APUNTES PARA SU HISTORIA
Capitulo XI-I
EL MUNICIPIO DE TEGUESTE
El
municipio de Tegueste una de las
singularidades geográficas más destacadas
es su particular situación, pues esta enclavado en el centro del antiguo
meneceyato homónimo estando además enclavado dentro de otro municipio que en la
época precolonial formaba parte de su territorio: San Cristóbal de La Laguna o Valle Sagrado de Aguere.
Por
este motivo, Tegueste, ubicado en un
valle del noreste de Tenerife, no tiene salida al mar, otro de sus rasgos
peculiares, ya que sólo otros dos en la
Isla presentan esta misma característica, El Tanque y
Vilaflor. La Villa
de Tegueste tiene una extensión de
26,41 kilómetros cuadrados, equivalentes a una superficie de 2.642 hectáreas.
Está situado entre los 28° 31' de latitud Norte y los 16º y 20' de longitud
Oeste. Está configurado como una amplia cuenca hidrográfica,
enmarcada por las estribaciones montañosas de la vega lagunera y las laderas
del sector occidental del macizo de Anaga.
Tegueste está dividido en dos valles, diferenciados por
su morfología y por su conformación socio-económica: el de Tegueste, que es el núcleo poblacional principal, y el de El
Portezuelo-El Socorro, la zona de mayor peso agrícola. El censo del año 2011 registró 10.874 habitantes.
El casco de Tegueste se encuentra en las
inmediaciones de la Plaza
de San Marcos donde se halla la iglesia del mismo nombre, también en la plaza
se encuentra el ayuntamiento.
El municipio estuvo hasta bien entrado el siglo
XX, subsistiendo de la agricultura y la ganadería. La desamortización de
Mendizabal, unida a la fuerte emigración, hace que la propiedad se concentre en
pocas manos, las de propietarios absentistas, que por interés frenarán el
desarrollo de la propia agricultura y de los mismos habitantes. Los
agricultores que quedan son pequeños propietarios, arrendatarios y medianeros
de los terratenientes que residían en otros lugares.
En los nombramientos de
Acaldes reales que efectuaba el Cabildo colonial anualmente se designaba una
misma persona para ejercer dicho cargo, de atribuciones administrativas y
judiciales, para Tegueste y Tejina
hasta mediados del siglo XVII. Luego, al igual que hacía la iglesia
católica en la jurisdicción eclesiástica, nombraba a distintas personas para
cada uno de los dos lugares.
A
tenor del tantas veces citado Decreto de
Las Cortes de Cádiz, en la metrópoli de 1812 el valle de Tegueste es erigido municipio exento del de La
Laguna con fecha 13 de febrero de 1813.
Por
esas fechas el mundo rural en Tegueste
estaba especialmente dirigido desde las ciudades de La Laguna y Santa Cruz por
propietarios absentistas.
Como hemos dicho un absentista es el propietario rural o terrateniente que vive lejos
de sus tierras, descuidando su explotación o dejándolas directamente ociosas.
El absentismo ha sido fuente de conflictos sociales en el campo canario,
especialmente en aquellas localidades en las que una masa importante de
personas no poseía tierras cultivables o sólo tenían acceso a parcelas muy
reducidas, incapaces de sostener explotaciones económicamente viables, como
sucedió en el valle de Tegueste
después de la ocupación del territorio por los colonos datados por los
invasores.
Tampoco era ajena a esta práctica la iglesia
católica y sus clérigos absentistas,
en el caso de los eclesiásticos que ocupan un cargo de la iglesia católica y
reciben los beneficios correspondientes, pero que no residen en la demarcación
que les corresponde y descuidan sus obligaciones o las delegan a otras
personas. Eran cuantiosas las tierras que poseían los conventos hasta la
desarmotización de Mendizábal, la mayoría de las cuales también pasaron a manos
de propietarios absentistas, para los cuales la propiedad de la tierra les
suponía prestigio social, preocupándose poco por la puesta en producción de las
mismas, dejándolas en la mayoría de los casos a cargo de medianeros o
encargados mal pagados y peor tratados.
De la existencia de las propiedades episcopales
en el Menceyato de Tegueste existen
varias referencias en las Actas del Cabildo colonial, de las cuales extraemos
la siguiente referencia: Cabildo de fecha 27 de mayo de 1502 “Hordenó e mandó el señor
Governador con acuerdo de los dichos
regidores que qualquyera puercos, vacas, cabras, ovejas que entraren por el puertochuelo de cabe la casa del obispo el arroyo abaxo a la mano derecha. (Escribanía del Cabildo de Tenerife).
Tenemos constancia de que los primeros
aprovechamientos son la tala de árboles en Pedro Álvarez y la extracción de
piedra de cantería en El Portezuelo, para la construcción de edificios en la
ciudad de La Laguna ,
en tiempos más modernos estos materiales se extraían de la cantera de Patricio
ubicada en Jardina, conocidos
popularmente como bloques colorados, los cuales eran sumamente apreciados por
los constructores.
El Ayuntamiento de Tegueste ha tenido la feliz iniciativa
de editar el Boletín del Archivo Municipal, extraordinaria herramienta para los
investigadores e estudiosos de la
Historia de Canarias en general y de Tegueste en particular, en él, podemos nutrirnos del fruto del
probo trabajo llevado a cabo por abnegados investigadores destacando entre
ellos María Jesús Luís Yanes y Juan
Elesmí de León Santana, auténticos “almas
mater” de este logro editorial. En ellos nos vamos apoyar para desarrollar
algunos pormenores del devenir histórico del valle de Tegueste como municipio.
Antecedentes
“municipales”
Dentro del proceso de
reformas administrativas borbónicas, especial significado tenía para los
lugares de la Isla
y futuros ayuntamientos, el auto acordado de 5 de mayo 1766 y la real cédula de
14 de febrero de 1772, por la que se disponía la elección en cada pueblo con
alcalde real de dos diputados, un síndico y un fiel de fechos3, en caso de no
haber escribano en el lugar. Estos cargos eran elegidos por los 24 vecinos más
votados por el pueblo. En caso de empate, decidía el Alcalde. El primer día de
cada año la nueva corporación ha de
tomar posesión. Del resultado de la elección se debía dar parte al
Corregidor de la Isla.
En el mes de diciembre
de cada año se fijarán edictos para que se haga saber a el pueblo se ha de
convocar a toque de campana para que concurran a la Iglesia el día de fiesta
en la tarde que se haya señalado en el referido edicto para lo que, por medio
de un oficio político, se abrá puesto de acuerdo el alcalde con el Párroco, y a
la hora competente pasará a la referida iglesia con los diputados, el síndico y
el escribano o fiel de fechos, donde se recibirán en secreto y por escrito los
votos de todos los vecinos seglares que asistan a este acto en que cada uno de
ellos ha de nombrar veinticuatro sujetos del pueblo para electores; y
concluida, se regularán todos los votos y quedarán nombrados por tales los
veinticuatro personas a cuyo favor resulte el mayor número, a los que mandará
sacar el mencionado alcalde para que asistan a el siguiente día de fiesta a la
casa o sitio donde se acostumbran tener las juntas probadas del pueblo, en
presencia de los referidos diputados, síndico y escribano o fiel de fechos se
procederá a hacer la elección para el siguiente año por los veinticuatro
vocales, primeramente nombrando alcalde, en segundo lugar diputado, tercero,
síndico y en cuarto fiel de fechos en los pueblos donde se necesite, y quedará
verificada la elección en los que resulte mayor número de votos, y en los casos
de que éstos se debatan con igualdad en dos o más sujetos para cada uno de los
empleos que van expresados, dará el suyo decisivo el Alcalde a favor del que le
parezca más conveniente para desempeñarlo en beneficio del público, la que así
ejecutado les pase aviso para que el día primero del año se les ponga en
posesión precediendo recibir juramento el alcalde que deja a el nuevo electo de
usar bien y fielmente su empleo (...)
Estas formalidades no
debieron seguirse al pie de la letra en algunos de los pueblos pues el
corregidor envía despacho conminando a que se cumplan.
¿Fue Tegueste uno de los pueblos que incumplían la norma? Aunque no lo
sabemos con seguridad, bien es cierto que la primera elección de los veinticuatro
vecinos compromisarios conservada en el Archivo Municipal data de 17986
Este modelo de elecciones,
mediante sufragio de segundo grado, antecedente de unas auténticas elecciones
municipales, se sucede hasta la promulgación de la Constitución de 1812.
Tras el paréntesis constitucional (1812-1814), se reanudan con la vuelta del
Absolutismo, desde 1814 hasta 18207. Pero es precisamente en ese pequeño
periodo constitucional cuando se produce la primera configuración de Tegueste como municipio independiente.
El primer Ayuntamiento
de Tegueste como municipio independiente
Efectivamente, habrá que
esperar al siglo XIX, con las Cortes de Cádiz de 1812, para que en Canarias
comience el proceso de división municipal, desapareciendo los antiguos Cabildos
y dividiéndose la Isla
en demarcaciones territoriales con alcaldes constitucionales, regidores y
personeros propios.
Dos años antes de
constituirse como municipio, Tegueste hubo de participar en el proceso
constituyente, prueba más de su consideración como lugar diferenciado. Así, el
21 de abril de 1810, se reúnen los vecinos mayores de 25 años en la parroquia
para elegir el compromisario que debía concurrir a La Laguna para la elección de
12 electores que a su vez debían elegir los cuatro diputados de Canarias en las
Cortes de Cádiz. Como representante de Tegueste,
sale elegido Juan Manuel González, síndico personero del Pueblo. Una vez
elegido se da paso a la celebración con misa, bailes, “canciones rurales”,
tiros al blanco y fuegos artificiales.
“e inmediatamente el
Pueblo, Electores, Ayuntamiento y cura Párroco se dirigieron a la iglesia
llevando al elegido en la forma que previene el art. dies y ocho de la
instrucción y se cantó el te deum con lo que se concluyó este acto. Por la
tarde de este día se reunió el Ayuntamiento, Diputado, Cura Párroco y electores
en la Plaza de
este pueblo a la que concurrieron los vecinos manifestando su alegría y
particular satisfacción en vailes, varias cansiones rurales, en ocequio a
Nuestro Católico Monarca el sr. Don Fernando Séptimo, diversos fuegos
artificiales, tiros al blanco y otros varios exercicios acostumbrados en
semegantes regosigos públicos.
Por fin, en 1812 un Decreto
de las Cortes establece que se formen ayuntamientos de más de mil almas e
incluso en aquellos donde no se llegue a este número pero que por sus
particulares circunstancias de agricultura, industria o población
considere que debe tener Ayuntamiento, lo hará presente a la Diputación de la Provincia ,
para que en virtud de su informe se provea lo conveniente para el Gobierno.
El 23 de agosto de 1812 se
jura en el Pueblo la
Constitución española, mucho antes de que el Jefe Superior
Político enviara despacho a los diferentes pueblos para que remitan testimonio
de haberse publicado y jurado la Constitución. (María Jesús Luís Yanes y Juan
Elesmí de León Santana, 2010)
Así, en Tegueste la primera Corporación
Municipal, con arreglo al padrón que para tal caso se hizo, se conformó el 14
de febrero de 1813, con la lectura de la Constitución de 1812
desde un tablado colocado en la
Plaza de San Marcos, repiques de campanas, vivas y petardos.
Primera Corporación del
Ayuntamiento de Tegueste,
constituido el 14 de febrero de 1813.
Alcalde: Francisco
Hernández Crespo
Regidores: Antonio Perdomo
Antonio Roque
Antonio Pablo Gómez
Félix Rodríguez
Síndico personero: Pedro
Enrique
Fiel de fechos: Juan de
Reverón
Tras el período
absolutista14 (1814-1820), con la llegada del régimen liberal (1821-1823), se
vuelve a la división municipal y al modo electoral que habían establecido las
Cortes de Cádiz. El alcalde real se convierte en alcalde constitucional y el
municipio de nuevo cuenta con un ayuntamiento independiente. En 1824, al
finalizar el Trienio Liberal, otra vez regresa el régimen de los alcaldes
reales, dos diputados, un personero y un fiel de fechos;
El municipio de Tegueste vuelve a convertirse en simple
lugar dependiente del Cabildo. Incluso se recrudecen las restricciones
en el sistema de elección pues es la Audiencia de Canarias la que debe elegir los
cargos de una terna propuesta por los elegidos. Habrá que esperar hasta 1836
para que los diferentes pueblos de Canarias, entre ellos Tegueste, vuelvan a
configurarse como municipios independientes.
Trabajos y primeros
problemas
Los principales obstáculos
con los que se encontró el recién creado Ayuntamiento teguestero fueron
consecuencia de la falta de presupuestos para hacer frente a gastos tan nimios
como el salario del secretario y, ni que decir tiene, para acometer obras
públicas.
A todo esto se unía la
falta de personas adecuadas para ejercer cargos que necesitaran cierta
preparación, al menos saber escribir, caso de secretario o recaudador de
contribuciones. Los miembros de la Corporación de Tegueste eran campesinos como la
mayoría de los residentes en el pueblo, que necesitaban trabajar las tierras
para sostenerse y no podían prestar dedicación suficiente a los asuntos
municipales.
En 1814 se “obliga” a
ejercer de fiel de fechos a Juan de Reverón por no hallarse otra persona más a
propósito, quien aceptó con la advertencia de que dada su pobreza, no se obligaba
a copiar órdenes, suplir papel, ni otra incumbencia que le impidiese el
ganar su jornal15, trabajando como secretario cuando le fuera posible.
El Ayuntamiento acuerda en
ese mismo año proponer que si el secretario fuese vecino del Pueblo pueda
subsistir con 30 fanegas de trigo anuales y no siéndolo por los pocos
que podrán ejercer este empleo a causa de la falta de escuelas públicas que ha
tenido este lugar, no obstante componerse de casi 1.250 almas, es la
renta de 200 pesos anuales.
También se presentaban
dificultades para cobrar la contribución. En este sentido el Ayuntamiento
propone al Intendente General de Hacienda, dada la incapacidad de la Corporación para
cobrar la contribución extraordinaria de guerra por la general pobreza del
Pueblo y la ignorancia de los cargos para llevar a cabo la recaudación, a ceder
a cambio la tercera parte de los fondos del Ayuntamiento:
Grandes son los deseos
que tiene este Pueblo de hacer sacrificios a favor del importante objeto de la Guerra pero no le acompañan
sus facultades que no son sino las que se pueden considerar en la reunión de
varios hornaleros (jornaleros) que lo componen, y que estriva su subsistencia
en sólo los advitrios de su brazo: esta misma consideración hizo este Cuerpo
desde el principio que recibió los soberanos Decretos sobre la materia, y aún
añadió que el Secretario del Ayuntamiento y todos sus individuos no entienden
ni pueden entender aquella larga numeración, el sitado Secretario apenas conoce
los números, pruevas de la ignorancia de este Pueblo, que jamás la ha sido
posible dotar una Escuela Pública para remediar estos y otros males, y aunque
quisiera entender todo el contenido de la soberana disposición por medio de una
persona que se lo explicara según se anuncia, esto sería costeándolo otra, pues
no es fácil como se deja ver, que un pobre peón quiera dexar de subsistir,
sacrificando su hornal para que otro subsista. Estas son las mismas
dificultades que se propusieron y las mismas se repiten ahora, añadiendo
únicamente en prueba de nuestro buen deseo, que por ahora y entretanto dure la
guerra, está pronto este Ayuntamiento a seder la tersera parte de los fondos
que en su día se le señalaron de los propios de la Isla como está prevenidos con
descuento desta misma cantidad que desde ahora aplica a un fin tan interesante.
Es lo que puedo decir a Vuestra Señoría sobre el particular. Dios guarde a
usted muchos años. Tegueste y enero de 181417.
La falta de presupuesto
también contribuyó al retraso de la instalación de la escuela pública de
primeras letras y a la inoperatividad para ejecutar obras públicas de primera
necesidad (cementerio, casa consistorial, caminos), las cuales, cuando se
acometían, eran costeadas y realizadas por los vecinos.... En 1821, en el
Pueblo sólo se había construido un puente (el Puente de Palo) y una capilla
mortuoria: “no hay otras obras que un puente que se hizo hay pocos años para
la mejor comodidad del Pueblo en lo espiritual, y corporal pues este lo
divide un barranco conciderable que impedía su comunicación en el inbierno e
igualmente una capilla pública para depocitar los cadáveres e impedir por lo
reducido de las casas de esta población infeste su putrefacción la salud de los
vecinos que indiscretamente acompañaban el cadáver en el día o la noche antes
de su enterramiento, cuyas obras se deven a la solicitud del actual cura y su
limosna y la del Pueblo. No hay fuentes públicas por la falta de fondos para
contruírlas y las aguas de que surte el Pueblo se sacan de los manantiales
mediatos
Y en cuanto a la enseñanza:
no hay otra instrucción que la que da el Párroco a los Niños que de
monagillos asisten graciosamente a la Parroquia pro no tener
ésta con que pagarles por su mucha pobreza, enseñándolos a leer
escribir.
Así y todo, el Ayuntamiento
de Tegueste continuó su andadura
mientras que otros iban desapareciendo a lo largo del siglo XIX, acuciados por
la falta de bienes de propios (San Andrés, Taganana, Punta del Hidalgo, Tejina,
Valle Guerra)- y a pesar de las penurias, a medidos del siglo XIX contaba ya
con Casa Consistorial. (María Jesús Luís Yanes y Juan Elesmí de León Santana,
2010)
Intentos de agregación a La laguna
La
agencia de noticias Europa Press, con fecha 9 de junio de 2011 difundió la
noticia de la recuperación de uno interesante documento relativo al primer
intento de anexionar Tegueste a la Ciudad de Aguere en el año de 1838
“Unos
documentos inéditos del Archivo Municipal de la Villa desvelan cómo Tegueste, a mediados del siglo XIX, se
mantuvo como municipio independiente cuando sus vecinos y los miembros de la Corporación evitaron
que se agregara al de La Laguna
después de tres votaciones. Los documentos conservados en el archivo del
Ayuntamiento de la Villa
y que datan de mediados del siglo XIX, reflejan los procesos de reforma
territorial de aquella época y constatan los varios intentos que sufrió Tegueste para que se anexionara a La Laguna , algo que sus
vecinos consiguieron evitar, un hecho que no se repitió en otras poblaciones
como Valle de Guerra, Tejina, Punta
del Hidalgo, Taganana o San Andrés.
Estos documentos son analizados en el segundo Boletín del Archivo Municipal de
En
esta ocasión, estos textos recogen las tres votaciones que tuvieron lugar entre
los años 1852 y 1853 y que propiciaron que Tegueste
mantuviera su independencia, a pesar de los intentos de la Diputación Provincial
de que se anexionara a La
Laguna.
A lo largo del siglo XIX, diversos municipios de Tenerife desaparecieron como tales, la mayoría de ellos en el entorno de Santa Cruz y de
En esa época,
El primer intento de anexionar Tegueste a
Tres años más tarde, en 1841,
Pero fue en 1852 cuando se produjo el primer hecho significativo que recogen los documentos de esa época. Ese año, el regidor del Ayuntamiento de Tegueste, Agustín Hernández, acude a Santa Cruz a solicitar a
En esa primera votación, el alcalde se mostró en contra de la anexión, voto en contra al que se sumaron cinco de los ocho vecinos presentes. En una sesión plenaria celebrada dos días después, el alcalde Lucas Molina y el resto de
La segunda votación tuvo lugar el 13 de noviembre de 1852. Cuatro de los ocho vecinos votaron en contra, negativa que secundó la totalidad de
Sin
embargo, en la siguiente y definitiva votación, optaría en favor de la unión.
Pero las disputas y dificultades no terminaron aquí. Los documentos encontrados en el Archivo dela Villa
constatan una tercera y definitiva votación. Tras el segundo rechazo, la Diputación Provincial
se muestra descontenta con la forma de la votación y, sobre todo, con su
resultado, ordenando su repetición argumentando que no habían votado alguno de
los vecinos más influyentes.
Pero las disputas y dificultades no terminaron aquí. Los documentos encontrados en el Archivo de
La tercera votación tuvo lugar el 14 de junio de 1853, casi un año después de la primera, y en esta ocasión, cada uno debía explicar el porqué de su voto, en un sentido u otro. El resultado fue de cinco a favor de anexionarse a
Entre los argumentos más esgrimidos por los votantes para rechazar la anexión a
En definitiva, durante todo el proceso de reforma territorial de los municipios, Tegueste siguió su andadura como municipio independiente, un camino lleno de dificultades impuestas sobre todo por la falta de fondos y bienes de propios. Sin embargo, en medio de todo ese proceso agregacionista, consigue hacer realidad el proyecto de dotar al pueblo de una Casa Consistorial y otros servicios públicos.
Como recogen en el libro ya
citado los historiadores María Jesús
Luís Yanes y Juan Elesmí de León Santana, en relación a las vicisitudes que tuvo
que sortear la Corporación
teguestera para evitar ser absorbida por la prepotente ciudad de La Laguna , del cual extraemos
lo siguiente:
“Disposiciones legales:
ayuntamiento donde haya parroquia. La falta de capacidad de los cargos se ha
suplido con la consulta a letrados o personas que sí lo son. Secretarios
anteriores vecinos del Pueblo que han ejercido bien su cargo.
Razones de identidad los
hijos del pueblo miran más por sus derechos que el Ayuntamiento de La Laguna (conservación de los
montes, destrozos de propietarios de la laguna en monte Pedro
Álvarez).Ayuntamiento como defensor de los intereses del Pueblo.
Algunos de estos tres
asuntos: montes, aguas y caminos; precisamente los temas más abordados en las
actas plenarias, sin contar con las cuestiones puramente administrativas o
fiscales (sorteos de quintas, contribuciones).
Se aduce que a La Laguna no le interesa tanto
este asunto (montes), o que para la defensa de nuestras aguas, caminos y
montes, más hemos de cuidar los vecinos de este Pueblo que somos los
primeros interesados, y que por ello pueblo miran más por la conservación
de los montes frente a los destrozos de propietarios de La Laguna en el monte de Pedro
Álvarez. Algunos votantes aducen además la actuación de los ayuntamientos anteriores
en la defensa de dichos derechos (4 votos).
Desde que se constituyó en
municipio, Tegueste tenía
competencia sobre los montes que se enclavaban en su territorio, hasta entonces
bajo la jurisdicción del antiguo Cabildo de la isla con sede en La Laguna. Sin embargo,
el deslinde de los montes teguesteros se retrasa hasta 1844, produciéndose
otros posteriormente.
Como se ha apuntado, la
importancia del aprovechamiento forestal se refleja en las actas plenarias,
donde es tema recurrente: nombramiento de guardamontes, cortes sin licencia,
problemas con el carboneo y pastoreo y las usurpaciones. En cuanto a este
último punto, el ayuntamiento preocupado por la desaparición de la masa
forestal denuncia ante la Diputación Provincial la usurpación de terrenos de
montes por parte de los propietarios colindantes, apuntando que de todos los
montes de la isla, es donde más usurpaciones se han producido.
En definitiva, el monte de
Pedro Álvarez es esgrimido por parte de los votantes como razón fundamental
para la continuación del municipio.
Hay que tener en cuenta que
de él se proveían no sólo los teguesteros sino los vecinos de otros municipios
colindantes, fundamentalmente La
Laguna , Tejina,
Tacoronte y Valle Guerra, vecinos que debían pedir licencias al ayuntamiento
parra realizar cortes de madera, denegadas frecuentemente por no haber monte
suficiente, lo que provocaba no pocas desavenencias. En caso de desaparecer
el Ayuntamiento de Tegueste, igual
derecho tendrían los vecinos de La
Laguna (que ya incluía los territorios de Tejina, Valle Guerra y la Punta del Hidalgo) al
aprovechamiento de dicho monte, que sufría grandes destrozos no sólo de ganados
de Tegueste sino también de La Laguna. La importancia
del aprovechamiento forestal queda de manifiesto cuando en 1822 se propuso
roturar parte de las helecheras del monte para distribuirlas entre los vecinos
más pobres a cambio de un canon para el Ayuntamiento. Las protestas de los
vecinos por los graves perjuicios que esto les ocasionaría impidieron el
repartimiento. Más tarde, en el pleito entablado contra Alejandro Saviñón por
las usurpaciones de terreno de monte, la Corporación teguestera abre un fondo para
sufragar los gastos del pleito y para ello no sólo recibe aportaciones de los
vecinos de Tegueste sino también de Tejina y Valle Guerra.
En 1852, el alcalde pedáneo
de Tejina (recordemos que el
territorio tejinero desde 1850 formaba parte del municipio de La Laguna ) se dirige, no sin
cierto desdén, al alcalde constitucional de Tegueste respecto a no enviarle a los denunciados por los cortes
ilegales en sus montes. A.M.T. Correspondencia de 1852. Sign. 418-1. Ante la
denegación de cortes por parte de la Corporación teguestera, llega a intervenir el
subgobernador para que se permita el corte de palos para 111 arados y 28 yugos,
estimando que no sería perjudicial para el arbolado. El Ayuntamiento responde
que tales cortes causarían daños por lo que apenas deja cortar algunos palos
para la construcción de un pajal dada la pobreza del solicitante.
Por último, el teniente de
alcalde Francisco González es el único que menciona el sentir popular en contra
de la agregación: no quiere atraerse en su tiempo la mala voluntad
del vecindario que no está por que se suprima.” (María Jesús Luís
Yanes/Juan Elesmí de León Santana)
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