1660 Febrero 10.
Los naufragios forman parte de la historia
marinera de La Palma
desde tiempos inmemoriales, como sucede en cualquier otra tierra vinculada con
la mar. Los cronistas de los siglos XVII y XVIII dejaron escritos los relatos
de una serie de sucesos que han llegado hasta nuestros días gracias a la
compilación del célebre cronista palmero Juan B. Lorenzo, autor de “Noticias
generales para la Historia
de La Palma“.
En lo que se refiere al siglo XVII, se cita que
el 10 de febrero del año 1660 se encontraba en el puerto de Santa Cruz de La Palma, cargando pipas de
vino, un buque inglés llamado Ángel de Londres, al mando del capitán
Jarvis Michel. El barco era propiedad de Michael Spicer y Robert Swecetinge,
dos mercaderes ingleses residentes en la Isla.
A tenor de la descripción, parece claro que se
levantó un tiempo “caldereto” “tan poco frecuente en esta rada”, que hizo que
éste y otros buques que estaban fondeados fueran a estrellarse contra las
piedras. Sus dueños, que no pudieron encontrar aquí barco alguno “que se le
fletase, ni vendiese” para realizar el viaje con el citado cargamento, se
desplazaron a Tenerife y allí compraron otro buque de su misma bandera y 200
toneladas de porte, en el precio de 5.200 pesos “y con más de 100 pesos de
regalo al capitán para que comprase una capa”. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1649 enero
2.
En la madrugada del 2 de enero de 1649 se levantó
un viento solano acompañado de mar gruesa, de tal manera, que hizo encallar en
la playa de Bajamar, a cinco barcos grandes, cinco barcas de pesca y una urca
holandesa que estaba cargada de cajas de azúcar, cueros, palo campeche y otras
mercaderías, todo por cuenta del capitán Luis de Tucar, aunque parte del
cargamento se pudo recuperar. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1649
diciembre 24.
El 24 de diciembre del citado año encalló en la
desembocadura del barranco de Santa Catalina, un navío perteneciente al maestre
de campo Juan de Sotomayor, cargado de vino y otras mercancías preparado para
hacer viaje a las Indias. Sólo se recuperaron unos fardos de ropa que llevaba. (Juan Carlos Díaz Lorenzo,
2010)
1714
agosto 24.
Del siglo XVIII queda constancia de cuatro
siniestros. El 24 de agosto de 1714 salió de La Habana despachado para
Santa Cruz de La Palma
el velero de esta matrícula llamado Ratonero, al mando del capitán
Salvador Ferrera y del que nunca más se supo. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1726.
En el año de gracia de 1726 zarpó de La Palma para Cuba un buque,
cuyo nombre se ignora, al mando del capitán Romero y con tres tripulantes de
esta ciudad, del que tampoco se conoció su final. (Juan Carlos Díaz Lorenzo,
2010)
1729.
En 1729, cuando emprendía viaje a La Habana el buque Pintado,
perteneciente a la matrícula naval de Santa Cruz de La Palma, naufragó en la costa
de la isla, suceso en el que perdieron la vida casi todos sus tripulantes. (Juan Carlos Díaz Lorenzo,
2010)
1733.
Zarpó de esta isla (La Palma) para Campeche un
buque de la matrícula palmera al mando del capitán Pedro Toledo. Después de dos
años sin noticias de su arribo a puerto alguno, se le consideró desaparecido. (Juan Carlos Díaz Lorenzo,
2010)
1832 enero
31.
En el siglo XIX figura la relación de cinco
naufragios. En la noche del 31 de enero de 1832, la fragata inglesa Eclipse,
al mando del capitán Davis, en viaje de Londres al Cabo de Buena Esperanza con
un cargamento de objetos y efectos de valor, encalló en la costa de Garafía, en
el lugar conocido como Fajana Grande, a causa de la espesa niebla que le
impidió ver tierra. A pesar de los arrecifes y escarpes que existen en aquella
costa, sólo pereció una persona, por haberse arrojado al agua precipitadamente.
(Juan Carlos
Díaz Lorenzo, 2010).
1863 noviembre 11.
El 11 de noviembre de 1863 arribó al puerto
palmero el transporte de guerra español General Álava, con fuego en
una de las carboneras. Como el incendio no remitía, el comandante Pita da
Veiga, después de escuchar a la junta de oficiales y maquinistas, en la
madrugada del día siguiente decidió el desembarco de las tropas que iban a
bordo y la varada del buque en la playa de Bajamar, para intentar su rescate.
Pero se levantó mal tiempo y la popa quedó anegada por el agua. El día 13, el
aspecto que ofrecía el barco era desolador: la fuerza de la marejada había
partido el buque en dos y su aparejo, velamen y chimenea, eran un amasijo de
hierros, cabos y palos. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1895 marzo
8.
El 8 de marzo de 1895, la balandra María
Luisa, al mando del capitán Luciano Rodríguez Silva, vecino de la capital
palmera, y con un cargamento de sal, salió de Cádiz en dirección a Santa Cruz
de La Palma. A
los pocos días de viaje se vieron sorprendidos por un fuerte temporal, viéndose
obligados a abandonar el barco y desembarcaron en las costas de Larache, sin
que se lamentara pérdida de vida alguna. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1898
noviembre.
La goleta inglesa de tres palos Barbadian
naufragó en las proximidades de la playa de Los Lázaros, en la costa de
Fuencaliente, en noviembre de 1898. A bordo llevaba un cargamento de sal, que
había cargado en Trápani (Italia) y se dirigía a Gloucester, en EE.UU. (Juan Carlos Díaz Lorenzo,
2010)
1898 noviembre 29.
El 29 de noviembre de 1898, el histórico velero
La Verdad,
cargado de cajas y garrafones de aguardiente y bajo el mando del capitán Miguel
Sosvilla, zarpó de La Habana
con destino a Santa Cruz de La Palma. El
día 12 de enero siguiente, a plena luz del día y cuando navegaba en la derrota
de las Bermudas, el buque tocó fondo y quedó varado sobre un bajo. La
tripulación pudo alcanzar tierra sin novedad, pero el barco se perdió por
completo. (Juan
Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1932 enero
27.
Al atardecer del 27 de enero de 1932 se produjo
el incendio y posterior naufragio, envuelto en llamas, en aguas de Tazacorte,
del vapor Santa Úrsula, propiedad de la Compañía Marítima
Canaria, vinculada al naviero tinerfeño Álvaro Rodríguez López. El buque había
cargado 1.800 huacales de plátanos y 60 sacos de almendras y se dirigía a Santa
Cruz de Tenerife, para realizar el trasbordo.
Poco después de la maniobra de salida, la
tripulación se percató de que salía humo por el ventilador de la bodega de proa
y arrojaron al agua unos 300 huacales para intentar abrir la tapa de la
escotilla, pero resultó imposible ante la virulencia del incendio.
El patrón del Santa Úrsula, Faustino
Díaz, ordenó el abandono del buque por temor a una explosión y arriaron el bote
salvavidas. Poco después apareció en el escenario de los hechos el vapor
Colón, cuya tripulación intentó darle un remolque, pero tampoco fue
posible y al final fueron recogidos por éste y desembarcados en Santa Cruz de La Palma, donde se dio cuenta
del incidente a la
Ayudantía Militar de Marina. Al día siguiente se trasladó a
Tazacorte el ayudante, señor Garrote, con el personal a sus órdenes para emitir
el informe correspondiente. El buque estaba asegurado, pero no así la carga que
transportaba. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1951
febrero 6.
En la noche del 6 de febrero de 1951, el
motovelero Maruja, propiedad del armador saucero Manuel Rodríguez
Conde, navegaba de El Hierro a Las Palmas con un cargamento de leña para los
servicios de Intendencia del Ejército. La tripulación detectó una vía de agua y
en el intento por salvarlo, trató de vararlo en la playa de Las Galletas, con
tal mala suerte que tocó en una baja y dañó el pantoque. Allí mismo se
desguazó, unos meses después.
Este motovelero, de construcción francesa, había
sido un vivero dedicado a la pesca de la langosta en la vecina costa africana.
Era de doble casco y durante la etapa en que fue propiedad de Rodríguez Conde,
realizó numerosos viajes con carbón, leña, trigo y maíz. También hizo de
aljibe, llevando agua en tanques cerrados a la costa de La Güera.
Sebastián Medina, uno de sus tripulantes, relató
a este cronista que en los años inmediatos a la Segunda Guerra
Mundial, la escasez de combustible obligaba a realizar los viajes a vela y en
uno de ellos, entre Santa Cruz de La
Palma y Arrecife de Lanzarote, con carga de carbón, tardó 14
días, cuando las provisiones que habían embarcado sólo eran para tres. Ya los
daban por perdidos, cuando la Maruja
apareció finalmente en su destino. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1953 enero
14.
La balandra Breñusca, propiedad del
armador palmero Armando Yanes Carrillo, naufragó en las proximidades de la
costa de Las Galletas, en el Sur de Tenerife, el 14 de enero de 1953. El
suceso, en adversas condiciones meteorológicas, se produjo de madrugada y en el
mismo perdieron la vida seis hombres: Manuel Febles Arteaga, Cándido Delgado
Oramas, Fernando Arteaga Reyes, Manuel Febles, Tomás Febles Arteaga y José
Simancas Chinea. Tres de ellos intentaron ganar a nado la playa de El Banco,
siendo su presencia fue advertida por un vecino de la costa, Francisco González
Hernández, que se lanzó al agua para auxiliarles pero una ola gigantesca se lo
impidió, desapareciendo los demás en pocos minutos y siendo arrojado éste a la
playa. (Juan
Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1955
agosto 20.
El motovelero Guadarrama atendía un
servicio regular entre Canarias, la vecina costa del Sahara y la Península Ibérica.
También hizo algunos viajes al Peñón de Gibraltar y a los puertos del Norte de
África. El 20 de agosto de 1955 la prensa local informó de la pérdida del
buque, propiedad del armador palmero Filiberto Lorenzo de Honor y varios socios
más.
El propio Filiberto viajaba a bordo del Guadarrama
en el que sería su último viaje. “A los tres días de viaje desde Las Palmas,
rumbo a Tánger -relató a este cronista-, el patrón llamó a mi camarote, a las
siete de la mañana, para decirme que el barco tenía una vía de agua y que las
bombas de achique no daban avío. Dos horas más tarde se ordenó el abandono y
arriamos un bote, al que pasó toda la tripulación. No tuvimos tiempo de coger
víveres y el patrón me decía que no nos pusiéramos nerviosos, que avistaríamos
tierra, bien fuera en la costa de África o en Canarias”.
Los tripulantes del Guadarrama
estuvieron cinco días sin probar bocado ni beber agua y finalmente pudieron
alcanzar Playa Blanca, en Lanzarote. El patrón, Esteban Medina Jiménez, dijo
que él sabía que allí había una venta y a pesar de que eran las cuatro de la
mañana, llamaron a la puerta. Una mujer les abrió y cuando éstos contaron su
odisea, la señora no les dio crédito pues pensaba que estaban todos muertos.
El dueño de la tienda, pese a los intentos de los
náufragos de que esa misma noche les llevara a Arrecife, no atendió sus
peticiones y al día siguiente subieron a un camión “mixto” y después de
numerosas paradas, llegaron a mediodía a la capital lanzaroteña y pusieron el
hecho en conocimiento del ayudante de Marina. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1963
enero.
En enero de 1963, a dos millas del puerto de
Santa Cruz de La Palma
se produjo una explosión a bordo del motovelero Nueva Guinea,
propiedad de Luís Martín, siniestro en el que desapareció un tripulante y otro
resultó con graves quemaduras. La embarcación se hundió en pocos minutos y la
deflagración fue oída en toda la capital. Varias embarcaciones se aprestaron en
ayuda de los supervivientes. (Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2010)
1964
septiembre 14.
En la madrugada del 14 de septiembre de 1964 se
hundió frente a Punta Ganado, en Breña Baja, el motopesquero Virgen de
Aránzazu. Una vía de agua, pese a los intentos de la tripulación, motivó
el naufragio de esta embarcación, valorada en dos millones de pesetas. La
tripulación no sufrió daño y su arrendatario, entonces, era Sebastián Díaz
Martín. (Juan
Carlos Díaz Lorenzo, 2010).
1969 mayo 6.
En la madrugada del 6 de mayo de 1969 se produjo la
pérdida del pequeño carguero de cabotaje Airoso, propiedad del armador
palmero Filiberto Lorenzo de Honor, que se hundió a unas 20 millas de Puerto
del Rosario. La primera llamada de socorro la recibió la costera de Las Palmas
a las 23 horas del día anterior, en la que el patrón del Airoso daba
su posición y decía que navegaba a toda máquina hacia la costa con una grave
vía de agua, para tratar de embarrancarlo.
Puestas en contacto las costeras de Las Palmas y
Tenerife, lanzaron las llamadas de socorro a los buques que más cerca
estuvieran del lugar citado por el Airoso. Decía el patrón del barco
siniestrado que preparaba el bote salvavidas cuando estimaba encontrarse a unas
quince millas del litoral de Fuerteventura.
El capitán de la motonave Ciudad de Huesca
contestó a las llamadas de las costeras y dijo que se dirigía al encuentro del Airoso,
esperando llegar a su posición en seis horas.
Al amanecer del día seis, el trasatlántico
británico Chusan y el carguero español Sierra Lucena también
captaron la llamada y comunicaron que acudían en socorro del Airoso.
A las ocho de la mañana, un avión de
reconocimiento de la Base
Aérea de Gando partió hacia la zona del siniestro. Una hora
después, el patrón del motovelero Diana, de la flota del armador
lanzaroteño Antonio Armas Curbelo, informó de que el Airoso se había
hundido en el estrecho de La
Bocaina, que separa las islas de Lanzarote y Fuerteventura y
que sus siete tripulantes se dirigían a Puerto del Rosario después de haber
sido recogidos por una lancha rápida que salió desde El Cotillo. (Juan Carlos Díaz Lorenzo,
2010)
1973
septiembre 27.
En la madrugada del 27 de septiembre de 1973, el
carguero Condesito, propiedad de Filiberto Lorenzo de Honor,
embarrancó entre el faro de Punta Rasca y Los Cristianos, en el Sur de
Tenerife. El buque iba cargado de cemento y quedó materialmente empotrado en
las rocas. La bodega se rasgó y el cemento formó un colosal bloque que motivó
el abandono del buque, siendo allí mismo desguazado. (Juan Carlos Díaz Lorenzo,
2010)
1975 abril
8.
El grave accidente de otro de los barcos de
Filiberto Lorenzo de Honor, armador palmero, llamado Astilleros Gondán II,
marcó el final de su actividad naviera. El 8 de abril de 1975 se hundió cuando
navegaba de Arrecife de Lanzarote a Puerto del Rosario, en las proximidades de la Isla de Lobos, en medio de un
fuerte temporal, siniestro en el que perecieron nueve de sus 12 tripulantes. (Juan Carlos Díaz Lorenzo,
2010).
Fotografías: Archivo de Juan Carlos Lorenzo.
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