lunes, 1 de junio de 2015

::Las voces del cuerpo:::






El estado de los conocimientos lingüísticos acerca de las hablas ínsuloamazighes aún no permite dar cuenta de toda su nomenclatura anatómica. Disponemos de un caudal de voces más o menos numeroso para lo que cabría esperar, aunque entre el material que todavía queda por investigar aguardan sin duda muchos otros vocablos que han de completar esas denominaciones corporales. Este artículo, por tanto, seguirá abierto por mucho tiempo y esperamos que poco a poco nuestros pacientes modelos, Guetón y Texenery, recuperen la memoria y nos enseñen algo más sobre las piezas que integran nuestro organismo.
Los cronistas antiguos no dejaron un catálogo específico sobre esta materia. La mayoría de las palabras aparecen en compuestos o fueron aplicadas a situaciones y objetos con los que guardaban alguna correspondencia, como se verá en la explicación que vamos a mostrar en la veintena de asientos que hemos podido reunir.
OSAMENTA
taghissa. s. f. sing. Esqueleto. || Pese a que el análisis no termina de ser concluyente, pues la vocal inicial del registro documental induce a la duda, la mejor referencia para el ‘conjunto óseo del cuerpo humano’ ha llegado hasta nosotros con la memoria de una guanchita de 6 años, Itahisa, vendida como esclava en Valencia.
CABEZA
axfe. s. m. sing. Cabeza. || En muchos dialectos, y también en Canarias, la pronunciación corriente del fonema posterior, tanto en su versión sorda (x) como sonora (gh), se relaja hasta casi desaparecer, por lo que la dicción más frecuente se convierte en afe. Así ocurría, por ejemplo, con el nombre del famoso jefe canario Gumidafe (gummad´_axfe, ‘jorobado’), que remite a una ‘cabeza desviada, torcida o fuera de su posición natural’.
keyye. s. m. sing. Cráneo. || Los paralelos continentales todavía vigentes muestran este concepto en femenino (takeyya), aplicado también al ‘vértice o parte más elevada de la cabeza’. Nuestro insulismo figura en el nombre de un jefe gomero, Aberbequeye (aberwwi_keyye, ‘cráneo hundido’), por lo que el uso del masculino, si atendemos a la relación que la lengua amazighe establece entre el género y el tamaño, lleva a pensar que este buen hombre no debía tener una cabeza precisamente pequeña.
kanar. s. m. sing. Frente. || Aunque haya llegado a nosotros con el uso figurado de ‘vanguardia’ o ‘valientes’, que tal parece ser el sentido del etnónimo canario (kanar-at), su significado primario alude a la ‘frente grande’ (como corresponde al valor aumentativo del masculino). Pero si esta hipótesis fuera incorrecta, disponemos también del nesónimo Tenerife (tener_efey), donde contamos con una variante abreviada [N•R], ahora en femenino, que además se repite en el antropónimo de un afamado guerrero teldense, Nayra (nara), armado sobre otra variante que se vuelve a inclinar por la acción de ‘guiar’ o ‘estar al frente’.
timmi. s. f. sing. Ceja, ceño. || El topónimo herreño Timijiraque nos proporciona una de las acepciones de este lexema [M•(Y)], quizá la que presenta una aplicación más humana. Porque el Time (timmäy) o ‘eminencia orográfica’, que podemos encontrar aún en la geografía de La Palma y Gran Canaria, se acomoda mejor a la ‘frente o frontal de una montaña’.
urgan. s. m. pl. Bordes de los párpados. || La toponimia gomera ha conservado este elemento del rostro como denominación de una degollada, Hurgan, algo que también sucede con algún valle continental (Ûrgan, en el Adrar).
ted´t (f.), pl. allen (m.). s. Ojo(s). || Gracias a que este órgano de la visión se asemeja también a una ‘fuente’, es decir, en ambos casos se trata de un ‘agujero por el que mana un líquido’, la toponimia ha preservado los dos números de esta designación. Tedeta, un manantial ubicado en Vallehermoso (La Gomera), Olen, otro venero más en Mirca (La Palma) y algunos barrancos llamados Alen en Tenerife y La Palma, confirman incluso la conexión semántica entre el ‘ojo’ y la ‘fuente’ (común también en otras lenguas, como el árabe).
gurmad´. adj. m. col. Orejas (pequeñas). || De momento, no es posible presentar una denominación concreta. Sólo hemos localizado este adjetivo, que distingue unas ‘orejas cortas (en animales) o pequeñas (en personas)’.
tinzer, pl. tinzar. s. f. Nariz. || Una vez más, la toponimia, muy tributaria en todo el mundo amazighe de las figuras anatómicas, nos brinda nuevos ingredientes corporales. Tíncer, en Tenerife, y el valle de Tiniçara, en La Palma, añaden a nuestra lista el singular y plural de este apéndice cartilaginoso.
timit. s. f. dim. Boca pequeña. || El pueblo sureño de Chimiche (Timitt), en Tenerife, nos permite restituir la forma amazighe más común para esta cavidad, imi, pl. imawen.
tazirga. s. f. Muela(s). || El nombre de la intérprete palmera María Tazirga proporciona el nombre de esta pieza dental, aunque no hallamos todavía suficientes elementos de juicio para concretar su número.
geya. s. m. sing. Mandíbula, pómulo, mejilla, moflete. || Un popular héroe gomero Gralhegueya (gdal_x_geyya, ‘protege la mandíbula’), nos traslada un espacio lateral de la cara que no alcanzamos a definir con exactitud.
amar, f. tamart. s. Mentón, barba. || La montaña palmera de Tamarajoya (tamart_taghya, ‘barba espesa’), las tierras gomeras de Tamargada (tamart_gadaw, ‘barbilla bermeja’) o el macizo mahorero de Famara (f-amar-a, ‘gran mentón’) recogen ambos géneros de la prominencia inferior del cráneo.
Para rematar la descripción, tal vez resulte oportuno agregar las ‘cabelleras’, que no sólo eran signo de ‘nobleza’:
tizikkizt. s. f. col. Cabellera. || Con la típica palatalización tinerfeña de la dental inicial, chizikkizt, y la marca estatutaria (a)ši prefijada, es fácil reconocer aquí la ‘calidad opulenta’ que caracterizaba al estamento dominante en la sociedad isleña.
kebegh. s. m. sing. Título de dignidad reservado al jefe principal. || Símbolo de ‘fertilidad’ y ‘nobleza’, esta ‘cabellera abundante’ constituía el tratamiento más distinguido para el mencey.
nazd´. s. m. sing. Pelo, cabello. || El nombre de un muchacho, Nast, vendido en Valencia nos ofrece una versión más de los filamentos pilosos que crecen entre los poros de la piel.
TRONCO
iguma. s. m. pl. Fig. Espaldas, torso. || La poderosa envergadura del valiente canario Adargoma (addar_guma, ‘espaldas de risco’) quedó perfectamente reflejada en un compuesto que retuvo, junto a la versión más frecuente de ‘montaña’ o ‘risco’ (addar), el ‘pivote’ o ‘tronco (de árbol)’ que algunos dialectos continentales señalan con la voz agum, pl. iguma o igumen.
aruré, arerú. s. m. sing. Espalda. (2) Región lumbar. || Como sucede en Marruecos, Níger o Malí, estas dos variantes gomeras del aruru ‘dorsal’ también tomaron asiento en la toponimia para significar una ‘colina o loma fuertes’, ‘montaña’, etc.
tuffut, tfufayt. s. f. dim. sing. Seno pequeño. (2) Pezón. || Expresiones para denotar ‘hinchazones o bultos’ que semejan un seno de tamaño reducido menudean todavía en el habla isleña. Voces como chipote, chufo, tufo o totufo nos regalan la posibilidad de restituir un primario ufuf, pl. uffwan, ya en masculino, para indicar un ‘pecho, teta o mama’ de mayor dimensión. Porque la cotufa (o ‘palomita de maíz’) y el chichofe, una ‘marca en forma de verruga que se le hace a las cabras’, retuvieron mejor la imagen del extremo que sobresale en los pechos.
tasa. s. f. sing. Hígado. (2) Boca del estómago, plexo solar. (3) Fig. Corazón. || El noble guerrero canario Atazaicate (a-tasa_ikahat, ‘gran corazón’) nos confirma una información sociolingüística muy interesante. En la cultura amazighe, tanto continental como insular, el ‘hígado’ o las ‘vísceras’ sirven para hacer referencia al ‘centro de los sentimientos más fuertes’, como el ‘coraje’ o el ‘amor materno’.
tabûtat. s. f. sing. Ombligo. || Otra niña guanche vendida en Valencia como esclava, Chabuta, nos brinda la versión más segura para esta cicatriz del vientre.
sonfa. s. m. sing. Fig. Ombligo. || Sólo documentada en un registro (zonfa) muy tardío, a comienzos del siglo XIX, tenemos también esta otra representación del ‘agujero’ que deja en nuestro cuerpo el corte del cordón umbilical.
tafurast. n. vb. f. sing. Vulva, vagina. || La ‘abertura o grieta’ externa del aparato genital femenino fue designada en Tenerife con el mismo vocablo (tafuriaste) que el ‘tambor’, al fin y al cabo un ‘cilindro hueco cubierto con una piel estirada por una o las dos bases’.
firgan. p. p. m. sing. Pene. || El ‘tallo o nervio central de la chumbera’, ‘cualquier palo largo’ y una ‘persona alta y flaca’, que todas estas referencias toma el participio pirgan, pírgano, pirgua, pirguan o pírguano, también derivan del verbo ‘levantar’, base de esta denominación mahorera del miembro viril.
bizza. s. m. sing. Pene. || Aun deformada en la voz pisallo, el habla de Tenerife mantuvo esta designación genital, aunque con aplicación no tanto para los hombres como para los animales.
zirik. s. m. sing. Fig. Pene de los niños. || Una ‘cuerda fina o cuerdecilla’ aporta aquí la imagen infantil del órgano genital masculino, vertida en Tenerife como sirica.
EXTREMIDADES
ey. s. m. sing. Brazo. || Una vez que hubo quedado manco, Mayantigo, jefe de la comarca palmera de Adirane, recibió el nombre que reflejaba su nueva situación física: su ‘medio brazo’ le confirió el apodo Aganeye (azgan_ey).
fus. s. m. sing. Mano. || El ‘mayorazgo’ o ‘primer heredero’ que recoge la fórmula canaria punapal (fus_nafal, ‘llevado de la mano’) nos revela la típica expresión panamazighe para esta extremidad.
ñoño. s. m. sing. Dedo del pie. Ú. m. en pl. || ¿A quién no le han pisado alguna vez los 'dátiles'? Pues, en Gran Canaria, La Palma y Tenerife, se conservó este 'hueso de dátil' o innew, bien conocido en el habla de los ayt Ayyache, en la zona septentrional del Marruecos central. Por extensión, en Gran Canaria se adjudicó también al 'pie grande' y en La Palma, a la 'persona con una mandíbula inferior más saliente que la superior'. La variante tinerfeña ñáñigo, hoy ya con poco uso, insiste en esa reduplicación del tema, nnew-nnew, acaso como expresión de un sentido colectivo.
chícano. s. m. sing. Músculo desarrollado. (2) Hueso largo. || También pronunciado chíscane, chíscano o chízcano, este šikan alude en realidad a la ‘pierna’.
Pero, como es natural, parece obligado completar esta descripción de la maquinaria humana con la pertinente alusión al principal combustible vital:
ddem, pl. idamman. s. m. Sangre. || Por dos vías tenemos bien acreditado este concepto, casi siempre usado a través del valor genérico de su plural y como representación del ‘parentesco’: Attidamana (atti_idamman, ‘transmite la herencia’), el nombre de la isleña que unificó la jefatura canaria, y en el segundo verso de la célebre endecha cantada también en aquella isla (May-ik gwere, dem-a 'ši h´anyi, lit. ‘tu madre está muerta; la sangre ha dado el cuello’).
Autor: Ignacio Reyes



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