Sí, sé lo que estás pensando: «¿acaso queda por
decir algo sobre el gofio que no se haya dicho ya?». Pues, vamos a ver
si soy capaz de sorprenderte.
Empecemos por el principio.
- ¿Qué es el gofio?
- Una harina más o menos gruesa de cualquier
cereal tostado, sobre todo trigo y cebada.
Bueno, bueno. Esta pregunta era fácil. Todo el
mundo en Canarias ha comido gofio alguna vez, aunque ahora parece que
resulta más elegante consumir corn-flakes, es decir, el mismo cereal
pero en copos que nos traen desde fuera. No obstante, los isleños también hemos
exportado nuestro gofio. En Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Puerto
Rico o Venezuela se alimentan con él, aunque en Venezuela usan su nombre para
referirse a una ‘especie de alfajor (o golosina)’.
Esa costumbre de tostar granos y luego
convertirlos en harina se practica en la cultura amazighe desde tiempos
muy remotos. Por todo el Norte de África hasta los confines orientales del
Mediterráneo, quedan muchos pueblos que todavía conservan este hábito
alimenticio. Una prueba de su antigüedad y extensión te la puede proporcionar
un gran poeta latino llamado Virgilio, que vivió entre los años 70 y 19 antes
de nuestra era (hace casi dos mil años). En un pasaje de su obra más famosa, La
Eneida, donde narra los orígenes de la fundación de Roma por Eneas y otros
fugitivos de la antigua ciudad de Troya (en Asia Menor), describe una escena en
la que estos heroicos navegantes desembarcan en una costa africana de lo que
entonces se conocía como Libia. ¿Qué hace Acates, uno de los personajes, en
cuanto pone pie a tierra? Prende un buen fuego y se apresta «a tostar en la
llama y a moler con piedras los granos salvados de la tempestad» [lib. I].
Imágenes como ésta menudean también en las
crónicas de los viajeros y conquistadores que llegaron a Canarias: «comen el
trigo y la cebada o bien a la manera de las aves o bien hacen harina, que
tragan bebiendo agua y sin elaboración alguna de pan» [Recco 1341], dice el
relato de una expedición de italianos y portugueses que arribaron a las Islas
en 1341. Lo mismo que un siglo y medio más tarde, en 1494, nos cuenta un médico
alemán que se encontraba de viaje por la península ibérica. Su nombre era
Hieronymus Monetarius [(1494) 1991: 49] y allí conoció a varios isleños
procedentes de Tenerife que iban a ser vendidos como esclavos en Valencia:
«No comen pan, sino cebada, que trituran en una piedra de molino de mano, la
deslíen en agua o en leche y la toman como comida y bebida».
El vocablo ‘gofio’, con esa forma y significado
(‘harina de cereal tostado’), no está presente hoy en los muchos dialectos de
la lengua amazighe. Pero algunas voces de su familia de palabras siguen
vigentes y se aplican a cosas muy similares. Por ejemplo:
egif (que
se lee eguife), ‘terreno arenoso’; egef (que
se lee eguefe), ‘duna de arena fija’, y tagefut
(que se lee taguefute), ‘terreno arenoso’ y, por extensión,
‘montón, montículo (de productos alimenticios, heno, etc.)’
¿Qué conclusión lingüística
podemos sacar de estos datos? Fácil: que, tanto en las variedades continentales
como insulares de la lengua amazighe, la secuencia de consonantes G•F
sirve para referirse a un ‘montón de polvo (de harina, arena, etc.)’.
Pero esta fórmula no es la única. En otra oportunidad, veremos una expresión que se diferencia muy poco del español ‘harina’, francés ‘farine’, portugués ‘farinha’ (es decir, fariña) o italiano (y latín) ‘farina’.
Pero esta fórmula no es la única. En otra oportunidad, veremos una expresión que se diferencia muy poco del español ‘harina’, francés ‘farine’, portugués ‘farinha’ (es decir, fariña) o italiano (y latín) ‘farina’.
Fuentes |
MÜNZER, Jerónimo. 1495. Itinerarium Hispanicum.
[Edición moderna: Viaje por España y Portugal (1494-1495). Madrid:
Polifemo, 1991].
RECCO, Niccoloso da. 1341. De Canaria et insulis reliquis ultra ispaniam in occeano noviter repertis. Copia de G. Boccaccio (ca. 1342), cuyo manuscrito se guarda en la Biblioteca Nacional de Florencia. [Existe una edición razonablemente buena realizada por Giogio Padoan: «’Ad insulas ultra Hispaniam noviter repertas’: el redescubrimiento de las islas atlánticas (1336-1341), artículo publicado en la revista Syntasis (1992-1993), núm. 30-31, pp. 130-143»]. VIRGILIO. ca. 18 a.n.e. La Eneida. |
Autor:
Chuyú En: Revista Mundo Guanche.
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