1998 junio 14.
El Centro de Estudios Imazighen afirma haber descubierto
grabados rupestres en Araya
Los datan en la época prehispánica, relacionados con
expediciones romanas
Hace varias semanas, Luís Sánchez Mellan, miembro del Centro
de Estudios Imazighen de Canarias (una entidad privada de carácter cultural)
encontró en una pared dé los altos de Araya, en el término municipal de
Candelaria, lo que, en opinión de su organización, son grabados rupestres.
El casual descubrimiento de lo
que Luís Sánchez Mellan, y sus compañeros del Centro de Estudios Imazighen
afirman que son grabados prehispánicos se produjo en los altos de Araya
(municipio de Candelaria), en una pared vertical de rocas de gran pátina.
«A nuestro juicio», indica
Francisco De Lúca, vicepresidente del Centro de Estudios, «la mayor parte de
los grabados representan diversos tipos de navíos, posiblemente de distintas
cronologías y pertenecientes todos ellos a la época antigua, aunque también hay
grabados reticulares compuestos de rayados horizontales y verticales, y algún
grabado antropomorfo algo confuso».
Sánchez y Francisco De Lúca
advierten que «el conjunto de los dos paneles principales ha sido rayado, en
algunas partes, en época reciente, pero no nos cabe duda del origen
prehispánico en la piedra, que representan una serie de motivos naviformes
observados, muy posiblemente, por pastores guanches de la zona». La técnica de
grabación, siempre según el Centro de Estudios Imazighen, «fue la de la
incisión por medio de punzones a base de obsidiana».
Imagen de parte da los grabados encontrados por Luís Sánchez
en Araya (Candelaria).
de estas inscripciones en la piedra».
El Centro de Estudios Imazighen
supone, «todavía como hipótesis de trabajo», que los navíos supuestamente
representados pueden relacionarse con barcos de guerra y de transporte romanos,
«lo que además está avalado por los frecuentes contactos entre Roma y Canarias
entre el siglo primero antes de Cristo y el primero después de Cristo».
«Reclamárnosla atención de las autoridades de patrimonio»
Francisco De Lúca insiste en
reclamar, para estos grabados, «la inmediata atención de las autoridades de
patrimonio de Canarias», y al mismo tiempo, ofrece la máxima colaboración a los
responsables del Museo de la
Naturaleza y el Hombre de Tenerife y al Departamento de
Arqueología y Prehistoria de la
Universidad de La
Laguna.
El Centro de Estudios Imazighen
afirma que, después de su descubrimiento en los altos de Araya, se puso en contacto
con un arqueólogo, cuyo nombre no quieren desvelar». «Le mostramos las
fotografías que habíamos tomado», comenta De Lúca, «y le ofrecimos llevarlo
hasta el lugar. Pues nada. Con un vistazo descartó el interés de los grabados
y, desde luego, no se mostró dispuesto a visitarlos, aunque fuera para
desmentir su origen prehispánico».
De Lúca cree que esta actitud es, hasta cierto punto,
«habitual» entre muchos miembros de la comunidad arqueológica de Canarias, «que
no quieren moverse de sus despachos, mientras el patrimonio de nuestros
antepasados sigue degradándose y perdiéndose».
(A.G.J. en La Gaceta de Canarias, domingo
14 de junio de 1998)
(Archivo personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)
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