UNA HISTORIA RESUMIDA DE
CANARIAS
PERIODO COLONIAL
1471-1480
CAPITULO VI
Eduardo
Pedro Garcia Rodriguez
1479 abril 13.
Diego de Cabrera
(criado de [1] Pinelo, mercader ginovés,
estante en Sevilla)
vende a Juan
de Córdoba (hijo
de Ferrand González de
Córdoba, vecino de
Sevilla) una esclava
canaria, natural de la Grand Canaria , de
edad de cuarenta años, de color blanco,
por precio de 4.600
maravedís. .(P. A., 1441-1494, fol.
264).
(Francisco Morales
Padrón.Canarias en el Archivo de protocolos de Sevilla, en: mdc)
1479 abril 22.
El licenciado Alfond González
de Guadalajara (recebtor de los
quintos pertenecientes al Rey y la
Reyna nuestros Señores
en estos sus reynos y señoríos
de Castilla, por virtud de poderes
que tiene de Sus Altezas y
por quanto dieron
su carta execu-
toria) otorga a Diego
de Ferrera, Señor de las
Yslas de Canaria, para yr
a executar en los bienes
y personas de quantos vecinos y
moradores de la Ysla de Lanzarote, qu'es en Canarias, o de otras personas vecinos de quier Yslas de Canaria, ciertos pesos de
oro (800) que se traen de la Mina de
Oro, y que las dichas personas devían a los Reyes, del quinto de una caravela de Portugal que en la
Ysla de Lanzarote fue
tomada por los vecinos
de la Ysla , segund
en dicha carta
executoria se contiene; dio
poder a Antón Verde, escrivano de la Ysla de Lanzarote, criado de Diego de Herrera,
para cobrar dichos
800 pesos de oro,
y da poder a Fray
Miguel, franciscano, capellán de los Reyes, para cobrar
de Antón Verde lo que tenga
cobrado y seguir cobrando, y para
pleitos en razón de dicho… (Francisco Morales Padrón.Canarias en el Archivo de
protocolos de Sevilla, en: mdc)
1479 Julio 7. Trujillo. (f.3). Seguro a favor de Alfonso de
Salvatierra a quien se ha ordenado armar un carracón y dos carabelas para hacer
la guerra a Portugal, concediéndole las presas que hiciese, salvo el quinto de
lo de la Mina y
Canaria. La Reina.
Alvarez de Toledo. . (E.Aznar;1981)
1479 Agosto 11. Trujillo (f.l 00). Ejecutoria de la sentencia
dictada por el alcalde de casa y corte contra Juan Guerra, capitán de nao,
Alvaro, hijo de Gonzalo de Ayón, Pedro, hijo de Luís Alonso Fijador, Gabriel
Pardo, hijo de Pedro Pardo, y Pedro Gironela, catalán, vecinos de Moguer, y
Domingo Alonso, vecino de Palos, por robar las naves de Juan Felipe y Juan
Miguélez, ingleses. Por dicha sentencia, dada en Trujillo el 28 de julio de
1479, se condenó al primero de los inculpados apena de muerte y a los restantes
a 2 años de destierro en las islas de Canaria, más el pago de 5.000 coronas en
compensación de las naves y mercancias. Fernando licentiatus. Reg: Diego
Sánchez. . (E.Aznar;1981)
1479. Por medio del Tratado Alcaçove – Toledo
Portugal se compromete a no intervenir en la conquista de las Canarias con lo
que abandonan La Gomera.
1479 Agosto 12. Como llegó la carabela en que iba preso el capitán
Juan Rejón a San Lúcar de Barrameda, tomó la posta y presentóse en Sevilla ante
el asistente Diego de Merlo y el cronista Alonso de Palencia, comisarios de la
conquista desta isla de Gran Canaria. Y, dando sus descargos y vistos ser
buenos y ser necesaria la presteza, por la falta de las provisiones y que,
tardando de enviar socorro, se ponía en términos de perderse la conquista,
acordaron despachar una armada de cuatro navíos con gente y bastimento, y
dieron la capitanía de ella a Pedro Hernández Cabrón, vecino y regidor de
Cádiz. Vino en estos navíos el obispo de Rubicón don Juan de Frías, proveído
por la muerte de don fray Tomás Serrano, natural de Andújar. En aquel tiempo
acordaron los comisarios volviese el capitán Juan Rejón a la conquista con el
obispo, a quien encargaron los concordase y compusiese y hiciese amigos,
dándole la orden que habían de tener y hacer, y sus cartas con los capítulos
que tenían de guardar en gobernarse, firmadas de sus nombres; y que, hechos
amigos y conformes, todos siguiesen la conquista de la isla de Gran Canaria,
como se es encargaba en nombre de Sus Altezas.
También vino en esta armada, en
compañía del obispo don Juan de Frías, Esteban Pérez de Cabitos por alcalde
mayor de Gran Canaria, nombrado por el rey por toda su vida, dada la provisión
en quince días del mes de marzo de 1478 y confirmada en la ciudad de Trujillo,
en 17 de mayo de 1479. Llegó esta armada al puerto de Las Isletas de Canaria, a
doce de agosto de 1479; fueron muy bien recibidos. Pidió luego el obispo al
gobernador Pedro del Algaba y al deán don Juan Bermúdez y a Hernán Peraza, que
había venido de Lanzarote con alguna gente y provisión al socorro, se juntasen
en la torre; y con ellos estuvieron en la junta el capitán Pedro Hernández
Cabrón y Alonso Jáimez de Sotomayor, alférez mayor, y Alonso de Lugo, y Ordoño
Bermúdez, y Esteban Pérez Cabitos, alcalde mayor, y Esteban de Valdés, alguacil
mayor, y Francisco de Espinosa, y otros muchos nobles hidalgos. El obispo don
Juan de Frías comenzó a exhortar y persuadir al gobernador y deán la amistad y
conformidad del capitán Juan Rejón, que había venido con él por mandato de los
comisarios de la conquista; sobre que hubo muchos dares y tomares, en razón de
la traída y venida del capitán Juan Rejón, de que se presumía no resultase
algún desconcierto. El obispo dijo que él lo había traído por orden de los
comisarios, como lo vían por aquellos recaudos de que hacía demostración,
exhibiendo la carta y capítulos que le habían dado y encargado, y la orden que
se había de tener y guardar entre sí.
Visto por el gobernador Pedro del
Algaba no traía Juan Rejón carta ni provisión de los Reyes Católicos, dijo que
él había preso a Juan Rejón y enviádolo a Sus Altezas, por excusar escándalos y
diseniones, las cuales no se podían excusar y se habían de seguir con su
presencia; y hasta que Sus Altezas provean por su real carta y provisión
firmada de su nombre otra cosa, él no puede innovar nada; que no conocía al
asistente de Sevilla, ni a Alonso de Palencia; que él proveería lo que cumplía
al servicio de sus reyes y señores, y que, si Juan Rejón traía provisión o
carta suya, le requería la mostrase, porque, vista por él, cumpliese lo que se
le mandase. El obispo respondió que no traen otras cartas ni provisiones, sino
los capítulos y cartas que tienen mostradas, firmadas de Diego de Merlo,
asistente de Sevilla, y de Alonso de Palencia, los cuales, como del Consejo de
Sus Altezas y personas tan graves, no se atreverían a nombrar comisarios, si no
lo fueran y tuvieran poder para ello de Sus Altezas. A 1o cual respondieron don
Juan Bermúdez, deán, y el gobernador Pero del Algaba, con acuerdo de otros
caballeros, que no había lugar de admitir a Juan Rejón con el oficio de capitán
de estas islas, por razones y causas que ofrecieron escribir a Sus Altezas; y
que así cumplía a la pacificación de la gente que estaba en la conquista; y que
suplicaban de lo proveído por los comisarios en los capítulos que el obispo
había referido que se había traído de ellos. Era escribano Pedro Ángelo. En
este cabildo presentó Esteban Pérez Cabitos su provisión, y fué recibido.
El gobernador Pedro del Algaba
quiso prender a Juan Rejón secretamente. Mas el obispo, que lo vino a entender,
por excusar escándalos y muertes que no podrían dejar de suceder con la
prisión, trató con el gobernador que no lo hiciese, que él le prometía tornarlo
a embarcar en los navíos en que había venido y enviarlo a Sevilla, al
asistente, como se lo había dado; y con esto se aquietó y aseguró el gobernador
.
Acordó el gobernador Pedro del
Algaba y el deán don Juan Bermúdez se hiciese una entrada en la banda de Tirahana,
pues tenían bastimentos y había gente que había traído el capitán Pedro
Hernández Cabrón, el cual pidió esta entrada. Y, tomando parte de la gente que
estaba en la conquista y con la que él tenía, se fué la vuelta de Tirahana,
yendo en su compañía el obispo don Juan de Frías. Como llegaron, tomaron
tierra, no pudiendo hacer presa, porque, como los canarios vieron los navíos,
se subieron a los altos y sierras ásperas.
Los cristianos se metieron la
tierra adentro en su seguimiento, tomando todo lo que hallaron en el lugar, que
fué cebada, higos, y mucho ganado. Y, queriendo salir del lugar con la presa
para los navíos, un canario cristiano que había ido con ellos les dijo que no
saliesen del lugar donde estaban, porque todos los canarios estaban allí juntos,
y
había muchas cuestas que
descender muy agrias, y en ellas corrían gran peligro; que se estuviesen que
dos allí dos días, pues tenían qué comer, y los canarios no tenían ninguna
provisión y se derramarían en buscarla, y les sería más fácil la bajada. Mas el
capitán Pedro Hernández Cabrón, como no había experimentado ni visto el ánimo y
ligereza de los naturales, dijo que él no tenía temor a gente desnuda, y que
tenía los navíos sin gente, que habían de ir adormir en ellos. (Fr. J. De Abreu
Galindo)
1479 Agosto 24. Una importante expedición militar invasora a
la captura de esclavos, acaudillada por el obispo Juan de Frías y el capitán de
la mar Pedro Hernández Cabrón, sufrió una seria derrota en los alrededores de La Caldera por obra de los
valientes e indómitos guanches de Tirajana. Los castellanos experimentaron
cuantiosas pérdidas en muertos y heridos; al mismo tiempo que revestía
circunstancias trágicas la difícil retirada. Pedro Hernández Cabrón después de
haber depredado en Tirahana con sus tropas de mercenarios inicia la marcha
hacía la costa donde estaban fondeados los navíos. Como los canarios vieron ir
a los cristianos al puerto, comenzaron también ellos a ir en su seguimiento; ya
media cuesta, que es áspera y alta, dieron en los cristianos con grande ímpetu
y gritería, que parecía hundirse la tierra, y los desbarataron, y mataron
veinte y seis cristianos y hirieron más de ciento. Perdieron muchas armas, y
fueron presos algunos cristianos. La gente que había quedado en los navíos,
como vieron venir los cristianos huyendo y desbaratados, llegáronse cuanto
pudieron a tierra con los bateles y barcas, y con algunos tiros que les tiraron
los hicieron apartar, y la gente se pudo embarcar y el capitán Pedro Hernández
Cabrón volvió al puerto, herido de una pedrada en la cabeza, y desembarcó la
gente y municiones que le habían quedado y los mantenimientos. Y, vista la
discordia que había entre el gobernador y el deán contra Juan Rejón, y que el
obispo no había podido componerlos ni acordarlos, acordaron se embarcase Juan
Rejón en los navíos y se volviese a España, y daría cuenta a los comisrios de
cómo las desgracias sucedidas habían sido causadas de las discordias que traían
]os que gobernaban la conquista y así volvió Pedro Hernández Cabr6n a Castilla
a buen tiempo, y trujo consigo a Juan Rejón; y dieron cuenta a los comisarios
de la gran necesidad en que quedaban los de la conquista de la isla de la Gran Canaria. (Fr.
J. De Abreu Galindo)
1479 Diciembre (s.d). Toledo (f. 33). Provisión, a petición de fray
Andrea de Añis, nuncio y comisario apostólico de la santa indulgencia y
conversión de Canarias, para que tanto él como Pedro de Setién, tesorero
general de dichas indulgencias, y sus colaboradores puedan predicar por todo el
reino la bula de Sixto IV, también valedera para los reinos de Portugal y
Navarra, y de la que fue primer nuncio fray Andrea de Bolaño, ya difunto. Dicha
petición está motivada por las maniobras de ciertas personas que pretextando la
anulación de la bula pretenden utilizar la limosna para otros fines y por la
comprometida situación de las tropas enviadas desde Sevilla, en número superior
a los tres mil quinientos hombres, para la conquista de Gran Canaria, en la que
han fundado la Villa
de Las Palmas, El Rey. Camañas. Reg: Diego Sánchez. . (E.Aznar; 1981)
1479 Diciembre (s.d.). Toledo (f. 34). Mandamiento con
emplazamiento, a petición de Pedro Gómez de Celaya, tesorero de la bula de la
santa indulgencia y conversión de las islas de Canaria en el obispado de
Calahorra, contra fray Pedro, comendador de la Orden de la Merced de la ciudad de Logroño, que ha de
restituirle las bulas que le tomó y pagarle los daños que le ha causado. El
Rey. Camañas. (E.Aznar;1981)
1479 Diciembre (s.d.). Toledo (f. 35). Mandamiento a petición de
fray Andrea de Añis, nuncio y comisario apostólico para la conversión de las
islas de Canaria, contra Francisco de Quemada, provisor del obispado de
Calahorra, que tiene embargadas las limosnas de la bula para la conversión de
Canarias, para que levante dicho embargo y permita la recaudación a todo el que
tenga poder del nuncio o de Pedro de Setién, tesorero general. El Rey. Camañas.
Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar;1981)
1479 Diciembre (s.d). Toledo (f. 76). Mandamiento, a petición de
Fray Andrea de Añis, nuncio apostólico de la Santa Indulgencia
y conversión de las islas de Canaria, y de Pedro de Setién, tesorero general de
dicha bula, contra una persona [el nombre en blanco] para que les entregue
ciertos maravedis que les ha embargado. El Rey. Camañas. Reg: Diego Sánchez.
(E.Aznar;1981)
1479 Diciembre (s.d.) (s.I.) (f. 36). Provisión, a petición de fray
Andrea de Añis, nuncio de la Santa Indulgencia y conversión de Canarias, y de
Pedro de Setién, tesorero general de la bula, para que todas las personas que
haya tomado dicha bula sin pagarla lo hagan ahora, sin tener en cuenta el
embargo puesto por Francisco Ortiz, alegando breves pontificios, ya que el
Consejo Real ha fallado a favor de las bulas presentadas por fray Andrea de
Añis. Se concede poder cumplido a las justicias para que puedan embargar los
bienes de los que se nieguen a pagar y se ordena a los concejos que les den
favor y ayuda, con sus personas y armas, para llevarlo a cabo. El Rey. Camañas.
Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar;1981)
1479 Diciembre (s.d.) (s.l.) (f. 38). Seguro a favor de fray Andrea
de Añis, nuncio de la
Santa Indulgencia y conversión de Canarias, y de Pedro de
Setién, tesorero general, así como de los predicadores, receptores y
recaudadores de dicha bula para la conversión de Canarias, ordenándose que se
les proteja y se les procure alojamiento gratuito y alimentos a precios
razonables. Sigue cédula real dirigida ai juez conservador de dicha
indulgencia, para que éste dé sus cartas a Pedro de Setién ya los demás
tesoreros. . (E.Aznar;1981)
1479 Diciembre 20. Toledo (f. 39). Comisión a Rodrigo de Marmolejo,
contino de la casa real, a petición de fray Andrea de Añis, nuncio de la santa
indulgencia y conversión de las islas de Canaria, para que investigue sobre las
bulas que circulan por el reino; debiendo realizar su información en un plazo
de seis meses, y presentarla, sellada y firmada por un escribano público, ante
el rey, que decidirá en este asunto. Se ordena al dicho Rodrigo de Marmolejo
detener a los culpables y secuestrar sus bienes, mientras llega la deci~ión
real. El Rey. Camañas. Acordada y señalada: Alcocer y Lillo. Reg: Diego
Sánchez. (E.Aznar;1981)
1479 Diciembre 20. Toledo (f. 40). Comisión a Rodrigo de Marmole
contino de la casa real, a petición de fray Andrea de Añis, nuncio de la santa
indulgencia y conversión de las islas de Canaria, para que investigue sobre las
falsas bulas que circulan por el reino; su información debe realizarla en un
plazo de seis meses y presentarla, sellada y firmada por un escribano público,
ante el rey, quien decidirá en este asunto, entretanto debe detener a los
culpables y secuestrar sus bienes; para todo lo cual, se ordena a los concejos
y demás personas que le den favor y ayuda y se le otorga poder cumplido. El
Rey. Camañas. (E.Aznar; 1981)
1480. El Papa Sixto IV, por la bula Varíís quamvís dístractí
curís, de Roma?, a 22 de noviembre de 1480, debido a las depredaciones y
abusos cometidos, retira de la jurisdicción del nuncio apostólico de Canarias,
a Fray Andrés Zumis, de la secta católica de los franciscanos establecidos en
Canarias, pasándolos a la del vicario general de las mismas, Fray Alonso de
Zamora. 1.480. Fray Alonso de Zamora, (O.F.M.), parece que fue nombrado este
año «nuncio y comisario apostólico» de Guinea, pues figura cómo tal el 20 de
diciembre de 1480. Parece asimismo que poco después fue suprimida la nunciatura
(¿En 1487, a
la vez que la vicaría general?). El nombramiento de nuncios para Guinea y
Canarias nos indica que por aquellas fechas, el Vaticano consideraba a las
Islas Canarias como un reyno africano por someter, pero no como una colonia de
las coronas de Castilla y Aragón.
1480. Las continuas pugnas y desacuerdos entre los mercenarios
invasores castellanos: las desavenencias motivadas por el reparto de las
rapiñas entre el mercenario Juan Rejón, y
el clérigo católico deán Bermúdez, Pedro de Algaba y el obispo Frías
contribuyeron a constantes discrepancias tácticas y luchas por el poder,
careciéndose de acciones globales y efectivas conforme aun plan bélico
coherente, acentuado por la falta de alimentos y refuerzos.
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