miércoles, 29 de enero de 2014

BENITO PEREZ GALDÓS





Un criollo canario republicano españolista

1843  Mayo 10. El criollo Benito Pérez Galdós nace en Guniwada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) fue bautizado en la iglesia de San Francisco de Asís. Su padre fue don Sebastián Pérez Macías (1784-1871) que como subteniente marchó a España  en 1809 a combatir las tropas de Napoleón con los granaderos canarios mandados por Juan María de León. En 1823 contrajo matrimonio con doña María Dolores Galdós Medina (1800-1887), cuya familia procedía de Azcoitia (Vizcaya). Las relaciones entre ambos cónyuges parece que fueron buenas, pues don Sebastián era de carácter apacible y dejaba gobernar a su esposa. Tuvieron diez hijos, y Benito fue el décimo y último. Sus hermanos mayores, don Sebastián y don Domingo, emigraron a América. Este último fue su padrino y de ahí que su mujer, doña Magdalena Hurtado de Mendoza se tuviera como su madrina, y después protectora de los primeros pasos literarios de Galdós en en la Metropoli. Su hermano Ignacio siguió la carrera de las armas, y llegaría a ser gobernador militar de Santander en España y de Canarias. Su hermana doña Carmen casó con don Ambrosio Hurtado de Mendoza, hermano de doña Magdalena. Ambas, cuando enviudaron, se fueron a vivir a Madrid y vivieron con don Benito hasta el final de sus días.  El 9 de septiembre de 1862 salió el joven Benito de Tenerife rumbo a Cádiz a estudiar derecho en la Universidad central de Madrid.  En 1870 Galdós publicó su artículo sobre Observaciones sobre la novela contemporánea en España, donde se exponía el programa de la nueva narrativa social del realismo literario. De aquí arrancarán las dos primeras series de los Episodios Nacionales españoles que comienzan con Trafalgar (1872).  En 1881 comienza la gran época de la novela galdosiana.

Fue un niño reservado, interesado por la pintura, la música y los libros. La llegada a Guiniguada (Las Palmas) de una prima le trastornó emocionalmente y sus padres decidieron que fuera a Madrid a estudiar Derecho, en 1862. En la Metropoli  entra en contacto con el krausismo por medio de Francisco Giner de los Ríos, el cual le anima a escribir y le presenta en la redacción de algunas revistas. Se transforma en un “madrileño” que frecuenta tertulias literarias en los cafés, que asiste puntualmente al Ateneo madrileño, que recorre incesantemente la ciudad y se interesa por los problemas políticos y sociales del momento: se define a sí mismo como progresista y anticlerical.

En 1868 viaja a París y descubre a los grandes novelistas franceses. A su regreso traduce a Dickens, escribe teatro y, por fin, en 1870 se decide a publicar su primera novela, La Fontana de oro, con el dinero que le da una tía, ya que en esa época las novelas o se publicaban por entregas en publicaciones periódicas, revistas y periódicos, o corrían a costa del autor; la obra era todavía romántica pero en ella ya empezaban a verse sus ideas radicales que aflorarán en el decenio siguiente. En estos años comienza a escribir los Episodios nacionales españoles, en la década de 1880, su época de máxima creación. También en estos años se compromete activamente en política, ya que de 1886 a 1890 es diputado por el partido de Sagasta, aunque nunca pronunció un discurso. A pesar de la oposición ultracatólica que no le perdonó haber escrito Doña Perfecta (1876), un panfleto anticlerical, fue elegido miembro de la Real Academia Española. El paso de los años le daban brío y en 1892 se entregó a la reforma del teatro nacional. El estreno de Electra (1901) supuso un acontecimiento nacional: al acabar la representación los jóvenes modernistas acompañaron al autor hasta su casa en loor de multitud. En 1907 volvió al Congreso, como republicano, y en 1909 con Pablo Iglesias, fue jefe titular de la "conjunción republicano-socialista". Su izquierdismo fue el causante de que no se le otorgara el Premio Nobel. En 1920 murió ciego y pobre en Madrid.


No hay comentarios:

Publicar un comentario