sábado, 16 de noviembre de 2013

CAPÍTULO XXXVIII-VI





EFEMERIDES CANARIAS
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL, DÉCADA 1771-1780 

CAPÍTULO XXXVIII-VI



Eduardo Pedro García Rodríguez

1776 Junio 17. Cuando los criollos D. Luís Manrique y D. Agustín Madan pretendieron la plaza vacante de fiscal de la Inquisición, dirigieron los Inquisidores una censura. al Consejo, en carta de cuya dureza é incalificables expresiones, nos dan la medida de su odio. Imposible parece que pudiera salir de sus manos un libelo más infamatorio.

Pero, lo que viene á comprobar con mayor evidencia la repulsión que á todas las clases inspiraba el Santo Oficio, es la oposición tenaz, que encontraba en los Curas de las parroquias, cuando, al blanquear periódicamente las paredes de las Iglesias, se trataba de volver á colocar en su sitio anterior los Sambenitos.

Esta oposición, que presumimos fuera ya general en España, dio lugar á un informe, pedido por la Suprema, en carta-orden de 7 de Mayo de 1788, del cual tomamos 1os párrafos siguientes:

“Para cumplir el mandato de V. A. hemos recorrido con el mayor cuidado, los papeles de este archivo, y en él no hallamos alguno, que nos instruya del verdadero origen de los Sambenitos, ni sobre esto hay más, que un legajo que se titula:

«Sambenitos de relajados y reconciliados por esta Inquisición.»-Y todo su contenido se" reduce á listas de los que se habían puesto en las Iglesias de este distrito en varios tiempos, entre las cuales hay una que dice así:

“Sambenitos que por mandato de los SS. del Consejo Supremo de S. M., .de la Santa General Inquisición, se han puesto en este año de 1660 en la Iglesia Catedral, y en otras del Distrito de la Inquisición de Canaria.”. Y en ella se refieren los nombres de los sujetos y delitos porque se los pusieron.

«En los libros de cartas de V..A., la primera que hallamos sobre este particular, es una de 22 de Junio de 1572; en que manda V. A., que en poner los Sambenitos se guarde la instrucción, y se renueven los que habia en la Catedral y Santo Domingo.

Otra hay de 30 de Septiembre de 1619, en que V. A. preguntó, que cantidad de sambenitos fa1taban que poner en las Iglesias, y que tiempo hacia no se habían puesto los que faltaban; porque razón no se había hecho, estando ordenado por instrucciones y por tantas acordadas, y .en que años se mandó poner cada uno de los que faltaban; y que los Sambenitos de moriscos que faltaban, no se pusiesen en lienzos, sino en una tabla blanca, escribiendo en ella, los nombres de los tales moriscos. y por bajo desta carta hay una nota que dice-“ Pusiéronse los Sambenitos que faltaban en la Catedral de esta Ciudad, dos de relajado en persona, y uno reconciliado.”

“En otra carta de 1625 mandó V. A., que en los Sambenitos se pusiese razón de adonde eran originarios los reos, porque nuestros lugares de Castilla se quejaron, de que se ponían en e1los Sambenitos de algunos descendientes de Portugal, que solo por casualidad nacieron allí.

En otra de 29 de Diciembre de 1654, previno V. A.., se pusiesen los Sambenitos de los reos, que en este Tribunal hubiesen sido reconciliados, y remitiesen a esa Corte las partidas de los que allí tocasen, para colocarlos en sus lugares. »

«En otra de 27 de Febrero de 1675, mandó V. A.. que con arreglo al capítulo 81 de las Instrucciones de Toledo, se formase lista de los condenados ó reconciliados, y conforme á ella se hiciesen los Sambenitos, y se pusiesen en las Iglesias, y renovasen los que estuviesen maltratados.»

«Por otra carta de 17 de Enero de 1661 mandó que a los reos presos en cárceles de
penitencia, que se les dispensa algún tiempo, no se les quitase el Sambenito, sin dar
primero cuenta a V. A..

Últimamente en carta de 22 de Noviembre, de 1691 mandó V. A. se le informase que tiempo hacía no se habían puesto los Sambenitos en las Iglesias, y se enviase razón de los que se habían fijado, sus naturalezas y vecindades; que se reconociesen los antiguos, y si faltaban algunos, que no se podían leer; cuyo mandato dio motivo á que se renovasen y publicasen en las Iglesias de estas Islas y formase un cuaderno que existe de las diligencias que entonces se hicieron.»

«N o hallamos otras razones en este archivo sobre Sambenitos y solo podemos decir, que en este Tribunal se ha observado el poner Sambenitos á cuantos reos lo han merecido, auque hace muchos años no los ha habido de clase. (Agustín Millares Torres; 1981)
1776 Junio 23. La dignidad de Marqués de Guisla Guiselín es otorgado, por Real Decreto al criollo Juan Domingo de Guisla y Boot Salazar de Frías y Abreu, Caballero de Santiago y Regidor de la Isla de Benahuare (La Palma,) por Carlos III.
1776 Julio 27. En la isla de Benehuare (La Palma) tienen lugar las primeras elecciones de diputados y personero resultando electos para diputados don Anselmo Pérez Brito y don Santiago Auvert, y para síndico personero don Juan Jacinto de Silva.

1776 Agosto. En la rada de Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) arrió anclas el “Resolution” comandado por el  gran marino y explorador inglés, el Capitán Cook. El Resolution - antiguo navío mercante que como el Bounty fue acondicionado por el almirantazgo inglés, para viajes de exploración. Esta expedición era la tercera que acometía el insigne marino, explorador y naturalista, durante el transcurso del mismo el Capitán Cook, hallaría la muerte en un enfrentamiento mantenido con los nativos de la isla de Tahíti, El Capitán Cook, tenía encomendado en este su tercer viaje el encontrar un paso marítimo por América del Norte desde el Pacífico. Cook, aprovechó la escala en la isla para visitar a su amigo y paisano el comerciante Mac Kay en su casa de campo, situada en la carretera de Santa Cruz a Eguerew (La Laguna), en un lugar próximo a la Curva de Gracia, casona que aún hoy podemos contemplar desde la carretera general aunque “ahogada” por un collar de modernas urbanizaciones. En la recova de Santa Cruz, por esas fechas no abundaban los frutos frescos excepto limones de los cuales hicieron un gran acopio los cuales fueron consumidos durante el viaje a las islas de Pacífico.

Durante el viaje no se dio ningún caso de escorbuto, lo que determinó que la armada británica obligara el consumo de este fruto en todas las naves de su flota. El 4 de Agosto Cook emprendió su último viaje desde nuestro puerto, para encontrarse con su destino.

1776 Octubre 30.
La Casa Fuerte de Adeje cede al Ayuntamiento de Santiago del Teide (Tenerife) los terrenos denominados los Baldíos, que pasaron posteriormente a ser cultivados por los vecinos a cambio de pagar un canon al Ayuntamiento, constituyendo para éste durante casi dos siglos su principal fuente de ingresos.
1766 Octubre 30. La merced de Marqués de la Casa Hermosa es concedido, según Real Decreto al criollo Francisco Mesa y Ponte Pagés Castilla y Machado por Carlos III.
1777. La Aldea-Tejeda-Artenara. La roturación de las tierras realengas por parte de los poderosos provoca el amotinamiento de los vecinos de estos pueblos.

1777. Fallece el criollo Capitán de milicias, Mateo Manuel Oramas de Saá y Meneses (1701-1777), esposo de Andrea Elena del Castillo y Barrios. Importante personaje de la vida local en su época, tanto en lo político como en lo económico, pues fue Alcalde Real de San Juan de la Rambla en Chinech (Tenerife) en diversas ocasiones y estaba en posesión de numerosos bienes. Vivió, al igual que sus descendientes, en la casa con balcón de celosía de la plaza de la iglesia.


1777.  En la catedral de Winiwuda (Las Palmas) se producen algunas desavenencias,  entre el general marques de Tabalosos, en sus funciones de presidente de la Real Audiencia de Canarias y el inquisidor Ortiz de Funes por motivo de los lugares y asientos que les correspondían en la iglesia mayor. El jefe militar pretende desalojar a los inquisidores de la capilla del altar mayor, lugar ocupado por dicha institución desde tiempos inmemoriales. El monarca español Carlos III resuelve que, tanto en el supuesto de juntarse en la catedral como en cualquier otra iglesia de la ciudad de Las Palmas, se siga el orden protocolario de la catedral de Sevilla «pues a ella se acomodo la Audiencia de Aragón y a esta la de Canarias». Esta ceremonia consta en el testimonio que se manda expedir al secretario de la inquisición de Sevilla «Yo secretario del Santo Oficio de la Inquisición de la ciudad de Sevilla, doy fe y verdadero testimonio a los señores que la presente lo vieren como todas las veces que los señores inquisidores de esta ciudad y arzobispado van a la iglesia mayor de esta ciudad a oír las honras se sientan en la capilla del altar mayor de la dicha Santa Iglesia en la parte de dentro junto a la reja al lado del Evangelio, en donde se les ponen sendas sillas de terciopelo sobre una alfombra grande tendida y a los pies sendas almohadas de terciopelo (...)». En este litigio, el soberano exige al general marques de Tabalosos que respete la costumbre con el fin de paliar el malestar que arrastra el tribunal del archipiélago desde inicios del siglo XVIII. Obviamente esta medida no es resolutiva de la situación, pues a medida que avanza la centuria las voces que claman por la total abolición de la Inquisición se hacen oír cada vez con mas fuerza hasta que logran la total extinción de la misma en 1834. (María Dolores Álamo, 1999)
1777. Se aprueba la fundación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de San Sebastián de La Gomera. – El Obispo de la secta católica en la colonia de Canarias, Ponz visita la isla.
1777. Tamaránt (Gran Canaria).
[…] Es muy sintomático que fuera el motín de 1777 en la Aldea de San Nicolás, junto con la demanda de tierras realengas por parte de los grandes propietarios, los dos factores convergentes que hicieron al Consejo de Castilla proceder al repartimiento de tierras realengas en las islas. Esta es la idea de la R. Provisión de 1787, por la que se ordenó a la Audiencia que las distribuyera, enviando los resultados al Consejo para su confirmación. Un análisis muy breve pone de manifiesto las controversias suscitadas en torno a la roturación. Oposición de la ciudad y de los ganaderos a parcelar el Monte Lentiscal y las tierras realengas, dé una parte; pero también, oposición de los grandes propietarios.

…Si se hubiera distribuido en moderadas porciones (las datas concedidas) a vecinos pobres que pudieran cultivarlas, de que hay muchos en este país y aún en las cercanías del mismo Monte, destituidos de industrias y manufacturas, se hubieran excusado las concesiones crecidas que se han hecho sin tanta utilidad a vecinos acomodados y las controversias que se han ocasioñado", dice la Audiencia (21).

Como consecuencia de la R.O. del Consejo, la Audiencia abre un expediente para su ejecución. Vale la pena seguir los pasos del expediente, porque no se pondrá en práctica sino hasta 1804-1805 para la Montaña de Doramas y, asombrémonos, hasta 1818 para el Lentiscal.

En 1788 la Audiencia abre una información para que opinen todos los cabildos y las Sociedades Económicas, al tiempo que ordena el deslinde y medición de aquellas zonas de la Montaña Doramas desprovista de arbolado y aptas para el cultivo, diligencias todas ellas evacuadas con rapidez. A la vez, abre otra información para que concurran aquellos labradores que se crean con derecho a participar en el sorteo de las suertes, de
conformidad con lo dispuesto en la R.C. de mayo de 1770. El retraso en realizar el repartimiento es producto de la cerrada oposición del Ayuntamiento y la Económica de Las Palmas, oposición que origina una conflictividad latente en el seno del campesinado. Pero ¿qué motivos aducen ambas instituciones?

Destaquemos los siguientes:

a) La postura del concejo se manifiesta en largas excusas hasta que por fin evacúa el informe solicitado. En 1794, el personero en nombre del cabildo indica que lo que debería procurarse. En primer término restituir todos los terrenos a la antigua demarcación la del deslinde general realizado en 1706 con objeto de pedir al rey el disfrute de las tierras de realengo por el cabildo durante diez años. Ello suponía un desprecio hacia la Orden emanada del Consejo y hacia las peticiones del campesinado, así como el desconocimiento de la causa originaria del motín de 1777 en La Aldea. En segundo lugar, cercar los montes y proceder a su repoblación en conformidad con el plan propuesto en 1788 por el corregidor Vicente Cano.

b) La opinión de los Amigos del País es coincidente, insistiendo como perentorio en la necesidad de conservar los montes en razón de la escasez de lluvias y su repoblación. haciendo referencias al dictamen del corregidor Cano.

Junto con los informes acción el concejo prohíbe la entrada de ganado en Lentiscal y Doramas y acota zonas para proceder a la repoblación. Pero esta decisión perjudica a los ganaderos y a aquellos campesinos que viven en los limites del realengo y que necesitan alimentar en el pasto común su pequeño hato de ganado menor necesidad imprescindible para complementar su nivel mínimo de ingresos. La respuesta llega en 1799: los vecinos del pago del Palmital y Solapones se amotinan, rompen las cercas de los terrenos acotados y destruyen las diligencias verificadas contra los infractores por entrar ganados. Motín en el que detrás están, como instigadores, los grandes criadores.

Creo, y es lógico sostener, que la coincidencia entre cabildo y Económica obedece a una alianza de intereses de la oligarquía detentadora del poder, los propietarios, frente a las peticiones e intereses del campesino sin tierra. Y esto es así, porque la actitud del cabildo y la Económica no consistirá en esa defensa cerrada de los montes cuando, algunos miembros de su clase obtienen datas en tierras realengas. Es el caso de la concedida en Doramas a Cristóbal Mujica en 1795. (Antonio Bethencourt Massiu et al, en: Millares Torres. 1977)

1777. Septiembre. Los corregidores -representantes de los intereses de la Corona española- intervinieron en La Aldea de San Nicolás con el fin de expulsar a los campesinos de  las tierras que venían labrando desde tiempos antiguos aduciendo que eran de  patrimonio regio. Los aldeanos respondieron con un abierto alzamiento, sustanciado ante el Consejo de Castilla, éste decidió mantener a los mauros colonos en la posesión de las tierras roturadas.

1777 Mayo 14. Se hace constar la misteriosa desaparición de documentos relacionados con la administración del templo de la secta católica de la Concepción en la Villa de La Orotava, este templo así como la del registro del tercer barco con permiso real de la metrópoli para obtener beneficios en las colonias de América gracias al cual se obtuvo el dinero para concluir la fastuosa obra.

1777 Mayo 21. El obispo de la secta católica Juan Bautista Servera funda en Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) el Seminario Conciliar, único centro de enseñanza de la Isla. Se ubicó en el colegio de los Jesuitas y la dirección le fue encomendada a Manuel Verdugo, años más tarde obispo de Canarias. La solemne apertura de curso tuvo lugar el 17 de junio de 1777 con dieciseis alumnos, que luego completarían su formación en Sevilla (España), según acuerdo firmado en 1779. A este prelado se debe el inicio de las obras del Hospital de San Martín, del que puso la primera piedra, y la fundación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

1797 Septiembre 5.
Se produjo un intento de invasión de navíos ingleses por Puerto Santiago (Tenerife). Éstos fueron rechazados a base de pedradas que tiraban los vecinos de Valle de Santiago desde los altos de Acantilados de los Gigantes. 

1777 Septiembre 23. El título de Conde de la Vega Grande de Guadalupe es concedido, por Real Decreto al criollo  Fernando Bruno del Castillo Ruíz de Vergara y Castillo Cabeza de Vaca y Cairasco de Figueroa, por el monarca Carlos III. D. Fernando Bruno del Castillo-Ruíz de Vergara, I Conde de la Vega Grande, era hijo del célebre historiador  Pedro Agustín del Castillo y Ruíz de Vergara (Alférez Mayor de Canarias, Regidor Perpetuo y Decano de su Ayuntamiento, Alcaide del Castillo de la Luz de Las Palmas, Corregidor y Capitán de Guerra de la Isla, Patrono del Convento de San Pedro Mártir) y de su esposa  Jerónima del Castillo y Cabeza de Vaca. Casó con  Luisa Amoreto Manrique, de la importante familia sureña de los Amoretos. En esta casa nobiliaria es de destacar la figura de  Agustín del Castillo y Bethencourt, IV Conde de la Vega Grande, último Alférez Mayor de Tamaránt (Gran Canaria) y Caballero de Calatrava. Nació en Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) en 1805. En su persona se ejemplifica el proceso de aburguesamiento de la terratenencia colonial decimonónica. Se esforzó enormemente en para superar las formas caducas de explotación de la tierra y adaptar la economía rural al triunfante espíritu capitalista. Fue miembro de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País de Santa Cruz de Tenerife y de Las Palmas de Gran Canaria. Siendo comisario regio de agricultura, promovió diversas actividades económicas como la cría del gusano de seda y la caña de azúcar. Como uno de los más significativos líderes del Partido Canario, tuvo una gran influencia política durante el período 1843-68: ejerció como Senador Vitalicio e influyó notablemente en la concesión de los Puertos Francos y en la división provincial de 1852.  Agustín del Castillo muere, en 1870, en la misma ciudad que le vio nacer.
1777 Octubre 18. Estando en Canarias con el cargo de Teniente del Rey D. Matías de Gálvez, padre de Bernardo de Gálvez, Coronel y Gobernador de La Louisiana, recibió aquél la orden de reclutar un batallón para aquel país. 
"para cuidar y levantar un Batallón para La Louisiana... Notició esto al comandante, el que se opuso, diciendo que si los Gálvez querían hacer su fortuna a cuenta del Rey no lo permitiría, ni libraría dinero de la Tesorería a este fin". "Presentose dicha orden al Cabildo y éste atendiendo circunstancias no tuvo por perjudicial se levantase dicho Batallón para La Louisiana, en donde se repartirían terrenos a los que vayan y se podrá formar una colonia de canarios que puedan ser útiles a la labranza y manufacturas". (Memorias de Lope Antonio de La Guerra)
1788. Otro proceso hubo, secreto como todos los relacionados con el clero católico, cuyo atento exámen llenaría hoy de espanto, á todo hombre honrado, que tu viese ocasión de leerlo. había  en la parroquia de los Remedios de la Laguna (Tenerife), un Beneficiado de 47 años de edad, persona hasta entonces de reputación intachable. Este Beneficiado tenia, entre otras, una hija de confesión, soltera, de 25 años, de una familia criolla respetable y poderosa, cuya joven estaba al cuidado de su abuela.

Hacia algunos años que el Beneficiado dirigía espiritualmente á su penitente, en cuya casa tenia entrada libre y una grande amistad. No sabemos cual fue el motivo de que cambiara de director, pero es lo cierto que, habiéndola oído en confesión el Padre mi-sionero José Leonisa de Málaga, que recorría, predicando, la Isla de Tenerife, le acon-sejó se delatara espontáneamente al Santo Oficio, si quería salvar su alma. Siguió la jóven el consejo, y en carta escrita por ella, cuyo original está en el proceso, relató los hechos más estupendos, que concebir puede la imaginación más extraviada .

Resulta de su carta, en la que se ratificó ante el Comisario de la Laguna, que, valién-dose el Beneficiado de supuestas revelaciones, la llegó á persuadir, que el único medio de purificar su alma a. era mortificándose el cuerpo; pero con la precisa condición, de aplicarle él mismo la disciplina. En efecto, á una señal convenida salían ambos del salon, se encerraban en un cuarto, apartaban la luz, y se entregaban fervorosamente á esos actos de penitencia. Unas veces, por martirizarla más, cuenta ella, que le daba mor-discos y puñadas, y la obligaba á que le es cupiese el rostro; y otras le ataba la lengua con un cordel, y tiraba á su antojo de ella. Esto es, lo que juzgamos prudente reseñar, omitiendo los innumerables detalles que en su interrogatorio refiere, y que ofrecen el cuadro más triste y repugnante de la degradación humana.

Tal abuso de confianza, conducta tan infame, parece que debiera .haber sido castigada, con todo el rigor de las leyes inquisitoriales; ahora bien, admírense nuestros lectores, el reo fue condenado a una reprensión secreta, á que no volviese á confesar de aquella manera, y á un mes de ejercicios, que cumplió en el convento de Santo Domingo
de Las Palmas. La aprobación de esta sentencia por la Suprema, lleva la fecha de 10
de Marzo de 1790.

De modo, que una pobre mujer es acusada de viajar por el aire, montada en el mango de una escoba, y sale á la vergüenza pública por las calles, en un asno, y se le aplican, medio desnuda, doscientos azotes; un hombre dice, que vale más estar bien amancebado, que mal casado, y se le destierra perpetuamente; á otro se le manda diez anos á galeras, porque nace en Inglaterra., y profesa la religión reformada; y á otro, en fin, se le quema: vivo, porque no quiere abandonar la fe de sus padres; y á un hipócrita embustero, corruptor de la juventud, pervertido y cínico, que valiéndose de su carácter, y de total confianza que inspira su misión sacerdotal, abusa de lo más sagrado y respetable que existe en el mundo, á ese hombre, vil escoria de la sociedad, no se le condena, sino á una reprensión, y un mes de ejercicios.

Esa era la justicia de ese infame Tribunal; ese el criterio de sus jueces, encargados de
velar por la moral pública; esa la equitativa balanza de sus fallos.

Ante todo era necesario ocultar el delito, y salvar al criminal. y ¿por qué? Porque el reo era sacerdote. La sociedad y la familia quedaban desagraviadas, con prevenirle que no volviese á confesar de aquella manera. Si fuéramos á continuar la relación de esta clase de procesos, nuestro trabajo seria. interminable. Basta lo dicho, para comprender el estado social de aquella época.(Agustín Millares Torres;1981)
1778. En Gáldar la secta católica construye un nuevo templo para sus ritos. El anterior había estado ubicado en el Palacio de los Guartemes.
1778. El año de la liberalización del comercio con América no fue óptimo para el puerto de Añazu n Chinech (Santa Cruz), único puerto de la colonia canaria habilitado para llevar productos exclusivamente de las islas a los mercados americanos.
1778. El Teniente del Rey, D. Matías de Gálvez, pasó desde Chinech (Tenerife) a Honduras con el fin de fundar la nueva ciudad de Guatemala, dejando el encargo que tenía de cuidar la recluta para La Louisiana, al Capitán español de Ingenieros D. Andrés Amat de Tortosa. Fue éste el encargado y el más decidido valedor de esta emigración, ya que era apasionado partidario de la misma. Se dio preferencia a la recluta de hombres casados con mujeres e hijos, para así realizar, como dice Tarajano, una recluta no sólo militar sino también civil, pensando en solucionar dos problemas al mismo tiempo, reforzando la guarnición militar y aportar población a la deshabitada región de La Louisiana. Se pensaba en el "soldado-poblador". Fue importante la forzada emigración canaria a tierras del Sur de los actuales Estados Unidos y se calcula el establecimiento en la zona de La Louisiana de más de 4.000 canarios, aunque esto representó una sangría para Canarias, por el despoblamiento y el coste económico que la emigración representó. Conocemos las diversas oleadas que existieron. El 10 de junio de 1778 salió el primer navío llevando 125 reclutas y 53 familias de éstos. En él nacieron durante la travesía a La Habana, 3 niños y otro murió. El 22 de octubre, en "La Victoria" embarcaban 292 personas sin incluir 18 niños de pecho. Siete días después en el Ignacio de Loyola salían 423 personas más 37 niños de pecho. En diciembre de 1778 fueron 202 personas más 19 niños a bordo del San Juan Nepomuceno. Le siguió la Santa Faz el 17 de febrero de 1779 que transportó a 406 personas más. Y el 5 de junio de 1779 partió el Sagrado Corazón de Jesús, que llevó hasta La Habana a 423 canarios. De toda esta emigración, fue la isla de Chinet (Tenerife) la que aportó más habitantes, con casi el 60 por ciento de la misma, siendo éstos de Eguerew (La Laguna), La Orotava, Garachico, Güimar, Icod, y Adeje. Las otras islas que contribuyeron fueron Tamaránt (Gran Canaria), Erbania (Fuerteventura), Titoreygatra (Lanzarote) y Esero (El Hierro).
1778. En la Punta del Guindaste en Puerto Mequínez n chinech (Puerto de la Cruz, Tenerife) se hundió un bajel Europeo. Por los años 1870, aún se veían algunos cañones en el pecio.

1778. Encontramos dos denuncias a franceses por masones. El juicio no se pudo llevar a cabo porque ambos se embarcaron y huyeron. Aunque no parezca aportar mucho este dato creemos interesante incluirlo como una muestra más del movimiento masónico francés en el Puerto Mequínez o de la Cruz en la isla de Chinet (Tenerife)
1778. Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) era uno de los pocos puertos coloniales españoles  autorizados a comerciar directamente con las Indias y habilitados para el comercio exterior aunque a costa del tributo de sangre. Esta situación, que compartía con algunos puertos canarios más, sobrevivió a las inquietudes y zozobras de las guerras napoleónicas en la Metrópoli y duró hasta 1818. El año de la liberalización del comercio de la colonia de Canarias con las de América no fue óptimo para el puerto de Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife), único puerto de las islas habilitado para llevar productos exclusivamente de la colonia de Canarias a los mercados indianos. El puerto que más cargó fue el de Cádiz (España), con 63 buques despachados; con un valor de las mercancías españolas de más de trece millones de reales; de las extranjeras, cerca de treinta y siete millones y los derechos abonados, algo más de dos millones y medio de reales. El último de la lista (La Coruña, Barcelona, Málaga y Santander, en España), es el de Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife): sólo nueve buques, un poco más del millón doscientos mil reales por el valor de los productos isleños y cerca de setenta mil reales, los derechos abonados. En el tráfico atlántico en el s.XVIII, Añazu (Santa Cruz) es puerto dador y receptor de migraciones externas e internas: hacia las colonia de América, la primera, y desde las islas de Titoreygatra (Lanzarote), Erbania (Fuerteventura) y Esero (El Hierro), la segunda, por el hambre acuciante impuesta por prolongadas sequías y el abandono de la metrópoli. Muchos de esos isleños retornarán a sus lugares de procedencia, si bien la mayoría o busca el escape de la milicia-colono en Puerto Rico, Santo Domingo, Tejas, y La Luisiana, o aumenta la población, siguiendo el mismo procedimiento de otras familias de aquellas islas.
1778.  El Rey de la potencia colonizadora Carlos III ordenó que se construyese un castillo en el Puerto de Arrecife, en Titoregatrahacia (Lanzarote) en su extremo norte, y que dominara el refugio de Puerto de Naos, entre las bocas de San José y del Perejil, años atrás atacado por los corsarios ingleses Lord Anson y Hawque con el propósito de apresar las embarcaciones que habitualmente invernaban allí. Hubo duelo de artillería con el castillo de San Gabriel, que domina el Arrecife principal y cuyos fuegos se apagaron dos veces. Un piquete de cien marinos desembarcó por la cala de Los Mármoles y los isleños, empleando a los camellos con tanques, destrozaron aquellas fuerzas inglesas. Pero desembarcados nuevos refuerzos, la suerte de los dromedarios resultó un descalabro, pues las bestias heridas y asustadas por la artillería se revolvieron contra sus conductores, a quienes atacaron a mordiscos, estando a punto de ocurrir una verdadera catástrofe. Los ingleses, al no ver las embarcaciones que buscaban, y que suponían abrigadas en la cala de Puerto de Naos, reembarcaron su destacamento y se fueron por donde habían venido. Por la escasez de alimento y la miseria de ese año se denominó al Castillo de San José, la Fortaleza del Hambre situada sobre un cantil de unos 70 metros de altura y ocupa una superficie de 700 m2, su forma es semicircular y su puerta principal mira al norte.
1778. Familias canarias fueron las fundadoras de las ciudades de Galveston y Valenzuela, en el estado de Texas. En la zona de La Louisiana y gracias a la llegada de canarios, ésta comienza un período de crecimiento que antes no conoció. Los colonos recién llegados se establecieron en lo que hoy se conoce como la parroquia de San Bernardo, en la Terre Aux Boeufs, entendiendo la parroquia como un distrito político, que se correspondería al condado o county de los norteamericanos, enclavada al sur de Nueva Orleans, popularmente conocida como isla de Delacroix. Se encontraron en este sitio con un cierto número de plantaciones francesas que se remontaban a la época en que La Louisiana pertenecía a Francia, población foránea que iba adquiriendo mayor influencia y cantidad y en la que el clero religioso francés ejerció su influencia desde este año de 1778 hasta 1787, aunque ésta continuó esporádicamente a lo largo del siglo XIX.
1778.
Dos hechos, de distinto origen, van a permitir un franco desahogo de la economía canaria durante el último cuarto del XVIII. Por una parte, la proclamación del libre comercio con las Indias en 1778 y, por otra, la apertura del mercado americano a la exportación vitícola. Mayor amplitud de las actividades comerciales, pero también una mayor competencia, genera el primer fenómeno. Mientras el malvasía se circunscribe casi únicamente a la farmacopea, los vinos vidueños ganarán en volumen. Las guerras de fin de siglo y algunas calamidades interiores, evitaron una época de prosperidad y la acumulación consiguiente de capitales.

Al independizarse las colonias británicas de América del Norte, los recién nacidos Estados pasan muy pronto a recibir nuestros vinos en grandes remesas. Inopinadamente, se presentaba el premio por tantos inútiles recursos. y aunque repertorios tan importantes como el de Gómez del Campillo no mencionen uno siquiera referente a dicho tráfico, don Juan Cólogan reconocía desde Londres, en carta del 17 de abril de 1783 a don Bernardo del Campo, haber hecho despachar para Tenerife, a por vidueños, dieciocho navios en unos trece meses. Las embarcaciones cargaban en los puertos británicos manufacturas que se consumían en las Islas; aquí tomaban vinos y, una vez realizados en Norteamérica, el retorno era cubierto con materias primas para su industria. El comercio triangular atlántico, con sustanciosos beneficios en cada vértice, quedaba restablecido con esta nueva caracterología en el momento del despegue de la primera revolución industrial.

La vid tornó a extenderse y se pasa de los 30 y 36 pesos de antes de la guerra, al doble de esta cantidad en las cotizaciones.

Las cifras de producción que Lorenzo Cáceres pudo reunir de los múltiples viajeros que recorren Canarias en esa época, pese a las fuertes oscilaciones que patentizan, denotan claramente una coyuntura expansiva.

Ese mismo mercado estadounidense es el que impide la contracción de las exportaciones durante las guerras napoleónicas. Para la primera mitad del XIX, debemos a Diston una significativa secuencia de precios, y a ella recurrimos por carecer
de series actuales: de los 37 pesos por pipa de 1799, se alcanza un máximo de 74, 84 y 80 pesos, respectivamente, en el trienio 1811-1813, para caer de 1833 a 1835 en una fortisima depresión -13 y 15 pesos -, tener un alza en 1836- de 22 a 26- y descender en los años siguientes a 13 y 15 pesos, cotizaciones que vuelven a repetirse en 1843, 1844 y 1846, hasta llegar a los 28 de 1848.

Las plagas de oidium a partir de 1852 y mildiu en 1878, terminan casi con los viñedos canarios. Prácticamente, la producción queda restringida al consumo local. Los caldos de Tacoronte, en Tenerife, del Monte Lentiscal, en Gran Canaria, o los malvasías de Lanzarote, mantienen aún la buena acogida de los isleños, pero desde aquellas fechas el vino dejó de ser lo que fue. (Antonio Bethencourt Massieu, en: Millares Torres, 1997:145-6).

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