4395 Y con esto me despido.
Todos han de perdonar, Ninguno
debe olvidar La historia de un desgraciado. Quien ha vivido encerrado
4400 Poco tiene que contar.
13
[EL
HIJO SEGUNDO DE MARTIN FIERRO EMPIEZA A OONTAB SU VIDA]
Lo que les voy a
decir Ninguno lo ponga en duda, Y aunque la
cosa es peluda "*, Haré la resolución;
4405 Es ladino el corazón,
Pero
la lengua no ayuda.
El rigor de las
desdichas Hemos soportao diez años, Pelegrinando
entre estraños,
4410 Sin tener donde vivir Y obligados a sufrir Una máquina "5 de daños.
El que vive de
este modo De todos es tributario;
4415 Palta el cabeza primario Ms, Y
los hijos que él sustenta Se dispersan como cuentas Cuando se corta el rosario.
Yo andube ansí como
todos,
4420 Hasta que al fin de sus días Supo mi suerte una tía
Y me recogió a su
lado; Allí viví sosegado Y de nada carecía.
4425 No tenía cuidado alguno,
Ni que trabajar tampoco; Y como muchacho loco Lo pasaba de holgazán; Con razón dice el refrán
4430 Que lo
bueno dura poco.
En mí todo su cuidado Y su cariño ponía;
Como a un hijo me quería Con cariño
verdadero,
4435 Y me nombró de heredero De los bienes que
tenía.
El juez vino sin
tardanza Cuando falleció la vieja. «De
los bienes que te deja,
4440 Me dijo, yo he de cuidar. Es un rodeo regular Y dos majadas de ovejas.»
Era hombre de mucha labia, Con más leyes que un dotor.
4445 Me dijo: «Vos sos menor Y por los años que tienes No podes manejar bienes. Voy a nombrarte un tutor.»
Tomó un recuento de todo
4450 Porque entendía su papel Y
después que aquel pastel Lo tuvo bien
amasao, Puso al frente un encargao Y
a mí me llevó con él
4455 Muy pronto estubo mi poncho Lo mesmo que cernidor'"; El chiripá estaba
pior,
Y aunque para el
frío soy guapo' Ya no me quedaba un trapo
4460 Ni pa el frío ni pa el calor.
En tan triste desabrigo,
Tras de un mes iba otro mes.
Guardaba silencio el juez,
La miseria me invadía.
Guardaba silencio el juez,
La miseria me invadía.
4465 Me acordaba de mi tía
Al verme en tal
desnudes.
No sé decir con
fijeza El tiempo que pasé allí; Y después de andar ansí,
4470 Como moro sin señor61', Pasé a poder del tutor Que debía cuidar de mí.
14
, [EL VIEJO VIZCACHA]
Me llevó consigo un viejo
Que pronto mostró la hilacha'
Que pronto mostró la hilacha'
4475 Dejaba ver por la facha
Que era medio cimarrón,
| Muy renegao , muy ladrón,
Que era medio cimarrón,
| Muy renegao , muy ladrón,
Y le llamaban Viscacha. *
Lo que el juez iba buscando
4480 Sospecho, y no me equivoco;
Pero este punto no toco
Ni su secreto
averiguo. Mi tutor era un antiguo De los que ya quedan pocos.
4485 Viejo lleno de
camándulas, Con un empaque a lo toro •"; Andaba siempre
en un moro Metido en no sé qué enriedos; Con las patas como loro,
4490 De estribar éntrelos dedos624.
Andaba rodiao de
perros, Que eran todo su placer; Jamás dejó de tener Menos de media docena;
4495 Mataba vacas agenas Para
darles de comer.
Carniábamos noche a
noche Alguna res en el pago; Y dejando allí el
resago,
4500 Alzaba en ancas el cuero,
Que se lo vendía a
un pulpero Por yerba•*, tabaco y trago626.
¡Ah! Viejo más
comerciante En mi vida lo he encontrao.
4505 Con ese cuero robao El arreglaba el pastel, Y allí entre el pulpero y él Se estendía el certificaoen.
La echaba de
comedido;
4510 En las trasquilas lo viera, Se ponía como
una fiera Si cortaban w una oveja; Pero de alzarse no deja Un vellón o
unas tijeras.
4515 Una vez me dio una soba Que me hizo pedir socorro, Porque lastimé un cachorro En
el rancho de unas vascas; Y al irse se alzó
unas guascas.
4520 Para
eso era como zorro
Ahijuna!, dije entre mí; Me has dao esta pesadumbre: Ya verás cuanto vislumbre Una ocasión media güeña:
4525 Te he de quitar la costumbre De cerdiar yeguas *• agenas.
Porque maté una
viscacha •* Otra vez me reprendió. Se lo vine a contar yo, 4530 Y no bien se lo hube
dicho: «Ni me nuembres ese bicho», Me dijo, y se me enojó.
Al verlo tan
irritao Hallé prudente callar.
4535 Este me va a castigar,
Dige entre mi, si
se agravia. Ya vi que les tenía rabia, Y no las volví a nombrar.
Una tarde halló una punta 4540 De yeguas medio vichocas;
Después que volüó
unas pocas Las cerdiaba con empeño; Yo vide venir al dueño Pero me callé la boca.
4545 El hombre venía jurtoso Y nos cayó como un rayo; Se descolgó del caballo
Revoliando el arriador •*, Y lo cruzó de un
lazaso "*
4550 Ahí no
más a mi tutor.
No atinaba don
Viscacha A qué lado disparar, Hasta
que logró montar, Y de miedo del chicote
•",
4555 Se lo apretó hasta el cogote <as,
Sin pararse a contestar.
Ustedes crerán tal vea Que el viejo se curarla: No, señores, lo que hacía,
4560 Con más cuidao dende entonces, Era
maniarlas de día Para cerdiar a la noche.
Ese fue el hombre
que estubo Encargao de mi destino.
4565 Siempre andubo en mal camino, Y todo aquel vednarto Decía que era un perdulario "*, Insufrible de dañino18'.
Cuando el juez me lo nombró 4570 Al dármelo de tutor
Me dijo que era un
señor El que me debía cuidar, Enseñarme a trabajar Y darme la educación.
4575 ¡Pero qué había de
aprender Al lao de ese viejo paco ** Que
vivía como el chuncaco °* En los bañaos, como
el tero; Un haragán, un ratero,
4580 Y más
chillón que un barracol""
Tampoco tenía más
bienes Ni propiedá conocida Que una
carreta podrida Y las paredes sin techo
4585 De un rancho medio desecho Que te servía de guarida.
Después de las
trasnochadas Allí venía a descansar. Yo
desiaba aviriguar
4590 Lo que tubiera escondido, Pero nunca había podido, Pues no me dejaba entrar.
Yo
tenía unas jergas viejas Que
habían sido mas peludas;
4595 Y con mis carnes
desnudas, El viejo, que
era una fiera, Me echaba a
dormir ajuera Con unas
heladas crudas.
Cuando
mozo fue casao, 4600 Aunque yo lo desconfío; Y decía un amigo mío Que, de arrebatad y malo, Mató a su muger de un palo H1
Porque le dio un mate frío
".
4605 Y viudo por tal motivo
Nunca se volvió a casar; No era fácil encontrar
Ninguna que lo quisiera:
Todas temerían llevar
4610 la suerte de la primera.
Soñaba siempre con ella,
Sin duda por su delito,
Y decía el viejo maldito,
El tiempo que estubo enfermo,
4615 Que ella dende el mesmo infierno Lo estaba llamando a gritos.
4615 Que ella dende el mesmo infierno Lo estaba llamando a gritos.
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