lunes, 27 de octubre de 2014

CONTINUAN LAS AÑORANZAS IMPERIALES…



Eduardo P. García Rodríguez

El domingo 7 de octubre hemos podido ver  un anuncio a toda página en un periódico local referente a un “Concierto de la Hispanidad,”  a cargo de un decadente cantante español mimado en tiempos de la dictadura española por la no menos decadente burguesía franquista. Dicho evento está organizado por el Ayuntamiento de Añazu (Santa Cruz) con el pretexto de que es  a beneficio de Cáritas, brazo “caritativo” de la nefasta secta católica. El fondo del anuncio no tiene desperdicio, conforma la bandera de España donde de manera discreta figura el escudo coronado por la corona real española del Ayuntamiento capitalino, cuyo alcalde y equipo de gobierno dicen ser nacionalistas (naturalmente nacionalistas españoles) al pie de dicho anuncio se puede leer “Día Nacional de España”.

Nada sorprendente por otra parte, teniendo en cuenta que tanto en la ciudad de Añazu como en otras ciudades y pueblos de estas colonizadas islas, los callejeros están repletos de nombres de reconocidos masacradores de pueblos y de tronchadores de libertades, a quienes determinados criollos canarios de servicio, puestos en la política por el sistema colonial, disfrutan de orgasmos mentales rindiendo pleitesía,  sumiso y acatamiento a los dictados de sus amos de Madrid, a cambió de sustentase con las míseras migajas que éstos dejan caer de su mesa.

Nos cuesta creer que en pleno siglo XXI se siga celebrando la demencial e inhumana destrucción de pueblos y culturas por bandas de forajidos sin escrúpulos ni conciencia, atrocidades cometidas además en nombre de un dios que dicen ser fuente de amor y  redentor del genero humano, y lo que es más inconcebible, que las masacres efectuadas contra estos pueblos, estuviesen respaldadas por quienes se han autoerigidos en representantes de dicho dios en la tierra.

Por otra parte cabe preguntarse, ¿Qué día de España pretenden celebrar estos criollos? ¿La Hispania fenicia? La Iberia romana es decir, la colonia romana de la Península Ibérica o la España surgida a partir de 1812? Pues entre ambos periodos históricos sólo existían los diferentes reinos de la península ibérica, dos de los cuales decidieron constituirse en imperios invadiendo y ocupando por la fuerza de las armas a los reinos vecinos e incluso otros situados fuera de la península ibérica, así Aragón extendió sus dominios hacía el Mediterráneo mientras que Castilla lo hizo hacía el sur de la península y al vecino continente africano, teniendo que pugnar en las invasiones y saqueo de África con otro reino ibérico, Portugal.

Una de las falacias históricas  que machaconamente nos vienen transmitiendo tanto los historiadores oficiales y oficialistas como los medios de comunicación de masas, es que esa entelequia denominada España nació con el matrimonio celebrado entre el rey de Aragón Fernando II y Isabel I de Castilla, nada más lejos de la realidad, dicho matrimonio no pasó de ser una unión religiosa y que en nada afectó a la supuesta unificación de ambos reinos, pues ambos eran gobernados por sus propias leyes y fueros de manera independientes uno del otro, de hecho cuando falleció la reina de Castilla Isabel I, de nefasta memoria, Fernando de Aragón actuó como administrador y gobernador de Castilla en nombre de su hija Juana la loca. Así vemos como Fernando de Aragón se titulaba “Don Fernando por la gracia de Dios, rey de Aragón y de las Sicilias ambas, de Mallorca, de Cerdania e de Córcega, de Atenas e de Neopatria, conde de Ruisellón y de Cerdania, marqués d'Oristán e de Goziano, señor de las Indias y del mar Oceano, administrador e governador destos reinos de Castilla e de Granada por la serenísima reina doña Juana, archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña, mi muy cara e amada hija.”

Las provisiones que se despachaban para Castilla eran encabezadas de la siguiente manera: “Doña Juana, por la gracia de Dios, reina de Castilla, de León, de Granada e de Toledo, de Galicia, de Sevilla, de Córdova, de Murcia, de Jaen, de los Algárvez, de Algezira, Señora de Gibraltar e de las islas de Canaria e de Viscaya e de Molina, archiduquesa de Austria e duquesa de Borgoña, princesa de Aragón.”

El Rey Fernando antes de asumir la administración y gobernación de Castilla en nombre de su hija tuvo que efectuar juramento publico en los siguientes términos: “La reina N. S. doña Isabel, que santa gloria aya, fallesció desta presente vida en esta villa de Medina del Canpo, martes xxvj di as alas siete oras, e después de comer este día se hizíeron en la plaça dos andamios, arrimados a la iglesia de Sant Antolín, sin aver ninguno dellos ningund paramento ni xergamento, y este día, a las tres oras se pusieron sobre en el uno ciertas tronpetas y atavales y luego a esta ora el rey don Fernando salió de palacio cavalgando en un cavallo morzillo, con una loba de luto e un capirote por media cabeça, la cara toda de fuera e debaxo su bonete negro y no de luto, su rostro sosegado, sin fazer señal de llorar, y llegó al cadahalso ansí cavalgando y con él cavalgando el duque de Calabria, sin luto, con un capuz negro, y el duque de Alva y el marqués de Denia y e lo adelantado de Murcia e otros cavalleros y comendadores mayores y obispos, todos a pie, delante el Rey. Estavan allí dos reyes d'armas, con sus cotas d'armas vestidas y subieron en el cadahalso un libro misal e una Cruz y luego se puso a la varanda del cadahalso el secretario Gaspar de Orizio con uno de los reyes d'armas, con unas escrituras en la mano, y pregonava el rey d’armas.y el secretario dezía e dixo así: Notorio es que la reina doña Isabel N. S., que santa gloria aya, todos sabéis que es fallescida de esta presente vida e que muchos de los que aquí están la vieron fallescer, la qual al tienpo de su postrimera voluntad fizo su testamento, el qual es este. y lo tomó el rey d'armas en la mano y lo alçó que todos lo viesen, y entre otros capítulos que en el estavan, está uno que dize en esta guisa.» yten mando que quando Dios N. .S. le plega de me levar desta presente vida e quede por mi universal heredera de todos mis reinos e señoríos mi muy cara e amada hija doña Juana, archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña e que den luego que yo sea fallescida desta vida presente se intitule e llame Reina de Castilla y que por talla tengan y ayuntados los duques y condes y marqueses, concejos, etc. Y le den y guarden aquella ovidiencia e felidad e señorío e acatamiento e dominio que de derecho devan como a su reina e señora natural y por aquellos omenajes y juramentos que a mi me fesieron al tienpo que yo cebcebí en estos mis reinos e cumplan e guarden sus cartas e mandados de la dicha reina doña Juana, mi cara e amada hija y que luego alcen por ella pendones.» y luego quel rey d'armas a esta palabra llegó el duque d'Alva en el cadalso alço un pendón con dos escudos d'armas en que no avia más de castillos e leones e alço este pendón. El rey d'armas dixo tres vezes, a altas bozes, Castilla,. Castilla, por la reina doña Juana nuestra señora» y luego tocaron las trompetas y atavales y así fecho esto, tornó el secretario a leer y el rey d'armas a decir asimismo en este su testamento estaba un capítulo que dize;

Por quanto los procuradores de las cibdades destos mis reinos en las cortes de Toledo que se començaron en el año de DIJ y se acavaron en año de DIJ suplicaron que por que podría ser que al tienpo que yo desta presente vida fallesciese la princesa doña Juana, mi muy amada y cara hija, no estaría en estos mis reinos e después de venida en ellos no podría o no querría entender en la governacion de ellos o venida le sería nescesario ir a otras partes, que sería nescesario quien gobernase e tuviese en justicia estos mis reinos e que para evitar escándalos que devería de proveer en ellos de governador al rey mi señor e vistos el merescido y esclarecidas virtudes de su señoría y como sienpre los tuvo en paz e sosiego e vista la mucha isperencia que su señoría de la governación destos reinos tiene e como siempre la a procurado e acrescentado el patrimonio de la corona real e que esto hera muy nescesarío e cunplidero para su servicio de Dios e pro de los dichos mis reinos e así lo he por bien, e mando e a su señoría suplico aya por bien de acebtar el cargo de la governación dellos e de los gobernar en paz e sosiego e justicia como su señoría siempre lo a fecho e soy cierta que lo hará, etc., y luego fué el secretario, con el testamento en la mano, en presencia de todos los grandes e perlados y requirió al rey si acebtava la governación, el cual la acebtó y luego bolvió el secretario a las varandas del dicho cadahalso y el rey d'armas a dezir: citen soplico el rey Mi S. que al tienpo que le plega de acebtar la dicha governación publicamente, en presencia de todos los perlados e grandes e príncipes que allí estuvieren, jure en todo el tienpo que tuviere en dicha governación no dé ni empeñe ni venda ni entregue cibdad, ni villa, ni logar, ni fortaleza, ni señorío, ni mercedes de juro, ni cargo de justicia, ni governación ni otro oficio, ni patrimonio juredición, ni señorío ninguno a ninguna persona perpetua ni por vida, ni de otra manera de los que a la corona real pertenescan de proveer.» y luego el secretario fué adonde estaba el rey y todos los grandes perlados y levaron un libro misal y la Cruz y en ella iso e en libro le tomaron el dicho juramento e des que ovo jurado el secretario rezó todo lo que avía de jurar, segund se contenía en el dicho testamento y ansí lo juró. E luego tocaron las tronpetas y atavales y después de echo el dicho juramento bolvió el dicho secretario a leer y el rey d'armas a dezir:…”

Como podemos ver de la pretendida unificación política y territorial de Castilla y Aragón mediante el matrimonio de Isabel y Fernando, nada de nada.
En cuanto al pretendido día nacional de España, no deja de ser un silogismo los hasta ahora tan cacareados “dia de la hispanidad”  “día de la raza” “encuentro de dos culturas” y otras sandeces semejantes, lo que en realidad pretenden celebrar estos criollos descerebrados es la fatídica fecha del 12 de octubre, fecha en que una jauría de aventureros sin escrúpulos después de haber asolado las Islas Canarias cayeron como manadas de lobos hambriento sobre un continente cuyos habitantes naturales conocían como Abia Yala,  y  que después fue  rebautizado por las hordas cristianas como América.
En este día los pueblos americanos recuerdan el inicio de los más grandes desmanes, humillaciones y atrocidades que la historia de la humanidad haya conocido en aquella parte del planeta, hoy bautizada por la santa iglesia católica como América Latina.
Las naciones originarias no han cesado de mostrar y demostrar al mundo entero que, hasta nuestros días, se siguen cometiendo una serie de atrocidades en contra de los pueblos indígenas.
Hasta la saciedad han tratado de hacerles creer que la llegada de los hombres europeos significó un encuentro de dos culturas y que por esa razón se declaró al 12 de Octubre como el “Día de la Raza”, falacia con la que aún les siguen insistiendo en las escuelas.
La verdad es que les creyeron bestias sin alma, un poquito superiores a los animales, y les sometieron al más salvaje trato y oprobio que hasta nuestros días continúa en sus nuevas versiones.
Empezaron violando a sus  madres, hermanas e hijas, luego intentaron exterminarlos físicamente, les impusieron una lengua ajena cuando decidieron que fueran a las escuelas, les impusieron una religión bárbara destruyendo sus sagrados templos, les impusieron leyes bastardas, extrajeron perversamente su oro, plata, etc., les llevaron  los vicios como el alcohol, las drogas, la prostitución, la holganza, etc. Les aportaron enfermedades contagiosas y mortales de todo tipo, les impusieron nombres y vestimenta de occidente, hasta la música les impusieron. Y a estos horripilantes crímenes de lesa humanidad los invasores llamaron cínicamente “fusión de culturas”.
Tal como recoge la investigadora Rosalía Paiva: “Los europeos no pudieron desarraigar la cultura aborigen, pese a que destruyeron templos, dioses, diosas y otras expresiones culturales. Debido a este fracaso, se planteó otra estrategia: la cristianización por ello intentaron buscar una justificación filosófica y moral para la conquista. La encontraron en Aristóteles que decía: "Algunos seres desde el momento en que nacen, están destinados, unos a obedecer y otros a mandar". Según esta visión, no todos los hombres son iguales, sino distintos por naturaleza. Aristóteles afirmaba: "La naturaleza... hace distintos los cuerpos de los hombres libres y de los esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras penosas y haciendo a los primeros incapaces para los trabajos duros".
O sea, que los indios sabían hacer, estaban capacitados, pero no sabían cómo; quien se lo debía decir era el europeo. Ante todo esto, la iglesia católica creía que los errores paganos debían ser desarraigados y la verdad cristiana impuesta a toda costa. Hubo numerosos teólogos, como Juan Guinés de Sepúlveda, que estuvieron de acuerdo con la conversión forzada de los indios, mientras que otros como Bartolomé de Las Casas, sólo aceptaban la persuasión como único medio para la evangelización. Pero nadie reconoció en aquella época el derecho de los indígenas a mantener su propia religión.
Juan Guinés de Sepúlveda decía que los indios no fueron creados por Dios y que no son personas ya que viven fuera de la "ley natural", debido a su comportamiento. Dicha ley establece que lo perfecto domina a lo imperfecto, por lo que, la supuesta superioridad de los españoles será el derecho a dominar y a conquistar al indígena.
En caso de la más mínima resistencia se recurría a la violencia. Esto ocurría con vertiginosa frecuencia, ya que los conquistadores justificaban a través de la religión la explotación, la esclavitud y los malos tratos. Toda esta violencia y esta masacre terminó por convertir a los aborígenes en indios, ya que ellos mismo se convencieron de la pseudosuperioridad del europeo. Las atrocidades realizadas por estos últimos no se pueden explicar solo por la codicia y el poder, sino también por una construcción de los indios por los españoles, como seres inferiores, a medio camino entre lo humano y lo animal, como pregonaba Sepúlveda.
El conquistador no quiere ser asimilado, pero tampoco asimilar. Busca imponerse manteniendo su propia identidad, no quiere ser identificado con los hombres y pueblos que ha sometido. Los conquistadores ibéricos trataron de imponer su cultura y de extirpar la aborigen, ya que era vista como "demoníaca".”
En todo este proceso fue motor impulsor el concepto plenamente asumido por el catolicismo de que el poder del Sumo Pontífice romano, en los siglos XV y XVI, era supuestamente el máximo e “infalible”, en lo temporal y terrenal, para los reinos cristianos y fieles europeos. En la administración del Derecho Internacional del “mundo cristiano”, el Pontífice de turno, Calixto III, el 13 de mayo de 1456 había asignado mediante una Bula Intercaetera, exclusivamente al reino de Portugal, todas las islas y tierras firmes que “navegando por las regiones orientales y meridionales del Mar Tenebroso (océano Atlántico), descubrieran y conquistaran desde África, hasta los indios”. El pontífice romano era la única autoridad, en la Europa cristiana, para “donar” territorios de pueblos “infieles”, para incorporarlos al “rebaño de Jesucristo”.
En el siglo XVI gregoriano, el arrepentido cristiano, fraile dominico Bartolomé de las Casas, fue uno de los primeros en denunciar ante Europa, a través de sus escritos, las atrocidades y atropellos que cometían contra los pueblos y civilizaciones “indias” los mentados “descubridores” y “encontradores” de mundos y culturas.
Con acertada reivindicación histórica, a partir de mediados del siglo XX, las diversas organizaciones “indias” que se van gestando a nivel continental y mundial, denuncian al “12 de octubre” como el día del inicio de la invasión, genocidio y ecocidio sobre nuestra Madre Tierra.
Por su parte el Vaticano, hoy pequeño pero rico y poderoso Estado Independiente desde el 11 de febrero de 1929, gobernado en la actualidad por el Papa  Benedicto XVI, nacido Joseph Alois Ratzinger el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, Babiera Alemania, ex miembro de la juventudes hilerianas,  sostiene y celebra el 12 de octubre de 1492 como el “inicio de la evangelización en el nuevo mundo”.
El fruto de esta “evangelización” es bien patente, todos los pueblos que fueron invadidos y colonizados por portugueses y españoles, conforman los denominados del tercer mundo, por el contrario los que fueron colonizados por países no católicos, como Francia, Inglaterra u Holanda etc., son considerados como del primer mundo, en los primeros impera en la mayoría de sus poblaciones la pobreza extrema, el analfabetismo la corrupción generalizada y la explotación despiadada de la mayoría de sus habitantes por reducidas castas dominantes criollas, mientras que en los segundos disfrutan generalmente de un aceptable bienestar políticos, social, cultural y económico, por consiguiente, a los hechos nos remitimos.
Ciudad colonial de Eguerew 8 de octubre de 2007.
Fuentes consultadas: Actas del Cabildo de Tenerife, t.II, 1508-1513.
argentina.indymedia.org/news/2005/10/333815.php
Rosalía Paiva, en: Sol de Paz Pachakuti


No hay comentarios:

Publicar un comentario