EFEMERIDES CANARIAS
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL,
DÉCADA 1861-1870
CAPÍTULO
XLVII-VI
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1866 Diciembre 4. Nace en Guiniwuada (Las Palmas) Francisco González Díaz.
Para la inmensa mayoría de los canarios, la figura de Francisco González Díaz
resulta totalmente desconocida. Para algunos, si acaso, un nombre que rotula
una calle. Sin embargo, en el primer tercio del siglo XX, su firma era
referencia habitual en la prensa isleña y su presencia en diferentes rincones
de las Islas, donde era requerido como orador, despertaba siempre una gran
expectación. Pero asumiendo la cita que aporta Manuel de Paz en un artículo
sobre otro autor cuya obra permanece también olvidada, en este caso, José
Agustín Álvarez Rixo, "el periódico pasa como un ave y se va, es casi flor
de un día, y por ello es natural que en la memoria cultural de Canarias apenas
queden rastros de la sabiduría derramada en tan frágiles moldes". La
anterior frase la toma dicho autor de un reconocido escritor cubano, el Conde
Kostia, seudónimo de Aniceto Valdivia, una de las personalidades más relevantes
de las letras cubanas. Precisamente el Conde Kostia, escribía en 1915 en las
páginas del periódico habanero La
Lucha, con motivo de la visita de nuestro paisano a la perla
del Caribe: "Desde muy joven se distinguió el señor González Díaz en la
prensa y en la tribuna, como escritor conceptuoso y elegante, como orador
elocuente e inspirado, como noble paladín de todas las causas justas y elevadas".
Para añadir, "laborando en silencio, con fe inquebrantable, con amor
intenso al país en que nació, con devoción profunda a todo lo que contribuyera
de algún modo al progreso moral e intelectual de las Islas Canarias, logró
conquistarse el cariño y la admiración de sus compatriotas y el respeto de
cuantos pudieron apreciar de cerca la magnitud de su labor".
Cuando se indaga en la biografía de González Díaz, lo primero que apreciamos es el desconocimiento existente de un referente tan elemental como es el año de su nacimiento. Incluso la lápida de su tumba, en el cementerio de la villa de Teror nos muestra una fecha equivocada. Lo cierto es que según figura en el archivo parroquial de la iglesia de San Francisco de Guiniwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria), nació un 4 de diciembre de 1866, templo en el que recibiría el bautismo por el rito católico unos días después, el 12 del mismo mes. Hijo de doña Isabel Díaz y Aguilar y don Manuel González Castellano, sus raíces familiares estaban en Arúcas, por parte paterna, de donde procedían también sus dos abuelos; mientras que por parte materna, su abuelo era natural de la capital grancanaria y su abuela de la villa de La Orotava en Chinet (Tenerife)
.
Recibe la formación inicial en su ciudad natal, siendo uno de sus maestros don Francisco Cabrera Rodríguez, "una de las personas más buenas que he conocido", según escribiría en un artículo de homenaje tras su fallecimiento. Estudiará como otros jóvenes canarios en el colegio de San Agustín, centro privado que vino a suplir las seculares carencias educativas isleñas. Se distingue por su aprovechamiento a lo largo de los diferentes años, siendo alumno de sobresaliente en casi todas las materias, si bien se le resisten la aritmética y el álgebra, en las que obtiene algún suspenso. Aunque realizó unos pequeños escarceos con el dibujo, el propio autor expresa de esta manera su temprana vocación por las letras: "Yo nací para escritor, y no he servido para otra cosa. Mi primer trabajo literario lo hice en el colegio de San Agustín y lo leí en un acto presidido por López Botas, que me felicitó". Lector empedernido, ya desde aquellos primeros años devoraba cuanto caía en sus manos.
Recibe la formación inicial en su ciudad natal, siendo uno de sus maestros don Francisco Cabrera Rodríguez, "una de las personas más buenas que he conocido", según escribiría en un artículo de homenaje tras su fallecimiento. Estudiará como otros jóvenes canarios en el colegio de San Agustín, centro privado que vino a suplir las seculares carencias educativas isleñas. Se distingue por su aprovechamiento a lo largo de los diferentes años, siendo alumno de sobresaliente en casi todas las materias, si bien se le resisten la aritmética y el álgebra, en las que obtiene algún suspenso. Aunque realizó unos pequeños escarceos con el dibujo, el propio autor expresa de esta manera su temprana vocación por las letras: "Yo nací para escritor, y no he servido para otra cosa. Mi primer trabajo literario lo hice en el colegio de San Agustín y lo leí en un acto presidido por López Botas, que me felicitó". Lector empedernido, ya desde aquellos primeros años devoraba cuanto caía en sus manos.
Se traslada a Madrid (España) a cursar estudios de derecho, aunque su estancia en la capital de la Metrópoli no estará ligada a la actividad académica hasta la finalización de dicha carrera. Referencias a esta etapa de su vida la encontramos en el capítulo que su amigo Leoncio Rodríguez le dedica en su libro Perfiles, pues el propio González Díaz apenas la menciona. Rodríguez lo señala de esta forma: "En ninguna de las copiosas notas autobiográficas que le publiqué en La Prensa, nada dijo, que yo recuerde, de aquellos tiempos de su estancia en Madrid, ni de sus estudios de la Universidad. No le seducían, por lo visto, ni las leyes ni sus definiciones. En su concepto filosófico del hombre y del mundo, todo eso para él era una entelequia. Prefería vivir la vida de su espíritu. Encerrarse en sus propias filosofías. No quería saber nada del ilícito comercio que se hacía, tantas veces, de los derechos y los principios de la sociedad humana".
Abandonará los estudios de derecho para orientar su vocación al periodismo. En Madrid ingresa en el diario El Nacional, en los convulsos años de finales del siglo XIX, en palabras de Leoncio Rodríguez, "días de desaliento, de amarguras del pueblo español, que sin duda se infiltraron también en el ánimo y la pluma del escritor. Y aquel ambiente, entenebrecido y dramático, siguió influyendo bastante en la tónica de sus futuros escritos, casi todos de acentuado sabor pesimista".
El intento de escapar de este ambiente, sus anhelos juveniles de conocer nuevos horizontes, le llevaron camino de América. Su lugar de destino, Argentina, donde trabajó en los principales diarios de bonaerenses. Fueron años intensos, fundamentales en su formación, en los que se sintió feliz e incluso como afortunado emigrante, logró cierto patrimonio que luego no supo conservar. De vuelta a su tierra comienza una intensa labor periodística en la prensa isleña, salpicada con colaboraciones en distintos medios de diferentes ciudades españolas, así como de Cuba, Argentina y Venezuela. También tendría oportunidad de dedicarse a la política durante un corto espacio de tiempo, el suficiente para aborrecerla y que luego no dejara de insistir en su rechazo a la misma.
De desbordante cabe calificar la producción de González Díaz, pues raro es el periódico isleño, del primer tercio del pasado siglo, donde no aparezca en algún momento su firma, si bien será el Diario de Las Palmas donde se condense el grueso de su producción periodística. A su vez, el santacrucero periódico La Prensa, también acogerá una extensa serie de artículos sobre una amplitud de temas.
Dueño de una sólida formación cultural, los críticos de la época le ponían en relación con otros dos grandes de la literatura canaria contemporáneos suyos y que le prodigaron su amistad: Tomás Morales y Alonso Quesada. Galdós, del que siempre hizo una decidida defensa, constituyó sin duda su referente literario. No compartía sin embargo su anticlericalismo, pues siempre que pudo proclamó por el contrario sus convicciones religiosas, aunque sí sus ideales republicanos, de los que hizo gala cada vez que tuvo ocasión.
Se le
reconocía a González Díaz su implicación, desde las columnas de la prensa y
desde la tribuna, en diferentes campañas de las que formó parte o se constituyó
en portavoz. Numerosos son sus artículos en apoyo del turismo, apenas
incipiente en aquellos años; pero también en favor de la educación y de los
maestros; de la mejora de los transportes y las comunicaciones; en apoyo de una
corriente regionalista que superara el enfrentamiento "pleitista";
del infortunio de la emigración, lacra de aquellos años; su preocupación por el
maltrato hacia los animales, pero sobre todo, la constante propaganda, durante
más de cuarenta años, en pro del fomento y conservación del arbolado.
1867. La
Goleta Guadalhorse.
Nació a la mar con el nombre de Aníbal, después tomó el de Príncipe
de Asturias, y más tarde el definitivo de Guadalhorce. Con un
robusto casco de madera que lo hacía un poco lento, el Guadalhorce,
desplazaba 310 toneladas brutas 294 netas, y tenía una eslora de 36.85 metros, 9,32 de
manga y 4,90 de puntal. Rodó por las gradas de los astilleros de la familia
Mateu, en Palma de Mallorca.
Sus primitivos armadores, pensaban destinarlo al
tráfico entre puertos africanos del, Mediterráneo. Ante la demanda de fletes
sus armadores decidieron incorporarlo a la carrera de América, en la que
participó con otros veleros mallorquines y catalanes, bajando de vez en cuando
a los puertos canarios para hacer cabotaje.
Adquirido por los armadores de
Guiniwada (Las Palmas), Bosch y Sintes, fue destinado por estos al tráfico de
América, logrando excelentes travesías entre los puertos de Nueva Yok,
Jacksonville y Canarias. Bajo la contraseña de Bosch y Sintes, realizó nueve
viajes al puerto de Nueva Yok, haciendo la travesía con una duración media por
viaje, de 36 singladuras, si bien registra alguna de 46 y, al menos una de 20.
En los viajes entre el citado puerto estadounidense y las islas, la travesía
media fue de 41 días de mar, con una de 33 singladuras y otra de 54.
En 1930, tomó el mando de la Guadalhorce,
el capitán don Cipriano Garratón, quien hasta esa fecha había sido primer
oficial de la misma. Era hombre bien formado en la muy eficaz escuela de la
navegación a vela, aquella de que, como decían los ingleses, los hombres de
hierro se formaban en barcos de madera.
Los astilleros mallorquines, fueron dignos
competidores de los canarios, en los tiempos en que las islas disfrutaban de
algunas industrias locales, aunque estas estuviesen gestionadas por capital
inglés. Entre las firmas que dedicaban una parte de sus actividades a la
construcción de barcos de pequeño o mediano tonelaje, destacaban las de
Hamilton y compañía, y la de Elder Demter. De las gradas de estos astilleros
salieron excelentes barcos, fragatas; bricbarcas; bergantines redondos; goletas
de velacho; gabarras carboneras etc. Barcos que unían América con Canarias. Los
puertos del Plata, Montevideo, La
Habana, La
Guaira, San Juan de Puerto Rico, Vera Cruz. , Nueva York y
Jachsonville, era frecuentados por los veleros de altura, cuyas quillas habían
sido asentadas en las gradas de estos astilleros.
Bien construida y sólida, la goleta Guadalhorce,
fue con las Armandito, y Sobrino, uno de los últimos veleros de
altura que, con contraseña de armadores Canarios, cruzaron la mar alta y libre.
Los tres zarparon de puertos isleños, puertos que siempre tienen – y bien
mantienen – la evocación de los gualdrapazos que, izadas a fuerzas de brazos,
se abrían y tomaban viento y luz.
En la década de los treinta del pasado siglo, la Guadalhorce
terminó su larga y fructífera vida marinera, inició su última gran singladura
hacía los dominios de Neptuno, en los abismos del mar caribeño. En este
definitivo viaje, fue acompañada de manera involuntaria por la totalidad de la
tripulación y viajeros. Sobre el doloroso naufragio escribió el autor español
Martínez Hidalgo, en su obra “ Del Remo a la Vela” (Barcelona, 1948) <<El naufragio de la corbeta Guadalhorce,
ocurrió a fines de 1932 o principio del siguiente, únicamente hubiera añadido
un nuevo nombre a la lista de aquellos, en realidad no tuviera para nosotros un
significado más doloroso; se trata del último velero de la Marina Mercante
española dedicado a la navegación de altura. Hasta entonces, aún aparecía en
los puertos americanos, de cuando en cuando, un barco de vela arbolando nuestra
bandera. Con él se fue el único superviviente de la flota de Levante>>.
El bueno de don José María Martínez Hidalgo, parece que ignoraba que el Guadalhorce,
realmente representaba a la flota Canaria en el Atlántico, y no a la de
Levante, así como que entre los años 40 y 50, algunos veleros de altura,
continuaron cruzando el Atlántico, transportando en sus bodegas una carga de
desesperados canarios que iban en busca de pan y libertad, en las tierras
americanas.
1867. El Papa de la secta católica Pío IX otorga una bula por la
que obtendrán la indulgencia todos los que visiten en la isla de La Gomera a la Virgen de Guadalupe en su
santuario cada año.
1867 Mayo 15.
Inventario del Castillo de San
Cristóbal en la plaza de Santa Cruz de Tenerife.
Puerta número 1. Su entrada se
verifica por una puerta rastrillo de dos hojas de madera de tea. Tiene
cerradura, cerrojo, llave y tres armellas, dos bullones de fierro con
abrazaderas de lo mismo y un picaporte, girando sobre dados de bronce, con sus
puones de lo mismo. Sigue un patio empedrado con una acera de dos hileras de
losas. A mano derecha hay un poyo de mampostería, un tendal todo de madera de
tea con un pié derecho de lo mismo y cubierta de teja vana, y debajo de éste,
una escalera de cantería de diez escalones, orinadero y un caño de desagüe.
A mano izquierda del anterior
patio hay una escalera de tres escalones de sillería por la que se sube al
patio del algibe. A mano izquierda otra que tiene otra escalera de seis
escalones, que conduce á la banqueta que rodea dicho patio y al fin de ella,
tres escalones para bajar a la entrada de este patio se halla el algibe que es
de 17 mts de largo por 6 de ancho y 5 de profundidad, con su brocal y horca de
madera de tea, hojas envisagradas. Debajo de la banqueta hay una pequeña pila
que servía en otro tiempo para repartir el agua al público. El muro de la
banqueta tiene setenta y dos almenas.
Recinto
Puerta número 2. Se entra por una
puerta de dos hojas de madera de tea, que tiene dos abrazaderas de tea, un
cerrojo, tres armellas con cerradura y llave y gira sobre dados de bronce y
puones de id. En el muro y á los lados de esta puerta hay cuatro aspilleras. Dá
entrada á un segundo patio también empedrado con dos hileras de baldosas.
A mano izquierda hay un poyo para
plantas y un armazón de madera de tea con su techo cubierto de teja y cal, el
que contiene una destiladera con su piedra correspondiente.
Número 3. Aliado de la
destiladera se encuentra una puerta de dos hojas con cerradura y llave,
picaporte con llamador de metal, una ventana á cada lado de la puerta de dos
paños de vidriera con 16 vidrios y persianas de dos hojas con sus pasadores, 8
clavos con sus cadenillas para sostener las vidrieras. A su frente tiene un
marco de luz con dos hojas de vidrieras con dos vidrios cada una, dos picaportes
y dos hojas de persianas. A su izquierda tiene una alacena con puerta de dos
hojas con cerradura y llave y aldavilla y tres tablas de entrepaños. El
pavimento de este cuarto es de losas cuadradas y el techo de cielo raso.
Número 4. En el interior del
cuarto anterior, á su mano derecha se halla una puerta de dos hojas envisagrada
y tiene cerradura, llave, pasador con picaporte con perillas de metal, y dá
entrada á un cuarto de 6 por 4 mts, su piso sollado de tablas de pino y techo
de cielo raso. A su izquitrda tiene un marco de luz de dos hojas de vidriera y
dos persianas envisagradas y una aldaba para cerrarse. A la derecha é izquierda
de la puerta de entrada se hallan dos ventanas con dos hojas de persiana cada
una, y en el centro de estas ventanas, se halla una puerta de entrada (número
5) que es de dos hojas envisa- grada con cerradura y llave y un pasador y
picaporte con perillas de metal dorado. Las Puertas, ventanas y persianas tanto
de este cuarto como las del anterior son de madera de pino y se hallan pintadas
al óleo.
Número 6. Cuerpo de Guardia de la Tropa.- Saliendo
del anterior cuarto á mano izquierda se halla otra puerta de dos hojas de
madera de tea con dos cerrojos, cerradura, llave y un pasador que gira sobre 8
alcayatas todo de hierro dá entrada á una habitación de 10 mts de largo por 4
de ancho, su piso de losas cuadradas y su techo de cielo raso. A su izquierda
se hallan dos aspilleras. Contiene un tablado dormitorio que ocupa todo el
largo de la habitación, con su correspondiente cabezal: es de madera de pino,
montado sobre caballetes de madera de tea. A su izquierda se encuentra otro
tablado pequeño para el Sargento de guardia.
3. Recinto
Entrada principal Número 7. Se
efectúa por un hueco de sillería viva de 2,23 mts de ancho por 2,50 de alto,
con dos hojas de madera de tea que giran sobre dados y puones de metal: tiene
dos abrazaderas de hierro cada hoja con cerradura y llave y dá entrada á un
vestíbulo que es de 3,70 mts. de ancho por 6,70 de largo. Su piso es de
sillería azul y su techo de cielo raso, y en el centro de este hay una roldana
para colgar un farol.
Almacén número II. A mano derecha
de la anterior puerta, se halla otra marcada con el n° II: es de dos hojas de
madera de tea, con cerrojo, cerradura y llave, un pasador útil y otro inútil,
que gira sobre dados y puones de hierro y dá entrada al almacén de figura
irregular que es de 19,20 mts. de largo por 4,20 de ancho término medio, su
piso en parte enlosado y parte encalladosado. Este almacén se halla también
dispuesto para cuadra de caballería y en su piso se hallan formadas las canales
para que corran los orines: en sus paredes se hallan 23 palomillas dobles que
sostienen 178 mts lineales de tabla mochilera en dos andamios, y en su techo 30
alcayatas de hierro. También tiene 6 pesebres de madera de riga que pueden
contener 16 caballos. Dichos pesebres se hallan montados sobre palomillas de
madera, empotradas en la pared sus barbadas y divisiones, se hallan sus
relnates forrados con chapa de hierro y en el centro de ellos una anilla
empotrada también en la pared para amarrar el caballo.
Calabozo número 8. Al frente de
la anterior puerta, se halla otra marcada con el n° 8, es de dos hojas de
madera de tea, tiene cerrojo, cerradura y llave y dos pasadores, cuyas hojas giran
sobre puones y dados de hierro sobre dicha puerta hay un marco de luz con 8
barrotes de hierro y dá entrada á una pequeña pieza de 3,35 metros cuadrados
su piso es de losas y su techo, cielo raso.
Almacén número 9. Saliendo de la
anterior habitación á mano izquierda se halla una puerta de dos hojas de madera
de tea con dos cerrojos, dos cerraduras dos argollas para candado y una rejilla
con una cruceta de hierro y dá entrada á una pequeña pieza de 2,50 mts. de
lado; su piso es de tierra y techo de madera. Al frente de la puerta de entrada
tiene otra de dos hojas de madera de tea: tiene cerrojo, cerradura y llave,
gira sobre quicialeras y comunica á una pieza que es de 9,16 mts por 5,85 mts.
de ancho: su piso es de ladrillos en mal estado y su techo de vigas gruesas y
tablas. A su izquierda tiene un marco de luz con reja y dos hojas de madera de
tea envisagradas. Al frente de su puerta de entrada tiene otra pequeña con dos
hojas, de tea; tiene cerrojo, cerradura y llave, 4 armellas para candado y un
aldabón. Dá entrada á una pieza de 7,52 mts de largo por 5.02 de ancho, su
techo y piso como el anterior. A su izquierda hay una reja de hierro con dos
hojas de madera de tea para cerrarla y en la pared del lado Este, una hornilla
con su campana-chimenea.
Oficina número 10. Saliendo del
anterior almacén á mano izquierda se halla otra puerta marcada con el n° 10, es
de una hoja de madera de tea, tiene cerrojo, cerradura y llave, gira sobre
quicialeras y dá entrada á un zaguán que es de 1,50 mts. de ancho por 3,50 mts.
de largo: su piso de madera y su techo de cielo raso. A su derecha hay una
puerta de una hoja envinagrada con cerradura, llave y picaporte, con llamadores
de metal. Dá entrada á un cuarto que es de 3,50 mts. de lado: su piso de madera
y su techo de cielo raso.
A su frente hay un marco de luz
con reja de hierro y vidrieras envinagradas con 8 vidrios, á mano izquierda
otro marco de luz con una sola vidriera con 8 vidrios.
Saliendo de la anterior
habitación á mano derecha se halla un hueco con una hoja mampara envisagrada
con cerradura, llave y su picaporte con perilla de metal, y sobre ella un marco
de luz con l0 listones de madera: dá entrada á una habitación que es de 5 por 5
mts. con piso de madera y techo de cielo raso: á su derecha hay un marco de luz
con rejas de hierro, una hoja vidriera con 8 vidrios envisagrada.
Almacén número 12.. Saliendo de
la anterior puerta, á su frente se halla otra con el n° 12, es de una hoja de
madera de tea gira sobre quicialeras y se cierra con cerradura y llave. Dá
entrada á una pieza de 6,50 mts de largo por 4,60 de ancho; su piso, dos partes
sollado de tea y una de china. En el centro hay un pié derecho de madera de tea
que sostiene el envigado del techo.
Subida a la batería baja que mira
al mar
Saliendo de las anteriores
habitaciones, continúa una rampa de sillería: á su mano derecha se encuentra un
hueco de madera de tea con puertas con 3 escalones de sillería y 9 de madera de
tea, con sus pasamanos de lo mismo y cubierto de teja. Al fin de dicha escalera
se halla una meseta. En su frente una vidriera de dos hojas envisagrada con 8
vidrios y dos pasadores para cerrarse; á la izquierda, hay otra vidriera de dos
paños con corredera con 6 vidrios cada una y al frente de la anterior vidriera
una puerta de dos hojas de madera de tea con cerradura y llave, un pasador y
picaporte con perillas de metal que dá entrada á una habitación que es de 6,50
mts. por 5,00 con piso de madera de tea y techo de cielo raso: tiene dos
ventanas con dobles hojas envisagradas de persianas y vidrieras y dos pasadores
cada juego de hojas embutidas para cerrarse.
A su derecha hay otra puerta con
dos escalones de madera y dos hoias de lo mismo, envisagradas con cerradura y
llave; dá entrada á otra habitación de 5 por 5 mts, su piso y techo como el
anterior. A su frente, se halla una alacena con dos hoias envisagradas con sus
entrepaños correspondientes y al lado del S. una ventana con dos hoias de
persiana y dos vidrieras, todas envisagradas y se cierran con dos pasadores
embutidos cada juegos de hojas.
Batería Baja que mira al mar.
Bajando de la escalera anterior se encuentra una batería abaluartada que mira
al mar. El baluarte de la derecha tiene un cepo de cantería para balas, una
escalera con 6 pasos para la baqueta alta, dos escusados cerrados con sus hojas
de madera envisagradas, uno de estos para la tropa y otro para oficiales: éste
tiene cerradura y llave. Tiene dos troneras y sus explanadas de sillería, dos
riles de sillería también por cureña de costa y dos banquetas, y á retaguardia
un pasamanos de 6 mts. de largo sostenido por tres Pilares de madera.
Continúa la cortina con tres
juegos de riles para cureñas, giratorias de costa con sus banquetas
correspondientes, y á retaguardia, un cepo para balas. Sigue una pequeña rampa
que conduce al baluarte de la izquierda, y es en todo igual al de la derecha ya
expresado pero no tiene comunes.
Cuarto de Artillero Plantón
Número 27. Bajando del anterior baluarte á mano derecha se halla otra rampa y á
su derecha una puerta de una hoja de tea marcada con el n° 27, con cerrojo,
cerradura y llave, gira sobre quicialeras y dá entrada á un cuarto de 6.60 mts.
por 4,20. Su piso de ladrillos y losas y su techo de vigas: tiene dos vidrieras
con verjas de hierro.
Cuarto número 28. á la derecha de
la anterior puerta se halla otra de una sola hoja de madera de tea, con
cerradura y llave, gira sobre quicialeras y dá entrada á un cuarto que es de 9
mts de largo por 4 de ancho, su piso de losas y su techo de vigas y tablado de
tea: tiene dos ventanas pequeñas que se cierran con hojas envisagradas.
Cuarto del Vigía número 29. Al
salir de la anterior habitación á mano derecha se halla otra puerta de una hoja
de madera de tea, con cerroio, cerradura y llave, gira sobre quicialeras y dá
entrada á un cuarto de 5 mts. de largo por 4 de ancho. Su piso y techo de
madera de tea: á su frente tiene una rejilla de hierro volada y un marco de luz
con dos barrotes de hierro.
Frente á la puerta de entrada se
vé otra ventana que mira al Norte.
Repuesto de Artillería número 30.
Saliendo del anterior cuarto á mano derecha, se halla una puerta de una hoja de
madera de tea con cerroio, cerradura y llave que gira sobre quicialeras. En el
mismo hueco sigue otra puerta con una rejilla de hierro volada con su postigo
envisagrado, que gira sobre quicialeras y dá entrada á un almacén de 10 mts de
largo por 6,60 de ancho. Su piso de chinas y su techo de vigas y tablas. A su
derecha se
encuentra un hueco que comunica
con otra pequeña pieza triangular; que es de 2,50 mts de base por 6,60 de
vértice. Su piso y techo como lo de la pieza anterior: á su frente tiene un
marco de luz que mira al Naciente.
Batería que mira a la población
Saliendo del almacén anterior, á
su mano derecha, se halla una escalera de 11 pasos de piedra viva con su pasamanos
de madera de tea que comunica á la azotea que ocupa la cortina entre los dos
baluartes, de estos el de la derecha es de sillería y contiene un cepo de
madera de tea que sugeta el asta de bandera que arbola el pabellón Nacional.
En el baluarte de la izquierda,
existen dos escalones de mampostería para subir á la banqueta; en una de ellas
hay un campanario de sillería labrada con una campana de metal de 0.40 mts de
diámetro fundida en Sevilla y con una inscripción que dice: "Santa María,
ora pronobis". Tiene además un escudo Real y una cruz de estrellas.
Entre la garita y el campanario
se halla otro cepo de madera de tea que sostiene un palo con su mastelero y sus
cuerdas correspondientes, herrages y demás accesorios para repetir las señales
que hace el Vigía de Anaga. Además existe un anteojo grande con su caja, el
plano de señales, tablillas, banderas y gallardetes de esta: todo á cargo del
Sargento de Milicias Basilio Domínguez como encargado de dicho destino. Existe
además una Garita de madera para guardar aquellos enseres. El piso de este
baluarte es de hormigón.
Sala y dormitorios
Volviendo de la batería alta á la
baja á mano derecha se halla una escalera de 8 pasos de piedra viva con
pasamanos de madera de tea con 18 balaustres de lo mismo, que comunica á una
puerta de dos hojas (nº 13) de madera de tea con dos postigos con cerradura,
llave y un aldabón macho y hembra todo de hirro que gira sobre quicialeras y dá
entrada á una pieza de 4,50 mts de largo por 4,10 de ancho, su piso de ladrillos
y su techo de cielo raso.
A su derecha hay una puerta de
dos hojas de madera de pino envisagrada con dos pasadores, un picaporte y dos
perillas de metal, que comunica á una sala que tiene su piso de ladrillos y su
techo de cielo raso. A su derecha hay una ventana con dos hojas de madera de
tea; gira sobre quicialeras y tiene tres aldabas; en el exterior de dicha
ventana, hay un antepecho con siete balaustres y guarda-Piso todo de tea.
A la derecha hay otra puerta (n°
14) con cerradura y llave, picaporte y tirador que gira sobre quicialeras y dá
entrada á un cuarto sollado de tea y techo de cielo raso. A su derecha tiene
una ventana de dos hojas con postigos de vidrieras y tiene además dos pasadores
y dos aldavillas para cerrarse.
Sigue un marco de luz con su reja
de hierro y vidriera y dos hojas de madera
envisagradas.
Saliendo del anterior cuarto á
mano derecha hay otra puerta marcada con el n° 15, que es de dos hojas con
cerradura y llave, un pasador y un tirador de hierro. Dá entrada á un cuarto
que su piso es de ladrillos y su techo de cielo raso. A su frente hay una
ventana con vidriera y una rejilla de hierro.
Sala principal. Saliendo de las
anteriores habitaciones á mano derecha se halla una puerta marcada con el n°
16: de dos hojas de madera de tea con cerrojo, cerradura y llave con tirador;
picaporte de metal dorado y gira sobre quicialeras dando entrada á la Sala Principal.
Tiene también la anterior puerta dos postigos, un pasador y aldabón de hierro.
El piso de la Sala
es de ladrillos y su techo de cielo raso. En esta sala á mano derecha hay una
puerta de dos hojas de madera de pino con dos pasadores pequeños, cerradura y
llave, que se halla marcada con el n° 17 y dá entrada á una alcoba en la que
hay una alacena de dos hojas envisagradas, cerradura, llave y dos pasadores con
tres entrepaños. A su izquierda hay una ventana con dos hojas de vidrieras y
dos persianas que se cierran con dos pasadores de hierro. Las persianas tienen
fuera dos aldavas para sugetarlas. El piso de esta habitación es también de
ladrillos y el techo de cielo raso.
Volviendo á la Sala, en la parte que mira á la Plaza hay una ventana con
vidrieras y persianas como las anteriores.
Comedor. á la entrada de la Sala anterior á mano
izquierda se encuentra una puerta envisagrada de dos hojas y se cierra con dos
pasadores de hierro y un tirador: dá entrada á una pieza que su piso es de
ladrillos y su techo de cielo raso. A mano derecha tiene una ventana con
vidrieras y persianas igual en todo á las anteriores.
Al frente de la anterior puerta
se halla otra marcada con el n° 19 que es de una sola hoja y se cierra con dos
cerrojos, uno por cada lado. Dá entrada á una pieza de figura triangular; con
el piso de ladrillos y techo de cielo raso: á su derecha tiene un marco de luz
con reja y vidriera.
Almacén. Saliendo de la anterior
habitación se halla una puerta de dos hojas con cerrojo, cerradura y llave que
gira sobre dados y puones y está marcada con el n° 20. Dá entrada á un salón
que su piso es de losas y su techo de cielo raso. A su derecha tiene una
ventana con reja de hierro y dos hojas de madera de tea envigados, que se
cierran. con pasadores de hierro.
A su frente tiene un tabique de
tablas de pinsapo de 6 mts de largo por 2 de alto con una hoja de puerta
envisagrada y se cierra con cerradura, llave y un pasador; y en la parte
interior un marco de luz.
Almacén número 21. Junto á la
puerta de entrada al anterior almacén y dentro del mismo se halla otra puerta
marcada con el n° 21, de una sola hoja, que gira sobre dado y puón de hierro y
dá entrada á otro almacén: su piso es de hormigón y su techo de vigas y tablas,
y tiene en su frente y costados dos marcos de luz sin puerta ni reja.
Cocina número 22. Saliendo del
anterior almacén á mano derecha se halla una puerta de una sola hoja marcada
con el n° 22, que tiene cerrojo, cerradura y llave, gira sobre dados y puones y
dá entrada á la cocina de piso de losas y techo de cielo raso. A la parte Norte
tiene dos ventanas las que cierran con dos hojas de madera envisagrada y dos
pasadores. Siguiendo por la derecha en la pared que continua, se ha colocado
una tabla con dos alcayatas de 2,40 mts de largo por 0.40 de ancho: tiene 23
alcayatitas de hierro para colgar el servicio de cocina. También hay una mesa
de madera de pino de 1,90 mts de largo por 1,00 de ancho y tiene una gaveta con
su perilla de cristal. En la parte del Sur hay una cocina de hierro dulce con 6
hornil1os de 2,00 mts de largo por 0,60 de ancho, con su pié derecho que la
sostiene y su frente se halla forrado de ladril1os de colores. En la pared que
sigue se halla un fregadero de madera de tea, forrado de zinc con su caño de
plomo para desagüe: se halla sostenido por dos tornapuntas también de tea y
encima se han colocado 16 ladril1os también de colores y un losero de madera de
pino con dos gavetas con sus perillas de metal, que tiene 1,50 mts de largo por
0;80 de alto.
Patio del Algive. En el mismo
lado hay una puerta de dos hojas envisagrada con cerradura, llave, dos
pasadores de hierro que dá salida al patio del algibe. El piso de este es
enlosado y el brocal de dicho algibe es de canterria con su aro y puerta de
madera de tea. Debajo del techo que cubre el algibe, se halla un escusado
cerrado por un tabique de madera de 1,80 mts de largo por 1,50 de ancho y 1,90
de alto; tiene una hoja envisagrada con su cerradura y llave y un pasador de
hierro: tiene cielo raso. El escusado lo forma un poyo de madera de tea y
agujero inodoro con su manubrio de madera y metal con su tapa correspondiente;
á su derecha hay un cajón para papeles y á la izquierda una alacenita para
depósito de escupideras.
Sobre el asiento hay un marco de
luz con vidriera envisagrada; á la izquierda del escusado se ha colocado un
cajón forrado de lata por dentro, montado sobre dos palomil1as de madera de tea,
para depósito de agua, la que pasa al escusado por un caño de plomo.
Carbonera número 24. Junto al
algibe anterior, está una puerta de una hoja marcada con el nº 24, con
cerradura y llave y dá entrada á un pequeño cuarto que sirve de carbonera, cuyo
piso es de losas y el techo de madera. También existe al lado de la puerta
anterior una pila de piedra de lavar.
Almacén número 25. Unida á la
anterior puerta hay otra marcada con el n° 25: es de madera de tea con una
hoja: se cierra con cerrojo, cerradura y llave: gira sobre visagras y dá
entrada á un Almacén: su piso empedrado y su techo de vigas y tablas: tiene un
marco de luz con reja de hierro que mira á la Batería baja. Saliendo del
anterior almacén á mano derecha se halla una puerta de dos hojas envisagrada y
se cierra con tres pasadores de hierro y marcada con el n° 26. Dicha puerta
comunica á la escalera de los cuartos altos.
Santa Cruz
de Tenerife á 15 de Mayo de 1867. (En: José María Pinto de la Rosa, 1996)
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