1751
Agosto 24.
La isla de La Gomera recibe la visita del hugonote Jean de Capdeville
con cinco naves, cuatro francesas y una inglesa, para atacar con dureza la
villa de San Sebastián. Los gomeros no pueden resistir el desembarco y tienen
que retirarse tierra adentro, lo que permite a los corsarios saquear, quemar y
destruir gran parte del lugar. Seis días más tarde, y después de discutir sobre
asuntos de religión con los prisioneros, entre ellos con el cura, se les
ejecuta arrojándolos al mar con pesadas piedras al cuello. Unos días después,
ya recuperado el conde don Diego de Ayala de su primera derrota, ataca por
sorpresa a los franceses y consigue expulsarlos de la isla. (José Luís Fortes
Gutiérrez)
1572
Diciembre.
Llega al puerto de Arrecife una galera francesa
de La Rochelle
con treinta hugonotes como tripulantes. Traían consigo una nave de pesca
que habían apresado viniendo de la costa africana hacia la Península, con el fin de
obtener el pago de un rescate por ella, por su carga y por los tripulantes que
no habían muerto en la contienda. El conde de la isla permitió la operación
obteniendo gran beneficio de la misma; los vecinos también negociaron con los
hugonotes vendiéndoles diversos productos. En la relación comercial mantenida
no faltó oportunidad para hablar sobre asuntos de fe, algo que los hugonotes
aprovecharon para hacer apología de la fe reformada y mostrar su disconformidad
con el culto a la Vírgen
y al Santísimo Sacramento. También criticaron fuertemente la reciente matanza
de protestantes del 24 de agosto de 1572, en la llamada noche de San Bartolomé,
por conspiración de los católicos. Todo esto sucedió a pesar de que el
comisario del Santo Oficio, Luis de Betancor, había amonestado a los habitantes
de Lanzarote que no dieran favor ni trataran con herejes. (José Luís Fortes
Gutiérrez)
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