EFEMERIDES CANARIAS
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL,
DÉCADA 1841-1850
CAPÍTULO XLV-XI
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1849 Octubre 10.
El Ingeniero de la metrópoli D.
Saturnino Rueda redactó una Memoria sobre la defensa de la Plaza De Santa Cruz de
Tenerife, precedida de un ligero examen de todas sus fortificaciones con
arreglo á lo prevenido por el Ordenanza del Cuerpo; muy interesante donde
describe la plaza, sus inmediaciones, la costa, la bahía, fortificaciones
estudiando detenidamente cada una de las existentes, cita luego unas
disposiciones para la defensa, y analiza la actuación para rechazar un ataque
por el frente de la línea, por su izquierda y por su derecha.
Memoria sobre la defensa de la Plaza de Santa Cruz de
Tenerife en 1849, precedida de un ligero examen de todas sus fortificaciones
formada por el Teniente que suscrive con arreglo á lo prevenido por la Ordenanza del Cuerpo.
Prescindiendo de que sea más o
menos merecida la consideración de Plaza de Guerra como hasta ahora se ha
denominado y sigue denominando á Santa Cruz de Tenerife, es esta, sin disputa,
la población de más importancia de la isla de este nombre y de todas las demás
del archipiélago canario, no solo por ser la que contiene el mayor número de
almas, sino también por su buena posición sobre la costa en la que ofrece un
puerto ó más bien bahía de algún abrigo á las diferentes clases de
embarcaciones que continuamente están surcando estos mares, lo cual hace que
sea la más comerciante de todas y por consiguiente la más rica; la Capital de la Provincia, pues en ella
residen las primeras Autoridades; y en fin el punto destinado, como el más
fortificado, á contener el pequeño Depósito de Armamento de todas las demás;
por tanto siendo la de más consideración, bien se la mire bajo el aspecto
militar ó civil, y teniendo una influencia tan inmediata sobre la defensa,
tanto de esta isla, como de las otras que constituyen la provincia, debería
estar á cubierto de los insultos de cualquier enemigo, que por medio de un golpe
de mano ó ataque en regla, se propusiera apoderarse de ella.
Sin embargo de que está muy lejos
de hallarse en esta disposición, pues conforme se halla hoy día no solamente
puede cualquier escuadra enemiga por pequeña que sea, estar incomodándola continuamente,
sino también interrumpir sus comunicaciones con las demás islas (por no haber
en todas ellas para su defensa ni un solo buque de guerra, si se esceptua un
Guarda Costa cuyo destino es perseguir el contrabando, lo cual debería
ocasionar indudablemente á los pocos meses la pérdida de esta por falta de los
principales recursos como son granos, carne, etc, de los que se surte de las
demás una gran parte del año, espondremos algunas ideas sobre su defensa en el
supuesto de que sea atacada por mar ó despues de haber desembarcado en alguno
de sus valles o caletas ayacentes, para lo cual manifestaremos antes su
situación y clase de terreno que tiene á sus inmediaciones, la de su bahía y un
ligero examen de sus fortificaciones, todo lo que tiene una influencia tan
inmediata sobre su valor.
Situación de la plaza de Santa Cruz
La Plaza de Santa Cruz se halla
situada al Este de la Isla
en el valle llamado de Añaza, próximamente en medio de la línea de sus obras de
fortificación, comprendida entre la
Batería de Barranco Hondo y el Castillo de Paso-Alto.
El terreno que ocupa la población
tiene una ligera pendiente hacia el mar; continuando por la parte del O. de
esta aunque con bastante más rapidez hasta el Molino llamado de la Cuesta de la Laguna, en donde tiene 377
varas de altura sobre el nivel del mar. Por la parte del N. se halla cubierta
por algunos de los estribos de la
Cordillera del Anaga, siendo todos ellos de una forma muy
irregular y de difícil acceso.
Terreno que se encuentra en sus inmediaciones
A sus inmediaciones se encuentra
un terreno tan sumamente quebrado, que en el poco espacio que abraza su Línea,
se halla atravesada aquella por una porción de barrancos, siendo algunos de
ellos de bastante consideración; los principales son los llamados Hondo, que es
el que termina la Línea
por su derecha, de Santos que separa el barrio del Cabo del resto de la
población, del Aceite, Almeyda y Tahodio. En el aluvión que hubo en esta isla
en el año I826, el penúltimo de estos concluyó de llevarse la Batería de Candelaria que
ya estaba arruinada, con una extensión de parapeto de I80 varas, yel último
arruinó e inutilizó parte del Castillo de San Miguel, llevándose también casi
todo el parapeto comprendido entre este y Paso Alto.
Clase de la costa que ocupa su línea de obras de fortificación
La porción de costa que ocupa la Línea, es en su mayor
extensión de muy espuesto desembarco, á no ser en aquellos días en que hay una
completa calma, y que se encuentra el mar como una balsa de aceyte; pero estos
son los menos siendo la peor de ella la comprendida entre el Castillo de San
Juan y la Batería
de Barranco Hondo, particularmente la parte próxima á este último punto, que es
casi inaccesible por lo escarpado de sus costas y fragosidad del terreno que le
rodea.
Clase de Bahía
Su Bahía es de un fondo bastante
limpio, capaz de contener hasta navíos; de muy fácil entrada y salida á las
embarcaciones, si se esceptua durante algunos días del año que sopla el viento
del S. ó del S.E. en cuyo tiempo, no solamente es espuesto entrar y salir, sino
que aun las embarcaciones que están ancladas son muchas veces arrojadas á la
costa; por lo que los que conocen este peligro se hacen siempre á la mar con la
suficiente anticipación.
Está resguardada completamente de
los vientos del N. y parte de los del N.O. por la cordillera de Anaga que corre
de E. a O.E. y de casi todos los demás hasta el S. por lo demás de la Isla. Los vientos que
generalmente reynan son las brisas desde el N. hasta el E. que son los más á
propósito para la entrada y salida de los buques.
Idea General del sistema de
fortificación de esta plaza
Las fortificaciones de esta Plaza
se reducen únicamente á las que hemos dicho existen sobre la costa entre la Batería de Barranco Hondo
y el Castillo de Paso-Alto, las que defienden su bahía y la población sólamente
por la parte del mar; hallándose por lo demás descubierta en todas sus partes.
Estas obras de fortificación que
hemos llamado anteriormente Línea, se reducen sencillamente á una parapeto de
tierra revestido interior y esteriormente de piedra unida con barro, todo muy
mal hecho, sin banqueta y siguiendo las irregularidades y sinuosidades del
terreno, interrumpido por algunas Baterías, no siendo muchas de ellas otra cosa
que dos o tres aberturas verificadas en el mismo parapeto con malas esplanadas
o sin ellas, y algunos Castillos ó Torres situados en aquellos puntos de la
costa más salientes con objeto de que quede flanqueada toda ella, cuyos
Castillos, como
veremos luego, están unos en
bastante mal estado y otros son de un trazado muy defectuoso. De todas estas
obras las principales para la defensa de la población y bahía, son: el Castillo
de Paso Alto que se puede considerar como el flanco izquierdo, el de San
Cristobal como centro cubriendo la plaza y muelle, y como flanco derecho, el de
San Juan.
Este sistema de fortificar
solamente la costa debió parecer el más apropósito en atención á que quedando
la población casi guardada como lo está por la espalda y flancos por lo
escabroso de la Isla,
aspereza de su costa y braveza del mar; particularmente por la parte del N. en
donde durante la mayor parte del año, es tan fuerte que no se puede desembarcar
en ninguno de los puntos de su costa, como también por estar precavidos con
fuertes los principales desembarcaderos de Candelaría, Puerto de la Orotava, Garachico, Adexe
y San Andrés en el valle de este nombre, resultaba ser el más eco-nómico: todo
esto es muy cierto, y creo que sería lo bastante para librar á esta población y
bahía de cualquier insulto del enemigo por parte del mar, que es por donde
sería probablemente amenazada en caso de guerra, por las muchas dificultades
que según acabamos de ver; ofrece por todos los demás puntos, siempre que á
todas estas fortificaciones estendidas sobre su Línea, se les hubiera dado un
carácter más respetable del que tienen al presente, y su trazado hubiera sido
más adecuando al objeto que tienen que satisfacer, y á la forma del terreno
sobre el que se hallan construidos, pues según se hallan ahora es indudable que
ninguna de ellas podría resistir algunas horas de cañoneo de cualquiera
escuadra medio formal que tratase de apoderarse de la Plaza; sin embargo tenemos
un ejemplo bastante reciente del buen partido que se sacó de estas defensas á
pesar de su gran debilidad, cuando á principios de este siglo se propuso el
Almirante Nelson apoderarse de ella; pero éste es un hecho que hasta ahora
nadie ha sabido explicar, pues precisamente en aquella época se hallaba esta
plaza casi desguarnecida y por lo tanto, no debe servirnos de guía para graduar
el valor de todas estas obras.
Algunas consideraciones sobre la
utilidad de establecer algunas batrías en los valle de Igueste, San Andrés,
Etc., respecto de esta plaza
No obstante de que la Línea de estas obras de
fortificación no abraza más que la parte comprendida entre la Batería de Barranco Hondo
y el Castillo de Paso-Alto, como ya hemos dicho anteriormente, al pasar á
examinar aquellas debemos principiar por la Torre que hay en el Valle de San Andrés, distante
de este último punto poco más de una legua, por el gran papel que esta juega
respecto de la Plaza
de Santa Cruz; en efecto, toda Escuadra enemiga que se proponga verificar un
desembarco por su bahía, por necesidad tiene que dirigir su rumbo hacia la
punta de Anaga y luego seguir costeando hasta llegar á esta, o de lo contrario
de verse precisada á no poder conseguirlo más que después de mucho trabajo y
tiempo, permaneciendo todo está espuesta á los fuegos de la Plaza, á los que solo podría
contestar muy poco y por consiguiente espuesta á ser destrozada antes de entrar
en acción, á causa de que á medida que se fuese alejando de la costa iría
perdiendo todas las ventajas de un viento favorable, irían aumentando las
dificultades á su entrada y aun le sería muchas veces imposible efectuarla de
otro modo que éste que acabamos de decir; por tanto puesto que á todo buque que
trata de entrar en esta bahía le es preciso el aproximarse á tierra por aquella
parte lo bastante al menos para el alcance del cañón, sería muy conveniente que
desde el Valle de 1gueste, ya que no desde la referida Punta de Anaga, hubiese
algunas baterías bien artilladas y con la suficiente solidez, que maltratasen y
alejasen cualquier escuadra enemiga, que con objeto de verificar un desembarco
por esta parte se avistara, y pudieran servir al mismo tiempo para evitar el
que lo efectuasen también en cualquiera de los Valles de Alagua Cueva Bermeja,
del Bufadero y Seco que se encuentran desde el de San Andrés hasta Paso-Alto,
sinembargo que todos estos, inclusive el de San Andrés que es el más espacioso,
no ofrecen un desembarcadero fácil, más que en aquellos días de calma.
Torre de San Andrés
Se halla situada en el Valle de
este nombre á orillas del mar y aproximadamente á la mitad de la pequeña
ensenada que forma su playa.
Su forma es circular, tiene un
puente levadizo en su puerta de entrada, bóvedas para alojar su guarnición, un
pequeño almacén de pólvora que puede contener hasta 100 quintales, un algive
para 18 pipas de agua y su plataforma capaz para cinco cañones con desahogo.
Esta torre defiende bien esta pequeña playa, pero sin embargo en tiempo de
guerra convendría aumentar su defensa construyendo un atrincheramiento que la
abrazase toda y que pasase por su pié. En los demás valles hasta llegar á
Paso-Alto no se encuentra obra alguna de fortificación, pero lo mismo que en
este, en tiempo de guerra, deben abrirse unas buenas trincheras, por lo menos
que impidan en lo posible su arribo.
Castillo de Paso-Alto
Se encuentra situado al pié de un
empinado monte de 209 varas de elevación, dominando completamente esta obra,
pero ya casi fuera del alcance del fucil, y al lado isquierdo de la
desembocadura del Barranco de Tahodio. Su figura es semicircular por la parte
que mira al mar; siendo de una planta irregular lo demás de él, que comprende
las habitaciones del Gobernador; algunas otras que pueden servir de almacenes ó
para alojamiento de su guarnición, un cobertizo donde se conservan todos los
efectos de artillería, una cocina, un común, un pequeño Cuerpo de Guardia y una
Capilla medio arruinada que por no servir de nada debería concluirse de echar
abajo; además tiene
en su patio inferior un pozo, al
que últimamente se le ha puesto brocal y limpiado de una porción de tierra y
piedras que por hallarse sin agua habían caído y estorvaban saliese el agua;
sin embargo de esto siempre continúa con muy poca y está no potable por la
mucha sal que contiene: toda esta parte del Castillo está cubierta por un muro
aspillerado el que por detrás se une al pié de la altura que le domina é impide
el paso del camino que viene costeando desde el Valle de San Andrés. Su porción
semicircular y costado derecho puede contener 12 piezas, sobre una buena
plataforma de losas construida sobre siete bóvedas á prueba que pueden servir
también para alojamientos y almacenes en caso de necesidad, y que en el día
están haciendo de prisiones militares. A su lado derecho y unido á él hay
construida una Batería á flor de agua terminado su parapeto en un pequeño
glasis que llega hasta la orilla del mar, del cual no dista más que 14 varas;
puede contener 10 cañones los cuales bien servidos defienden perfectamente toda
la parte de la costa comprendida entre este Castillo y el de San Miguel y
pueden causar un destrozo . grande á cualquier embarcación que pase á su
alcance en toda la gran extensión de mar que esta abraza; tiene todas sus
cañoneras cerradas por medio de
portiñuelas, las que se abren con
facilidad en caso de necesitarse para hacer fuego; su cresta está coronada con
una buena estacada que en tiempo de guerra será muy conveniente cortar á fin de
evitar los grandes daños que ocasionarían sus astillas sobre los artilleros;
por su espalda se halla también unida al Castillo y forma en su medio un gran
emplazamiento que puede servir de plaza de armas. Este Castillo y Batería Baja
forman una de las mejores defensas de la plaza, tanto por sus buenos fuegos
rasantes de la Batería
Baja, y poco inclinados de los del Castillo, como también por
su buena dis- posición y solidez de este; pero sin embargo, para sacar todo el
partido debido de esta obra, es preciso cuando se aviste alguna Escuadra
enemiga, destinar á la cresta del monte que le domina un pequeño destacamento
para que impida que el enemigo desembarcado en el Valle Seco, pueda apoderarse
de esta altura, y por consiguiente desde ella a los defensores de modo que no
puedan servir pieza alguna y se vean obligados a tener que guarnecerse en sus
bóvedas para ponerse á cubierto de sus tiros que aunque ya de poca fuerza, son
sin embargo los que causen los peores efectos. Con este objeto y el de evitar
un desembarco por el referido Valle Seco, sin duda debieron construirse los
pequeños emplazamientos y atrincheramientos que aun se ven en su parte
superior; se hicieron algunos desmontes en la parte que cae á este Valle; y se
hizo también una subida por la parte de Barranco de Tahodio, á la que se le dió
el nombre de ruta militar para que el destacamento que del Castillo de
Paso-Alto saliera destinado á cubrir aquel punto, lo verificase á cubierto de
los fuegos del enemigo por parte del mar.
En el día están abandonadas todas
estas obras en vista de lo costoso que era cualquiera de sus reparaciones y más
que todo de la poca utilidad que podrían prestar en caso de necesidad, puesto
que para impedir un desembarco en el Valle Seco, no servían de nada por el
poquísimo efecto de sus fuegos tan fijantes, y para que el enemigo una vez en
tierra pudiera apoderarse de este sitio tampoco, por cuanto para conseguir esto
solo se necesita que se coloquen en sus crestas unos cuantos hombres lo que
únicamente echando á rodar piedras sobre él pueden hacer casi imposible su
subida.
Disposiciones General para la defensa
Desde el momento en que se tenga
noticia en esta plaza de un rompimiento entre España y cualquier Nación, muy particularmente
si aquella es marítima, se procederá á ejecutar lo siguiente.
I. Se recorrerán y repararán
todas sus fortificaciones, procurando sobre todo, dejar las esplanadas de todas
sus baterías en el mejor estado posible, pues de la mejor ó peor disposición de
estas depende en gran parte la exactitud y prontitud de sus fuegos; se pondrá
en estado de servicio el hornillo de bala roja que hay en la batería de San
Pedro y aun convendria se construyesen algunos otros en aquellos puntos más
principales de la Línea
se ejecutarán las trincheras del Valle de San Andrés y demás barrancos que se
encuentran hasta llegar á Paso-Alto, en los que como dijimos al principio de
este escrito, puede verificar el enemigo un desembarco y no existe
fortificación alguna á escepción de la
Torre que se halla en el primero de estos puntos; del mismo
modo se ejecutará la del puerto de Caballos, distante como sabemos de barranco
Hondo 670 varas, y aun sería muy conveniente construir en este punto una buena
batería que alejase de alli toda embarcación que se propusiera verificar un
desembarco por aquella parte, pues como luego veremos es la que presenta al
enemigo más ventajas para apoderarse de la plaza; se construirá un pequeño
abrigo de madera en la meseta que forma la altura contigua á Paso-Alto, de
manera que pueda contener el pequeño destacamento que debe cubrir aquel punto;
se harán echar abajo todos los cercados ó paredes de Piedra seca que hay
alrededor de la batería enterrada de Santa Teresa y que impiden la eficacia de
sus fuegos sobre los dos barrancos de Almeyda y Tahodio y el terreno
comprendido entre estos; y se habilitará la casa que ya digimos se encuentra
inmediata á su gola para que pueda servir de Cuerpo de Guardia y Respuesto de
Pólvora de esta Batería; se formarán en la batería de San Antonio y aun en las
de Isabel Segunda, con sacos á tierra las cañoneras de que sean capaces,
procurando en la primera de estas aumentar los fuegos del flanco que mira á
Paso-Alto, lo que se conseguirá oblicuando hacia aquella parte las dos últimas
cañoneras de su frente por este lado, y en las denominadas I y 2 se arreglarán
sus suelos y se cubrirán con un buen parapeto de tierra.
2. Se pondrá en disposición de
hacer fuego toda la artillería posible; limpiando al efecto todas las piezas y
arreglando sus cureñages y juegos de armas; se arreglará y limpiará también
todo el armamento perteneciente á la guarnición y demás tropa de los Batallones
Provinciales que en unión de ésta deben concurrir á su defensa, muy
particularmente el de estos últimos cuerpos que por lo viejo y poco cuidado se
halla en su mayor parte inútil.
3. Siendo el estado de las piezas
de artillería existentes hoy día en esta plaza el siguiente:
Nuevos Servicio Inútil
Cañones de bronce de calibre
regular
Del de a 24 de Ordenanza 16 17 -
DeI de a 16 de Idem 20 9 -
Del de a 12 cortos
2 - -
Del de a 8 Idem 4 -
Del de a 4 Idem
- 16 –
Cañones y culebrinas de bronce
antiguos de varios calibres
Del de a 24 de Ordenanza 16 17 -
Del de a 24 cilíndricos
- 5 -
DeI de a 16 Idem - 12 -
Culebrinas de a 36 cónicas
- 1 -
Cañones de hierro
Del calibre dea 24
- 35 -
Deldea 16 -2
Morteros de bronce
De a 14 pulgadas de
plancha
-
2 -
De a id cilíndricos
-
4 -
De a 9 idem idem
- 4
Obuses de bronce
Obuces de largos de 9 pulgadas 4 - -
Idem cortos idem antiguos
- 5 -
Idem Idem de a 7 pulgadas
5 2 -
Idem Idem de a 5 pulgadas
8 - -
numero suficiente para artillar
todas las baterías y castillos de la
Línea; se distribuirían de manera que sea el maximun posible
el de las piezas de á 24 que se hallan en batería , pero principiando á
distribuir estas por los puntos más esenciales tales como el Castillo de
Paso-Alto; San Cristóbal; San juan etc. dotándose al mismo tiempo con arreglo
al papel que tengan que llenar en la defensa. Esta dotación puede ser de 200
tiros por cañón y I 00 por obus y mortero para las consideradas en primer
orden; de 100 y 60 para los de segundo, y para todos aquellos de menor
importancia, como son los emplazamientos que hay á derecha e izquierda de la
desembocadura del barranco de Santos, Batería de San Telmo etc, 60 por cada
boca de fuego de cualquier especie que sea.
4. No pudiendo contar esta plaza
para su defensa con más guarnición de Infantería que la de unos 400 hombres del
Batallón de Málaga, puesto que lo demás hasta 600 de que se compone se halla
distribuido en los diferentes destacamentos de Canaria, Palma y Puerto de la Orotava, y con unos 40
Carabineros, fuerza insuficiente para cubrir toda la Línea y Valles adyacentes,
deberán hacerse venir á esta desde el momento en que se sepa ha habido un
rompimiento con cualquiera otra Nación, las Compañías de Granaderos y Cazadores
de los Batallones Provinciales de la
Laguna, Orotava y Abona, de que se compone la fuerza total de
la isla, las que permanecerán aquí mientras dure la guerra, alternando en el
servicio de plaza con lo demás de la guarnición; estas compañías podrán
alojarse provisionalmente en algunas habitaciones que para el efecto deberán
habilitarse en el ex-Convento de San Francisco.
5. Se ejercitará toda esta fuerza
durante este tiempo, en las diferentes clases de ejercicios propios del objeto
que han de llenar y terreno sobre el que han de maniobrar, especialmente en lo
perteneciente á cargas y fuegos. Respecto de la artillería, como que esta es el
principal agente de la defensa, deberán ejercitarse con más esmero, tanto la Brigada de la Plaza, como sus dos
compañías de artilleros-milicianos, en todo lo concerniente al servicio de esta
Arma en batería, y sobre todo, en el conocimiento y uso de las cuñas y
tornillos de puntería, alza etc, puesto que de estas depende en gran parte el
que tenga o no efecto el proyectil y por consiguiente el buen o mal éxito de
aquélla.
6. Se estraerá toda la pólvora
existente en este almacén, la que conducida con el mayor cuidado se colocará la
que se pueda en el Castillo de San Joaquín de la Cuesta, y la restante podrá
ponerse en la Hermita
de Gracia distante de este último punto un cuarto de legua, á la derecha del
camino que vá á La Laguna
cuyo edificio es muy a propósito para este objeto por su buena situación y
corta distancia á esta plaza.
7. Deberá formarse una sección de
los artesanos de la población, principalmente de la clase de carpinteros y
albañiles, los que ayudados de los peones que se crea conveniente, tendrán la
obligación de acudir con las bombas de apagar incendios de este Ayuntamiento á
todos aquellos puntos en que se necesite su auxilio.
8. Se establecerá un cierto
número de vigías en los principales puntos de la costa, los que por medio de un
buen sistema de señales enterarán á los demás de la isla de la aproximación de
cualquier escuadra enemiga, y del sitio hacia donde parece dirigirse.
Esto supuesto, desde el instante
en que se aviste una escuadra enemiga, que por sus movimientos se conozca trata
de ejecutar un desembarco por esta parte de la isla, deberán ponerse en marcha
para la Ciudad
de La Laguna
el Batallón de la Orotava
y para esta plaza la La
y 2. Compañías del Batallón de Abona (quedandose el resto de este para defender
la Caleta de
Candelaria y demás de esa parte de la isla), y las 6 de fusileros del de La
laguna, cuya fuerza y la existente aquí pasará á ocupar desde luego las
posiciones siguientes:
El Batallón de la
Orotava, permanecerá en La Laguna.
Las dos compañías del Batallón de
Abona se situarán en la trinchera del Puerto de Caballos y alturas adyacentes
que le dominan.
De las seis compañías del
Batallón de La Laguna,
dos pasarán á ocupar las trincheras del Valle de Igueste y San Andrés, otras
dos á los demás Valles comprendidos entre este y el Castillo de Paso-Alto,
cincuenta hombres á la pequeña meseta de la altura que domina á este Castillo y
la fuerza restante se incorporará con la demás de la guarnición compuesta de
las cuatro compañías del Batallón de Málaga, de los cuarenta hombres de
Carabineros y de las seis de
Granaderos y Cazadores, la cual dividida en tres pequeñas columnas se situará
la primera en la Plazuela
de San Francisco, la segunda en la de la Batería de Escuela Práctica y la tercera en la de
San Telmo, dispuestas todas ellas para obrar sobre cualquier punto por donde
intente el enemigo su desembarco.
Las dos compañías de milicianos
artilleros en unión de la
Brigada de esta Arma, se distribuirá entre todos los
Castillos y Baterías de esta Línea, según las necesidades de cada uno de estos
puntos, y se retirarán las guardias del Castillo de Paso-Alto y San Juan que
podrán incorporarse la primera á la columna que se situó junto á la Batería de Escuela
Práctica y la segunda á la de la plaza de San Telmo, quedando únicamente la del
principal.
En este estado, distribuidas las
fuerzas como acabamos de ver para pasar á la parte de acción de estas,
dividiremos el ataque á esta plaza en tres partes: Primera por el frente de su
línea; segunda por su izquierda y tercera por su derecha.
Ataque por el frente de ataque por la línea
No obstante de la gran debilidad
que digimos tenían todas las fortificaciones de esta Plaza y de esta parte es
la que presenta más ventajas al enemigo después de verificado el desembarco por
los ningunos obstáculos que tiene que vencer luego para hacerse dueño de toda
la población y fortificaciones de su Línea, si se esceptúan los Castillos de
Paso-Alto, San Cristóbal y San Juan que podrían resistir algunas horas un
ataque formal, es también la que presenta más dificultades para llevar á cabo
este por los muchísimos fuegos de artillería de que se puede disponer para su
defensa,los que bien dirigidos y ejecutados con serenidad son suficientes para
hacer dudar del éxito de su empresa á cualquier enemigo por arrojado que sea,
sino es que le pone en una total derrota antes de llegar el momento de aquel;
con todo si el enemigo no conociendo estas dificultades ó fiado en la debilidad
de las defensas dirige un ataque por esta parte, en este caso, deberán todas
las baterías y Castillos de su Línea cuyos fuegos estén á tiro de las embarcaciones
enemigas, dirigir el mayor número posible á estas, principiando por las piezas
de mayor calibre que tirarán á todo su alcance, disminuyendo después sus cargas
á medida se vayan aproximando aquellas, haciendo uso del tiro á rebote por ser
el menos incierto y de más efecto y muy particularmente, de la bala roja, cuyas
propiedades incendiarias sabemos del efecto tan funesto que son capaces sobre
estos castillos flotantes de madera; no olvidando también hacer el mayor empleo
posible de los cuatro obuces largos de á 9 pulgadas ó cañones
bomberos á la Paixhans
del calibre de á 80 cuyas bombas arrojadas horizontalmente con pequeñas cargas
son de un efecto muy espantoso en una embarcación que el de cualquiera otra
clase de proyectil.
El empleo de los fuegos curVos á
pesar de lo inciertos que son sus tiros sobre esta clase de objetos por el poco
blanco que ofrecen y luego por estar casi siempre en continuo movimiento;
convendrá también usarle á falta de no poder disponer de más artillería á la Paixhans, pues es
indudable que un tiro de estos bien aprovechados es suficiente para echar á
pique cualquiera embarcación por grande que sea.
En este primer periodo del ataque
es solamente á la artillería á quien está confiada la defensa, y por lo tanto
del buen acierto y prontitud de sus fuegos depende el que el enemigo pase ó no
al desembarco.
Si á pesar de todos los
obstáculos que el enemigo debe encontrar en su marcha antes de poder botar al
agua sus lanchas con la gente destinada á saltar en tierra, lograse bien
apagando los fuegos de nuestra artillería o bien arrostrando por medio de todos
los peligros de ésta, aproximarse con aquellas para proceder desde luego al
desembarco, en este momento es cuando la Infantería que hasta entonces ha permanecido en
una actitud pasiva y debe haberse establecido desde el principio á cubierto de
los fuegos del ene- migo en un paraje próximo al punto atacado, necesita obrar
con la mayor serenidad y confianza, puesto que desde aquel momento cesó la
artillería enemiga de hacer fuego, por no matar á su misma gente, y por lo
tanto, siendo las armas iguales, esto es, prescindiendo de la artillería
nuestra que pueda obrar aun sobre aquel sitio, es claro que todas las ventajas
están de parte de nuestras tropas que se hallan descansadas, en orden y además
cubiertas con un parapeto al abrigo del cual pueden con un fuego graneado bien
sostenido rechazarle, y si esto no fuese posible y consiguiese á pesar de todo
verificar el desembarco, deben después de una descarga cerrada atacarlo á la bayoneta
seguros en que obtendrán la victoria de un enemigo que después de mil
penalidades y fatigas pone el pié en tierra en completo desorden, temeroso del
gran peligro á que está espuesto durante esta operación y que no puede hacer
uso de sus armas. No obstante todo esto, si por el mayor número del enemigo ó
por cualquiera otro motivo nuestras columnas después de haber hecho por su
parte cuanto hayan podido, fuesen rechazadas, en este último caso no queda ya
más remedio que conformarse con esta desgracia y retirarse en el mejor orden
posible á colocarse detrás de las Baterías número I y 2, las que podrán por
algún tiempo detener su marcha y dar lugar á que se ordenen en este sitio,
cuyas fuerzas entonces en unión del Batallón de la Orotava, que durante la
acción debe haber venido á situarse entre San Joaquín de la Cuesta y el portazgo,
aguardarán
la batalla en esta parte ó
continuaran retirándose hasta las posiciones de la cuesta, según la fuerza con
que cuente aquél.
Los artilleros de todas las
baterías de la Línea
desde el momento en que fueren rechazadas nuestras columnas, tendrán también
cuidado de retirarse á los Castillos de Paso-Alto, San Cristóbal y San Juan,
después de haber clavado las piezas, cuyos puntos defenderán cuanto puedan, no
olvidando con la suficiente anticipación de echar abajo por medio de algunos
cañonazos, las azoteas de las casas inmediatas al de San Cristóbal, las que
como digimos dominan perfectamente su interior y contribuirán muchisimo á su
pronta rendición.
Ataque por su izquierda
El ataque por esta parte, si bien
es el que ofrece mayores ventajas para un desembarco por carecer casi
enteramente de fortificaciones, también es el que presenta al enemigo más
dificultades para después de verificado, por la naturaleza del terreno que
tiene que atravesar antes de llegar á esta plaza; pero sin embargo de esto, si
á pesar de todos los obstáculos que el enemigo tiene que superar en el paso de
estos valles y desfiladeros, se decidiese á verificalo en cualquiera de ellos,
en este caso, desde el momento en que dé á conocer su intención deberán
incorporarse las dos columnas de la plazuela de San Telmo y San Francisco á la
que se halla en la Batería
de Escuela Práctica, las que reunidas pasarán inmediatamente á ocupar todas las
alturas que dominan las desembocaduras de estos va/les, estando prontas á
acudir á aquel por el cual trate de hacer su bajada. Por el de 1gueste es
probable no trate de desembarcar por que siendo e/ más distante de la plaza,
son también mayores el número de dificultades que tiene que vencer hasta llegar
á ella. Por el de San Andrés tampoco es probable ejecute su desembarco pues es
el único en que se halla una torre capaz de cinco cañones que defienden toda
aquella playa; puede mejor verificarlo por cualquiera de los que siguen hasta
Paso-Alto, pero en cualquiera de ellos que lo haga tiene que ser con mucha
lentitud por la poca anchura de estos y espuesto que es no estando el mar en
completo reposo; por consiguiente basta que la tropa destinada á cubrir la
trinchera de aquel por el que lo intente reforzada con la necesaria de estas
tres columnas, ejecuten un fuego bastante sostenido y con algún acierto, y que
al mismo tiempo las compañías de Tiradores esparcidas por estos vericuetos á
cubierto de sus fuegos por las desigualdales del terreno, hagan lo mismo para
poner á aquel en una posición bastante crítica y aun para obligarle á desistir
de su empresa; más si el enemigo sufriendo todos estos fuegos llega á poner el
pié en tierra, entonces se retirarán lo más pronto que puedan todas las fuerzas
distribuidas en las trincheras y pasarán a ocupar las diferentes alturas, desde
el valle por el que haya desembarcado hasta el estribo de Paso-Alto, en union
de los Tiradores y demás, las que irán defendiendo palmo á palmo el terreno y le
obligarán á que ejecute un ataque á viva fuerza por cada una de las alturas que
tenga que posesionarse para verificar su paso, en cuyos ataques indudablemente
perderá muchísima gente, al paso que nuestras tropas no experimentarán pérdida
alguna de consideración.
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