sábado, 13 de octubre de 2012

CAPITULO III: DE LA ANTIGÜEDAD AL SIGLO XV.



EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

 

CAPITULO III: DE LA ANTIGÜEDAD AL SIGLO XV.


1491 - 1500


1497. El Papa Alejandro VI, por la bula lneffabilis e Summi, de Roma, al de junio de
1497, atiende a la petición anterior de Don Manuel I de Portugal.

1497. Pedro de Estopiñán conquista Melilla para Castilla el 17 de septiembre de 1497.

1497. Don Manuel I de Portugal protesta ante el Papa de la concesión de África

1497. Fernán García, Clérigo de la secta católica, le decían también Hernán y Fernando Parece haber sido natural de Alcaraz. Dicen que «en Alcaraz se echó con su cuñada, mujer de su hermano y fue traido preso a Castilla de donde oy dezir que le soltó un clérigo y se pasó a Canarias». Había nacido en 1459 y en 1497 vino a Canarias con el Adelantado Alonso de Lugo, que regresaba de la Corte española. El Adelantado le trataba de «compadre». Fue beneficiado de Eguerew (La Laguna). Se le dio data sin haber sido conquistador, y fue vicario de Tenerife a partir de 1510.

Tuvo datas en 1504 (Adeje), 1501 (La Laguna), 1511 (La Laguna), 1513 (San Lázaro y otra) «como vamos a Taoro», 1514 (solar en La Laguna), 1522 (Icod). El beneficiado y Vicario tuvo una manceba, Isabel del Castillo, que le dio cuatro hijos: María García Izquierdo, que casó en 1517 con Juan Cabeza y tuvo en dote toda la hacienda del Carrizal; Luis y Diego y Pedro García Izquierdo. Fernán García actuó como testigo.
1497.
Según la historiográfia oficial colonial el cultivo de la viña en la isla Chinech (Tenerife) fue introducida por los colono europeos, en concreto apunta que fue el colono portugués Fernando de Castro quien inició las primeras plantaciones de viñas en el año 1497, un año después de que los españoles dieron por sometida la Isla. Sin embargo, trabajos arqueológicos llevados a cabo por la doctora María del Carmen del Arco Aguilar, atestiguan la presencia  en la Isla Chinech (Tenerife) de la Viti Vinifera en las excavaciones realizadas en Icod y Tegueste, las semillas extraídas en dichos yacimientos sometidas al análisis del Carbono 14 arrojaron una antigüedad de 380 años antes de la era occidental actual.
1497. Segunda fundación de la torre de Puerto Cansado. Estos últimos hechos ocurrían tras la reconstrucción de la torre en 1497 por parte del masacrador Alonso Fernández de Lugo (el adelantado), esta vez con carácter de realengo y mucho mejor pertrechada de artillería, guarnición y materiales traídos de las islas recién conquistadas Benahuare (La Palma) y Chinech (Tenerife). De igual manera, el Adelantado y los conquistadores pagarían alto precio a su insaciable afán de lucro. Allí murieron Pedro Benítez, regidor de Chinech (Tenerife), y Francisco de Lugo, sobrinos de  Alonso de Lugo, y algunos dicen que hasta su propio hijo Fernando. Entre tanto, ya se habían producido durísimos y sangrientos enfrentamientos entre Inés Peraza, viuda de Diego de Herrera, y su enemigo acérrimo Alonso Fernández de Lugo, por el control de la importantísima zona extractora de esclavos. El  avaricioso y deshonesto adelantado le asestaría un duro golpe a doña Inés al casarse con la no menos tristemente célebre asesina Beatriz de Bobadilla, viuda de Hernán Peraza. En fin, lo cierto es que la torre, después muchos avatares se mantuvo en pie hasta 1527 en que fue totalmente desmantelada y abandonada tras un definitivo ataque de los imazighen, no sin antes haber servido, en esta segunda etapa, de base para un intensísimo tráfico de esclavos y comercial.
1497. La enseñanza pública en la colonia del Archipiélago Canario estaba reducida á la que daban los Sacristanes en cada parroquia, donde les estaba prevenido, por las constituciones sinodales del Obispo Muros, las cuales disponían que los colonos enviasen á los niños a leer y escribir, les adoctrinasen en los mandamientos de la Iglesia católica, haciéndoles signar y santiguar, y les exhortaran á tener buenas costumbres, y apartarse de los vicios.

Pero, sin tener en cuenta que nunca se Cumplía con ésta saludable institución, los padres eran los primeros que no cuidaban de enviar sus hijos á estas escuelas parro-quiales, ni 1os Sacristanes tenían empeño en hacerlo, careciendo en general de voluntad y de instrucción para tan delicado empleo.

La  ignorancia era, pues, completa y general en todas las clases, sin que hubiese mas foco de enseñanza, que una clase de latinidad, que estableció el Cabildo eclésiastico y que siguió regentando uno de sus Racioneros, frecuentada solo por los que aspiraban á los altos puestos jerárquicos del clero secular en la colonia. (A. Millares Torres; 1981)

1497. El colono esclavista Mateo Viña mandó esclava canaria al Puerto de Santa María, comprada por el duque de Medina, en 14.000 maravedís. El 9 de abril de 1553, su hijo adquirió esclavo indio, llamado Francisco, caro pues costó 100 ducados o 37.400 maravedís.
En Sanlúcar aparecen indios libres, ejerciendo de costaleros, "palanquines" y otros oficios menores, habiendo residido las hijas mestizas de Cortés, por ser el Guzmán su tutor.
Tuvo ministriles aztecas, regalo del conquistador de Méjico, que en 1540 se reintegró a su patria, arrastrando con Pedro de Montezuma, señor de Tula, heredero del difunto emperador. El duque alquiló casa, alojándole con sus caballeros cerca de un año, hasta que fue llamado a la corte, donde recibió condado y rentas en su patria de origen, con prohibición, transmisible por herencia, de volver a pisarla. Una condesa, coetánea de Carlos II, recibió privilegio para importar especies y cacao mejicano, francos de derechos, aprovechando la corona la merced, para documentar versión insólita de la conquista: el emperador regaló su imperio a Carlos V, por su propia voluntad y de pura admiración.
1497. Cerradas las cuentas en junio de 1497, se ingresaron 1.729 maravedís, procedentes del quinto de los rescates, que hicieron Inés Peraza y el Obispo de Canarias, mientras duró la obra. En el capítulo de quiebras, aparece "mozo berberisco", valorado en 10.000 maravedís.

Lo reclamó el rey de Portugal, porque siendo su vasallo, no podía ser esclavo. Creada la alcaidía de Santa Cruz de la Mar Pequeña, con 100.000 maravedís de tenencias, se agregó al gobierno de Tamaránt (Gran Canaria), dando a ganar el barco, que enlazaba la "isla" con Santa Cruz, en el primer año de actividad, 4.799 maravedís. Fajardo se proveyó de mercancías, en Guiniwada (Villa Real de las Palmas), para iniciar los rescates, apareciendo en los libros de Cristóbal de la Puebla, escribano "e contador de las cosas de Berbería", 44.849 maravedís, pagados a Jordán, por portes con su carabela, a la Mar Pequeña, en el curso de los tres meses, que vivió el gobernador. Falleció en Santa Cruz, a primeros de enero de 1497, con tiempo para testar, pues dejó manda a Diego Ramírez, teniente de alcaide de la torre, que "fizo en Bervería, do dizen la Mar Pequeña". Elvira de Narváez, que quedó en Tamaránt (Gran Canaria), sacó de la caja real 20.691 maravedís, para arrendar carabela, yendo a Santa Cruz, con gente de guerra y vituallas. La siguió su hermano Rodrigo Narváez, en barco menor, pues cobró 13.600 maravedís, quedando en la torre, como alcaide accidental.
El óbito de Fajardo, pudo estar enmarcado en una revuelta, pues de lo contrario carecería de sentido que Alonso Fernández de Lugo, entonces en Tenerife, fuese comisionado y fletase tres carabelas, con armas y bastimentos, para los "que estaban en nuestro servicio, en la Mar Pequeña". Costeando Tierra Firme, avistó rada tentadora, en plena conquista de Portugal. Desembarcando, inició la construcción de torre "sobre el agua", no tardando en aparecer Diego da Silva, que guardaban la costa por Manuel I, con ocho carabelas, dotadas de "mucha artillería". Sorprendido en tierra, Lugo perdió pertrechos y embarcaciones, en lugar frecuentado, pues pudo reintegrarse al hogar por sus medios, maldiciendo a la Peraza, a la que acusó de haber dado el soplo. (L. Al.Toledo)

1497. fol. 3 r. 1.-[Ervaje] de vacas.

Mandaron e ordenaron los dichos s[eñores ] I vaca de ervaje todos los] 497
que las tie[nen no] I biven en ella de oy en adelante en cada …..I de la [tierr]a
treynta mrs. que es su comieriço I nal.

[ Ervaje ] de vacas de los que no biven en la ysla.

Fué ordenado sobre esto por el Señor governador y el Alcalde I mayor y
Alonso de las Hijas todos acordaron y votaron en I xxx mrs., digo xxx mrs.

[Ervaje] de vacas.

El Teniente viejo e Gerónymo de Valdés e Lope Fernandes e Cristóvall
de Valdespyno votaron a xx mrs. I

….Señor Governador confirmó con los dichos Alcalde y Alonso de las
Hijas I sen xxx mrs. para los propyos de la tierra I

…..Governador con los señores del Cabildo quedaron…. las yeguas a
quarenta y dos mrs.

…..fol.3 v. mandaron los dichos señores que paguen I por cada vaca tres mrs.
.....[Tru]gillo e Lope Fernandes e Cristóval [de VaIdespino] e AIonso de  las Hijas e Fernando de Llerena e se I hordenamiento de las vacas,
[marld]aron que sea esecutada dicha …..I que se cobre por cabeça de vaca herrada a xx y por yegua xxx I para los propios.

2.-…. ervaje y para matar en la carnecerfa.

Y los puercos que ovyere de vecinos que biven fuera desta ysla….I to vieren aquí las dichas crianças se maten en la carnecería I y las que traxeren ala  ysla las puedan sacar….. y sy I los sacaren que paguen por cada cabeça xv mrs.

3.-Herretes.

Fué acordado y mandado por los señores del Cabildo que Lope I Fernandes, regidor tenga el herrete e ninguno no sea [ osado de] enbarcar cueros syn herretear los cueros…. I dellos presente Juan Delgado porque conosce los….. I herretes ninguno s y no diere de quien comprara los cu[ eros ].

4.- por mayor.

Mandaron e ordenaron los dichos señores….. I vender ningund puerco entero sal[ vo ] I …..I la carnecería so pena de dos milI mrs.

(Nichil) 2 fol. 4 r.

5.-y condición que sea no sea osado de pegar fuego de un cabo a otro en ….I casa a otra so pena de cientaçotes e qualquiera que pusiera fuego….. I si heziere algund dapño que muera por ello.

6.-Vagamundo (nichil, que ay ley del Reyno).

Asy mesmo ordenaron que qualquiera onbre de qualquiera [ condición, que sea que] I no tenga hazienda en que bevir y entender que trabaje o se ponga I a soldada en manera que non hande fecho vagamundo, so pena I que el que asy se thomare holgando syn estar a soldada o syn justo I impedimento le darán cientaçotes.

7.-Procuración (nichil).

Asymesmo ordenaron que ningund vecino desta ysla no sea osado …..I procuración de; ningund estrangero so pena que el que la tal [pro] I curación tomare la demanda será ninguna e yncurrirá en pena de se I yscientos mrs. (Acuerdos Cabildo colonial de Chinet (Tenerife)  v. I:1-2)


1497.
Asentamiento europeo en La Orotava: primeros repartimientos de tierras y aguas usurpadas entre los invasores conquistadores y colonos.

En los últimos años hemos asistido a la celebración del 500º aniversario de las “fundaciones” de diversas ciudades de la isla de Tenerife, acontecimientos que han apoyado su alegato histórico en documentos de los que cada quien conocerá su procedencia y su argumentación histórica. Así, por ejemplo, Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, Los Realejos y algunos municipios más ya han superado en su historia, del cual quedan en el recuerdo los avances que tales conmemoraciones aportaron a sus respectivas ciudadanías.

La Villa de La Orotava ha esperado pacientemente su turno para unirse a este tipo de festividades, ya que no ha sido fácil encontrar la prueba perfecta, esto es, el documento preciso que dé al evento una credencial de autenticidad. Sin embargo, hemos de precisar que La Orotava, en tanto que pueblo constituido, es un hecho demostrable desde el año 1497, puesto que el Valle de Taoro fue reconocido de modo inmediato por los conquistadores (estando a la cabeza el Adelantado Alonso Fernández de Lugo) como un lugar fértil donde la tierra estaba bien regada por las aguas del río de Aguamansa, que descendían perfil abajo desde las cumbres de Tenerife. A esto se suma el hecho de que Fernández de Lugo y su familia supieron hacer una abundante reserva de un territorio que, anteriormente, había pertenecido al menceyato más importante de Tenerife.

A partir de la pacificación de la isla, los años 1496 y 1497, los nuevos colonos se afincaron por cuenta propia en los terrenos que hoy conforman el municipio de La Orotava. Esto no sólo tuvo que haber resultado una tarea pesada, sino que también, probablemente, estuvo llena de impedimentos y dificultades que, sin lugar a dudas, obstaculizaron la labor de aquellos hombres en un paraje agreste que nunca había sido roturado y, mucho menos, urbanizado. De hecho, el concepto de población como tal no se verificaría hasta 1506, año en el que Ortiz de Zárate propone la definición urbanística, pues todo lo que allí hubo entre estas fechas fue una colonia asentada de forma caótica, según indican los propios documentos de dicha época, los cuales han sido revelados por los historiadores más reconocidos.

Una vez consideradas las distintas propuestas para la celebración de la fundación de La Orotava, hemos apostado por la que lleva el título de "Lustro Fundacional (2002-2006)", que toma como fecha de arranque el 10 de enero de 2002, día en el que, tras quinientos años, se conmemora el mayor reparto de tierras que se hizo en nuestra villa.
Es difícil decir como nace una población.En este caso el elemento determinante fue el poseer agua,condición necesaria para establecer los ingenios azucareros y los molinos harineros.Ambas industrias son sin duda el símbolo de la nueva población.La Orotava, al contrario de otras lugares de Tenerife, no se fundó ni mediante una misa de campaña ni a través de la fórmula de un acto religioso de acción de gracias, sino que para ello se hizo uso de un Acta de Distribución de Bienes Naturales (tierras y aguas) que establecía un vínculo de propiedad, lo que en realidad es mucho más significativo y veraz que cualquier otro acontecimiento ejecutado con solemnidad. Es decir, se posee un acta notarial y lo que ella comporta, que es, en este caso, la verificación de la fecha de adquisición de unos determinados bienes. Además, son conocidos los beneficiados y los lotes de tierras que a éstos se les atribuyó, datos que nos permiten hablar con nombres y apellidos de unos fundadores que formaron un grupo de vecinos que daba forma a la anhelada vía pública que en este momento de la historia nos preocupa.
Por otra parte, tenemos noticias muy fiables acerca de la polémica que tal reparto suscitó y acerca de cómo muchos de aquellos conquistadores, lejos de quedarse callados, alzaron la voz y reclamaron a la Corona lo que los Reyes Católicos les habían prometido por boca de Alonso Fernández de Lugo. Ello propició la apertura de un pleito legal entre los vecinos de La Orotava contra el Adelantado, pleito que se vería concluido en el año 1506 con la llegada del Juez reformador de Ortiz de Zárate, que puso el punto final a este asunto.

Si atendemos a los hechos históricos, nos daremos cuenta de que la fundación de La Orotava no se produjo en un año, sino que, más bien, estamos ante un proceso de desarrollo paulatino de cinco años, en el que los acontecimientos se fueron sucediendo hasta que se halló una fórmula correcta y adecuada que contentó a la mayoría de los vecinos. Además, debemos contemplar que en este interesante lustro tuvo lugar tanto la fundación de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de La Concepción como los repartos del barrio de Higa, hoy La Perdoma, que, al igual que La Orotava, fue fundada en este periodo de tiempo.

Así pues, tomando como base estos datos, el Excmo. Ayuntamiento de La Orotava se ha animado a dar forma con ilusión y entusiasmo a una propuesta ambiciosa como es la de fomentar un Proyecto Cultural que celebre la Fundación de La Orotava, pero no en una fecha puntual sino durante todo un lustro, para conmemorar cada uno de los eventos que acontecieron entre los años 1502 y 1506.

De este modo, se le ha dado a esta efeméride el título genérico de:

500º Aniversario lustro fundacional 82002-2006) La Orotava fundación de La Orotava.
El extenso territorio que actualmente ocupa la Villa de La Orotava formó parte en su día del Menceyato de Taoro, uno de los nueve en que estaba dividida hasta el año 1496 la isla de Tenerife. Éste estaba gobernado por su rey Benitomo,  Bencomo o Benchomo, en el que recaía la máxima autoridad insular cuando se produjo el enfrentamiento entre los invasores conquistadores y el pueblo indígena guanche. Bencomo era el soberano de Taoro,el más rico y poblado menceyato y como tal la cabeza del pueblo aborigen.
Tras producirse la muerte de Bencomo en la batalla de La Laguna, el mando recayó en su hijo Bentor, quien, frente a una más que evidente derrota, decidió suicidarse antes de caer cautivo en manos de sus enemigos.

Los sucesos de la invasión y Conquista de Tenerife y la incorporación de estas tierras por  la Corona de Castilla se produjeron a una velocidad de vértigo; el enfrentamiento entre ambos bandos duró sólo un par de años, puesto que en 1494 se iniciaron las hostilidades que se dieron por concluidas en su totalidad en 1496.

A continuación, el conquistador principal, Alonso Fernández de Lugo, pasó a hacer efectivo el acuerdo a que había llegado con los Reyes Católicos, poderes conferidos en Almazán (Soria) el 5 de Noviembre de 1496,en relación al reparto de tierras y aguas de la última isla conquistada, la isla de Tenerife. Así, el territorio insular pasó a convertirse en un botín de guerra que tenía inicialmente varios propietarios, como eran los banqueros y armadores que habían financiado la campaña y, lógicamente, los militares que la habían llevado a cabo. De esta manera, los repartos se efectuaron oficiosamente en el día siguiente a la pacificación y finalización del conflicto bélico. El día 5 de noviembre de 1496, Alonso Fernández de Lugo emprende la tarea de los repartos y, aunque inicialmente se le quiso imponer un fiscal regio que velase por una justa distribución, lo cierto fue que se quedó por único repartidor de las datas en las Islas de Tenerife y La Palma.

En lo que respecta al Valle de Taoro, debemos puntualizar que el propio Adelantado se cuidó mucho de sus allegados y él mismo dispuso de una zona importante de terreno, de la mejor tierra agrícola de la isla. Se trataba de un territorio fértil con abundante agua que tenía salida fácil por mar y que curiosamente había sido cuna de su más poderoso enemigo, el mencey Bencomo.

Dichos repartos reciben el nombre de datas, esto es, el documento de asiento que da raíz jurídica a una propiedad privada. Las datas de Tenerife son muy conocidas por los historiadores y hubo que esperar al año 1957 a que el profesor Elías Serra Rafols comenzara a hacerlas públicas entre las páginas de la Revista de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna. En ellas se expresan básicamente los siguientes conceptos:

Personalización del datante: el Adelantado Alonso Fernández de Lugo.

Personalización del datado: nombre y apellido del beneficiario.

Descripción y cuantificación de la data: extensión del terreno y caudal de aguas que pasan a ser de dominio privado del datado.

Lugar y fecha de la datación.

Estos datos, que a simple vista pueden resultar baladíes, ofrecen un cuerpo documental de máxima importancia y veracidad en nuestro alegato histórico, pues de la de su simple lectura podemos deducir que, el Valle de Taoro y, más concretamente,
La Orotava -denominada también Araotava, Arautava, Orutava, Arautápala...- aparece como un lugar repartido desde los primeros momentos del evento. Es más, La Orotava, como asiento humano, se instaura ya en el año 1498 cuando se inician las actividades religiosas en torno a la capilla de Nuestra Señora de La Concepción, germen de la iglesia parroquial actual que llegó a ser curato efectivo en el año 1503.

Ahora bien, cabe preguntarnos: ¿cuándo realmente comienza la vida ciudadana, la vida colectiva, un modo de operar y vivir que podamos establecer como el origen real de la actual municipalidad? La respuesta científicamente correcta no existe, ya que, dada la ambigüedad del proceso colonizador, queda al arbitrio e interpretación del historiador el establecer dicho vínculo.

Tras estas premisas, que, sin duda alguna, nos plantean incógnitas, hemos apostado por un proceso fundacional de La Orotava, por una continua colonización que tiene marcados varios hitos históricos y documentales, comprobados desde el punto de vista científico. Es por ello, por tanto, por lo que existen unos preámbulos que nos encaminan hacia una fundación oficial avalada por todo un proceso que se constata en los documentos de carácter notarial como son las datas, es decir, los repartos de tierras y aguas.

Entre noviembre de 1496 y diciembre de 1501 se constata una ocupación esporádica de colonos que eran agraciados con tierras que no guardaban ninguna relación entre sí y que, por supuesto, no estaban definidas como parte de un proyecto global de urbanización. Como contrapartida a esto, no se debe obviar lo ocurrido el 10 de enero de 1502, cuando se celebró en el lugar de Orotava un Cabildo en el que se verificó el primer gran reparto de tierras. Éste resultó masivo y colectivo, y fue llevado a cabo por el propio Alonso Fernández de Lugo en las dependencias de la ya fundada y operativa heredad de Fernando de Castro. En el acto en cuestión, para firmar la legalidad del proceso, estuvieron presentes , además del Adelantado, Hernando de Trujillo, Lope Fernández de la Guerra, Guillén Castellano, Pedro de Vergara, Hernán García (vicario), Antón Vallejo (escribano), Juan Ruiz de Requena (testigo) y Alonso Mata (testigo).
El acto de acudir al reparto y ser beneficiado de una data comportaba o bien la toma inmediata del lote o bien el cumplimiento del requisito siguiente de levantar "casa poblada con su mujer e hijos por tiempo de 5 años y que hasta ser cumplido este tiempo no se puedan vender los heredamientos y bienes". Esta condición que había sido ya redactada mucho tiempo antes, en 1493, tenía como objetivo garantizar el hecho colonial para evitar la más pura especulación con el lote beneficiado. Además, este requisito incomodaba a muchos colonos ya que los ataba o frenaba en sus expectativas personales que estaban fijadas en otros parajes más deseados. Todo ello supuso que algunos datados abandonasen su lote y que, por consiguiente, determinadas porciones de tierra quedasen eventualmente sin propietarios.Las datas no eran privilegio exclusivo de los conquistadores,también podían solicitarlos los simples pobladores.Los datados estaban condicionados a residir y aprovechar la tierra a ellos atribuida.Cuando un datario se ausentaba sin haber roto su tierra,se entendía que abandonaba sus derechos.
Así pues, fueron muy pocas las personas que quedaron satisfechas con las suertes que les habían sido repartidas, lo cual constituyó un hecho que, después de la Conquista, se dio generalizadamente en Tenerife, Gran Canaria y La Palma. Esto trajo como consecuencia que las quejas contra al rey Fernando, ya viudo de Isabel La Católica, fueran cuantiosas puesto que los afectados se veían perjudicados y denunciaban abiertamente la decisión del repartidor de repartidores, Alonso Fernández de Lugo.
En lo que respecta al Valle de Taoro, El Adelantado y su familia se contaban entre los más y mejor beneficiados. De manera que los principales denunciados fueron: Fernández de Lugo, Bartolomé Benítez de Lugo (sobrino), Juan Benítez (pariente), Andrés Suárez de Gallinato (sobrino de su esposa), Jerónimo Valdés, Hernando del Hoyo, Gonzalo del Castillo y otros muchos más que ocupaban fanegadas de un territorio que, a las claras, estuvo mal y sectariamente repartido.

Por consiguiente, se tomó en aquel entonces la costumbre de datar tierras como parte de una política de ocupación colonial y, a aquella primera partición del 10 de enero de 1502, siguió una segunda, el 1 de junio de 1502, una tercera, el 3 de septiembre de 1502 -concentrada ésta en el Pago de Higa, y una cuarta, el 27 de noviembre de 1503: todas bajo la misma tónica y sin contar con que el rey Fernando tomaba el 10 de junio de 1504 la determinación de enviar a Lope de Sosa, gobernador de Gran Canaria, a verificar el estado de los repartos. Así, al tener noticias fiables y al comprobar que las quejas tenían fundamento,el rey católico resolvió destinar a Canarias a un comisario en calidad de Juez Repartidor con el objetivo de enmendar lo hecho por El Adelantado. Este nombramiento recayó en la persona del Licenciado Juan Ortiz de Zárate.
Ortiz de Zárate tomó las riendas de la situación y el 22 de abril de 1506 organizó un juicio que tuvo lugar en la ciudad de La Laguna, convertida en capital regional, y al que tuvieron que acudir todas aquellas personas que fueron reclamadas a título de declarantes. Éstas, en su inmensa mayoría agraciadas con los lotes dados, manifestaron sus quejas por la total ausencia de un orden urbanístico en el lugar de Orotava. Y éste era un espacio mal planificado,pero con calles y edificios,colindates con terrenos en los que los oligarcas impedían el asentamiento de la gente menuda.

Una vez que Ortiz de Zárate escuchó las alegaciones y los testimonios, pasó a hacer sobre el papel algunos nuevos repartos, para lo que expropió a aquellos amos que no habían levantado casas y que no habían permanecido en el lugar los cinco años requeridos.

A este primer paso dado por el juez, le sucedió un segundo efectuado sobre el terreno mismo para atender las demandas de los pequeños propietarios, esto es, de los "desprotegidos" que pretendían poseer parcelas dignas en las que emprender una vida futura.

Juan Ortiz de Zárate llegó a La Orotava el 15 de marzo de 1506 acompañado de un agrimensor y de un medidor de aguas, Pedro de Escalona y Alonso Galán, respectivamente. Éstos comenzaron por conocer el estado de las aguas de abasto de la comarca, cuyos nacientes estaban ubicados en los montes altos del Valle de La Orotava. A los pocos días, el 23 de mayo de 1506, tuvieron constancia de una queja formal firmada por 23 personas afincadas en el lugar, a través de la cual era solicitada una serie de solares para levantar viviendas con el objetivo de dar forma definitiva a un núcleo urbano que por razones obvias debía estar en torno a la capilla de Nuestra Señora de La Concepción.

La queja general iba a favor de organizar el espacio desde el punto de vista urbanístico, ya que todos daban por sentado la existencia de una vida comunitaria. Así, Juan Ortiz de Zárate toma conciencia del problema y traza unos límites naturales en lo que se podía denominar "ciudad intramuros".

Definido el espacio habitable, el Licenciado Ortiz de Zárate facultó el capitán Diego de Mesa para "señalar el emplazamiento de la población y acordalar las calles que estaban por abrir". Se estableció entonces que la unidad de habitación fuese 40 pies de frente por 80 pies de largo en edificación cerrada para formar manzanas y que, además, las fachadas principales tuviesen en el frente un solar regular que contase con el doble de largo (fondo) que de ancho (frente).

De manera que este acto, que tiene una importancia trascendental para la Villa, pues se trata de la reformación y reparto gratuito de solares a las clases artesanales y populares
Así es que para confirmar su trabajo, el propio Juan Ortiz de Zárate se dedicó a hacer los repartimientos in situ y concedió los primeros solares acordonados con la única imposición de que el día de San Juan deberían estar levantadas las casas particulares sobre los terrenos que en aquel momento se estaban repartiendo.

A través de los documentos de la época nos ha llegado la noticia de que las calles tenían la anchura de 25 pies y de que la delineación urbanística tomó como eje central la ermita de Nuestra Señora de La Concepción, ermita ya convertida en iglesia a la cual se le había adjudicado sacerdote fijo en el año 1503. Además, los cordeles que definían las nuevas vías públicas debían establecer conexiones con los edificios ya levantados y en uso, de los cuales fueron especialmente considerados los molinos, las sierras y los ingenios que aportaban beneficios a La Orotava.

Un proceso similar al de las tierras ocurrió con el de las aguas: el manantial que hacía factible la vida en aquel rincón de Tenerife, pues la canalización y la distribución de las cantidades necesarias para el regadío y consumo humano fueron parte de la controversia reseñada. Es más, el problema no era tanto el reparto del agua, como la conducción de ésta desde su naciente en los montes próximos de Aguamansa hasta la población; es decir, la canalización regular de ella.

Ya en el año 1501 el propio Alonso Fernández de Lugo encargó a uno de sus allegados, Alonso de Hijas, la construcción de la correspondiente acequia, tarea que no llevó a cabo y que obligó al Adelantado a retomar la propuesta y a encomendar la labor a los portugueses Juan Fernández y Hernando de Castro el día 22 de febrero de 1502. Éstas fueron personas doctas que remediaron la situación, ocasionaron una mejora sustancial para la población allí establecida y proporcionaron adelantos para la agricultura e ingeniería. Pero el conducto no fue hecho a conciencia y las pérdidas de agua crecieron, hasta el punto de ser reclamada su distribución ante Ortiz de Zárate. Éste celebra un Cabildo en La Orotava el 12 de febrero de 1505, acogido en las dependencias del ingenio de López Fernández para tratar el asunto del agua.

Por tanto, el conocido como "Heredamiento de La Orotava" hunde sus raíces históricas en los comienzos de La Orotava. Dicha "institución" cuenta con medio milenio de existencia, según lo demuestran los documentos investigados y publicados por José Peraza de Ayala en su obra " El Heredamiento de Aguas de La Orotava".

1497 Enero 6. Burgos (f. 286). Carta a los gobernadores, consejos y justicias de Gran Canaria, Tenerife, La Palma, La Gomera, Fuerteventura, El Hierro y Lanzarote, para que reciban como obispo de dichas islas a don Diego de Muros, nombrado por Alejandro VI en sustitución del obispo don Fray Miguel, y para que acudan a él con los diezmos y otros derechos que les corresponden. El Rey y la Reina. Almazán. . (E. Aznar; 1981)

1497 Febrero 20. Burgos (f. 207). Merced, a petición de los regidores de Gran Canaria, de que los oficios de dicha isla se renueven cada tres años, en lugar de anualmente.como está legislado en el fuero de Granada dado a dicha isla, a causa del escaso número de personas habiles y de la distancia a la Corte, que retrasa la confirmación de nombramientos. El Rey y la Reina. Parra. Episcopus astoricencis. Johannes. Andreas. Petrus. . (E. Aznar; 1981)

1497 Febrero 20. Una carta del Consejo de Castilla para Tamaránt (Gran Canaria) dispuso que la duración de los oficios «alcaldes ordinarios», un «alguacib), seis «regidores», un «personero» y un «mayordomo», que era mixto de elección y suerte así elegidos no fuera de dos sino de tres años.

1497 Febrero 20. Burgos. Albalá de la reina [Ysabel designando paje suyo a Pedro Fernández de Lugo [Al margen:] Reyna. Paje. Año de I.U. CCCC XC VII.

Pedro Femandes de Lugo Mostró un alvalá de la Reyna nuestra señora fyrmado de su nonbre fecha en esta guisa:

Yola Reyna fago saber a vos el mi mayordomo e contadores mayores de la despensa e ración de mi casa, que mi merced e voluntad es de tomar por mi paje a Pedro Hernandes de Lugo, hijo de Alonso de Lugo, e que aya e tenga de mí de ración e quitación en cada un año nueve mill e quinientos maravedís.

Por que vos mando: que lo pongades e asentedes asy en los mis libros e nominas de las raciones e quitaciones, que vosotros tenedes, e libredes al dicho Pero Hernandes los dichos maravedís en este presente año de la fecha deste mi al- valá, e dende en adelante en cada un año, segund e quando librades a las otras personas de mi casa, que tienen los semejantes- maravedís; e tomad en vos el treslado desta dicha mi alvalá e asentadle en los dichos mis libros; e dad e tornad ese original, sobreescrito e librado de vosotros, el dicho Pero Hemandes.

E no fagades ende al. Fecho en la cibdad de Burgos, a veynte días del mes de hebrero año del nascimiento de nuestro señor Ihesu Christo de milI e quatrocientos e noventa e siete años.=Yo la Reyna.=Yo Juan de la Parra, secretario de la Reyna, nuestra señora, lo fise escrevir por su mandado.

Fue sobreescripta, llevóla en su poder como se asentó en los libros. Año de XCVII
Librados al dicho Pero Femandes los dichos IX U CCCC maravedís por nomina fecha a III de abril de XCVIII en el situado. =Francisco de Madrid.
[Al margen:] IX U CCCC.

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