Todos los datos sobre esta imagen son sorprendentes y prodigiosos.
Data de mediados del siglo XVI y
fue hecha por los indios tarascos (Méjico).
El 14 de septiembre de celebra la
festividad del Santísimo Cristo de Telde, un obra de origen mexicano que llega
a Gran Canaria probablemente a mediados del siglo XVI, y procedente con casi
total seguridad del taller del escultor castellano
Matías de la Cerda,
que se había asentado en el estado de Michocán.
Se trata de una pieza artísticamente muy relevante y que presenta una factura singular, en la que se unen la imaginería clásica y ciertas técnicas propias de los indios Tarascos de esta zona de México, tales como el empleo de cañas de millo descortezadas y trituradas (material denominado “tizingüe”) y, especialmente en este caso, de diferentes tipos de papeles reutilizados y encolados para dar el modelado a gran parte de la figura.
En el
año 1998 tuvo lugar un profundo proceso de restauración de la imagen que deparó
importantes sorpresas. Entre los diversos papeles que fueron ”reciclados” en el
siglo XVI para la elaboración del Cristo, se encontraron algunos escritos en
castellano, y otros en escritura azteca: son los llamados “códices del Cristo
de Telde”. A la mayor parte de ellos se accedió gracias a una endoscopia
realizada a través de una pequeña fractura en la cabeza de la estatua.
Tras su estudio, se determinó que su contenido era esencialmente económico, registros del pago de tributos por parte de vasallos mexicanos a su señor, el “Tecuntli”.
Maria Gómez Díaz
Enero de 2014.
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