1845. Nace en Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) el
criollo hijo de catalanes Ángel Guimerà y Jorge. Irá a el Vendrell en 1853.
Después se instala en Barcelona, donde cursa sus estudios; muy pronto se
identifica con el movimiento catalanista. Formó parte del grupo Jove Catalunya
y fue uno de los fundadores de la revista La Renaixensa, que más
tarde se convertiría en diario, y del cuál llegó a ser director. En 1889 fue
escogido presidente de la Lliga
de Catalunya y en 1892 es ponente de las Bases de Manresa para la constitución
regional catalana, organizadas por la Unió Catalanista.
En 1895 fue elegido presidente del Ateneu barcelonés y pronuncia, por primera
vez en la historia de la institución, el discurso inaugural en catalán. Sus
discursos políticos fueron publicados el año 1906 con el título de Cants a la Patria. "La santa
espina", con música de Enric Morera integrada en una sardana, ha sido
durante un tiempo himno reivindicativo del pueblo catalán. Fue nombrado hijo
adoptivo de Barcelona y su entierro fue una auténtica manifestación popular.
Cuando contaba siete años sus
familiares regresaron a Cataluña, y el muchacho vivió en el Vendrell y luego en
Barcelona, donde estudió en las Escuelas Pías hasta que su padre le llevó junto
a sí a la casa solariega.
Cuando, a la muerte de aquél, Guimerà
se estableció definitivamente en Barcelona, era ya conocido como poeta en los
medios literarios de la capital catalana; allí, junto con Francesc Mateu y su
inseparable amigo Pere Aldavert, fundó la revista quincenal La Renaixença, órgano
del catalanismo literario y político, de la cual fue colaborador y más tarde
director.
En 1874 ingresó en el grupo de la
"Jove Catalunya" y participó activamente en el movimiento político y
cultural que propugnaba la instauración de la autonomía catalana. En los Juegos
Florales de 1875 vio premiada su poesía histórica "Indíbil i
Mandoni"; el año siguiente obtuvo la flor natural con la composición
"Cleopatra", y en 1877 se le proclamó "mestre en gai saber"
en la misma fiesta en que fue premiada L'Atlàntida, de Verdaguer. Sus
poesías patrióticas, en las que cantaba las pasadas glorias de Cataluña, y sus
encendidos y elocuentes discursos constituían la mejor propaganda en favor de
las reivindicaciones políticas del país.
En 1895, elegido presidente del Ateneo
Barcelonés, pronunció por primera vez en catalán el discurso inaugural del
curso, hecho que tuvo una gran resonancia literaria y política. Entretanto,
Guimerà había escrito y estrenado una serie de obras dramáticas, que
constituyeron otros tantos éxitos. Fue la primera Gala Placidia (1879),
a la que siguieron Judit de Welp (1883), Mar y cielo (1888) y L'ànima
morta (1892), todas de matices trágicos.
Se Inició entonces en su producción
escénica un segundo ciclo de producciones de fondo realista y social, en el
cual destacan María Rosa (1894) y Tierra Baja (1896), sus dos
mejores obras teatrales; la segunda traducida a casi todas las lenguas europeas
y convertida en ópera. El 23 de mayo de 1909, la ciudad de Barcelona rindió al
poeta un magno homenaje al que se sumó toda Cataluña. El día de su muerte fue
de luto para todos los catalanes, sin distinción de matices sociales o
políticos, y su entierro constituyó una de las más grandes y sentidas
manifestaciones populares que se recuerdan en Barcelona. Su vida y su obra
fueron también conmemoradas oficialmente en Madrid, en 1925.
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