viernes, 8 de mayo de 2015

ARCHIVO PERSONAL DE EDUARDO PEDRO GARCÍA RODRÍGUEZ-XXVII



1993.
AKLI

EDITORIAL

A través de la prensa y de algún debate televisivo hemos asistido a un intercambio de descalificaciones, profesionales y personales, entre los responsables (¿) de la arqueología en Canarias, en una especie de "ceremonia de la confusión", que está provocando la natural desorientación entre los amantes de la arqueología y de nuestra Historia.

Por un lado, el director general de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias, dependiente de la Viceconsejería de Cultura, Celso Martín de Guzmán, y, por otro, a varias bandas, los responsables de los museos arqueológicos de Santa Cruz de Tenerife y de Las Palmas de gran Canaria, el Departamento de Prehistoria y Antropología de la Universidad de La Laguna, así como otros profesionales.

Según Celso Martín de Guzmán, «al recibir la Comunidad Autónoma las competencias de arqueología, el Archipiélago se convirtió en un queso de tiruycrc, donde cada arqueólogo tenía un agujero para investigar lo que le diera la gana». A su entender, «el guanchismo, Neolítico y Hombre del Cro Magnon ha sido un desenfoque terrible y tremendo que ha aportado más confusión que luz» (¿). Para Martín de Guzmán el guanchismo es peligroso porque alimenta el nacionalismo. Nos preguntamos: peligroso para quien?

Las quejas de los profesionales canarios a la gestión de Celso Martín de Guzmán se pueden resumir en los siguientes puntos:

      El proceso de destrucción, deterioro y abandono del Patrimonio, porque no se ha desarrollado una política mínimamente coherente.

      Los profesionales se encuentran en un plano de absoluta indefensión legal.


      Inexistencia todavía de un marco legal: Ley del Patrimonio Histórico de Canarias.

      Paralización de las investigaciones arqueológicas, etnográficas, antropológicas y paleontológicas.

      La situación financiera adquiere niveles esperpénticos.


       —  Política de absoluta desinformación a pesar de sus promesas.

A todo esto, nos cabe la esperanza de que con la toma del poder, por primera vez en Canarias, de un Gobierno Nacionalista, pueda con ello cambiar el desolador panorama cultural de Cananas. Es de desear que, con los consecuentes cambios de cargos en las distintas áreas de la cultura, sean nombrados profesionales responsables, que pongan orden y concierto y que establezcan el diálogo y la coordinación entre todos los estamentos hoy enfrentados. Y que tiendan una mano a los, hasta ahora, denostados amantes de la arqueología y de la historia; sustituyendo la amenaza y la afrenta por la más fructífera colaboración.

En otro orden de cosas, nos cabe reseñar aquí, con satisfacción, la propuesta hecha en Santa Cruz de La Palma por el profesor titular de Prehistoria, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Ernesto Martín Rodríguez, de que se cree un Museo Arqueológico y Etnográfico en La Palma. Propuesta que nosotros hacemos extensiva al resto de las Islas que aún carecen de dicho museo. Con ello se cumpliría uno de nuestros deseos, expresados en números anteriores de esta revista»


Revista Akli, mayo de 1993.
(Archivo personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)


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