viernes, 3 de enero de 2014

ATAQUES PIRATICOS Y DE CORSO EUROPEOS A CANARIAS



MERODEO DE CORSARIO EN LA ISLA BENAHUARE



Eduardo Pedro García Rodríguez

1819. Octubre 2. Compareció el criollo Vandewalle ante el gobernador de las armas el de la isla de La Palma teniente coronel Mariano Norma, sargento mayor de la Plaza, quien señaló que, desde el día 14 de septiembre, se había presentado al Norte de la Isla y en el crucero de la Gabiota una corbeta que permaneció al pairo algunos días, y levantó los temores del bergantín palmero "El Rosario", (a) "Pamplino", que transportaba granos desde Garafía a la capital, según le había expresado el pasajero don Vicente Cabezola y según los partes dados por el alcalde de mar de la Villa de San Andrés.

Norma comunicó, asimismo, que el día 22 de septiembre se había presentado en el puerto, una fragata inglesa cuyo capi­tán, Juan May, dijo haber avistado en la misma zona una corbeta y dos bergantines que le infundieron sospechas. Además, el sargento mayor tes­tificó que, el día 24, se había presentado una goleta sobre los castillos de Santa Cruz del Barrio del Cabo y del Carmen, que no respondió a las llamadas del primero y se alejó, según los partes del cabo primero Rafael Vidal y del sargento Domingo Pérez, comandantes de las fortalezas men­cionadas. El mismo barco, además, había sido el que echó un bote que trató de sondear la bahía del puerto palmero.

Igualmente manifestó que, según se decía, unos pescadores conocidos por los Fiallos, vecinos de Breña Baja, habían encontrado a la deriva, al día siguiente, los restos de un barco -probablemente de las Islas- que había sido incendiado, al parecer por la goleta en cuestión, ''por haberse visto en ella el fuego por varios" testigos. La nave corsario fue divisada también, dos días después, navegando entre La Gomera y "las calmas" de La Palma, v. el día 30, Vicente Gutiérrez y Pablo Pérez contaron, desde la Cumbre, "hasta quince tiros y examinando el horizonte vieron a una goleta unirse con un barco grande". Por último indicó que no podía dudarse que "la permanencia de la corbeta, goleta y bergantín por mas de quince días sobre esta Isla, es un crucero de Insurgentes por lo que la plaza, por disposición bergantín- resultaban sospechosos y no podía dudarse tenían "objeto que los detiene en este crucero".

Por su parte, el sargento segundo Jerónimo Rodríguez dio su versión sobre el incidente del puerto, ya mencionado, pues estaba de comandante de la guardia del Castillo e hizo los disparos sobre la barca que intentó sondear la bahía.

Las declaraciones del piloto Mariano de la Concepción Ferrás. del soldado Pablo Pérez Castillo, del cabo segundo de Artillería José Gabriel González y de don Antonio Asarta, subteniente del mismo cuerpo y coman­dante accidental, no añaden prácticamente nada digno de ser destacado.

El último informó, además, de las medidas excepcionales que se habían tomado en los castillos y baterías de la capital palmera'. Otro tanto puede decirse de las aseveraciones del teniente don Miguel Sotomayor Fierro, comandante del destacamento de la Plaza, así como de las del vecino don Antonio del Castillo Gómez y del ayudante mayor de Infantería don Joa­quín Poggio y Alfaro, que pusieron fin a los interrogatorios.

Los testigos ratificaron, pues, la existencia real de corsarios insur­gentes que amenazaban las costas de La Palma y su crucero marítimo, en una situación que, como sabemos, afectó a toda Canarias. (Manuel de Paz-Sánchez, 1994)

No hay comentarios:

Publicar un comentario