ABENCHARA
Faneque Hernández Bautista
[…] Es efectivamente a finales de
agosto cuando Abenchara, que está moribunda, es confiada, como ya hemos
adelantado, al Alcaide del Alcázar don Juan de Frías. Su captura debió pues producirse
a principios de verano o incluso antes, pues no sabemos el tiempo que pasó
encerrada en la torre antes de su embarque.
La entrega de la cautiva tuvo
lugar en la ciudad de Córdoba porque allí estaba en aquellos momentos situada la Corte , por su proximidad a
la frontera con el Reino de Granada. Desde Córdoba se dirigían las operaciones
de guerra contra los nazaríes por lo que los Reyes, cada año, durante los ocho
en que allí estuvo instalada la
Corte , se trasladaban
al Alcázar de esta ciudad al comienzo de cada campaña militar, tras el parón
del invierno. Así es que, nos cuenta Rumeu de Armas (6), Fernando llega a
Córdoba a fines de marzo de 1842, e Isabel se retrasa algo, con motivo de estar
embarazada, llegando a fines de abril.
Será exactamente a 31 de agosto cuando los Reyes Católicos reciben a la
Reina de Canaria que está muy enferma y la entregan al
cuidado del Alcaide del Alcázar, quien, según el autor antes citado, no es el
Obispo de Canaria sino otro personaje homónimo, afirmación que compartimos
teniendo en cuenta los sólidos argumentos del historiador. A esos argumentos
añadimos, en su apoyo, el hecho de que los pagos a este personaje se
extendieron durante al menos dos años más, hasta 8 , como se acredita en una partida de las
cuentas referida al salario de una nodriza para alimentar a un esclavito del
príncipe Juan que está también bajo su custodia, junto a unos lebreles de caza.
No parecen éstas tareas muy apropiadas para el Obispo de Canaria, que es a su
vez un Capitán General de la conquista de Gran Canaria, sino para el Alcaide de
un palacio real.
En las “Cuentas de la conquista de Gran
Canaria” que hizo públicas el profesor Ladero, el tal Juan de Frías justifica
los gastos que hizo en medicinas, purgas y jaropes y en el salario de un
maestro sanador para atender durante todo el mes de septiembre a la joven
canaria que se debatía entre la vida y la muerte.
Durante ese mes viven en el
Alcázar, más que conviven, la reina de
Castilla y la reina de Canaria dado que no pudo haber relación entre ellas por
la grave situación de salud de esta última. Curiosamente, cuando llegan a
Córdoba, ambas se encontraban en avanzado estado de gestación, habiendo nacido
sus hijas con una diferencia de tres meses. Primero la infanta María, a fines de
junio, quien de mayor llegará a ser Reina de Portugal y, a fines de septiembre,
Catalina la canaria. La coexistencia es tan corta porque los Reyes Católicos
abandonan Córdoba un día después del
nacimiento de la hija de los Reyes de Gáldar, hecho que no puede ser fortuito.
Una nota de Rumeu señala que la
Reina Isabel no apareció por Andalucía durante la campaña
de 8 , en la que sí participó el Rey
Fernando, por lo que hemos de concluir que no volvieron a verse.
La niña canaria nace, con la
exactitud de las citadas cuentas, el día
0 de septiembre de
Así lo atestigua Juan de Frías
cuando informa del pago de seis reales a la partera. A partir de entonces se va
a producir una pronta recuperación de su madre, como puede deducirse de la
necesidad de confeccionarle vestidos nuevos y del pago de los salarios del
sanador. Como anécdota curiosa, referimos ciertos gastos habidos, después del
parto, en frisa blanca y pardilla para la ropa de cama de la niña y en frisa
verde y lienzo para los vestidos y camisas de Abenchara, además de algunos
complementos como tocas y zapatas. Por cierto que Bethencourt Alfonso estima
que la recién nacida tuvo también nombre guanche, ostentando el mismo de su
madre por lo que podríamos llamar, si esto se confirmara, a la infanta canaria
como Catalina o como Abenchara hija.
Pensamos que uno de los motivos
de la pronta recuperación de Abenchara y de la prosperidad de su parto, pudo
ser la visita no esperada de su marido, el guanarteme Tenesor Semidán, quien,
tras acordar su entrega, debió ser recibido por los Reyes en la misma Corte
cordobesa donde estaba cautiva y enferma la reina de Canaria.
Posteriormente a principios de
octubre, después de recibir con toda
probabilidad el bautismo en el magno escenario de la Mezquita de Córdoba y
de ver
a su hija recién nacida, emprendería el viaje de vuelta, no sin antes
haber sellado una capitulación casi incondicional, con muy pocos derechos;
entre ellos, los de ostentar la propiedad del valle de Guayedra, “donde estaba
el espíritu de sus antepasados”, y el de
garantizar protección para las libertades y costumbres de los canarios;
y muy gravosos deberes, como los de aceptar la sumisión a los Reyes Católicos,
cristianarse, contribuir sin armas a la pacificación de Gran Canaria y combatir
junto a los españoles en las campañas de
conquista de las islas de La
Palma y Tenerife…
Abenchara
Abenchara
(De *a-b-ănăšar,
n. vb. m. sing. lit. ‘gran desgarro o separación’.)
1. f. GC. desus. Antr. Hija de Chanbeneguer,
casada con Thenezort
(Fernando Guanarteme). En el verano de 1482, fue capturada por las
tropas al mando Pedro de Vera y trasladada hasta la corte hispana establecida
por entonces en Córdoba, ciudad a la que llegó enferma y en avanzado estado de
gestación. Expr. t.: Abenehara, Abenauara, Abenechara.
Fuentes
§ «Assimismo
la dicha Doña Margarita FERNÁNDEZ GUANARTEME,
fue hija de Doña Anna CHANVENEGUER, la
qual también se bautizó en [Gran] Canaria después de conquistada la Isla , quien dizen murió de
parto de la dicha Doña Margarita. / Los nombres de los dichos Don Fernando
[Guanarteme] y Doña Anna su mujer, según la lengua canaria, son los siguientes:
a Don Fernando le llamaron en el idioma canario TENESOR
SEMIDAN, y a Doña Anna, su esposa, ABENCHARA
CHANVENEGUER» [Suárez de Quintana (ca. 1753: 45r) 2006: 192].
§ «Thenesor,
último Rey de Gáldar, y luego de toda la isla á la muerte del Rey de Telde
Bentagache (4) dejó de su matrimonio con Abenehara á la infanta Guayarmina, que
tomó, como es sabido, el nombre de Margarita (5), y en se-//gundas nupcias con
Maria Vizcaina, natural de la
Gran-Canaria , familia que tuvo grandes repartimientos de
tierras y aguas en la Orotava »
[Millares Torres 1893, t. II, lib. IV, IX (Organización política. Grupo
oriental): 180-181].
N. B. En la edición de 1881, la cita,
que figura en la página 292 de ese primer volumen, había apuntado ciertos
matices en dos de los antropónimos: «[...] á la muerte del Rey de Telde
Ben-tag-ache (4), dejó de su matrimonio con Abenehara á la infanta Guan-ar-mina
[...]».
§ «Estracto
de la declaración del cronista Don Juan Núñez de la Peña [1681]. / Dice=Que la
noticia que tenía de la ascendencia y descendencia de Constansa Fernández
Guanarteme, mujer que fue primero de Pedro Viscaíno y en segundas nupcias de
Pedro Magdaleno, ambos conquistadores de Tenerife y ella hermana de Don
Fernando Guanarteme, Rey que fue de la
Isla de Canaria, es la siguiente: Que él conocía por primer
ascendiente hasta la dicha Constanza de este modo: / Tabohor Cersemdam Guanarteme / Rey señor que fue de toda la Isla de Gran Canaria y fue su
hijo y sucesor / Guanarche Semidan
Guanarteme / el que tuvo por hijo y sucesor a / Tagotrer Semidan Guanarteme / el que tuvo por hijos / 1º / Guaiesen Semidan Guanarteme hijo mayor
muerto antes de la
Conquista Canaria , el que da por hija a Mestteguera que bautisada se llamó Dª Catalina Semidán de Guzmán y casó en Gáldar con Hernando Pérez
de Guzmán de la casa de los Condes de Alcaudete. / 2º / Soronte Semidán ó Theneborte
ó Tenesor Semidán Guanarteme que
bautisado se llamó Don Fernando
Guanarteme y tuvo una hija en su primera mujer llamada Juana a cuya hija en
el bautismo se le puso Margarita y casó con Miguel de Trejo Carvajal»
[Rodríguez Moure 1922: 58].
§ «a) Isla de Gran Canaria / Abenauara, h[embra]. / Abenchara, h[embra]. / Dan los
genealogistas estas dos variantes como nombre de la mujer de Fernando
Guanarteme el Viejo» [Álvarez Delgado 1956: 381].
§ «La
sobresaliente fémina fue hecha prisionera por el ejército conquistador, mandado
por el capitán Pedro de Vera, en el verano de 1482, siendo trasladada
inmediatamente a la corte para ser presentada a los Reyes Católicos don
Fernando y doña Isabel, residentes a la sazón en la ciudad de Córdoba, por
causa de las operaciones promovidas contra el reino moro de Granada» [Rumeu de
Armas 1983: 41].
§ «Pues bien,
en el Alcázar Nuevo, los Reyes Católicos recibieron y agasajaron en la cálida
jornada del 31 de agosto de 1482 a la reina de Gran Canaria, vestida con traje
castellano y sumida en un mar de confusiones, sobresaltos y angustias. / [...]
/ Es de advertir que la reina de Canaria se encontraba por aquellas fechas
gravemente enferma, acaso por los padecimientos del largo e incómodo viaje, y
que a esta dolorosa circunstancia se venían a unir las zozobras y angustias de
un avanzado embarazo. / Después de superar cuatro semanas de extrema gravedad,
en que estuvo a punto de muerte, la soberana aborigen dio a luz una niña el 30
de septiembre de 1482, recuperando lentamente la salud y las fuerzas físicas»
[Rumeu de Armas 1983: 42].
§ «La
identificación de la reina de Canaria resulta de momento imposible. Ignoramos,
en primer término, si Fernando Guanarteme tuvo una, dos o varias esposas. Por
otra parte, ningún historiador primitivo nos puntualiza el nombre o las
denominaciones de las compañeras. / En pleno siglo XVIII –con muy escaso valor,
por tanto– el cronista Núñez de la
Peña la bautiza como Juana,
mientras el genealogista Suárez de Quintana la denomina: en la gentilidad Abenechara Chaveneguer y, una vez
cristianada, Ana Chaveneguer20» [Rumeu de Armas 1983:
47].
N. B. La nota 20 precisa: «José
Rodríguez Moure : Tenesor Semidán o don
Fernando Guanarteme. La
Laguna , 1922, p. 58. Se trata de la declaración del cronista
Núñez de la Peña
en la Información
de nobleza practicada por don Juan de Anchieta Cabrera (La Orotava , 1681) ante el
escribano Luis García de Estrada».
§ «Esta
infanta [Guayarmina] era hija de Tenesor Semidan, Guanarteme de Gáldar a la
muerte de su tío Guayasen “El Bueno”, primero en calidad de regente de su
sobrina-prima Masequera, al parecer única Guayarmina de la soberanía isleña, en
su minoría de edad, y como titular en los tiempos de la conquista, y de
Abenchara, conocida por unos como Ana y por otros como Juana» [Lobo 2011: 47].
§ «No
obstante una vez terminada la conquista y separada ya definitivamente de su
marido [Fernando Guanarteme], fue de nuevo capturada por Pedro de Vera y
vendida como esclava en Jerez de la
Frontera donde pudo estar ocho años esclavizada hasta que su
sobrino Juan de Guzmán logró su liberación» [Hernández Bautista 2012: 123].
Lexemas
Morfema expresivo.
b || pref. invar. Prefijo expresivo
nominal (quizá también verbal) que indica intensidad, reforzamiento o adición
de un matiz peyorativo o negativo.
N·Š·R
— Cf.
[N·S·R], [S·R]
Desatar,
desligar, separar violentamente, arrancar a la fuerza. 2. Desenganchar, descolgar. 3. Arañar, rascar, raspar.
(Y) əṇšər || p. us. vb. ac. y cual.
Hecho de desatar, desgarrar o
arañar.
(Y) aṇăšar (ă), pl. iṇăšarăn || n.
vb. m.
Cosa o parte desatada (soltada o
separada) violentamente.
(Y) əṇešər, pl. iṇešərăn ||
adj. vb. m.
Léxico complementario
N·S·R
— Cf.
[N·Š·R], [S·R]
Ser o estar desgarrado, desgarrarse.
2. Agrietarse, ser o estar agrietada
(la piel).
(H) enser || vb. n. ac. y r.
Hecho de estar desgarrado o
agrietado.
(H) ănasar, pl. inesâren ||
n. vb. m.
Desatar
violentamente, arrancar a la fuerza. 2. Ser o estar desgarrado. 3. Ser o estar arañado.
(WE) ənṣər; (Y) əṇšər || vb.
ac.
Hecho de desatar, desgarrar o
arañar.
(WE) anăṣar (ă), pl. inăṣarăn || n.
vb. m.
Cosa o parte desatada violentamente.
(WE) ăneṣər (ə), pl. ineṣərăn || adj.
vb. m.
Deshacerse, desatarse. 2. Deslizarse (malla), deshilacharse,
rasgarse. 3. Salirse (de una funda,
de un estuche, de agujero), desmangar (herramienta). 4. Adelgazar, ser o estar delgado.
(Kb) nser, ennser || vb. ac.
Disminuir,
decrecer. 2. Desgajarse,
desprenderse. 3. Devenir menos intenso.
(Kb) nnusru || vb.
S·R
— Cf.
[N·S·R], [N·Š·R], [S·R·(T)]
Deshacer
(algo que ha sido hecho). 2. Anular
(palabra, decisión, acuerdo, etc.), abolir, derogar. 3. Anular (fiesta, servicio de transporte, mercado, etc.). 4. Ser o estar aplazado hasta un fecha
indeterminada.
(WE, Y) əsəṛ, aor.; isăṛ, perf.
simple; isâṛ, perf.
intens.; issaṛ, imperf.
intens. || vb. ac.
Acción de
deshacer. 2. Anulación, abolición. 3. Suspensión, aplazamiento.
(WE, Y) eseṛ (ă),
(Y) esaṛ
(ăseṛ), pl. iseṛăn; || n. vb. m.
Trozo de
cuerda vieja (traba, ligadura) de fibras de palma.
(Y) eṣer
(ă), pl. iṣerăn
|| n. vb. concr. m.
Deshacer,
desatar.
(Ntf) serri, usri, sri || vb. ac.
Acción de
deshacer.
(Ntf) asrai || n. vb. m. sing.
S·R·(T) — Cf. [S·R]
Agrietar, partir, rajar (fibras de
palmera doûm).
(Y) suṛət
|| vb. ac.
Dr. Ignacio
Reyes García
Publicado 22nd April 2013 por Diccionario
Ínsuloamaziq
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