viernes, 31 de enero de 2014

ANGEL GUIMERA Y JORGE





1845. Nace en Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) el criollo hijo de catalanes Ángel Guimerà y Jorge. Irá a el Vendrell en 1853. Después se instala en Barcelona, donde cursa sus estudios; muy pronto se identifica con el movimiento catalanista. Formó parte del grupo Jove Catalunya y fue uno de los fundadores de la revista La Renaixensa, que más tarde se convertiría en diario, y del cuál llegó a ser director. En 1889 fue escogido presidente de la Lliga de Catalunya y en 1892 es ponente de las Bases de Manresa para la constitución regional catalana, organizadas por la Unió Catalanista. En 1895 fue elegido presidente del Ateneu barcelonés y pronuncia, por primera vez en la historia de la institución, el discurso inaugural en catalán. Sus discursos políticos fueron publicados el año 1906 con el título de Cants a la Patria. "La santa espina", con música de Enric Morera integrada en una sardana, ha sido durante un tiempo himno reivindicativo del pueblo catalán. Fue nombrado hijo adoptivo de Barcelona y su entierro fue una auténtica manifestación popular.
Cuando contaba siete años sus familiares regresaron a Cataluña, y el muchacho vivió en el Vendrell y luego en Barcelona, donde estudió en las Escuelas Pías hasta que su padre le llevó junto a sí a la casa solariega.
Cuando, a la muerte de aquél, Guimerà se estableció definitivamente en Barcelona, era ya conocido como poeta en los medios literarios de la capital catalana; allí, junto con Francesc Mateu y su inseparable amigo Pere Aldavert, fundó la revista quincenal La Renaixença, órgano del catalanismo literario y político, de la cual fue colaborador y más tarde director.
En 1874 ingresó en el grupo de la "Jove Catalunya" y participó activamente en el movimiento político y cultural que propugnaba la instauración de la autonomía catalana. En los Juegos Florales de 1875 vio premiada su poesía histórica "Indíbil i Mandoni"; el año siguiente obtuvo la flor natural con la composición "Cleopatra", y en 1877 se le proclamó "mestre en gai saber" en la misma fiesta en que fue premiada L'Atlàntida, de Verdaguer. Sus poesías patrióticas, en las que cantaba las pasadas glorias de Cataluña, y sus encendidos y elocuentes discursos constituían la mejor propaganda en favor de las reivindicaciones políticas del país.
En 1895, elegido presidente del Ateneo Barcelonés, pronunció por primera vez en catalán el discurso inaugural del curso, hecho que tuvo una gran resonancia literaria y política. Entretanto, Guimerà había escrito y estrenado una serie de obras dramáticas, que constituyeron otros tantos éxitos. Fue la primera Gala Placidia (1879), a la que siguieron Judit de Welp (1883), Mar y cielo (1888) y L'ànima morta (1892), todas de matices trágicos.
Se Inició entonces en su producción escénica un segundo ciclo de producciones de fondo realista y social, en el cual destacan María Rosa (1894) y Tierra Baja (1896), sus dos mejores obras teatrales; la segunda traducida a casi todas las lenguas europeas y convertida en ópera. El 23 de mayo de 1909, la ciudad de Barcelona rindió al poeta un magno homenaje al que se sumó toda Cataluña. El día de su muerte fue de luto para todos los catalanes, sin distinción de matices sociales o políticos, y su entierro constituyó una de las más grandes y sentidas manifestaciones populares que se recuerdan en Barcelona. Su vida y su obra fueron también conmemoradas oficialmente en Madrid, en 1925.


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