El barco Isora del armador José Peña
Hernández, vecino de San Miguel de Abona, solía cubrir las rutas del Sur de
Tenerife y La Gomera,
desde los primeros años de la década de 1920. Su vinculación, en los años de esplendor del
cabotaje, con el Sur fue algo más que el simple atraque para traer o llevar
mercancías o pasajeros. En el Isora se enrolaron muchos marineros de cada uno de los pueblos que jalonaban
la costa sureña. Eran numerosos los puntos donde realizaba escalas, como en:
Puerto Santiago, Alcalá, Playa de San Juan, La Hoya,
Puerto de Adeje, La Caleta,
Los Cristianos, El Porís de Las Galletas, Los Abrigos, Tajao, El Porís de
Abona, Güímar, Candelaria y Santa Cruz de Tenerife.
En Los Cristianos es recordado por su
participación en las primeras fiestas, como en la procesión marítima del 19 de
octubre de 1924, cuando a su llegada artísticamente
engalanado, quemando al dar fondo abundantes fuegos y cohetes, por ofrecimiento
de su capitán, don Manuel Perdomo. En esta procesión remolcó la lancha que
trasportaba la imagen de Ntra. Sra. del Carmen por toda la bahía.
Y del Isora hay que lamentar un
suceso acaecido al mediodía del domingo 27 de enero de 1929, en Taguluche, La Gomera, donde murieron tres
de sus tripulantes. Según el relato de su capitán, Manuel Perdomo Gil: Nos
encontrábamos en el puerto de Taguluche a las doce del día, poco más o menos,
dedicados a las operaciones de carga y descarga. En una lancha donde llevábamos
a tierra seis bolsas de maíz, iban el contramaestre Félix Bernal, el sobrecargo
Manuel Hernández y los marineros César Rodríguez, Leoncio Roger Torres, Felipe
de León, Antonio Melo Tavío, Antonio Melo, Juan Melo Tavío y Juan Marcelino
Ledesma.
Estando ya en tierra tres de los
tripulantes citados, la mencionada lancha al recibir un golpe de oleaje montó
la popa sobre el veril por haber garreado el ancla, de cuyas resultas volcó,
lanzando al mar a todos sus ocupantes que tuvieron que hacer titánicos
esfuerzos para salvarse de una muerte cierta.
Desde el barco se lanzó otra lancha para
socorrer a los que habían caído al agua, pero nada se pudo hacer por salvar la
vida de tres de ellos: César Rodríguez, de 28 años, natural de Yaiza,
Lanzarote. Leoncio Roger Torres, 27 años, de Tuineje, Fuerteventura y Félix
Bernal Rodríguez, 40 años, de Icod, o de Lanzarote como aportan otras fuentes.
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Los cuatro últimos tripulantes
que se citan en la lista de los que viajaban en la lancha zozobrada eran
naturales de Los Cristianos. Los dos que se apuntan con el nombre de Antonio
eran en realidad los hermanos Martín y Mariano Melo Tavío, asimismo
hermanos de Juan Melo Tavío, e hijos de Martín Melo Villareal, que en esos
momentos faenaba en otro barco de cabotaje, el Carmen.
César Rodríguez consta en el Padrón Municipal de Arona, a 31 de diciembre de 1925, como Elías Rodríguez Armas, residiendo en Los Cristianos desde hacia dos años y casado con Natividad Domínguez León, natural de Los Cristianos.
Los cuerpos de los fallecidos no
se pudieron recuperar el día del accidente. Las pesquisas hechas para
encontrar a los compañeros resultaron infructuosas, no obstante estar dedicados
a su busca hasta la seis de la tarde. En vista de lo ocurrido, acordó la
oficialidad del Isora hacerse a la mar inmediatamente con dirección al puerto
de esta capital, adonde llegaron a las seis de la mañana. El cadáver de
César Rodríguez lo rescató de la mar, el día 30 de enero, el vapor Boheme,
informándose también que no se habían recuperado aún los cadáveres de los otros
dos marineros.
Documentación: Brito, Marcos: Los
Cristianos 1900-1970. Vida cotidiana y fiestas populares. Llanoazur ediciones
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