APUNTES PARA SU HISTORIA
CAPITULO IX-III
Eduardo Pedro García
Rodríguez
Fiesta de los corazones en
Tejina
Las
fiestas son una manifestación de la cultura de un pueblo, en el caso de la de
los corazones en Tejina vemos el substrato
cultural de pueblo guanche, en sus ofrendas a la Divinidades
ancestrales que han pervivido ciertamente con algunas modificaciones
inevitables debido a la presión de modas
y modos impuestos por una cultura foránea pero dominante.
Como señala H. Agüéis:
“cuando una cultura dominante niega los valores de una cultura dominada en esta
última se opera un movimiento de repliegue sobre sí misma... Mientras que en
una situación normal, el mismo grupo no experimenta ninguna necesidad de
proclamar su identidad cultural (que no tiene necesidad de ser proclamada para
existir y manifestarse a los ojos de los observadores) en el marco de combate
creado por la negación de los valores del otro, el otro reivindica lo que se
desecha de su identidad cultural.”
Creemos
que esta fiesta de los corazones en Tejina
tiene sus paralelos en otras que se vienen celebrando desde los primeros
tiempos de la invasión y conquista bajo el paraguas de determinadas deidades de
una confesión religiosa dominante.
Podemos
citar a titulo de ejemplo las de La
Rama en la isla Tamarant
(Gran Canaria).
Hoy parece aceptado que La Rama es la pervivencia de un
rito que practicaban los antiguos canarios para pedir lluvia en épocas de
sequía. El rito consistía en hacer ofrendas en las partes altas de la isla
donde se encontraban ciertos lugares sagrados, para después cortar ramas de
árboles y dirigirse al mar. Una vez en él, con las ramas se golpeaba el agua
simulando la lluvia y se rogaba para que los dioses se compadeciesen y les
enviase la lluvia para sus campos.
Siguiendo con esta interpretación, después
de la conquista de la isla, los castellanos reconvirtieron este rito pagano en
un rito cristiano, incorporándose a las celebraciones anuales realizadas en la
fiesta de Las Nieves. Hoy día se relaciona La Rama actual con una fiesta de petición de lluvia;
el “agua, agüita, La Rama
está sequita”, parece ser algo que tendría mucho sentido de ser cierta esta
forma de interpretar La Rama ,
pero la realidad es otra bien distinta.
Ya
sabemos que el fenómeno festivo de la
Rama se ha circunscrito a estos espacios grancanarios
nombrados. Desde Guía hasta La Aldea. Bien es verdad
que tenemos también Rama en Mogán y Arguineguín, así como
en algún otro pueblo de la isla.
Igualmente, tendremos que
adentrarnos en las que se celebran en los barrios de Las Tabladas, Tasarte, Tasartico y El
Hoyo qué historia tienen, por qué surgen
en el contexto aldeano y qué las diferencia de la principal.
Por ejemplo, para las aldeanas y los aldeanos las Fiestas del Charco son, como en otros muchos pueblos pero aquí de una forma especial, el fin y comienzo de un nuevo año, de un nuevo ciclo.
Así mismo los corazones de Tejina guardan cierta similitud
con la fiesta de los hachitos de Icod de los Vinos, permítanos
el lector una breve digresión sobre el particular:
“La romería del poleo, al ritmo de la Orquesta del Poleo con su
tradicional tajaraste, marca el compás de la danza en la búsqueda de las ramas
de la hierba nombrada para dar inicio a la fiesta en honor de la Virgen de El Amparo,
Alcaldesa Honoraria y Perpetua de Icod de
los Vinos.
Icod de
los Vinos en Chinech (Tenerife) es
uno de los municipios con mayores y mejores conservadas tradiciones culturales
y etnográficas de nuestras Islas. Son muchos esos elementos patrimoniales que
dan arraigo a un pueblo que presume de su cultura ancestral, consciente de su
valor antropológico de cohesión social: el diablo y la diabla del barrio de Las
Angustias que danzan en las calles del entorno del Drago Milenario, los
guanches de La Candelaria ,
en la zona de El Paredón que cada 15 de agosto representan la aparición de la Virgen a los isleños, las varas de cintas en el
barrio de La Mancha
en honor a San Isidro Labrador, conforman el rito popular de la ofrenda a la
santa del barrio de las medianías icodenses.
Los Hachitos: preparativos y el hecho festivo.
En la actualidad los hachitos son una especie de estandartes o candelabros de
distintas medidas (1, 2 ó 3 metros de altura), según sea el cargador.
Igualmente los padres los confeccionan de menor medida para que sus hijos
mantengan viva la llama de la tradición. Se hacen de madera y en sus extremos
se colocan unas cacharras con trapos o paños empapados en petróleo para hacer
las antorchas y mantener el fuego. Los hachitos pueden tener diferentes formas
(corazón, pirámide, cruz, círculo…) y se suelen decorar con distintos motivos
usando ramas, flores, cintas... La estructura es sujeta por una traviesa que
facilita el que se cargue al hombro.
En la oscuridad de la noche los hachitos
son transportados, acompañados del ritmo y baile del tajaraste, como decíamos,
conformando una romería multicolor. Según el estudioso Estanislao González
González, el baile no falta en cualquier alto en el camino, interpretándose
ahora sólo el corrido pero las letras del de a cuatro se mantienen vivas,
incluso cuando encontrándose con el santo que sale a su encuentro, se entonan
delante de éste con toda su carga antirreligiosa. Antiguamente, entre las
danzas de acompañamiento se realizaba el conocido como baile de la lanza,
ya desaparecido, y que se ejecutaba al son del baile del corrido.
Son muchos los pueblos que celebran la llegada
mágica del solsticio de verano con distintas celebraciones a la
Sol , al Agua o al Fuego. Una noche iluminada por los luceros
de los hachitos y las fogaleras de las fiestas icodenses que probablemente
tiene sus orígenes en celebraciones antiguas canarias previas a la conquista de
Tenerife por la Corona
de Castilla. Es la fiesta de la
Diosa Magek guanche
como un rito de mestizaje entre lo cristiano y lo guanche.
Otra hipótesis de esta festividad es la
relación de alguna de sus danzas ancestrales (Baile Corrido o Baile
Sentado) con rituales de las maguadas (Baile del Gorgojo) en la
noche de San Juan, o también referentes al efecto purificador del fuego.” (Key Muñoz, 2011).
Danza de las cintas
Así mismo, perduran entre los festejos en
diversos pueblos de las islas una serie de danzas de origen guanches que,
algunos autores se empeñan en hacerla oriundas de países allende de nuestros
mares, veamos algunas de ellas conforme nos las describe don Juan Bethencourt
Alfonso, a quien seguimos en este tema.
Danza cívico-religiosa que en ocasiones se
bailaba ante el Mencey con motivo de alguna celebración especial y en las
grandes solemnidades como el Beñesmer, y otros actos civiles, estaban
principalmente destinadas a las ceremonias religiosas. Es esta circunstancia de
formar parte de la liturgia guanche ha hecho posible qué perdure en los
actuales cultos, como en las procesiones de la Diosa Chaxiraxi o Virgen de la Candelaria , del
Socorro, de Abona, y en buen número de pueblos y barrios de nuestra geografía,
así como el reverencial respeto que el pueblo profesa a los danzantes,
indudablemente reminiscencia de la que sus antepasados tuvo al clero Kanku, sus
primitivos coreógrafos.
Ahora, como en tiempos guanches, para la danza de
las cintas se forman cuadrillas de 14 danzantes: 12 bailarines, 1 tamborilero,
el cual toca el tamboril que lleva colgado del meñique izquierdo con un solo
palillo y al mismo tiempo la flauta, y el conductor del palo, que viste
igual que los danzantes y suele ser elegido el de mayor estatura. El palo es
una pértiga de 5 metros de largo, que los guanches coronaban con hermosos ramos
de hojas y flores silvestres, de cuya base partían doce cintas de distintos
colores, de unos 5 metros de largo, una para cada danzante como en la
actualidad. El principal cometido del conductor consiste en evitar que el palo
de vueltas para que la danza no se trabe.
Los danzantes se dividen en dos tandas de a seis
cada una, cada tanda lleva una guía delantera y otra trasera, a las que siguen
en las entradas y salidas los respectivos grupos al vestir y desnudar
al palo. Al compás del tamboril y la flauta marchan bailando, dando dos
pasos atrás y otros dos adelante, trazando círculos alrededor de la pértiga, en
sentido inverso cada tanda, una sobre la derecha y otra sobre la izquierda,
pasando alternativamente por dentro y por fuera cada vez que se cruzan. Cuando
han vestido el palo o lo que es igual, cuando la pértiga aparece artísticamente
cubierta por el entrelazado de las cintas, danzan en dirección opuesta para desnudar
el palo, haciendo en cada tanda de guía delantera la que antes era trasera.
Una vez que se concluye la danza, es decir de vestir y desnudar al palo sin que
la danza se trabe la danza, los danzantes prorrumpen en regocijados ajijides,
que son secundado por el público, si por el contrario, se produce alguna traba,
el público los abuchea y les propina silvas monumentales a pesar del respeto de
que gozan.
Según las tradiciones, la danza de las cintas
tenía ciertas variantes. A decir de algunos, en ocasiones los bailadores hacían
sonar las chácaras a la par que danzaban; otras, cada danzante vestía el
color de su cinta, con lo que el entrelazado presentaba agradables
combinaciones de agradables perspectivas; hasta finales del siglo XIX, existía
una modalidad que consistía en cada danzante era acompañado por una niña que
cogida de una banda, muy adornadas y bailando con donaire.
Los Corazones en Tejina
Centrándonos
en la fiesta de los corazones en Tejina
Declarada Bien de Interés Cultural de Ámbito Local en el BOC. de 23 de
Noviembre de 2000, dejemos que sea su mayor y mejor valedor, la Asociación Corazones
de Tejina, quien guíe nuestra narración:
“Los primeros datos encontrados haciendo referencia a la fiesta de Tejina se hallan en el Diario de Juan
Primo de la Guerra
(1800-1807). Con posterioridad, en el DGEHE de Madoz (1849), en el
apartado comercio, se recoge la “estracción de los frutos sobrantes a la c. de La Laguna ; celebrándose el día
del Santo Patrón de este pueblo una feria cuyo esclusivo tráfico consiste en la
venta de los frutos sobrantes del país y con especialidad vino”. Sin embargo,
existen evidencias indirectas sobre la celebración de la festividad de San
Bartolomé mediante actos religiosos y populares. En este sentido, destacamos la
existencia de Hermandades Religiosas. Las más antiguas son: la Hermandad del Santísimo
Sacramento, fundada en 1702, siendo el párroco de Tejina D. Manuel Coronado, la Hermandad de San José,
fundada en 1887 y la
Archicofradía del Corazón de María, en 1852 ; éstas pudieron
ser las encargadas de organizar la onomástica del Patrón, ayudados por el
Ayuntamiento o la Alhóndiga
(desde 1819 hasta 1841 se recoge en el Libro de Fábrica el pago de “dos
pesos y cuatro reales por el alquiler de la sala para vender el día de la
festividad de San Bartolomé”).
La
influencia que la organización eclesiástica tenía en la celebración de
cualquier acto puede comprobarse en diversos documentos. Así, en 1781 el
Obispo de Canarias Joaquín de Herrera, envía una carta exhortando a los fieles
de la parroquia de Tejina a pagar
puntualmente sus diezmos para culto a Dios y mantenimiento de sus ministros, y
alimentar a los pobres, maldiciendo a quien no lo haga. El cura párroco era el
encargado de proporcionar al Ayuntamiento la lista de mozos en edad adecuada
para el reclutamiento y también llegó a ser maestro del pueblo. La
desamortización de Mendizábal, a partir de 1830, transforma los antiguos
mandatos que obligaban a pagar diezmos y primicias a la Iglesia en ofrendas o
actos que llegan a ritualizarse coincidiendo con las fiestas celebradas en
honor a los Santos Patronos de los pueblos y ciudades. A partir de ese momento,
la responsabilidad de la organización de festejos recae en los Ayuntamientos o,
en su defecto, en comisiones voluntarias que pueden renovarse anualmente, como
es el caso de Tejina.
A
partir de finales del siglo XIX se encuentran citas en publicaciones
periódicas que aluden a la fiesta de San Bartolomé en Tejina. Así, la primera que hemos hallado es en el mes de agosto de
1890 cuando El Reformista publica una nota de prensa sobre la festividad
de San Bartolomé, “durante los días 23 al 24 de Agosto”, aludiendo a la
verbena como número importante de la fiesta de Tejina. Debía ser bastante popular y esperada en aquella época ya
que son varias las referencias encontradas a lo largo de la última década
del siglo pasado. En uno de ellos se publica lo siguiente: “Según nos
notician de Tejina, la fiesta que
anualmente celebra aquella localidad a su santo patrono San Bartolomé se
verificará este año con más ostentación que los anteriores pues los vecinos de
aquel pago no desperdician medio alguno para hacer sobresalir su festividad por
cima de las que se celebran en los pueblos comarcanos”.
La
fiesta duraba dos días; en ocasiones sólo uno, y a veces tres. A finales
del siglo XIX y comienzos del XX, no se tenía en cuenta el día de la semana
para la celebración, pudiéndose plantear la hipótesis de que la fecha de los
actos festivos fuese propuesta por la Comisión de Fiestas. Según las notas de prensa de
la época los números más importantes eran completamente diferentes
a los actuales. La mayor parte de ellos se ha perdido, ni siquiera
conservándose en la memoria de las personas mayores.
La
procesión del Santo “por los lugares acostumbrados”, se celebraba normalmente
la víspera y/o el día principal de la fiesta: “La noche del 23 saldrá
procesionalmente la imagen del Santo Apóstol escoltado por la tradicional
librea con su capitán al frente, banda de música y la primitiva danza”.
En
las citas consultadas se hace mención a un acto denominado pandorga, una
Cabalgata con gigantes, cabezudos, tambores y luminarias, relacionándola
habitualmente con la librea y la danza o, en ocasiones acompañando al Santo
(“Habrá librea, comedia, pandorga para la que se han encargado gigantes y otros
artefactos”).
Citando
a Juan Primo de la Guerra ,
en su Diario I (1800-1807), el jueves 23 de agosto del año 1800 "fuimos
por la noche a Tejina, en donde, en
celebración de la víspera de San Bartolomé, patrono de aquel lugar, se hicieron
los regocijos que ordinariamente se acostumbran en los campos circunvecinos.
Esto es, la librea, que se forma de los mozos del lugar, adornados con cintas y
otras vestiduras, un capitán de entre ellos mismos que se distingue por más
lucimiento y que marcha delante. El tambor, a cuyo son se hace la marcha y
algunos mogigangos de papelón que figuran toros o caballos y preceden esta
comparsa iluminada con varios hachos. La de este año en Tejina tuvo la ventaja de que estando allí a la sazón un
destacamento del regimiento de Ultonia (nombre de uno de los regimientos
que vinieron a reforzar la defensa de la isla durante el ataque de Nelson a
Tenerife), los soldados se incorporaron en la marcha llevando sus fusiles
y sirvió en esta función el tambor de la tropa. Es también constitutivo de
estas fiestas el navío. Fórmase éste con algunos ligeros maderos sobre una
carreta tirada por bueyes. Llevaba dentro algunas muchachas que cantaban en
obsequio de San Bartolomé. Al frente de la iglesia estaba puesto el tablado que
debía servir para las representaciones; pero éstas no tienen otro mérito que el
buen deseo, la unión y el empeño con que todos se interesan y coadyuvan a la
celebración de su santo patrono". Este cronista de la época (III Vizconde
del Buen Paso) vivía largas temporadas en Valle de Guerra y acudía con
regularidad a los festejos, recogiendo anécdotas curiosas sobre ellos. En 1802
escribió: “Ayer se hizo en Tejina la
fiesta de San Bartolomé. La víspera hubo palos y uno de los heridos fue el
alcalde de este lugar, Francisco García, quien tomó parte en la pendencia por
ir a contener a los que peleaban”. En la misma fuente consultada se recoge el
24 de agosto de 1807: “He estado anoche en Tegina
donde se celebraron las vísperas de San Bartolomé, patrono de aquel lugar, y
con este motivo hubo concurrencia, una tienda y ventorrillos y diversión. La de
entremeses (comedia) fue indecente: los que salieron a representar, en
lugar de hacer sus papeles, se descompusieron en las palabras. Del patio
empezaron a tirarles piedras y se bajaron del tabladillo a toda prisa. La
librea estuvo regular, y el capitán bien vestido y el fuego bueno: dos árboles
con muchos voladores, ruedas y otros artificios”. Estos números no fueron
reseñados en los programas de las Fiestas publicados en prensa a partir de
1910, posiblemente por su desaparición como acto en la Fiesta. Como ejemplo
se puede tomar el caso de Valle de Guerra, en donde desapareció la Librea
por un corto espacio de tiempo, para recuperarse como tradición en los
últimos años…
La
lucha canaria estaba presente en la mayoría de los festejos populares de las
Islas. En Tejina se incluía en el
programa de actos en honor a San Bartolomé, aunque no muy regularmente. Una
prueba de la calidad y destreza de los luchadores tejineros es que solían ser
invitados a importantes luchadas en otros pueblos. Destaca, en este sentido, el
desafío entre Brito y Juan Alejo que ocurrió en el año 1903, durante las
fiestas del Cristo de La Laguna
Entre
las características de los actos programados se pueden destacar la diversidad,
popularidad y originalidad de los mismos.
Eran
habituales las “corridas de sortijas” a caballo, en bicicleta y en automóvil, a
las que eran invitados jóvenes jinetes y ciclistas de otras localidades. La
costumbre era que las señoritas de la localidad y alrededores regalaran para la
ocasión bonitas cintas pintadas o bordadas.
También
se organizaban por iniciativa popular comedias al aire libre, las cuales
perduraron hasta bien entrado el siglo XX, aunque ya no exclusivamente
coincidente con las fiestas patronales, realizándose en el Teatro Cine Unión,
en el Complejo Parroquial, o en cualquier salón apropiado.
La
cucaña constituía uno de los juegos más divertidos: se plantaba un poste
cilíndrico en la plaza que era embadurnado con grasa y en la base superior se
colocaba un premio, que solía ser una moneda. La persona que llegaba arriba,
principalmente muchachos, se quedaba con la moneda.
Las
carreras de sacos podían clasificarse como juegos o “regocijos populares”.
Una
atracción de moda en la época, que despertaba la admiración de cuantos
concurrían a las fiestas populares de cualquier pueblo o ciudad, era la
elevación de globos aerostáticos o “indirigibles”. En Tejina se constatan varias oportunidades en las que se incluye en
el programa este espectáculo.
Otros
actos muy concurridos eran las verbenas, que en varias ocasiones se realizaban
“con iluminación a la veneciana” (farolillos y gas acetileno), y los bailes,
organizados en la plaza, “casas particulares” o salones “adornados al efecto”.
Se consideraban, además, números con raigambre las parrandas, siempre presentes
en las fiestas populares.
Como es fácil suponer, el lugar donde se
desarrollaban todos estos actos era la
Plaza de la
Iglesia. En el año 1834 (documento1) era prácticamente un
ensanchamiento de la carretera que venía desde Tegueste, manteniéndose con el suelo de tierra hasta que en 1955
comenzaron las obras de remozamiento, que finalizaron en el mes de julio de
1957. De cualquier modo con la llegada de la Fiesta se realizaban mejoras y se engalanaba e
iluminaba para la ocasión. Ello se deduce de los actos programados para horas
nocturnas.
En
1904 igualmente se publica lo siguiente en referencia a la fiesta de San
Bartolomé de Tejina: “El 24 habrá función religiosa y procesión. La plaza
estará engalanada con arcos llenos de los acostumbrados panes en forma de
corazón, y no faltarán los bailes de la tierra”. Esta cita corresponde
con la primera referencia cronológica alusiva a la fabricación en Tejina de alguna manifestación
relacionada con los Corazones. La colocación de arcos en las plazas de los
pueblos fue una costumbre generalizada durante las celebraciones festeras, que
ha perdurado hasta nuestros días. Sin embargo, sí resulta significativo
que la fiesta de Tejina contara con espacio en los periódicos desde el
año 1890, sin que hasta 1910 se hiciera mención a los Corazones, tal como son
entendidos hoy.
Las
ofrendas con flores, frutos y ramas son comunes en las fiestas patronales de
los pueblos, no sólo de Tenerife y su provincia, sino en toda la geografía de
nuestra región.
Como
ejemplos considérense la fiesta de la Rama en Agaete, el Arco en el Sauzal, el Ramo en algunos pueblos de La
Gomera (Taguluche, Arure, Agulo,
Valle Hermoso), la romería del Socorro y la fiesta de San Pedro en Güímar, etc. El sentido de todos ellos
es el ofrecimiento al Patrón o Patrona de los beneficios obtenidos en la
cosecha del año.
Sin
embargo, ninguna de estas manifestaciones populares, íntimamente relacionadas
con el sentimiento religioso, resulta tan peculiar, expresiva y espectacular
como los Corazones de Tejina. · (Aso.
Corazones de Tejina)
Expediente de declamación de Bien de Interés Cultural
(BIC) para los corazones de Tejina
Año 1997. Solicitud de incoación ante el Excmo.
Cabildo Insular de Tenerife (ECIT) por la AAVV Las Tres Calles de Tejina.
Año 1999. Solicitud por la AAVV Las Tres Calles de Tejina ante el ECIT para que se retome
la incoación del citado expediente.
13-3-2000. Declaración de cesión de los derechos
derivados de la resolución del expediente de la AAVV Las Tres Calles a la Asociación Corazones
de Tejina.
19-5-2000. Solicitud al Excmo. Ayuntamiento de La Laguna (ALL) sobre acuerdo
o pronunciamiento del Pleno sobre la
Fiesta de San Bartolomé de Tejina.
21-11-2000. Solicitud de certificación por el ECIT de la
fecha de inicio del expediente.
21-11-2000. Solicitud de personación en el expediente por la Asociación Corazones
de Tejina.
10-1-2001. Publicación en el Boletín Oficial de Canarias
(BOC) de la incoación del expediente
9-2-2001. Envío al ECIT de reportaje fotográfico
sobre los Corazones, así como 1.184 firmas de apoyo recogidas, para incluir en
el expediente.
23-7-2001. El ECIT abre plazo de exposición pública
y de presentación de documentos sobre el expediente.
20-8-2001. Presentación del libro “Fiesta de San
Bartolomé de Tejina” para incluir en
el expediente.
12-3-2002. Consulta telefónica solicitando información
sobre el estado del expediente.
13-6-2002. Notificación del ECIT de la remisión del
expediente a la Direc.
Gral de Patrimonio del GAC para su aprobación definitiva y
posterior publicación en el BOC.
El día 25 de noviembre de 2005 en el Castillo del
Camino Largo (La Laguna).
La Asociación Corazones de Tejina recibió la comunicación oficial del Secretario del
CIT-NE Tenerife informando de la resolución de la Junta Directiva de ese
organismo por la que se acuerda por unanimidad
Conceder a los Corazones de Tejina el Reconocimiento como
Distinguidos del Centro de Iniciativas y Turismo del Nordeste de Tenerife del
año 2005, y la entrega de la Insignia de Oro, por su labor en la promoción y
difusión turística de la localidad de Tejina.
(Aso. Corazones de Tejina).
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