INTRODUCCIÓN
“La ponencia que
presentamos es el fruto de una investigación realizada por un grupo, que se
propone demostrar que la colaboración y el trabajo en equipo son posible y
necesario. Un grancanario, un palmero y un tinerfeño nos hemos unido en el
presente trabajo para dar a conocer los hechos sobresalientes de otro canario,
un lanzaroteño.
Como su título indica, el
presente trabajo no pretende ser más que una aproximación al talante
intelectual de don Elias Zerolo y Herrera; y, por tanto, resulta obvio que se
nos queden en el tintero muchas cuestiones que plantear y resolver. Sin
embargo, este acercamiento no excluye, a nuestro entender, un deseo de rigor en
nuestros planteamientos; y, por supuesto, un anhelo de que estas modestas
páginas se vayan incrementando con el paso del tiempo, según vayamos
encontrando fuentes documentales que llenen algunos vacíos existentes en su
vida. De todas formas, no es nuestra intención realizar una biografía
literaria, sino una biografía intelectual y política, más cercana al terreno de
las ideas políticas y de las mentalidades.
Así pues, hemos centrado
nuestra atención en tres puntos fundamentales:
I. Apuntes biográficos de
don Elias Zerolo y Herrera.
II. Elias Zerolo y Herrera y
la Revista
de Canarias:
II. 1. La Revista de
Canarias: origen e importancia.
11.2. Producción
periodística: sus artículos en la
Revista de Canarias.
11.3. Comentario ideológico
de sus artículos.
III. Elias Zerolo: entre el
republicanismo y el socialismo utópico.
A la consideración y
crítica del lector dejamos lo que sigue, ya que la historia, su construcción,
es labor de todos.
I. APUNTES BIOGRÁFICOS DE
DON ELÍAS ZEROLO Y HERRERA
En la vida de Elías Zerolo
y Herrera podemos distinguir cuatro etapas:
1.' 1849-1871. Corresponde
a su infancia y juventud vividas en su Lanzarote natal, desde donde se
trasladará a Tenerife con su familia. Colaborara tempranamente, como
periodista, en el periódico republicano tinerfeño La Federación. Fue
uno de los cuarenta fundadores del Gabinete Instructivo, en la noche del
19 de mayo de 1869 y muestra, como veremos más adelante, unas ideas
republicanas cercanas al socialismo utópico, que le llevarán a escribir sobre
temas sociales y a fundar la
Sociedad Joven Democracia.
2.' 1871-1876. Durante esta segunda etapa emigra hacia América del Sur,
regresando a Tenerife en 1876. 3/ 1876-1882. A este tercer período de su
vida pertenece su última estancia en las islas En 1878 funda la Revista de
Canarias, que supone una aportación de primer orden en el desarrollo
intelectual del Archipiélago. 4.' 1882-1900. Exilio en París, donde será
traductor y director literario de la Editorial Hermanos
Garnier. Se relacionará con otro canario ilustre,
don Nicolás Estévanez y
Murphy y, como éste, se convertirán en entusiastas admiradores de Pi y Margall
y los republicanos federales. Sin embargo, una faceta que lo distinguirá de
Estévanez viene dada por su pertenencia a la masonería.
Elias Zerolo muere en París
el día 1 de julio de 1900, a los 51 años de edad. En efecto, cincuenta y un
años son el resultado de una vida dedicada a la justicia ' y al duro trabajo de
escribir. En palabras de Gómez Carrillo «(...). En invierno como en estío
levantábase a las seis de la mañana y una hora después ya le veían todos en su
celda de la rué des Saint-Péres,
con la pluma en la diestra,
(...).»
De ese esfuerzo diario,
tenaz y minucioso, surgieron cuentos —como los que recoge Legajo de Varios—,
obras geográficas, de gramática, de ciencia mecánica; producciones de carácter
político, biografías, traducciones (al frente de la casa Granier o Garnier
Hermanos ^; sin olvidar su labor como director literario de la misma).
El fundador y director de la Revista de
Canarias ejerció profusamente el periodismo, empleando muchas veces en sus
artículos seudónimos —ahí están los de Juan de Atlántida, Saile y L. Río
Oseleza—. Su participación en la propia revista, así como sus trabajos en el
periódico La Federación,
confirman plenamente esta intensa actividad periodística. A pesar de su
«prematura» muerte, los honores en vida no se le resistieron. Buena prueba de ello
lo tenemos en el hecho de su pertenencia a diversas sociedades de Geografía —Lisboa,
Río de Janeiro, Bruselas, París, Madrid— y a la «Academia Sevillana de Buenas
Letras "*». 1849: Nacimiento de Elias Zerolo en Arrecife de
Lanzarote. 1869: Crea, el 19 de mayo, junto con otros compañeros, la Sociedad Gabinete
Instructivo. 1870: Publica la obra Apuntes acerca de la
emancipación de las clases trabajadoras de Canarias, en Santa Cruz
de Tenerife. Pertenece a las logias masónicas Afortunada, de Gran Canaria, y
Teide núm. 53, de Santa Cruz de Tenerife; ocupando el cargo de secretario en la
última mencionada. Preside la
Sociedad de Instrucción y Recreo la Joven Democracia,
en Santa Cruz de Tenerife.
1871: Parte hacia América del Sur desde Sevilla con su
familia.
1876: Regresa de nuevo a Tenerife.
1878: Funda y dirige la Revista de Canarias.
Integrante de la logia
lagunera Nueva Era, núm. 93, con el cargo de Venerable Maestro.
1879: El 3 de marzo se casa en la feligresía de San
Francisco de Santa Cruz con doña Armenia Castro Febles. Su profesión era la de
comerciante y residía en La
Laguna.
De su matrimonio nacerán un
niño, Miguel Ángel Zerolo Castro, y una niña, Ana Zerolo Castro.
1882: Deja de publicarse la Revista de
Canarias.
Marcha exiliado a París y
nunca más regresará.
1889: Difunde Historia de la máquina de vapor y La Lengua, la Academia y los
Académicos; obra esta última que incluirá en su Legajo de Varios. 1895: Se
edita en París un Diccionario Enciclopédico de la Lengua Castellana,
en dos volúmenes; colaborando con él Don Miguel del Toro Gómez, Emiliano
Isaza, y escritores de nacionalidad española y americana. 1897: Sale a
la luz pública Legajo de Varios, que contiene dieciséis trabajos de
diversa índole.
1899: Se publica la sexta edición de su Atlas Geográfico
Universal.
1900: Muere el domingo 1 de julio.
II. ELÍAS ZEROLO Y HERRERA Y
LA «REVISTA DE CANARIAS »
II. 1 La Revista de
Cananas: origen e importancia
«La Revista de Canarias comenzó a publicarse en La Laguna, si bien se imprimía
en esta capital, en la antigua Imprenta Isleña, de don Francisco C. Hernández,
que estaba por ese tiempo en la casa núm. 51 de la calle del Castillo, esquina
de la Gloria,
hoy de Juan Padrón. La redacción figuraba en la calle de San Agustín, núm. 4. A
partir de diciembre de 1879 comenzó a publicarse en esta capital, hasta su
desaparición (•..)^».
Constó de un total de 82
números; siendo su fundador y director Elías Zerolo y Herrera^. A su lado, y
como jefe de redacción de la parte científica, tenía a don Mariano Reymundo
Arroyo; don Francisco María Pinto hacía lo propio con la sección literaria.
Casi tres años y medio avalan su presencia: desde la salida de su primer
número, el 8 de diciembre de 1878, hasta su desaparición, lo que acontece el 23
de abril de 1882, fecha en que se publica su último número. Su difusión era
quincenal.
Fue la mejor y más seria
prueba del periodismo literario y científico de nuestro siglo xix ''; aglutinando
en su seno a importantes firmas, no sólo insulares, sino también nacionales e
internacionales. Podríamos citar algunos ejemplos: a don Miguel Villalba
Hervás; a don Francisco Pi y Margall; don Nicolás Estevanez, don Juan Maffiotte
y La Roche; don
Teobaldo Power; don Carlos Pizarroso; don Juan de la Puerta Canseco; don
Sabino Berthelot, y un largo etcétera. Poesía, música, crítica literaria,
artículos políticos, científicos, sobre enseñanzas, son únicamente algunas
referencias de la ampüa
temática que nutren sus
páginas.
11.2. Producción
periodística: sus artículos en la
Revista de Canarias
Su labor periodística
dentro de la Revista
la vemos repartida en cuatro
tomos:
TOMO I (Números 1 al 26).
TOMO II (Números 27 al 50).
TOMO III (Números 51al 74).
TOMO IV (Números 75 al 82).
Esta división tiene su
explicación en el hecho de que es así como hemos manejado la Revista de
Canarias en la
Biblioteca Universitaria de La Laguna; es decir,
encuadernada en cuatro tomos.
TOMO I
La. La página miscelánea Conversación
Quincenal, que aparece en todos los números.
Lb. Sus importantes
artículos sobre El Periodismo en Canarias:
— Número 1 (8 de diciembre
de 1878): Periódicos de La
Laguna (págs. 10-12).
— Número 2 (23 de diciembre
de 1878): Periódicos de La
Laguna, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria
(págs. 27-29).
— Número 4 (23 de enero de
1879): Arrecife de Lanzarote, Santa Cruz de La Palma y Villa de La Orotava.
A lo largo de los 82
números, pero no de forma continuada y en las páginas de la Conversación Quincenal,
irá mencionando la aparición de los nuevos periódicos que se vayan creando,
o la rápida desaparición de los mismos o de los más antiguos.
l.c. Boletín de las
Sociedades
«Para que esta REVISTA
responda al pensamiento que ha motivado su publicación, necesario es que tenga
al corriente a sus lectores, de los asuntos más importantes que se traten en el
seno de las sociedades científicas, literarias o de intereses generales de la Provincia.»
«Por lo tanto dedicaremos á
este objeto una sección, con el epígrafe que encabeza estas líneas, cada vez
que la importancia de los asuntos lo requieran (...)» Número 1 (8 de diciembre
de 1878, pág. 78).
II. Gabinete Científico, de
Santa Cruz.
III. Sociedad de Amigos del
País, de La Laguna.
Número 6 (23 de febrero de
1879; págs. 93-94).
Le.2. Boletín de las
Sociedades
I. Sociedad de Amigos del
País, de Santa Cruz de La
Palma.
II. Sociedad de Amigos del
País, de Santa Cruz de Tenerife.
III. Gabinete Científico,
de Santa Cruz de Tenerife.
IV. Sociedad de Amigos del
País, de Las Palmas de Gran Canaria.
Número 9 (8 de abril de
1879; págs. 139-140).
l.c.3. Boletín de las
Sociedades
I. Sociedad de Amigos del
País, de La Laguna
de Tenerife.
II. Sociedad de Amigos del
País, de Santa Cruz de Tenerife.
III. Sociedad de Amigos del
País, de Las Palmas de Gran Canaria.
IV. La Unión, sociedad instructiva
de Santa Cruz de La Palma.
Número 12 (23 de mayo de
1879; págs. 190-192).
l.c.4. Boletín de
Sociedades
I. Gabinete Científico, de
Santa Cruz de Tenerife.
II. Sociedad de Amigos del
País, de Santa Cruz de La
Palma.
Número 16 (23 de julio de
1879; págs. 255-256).
l.c.5. Boletín de
Sociedades
I. Museo Canario, de Las
Palmas de Gran Canaria.
II. Sociedad de Amigos del
País, de Santa Cruz de La
Palma.
Número 22 (23 de octubre de
1879; pág. 346).
TOMO II
2.a. Conversación
Quincenal, en todos los números.
2.b. Una historia
extraña. Boceto para una novela.
Número 29 (8 de febrero de
1880; págs. 42-44).
2.C. Libros Nuevos: «Anales
de la Nobleza
de España», «El descuento
de las clases pasivas»,
«Manual del veterinario», «Novas tragedias»,
«Manual del carpintero»,
«Biblioteca Universal», «Biblioteca enciclopédica
popular ilustrada».
Número 31 (8 de marzo de
1880; págs. 76-78).
2.d. Boletín de las
Sociedades
l.d.l. Boletín de las Sociedades
I. Academia
médico-quirúrgica de Canarias.
II. Museo Canario.
III. Sociedad de Amigos del
País, de Las Palmas de Gran Canaria.
IV. Sociedad de Amigos del
País, de Santa Cruz de Tenerife.
Número 34 (23 de abril de
1880; págs. 123-124).
2.d.2. Boletín de las
Sociedades
I. Sociedad de Amigos del
País, de Las Palmas de Gran Canaria.
II. Sociedad de Amigos del
País, de Santa Cruz de Tenerife.
Número 37 (8 de julio de
1880; págs. 171-172).
2.d.3. Boletín de las
Sociedades
I. Gabinete Instructivo.
II. Ateneo.
III. Sociedad Instructiva.
IV. Museo Canario.
V. Gabinete Científico.
VI. Academia
médico-quirúrgica de Canarias.
VIL Sociedades Económicas
de Amigos del País.
Número 50 (23 de diciembre
de 1880; págs. 388-390).
2.e. Crónica de la Exposición de Bellas
Artes
Número 41 (8 de agosto de
1880; págs. 240-244).
79
2.f. Un nuevo libro
sobre Canarias
Número 48 (23 de noviembre
de 1880; págs. 346-348).
TOMO III
3.a. Conversación
Quincenal en todos los números.
3.b. En Carnavales.
Historia de uno que se divierte.
Número 51 (8 de enero de
1881; págs. 77-79).
3.C. Noticia biográfica
de M. Sabino Berthelot.
Número 56 (23 de marzo de
1881; págs. 81-83).
Número 57 (8 de abril de
1881; págs. 103-105).
Número 58 (23 de abril de
1881; págs. 124-126).
Número 59 (8 de mayo de 1881;
págs. 135-138).
3.d. La exploradora en
África.
Sociedad vasca de
exploración.
Número 67 (8 de septiembre
de 1881; págs. 374-375).
3.e. El Pavo. Artículo
de Noche-Buena.
Número 74 (23 de diciembre
de 1881; págs. 374-375).
TOMO IV
4.a. Conversación Quincenal
en todos los números.
4.b. Noticias de África.
Escribe sobre la
exploradora.
Números 77 y 78 (23 de
febrero de 1882; págs. 49-50).
4.C. La Esclava de su
padre.
Número 80 (23 de marzo de
1882; págs. 91-93).
Número 81 (8 de abril de
1882; págs 108-109).
11.3. Comentario
ideológico de sus artículos
Lo que más claro se
manifiesta al hacer un recorrido en la producción periodística de Elias Zerolo,
es su noble deseo de informar a los lectores de aquellos acontecimientos que
pudieran suscitar un mayor grado en su interés.
En efecto, creía y pensaba
en un periodismo cercano al gran público: a sus exigencias más inmediatas. De
esta filosofía nacerán sus artículos, sobre todo las secciones Boletín de
Sociedades y Conversación Quincenal: la una, firmada con su propio
nombre; la otra, bajo el seudónimo de L. Río Oseleza.
En ambas priman las
noticias.
En el caso de las
Sociedades, nos menciona sus actividades, la constitución de sus juntas
directivas, sus fiestas, etc., por su parte, en la página Conversación Quincenal
—la única fija que escribe, ya que aparece a lo largo de los ochenta y dos
números—, ofrece un extenso abanico de temas: desde reseñas de revistas y
libros, pasando por noticias sobre música, economía, política, hasta resúmenes
de conferencias, actuaciones teatrales, etc. Sintetizando: tanto en una como en
otra el artículo de fondo pocas veces tiene cabida.
Del resto de sus trabajos
cabe mencionar el que lleva por epígrafe El Periodismo en Canarias —recogido
en los Números 1, 2 y 4^— y la extensa biografía dedicada a
Berthelot —comprendida en los Números 56, 57, 58 y 59.
Para Elias Zerolo y Herrera
el origen del periodismo en Canarias arranca de la mano —nunca mejor expuesto—
de don José de Viera y Clavijo.
No se trataba de periódicos
impresos, que en su opinión aparecerán en 1785, con la entrega al público del Semanario
Misceláneo Enciclopédico Elemental, sino de manuscritos. Ciertamente, Viera
y Clavijo escribió entre 1758-59 cincuenta números del llamado Papel
Hebdomedario; publicando posteriormente cinco números de El Personero (1764)
y Gaceta de Daute (1765).
Las razones que da nuestro
autor para considerar a Viera como iniciador del periodismo en Canarias son las
que siguen:
«El mérito de los trabajos
citados, su forma periódica y lo mucho que circularon, bien merecen que se les
considere como orígenes del periódico en Canarias. (...)»
Según Sebastián Padrón
Acosta ^, El Periodismo en Canarias de Zerolo, «juntamente con Breves
apuntes sobre la historia del arte tipográfico en Canarias de Francisco
María de León y Xuarez de La
Guardia (...) y con Papel Viejo de Gabriel
Izquierdo Azcárate, y El Periodismo en Canarias de Claudio F. Sarmiento
Cabrera, publicado en 1892, sirvieron como primeros materiales a Luis Maffiotte
La-Roche para la obra: Los periódicos de las Islas
Canarias, (...)». De ahí su importancia.
Como defensor del
pluralismo ideológico, de la libre circulación de opiniones y el respeto hacia
ellas, vio en el periodismo un arma fundamental en el desarrollo cívico e
intelectual de los pueblos '':
«Poderosa es la influencia
del periodismo político en las naciones donde la opinión se difunde libremente;
discurre, aconseja y hasta marca á los grandes estadistas la línea de conducta
que deben seguir. No es menos importante el no político, y aun lo consideramos
indispensable auxiliar.
Los pueblos serán tanto más
fáciles de gobernar cuanto más ilustrados sean.»
He aquí una de las
principales preocupaciones que se aprecian a través de sus escritos: la cultura
con mayúsculas. Y en su defensa se convierte en un intelectual comprometido en
la denuncia de la triste realidad que le rodea: el sangrante analfabetismo de
la sociedad canaria, carente de infraestructura escolar y sobrada de bodegas y
cantinas. Veamos lo que dice al
respecto :
«Da vergüenza mirar las
casas que hoy sirven de escuelas. En nuestra época, sólo verdaderos palacios
son dignos de albergar maestros y discípulos.»
«El gasto más productivo
que puede hacerse es el que origine el elevar la enseñanza al puesto que le
corresponde.»
«Sabido es que los pueblos
más prósperos son los que mayor cantidaddedican á la instrucción pública en sus
presupuestos.»
«Si en esta capital se hace
un supremo esfuerzo, la generación que ahora debe frecuentar esas escuelas será
útil á la patria; pero si esto sigue, ¿quién es capaz de calcular los inmensos
males que traerá tan supina ignorancia?»
Es un planteamiento que
apunta indudablemente hacia el progreso, pero ¿cuáles son a su modo de ver las
medidas reales o pasos concretos que han de seguirse con el objetivo de
conseguir un aumento considerable en el grado de escolarización y de cultura?
¿Qué tipo de cultura se quiere? ¿Qué papel jugarían las diferentes clases
sociales? ¿El gobierno? ¿Analiza en profundidad la culpa que tiene el gobierno
central en las escasas y malas adecuaciones de las escuelas? Elias Zerolo no
responde a ninguna de estas cuestiones.
Como tampoco responde a los
cambios infraestructurales que serían preciso llevar a efecto para crear empleo
y reducir la lacra que supone la emigración; aunque se hace cargo del problema
^^:
«(...). Sólo hay un medio
razonable de evitar el exceso de emigración, y es abrir trabajos que den de
comer á los millares de jornaleros que hoy carecen hasta de lo más
indispensable (...)»
Por último, otro tema del
cual se ocupa con verdadero interés, es el referido al problema de Mar-Pequeña:
«Aunque algunos de los
lectores puedan creer que hablo con demasiada frecuencia de la costa de África
y del porvenir de nuestra Provincia si las cosas pasaran de otro modo, es tal
mi profunda convicción de la importancia de este asunto que salto en mi silla
cada vez que en los periódicos me encuentro con algo que apoye mi creencia.» Mar-Pequeña
está situada en la costa occidental de África, en territorio marroquí, y el «derecho»
de España sobre ella viene reconocido por el tratado de Wad-Ras. La importancia
de que España la ocupe realmente, en relación a Canarias, se sitúa en función
de la significación de sus pesquerías y del posible intercambio comercial. Pero
parece ser que Madrid no le presta
mucha atención al asunto:
«Pero no todas las naciones
de Europa conceden al asunto igual atención; y precisamente España, la más
llamada á ello por su historia y posición geográfica, parece olvidar que sus
posesiones africanas, en islas ó en el mismo continente, reclaman una política
eminentemente nacional en los asuntos de África que traería prestigio á la
bandera patria y considerable desarrollo á nuestra riqueza.»
Pero, pese a todo, hay que
insistir una y otra vez 16. «Las autoridades y corporaciones de esta provincia de
Canarias, que será la primera en recibir los beneficios de tal toma
de posesión, debieran pedirla de nuevo al gobierno de Madrid.»
Veía perfectamente que una
de las posibles proyecciones económicas de las islas se situaba en las costas
africanas.
Visión que para la época
—y, por qué no, para la actualidad, donde todavía se sigue dando tanto la
espalda a nuestros vecinos—, entendemos sumamente avanzada, en lo que tiene de
acercamiento al mundo africano (norteafricano, más concretamente) y de
comprensión de las reales necesidades económicas del Archipiélago.
IIL ELÍAS ZEROLO: ENTRE EL
REPUBLICANISMO Y EL SOCIALISMO
UTÓPICO
Según el profesor Elorza,
parece indudable que los primeros brotes del socialismo utópico en España
tienen lugar a mediados de la década de 1830. La aparición del socialismo
teórico y de la acción obrera se solapa en España con la consolidación del
propio orden constitucional burgués, cuando se acaba de iniciar el despegue de
la industrialización en el sector textil catalán.
No resulta extraño que las
fuentes teóricas de los socialistas utópicos españoles se encuentren
condicionadas porque se hayan inspirado en teóricos foráneos, que han
desarrollado su pensamiento en el seno de formaciones sociales con un nivel de
desarrollo superior. Podemos decir que las principales fuentes de inspiración
doctrinal para los socialistas utópicos españoles
fueron: «Lamennais,
Saint-Simon y, sobre todo, Fourier y Cabet». Según parece desprenderse de la
obra desarrollada por algunos de ellos, como Fernando Garrido y Ramón de la Sagra; el papel desempeñado
por Owen es secundario. Estos pensadores utópicos se concentran en España en
núcleos reducidos, formados en su mayoría por intelectuales de raíz
pequeño-burguesa, que permanecen al margen del reciente movimiento obrero.
Podemos decir que Elias
Zerolo nace en una etapa histórica en la que el socialismo utópico español, va
a girar en torno a la idea-fuerza de la asociación.
Parece que su principal
fuente de inspiración va a ser Fernando Garrido, conocido fourierista español
que se integra en el partido demócrata, en cuyo seno surgirá el partido
republicano, bajo la guía de Pi y Margall, que no marca ningún distanciamiento
hacia los dirigentes obreros, como lo hacen otros líderes demócratas.
Vamos a realizar un
análisis del pensamiento político y social, de don Elias Zerolo, teniendo en
cuenta que, quizás, sus conocimientos teóricos, pueden ser el fruto de la
lectura de las obras de Fernando Garrido o de Pi y Margall, y no de las fuentes
teóricas originales que ya hemos enumerado.
También es preciso resaltar
que si hemos denunciado el condicionante que supone para el socialismo utópico
español su retraso con respecto a las formaciones sociales donde surge y se desarrolla
el cuerpo doctrinal del utopismo, asimismo hemos de apuntar que esta
contradicción se agrava aún más en una situación social y económica como la de
Canarias, que se encuentra en pleno subdesarrollo económico y con una gran
dependencia del exterior.
Centraremos nuestro estudio
en la obra que don Elias Zerolo publica en mayo de 1870, titulada Apuntes
acerca de la emancipación de las clases trabajadoras de Canarias ^".
Obra que, sin duda, se encuentra inspirada en los socialistas utópicos
españoles y europeos. El propio autor nos explica porqué escribió esta obra,
afirmando que:
«Yo como vosotros, he
estado en la más tierna edad, trabajando para comer ai día siguiente, yo como
vosotros, me he tendido en la cama sahiendo que al otro día me faltaba la subsistencia;
yo, como vosotros, enfin, conozco la vida del artesano y jornalero... Por eso
os dedico estos Apuntes, que os pertenecen por haber sido escritos para
vosotros».
Es necesario tener en
cuenta que esta obra la escribe Elias Zerolo cuando apenas contaba veintiún
años de edad. Asimismo lo vemos participando en el periódico tinerfeño La Federación, con
el seudónimo de Saile.
Hemos descubierto un dato
de interés sobre este lanzaroteño ilustre, y es su participación como
presidente de la sociedad de instrucción y recreo, que lleva por nombre La Joven Democracia
. En una reunión celebrada el 11 de junio de 1870 por esta Sociedad,
acuerdan expresar su reconocimiento al oficial don Alberto Araus por unas
conferencias de Geografía que tras empezar a darlas, tuvo que suspenderlas
porque fueron prohibidas por la autoridad militar de Canarias.
En su ya citada obra,
apunta que existen «hombres que están prontos a anatematizar los progresos
sociales» y que arremeten contra todas las doctrinas que tienden «nada menos
que a formar ciudadanos libres y felices de los que hoy carecen hasta de la
subsistencia muchas veces, y son esclavos de la aristocracia del siglo xix que
es la del oro, como en otro tiempo lo fue de la nobleza». Elias Zerolo
interroga a la clase burguesa de su época sobre la situación de la clase
trabajadora de la siguiente forma: «¿No habéis meditado el triste porvenir de
las clases proletarias? ¿Noos aflije pensar que pocas veces dejan de concluir
sus días en la mendicidad; bien por falta de trabajo o por imposibilidad física
en que muchas ocasiones le condenan los esfuerzos de aquel? ¿Y no creéis como nosotros
que son dignos de mejor suerte, al ver con que resignación se dedican desde su
más tierna edad al trabajo; sin el cual estaría de más la riqueza, resultado de
la explotación?».
Se observa en una primera
lectura que don Elias no cuestiona la ventajosa posición de las clases
dominantes, sino que les pide comprensión y caridad para los trabajadores.
Posición que lo sitúa dentro de la tradición fourierista española que nunca se
atreverá a «proponer la sustitución violenta de la sociedad capitalista por
otra de signo proletario» ^'. No apartándose, pues, de la inchnación general
que consiste en «proponer la reforma social como único antídoto capaz de
conjurar las agitaciones revolucionarias», como nos indica el historiador don
Antonio Elorza, en su obra ya mentada.
Elias Zerolo afirma que
cuando escribe sus Apuntes, no le mueve sino un deseo: el de lograr «que
desaparezca el proletariado, como desapareció el esclavo y el siervo».
Hasta aquí no ha tratado la
situación de las clases trabajadoras en Canarias, que es calificada por el
joven Zerolo de triste, porque los trabajadores canarios están viviendo «en
completo aislamiento, su pequeño jornal no les basta para cubrir las más
perentorias necesidades de la vida, jornal que en unión de los de sus otros
compañeros, podría hacer su felicidad o ahviar por lo menos la situación
desesperada a que le conduce en último caso, una organización
tan defectuosa como
perjudicial».
Nos ha planteado la
problemática de la clase trabajadora canaria y apunta la necesidad de aunar
esfuerzos, aseverando que la búsqueda de un remedio a esta situación es la que
lo mueve a escribir este librito que estamos estudiando. Después de recoger una
cita de Fernando Garrido que describe la desgraciada suerte que tienen las
clases trabajadoras, Elias Zerolo se pregunta si para buscar una solución debe
repartirse la propiedad y contesta que:
«No, se dice que propiedad
es de derecho legal, y nosotros no queremos que se nos tilde de visionarios y
reformadores disolventes. (...). Sin apelar a tales medios, un camino tenemos
abierto: si sabemos escoger (sic) el mejor de sus senderos, nos conducirá a
nuestro bien estar: ese camino se llama la Asociación».
Ya hemos señalado que esta
idea-fuerza de la
Asociación, va a ser dominante en el pensamiento de su
principal inspirador: Don Fernando Garrido, puesto que Elias Zerolo nos dice
que sus «apuntes están basados en la que llamaremos escuela de Garrido, que es
a la que nos adherimos en untodo». Nos encontramos que para los fourieristas
«la asociación de los factores productivos —capital, trabajo y talento— pasa
así a ser la premisa de un orden social no sólo justo, sino capaz de defenderse
de los movimientos igualitarios». Por todo esto, el joven lanzaroteño
manifiesta su extrañeza sobre el hecho comprobado de que: «muchas personas cuya
ilustración debiera ser la más firme garantía del progreso, miren con
indiferencia la ciencia social, los principios societarios, sin meditar que
ellos y solo ellos son los llamados a emancipar las clases trabajadoras, y que
ellos y solo ellos son los llamados a mejorar los intereses de las mismas
clases bajo la más estrecha de las responsabilidades» ''.
Por todo lo expuesto, Elias
Zerolo no se explica «por que mira con horror a los que desean el bien a las
clases proletarias, a los que desean su mejoramiento: por que no se lleva la
ingratitud
al extremo (sic) de pagar
tantos afanes con el calificativo de 'utopistas'».
Distingue a continuación
que no es lo mismo la escuela «socialista» que él defiende, que la «comunista»
que sí plantea un cambio de la sociedad.
Elias Zerolo después de
emplear una definición de Garrido sobre el socialismo, concluye diciendo que es
socialista «¿y quién no? ¿Quién puede negar las ventajas de la asociación para
la producción, distribución y consumo?».
Parece ser que el
asociacionismo obrero encuentra eco en la sociedad canaria, como nos apunta el
historiador Oswaldo Brito en su tesis sobre el Movimiento Obrero
Canario ^^. Se crean «Asociaciones de Trabajadores» en Santa Cruz de
Tenerife en 1870 y en Las Palmas en 1871. Igualmente se crea una tercera
«Asociación de Trabajadores» de carácter republicano federal en Santa Cruz de
Tenerife en 1872, bajo la presidencia del hermano de Elias, don Tomás Zerolo.
De la misma manera cobran
importancia las sociedades obreras católicas, con la protección de las
autoridades eclesiásticas. Elias Zerolo nos señala como un factor importante la
fundación de «Sociedades constructoras», como las de Santa Cruz de Tenerife,
Las Palmas, Santa Cruz de La
Palma, Orotava y Telde, asi como sociedades que tienen por
objetivo el fomento de los «socorros mutuos» y la «enseñanza gratuita». Al
joven Zerolo le extraña que estas personas que participan en estas empresas
combatan al socialismo, «siempre que se les presenta ocasión y cuando menos lo
llaman utópico; pero trabajan por él en la práctica». Entre estas personas cita
a Bernabé Rodríguez, de Santa Cruz de Tenerife, que constituye un ejemplo de
esta «nueva clase de socialistas que no quieren confesar lo que ejecutan»
Nos encontramos con el
problema de definir claramente los límites entre los teóricos de estas primeras
corrientes de reforma social y los ideólogos que, desde posturas moderadas o
progresistas, manifiestan simpatías ocasionales hacia los utópicos y hasta
asumen algunas de sus ideas. Pero más difícil resulta la delimitación entre los
socialistas utópicos y los demócratas republicanos; como nos demuestra el mismo
pensamiento de Elias Zerolo, que se debate entre el republicanismo federal de
Pi y Margall y el socialismo reformista de Garrido.
Para que las clases
trabajadoras de Canarias consigan su emancipación, Elias Zerolo defiende que es
necesaria «la creación de sociedades cooperativas de consumo; en atención a que
estas son las que más pronto dan pingües resultados y las que harán desarrollar
y más y más convencer a nuestros ciudadanos de las ventajas de la asociación,
lo mismo para el trabajo que para la producción, para la distribución que para
el consumo».
Ideas que se insertan en la
mejor de las tradiciones cuyo propósito es forjar, como señala el profesor
Elorza.
«la armonía entre el
régimen de propiedad privada y las necesidades populares, fin último que, por
ejemplo, preside a lo largo de toda su vida la especulación de hombres como
Fernando Garrido, defensor incansable de la asociación obrera para la
producción». Elias Zerolo dedica el tercer capítulo de su obra a describir la
asociación que le sirve de modelo para su propuesta de asociación cooperativa
de consumo con el propósito de lograr la emancipación de las clases
trabajadoras de Canarias. Se refiere a la «Asociación de los exploradores (sic)
equitativos de Rochdale» *^, que ha recogido de una obra de Mr. Holgoak,
como sigue a continuación:
«A fines de 1843 se
reunieron en Rochdale algunos tejedores, para ver si poniendo sus saberes en
común podían mejorar su condición, es decir, podían gozar de las comodidades
necesarias al hombre, de las que carecían, como carecen hoy los proletarios de
Canarias. ¿Qué tenían que hacer? Después de largas discusiones se decidieron a
elevarse ellos mismos sin capital ni experiencia (sic), a tenderos, fabricantes
y capitalistas».
Nos señala que estas asociaciones
son ventajosas también para la llamada «clase media» y el principio básico de
comprar y vender al contado, por- que asumen la opinión al economista Newman
que defiende la desaparición de la venta a plazos, para evitar que los precios
suban por encima de sunivel.
En el siguiente capítulo,
Elias Zerolo nos va a señalar los problemas más significativos que se
presentarían si se quisiera realizar una experiencia análoga a la de Rochdale
en nuestras islas 'En primer lugar, no cree que sea necesario que el gobierno
proteja las asociaciones de obreros, porque estima que la iniciativa debe
partir de las clases trabajadoras, ya que nadie mejor que ellas conocen «sus
intereses o por lo menos sus necesidades». En segundo lugar, sí estima
necesario que el derecho de asociación estuviera reconocido en las
constituciones de los países, como afortunadamente sucede en esos momentos del
Sexenio, gracias a la
Revolución de 1868
En tercer lugar, Elias
Zerolo asegura que estas sociedades cooperativas no desatiendan la instrucción,
contando «con grandes bibliotecas y algunas hasta con colegios» ^\ En cuarto y
último lugar, las frecuentes reuniones que se convocan, demuestran a los
interesados los progresos de las sociedades y la necesidad de hablar en favor
de sus intereses, y aprender a expresarse en púbUco y a estudiar para conseguir
este fin.
Todos estos razonamientos
que hemos expuesto, permiten que Elias Zerolo pueda concluir que está probado
que «la instrucción del pueblo es el cimiento sobre el que descansan los
gobiernos democráticos»; así como que «el absolutismo y la teocracia no puedan
resistir los refulgentes rayos del sol de la ilustración».
En el siguiente capítulo,
nos ofrece una defensa apasionada de la necesidad de asociarse, como única
forma de lograr la deseada emancipación de las clases trabajadoras en Canarias.
Encontramos párrafos que demuestran su republicanismo y su ferviente defensa de
la democracia, cuando nos asegura que:
«Hoy que, gracias a las
democráticas convicciones del pueblo español, hemos visto rodar por el suelo el
trono de cien reyes, empujado por la idea nueva, hoy que, gracias a este gran acontecimiento,
tenemos libertad, por más que desgraciadamente no ofrezca su ejercicio todas
las garantías que deseamos, suficiente sin embargo para conseguir muchas
mejoras en las clases trabajadoras».
En octubre de 1868 el
gobierno provisional decretó la libertad de asociación.
Y la Constitución de 1869
recoge las libertades conquistadas al derrumbarse el trono. Pero es necesario
pasar a la acción y fundar asociaciones, que en opinión de Elias Zerolo,
constituyen el único medio para emancipar a las clases trabajadoras de
Canarias, enseñándoles a los demás países que, gracias a la cooperación, y
ayudados por su espíritu de empresa, economía y amor al trabajo, no hay razón
para creer que los canarios somos otra raza de hombres y que somos refractarios
a los progresos del siglo XIX.
El capítulo VI del libro de
Zerolo está dedicado a desarrollar los pasos que serían necesarios seguir si se
pretende fundar una asociación en Canarias.
Toma como ejemplo para su
propuesta la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, pero advierte que se puede hacer
extensiva a cualquiera de las islas del Archipiélago. Se necesitan unos
quinientos accionistas, que se pueden conseguir si contamos que Santa Cruz de
Tenerife puede tener en 1870 un censo de dos mil quinientos trabajadores, según
nos expone Elias Zerolo, calculando sobre los datos que proporciona OUve en su
conocido «Diccionario...», aumentado en un 25%.
Se obtendría un capital de
cincuenta mil r.v.n. que se obtienen con quinientas acciones de cien rs, que
constituye una cantidad suficiente para construir la sociedad.
El pago de las acciones
debería hacerse en el término de veinticinco meses, entregando cada socio un
real de vellón por semana: cantidad que según Zerolo no resultará gravosa, ya
que «el jornalero que más barato trabaja gana por término medio 6,25 r.v.n.
diarios, y un artesano percibe de 12 a 15». Cuando se han reunido ocho mil rs
de capital, se puede abrir al púbico un establecimiento de comestibles, que
pronto dará a conocer las ventajas de la «cooperación», debido a que constituye
el sector de mayor consumo entre los accionistas.
A continuación deben
abrirse talleres de calzado, de ropas hechas y de todos aquellos renglones de
más inmediata necesidad, participando los accionistas como operarios y
estimulando a los que no lo sean para que ingresen en la sociedad cooperativa.
Concluyendo que, cuando todos estén convencidos de las grandes ventajas de las
asociaciones que mejoran las condiciones
de vida de los obreros,
entonces deberá procederse a la ampliación de sus negocios todo lo que esté a
su alcance, creándose fábricas y almacenes para despachar sus manufacturas,
colaborando así al desarrollo de la industria en Canarias. Después de explicar
cómo se deben repartir los beneficios entre los asociados y compradores, pasa a
aclarar la estructuración burocrática de las asociaciones cooperativas para que
sean gobernadas democráticamente del accionismo obrero, que consulten la Historia de las
asociaciones obreras, de Fernando Garrido, donde encontrarán resueltos
todos los problemas y dificultades que se les pueda presentar. Elias Zerolo
anuncia que piensa ocuparse con mayor extensión del mismo tema, para explicar
detenidamente cómo se deben constituir las asociaciones, federaciones, cajas de
asistencia, etc., . Se contenta con haber contribuido con su obra a ver
«emancipadas de la miseria las clases trabajadoras de Canarias»
CONCLUSIONES
Indudablemente, Elias
Zerolo fue una personalidad intelectual de cierta magnitud. Basta hacer un
recorrido por su variada y extensa obra para dejar constancia de ello: obras
geográficas, de gramática, producciones de carácter político, traducciones,
biografías, etc., y periodista. Por tal motivo pensamos que la calidad en
conjunto de su obra lo sitúan en unas dimensiones que rebasan claramente el
estricto marco de lo regional.
Desde sus escritos
periodísticos y políticos no dejó de defender los principios democráticos, los
ideales de las clases trabajadoras, las ventajas personales y sociales que
reporta el acceso a la cultura. En una palabra: la dignidad humana.
No era un revolucionario,
no. Y esto se aprecia claramente en su ideología republicana federal y en su
socialismo reformista. Se trataba más bien de un pequeño burgués comprometido
con su tiempo, de un progresista.”
(Nicolás Reyes González, Valentín Medina Rodríguez, Manuel
A. de Paz Sánchez
Aproximación a la biografía intelectual de D. Elías Zerolo
y Herrera (1849-1900)
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