenimientos para la gente de guerra, a pesar de las medidas existentes
contra dichas sacas. Merced destinada al sostenimiento .de las islas ya
sometidas y a la conquista de las que no lo están, y bajo la condición de
emplear dichos mantenimientos para el citado fin y no venderlos a los enemigos
de la fe o a portugueses. El Rey y la Reina. Avila. Registrada: Diego Sánchez.
(E.Aznar Vallejo. 1981)
1476 Mayo 28. Burgos (f. 364). Carta a los concejos y vecinos de
las islas Canarias para que se unan a Diego de Berrera, señor de las islas, en
la empresa contra los portugueses, impidiéndoles entrar y comerciar y
atacándoles, ya que el Reino está en guerra con Portugal. Diego de Berrera
recibe poder cumplido para todas sus actuaciones, incluso para la expulsión de
los sospechosos de colaborar con el enemigo. El Rey y la Reina. A vila. Reg.
Diego Sánchez. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1476 Noviembre 16. Toro (f. 745). Carta a las justicias del Reino,
a petición de Diego de Berrera, veinticuatro de Sevilla, y de su mujer doña
Inés Peraza, para que amparen a éstos en la posesión del señorío de Lanzarote,
con jurisdicción alta y baja, civil y criminal, y con poder para recaudar las
rentas y pechos de dicha isla y para tener por vasallos a los vecinos y
moradores de la misma. El Rey y la Reina. Respaldada: Rodericus. Reg: Diego
Sánchez. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1476 Noviembre 16. Toro (f. 746). Comisión a Esteban Pérez, vecino
de Sevilla, a petición del concejo y vecinos de Lanzarote, que defienden la
pertenencia de dicha isla al rey, para que averigüe quiénes conquistaron dicha
isla y en nombre de quién lo hicieron, quiénes han sido sus poseedores, a
quiénes pertenece por derecho y con qué título Diego de Herrera ha ejercido su
señorío. Se le ordena recibir testimonio de cuantas personas puedan informarle,
incluidos Diego de Herrera y su mujer, debiendo enviar dichos testimonios,
junto a las demás pruebas, firmadas por él y por el escribano ante quien
pasaren, en un plazo inferior a tres meses, y se le conceden cien maravedis
diarios de salario, que le han de pagar Diego de Herrera y el concejo de la
isla a partes iguales. El Rey y la Reina. Camañas. Reg: Diego Sánchez.
.(E.Aznar Vallejo. 1981)
1476 Noviembre 25. Toro (t 747). Carta a las justicias del Reino, a
petición de Diego de Herrera, veinticuatro de Sevilla, y de su mujer doña Inés
Peraza, para que amparen a éstos en la posesión del señorío de Lanzarote, del
que disfrutan pacíficamente desde hace más de veinte años, con jurisdicción
alta y baja, civil y criminal, y con poder para recaudar las rentas y pechos de
dicha isla y para tener por vasallos a los vecinos y moradores de la misma. El Rey
y la Reina. Camañas. Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar Vallejo. 1981)
1477. Fernán
Peraza, hijo de los invasores Diego García de Herrera e Inés Peraza (y nieto de
Fernán Peraza, muerto en 1.452) se dedica a fortificar la costa del coontinente
frontera a las islas, en la cual funda (cerca del cabo Nam) Santa Cruz de Mar
Pequeña para asegurar las cabalgadas desde las islas; y se dedica a la
esclavización de guanches de la Gomera, de los cuales captura cien con ayuda de
dos carabelas de Palos y de Moguer, y los vende en Andalucía como esclavos.
1477. Juan de
Frías es nombrado obispo de Rubicón por el Papa Sixto IV.
1477. El colono Juan de Frías, obispo de Rubicón, va a la corte
castellana a denunciar la esclavización y venta que hace o permite hacer contra
toda ley Diego García de Herrera, contra guanches ya cristianizados bautizados
o catecúmenos. Este en un conflicto que siempre mantuvieron los invasores
europeos por una cuestión de intereses, la iglesia católica obligaba a los
guanches bautizados a pagar el diezmo, como garantía de una supuesta defensa de
la iglesia católica ante los desmanes de los mercenarios seglares. Por otra
parte, está ampliamente documentada la participación de los clérigos católicos
en la venta de guanches como esclavos.
1477. Isabel y Fernando, reyes de
Castilla y Aragón, por Real Cédula, de Sevilla, a 20 de septiembre de 1477,
secundando las bulas Regimini gregis de 1434, Bonus pastor de
1462 y Regimini gregis de 1476, recogen a los indígenas traídos de la
Gomera a Andalucía como esclavos y vendidos como tales, para enjuiciar el caso.
1477. Isabel y Fernando, reyes de Castilla y Aragón, por Real
Cédula, de Sevilla, a 28 de septiembre de 1477, reiteran lo mandado por la Real Cédula anterior .
1477. Fernán Peraza, hijo de Diego García de Herrera e Inés Peraza,
alega ante el rey de Aragón Fernando en propia defensa que, cuando vivía el
infante don Enrique el Navegante, de Portugal, éste había hecho tres «pactos de
paces» con los indígenas de Gomera para “catequizarlos” (debe de referirse a
los años 1.453-1.456) y los guanches habían aceptado la soberanía de Portugal;
y, por ello, tenía derecho a esclavizarlos. (Esta razón tiene síntoma de ser
una argucia de Fernán Peraza, alzada sobre la argucia previa del infante don
Enrique el Navegante).
1477. Libre el
señor de pignorar vasallos, tratantes de esclavos de Palos y Moguer formaron
flota, en 1477, de carabelas y una carraca nueva, yendo a la isla de
Titoreygatra, en busca de esclavos. Complaciente con la clientela, Fernán de
Peraza capturó vasallos, sirviendo el pedido. Cobrados y embarcados, fueron
vendidos en Andalucía, quedando el stock "cativos en ferros, como si
fuesen moros", según costumbre. Inopinadamente excitado por el poder
político, a 28 de septiembre de 1477, el Obispo de Rubico, so pretexto de que
los naturales de las Yslas de Canaria, reducidos a esclavitud, "asy con el
favor del señor de las dichas islas, como de otras personas", eran
cristianos o estaban en vías de serlo, cumpliendo "todos los mandamientos
de la madre santa iglesia.., como verdaderos cristianos", recibiendo
"los sacramentos e le avían pagado e pagaban sus diezmos", primera
obligación del creyente, ordenó a los justicias en general y a los de Palos y
Moguer, en particular, el secuestro de las "piezas", para ponerlas en
manos de "buenas personas", a la espera de pasaje, que les
reintegrase a sus islas, en especial a los gomeros. Sin temor a incurrir en
contradicción, por no haber quien pudiese contestarle, el Católico, estante en
Jerez, exigió a 12 de noviembre el quinto, en metálico o gomeros, amenazando al
mercader moroso con embargo y subasta de bienes, sin más consuelo que el de
poder demandar a Fernán, para que restituyese lo cobrado. Sagrados los ingresos
de la corona, se llegó al extremo de que Juan Guerra y Juan Alfonso, habiendo
pagado puntualmente, al regreso de Tamaránt (Canaria) innominada, "otras
partes qualesquier" y la Gomera, con carga de oro y esclavos, se vieron
entre rejas, porque funcionario venal, ingresó el quinto en su bolsillo.
Estando en la real gracia, los
señores de islas ya colonizadas pidieron licencia, para crear mayorazgo.
Vinculando bienes habidos y por haber, nombraron las siete islas, sin excluir
las mayores. Que fuese aprobado por la corona, incide en el supuesto de que los
topónimos comprendían diferentes territorios, sin afectar las conquistas de los
reyes, a la propiedad de Inés. Acusando al primogénito, Pedro García de
Herrera, de haber intentado alzarse con las Canarias, estableciendo
"monipodio con los vasallos, e buscando formas como prendiesen al dicho su
padre e deseándonos matar e buscando fuerças para ello", sus progenitores
le declararon "indigno... de aver el tal mayorazgo, por muchas cabsas de
yngratitud que ha cometydo, contra Dios que le fizo e contra mí que soy su
madre e aun cometió contra su padre...". Desheredado, nombraron sucesor al
segundón, Fernán, que recibió La Gomera Hierro, a título de adelanto. (L. Al.
Toledo)
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