1641. Un corsario mzigio audaz,
entró calladamente en el puerto de Añazu y se apoderó de una barca de pesca. Dos años más tarde, otros
moros capturaron a la mujer y a la hija del criollo Juan Abarca, vecino de
Abikure (San Andrés), mientras venían tranquilamente de este lugar a Añazu
(Santa Cruz).
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