Francisco
García-Talavera Casañas
[…,
señores petroleros, “mándense a mudar” con su “piche”, déjennos
tranquilos y no intenten vendernos más humo.]
En
las prospecciones para la localización y extracción de petróleo y/o gas, el
riesgo no se circunscribe a si se produce un accidente o derrame, como el grave
desastre ocurrido en el Golfo de México, con las catastróficas consecuencias
medioambientales que todos conocimos, sino que, con las técnicas actuales,
siempre se producen daños ecológicos, de mayor o menor cuantía, en la fauna y
flora del fondo marino, y en la pelágica del mar circundante (cetáceos, peces,
tortugas, plancton, etc.). Esto es debido, entre otras cosas, al
“fracking” (inyección a presión, de agua y arena- aparte de algunas
sustancias altamente tóxicas- para favorecer la extracción de gas o petróleo),
y a las intensas emisiones acústicas (verdaderas explosiones) producidas por
los “cañonazos” (sparker) de sísmica de reflexión, aire comprimido y
otros, en los sondeos geofísicos de prospección, capaces de penetrar en el
subsuelo marino. ¿Recuerdan lo que pasó hace unos meses en la costa de Castellón
y Tarragona? Algunas localidades del litoral sufrieron seísmos, que alarmaron a
la población, porque se activaron unas fallas tectónicas con la presión del
gas que estaban inyectando
(“Proyecto Castor”) para almacenarlo en un depósito submarino, frente a
esas costas. Y, como consecuencia de las protestas ciudadanas, al Ministerio de
Industria y Turismo (¡qué antagonismo!) no le quedó mas remedio que paralizar
el proyecto. ¿No recuerdan, también, que en enero de 2012 y junio de 2013 se
sintieron temblores de hasta 3,7 grados de la escala de Richter en Lanzarote y
Fuerteventura, algo inusual allí, cuyos epicentros estaban justo en la zona
donde se pretende hacer las célebres prospecciones? ¿No les resulta todo muy
sospechoso? Una probable explicación que se podría dar a esto, es que esos seísmos
no eran de origen tectónico ni volcánico -pues en muchos años no se ha
detectado ninguna actividad en esa zona- sino que, presuntamente, fueron debidos
a las alteraciones tectónicas provocadas por las técnicas geofísicas
mencionadas, empleadas en las prospecciones que ya se estarían realizando en la
zona marroquí.
Pues
sí, esta parafernalia amenazante se prepara aquí, en “nuestras” ricas
aguas. Aguas de las que bebe, una vez desalada, prácticamente el cien por cien
de la población y el turismo, de las islas orientales. Y esto es muy serio,
pues una “marea negra” podría poner en riesgo la vida de las personas.
Además,
debemos estar preparados para la gran ofensiva mediática que se va a
desencadenar a favor de las dichosas prospecciones, en las que tanto la
multinacional Repsol como otros poderes fáctico-económicos relacionados, no
van a reparar en gastos de propaganda. De hecho, ya ha empezado, pues acaba de
publicarse en los medios de comunicación la noticia de la aparición de petróleo
y gas en el mar de Mauritania, como resultado de las prospecciones realizadas
allí por la empresa británica Tullow Oil. Y, sin ningún tipo de pudor, los
propagadores de esta interesada noticia, se apresuraron a resaltar en los
titulares que ese yacimiento se encuentra a “tan sólo”
1000 Km. de Fuerteventura y en la misma cuenca del Archipiélago canario. Debemos
aclarar que, en muchos de estos casos, la distancia no es lo más importante, a
menos que el incidente se produzca muy cerca del litoral. Mucho más decisiva es
la dirección e intensidad de las corrientes marinas, y en nuestro caso, la
dirección NE-SO de la Corriente de Canarias conduciría inexorablemente una
hipotética “marea negra” hacia las costas de las islas orientales,
especialmente a Fuerteventura.
Así
mismo, destacan interesadamente en esa noticia que la perforación se produjo
bajo una columna de mar de
1200 metros
, y a una profundidad total de 5400, calificando la operación como un hito y un
“importante avance técnico”, que se ha realizado “sin incidentes”
durante los trabajos de sondeo. En tal sentido, se aprestan también a precisar
que este es el mismo objetivo que tienen tanto Repsol (en las aguas de Canarias)
como Cairn Energy (en la parte de Marruecos) y Kosmos (en el Sahara)
y que, además, aquí el riesgo sería menor, al tratarse de “tan
solo”
3.500 metros
de profundidad. Pues no, señores “encantadores”, aquí no somos bobos. Ese
posible petróleo y/o gas es un recurso canario y está en nuestra Zona Económica
Exclusiva (que España no ha querido reconocer -y tendrá que hacerlo- desde
1978, cosa que sí hizo Portugal en esas fechas para Madeira y Azores). Pues
bien, esos presuntos recursos de hidrocarburos son una reserva más que tiene
Canarias en sus aguas y lecho marino, los cuales serán explotados cuando le
convenga a este país archipielágico, y no a intereses foráneos colonialistas
-que nos dejarán únicamente las migajas- y con el riesgo añadido de poder ver
súbitamente arruinado nuestro principal motor económico (el turismo) en caso
de un accidente grave. Sí, sobre ese riquísimo y productivo mar territorial
que ahora están esquilmando (no nos
olvidamos de la pesca), Canarias tendría pleno derecho si fuéramos -como
seremos- un Estado archipielágico. Si no, al tiempo. En cualquier caso, el
futuro energético de nuestro Archipiélago está en las llamadas energías
limpias renovables (eólica, solar, geotérmica, hidroeólica, mareomotriz,
etc.), fuentes inagotables en las que sí somos afortunados, que nos liberarán,
en gran medida, de nuestra
“secular dependencia” del exterior. Así que, señores petroleros, “mándense
a mudar” con su “piche”, déjennos tranquilos y no intenten vendernos más
humo.
Tomado de:www.elcanario.net
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