lunes, 10 de febrero de 2014

MI RECUERDO DE FETASA






Francisco Javier González

ISAAC DE VEGA, habitante de FETASA, lugar situado entre el Valle de Anosma y el Barranco de Ijuana, accesible solo desde la memoria de la muerte.

Mi primer contacto con Isaac de Vega fue hace algo más de medio siglo. La Caja de Ahorros (Cajacanarias, hoy vampirizada por la foránea “La Caixa”) acababa de publicarle “FETASA” en un tomo con, creo recordar editado por Goya.Ed, dos novelas más que habían ganado el premio del “Benito Pérez Armas”. Tenía yo al día siguiente un examen de Química Física con D, Agustín Arévalo y acordé con mi amigo y compañero Pepe Mascarell Inta ir a su casa, a estudiar juntos resolviendo algunos problemas. Ambos vivíamos en la lagunera calle Cabrera Pinto, solo con una casa por medio de la de ambos y allí me fui a cosa de las diez de la noche. Pepe estaba acabando de cenar con Conchita, su esposa, y su suegra y yo me senté a la mesa donde pensábamos trabajar. Para entretener la espera cogí de la mesa el recién publicado libro que Pepe había comprado y me puse a leer FETASA. Ramón me atrapó de entrada con su devenir post-mortem, mejor dicho, intra-mortem, su patente derrota física y metafísica, su amargo existencialismo y su estar absolutamente fuera del tiempo y del espacio. Era otra cosmogonía, otra visión de lo absoluto, diferente e inclasificable. El resultado fue que no pude dejar de leer. A las dos de la madrugada, Pepe, aburrido de estudiar solo, me dijo que me la llevara y la terminara de leer. Fui al examen con la mente plagada de ideas oníricas que no me facilitaron precisamente las de Química-Física.

 Aprobé justito pero no por FETASA y lo comenté con José Antonio Padrón que me daba clase de prácticas y se echó, contrariamente con su costumbre, a reír. Me comentó que Isaac era una piedra en el zapato de una sociedad que no era, precisamente, de su medida y de la que tiende a aislarse, a fugarse en una pirueta existencial que expresa a través de sus obras. Después charlé varias veces con Isaac, con Arozarena y bastantes más con Padrón acerca del ser fetasiano. Rafael me dijo “no te preocupes que cuando te mueras lo averiguas”. Recuerdo que fui invitado a Granadilla cuando lo declararon hijo predilecto ye le dedicaron una calle, motivo por el que Ignacio Gaspar  -fetasiano sin reconocer- confeccionó una guía de sus publicaciones y allí estaba un Isaac correcto pero algo ausente, como si aquella vaina del homenaje no fuera con él.

Ahora que Isaac sabe con plena claridad lo que es FETASA y estará sorprendiendo a ninfas que, fugadas del país de las aguas, se bañan en aguas del Barranco de Ijuana bajo el cielo de Igueste mientras saborea un buen tinto y charla con Rafa, con José Antonio y con Bermejo sobre el sentido de la muerte, ¿quién mejor que recordar su figura que alguno de sus hijos? Por eso adjunto el enlace al blog de mi amigo Anghel Morales que trae el estudio de María Teresa de Vega.


Gomera febrero de 2014.

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