Apuntes tomados de Canarias y
el Atlántico: Piratería y Ataques Navales
Antonio Rumeo de Armas, 1991, t.
I, págs. 207-212. Para este caso interesa las notas a píe de páginas relativas
a las familias Carvajal y Bethencourt, entre otras.
Recopilados por Guaire Adarguma
para la página web Real Ciudad de Gáldar.
Felipe II había heredado, con sus dominios, el odio
concitado de aquellas naciones que, como Francia, tenían intereses antagónicos
con los nuestros y estaba dispuesta a hacerlos prevalecer. De esta manera la
tregua de Vaucelles estaba tan sólo pendiente de un hilo ya merced del primero
que lo quisiera cortar fué el papa Paulo
IV, perteneciente a la noble familia napolitana de los Caraffa, que, no
obstante haber sido el campeón de la intransigencia contra el protestantismo,
ahora encontraba, en su odio contra los españoles y su dominación en ltalia,
compatible tal actitud uniéndose en alianza con Enrique II, protector de
aquéllos, y con los mismos turcos, enemigos declarados de la Cristiandad.
La guerra volvió así a encenderse
por todas las fronteras de Europa, y las autoridades españolas recibieron orden
de declarar rotas las treguas cuando apenas hacía un año que había sido
solemnemente proclamado el monarca español y que se habían publicado las paces
con Francia.
La ceremonia se había verificado
con gran pompa en Las Palmas el domingo 10 de mayo de 1556, en presencia de
toda la nobleza y autoridades de la isla y gran concurso de gente, ante quienes
hizo la proclamación el gobernador don Rodrigo Manrique de Acuña mientras
flameaba el, pendón real don Pedro Cerón, capitán general de la isla;
ceremonias y fiestas que se vieron turbadas por el asesinato, cometido días más
tarde, del alcalde mayor y capitán coronel de Gáldar y Guía Hernando de Pineda,
a que nos volveremos a referir más adelante (1) .
Por su parte, la isla de Tenerife
rivalizó con la de Gran Canaria en solemnizar el advenimiento al trono de
Felipe II, en tiempos del gobierno de don Juan López de Cepeda. "Pusose el
pendon real según nos refiere el historiador Núñez de la Peña en casa de Pedro de
Ponte como regidor mas antiguo que vivía en la plaza de San Miguel. ..De ahi lo
saco el dicho
Pedro de Ponte acompañado de la Justicia y
Regimiento", situándolo en un cadalso levantado en la propia plaza
"en un mástil, ya los lados del se puso: el Estandarte Real al derecho y
al siniestro la bandera general de la isla". Los reyes de armas Alonso
Núñez y Bartolomé Barba, que se adornaban "con cotas de raso carmesí e escudos
de armas reales en los pechos"-dicen los documentos de la época-,
mostraron al pueblo congregado las cédulas de abdicación de Carlos I y
proclamación de Felipe II, y entonces el gobernador Cepeda, adelantándose en el
estrado, "e puesto el rostro a la plaza dixo: Oyd, oyd, oyd; Castilla,
Castilla, Castilla por el
ynclito rey don Felipe nuestro
señor senper augusto", mientras Pedro de Ponte flameaba el pendón real a
los cuatro vientos y las compañías de milicias de toda la isla disparaban las
salvas de rigor con arcabuces y mosquetes. A renglón seguido los caballeros de
la ciudad, vistiendo "libreas de seda", corrieron cañas y
entretuvieron a la muchedumbre con-
gregada, y el acto finalizaba con
una a espléndida colación en las casas de Pedro de Ponte, quien con su rumbo proverbial
obsequió a la nobleza y autoridades "con muchos generos de fruta, de
confitura, tortas reales y maçapanes..." (2).
Cuando se iba apagando el brillo
de estas fiestas, volvieron a resucitar merced a las noticias recibidas en el
Archipiélago, en la primavera de 1556, de haberse firmado las paces entre
España y Francia" acontecimiento que fué conmemorado con "faroles y
luminarias" y toda clase de festejos populares, en particular "cañas
y sortijas" (3).
Así
no es de extrañar la decepción que produjo en la población isleña las noticias
difundidas en febrero de 1557 de haberse roto las treguas con Francia, que
tuvieron inmediata confirmación oficial. La princesa doña Juana, como
gobernadora de los Estados de su hermano, comunicó la. infausta nueva a las
autoridades del Archipiélago por Real cédula expedida en Valladolid el1 de
marzo de 1557, poniéndolas al corriente de cómo el rey de Francia había roto
las treguas, violando las fronteras españolas
de Flandes, y conminándolas a llevar a cabo, sin pérdida de tiempo, la
publicación del rompimiento y el embargo inmediato de, todos los navíos y
bienes de franceses (4).
Mientras tanto en Gran Canaria había cesado
en el gobierno, por segunda vez, don Rodrigo Manrique de Acuña, un poco antes
de cumplirse el trienio de su mando (sin duda a causa de las denuncias
formuladas contra su gestión) , siendo sustituí do por el gobernador y juez de
residencia licenciado Pedro Mexía, llegado a Canarias en el otoño de 1556 (5)
.El 28 de marzo de 1557, en presencia del gobernador Mexía y del capitán general
Cerón, fué publicada la guerra, y el 3 de .abril lo hacía en San Cristóbal de La Laguna el licenciado don
Juan López de Cepeda (6) .
Don Rodrigo Manrique de Acuña
embarcaba meses después, en junio de 1557, tras de ser absuelto en el juicio de
residencia, no obstante el encono que puso Mexía en inquirirlo todo, teniéndolo
arrestado ocho meses en su domicilio (7) , al dar oídos a las reclamaciones de
sus enemigos, en particular los Carvajales de Gáldar , declarados traidores por
el gobernador Manrique-en uso de un rigor excesivo-después del ominoso
asesinato del alcalde mayor y capitán coronel de las villas de Gáldar y Guía,
Hernando de Pineda, perpetrado por Bernardino de Carvajal y Maciot de
Bethencourt (8).
La isla de Gran Canaria vío con desconsuelo partir a su
bizarro gobernador, cuyo nombre irá siempre vinculado a una de las páginas más
gloriosas de la historia insular.
Mientras tanto la guerra seguía
su curso, y aunque, en los primeros momentos se temió, por el número
extraordinario de navíos franceses que cruzaron sus aguas (9) , la repetición
de anteriores ataques, apenas si la calma se interrumpió por la persecución de
alguna de las carabelas que circulaban por entre las islas, o alguna sorpresa,
como la del puerto de El Confital.
Era entonces gobernador de Gran Canaria don Juan Pacheco
de Benavides, militar de profesión, enviado seguramente por Felipe II por
reemplazar al licenciado Mexía a causa de la guerra con Francia, cuando éste
apenas llevaba año y medio regentando la vara del gobierno
El 2 de julio había hecho su entrada en Las Palmas, después
de un viaje inseguro desde Sevilla (11) , cuando al día siguiente se presentó
en El Confital un patache francés a la captura de un navío cargado de trigo
propiedad de Cabildo eclesiástico.
Inmediatamente se armaron en su
persecución dos carabelas que, dándole alcance, lo cañonearon y hundieron,
recuperando el navío y cogiendo 11 franceses prisioneros, tras de perecer
ahogados otros cuatro (12).
Por aquellos mismos días se tuvo aviso de la isla de la Madera de que la armada
francesa, compuesta de 12 galeones y dos pataches, se dirigía sobre las islas;
pero tan fatales pronósticos no se cumplieron y terminó de sosegar los ánimos
la presencia, una vez más, de la flota de don Alvaro de Bazán.
En efecto, la tercera campaña de
don Álvaro se verificó este año de 1558, por orden del rey don Felipe II. Salió
de Sanlúcar con cinco naves, llevando como principal objetivo el esperar a la
altura del cabo de San Vicente ciertos galeones que regresaban de las Indias,
pero con orden terminante de ir en busca de corsarios por las Azores y las
Canarias. Don Álvaro de Bazán recorrió el Océano, al frente de su flota, con la
mágica eficacia de siempre, porque, al decir del más ilustre de sus biógrafos,
"su nombre llegó a inspirar tal temor que era bastante saber que se
dirigía hacia San Vicente, las Azores o Canarias para que los enemigos
de.saparecieran, a pesar de que la mayor parte de las veces reunían fuerzas muy
superiores a las suyas" (13)
.
Ningún otro hecho digno de nota ocurrió en las islas
mientras duró aquella sexta guerra de rivalidad entre España y Francia, que,
como tantas otras, volvió a decidirse por tierra, merced al poder y fuerza de
los ejércitos.
NOTAS A PIE DE PAGINA:
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(1) Fue asesinado por
Bernardino de Carvajal y Maciot de Bethencourt, sus enemigos, cuando regresaba
de Las Palmas a Gáldar, después de haber asistido, expresamente llamado por el
gobernador y el capitán general Cerón a las fiestas de la proclamación.
Sobre esta ceremonia puede verse un extracto en: A.C.T.:
Expediente de la coronación del señor don Felipe Segundo. (Letra P. Leg. 1,
núm. 9, doc.1.)
(2) A. C. T.: Expediente de la coronación del señor
don Felipe Segundo. (Letra P. leg. 1, núm. 9, doc. 1.) NÚÑEZ DE LA PEÑA extracta en su historia
el expediente antes señalado, lo que prueba como en tantos otros extremos que
este ilustre cronista tinerfeño obtuvo. la mayor parte de sus noticias del Archivo del Cabildo de Tenerife.
JUAN NÚNEZ DE LA PEÑA : Conquista y Antigüedades de las islas de la Gran Canaria , ms. 3.206 de la B. N., fol. 293 v.
(3)
Ibid., fol. 293 v.
(4) A, C. T.. : Reales Cédula8, leg. 9, núm.
44. Esta Real cédula se pregonó en La Laguna. el 3 de abril de 1557.
(5)
Pedro Mexia debió llegar en septiembre u octubre de 1556, por cuanto constata
que en el mes de mayo siguiente llevaba ya ocho meses en la isla. VIERA y
CLAVIJO, en la lista de gobernadores de Gran Canaria (tomo IV, pág. 572), lo
llama el doctor Francisco Mexia Márquez y Pedrosa, equivocadamente, y prorroga
su mando hasta 1559, cuando cesa en realidad el 2 de julio de 1558.
(6) A. S. : Div.1.808 de Castilla. Diligencias
hechas en Las Palmas y San Cristóbal de La Laguna sobre rompimientos de treguas con Francia.
Tomo 13-14 y 15. A .
C. T.: Reales Cédulas, leg. 9, núm. 44.
Por lo que respecta a la isla de Tenerife, ya. había
recibido ésta, por conducto particular, noticias del rompimiento, asunto del
que se trató en la sesión de su Cabildo de 19 ,de febrero de 1557. y tanto en
esta .sesión como en la. del dia. I de abril se tomaron extraordinarias medidas
defensivas, reparándose las fortalezas, organizándo guardias y centinelas,
etcétera.. (A. C. T. : Libros de Acuerdos. Sesiones de los días indicados.)
(7) A. S.: Diversos de Castilla. Carta de don Pedro
Cerón, de 11 de mayo de 1557, denunciando estos hechos. Tomo 13-57.
(8) Este crimen, que tan honda. impresión causó en la
isla. de Gran Canaria por los actos que reseñamos, tuvo Como remota causa. la.
rivalidad de dos familias de Gáldar : Pinedas y Carvajales. La primera, en el
ceguro del valimiento oficial y tiranizando a. sus enemigos por el apoyo que
prestaba don Rodrigo Manrique a Hernando de Pineda, y la segunda ofendida
contra este último, hasta considerarlo "como mortal enemigo", por sus
tropelías y por haber protegido a ciertos "parientes de su mujer” (Maria
Díaz de Mota, hija legitima de Gonzalo Díaz de Aguilar) que habían dado muerte
alevosa a Miguel Trejo, hijo de Bernardino de Carvajal, y dejado impune el
crimen.
(.9) esta rivalidad condujo al trágico episodio que
todavía recuerda el lugar denominado cruz de Pineda, junto a la. Montaña de
Arucas. Regresaba a caballo Hernando de Pineda, de Las Palmas, tras de asistir
a las fiestas de la proclamación de Felipe II, cuando he aquí que, siguiéndole
los pasos, trabaron con él pendencia Bernardino de Carvajal y Maciot de
Bethencourt, de resultas de la cual cayó para siempre en tierra el alcalde
mayor de Gáldar, mientras los supuestos "vengadores" ganaban la
salvación con la huida.
Enterado don Rodrigo Manrique de Acuña del desaguisado,
se personó el domingo 17 de marzo de 1556 en la villa de Gáldar, y dando por
supuesto que Bernardino de Carvajal era el asesino, .'sin guardar orden ni
tela. de juicio hizo cierto auto o sentencia, por el cual declaro al dicho
Bernardino de Carvajal por traidor ya
todos 1os
que .de su
linaje descendiesen hasta la cuarta generación...y mando que las casas
de su morada fuesen asoladas y puestas por tierra, y
puestas en ellas un mármol como
C8BII8 de traidores que hubieran cometido crimen de lesa
Majeatatis..." (escrito de denuncia de Ramiro de Guzmán) .
Los Carvajales aprovecharon el juicio de residencia
de don Rodrigo Manrique de Acuña para envolverlo en un enojoso litigio en defensa del ultrajado honor
familiar y en reclamación de 1.500 doblas de oro por los daños causados a los
hijos de Bernardino con la ruina de su morada.
El pleito lo inició, en septiembre de 1556, Ramiro
de Guzmán, como curador de los hijos de Bernardino de Carvajal (Alonso y
Francisco de Carvajal, Elvira de MaIueños y :Margarita .Fernández de Carvajal,
habidos en su matrimonio con Melchora de San Juan) ; y después de diversas
incidencias, con escritos de demanda, réplica y contrarréplica e informaciones
testifícales, fue fallado por el licenciado Mexía, según parece desprenderse
del proceso, en sentido favorable para ambas partes, quedando don Rodrigo
Manrique de Acuña liberado de toda responsabilidad y la familia de Carvajal
rehabilitada en su buena fama y prerrogativas nobiliarias.
Por cierto que en todo el proceso se alude con
insistencia al hecho de ser Bernardino de Carvajal nieto del Guanarteme de
Gáldar don Fernando, como hijo de Margarita Fernández Guanarterre, habido en su
matrimonio con Miguel Trejo y Carvajal.
(Proceso contra don Rodrigo Marque de .Acuña,
publicado en la revista "El Museo Canario", 10 (1944), 59-60; 11
(1944), 71-78, y 12 (1944), 53-63. La copia de dicho proceso se conserva en la
aoZBCCión MiZzares del M. C., tomo II, y, no sabemos si total o parcialmente,
fué publicado con anterioridad en la revista del mismo nombre : XIV (1903),
102-109, pues carecemos de información completa sobre el particular.)
(9) A. S. : Diversos de Castilla. Carta de don Pedro
Cerón, de 30 de agosto de 1557. Tomo 13-57.
(10) El licenciado Mexia era hijo de Francisco
Márquez (a su vez hijo de Marcos Márquez, caballero hijodalgo de la villa de
Vi1lacastin, y de Antonia García de Arévalo natural
de El Espinar) y de su legitima mujer Beatriz de Pedraza Mexia (a su vez hija
de Miguel Sanz de Pedraza y de Beatriz Velázquez Mexia).
Los historiadores canarios lo confunden con su
hermano, el doctor Francisco Mexia Márquez y Pedraza, colegial del Colegio
mayor de San Clemente de Bolonia, doctor en Leyes por la misma Universidad, que
vino a Canarias en 1567 como segundo, .Juez de Indias de Tenerife.
Este
jurista casó en Las Palmas con Marina Inglés del Castillo Jaraquemada (hija de
Juan Inglés del Castillo y de su legitima mujer Catalina Jaraquemada), naciendo
de este matrimonio, entre otros hijos, Francisco Mexia Márquez y Castillo,
canónigo de la Santa
Iglesia catedral de Canarias y consultor del Santo Oficio de
la ,Inquisición. y Beatriz Mexia Márquez y Castillo, que se unió en matrimonio
con don Diego Ruiz de Vergara y Castillo.
El doctor Francisco Mexia desempeñó más
adelante otros importantes cargos en Indias, tales como los de oidor y
visitador de la Real
Audiencia de Santo Domingo y el de gobernador de Cartagena de
Indias. Cuando regresaba a la metrópoli, en fecha ignorada posterior a 1575-,
tuvo la desgracia de cruzarse en ruta con un navío corsario inglés y pereció
combatiendo heroicamente.
(FRANCISCO FERNÁNDEZ BETHENCOURT:
Nobiliario y blasón de Canaria8, tomo II. S. c. de Tenerife, 1878, págs. 18 y
48-51; TOMÁS MARIN y CUBAS: Historia de la conquista de las Siete Islas de
Canaria (manuscrito de 1687, propiedad de don .Juan del Castillo Westerling,
fol. 130) ; CASTJLLO RUIZ DE VERGARA, págs. 200 y 241.)
(11) .Juan Pacheco de Benavides pertenecía a la
ilustre casa de los condes de Santisteban del Puerto. Fueron sus padres
Francisco de Benavides, señor de Benavides y tercer conde de Santisteban, y
doña. Maria Carrillo de Córdova, hija del primer conde de Alcaudete; y sus
abuelos, Mendo Rodrigue de Benavides, segundo conde y
capitán
general del reino de .Jaén, y .Juana. Pacheco, hija del primer conde de
Medellín.
Antes de su arribo a Canarias había casado dos
veces: la primera con Maria de Aranda (hija de micer Gil de Bocanegra y de
Beatriz Pacheco) y la segunda con Mencia de Avalos (sobrina de Gaspar de
Avalos, arzobispo de Granada).
Una vez en Las Palmas, contrajo tercer
matrimonio con .Jerónima Cibo de Sopranis. de cuyo enlace nacieron Francisco y
Felipe de Benavides Pacheco y Fabiana y Clara de Benavides.
Véase:
Archivo y Biblioteca de Za. Casa de Medinaceli. series de sus principales
documentos, tomo I, Madrid, 1915, pág. 169, documento CXL, titulado:
"Información de servicios de algunos condes de Santisteban".
Por su parte, Jerónima Cibo de Sopranis era
hija de Felipe Cibo de Sopranis, originario de Génova y regidor de Gran
Canaria, y de su legitima esposa Clara Inglés del Castillo (hija ésta, a su
vez, de .Juan Inglés del Castillo y de su primera mujer Isabel Górnez de
Alcalá).
(12) A. S : Diversos de Castilla. Carta del
gobernador de Gran Canaria al secretario Juan Vázquez, de 4 de agosto de 1558.
Tomo 13-32.
(13) ANGEL ALTOLAGUIRRE y DUVALE: Don Álvaro de
Bazán, primer Marqués de Santa Cruz. Madrid, 1888, pág. 20.
Don Álvaro de Bazán todavía
visitó por cuarta vez el Archipiélago en 1582, en que arribó a San Sebastián de
La Gomera , de
paso para las Azores, con objeto de combatir con la escuadra francesa de
Philippe Strozzi, que apoyaba al prior de Crato. don Antonio.
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