El estado de los conocimientos lingüísticos
acerca de las hablas ínsuloamazighes aún no permite dar cuenta de toda
su nomenclatura anatómica. Disponemos de un caudal de voces más o menos
numeroso para lo que cabría esperar, aunque entre el material que todavía queda
por investigar aguardan sin duda muchos otros vocablos que han de completar
esas denominaciones corporales. Este artículo, por tanto, seguirá abierto por
mucho tiempo y esperamos que poco a poco nuestros pacientes modelos, Guetón y
Texenery, recuperen la memoria y nos enseñen algo más sobre las piezas que
integran nuestro organismo.
Los cronistas antiguos no dejaron un catálogo
específico sobre esta materia. La mayoría de las palabras aparecen en
compuestos o fueron aplicadas a situaciones y objetos con los que guardaban
alguna correspondencia, como se verá en la explicación que vamos a mostrar en
la veintena de asientos que hemos podido reunir.
OSAMENTA
taghissa. s. f. sing. Esqueleto.
|| Pese a que el análisis no termina de ser concluyente, pues la vocal inicial
del registro documental induce a la duda, la mejor referencia para el ‘conjunto
óseo del cuerpo humano’ ha llegado hasta nosotros con la memoria de una
guanchita de 6 años, Itahisa, vendida como esclava en Valencia.
CABEZA
axfe. s. m. sing. Cabeza. || En
muchos dialectos, y también en Canarias, la pronunciación corriente del fonema
posterior, tanto en su versión sorda (x) como sonora (gh), se relaja hasta casi
desaparecer, por lo que la dicción más frecuente se convierte en afe.
Así ocurría, por ejemplo, con el nombre del famoso jefe canario Gumidafe
(gummad´_axfe, ‘jorobado’), que remite a una ‘cabeza desviada, torcida
o fuera de su posición natural’.
keyye. s. m. sing.
Cráneo. || Los paralelos continentales todavía vigentes muestran este concepto
en femenino (takeyya), aplicado también al ‘vértice o parte más
elevada de la cabeza’. Nuestro insulismo figura en el nombre de un
jefe gomero, Aberbequeye (aberwwi_keyye, ‘cráneo
hundido’), por lo que el uso del masculino, si atendemos a la relación que la
lengua amazighe establece entre el género y el tamaño, lleva a pensar
que este buen hombre no debía tener una cabeza precisamente pequeña.
kanar. s. m. sing. Frente. ||
Aunque haya llegado a nosotros con el uso figurado de ‘vanguardia’ o
‘valientes’, que tal parece ser el sentido del etnónimo canario (kanar-at),
su significado primario alude a la ‘frente grande’ (como corresponde al valor
aumentativo del masculino). Pero si esta hipótesis fuera incorrecta, disponemos
también del nesónimo Tenerife (tener_efey),
donde contamos con una variante abreviada [N•R], ahora en femenino, que además
se repite en el antropónimo de un afamado guerrero teldense, Nayra
(nara), armado sobre otra variante que se vuelve a inclinar por la
acción de ‘guiar’ o ‘estar al frente’.
timmi. s. f. sing. Ceja, ceño.
|| El topónimo herreño Timijiraque nos proporciona una de las
acepciones de este lexema [M•(Y)], quizá la que presenta una aplicación más
humana. Porque el Time (timmäy) o ‘eminencia orográfica’,
que podemos encontrar aún en la geografía de La Palma y Gran Canaria, se
acomoda mejor a la ‘frente o frontal de una montaña’.
urgan. s. m. pl. Bordes de los
párpados. || La toponimia gomera ha conservado este elemento del rostro como
denominación de una degollada, Hurgan, algo que también sucede
con algún valle continental (Ûrgan, en el Adrar).
ted´t
(f.), pl. allen (m.). s. Ojo(s). || Gracias a que este
órgano de la visión se asemeja también a una ‘fuente’, es decir, en ambos casos
se trata de un ‘agujero por el que mana un líquido’, la toponimia ha preservado
los dos números de esta designación. Tedeta, un manantial
ubicado en Vallehermoso (La Gomera), Olen, otro venero más en
Mirca (La Palma) y algunos barrancos llamados Alen en Tenerife
y La Palma, confirman incluso la conexión semántica entre el ‘ojo’ y la
‘fuente’ (común también en otras lenguas, como el árabe).
gurmad´. adj. m. col.
Orejas (pequeñas). || De momento, no es posible presentar una denominación
concreta. Sólo hemos localizado este adjetivo, que distingue unas ‘orejas
cortas (en animales) o pequeñas (en personas)’.
tinzer, pl. tinzar.
s. f. Nariz. || Una vez más, la toponimia, muy tributaria en todo el mundo amazighe
de las figuras anatómicas, nos brinda nuevos ingredientes corporales. Tíncer,
en Tenerife, y el valle de Tiniçara, en La Palma, añaden a
nuestra lista el singular y plural de este apéndice cartilaginoso.
timit. s. f. dim. Boca
pequeña. || El pueblo sureño de Chimiche (Timitt), en
Tenerife, nos permite restituir la forma amazighe más común para esta
cavidad, imi, pl. imawen.
tazirga. s. f. Muela(s).
|| El nombre de la intérprete palmera María Tazirga
proporciona el nombre de esta pieza dental, aunque no hallamos todavía
suficientes elementos de juicio para concretar su número.
geya. s. m. sing.
Mandíbula, pómulo, mejilla, moflete. || Un popular héroe gomero Gralhegueya
(gdal_x_geyya, ‘protege la mandíbula’), nos traslada un espacio
lateral de la cara que no alcanzamos a definir con exactitud.
amar, f. tamart.
s. Mentón, barba. || La montaña palmera de Tamarajoya (tamart_taghya,
‘barba espesa’), las tierras gomeras de Tamargada (tamart_gadaw,
‘barbilla bermeja’) o el macizo mahorero de Famara (f-amar-a,
‘gran mentón’) recogen ambos géneros de la prominencia inferior del cráneo.
Para rematar la descripción, tal vez resulte
oportuno agregar las ‘cabelleras’, que no sólo eran signo de ‘nobleza’:
tizikkizt. s. f. col.
Cabellera. || Con la típica palatalización tinerfeña de la dental inicial, chizikkizt,
y la marca estatutaria (a)ši prefijada, es fácil reconocer
aquí la ‘calidad opulenta’ que caracterizaba al estamento dominante en la
sociedad isleña.
kebegh. s. m. sing.
Título de dignidad reservado al jefe principal. || Símbolo de ‘fertilidad’ y
‘nobleza’, esta ‘cabellera abundante’ constituía el tratamiento más distinguido
para el mencey.
nazd´. s. m. sing. Pelo,
cabello. || El nombre de un muchacho, Nast, vendido en
Valencia nos ofrece una versión más de los filamentos pilosos que crecen entre
los poros de la piel.
TRONCO
iguma. s. m. pl. Fig.
Espaldas, torso. || La poderosa envergadura del valiente canario Adargoma
(addar_guma, ‘espaldas de risco’) quedó perfectamente reflejada en un
compuesto que retuvo, junto a la versión más frecuente de ‘montaña’ o ‘risco’ (addar),
el ‘pivote’ o ‘tronco (de árbol)’ que algunos dialectos continentales señalan
con la voz agum, pl. iguma o igumen.
aruré, arerú. s. m. sing.
Espalda. (2) Región lumbar. || Como sucede en Marruecos, Níger o Malí, estas
dos variantes gomeras del aruru ‘dorsal’ también tomaron asiento en la
toponimia para significar una ‘colina o loma fuertes’, ‘montaña’, etc.
tuffut, tfufayt. s. f. dim.
sing. Seno pequeño. (2) Pezón. || Expresiones para denotar ‘hinchazones
o bultos’ que semejan un seno de tamaño reducido menudean todavía en el habla
isleña. Voces como chipote, chufo, tufo o totufo
nos regalan la posibilidad de restituir un primario ufuf, pl. uffwan,
ya en masculino, para indicar un ‘pecho, teta o mama’ de mayor dimensión.
Porque la cotufa (o ‘palomita de maíz’) y el chichofe,
una ‘marca en forma de verruga que se le hace a las cabras’, retuvieron mejor
la imagen del extremo que sobresale en los pechos.
tasa. s. f. sing. Hígado.
(2) Boca del estómago, plexo solar. (3) Fig. Corazón. || El noble
guerrero canario Atazaicate (a-tasa_ikahat, ‘gran
corazón’) nos confirma una información sociolingüística muy interesante. En la
cultura amazighe, tanto continental como insular, el ‘hígado’ o las
‘vísceras’ sirven para hacer referencia al ‘centro de los sentimientos más
fuertes’, como el ‘coraje’ o el ‘amor materno’.
tabûtat. s. f. sing.
Ombligo. || Otra niña guanche vendida en Valencia como esclava, Chabuta,
nos brinda la versión más segura para esta cicatriz del vientre.
sonfa.
s. m. sing. Fig.
Ombligo. || Sólo documentada en un registro (zonfa) muy
tardío, a comienzos del siglo XIX, tenemos también esta otra representación del
‘agujero’ que deja en nuestro cuerpo el corte del cordón umbilical.
tafurast. n. vb. f.
sing. Vulva, vagina. || La ‘abertura o grieta’ externa del aparato
genital femenino fue designada en Tenerife con el mismo vocablo (tafuriaste)
que el ‘tambor’, al fin y al cabo un ‘cilindro hueco cubierto con una piel
estirada por una o las dos bases’.
firgan. p. p. m.
sing. Pene. || El ‘tallo o nervio central de la chumbera’, ‘cualquier
palo largo’ y una ‘persona alta y flaca’, que todas estas referencias toma el
participio pirgan, pírgano, pirgua, pirguan o pírguano,
también derivan del verbo ‘levantar’, base de esta denominación mahorera del
miembro viril.
bizza.
s. m. sing. Pene. ||
Aun deformada en la voz pisallo, el habla de Tenerife mantuvo
esta designación genital, aunque con aplicación no tanto para los hombres como
para los animales.
zirik. s. m. sing. Fig.
Pene de los niños. || Una ‘cuerda fina o cuerdecilla’ aporta aquí la imagen
infantil del órgano genital masculino, vertida en Tenerife como sirica.
EXTREMIDADES
ey. s. m. sing. Brazo. ||
Una vez que hubo quedado manco, Mayantigo, jefe de la comarca palmera de
Adirane, recibió el nombre que reflejaba su nueva situación física: su ‘medio
brazo’ le confirió el apodo Aganeye (azgan_ey).
fus. s. m. sing. Mano. ||
El ‘mayorazgo’ o ‘primer heredero’ que recoge la fórmula canaria punapal
(fus_nafal, ‘llevado de la mano’) nos revela la típica expresión panamazighe
para esta extremidad.
ñoño. s. m. sing. Dedo del pie.
Ú. m. en pl. || ¿A quién no le han pisado alguna vez los 'dátiles'? Pues,
en Gran Canaria, La Palma y Tenerife, se conservó este 'hueso de dátil' o innew,
bien conocido en el habla de los ayt Ayyache, en la zona septentrional del
Marruecos central. Por extensión, en Gran Canaria se adjudicó también al 'pie
grande' y en La Palma, a la 'persona con una mandíbula inferior más saliente
que la superior'. La variante tinerfeña ñáñigo, hoy ya con
poco uso, insiste en esa reduplicación del tema, nnew-nnew, acaso como
expresión de un sentido colectivo.
chícano. s. m. sing.
Músculo desarrollado. (2) Hueso largo. || También pronunciado chíscane,
chíscano o chízcano, este šikan alude en realidad a la
‘pierna’.
Pero, como es natural, parece obligado completar
esta descripción de la maquinaria humana con la pertinente alusión al principal
combustible vital:
ddem, pl. idamman.
s. m. Sangre. || Por dos vías tenemos bien acreditado este concepto, casi
siempre usado a través del valor genérico de su plural y como representación
del ‘parentesco’: Attidamana (atti_idamman,
‘transmite la herencia’), el nombre de la isleña que unificó la jefatura
canaria, y en el segundo verso de la célebre endecha cantada también en aquella
isla (May-ik gwere, dem-a 'ši h´anyi, lit. ‘tu madre está muerta; la
sangre ha dado el cuello’).
Autor:
Ignacio Reyes
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