viernes, 24 de octubre de 2014

D. DOMINGO BARBUZANO, EL ÚNICO CANARIO EN LA LAGUNA

            



Chaurero n Eguerew

Se dice que la única enfermedad del ser humano que no tiene cura es la estupidez, ¿será esto cierto?

Ayer un grupo de matriotas (patriotas) nos dirigíamos a la Plaza del Cristo en la ciudad de La Laguna con objeto de mostrar nuestra repulsa a la denominada II feria de abril, que los “nacionalistas” y demás españófilos pretenden implantar en este desgraciado archipiélago Canario.

Nada más poner los pies en la plaza cuatro policías nacionales con uniformes de faena y cascos antidisturbios  en la cintura se “enfilaron” hacia nosotros exigiéndonos que nos identificáramos, mientras uno tomaba notas de nuestros datos otro con acento canario y de exquisitos modales (esto reafirma su condición de canario) nos instruía de que el motivo de esta actuación era velar por nuestra seguridad, indicándonos además que los palos en que portábamos nuestra Bandera Nacional, la tricolor con Siete Estrellas Verdes debían ser flexibles y no medir más de un metro cincuenta centímetros, al tiempo de que se nos advertía de que si formábamos grupos superiores a 21 personas (en esto algo hemos avanzado, durante la dictadura franquista esta figura represora  se aplicaba a reuniones de cuatro)  seríamos considerados como concentración ilegal y por tanto sancionados con multas de seiscientos euros. Menos mal que no se nos mencionó la Ley de vagos y maleantes.

Igual actitud mantuvieron estos agentes con otros grupos de personas que accedían a la plaza identificándolos uno por uno, y con las mismas advertencias.

Algunos grupos de señoras disfrazadas con batas de lunares y alguna que otra peineta transitaban tranquilamente por la plaza sin que al parecer necesitaran de que velaran por su seguridad, pues en ningún momento fueron importunadas por los agentes allí presentes.

No acabo de entender esta seudo democracia burguesa en que estamos obligados a desarrollar nuestras vidas, cuando se trata de imponernos la sevillinización de Canarias y en este caso usando como excusa o tapadera a una más que respetable ONG, presentándonos tal farsa como un acto cultural cuando en realidad lo es de aculturacion se recurre a la supuesta democracia, y cuando unos ciudadanos canarios queremos expresar nuestro rechazo a estos mangoneos “culturales” foráneos y en justa defensa de nuestra identidad y tradiciones como pueblo diferente y diferenciado, el sistema colonial usando de la misma supuesta democracia  nos trata como si fuéramos delincuentes, quizás con el animo de minar nuestra dignidad de canarios, cosa que naturalmente no van a conseguir por muchas cortinas de humo que pretendan extender delante de los ojos de la ciudadanía.

Según “Radio Macuto” el Alma Mater de este evento “cultural” es una señora lagunera esposa de un conocido periodista y escritor de la localidad, la cual con el respaldo del propietario de una escuela de baile de salón especializada en sevillanas, han conseguido el apoyo de la consejería de cultura del Ayuntamiento lagunero al tiempo que han embaucado en dicho bodrio al presidente provincial de la Asociación española contra el Cáncer, entidad que merece el respeto de todos los canarios.

Espero que a la mencionada señora no se le ocurra recuperar las corridas de toros erradicadas de esta ciudad desde el año 1898, en que afortunadamente la plaza de toros  fue pasto de las llamas, pues a los canarios no nos gusta ver maltratar a estos animales por muy españoles que sean. (Aviso a navegantes: actuaciones  como la de esta pretendida feria sevillana le va a costar a Coalición Canaria el Ayuntamiento de La Laguna en las próximas elecciones locales coloniales).

Dicho lo que antecede, vamos a entrar en el tema que da titulo a este artículo.

Estábamos sentados en un banco de la dicho Plaza del Cristo un grupo de personas cuando se acercó un individuo que dirigiéndose a uno de nosotros le increpó de manera airada y altanera el hecho de que estuviéramos allí para protestar-según él-, por un acto organizado en beneficio de la Asociación española contra el Cáncer, cuando el compañero trató de explicarle que nuestra protesta no iba dirigida contra la tal asociación sino en defensa de nuestras tradiciones, este personaje sacó a relucir su fibra racista y endofoga y nos espeta: ¿Cómo se apellidan ustedes? ¡El único canario en esta plaza soy yo que llevo el apellido Barbuzano! E inmediatamente haciendo gala de la más rancia prepotencia y altanería españolista, dio las espaldas al grupo y se dirigió hacia la carpa donde continuaba el lamentable espectáculo de las sevillanas.

Es indudable que esta actitud xenófoba mostrada por D. Domingo (García) Barbuzano es fruto de su ignorancia la cual es poco comprensible en un profesional de la información cuyo cometido es precisamente el de informar constatando previamente la veracidad de lo informado, lo contrario sería libelo.

Efectivamente D. Domingo, el apellido Barbuzano es de origen canario posiblemente derivado del árbol endémico del mismo nombre (Apollonias barbujana), el cual alcanza considerable altura y que una vez  talado es decir, cercenado de sus raíces y debidamente desbrozado da como resultado excelentes troncos.

Veamos D. Domingo, se deduce de su desacertada afirmación que los canarios que portamos nombres y apellidos castellanos o europeos en general no lo somos por tal hecho, argumento que viene empleando el colonialismo desde hace muchos siglos con el objeto de desenraizarnos de nuestra  verdadera identidad, por lo visto usted ignora o prefiere ignorar los procedimientos de que se valieron los invasores castellanos para imponer a nuestros antepasados nombres y apellidos europeos, entre ellos el más común era el de imponer el bautismo por el rito católico y que debían aceptar para evitar el ser apresados y vendidos en los mercados de esclavos de Sevilla, Valencia o Barcelona, y no quiero entrar en los llamados expedientes de limpieza de sangre que tan activamente practicó la Inquisición española en Canarias, así como la imposibilidad de acceder a puestos de la administración colonial, sociedad, clero o ejercito de quienes portasen nombres autóctonos.

Estimado Sr. (García) Barbuzano, por si le puede servir para disipar su ignorancia en la materia, me permito recomendarle la consulta de algunos documentos en los cuales están debidamente constatadas la ascendencia guanche de miles de canarios con nombres y apellidos europeos, entre otros, los siguientes:

El denominado Pleito de los naturales por la posesión de la imagen de la Virgen de Candelaria. Archivo Histórico del Ayuntamiento de La Laguna. Fondo de Ossuna. Caja 0; expediente Nº. 10.

Cuaderno explicativo del árbol genealógico de la Familia Real
Indígena de Tenerife y descendientes de ella que más se han distinguido.
Nicolás Díaz Dorta
Ediciones Idea [Edición facsímil]
Santa Cruz de Tenerife 2009.

Guanches del siglo XVII
Dr. Francisco García-Talavera Cazaña.

El Valle de Güimar en el siglo XVI
Protocolos de Sancho de Urtarte.
Miguel A. Gómez Gómez.
Edición: Ayuntamiento de Güímar-Cabildo Insular de Tenerife.
2000.

El Dr. Don Agustín Díaz Núñez (1796-1866)
Su vida, su familia y su obra.
Octavio Rodríguez Delgado
Caja Rural-Cabildo de Tenerife-Caja Canarias.
Santa Cruz de Tenerife 1996.

Guanches con nombres católicos y algunos de sus descendientes: Apuntes para un Estudio de la Onomástica cristiana impuesta al pueblo guanche.
Eduardo Pedro García Rodríguez

De nada…

Ciudad colonial de Eguerew 25 de abril de 2010.


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